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LA PIEDRA

A veces la piedra
se nos mete en el zapato
convirtiendo nuestra marcha
en dolorosa.

Otras,
en nuestros ojos
desdibujándonos la realidad.

Algunas veces la piedra


aparece en nuestro camino
para no dejarnos avanzar.

Otras,
las más duras
se instala sobre nuestro pecho
y no nos deja respirar,
gozar,
creer,
soñar.

Entonces
no hay arreglo
ni componenda
posibles.
Es ella
o nosotros.
Si nos armamos
de fuerza
de coraje
y de locura
la extirpamos
la arrojamos
la vadeamos
y seguimos adelante

Si no,
allí quedaremos,
doloridos
ciegos
estancados
muertos.

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