hablar de c�dices, de correcciones, de fechas, de cr�nicas, de
t�picos a granel, de acaecimientos pol�ticos, de incidentes biogr�ficos, de fuentes de la obra, de lengua, de sintaxis, de m�trica, pero no de arte, al cual sirven, pero delante del cual no pueden levantar los ojos, como simples eruditos que son, como el criado no se atreve a mirar cara a cara a la se�ora, a la cual prepara .los vestidos y arregla la comida: sic 1I0S, non 1I0biJ. i Pero s�, s� I. i Vayan ustedes a hablar a hombres, por extravagantes que sean en sus ideas y por fan�ticos que sean en sus extravagancias, de tales abstenciones, sacrificios y hero�smos! i Vayan ustedes particularmente a rogar al que toda su vida tiene tratos con el arte que no hable ni juzgue nunca de semejante cosa, de la que no entiende! Los mudos estetizantes hablan, juzgan y razonan de arte, y 10 mismo hacen los historicistas inconcluyentes. Como al hablar carecen de la gu�a, que tanto detestan y aborrecen, de la filosof�a y del concepto del arte, cuando es obvio que necesitan un concepto, si su buen sentido no les sugiere algo aprovechable sin que ellos se den cuenta de esa sugesti�n, andan de tumbo en tumbo entre todos los m�s desvariados preconceptos moralistas, hedonistas, intelecrualistas, formalistas, ret�ricos, fisiol�gicos y acad�micos que he recordado, echando mano de �stos o de aqu�llos, cuando no los barajan, mezclan y revuelven todos a la vez. El espect�culo m�s curioso, siempre previsto por el fil�sofo, es que, en su af�n de lanzar desprop6sitos sobre el arte, los estet�cistas, los historicistas, los irreconciliables adversarios, partiendo de puntos de partida distintos, se las entienden al final tan bien, que concluyen diciendo los mismos disparates. Nada m�s divertido que repasar las ideas m�s conocidas, intelecrualistas 'y moralistas, en las p�ginas de los emocionados amantes del arte, tan llenos de emoci�n, que llegan a odiar el pensamiento, y las del positivismo hist6rico, tan' positivo que teme comprometer su positivismo, procurando entender el objeto de su investigaci�n que, por esta vez, recibe el nombre de arte. BREVIARIO DE E8TlbTICA 89 La verdadera cr�tica de arte es ciertamente cr�tica est�tica, pero no porque desde�e la filosof�a, como la seudoest�tica, sino porque act�a como filosof�a y concepci�n del arte. Y es cr�tica hist�rica tambi�n, no porque se atenga a