Está en la página 1de 15

NIJM. 15 BARCELONA, 1 6 DE JULIO DE 1 9 1 3 1 0 CENTS.

^ ^ ^ ^ ^ I

La í e ñ » r a . — E s t a s botas tienen e l tacón d e m a s i a d o a l t o .


La dependienta.—Paes todas l a s do L u i s X V los t i e n e n así. !
La niña.—Qae t e las den de L u i s X I I I que s e g u r a m e n t e l o j
t e n d r á n m á s bajo. ^
CRÓNICA
D e z o o l o g í a moder-
na v a m o s ¿ hablar h o y
y para ello v o y á di-
rigir un r u e g o i, l o s
a u t o r e s de Historia
Natural prescrita ofi-
c i a l m e n t e en n u e s t r o s
centros docentes, pues
aun que en el fondo
los lloros siempre son
lo m i s m o , es y a a ñ e j a
costumbre introducir-
l e s a l g n n a novedad
para justificar cuando
menos l a necesidad de
alquirirlos n u e v o s . E n
las f u t u r a s ediciones
de l a susodicha His-
toria h a y que incluir
una n u e v a especie, la
sufragista. ¿Que s o y
contrario 6 los d e r e -
chos de l a mujer?..,
¡que h e de seri... para
mí a u n que l e s den l a presidencia del Senado v a c a n t e en la hora p r e -
s e n t e , ó la del Consejo, lo m i s m o da con t a l que se m u e s t r e n capacita-
das para d e s e m p e ñ a r tan a l t a s funciones, pero f r a n c a m e n t e aspirar al
voto y para obtenerlo hacerse h a s t a terroristas y d i n a m i t e r a s e s c o s a
qne no me c o n v e n c e , ni creo qne c o n v e n z a á nadie a u n siendo l a s recia
m a n t é s hijas de la rubia y ceremoniosa Albión. E s verdad que en el
caso p r e s e n t e l a s c e r e m o n i a s , y la corrección l a s h a n dejado de lado; &
lo qne v a n , — y por m u y m a l o s c a m i n o s , — e s i, lo del v o t o ; y l a s c á m a r a s
sin c o n m o v e r s e , dejando á l a s redentoras en s n c o n s t a n t e pataleo, y
e l l a s , — n a t u r a l m e n t e , — r e c u r r e n á todos los medios desde la a m e n a z a
al h e c h o , desde el miting á las pedreas de edificios públicos; de la
algarada al i n c e n d i o ; del grito subversivo, al a t e n t a d o personal, y eon
cenaces, y tercas, y obstinadas, ¿qne l a s prenden y dejan en l a sombra?
pnes y a s e acabó el comer y beoer; los carceleros no tienen de roca el
pecho, a b o g a n por aquellas f a n á t i c a s que medio muertas de e x t e n n a -
uión son al cabo de a l g ú n tiempo p u e s t a s en libertad,
¡Que amor al v o t o ! ó mejor dicho; ¡que amor al m e j o r a m i e n t o de la
administración! pornue por e l solo g u s t o de depositar n n a p a p e l e t a en
la nrna, e s s e g u r o que no lo t o m a r í a n t a n á pecho, el fia debe ser u n a
aspiración á entrar en públicas funciones, en ser alcaldesas, pertenecer
á l a cámara de los Comunes. V a y a usted á saber l o qne desea y quiere
ana sufragista. E n mi fuero i n t e r n o , creo que l e s conviene u n a t r e g u a
de calma, u n a temporadita para subordinar l o s alborotados ner-
vios, y c a p a c i t a r s e para el Ingro de s n varonil aspiración, no s o y
refractario al v o t o f e m e n i n o , por mi aun que h a y a n e s t a d o pésim&s
en la faena, como en n u e s t r o s circos á v o z en cuello grito:
—¡Que se lo den!... ¡Que se lo den!... PACHIN
EL BACALAO
E s probable qne cnanto s a b e m o s sobre el bacalao y qne t a n saindable
es el aceite que de él se e x t r a e para l a salud de l o s nifios, no se v e nunca
s i n o en l a costa de N o r u e g a , porque allí se h a l l a el m á s considerable
centro que h a y en el mundo para ésta pesca.
D u r a n t e l o s m e s e s de enero y febrero, el b a c a l a o l l e g a en l a s
i n m e d i a c i o n e s de las islas de Lofioden, del sur y del o e s t e , f o r m a n d o
i n m e n s a s bandadas como si l a s f a m i l i a s de todos l o s p a í s e s debieran
a l i m e n t a r s e de esos peces.
L o s pescadores d e s i g n a n e s t a s bandadas con el nombre de montañas
de bacalao, porque s u s i n d i v i d u o s se a m o n t o n a n u n o s sobre otros cons-
t i t u y e n d o u n a m a s a que tiene á m e n u d o la profundidad de cien pies
m u y a n c h a y qne se m u e v e rápidamente.
L o s que h a n v i s t o l a s redes para coger e s o s peces, saben y a qne
tienen plomos e n toda la e x t e n s i ó n de s n s bordes á fin de qne s s
sumerjan f á c i l m e n t e . Cuando los pescadores de N o r u e g a arrojan s u s
redes entre l a s montafias de bacalao reconocen el choque de é s t e c o n t r a
los plomos; y a s i se podría
creer que esos a n i m a l e s c a -
recen de suficiente espacio
para m o v e r s e y nadar.
Sin e m b a r g o , h a b é i s de
saber, hijos mios, que l o s
seres que habitan en el mar,
pueden disponer de m u c h o
más espacio del que tene-
m o s nosotros para v i v i r en
la tierra. En a l g u n o s l a g o s
y corrientes donde pescan
m u c h o s hombres y mucha-
chos, m u y pronto quedan l a s
a g u a s s i n n i n g u n o de s u s
h a b i t a n t e s . A s e g ú r a s e qne
no puede snceder n u n c a en
el mar, porque l o s peces tie-
nen n u m e r o s o s sitios donde
r e f u g i a r s e para que no l e s
alcance l o s a n z u e l o s ni l a s
redes, n i n g ú n pueblo debe
temer que le f a l t e e l b a c a - Aíparf)-e(enfad*do).-iCuaniioyoeraBlic,iso
lao porque éste se encontrará había desobedecido nunea a mi padre!
f H o •» n t « o ;con c a l m a l . B s o q u i e r e d e c i r (jue t u
m i e n t r a s e x i s t a el m u n d o . papá no se lo había m e r e c i d o .
PELÍCULAS PINTORESCAS

PICATANTROF

UN PATO CUADRÚPEDO

Barbarin Centellas era un eminente naturalista que se dedicaba


con preferencia ai estudio de animales de especies desaparecidas,
ó de ejemplares de mérito excepcional.
En un bonito aquarium tenía algunos peces
raros procedentes de las grandes profundida­
des del Océano.
A pesar de su nombre era hombre alegre y
de excelente humor y muy amigo de enredar
á sus prójimos. Un dia llamó á su hermano
Picatantrof con el pretexto de mostrarle un
animal raro.
—Hé aquí,—le dijo,—un Rigobothérium, es oriundo de Java,
pero creo que en Méjico también es conocido. Te doy 100,000 pese­
tas si me procuras el macho para
esta hembra.
Picatantrof no necesitó oir más,
le bastaba haber oído 100,000 pese­
tas.
—Parto al punto,—dijo,—para
ver si doy con la pareja.
Durante varios meses buscó por
las cinco partes del mundo; inter­
nándose en los bosques vírgenes del Brasil en busca del codiciado
bicharraco.
Dio con monos de especie desconocida,
pájaros de maravilloso plumaje, fantásticos
cuadrúpedos, peces eléctricos, reptiles d e s ­
conocidos y moluscos gigantescos.
Después buscó en África y en Asia en
bosques infranqueables.
Cien veces estuvo expuesto á morir en
las garras de leones y tigres, ó destrozado por los elefantes. Pasó
á las estepas de Siberia, á los abrasadores desiertos de Méjico, en
las desiertas islas de Ocea-
nia, en las glaciales s o l e -
dades de Groelandia, y en
los escarpados picachos de
las montañas Rocosas.
Pero ¡ay! el animal que
buscaba no aparecía por
ninguna parte. Una sola
vez en ia Patagonia creyó
haber dado en el clavo, pero fué un hechizo efecto de su calentu-
rienta imaginación.
A los tres años desengañado y aburrido, regresó á Francia
confesando á s u hermano su fracaso. El hermano se echó á reir
diciéndole:
— T o d a tu
vida serás u n
Cándido Ino-
cente. ¿No com-
prendiste q u e
me burlé de ti?
El e j e m p l a r
que te m o s t r é
obra era de mis manos. Con el perro y un pato embalsamado com-
puse el bicho raro que tanto te ha hecho correr.
Picatantrof no perdonó á s u hermano la farsa que le había
jugado, y que tan malos ratos le habia hecho pasar.

C H A S C A R R I L L O S

A un discípulo de Prondon. l'Jn la taquilla del ferrocarril.


—Maldito rapazuelo, ¿preten-
—¿A qué hora sale el tren de
des acaso robarme?
las 8'40?
—No, señor; trataba de a y u -
— A las 9 menos 20.
darle á restituir, porque usted
—¡Rediez! Siempre están cam-
nos dijo el otro día que la pro-
biando las horas.
piedad era un robo.
A. MENÉNDEZ ALEXANDRE JUAN ROVIRA ROURK
ACCIÓN NOBLE
En a n a aldea próxima &
la c i u d a d de Salamanca,
habitaba un rico matrimo-
nio que era un modelo de
v i r t u d e s , y para completar
sn felicidad tenian un hijo
que era bueno y generoso.
El nombre de este nifio
era Manolito; el día que ocu-
rrió lo que v o y & mencio
nar, estaba Manolito convi-
dado por u n o s a m i g u i t o s
s u y o s que habitaban una
dehesa próxima para meren-
dar y jugar con ellos toda
la tarde; Manolito estaba
impaciente por irse; como
—<AhI Eé asted, señor bertfn; le reconozco en
todo l l e g a en este mundo,
80 lirnolosa sonrisa. . llegó la hora de marcharse
Manolito; sus padres le re-
comendaron formalidad y prudencia, y d&ndole un beso, le dejaron
marchar. Cuando Manolito salió de su casa iba con el corazón hen-
chido de alegría, pensando en lo que iba á divertirse aquella tarde;
y a llevaba buen trecho andaUo, cuando vio un pobre c i e g o que cayendo
aqui,levantándose aanllá, arafiándose el rostro y lastimándose el cuerpo
contra las zarzas, piedras y vallados del c a m i n o , y no sólo era e s t o ,
sino que los malos chicos de la aldea, eu vez de auxiliarle y conducirle
por buen camino, lanzaban estridentes carcajadas cuando el pobre
anciano caia ó se golpeaba contra a l g ú n sitio; Manolito, entonces, vio
truncados sus deseos, no t e n i a él corazón para dejar s e g u i r á aquel
pobre anoiano y c i e g o solo por el camino s e g u i d o de aquella turba de
perversos; entonces él, echando nna mirada de desprecio sobre ellos y
cogiendo al anciano por el brazo y llevándole en medio del c a m i n o ,
dijole e s t a s palabras:
—¿Dónde q n e r i i s que os conduzca buen anciano? Soy s u a m i g o , no
se crea qne soy u n o de esos nifios que quieren conducirlo por peor
camino qne va,
—Qne Dios te premie t a n t a bondad, hijo mío,—dijo el anciano.
—Nada más quiero que me pongas en el camino qne conduce á la aldea
p r ó x i m a , donde t e n g o ana hija i p u n t o de morir que necesita m i ben-
dición.
—Decidme la calle donde habita y y o os c o n d u c i r é , — e x c ' a m ó el
niño l l e n o de emoción,—no quiero que os extraviéis del camino y nn
l l e g n e i s nunca á su casa.
P o r fin el anciano l e dló l a s s e ñ a s , y entre e s t a s y otras conversa-
c i o n e s llegaron é, la casa; el niño pensando en la alegría que darla &
s n s padres cuando supieran la bnena obra qne acababa de hacer, y el
anciano, bendiciendo el
alma noble y generosa
de aquel niño; al llegar
¿ la puerta el pobre cié
g o le dijo con los ojos
arrasados e n l&grimas:
—Dios t e recompense
largamente la inmensa
obra de caridad que aca-
bas de hacer y te doy mi
bendición,
Y antes de qne el niño
pudiera evitarlo, el an-
ciano le besó las m a n o s ,
pero entonces le dijo el
niño-
— N o me beséis l a s
m a n o s , besadme l a fren-
t e y siempre llevaré en
ella impresa l a obra del ^ — D e s d e q u e m u r i ó vue.stra m u j e r q u e o s l i a b a i s
deber qne acabo de cum- dado a la bebida, y hace y a v e i n t e años y s e g u í s
bebiendo todavía.
plir. —Eso p r u e b a q u e t o d a v í a n o h e p o d i d o c o n s o -
larme.
S. GONZÁLEZ

¿Cuál es el colmo de
un estudiante?
Estudiar la Carrera
drt San Gerónimo.
¿Cuál ex el colmo de
un violinista?
Tocar el vlolín con un
arco de flores.
¿Cuál es el colmo de
un jugador?
J u g a r el décimo...
Mandamiento.
—Cuando b a y a t e r m i n a d o u s t e d e s a b a g a t e l a , ¿po-
H. COCA drá p i n t a r m e de b l a n c o l a s pareóles de m i c a s a ?
IV I ]xr E 1A s , por Gancón

—¡Qae traje t a n re... bonito t e han pnesto! P e r o te falta a l g o . Y o te lo pondré. ¿Qaieres? Ahora te pinro un bigote. ¡Que bien t e e s t é '
Espera: v o y por el tintero. = 1 - »

¿Te p l a n t o este gorro.,.? ¡Que te e s t á m n y mono 7 v a m o s á qne te v e a - T e presento al embajador de la China.


mamá!
UN DOCTOR APROVECHADO
Caando acabó sn carrera, e x t e n u a d o por la crneldad de patrones
egoístas, faese Trinitario de médico al delicioso pueblo de A g u d a e s p i -
na, donde se hieo con escasos clientes que por añadidura no le pagaban;
el ayuno de la capital le acompañaba en el campo y el buen Trinitario
s a b í a que si aquella forzosa abstinencia se prolongaba s u muerte sería
inevitable. U n a m a ñ a n a fué llamado para asistir & D . Constantino, el
propietario m&s rico de aquellos lugares. D. Constantino era extraordi-
nariamente g r u e s o y al verle el médico no pudo dominar u n g e s t o
receloso.
—¿Está m a y grave?—preguntó s u criada.
—Veremos,—contestó el galeno.—Me parece que será cosa larga,
por lo pronto es preciso que no lo pierda de v i s t a y v i g i l e s u comida.
Intranquilo D . Constantino, convidó & almorzar al médico que acep-
tó con mil amores y comió u n sabañón. £1 s i g u i e n t e día repitió l a
necesidad de valar por la a l i m e n t a c i ó n del enfermo, quedando invitado
para mientras durase la enfermedad.
A los pocos días Trinitario dictaba el m*nú; el pobre enfermo n o
probaba bocado pero el médico se reponía y engruesaba como si hubiese
gido u n globo recién hinchado. A medida qne s u cliente se debilitaba
y perdía fuerzas, él ganaba cada
diti m&s volumen. Sus conveci-
nos apenas si le reconocían.
Al cabo de tres meses de t a n
disparatado tratamiento, d o n
Constantino murió con gran
disgusto del médico q n e con-
templando los despojos de s n
víctima exclamó:
— N o m e asombra; ha muer-
to por exceso de nutrición. Y
dejó la casa esperando dar con
otro cliente como el que a c a -
baba de perder. L a suerte l e
fué propicia, pues los habitan-
t e s de A g u d a e s p i n a qne en l o s
comienaos de s n carrera t a n -
ta hambre le hicieron pasar,
al verle colorado y rolliso de-
onlipiidof'"" "° positaron en s u s robustas m a -
—No. p e r o c o m o p e n s a b a p e d i r t e t r e s p e s e - nOS, SU v i d a y SU salUd.
tas, no bacténdote g a s t o podré pedirte nn -n
doro. *•
m m m prácticas
El satüo dt \t)t mmúm

Todos los a n i m a l e s tienen nn


t i e m p o para dormir. N o s o t r o s
lo liacemos por la noche y t a m
bien la m a y o r í a de los i n s e c t o s
y a v e s ; pero h a y a l g n n o s seres
que se e n t r e g a n & n n l a r g o
s u e ñ o , Guando han terminado
s n s trabajos de verano retlran-
se & sus g n a r i d a s y allí p e r m a -
n e c e n h a s t a el fin de la estación
fría.
G r a n n ú m e r o de ranas,
m n r c i é l a g a s , moscas y a v i s p a s
proceden así.
Si h u b i e s e n de dormir s o l a -
m e n t e por la noche l a s a n g r e — i C ó m o t ¿ T ú U9a3 g u a u t e s d e p i e l d e
p e r r o ? ¿Ho s a b e s q n e s o n m u y e x p u e s t o s ?
s e g u i r í a circulando en s n s v e - —¿Por q u é ?
nas y respirarían; pero d a r a n t e - i P o r la h l d r o f ó b i a l

s n s n e ñ o de i n v i e r n o diriase qne
e s t a s f u n c i o n e s se s a s p e n d e n , y sin e m b a r g o , e s t o s a n i m a l e s v i v e n
pero e s t á n como a l e t a r g a d o s .
A l fin l l e g a la dulce primavera y e n t o n c e s el sol más caliente,
despierta á e s o s a n i m a l e s qne se l e s v e salir de s u s ocultas g n a -
ridas.
A v e c e s el s n e ñ o se p r o l o n g a más a l l á de n n i n v i e r n o .
Se h a dado el c a s o de qne a l g n n a s permanecían s u m i d a s en s n letar-
g o d a r a n t e a ñ o s , y c a a n d o se l a s colocó en s i t i o qne hacia calor
v o l v i e r o n & l a vida y comenzaron á saltar con t a n t a v i v e z a oomo
antes.
Con frecuencia se c i t a el caso de n n sapo que se encontró dormido
e n m e d i o de n n árbol.
Todos i g n o r a b a n oomo p o d í a haber l l e g a d o allí.
E l tronco había crecido h a s t a qne c o n t ó m á s de s e s e n t a a n i l l o s , y
c o m o cada a n o r e p r e s e n t a nn a ñ o , el saefio de aquel a n i m a l debió durar
ese t i e m p o .
Sin e m b a r g o , c o a n d o despertó v i ó s e l e s a l t a r como otro cualquiera
i n d i v i d a o de sn e s p e c i e .

R. C.
jNo acercarse á los cangrejos!
D o n Chnpacharcod e s a n
h o m b r e e n t u s i a s t a por t o d o
lo qne h u e l e & m a r i s c o y por
eso no e s de extrañar v e r l e
en la p e s c a d e r í a m e t i e n d o
s n s narices (porque es horri-
b l e m e n t e m i o p e ) entre t o d a
^elM(l.jdfi c r u s t á c e o s .

El o t r o día le ocarrió
u n a singalar aventura.
Queriendo cerciorarse de
l a m a g n i t u d y frescura
de c i e r t o s c a n g r e j o s , i n -
trodujo como de costum-
bre su l a r g a n a r i s en n n
cubo de madera con tan
mala fortuna, que u n o de
aquellos taimados h i a o
presa en aquel rubicundo
apéndice, por c u y o
moMvo s u propie-
t a r i o se pnso & dar
t a l e s v o c e s y berri-
dos qne no cesaron
h a s t a qne l a espen-
dedora & duras pe -
ñ a s h i s o desistir al
irascible c a n g r e j o
que soltara á don
Chupacharcos, que
llevó una m a r c a
indeleble t o d a s n
v i d a y u n doloroso
recuerdo de su pre-
dilección p o r los
mariscos,
DESDICHAS DE "CARAMBOLA"
V

«CARAMBOLA» ACRÓBATA

E n t r e t a n t o e s t n v o Carambola oonlto debajo de l a mesa qne por


nada del m a n d o hnbiera abandonado temeroso de nn escobaso de
Bnfina ó de a l g n n a m a l a t r e t a de la o t r a c h a r l a t a n a . I m p a c i e n t á b a s e ,
sin e m b a r g o , en s a e s c o n d i t e q n e le r e s a l t a b a y a
d e m a s i a d o l a r g o ; a d e m á s , había v i s t o e n c i m a de
la m e s a a n a a e a c a r e r a c o l m a d a h a s t a el borde y
como Carambola adoraba el azúcar, s i g l o s se le
h a c í a n l o s m o m e n t o s en qne tardaba para apode-
rarse de l a codiciada g o l o s i n a . ~y^?> Ij35ír
N e r v i o s o y dando v n e l t a s por debajo de l a
m e s a apercibió de pronto u n o b j e t o raro e n el
s n e l o qne s e apresuró á recoger; era un títere qne Carambola m e n e a b a
á g i l m e n t e con la cola,
¡María S a n t í s i m a . . . l a q n e s e armó e n t o n c e s !
— ¡Qué e s e s t o ! — g r i t ó Florencia, m á s muerta qne v i v a .
—¡Es el diablo!—afirmó R u f i n a e n
el paroxismo del terror.
F u e r a de sí, en s n desesperado
a l o c a m i e n t o , e c h á r o n s e ambas coma-
dres á l a calle dando g r a n d e s g r i t o s
de: €—¡Socorro! ¡Socorro!»
Acudieron vecinos y transenntes.
c—Será a n loco»,—decían unos,
«—No: n n ladrón»,—afirmaban otros. « - ¿ Q n é h a de s e r ? — a s e g u r a -
ban l o s d e m á s . — E s n n a fiera e s c a p a d a de l a colección de Bidel.»
E n t r e t a n t o l a s dos mnjeres qne se habían d e s m a y a d o en medio de :
l a calle fnerón c o n d u c i d a s á l a i n m e d i a t a casa de Socorro, con g r a n ,
c o n t e n t a m i e n t o de Carambola que rabiaba por
quedarse solo. D e s p a é s de soltar la m á s e x p a n -
s i v a carcajada por e l s u s t o de l a s c h a r l a t a n a s
ocasionado por l a v i s t a de n n a de l a s figuras del
Giñol que arrastró él con el rabo, encaramóse
e n c i m a de l a m e s a despachando e n u n periquete
todo el a z ú c a r qne c o n t e n í a l a azucarera, y apu-
rando el café con l e c h e que en a m b a s t a z a s habían dejado l a s a t e r r a -
das mnjeres.
« - ¡ D u l c e y sabroso!—se decía el mono para s u s a d e n t r o s . - C o n -
qne m e convido á d e s a y u n a r en la portería c u a n t a s v e c e s m e s e a p o s i -
ble, y a h o r a andando Caramelo que si m e atrapan v o y & hacer u n a
m a l a digestión.»
Y c o n t e n t o y s a t i s f e c h o , escapó por la v e n t a n a entrando en s u casa
con aire alegre por el é x i t o de l a a v e n t u r a que acababa de correr.
A n i m a d o por el é x i t o de l a primera e x c u r s i ó n a t r e v i ó s e el m o n o &
u n a n u e v a correrla; vio a b i e r t a l a v e n t a n a del piso s e g u n d o y alli se
coló prescindiendo de toda presentación, ü n mono discreto y bien edu-
cado hubiera tenido p r e s e n t e que no e r a a q u e l l a l a forma de presentar-
se á casa de u n v e c i n o , pero Carambola no se paraba en pelillos;
c o n s e r v a b a s u s c o s t u m b r e s de l o s b o s q u e s p a r a g u a y o s y l a s fórmulas
c i u d a d a n a s no h a b í a n arraigado en él.
L o primero que vio a l p e n e t r a r en el recibidor fué u n p a r a g ü e r o de
p o r c e l a n a , con v a r i o s b a s t o n e s y p a r a g u a s , y e n c i m a de u n a s i l l a u n
sombrero d s copa i g u a l al que u s a b a s u d u e ñ o cuando se v e s t í a de
etiqueta.
U n m i n u t o permaneció Carambola s u s p e n s o a n t e t a n a t r a y e n t e s
objetos.
L u e g o se c a l ó el sombrero, apoderóse de u n o de l o s p a r a g u a s y
s a t i s f e c h o ds v e r s e t a n bien provisto, abandonó la casa s n b i e n d o l a
e s c a l e r a h a s t a llegar al terrado.
«—Buena o c a s i ó n para abrir el p a r a g u a s » , — p e n s ó .
Lo que hizo al p u n t o para e v i t a r el s o l .
Y a en el terrado descubrió un alambre q u e cruzaba de u n a á otra
v e n t a n a para tender ropa, y recordando s n s días del desierto, pasó el
alambre cual h u b i e r a podido hacerlo el m&s a t r e v i d o son&mbulo.
N o presenciaba su a t r e v i d o ejercicio n l n g n n o de s n s a n t i g u o s c o m -
pañeros del P a r a g u a y ,
pero e n l a calle u n a m u í
titud asombrada contem-
plaba s n equilibrio.
D e j a r í a s e de ser mono
si no se fuese sensible al
h a l a g o del p ú b l i c o , ¿ c a u -
sar admiración, y en este
particular Carambola re-
sultó siempre un mono,
de l o s m&s m o n o s . mu BITURROS,
por JoSí Botch
eSpiVlNVO UN SiBLAZO, —¿Y q u é v a m o s h a c e r
por Domingo l'iiifí El héroe triunfa de con este duro?
—Pues... icompraremoe
—Escucha, Manolo...
los e n e m i g o s ; el hombre d i e z y n u e r e rialct de
- P e r d o n e : | m e he deja- g r a n d e , de l o s e n e m i g o s vino y u n o de panl
do el portamonedas en mi —¿Y q u é v a m o s h a c e r
casal y de s,i m i s m o . c e n tanto panf
^ PASATIEMPOS * 2
REGALOS CORREíJPONDENCIA

PobliearemoB á medida que l i s y a espa-


DEL "CORREO DE LOS NIÑOS" c i o , orisrinales de l o s c o r r e l e t a s s i ü r n i e u t e s :
Manuel Masdiaz Sánchez, Pedro Fenloden
7. o Un precioso reloj de oro. Rol, Manuel Roel, Alfonsito D i a í , Manuel
2." Un retrato con marco do • Lora, Á n g e l ü a l l e s t e r o , A n t o n i o T a i z a ,

rado.
JEROGLIFICO, por A. Menéndez
3." Un magnífico
Juguete, á eligir.
Más de 600 pre-
mios en cuentos y
noventas infantiles.

Eli LA FOTOGRÁTIA
—Le diré ¿ usted.
Y o s o y prestidigita-
dor, y al retratarme
quisiera hacer com-
prender al público l a
gran habilidad c o n
qne escamoteo.
—Me parece difícil la manera... E. G r l e r a Coll,- S i n f o r i a n o G o n z á l e z Cue-
llo, Valentín Castanys, A . Menéndez y
—Pnes es m u y fácil, verá usted. J. M G o d l n a c b .
Deje nsted nn duro sobre esta
mesa, y en el momento de la ope- La» lolucione» en el próximo número.
ración y o me lo guardo s i n qne
lo s i e n t a la tierra. SOLUCIÓNá loa pasatiempo» del
—La tierra no lo sentirá; pero número anterior
y o me quedaría s i n el duro y lo
sentirla mucho. Aceríyo.—El reloj.
Charada.—Relamido.
CHARADA Jeroglifico.—Margarita, por t u
corazón m e llevan l o s demo-
El niño primera prima nios.
no segunda tercera, porque
le tiene cogido el todo
Para la correspondencia al direcloi líe
de la cabeza á Ion pies.
TOMÁS GÓMEZ Correo de ios Niños, Ipailaiii!, B6

R e d a c c i d n y A d m i n i s t r a c i ó n : Calle de l a s C o r t e s , 6i)5,—Barcelona.

En el presente número va adjunto el suplemento n.* 4


í
—iHoIa, D. H o m o b o n o l
—|Hola, a m i g o Na-ieiaaeeiiol
—A p r o p ó s i t o : t e n g o nn t r a j e para us
ted q u e ni pintado y que tiene la e u a

l l d a d d e h a c e r i n s e n s i b l e al q u e l o l l e v a , este maldito Jumento, que m e arrea un


—Pues v o y á probarlo en s e g u i d a con p a r d e c o c e » e n c u a n t o m e a c e r q u e . ¡So

l o d l j e l H e v i s t o laa e s t r e l l a s y h a s t a el ver si t a m b i é n es insensible t a americana,


planeta Saturno... |Ven aqui, que quiero (beliacol

También podría gustarte