EL HERMETISMO EN LA POETICA DE
SOR JUANA INES DE LA CRUZ
‘Aunque el Siglo XVII no tuvo la
Tucidez del renacentista (XVI) ni el
esplendor del Sigio de las Luces, nos
regal6 con su generosidad cicatera
tuna figura de a tala de Juana Ramirez.
de Asbaje, La Décima Musa.
Cuanto se ha dicho de ella, su
grandilocuencia que hizo palidecer
fen su etapa adolescente cuarenta
sorprendidos eruditos de la época,
que como “cuarenta desvalidas
chalupas fueron destrozadas por la
fortaleza intelectual de un bergatin’,
‘corroboraa fin de cuentas la excelt
tud desu amplio y profundobagaje
cultural,
Mis de algiin pseudoinvestiga-
dor, envidioso de su cultura, le de-
{racta con impiedad aludiendo pre-
suntas. desviaciones escatolégicas,
vilipendiando con ello su integri-
dad histérica.
Asiseleacusé deamasiatocon su
protector e] marqués de Mancera,
de un posible lesbianismo con la
marquesa y hasta de extravios
mentalesensuenclaustramientodel
‘convento de las jerdnimas; sin em-
‘bargo, SorJuana se ha sublimadoen
‘el tiempo, sin mécula, y se nos pre-
senta como dijése Nietzsche, como
una entidad de varias eras, un ser
fronterizo al cual no se le puede
‘encadenara una sola época. El Prome-
teo femenino de la segunda mitad
del Siglo XVII.
‘Despojada de sus ropajes religio-
0s, nuestra monja no es un per-
sonaje cautivo del Siglo XVII, po-
driase considerar una viajera en el
tiempo, un avatar de distintas esferas
del conocimiento, sus obras asf Io
sugieren. Pudo haber vivido en el
Victor Alejandro Miguel Vélez
SigloXXy nodejarfa deser toda una
personalidad. Sor Juana Inés de la
‘Cruz salt6 las barreras einstenianas
del tiempo en el pensamiento de
Fernando Benitez.en Las demontos en
el convento,*
Su opdisculo més importante, EI
primero sueflo, es paradigmatic
andlisis sobre la naturaleza del Ser,
Ja trascendentalidad del alma y los
asuntos teol6gicos. Es evidente en
1a influencia inequivoca del pen-
samientohermético propio del siglo
XVI.
El suerio que no fue més que uno,
la tinica obra literaria escrita por su
gusto, reviste especial importancia
enel conocimiento de su formacién
intelectual; en esa Sifvase evidencia
el goce por las lecturas herméticas,
tan condenadas porel Santo Oficio,
toda la influencia de la magia egipcia
de Hermes Trismegisto (el tres veces
Maestro, el tres veces grande y su
cosmos mercuriano), el Neoplato-
nismo renacentista, la Heterodoxia
cristiana del iniciado Marsilio Ficino
al servicio del Papanegro, Alejandro
VI, con su obra el Pimander; la brujeria
‘esférica estelar de Comelius Agrippa
de Nottenheim; las elucubraciones
decanolescas de Pico Della Miran-
dola y su Céhala pricticamente
demoniaca; los escritos heréticos de
Tomasso Campanella y la parafer-
nalia contradictoria de Giordano
Bruno. ?
Todo lo anterior plasmado como
Tremando Benitez: aedemonieenelconvento,
‘México, FCE, 1985,
Frances E. Yates: Giordano Brune yl tradicion
hheratice, Barcelona, Ariel, 1984,
59
un ardiente tatuaje en su eximio
coraz6n, indeleblemente marcado
por sus estudios sobre el jesuita
teutén Athanasius Kircher (Kir-
kerius) y que se hace visible en el
medallén que complementa su ves-
tuario.
Sor Juana Inés de la Cruz no fue
una religiosa tal ycomo se concibea
todas las demas que profesan en las
diversas 6rdenes conventuales. Tal
vez nunca lofue;el claustrolesirvi6
nada més de medio para sus estu-
dios hermeéticos, para librarse de las
cadenas de una sociedad limitada
por infinidad de prejuicios irracio-
rales, de la corrupcién cortesana
que asediaba a fas doncellas de su
€pocay que probablemente ya habia
conocido, encontrando la via. mas
segura para su evasion; desu terror
ala Inquisicién, que sancionaba con
la hoguera tales estudios.
Enel Primero Suerio, ella parafrasea
‘el Corpus Hermitticum de Mercurio
Trismegisto en su iniciacion gnéstica,
y dialoga con el Asclepius de Mercu-
rio Triplex o Trismagister; penetra en
el conocimiento de Dios en su magna
obra y le reconoce como el Gran Ar-
quitecto del Universo, trata de inte-
‘grarse al cosmos y las maravillas
arménicas del movimiento univer-
sal de la Misurgia del Padre Kircher.
Juana de Asbaje ha sido consi-
derada como el fendmeno intelec-
tual mas preponderante del Siglo
XVIL en la época de Carlos Il; pero
también como el problema psico-
logicomas dificil de comprender. El
paradigma humano del Siglo XVII.
Para Elfas Trabulse, El circuloroto? el hermetismo de Sor Juana es
elhermetismoinfluido porel jesuita
Kircher, portador de lo magico de
las doctrinas egipciasantiguas y del
heliocentrismo copernicano de la
época.
Laretbrica de San Jerénimo, orden
alacualpertenecia, yelecumenismo
de los dominicos exarberaban su
4nimo de reafirmacin, hermética,
dando por resultado una, mezcla
explosiva que s6lo el claustro podia
retener, salvaguardandola de. la
temible Inquisicion. Deacuerdocon
Pedro Henriquez Urena, Estudios
mexicanas *, el ingreso de Juan
Ramirez_al convento de las jeréni
‘mas entrafaba la tinica posibilidad
cexistente para dedicarsea la religion
que verdaderamente profesaba: el
estudio.
9 VebseEIhermetismode Sorfuans Inesdela
eux", en Elias Trabulse, El creulo roto,
Mésico, Leeturas Mexicanas de SEP y FCE.
pee.
Vesse "Sor jusna Inds dela Cruz’ en Pedro
Eneiquez Urefa, Pstudios mexicenss, México,
Lecturas Mexicanas de SEP y FCE, 1984, pp.
574
No olvidemos que el Siglo XVII
fue un siglo dificil, transitivo, en el
cual la mujer carecia de libertades
de todo tipo. En aquella época el es-
tudio era considerado cosa non sata,
deahila grandeza de Sor Juana Inés
de la Cruz, que rebasé las posibili-
dades restrictivas de la época oscu-
ra que le tocé vivir y por lo que
muchos estudiosos de su obra la
consideran un personaje fuera dest
tiempo.
Toda la Poética de Sor Juana es
de suma importancia, sin embargo,
sus analistas ® por lo general desta-
et ensays mia etepll dota nt Ae
ex el de Octavio Pa, Las
ésicoFCE, 1982. Entrectras
huayee sobre la mona esdn: a de P- Diego
Calle, 8, Vide de Sor Fase, anotaciones de
E. Abreu Gomez, México, antigua Libreria
Robledo, 1996; e1de Georgina Sabat Riveros,
"ig de Sor Juana Ince dela Cruz, adi
aria originaldad London, Tomesis
1d, 1976 la traduccion de Feancés de
Rolbert Ricard, "Elsen de Sor Juame Inés dela
Cruz", on. Revistas de la, Universidad de
‘Mexico, XXX (die, 1975), pp. 25-32 una de
fas tres lecefones que Ricard dité en
bons en 1957 como lose fila Flas Trabulseen
Letra rote, op- ct.
can su ret6rica y su culteranismo
‘especial predileccién. Para nosotros,
Las cartas a Sor Filotea y El Primero
Sueiio constituyen la médula de sus
obras, puesto que en ellas aporta
trascendentales elementos para la
Teoria del Conocimiento * y el de-
sarrollo del pensamiento cientifico
actual.
Seti mice conocer” y sobre as impli
cacionesenla Teoria del Conocimiento webs
Francisco Lépe Cémara, "Hl Caresianismo
fen Sor Juana y en Singenza y. Géngora”,
tase y Letras, 3%, 39, jalsep 1951, pp 107
131; Joss Gaos, “El Suefio",en Histor Men-
cana, México, E\Colegio de Mésico,X:1, 1960,
pp. 54-71; ogo Kugh Kearney, Origen dela
Cencie Moderna, Madrid, Guadarrama, 1970,
PP. 3740, 97-140, sobre la tadicion de los
ipraides cientifices! ¥ may especialmente a
Frances A. Yates, Giordano Bruno y a teadi-
ion hermétic, op.
REGION E HISTORIA EN FISICA Y MATEMATICAS
La importancia de ubicar un deter-
minadofenémenodentrodel marco
de una region geogrifica especitica,
asi como el acotamiento preciso de
Jos intervalos de tiempo en que nos
interesa estudiarlo, son factores
determinados para la ciencia social
en general y, particularmente, para
elenfoquehistérico que esaplicable
a cualquier investigacién, indepen-
Luis Nabor Alejo Armenta
intemente del drea a que corres-
ponda el objeto medular de la
pesquisa dada.
Para nadieesunsecretoquelain-
vestigacién historica (y porlotanto,
el conocimiento historico) representa
€l fundamento cognoscitivo para
‘cualquier rama de la ciencia o de la
tecnologia. Simplemente, sino exis-
te onoestd completo el expediente
60
hiist6rico acerca del, surgimiento,
desarrollo o aplicacién de un deter-
minadosaber, en una€pocay region
explicitas, entonces la sociedad
fica debe avocarse a llenar ese
archivo particular. Entre paréntesis,
la urgencia de levar a cabo ese
proposito dependera, obviamente,
de la prioridad quel tema indicado
tenga para la sociedad en general, 0