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2004
Valeria Llobet*
Susana Wegsman* *
Resumen
Esta presentación se basa en el trabajo investigativo y en promoción del desarro-
llo que venimos realizando desde el año 1994. Los diversos obstáculos y desa-
fíos abordados a lo largo de estos diez años, tanto de índole teórica como prácti-
ca, nos han permitido producir reflexiones críticas sobre los enfoques de resiliencia
y de riesgo. Rescatamos la potencialidad innovadora de las prácticas, sin desco-
nocer los conflictos que acarrean. Por ello, pretendemos proponer a discusión
una posición relativamente novedosa, que avanza en la consideración de las con-
secuencias prácticas de tales enfoques teóricos.
Palabras clave: Resiliencia, Riesgo, Promoción del desarrollo humano
Abstract
This paper is based on the authors´ research and field work in the area of human
development over the past ten years. The diverse obstacles and challenges faced
during these years, in theoretical as well as practical stances, have allowed us to
develop critical thoughts on approaches to risk and resilience. We consider the
innovative potential of these practices, while not ignoring the conflicts implied
by these concepts. As such, we seek to bring for discussion a relatively new
perspective which advances in the consideration of the practical consequences
of such theoretical approaches.
Key Words: Resilience, Risk, Promoting human development.
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socialmente exitosos” (1997.:8). Se asume que salmente eficaces tanto en sentido negativo el
el hecho de nacer y crecer en contextos po- primero como el segundo en sentido positi-
bres presupone un riesgo para la salud. vo) y una aproximación mediada por las ca-
racterísticas de las personas. En el mismo sen-
Derivado de una matriz funcionalista, y tido, Rutter (op.cit.) propone que una misma
asociado a la teoría del estrés, aparece como variable puede actuar, bajo distintas circuns-
el constructo necesario para dar cuenta de tancias, en cualquiera de los dos sentidos
las situaciones saludables en medios insanos. mencionados, y que el propio proceso de vul-
Se plantean estructuras de determinación nerabilidad – protección sólo tiene efecto en
ecológicas multinivel, en donde la interacción combinación con situaciones o factores de ries-
con el ambiente –y los factores de riesgo– por go, y por lo tanto, actúa indirectamente.
parte del “niño resiliente” estará mediada por
vínculos y aspectos personales del mismo. En desarrollos recientes, Francisca Infan-
te (2002) enfatiza en la caracterización de la
En una línea diferente, Michael Rutter resiliencia como un proceso que puede ser
(1993) define como resiliencia al conjunto de promovido, cuyos resultados no serán homo-
procesos sociales e intrapsíquicos que posibi- géneos ni estables en todos los ámbitos del
litan el enfrentamiento exitoso a la adversi- desarrollo.
dad. No se trata de factores congénitos ni ad-
quiridos, sino que es un proceso que caracte- La traducción directa entre situación de
riza a un complejo sistema social en un mo- pobreza y factores de riesgo actuantes al ni-
mento determinado, y que implica exitosas vel individual es otro peligro presente en el
combinaciones entre el niño y su medio. trabajo con este constructo.
Aparecen dos grandes matrices teóricas Es sencillo suponer que, o bien es posible
para definir el concepto (no se ha logrado una predicar de alguien que “es” resiliente por
definición consensuada, lo que hablaría de sus peculiares características personales (in-
algunos de los problemas enfrentados): una teligencia, astucia, etc) lo que sería una
de ellas, de raigambre cognitivo– conductual; aproximación psicologista y objetivizante, o
la otra, combina perspectivas de sistemas, que en realidad el ascenso social depende de
interaccionismo, y otras vertientes teóricas. las mismas capacidades por las cuales al-
En ambas aproximaciones teóricas, parece guien puede lograr que la adversidad no se
asumirse que, acumulados en los sectores po- transforme en destino...
pulares, los “factores de riesgo” tienen una
actuación homogénea y estable en todas las
Conceptos Asociados: Vulnerabilidad,
personas, lo que equivale a tratarlos como
causales en cualquier circunstancia y para Riesgo, Deprivación.
cualquier sujeto. Esto último supone una se- ¿Por qué un grupo poblacional se consti-
rie de contradicciones con la existencia mis- tuye desde la mirada de los trabajadores de
ma del concepto, en particular, el riesgo de la salud, la educación, el campo social, como
una falacia atomística. ‘grupo de riesgo’? ¿Cuál es el criterio de in-
Radke – Yarrow y Sherman (1992) no elu- clusión que empleamos cuando identifica-
den las dificultades que plantea el constructo, mos a un sujeto como perteneciendo a un
relativas a lo mencionado más arriba respec- determinado “grupo vulnerable”? ¿es la vul-
to a los conceptos de riesgo y factores protec- nerabilidad un atributo personal o un emer-
tores. Plantean (en una salida psicologista) que gente situacional? Cuando hablamos de gru-
existe una tensión entre una idea de univer- po vulnerable ¿es posible recuperar las
salidad de los factores (considerar a X factor diferencias individuales sin perdernos en una
de riesgo, o a Y factor protector como univer- singularización absoluta de la clínica?
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concretos. Según Rose (1984), los factores que La diferencia entre las poblaciones y los
determinan la incidencia en una población, individuos no se reduce a un problema cuan-
de una determinada enfermedad, no son ne- titativo, en el que las formas de tratar la in-
cesariamente los mismos que las causas de formación necesaria para caracterizar una
cada caso. En este sentido, distingue dos pre- población implica medidas de resumen, ta-
guntas etiológicas: aquella que busca expli- les como el promedio, la mediana, la moda,
car el caso (¿por qué alguna persona padece etc. Cada uno de los individuos que compo-
determinado problema?) y aquella que bus- nen la población presentarán una distancia
ca entender la distribución entre poblaciones respecto de tales valores promedio, es decir,
(¿por qué en la población A es más frecuente el “individuo tipo” de una población rara-
la patología X, en tanto en la población B es mente existe como individuo concreto. Ello,
rara?) Esta pregunta no hace referencia a una y el hecho que todo factor de riesgo supone
determinación causal sino estadística. un componente valorativo por parte de las
personas, y se integra en la economía simbó-
Sin embargo, la noción de riesgo parece
lica de la comunidad de maneras particula-
integrarse al discurso de la clínica como una
res, agrega complejidad y mediaciones a los
solución técnica para la cuestión fundamen-
tal de este campo: la incertidumbre en el pro- “perfiles de riesgo”, transformándolos, en
ceso de toma de decisiones (Almeida, F., 2000). algunos casos, en descripciones objetivizan-
tes pero sin correlato real y con una marcada
La incorporación del concepto riesgo ineficacia explicativa.
como probabilidad de ocurrencia de un he-
cho, pretendería reducir y controlar la acción Según Almeida (1992), “factores de riesgo
de los elementos subjetivos o intuitivos del en sí, como tales, no existen”. Importa enton-
profesional en el ‘raciocinio clínico’, produ- ces preguntar por el sentido y el significado del
ciendo una extrapolación de un constructo riesgo en el contexto de la vida de las personas
que se origina a partir de la descripción de la concretas y de los colectivos poblacionales. Esta
salud/enfermedad, éxito/fracaso escolar, afirmación revierte en la forma en que se com-
adaptación/desadaptación social de la po- ponen los “grupos de riesgo” abstractos, reuni-
blación y no de los sujetos particulares. dos por un valor de variable.
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La característica de flexibilidad del enfo- resiliencia como objeto del campo científico.
que de resiliencia refiere a que en cualquier Como casi cualquier objeto, va a poder ser
situación es posible promover procesos resi- estudiado con distintas metodologías. Sin
lientes, siendo necesario identificar qué carac- embargo, las afirmaciones anteriores tienen,
terísticas positivas están presentes. Este gra- como correlato metodológico, una con–
do de abstracción permite que los contenidos necesariedad: los abordajes que intentan ex-
concretos de los procesos resilientes y las si- traer a los procesos resilientes de su amalga-
tuaciones de adversidad sean definidos ma histórica, simbólica, situacional, encon-
situacionalmente, y no respecto de un ideal trarán seguramente sólo partes insignifican-
normalizado. La óptica de las carencias se re- tes (para jugar con el doble sentido).
laciona con un modelo de completud, ya que
se carece de aquello que ha sido considerado El “diagnóstico de resiliencia”, es decir, el
necesario. En cambio el enfoque en las poten- abordaje psicopatológico, bordea (cuando no
cialidades, permite incluir el contexto y la si- se hunde) la falacia atomística (como mencio-
tuación, en una apreciación centrada en los nábamos más arriba). Suponer que un “no–
procesos desarrollados por personas y grupos. caso” tiene una determinación que se deduce
de la determinación del caso es: homologar la
Sin embargo, como mencionábamos antes, causa de la distribución con la causa de los
el enfoque de resiliencia tiene un costado con- casos; tratar al nivel singular como un mero
servador, cuando se priorizan las posibilida- valor de variable; y confundir probabilidad
des individuales sin considerar las determi- con causa. Al salir del marco de los factores
naciones estructurales. Sumado a las dificul- de riesgo para trabajar en contextos de adver-
tades metodológicas (Kotliarenco, 2000) y al sidad se intenta sortear este conflicto.
tratamiento de vulnerabilidad – protección, es
necesario advertir el riesgo de cosificar pro- Es decir, el objeto resiliencia es un objeto
cesos y, en ese mismo movimiento, invalidar del campo científico, pero dudamos que lo sea
toda aproximación que recupere su dimensión de pleno derecho del campo psicopatológico.
histórica. La descomposición en variables per- A su vez, si se enfoca en el componente
sonales de un proceso complejo muy proba- adaptativo, se reintroduce la idea de norma-
blemente impida conocerlo. Si bien segura- lidad, que limita el respeto por la diversidad.
mente encontraremos procesos biológicos
(Kotliarenco, 2000) asociados a las conductas El objetivo de la promoción de resiliencia
resilientes, seguramente también es improba- no debiera ser lograr personas resilientes (es
ble que encontremos en ese nivel una com- decir, personas que se adapten positivamente
prensión no reduccionista del fenómeno. a situaciones adversas que pueden modificar-
se), sino personas y comunidades que, a partir
El campo de la resiliencia (por utilizar la de experimentar de otra manera sus recursos
metáfora teórica más descriptiva) es comple- y potencialidades, puedan ganar en autonomía
jo: involucra dimensiones sub–individuales y en integración, así como en sus posibilidades
pero también a la persona como totalidad (in- de agenciamiento crítico y transformativo res-
cluyendo su historia, sus conflictos, los ava- pecto de las adversidades con las que lidian.
tares de su estructuración subjetiva), a la si-
tuación concreta, al contexto, y a la disponi- La reflexividad de nuestras actividades
bilidad circunstancial de recursos, valores implica que esas actividades y aquello sobre
alternativos, apoyo social, etc. Algunos as- lo que tratan no tienen sentido (no pueden ser
pectos integran estructuras de determina- lo que son) sin el observador. El observador
ción, otros podemos considerarlos azarosos es una “característica indéxica”, aunque de
o cuando menos indeterminados. Esta afir- manera diferente al resto de los elementos, de
mación supone discutir el estatuto de la la actividad de describir una cosa. La inter-
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pretación de la cosa no puede tener lugar sin En este sentido, cada encuentro es el único
él. La indexicalidad incluye, desde este punto a realizarse, y en él debiéramos poder aportar
de vista, tanto las características indicativas a quien nos interpela, alguna herramienta de
de las cosas como sus propios productores. abordaje de los problemas que lo limitan. La
posibilidad de proponer un andamiaje, una
Sintetizando, el abordaje teórico y políti- desnaturalización –por añadidura– de relacio-
co que proponemos para complejizar las con- nes violentas, una mirada no estigmatizadora,
ceptualizaciones actuales permitiría: proporciona también una alternativa, el sopor-
• El abandono del determinismo fatalista, te psíquico y afectivo necesario para tramitar
de la consideración de reproducción el conflicto, el trauma, la adversidad.
transgeneracional automática, y la pues- Es sin embargo un aspecto central en la
ta en cuestión de las evidencias promoción de procesos resilientes la evalua-
• La recuperación de una visión de la ción de las situaciones de riesgo y/o adver-
micropolítica como espacio de resisten- sidad en que se encontrarían las personas con
cia a la reproducción y a la hegemonía las que trabajamos. En consonancia con los
desarrollos de la Epidemiología Crítica lati-
• La apertura de una pregunta cuestiona- noamericana, en particular de N. de Almeida
dora de la “tipicidad del caso”. La fun- y Juan Samaja, proponemos analizar la eva-
ción de lo típico, para Zizek (2001), supo- luación de tales situaciones de riesgo en los
ne la posibilidad de que un concepto uni- siguientes niveles y operaciones:
versal vacío se relacione con nuestra ex-
periencia real. Un contenido particular es 1. Un Nivel Inicial, que supone la actualiza-
divulgado como típico de una noción ción teórico–investigativa y de resultados
universal, constituyendo el elemento de de las intervenciones o retroalimentación.
fantasía o fondo fantasmático de la no- 2. Un Nivel Situacional, en el que se rele-
ción ideológica universal. van los conflictos, recursos (materiales y
simbólicos) y vivencias cotidianas de las
Propuestas personas y/o grupos.
Proponemos, entonces, una aproximación 3. Un Nivel Contextual, donde revisamos
a la evaluación de las intervenciones basadas los valores, las normas, y el modo de vida
en el enfoque de resiliencia, que incluya clara- del colectivo
mente las dimensiones representacionales, sim-
bólicas y afectivas, tratando de reflexionar tam- 4. Finalmente, un Nivel Ético, definido por
bién en términos de las personas involucradas la situación de las personas y los grupos
y de la intervención como encuentro. en términos de justicia, equidad y dere-
chos humanos.
Esto permite enfocar en quien, oculto tras
el tratamiento de la resiliencia como conduc- Las operaciones que situarían los índices
tas, actitudes y habilidades personales (indi- de riesgo serían, por su parte:
viduales): aquél o aquella que, por diversas
• Una Ponderación de las situaciones halla-
circunstancias se ofreció, a quien se encon-
das en los distintos niveles y sus posibles
traba en una situación particularmente difí-
efectos de limitación o entorpecimiento y
cil –traumática, adversa– como vínculo
de facilitación del potencial humano.
identificante, reconocimiento (en el sentido
de Dessors, 1994) y acogimiento que permi- • Una Reflexión sobre el dinamismo, ines-
tió la reconstrucción y la tramitación de una tabilidad y heterogeneidad de los hallaz-
vivencia o situación (Wegsman, S., 2002). gos para cada nivel.
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