En síntesis, se puede determinar tres fases del reconocimiento jurídico de los
derechos humanos:
II. ESTADO LIBERAL Y DEMOCRÁTICO.
Se trata de los derechos políticos y la garantía es el derecho público. Es una reclamación de un sujeto contra el Estado. El Estado Democrático y Social es la antípoda del comunismo, el nazismo, el fascismo y el liberalismo. Es decir, un modelo basado en la preeminencia de los derechos humanos, que busca lograr el equilibrio entre lo individual y lo social en aras de la Justicia Social. No quiere decir esto que lo individual esté por encima de lo colectivo ni tampoco que lo colectivo este por encima de lo individual, lo que busca el Estado Democrático y Social es un equilibrio entre ambos extremos, lo que procura es crear un mecanismo donde todos los actores puedan experimentar una sensación profunda de justicia bajo la premisa de un ganar-ganar tal como se habla ahora en los textos doctrinarios sobre la moderna gerencia. Se trata de pensar en un nuevo modelo de justicia basado en el equilibrio de los derechos humanos y en la solución equilibrada de las tensiones en los derechos cada vez que se presente un conflicto de tipo jurisdiccional o ante una instancia de justicia alternativa. El Estado Democrático y Social postula la Justicia Social mediante la apertura de oportunidades para todos y todas. En oposición, el estado comunista establece monopolios estatales en todas las áreas o, por lo menos, la hegemonía del Estado en todos los puestos de poder o riqueza. Por eso las constituciones socialistas determinan que son propietarios de las tierras, los mares, el espectro radioeléctrico, el petróleo, los diamantes, el oro, los ríos, las aguas, el aire, de todo ser vivo o no vivo, etc. además, el estado comunista, donde quiera que se instala, intenta controlar la mente y la conducta de la sociedad para lograr un pensamiento único: el que impone el líder, caudillo o führer, por eso reprime de manera obsesiva la libertad de expresión. El Estado Democrático y Social se apoya en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Declaración de Viena que considera iguales a todos los derechos humanos. Como contrapartida, el estado socialista anula todo derecho humano civil o individual y considera que la Justicia Social solo es posible por la intervención totalitaria del Estado que controle todo y sea el dueño de todos los bienes y medios de producción. Considera al individuo como egoísta y utiliza cualquier excusa para perseguir a quienes postulen derechos individuales tales como el derecho de propiedad, por ejemplo. Así el estado socialista postula la propiedad social como forma de atacar el derecho humano a la propiedad privada. Con ello logra legitimar la confiscación de todo bien en manos privadas para pasarlo al colectivo.
Bibliografía
Ruíz Correa, I. (2010). http://repositorio.uchile.cl. Obtenido de http://repositorio.uchile.cl: