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Una aterradora técnica psicológica para

controlar la mente de cualquier persona

Esta es una pequeña guía para practicar el mal, en la cual se mostrará


como aplicar la heurística de la disponibilidad para hacer cambiar a alguien de
opinión acerca de cualquier cuestión. Es una especie de poder mental sobre otra
persona.

Antes de aprender cómo se puede manipular las opiniones de una persona, te


invito a que veas este vídeo titulado “Abusar psicológicamente de alguien”.

Un vídeo que nos invita a reflexionar y a hacer examen de conciencia para penar
el hecho de que todos, quizá, en algún momento de nuestra vida, hemos abusado
psicológicamente de alguien:

QUIZÁ TE INTERESE “Técnicas de concentración para lograr el control mental“

La heurística de disponibilidad es una especie de regla mental excepcional, que


se usa cuando no se tiene tiempo o deseo de realizar una investigación más
profunda.

Este tipo de heurística nos muestra que, a falta de la información completa, la


gente tiende a formarse una opinión basada en los datos que le vienen fácil e
inmediatamente a la mente.
Por ejemplo, si hay una gran cantidad de escándalos financieros en los
titulares, la gente dirá que hay un repunte de la delincuencia, aunque la tasa
global siga siendo la misma.

Otro ejemplo, al preguntar si hay más palabras que tienen “w” como primera letra
o “h” como segunda letra, van a decir que hay más palabras con w como la
primera letra porque somos mejores en recordar palabras en función de su
primera letra que de la segunda. Por lo tanto se concluye que es la dificultad
mental, o la facilidad, lo que determina la opinión de una persona.

Naturalmente, los psicólogos descubrieron una manera de convertir esta heurística


al lado oscuro.

Un equipo dirigido por el psicólogo Norbert Schwarz decidió aplastar la


confianza en si misma que tienen las personas, pidiéndoles que den algunos
ejemplos de ellos mismos siendos asertivos, y luego que valoraran si eran o no
una persona asertiva. El resultado concluyó que si una persona pensaba que era
asertiva o no, recaía en la cantidad de ejemplos que les fuesen solicitados.
Aquellos a los cuales se les pidió seis ejemplos lo hicieron fácilmente y en general
concluyeron en que eran asertivos.

En cambio, a los que se les pidió doce se les hizo más difícil encontrarlos y
aunque tenían el doble de razones para pensar que actúan asertivamente no se
consideraban ellos mismos de ese modo. El número de ejemplos no fue en lo que
basaron su autoestima, sino en la dificultad que tuvieron en la búsqueda de los
mismos.

Resulta que este engaño de la mente funciona cuando la gente está


evaluando alguna decisión.

Pida a una persona que piense en un montón de razones para cambiar de trabajo,
casarse con su pareja o comprar una casa. A pesar de que van a completar la
lista, serán menos propensos a pensar que es una buena idea comparado a
alguien que llegó con solo algunas de las razones que le vinieron fácilmente a la
mente. La gente piensa que si tienen tantos problemas pensando razones para
actuar de cierta forma, finalmente no debe ser una buena idea. Y así es como se
puede controlar, aunque de manera malvada, una mente

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