Pero en la vida real, muchos fenómenos posteriores afectan la forma de cómo se
desarrollan fenómenos que se iniciaron antes, debido a esto cambian el cursor de su
evolución. Un claro ejemplo es la ciencia del vino que hasta la fecha sigue avanzando. Pero, ¿quién empuja a quién? ¿No será que la necesidad de hacer más y mejor vino empuja a la ciencia básica para saber más sobre el sabor, color, olor y sobre el rendimiento de los sarmientos?