AÑO I . Domingo 13 de Noviembre de 1892 NÚM.

45

EEDACCION
PÜHTOS DE SUSGRlPGiON
CALLE DEL TUTOR, NÚMERO 41 EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS
s
O
Nada de cientos ni miles Más p a n y más azadones tu
del fondo de los reptiles. qiíe fusiles y cañones.
•o
íu
Más escvielas y cailales Abajo las cesantías
qne toros y generales. de ministros de tres días.

g Las empresas ferroviarias Ve el Q U I J O T E madrileño Co

o tendrán censuras diarias. todo enemigo pequeño.

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A CORRESPONSALES Y VENDEDORES A CORRESPONSALES Y VENDEDORES

Si
25 Números, 2'5 O Poseías 25 Nám eros, 2'5O Poseías o
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DIRECTOR
I Un mes í peseta I Un Trimestre.. 3 pesetas
EN MADRID... » Trimestre. 2'SO « J. OSORIO PÉREZ CASTAÑÓN EN PROVINCI.'iS >> Semestre... 6 »
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Á PUERTA CERRADA CANTARES

ó
DE LA CÁRCEL A LA AUDIENCIA
Naufragios hay en el mar, No salgas más de viaje Yo vivo de lo que como,
No vayan mis lectores á creer que esto es un pasillo en Granada desazones, porque pierdes simpatías; y bebo lo que me dan;
cómico ó un saínete por el estilo de los de Ricardo de la y en mi tierra una flamenca métete en un cuarto obscuro, pero masco algunas cosas
Vega.
que parte los corazones. y estáte toda la vida. que no las puedo tragar.
Es la expresión de mis tribulaciones, porque he senti-
do en el alma que los muchos amigos que fueron á ver
el juicio, se encontraran con las puertas cerradas. - Algún día llegará Quisiera estar en Granada, Tanto cepillas la ropa
Lleváronme desde la Cárcel á la Audiencia en el co- que la tortilla se giierva, solamente para oir que se va á quedar sin pelo;
che celular, como si fuese yo un criminal^ y lo que pudo y coman los pobres, pollos, la campana de la vela ¿á qué viene.esa miseria
conseguir Pepe el Huevero, yo no lie podido obtenerlo. y los ricos traguen cuerda. y lo que dicen de ti. teniendo tanto dinero?
Bien es verdad que á Pepe el Huevero le llamaban el
SANCHO PANZA.
rey del matute., y yo estoy procesado por injurias á la
reina.
Comenzó la vista. El relator, que según me dijeron
se llama Goñi, leyó el escrito del fiscal y el de mi de-
fensor.
Aquél pide contra mí dos años, cuatro meses y un día
do prisión correccional, 500 pesetas de multa y no sé
cuántas cosas más. Mi defensor solicita mi absolución.
¿Cuál de los dos saldrá adelante con sus propósitos?
Para conseguir los suyos, el fiscal Sr. Aballe, pronun-
ció un discurso ni muy largo ni muy fuerte.
Salió del paso como Dios le dio á entender. Verdad
es que no era muy buena la causa que defendía.
Mi defensor, D. Carlos Díaz Valero, me defendió con
calor y con elocuencia. Estuvo valiente, razonador y
oportuno.
Analizó los cantares denunciados, y demostró con su
lectura, palabra por palabra y letra por letra, que en
ellos no había injurias para la reina ni para nadie.
Dijo que más bien parecía él el defensor de los presti-
gios monárquicos, porque sólo la suspicacia y la malicia
podían imputar tales versos á la regente.
Citando varias sentencias del Tribunal Supremo, in-
dicó que donde no hay persona determinada no puede
liaber injuria.
He pedido nota de las varias sentencias que indicó mi
defensor, y me las ha facilitado. Recomiendo á mis lec-
tores que procuren leerlas.
He aquí sus fechas: 23 y 28 de Febrero, 22 de Marzo,
7 de Abril, 14 de Mayo y 11 de Noviembre de 1884, y
5 de Mayo y 10 de Diciembre de 1885.
Es lástima que el discurso del Sr. Díaz Valero no
haya podido ser escuchado por el público. Sólo lo hemos
oído los magistrados, el fiscal, el relator, mi procura-
dor D. Pedro Ramírez, el hujier y yo. Y más lástima es
aún que no haya podido ser tomado taquigráficamente.
En lo que ha estado más oportuno ha sido en protes-
tar porque no se haya probado la naturaleza de la r e -
gente, porque el fiscal se ha empeñado en decir que es ALFREOO ViCENTI
húngara.
Fuerza del consonante á lo que obligas,
á decir que son blancas las hormigas. El ilustrado Director de El Globo tiene una historia Gracias á él, nuestros hermanos los levantinos fueron
Mi felicitación más entusiasta á mi defensor. periodística verdaderamente brillante. socorridos.
Y ahora repito lo que dije ante el tribunal: Si merezco Comenzó su carrera de publicista allá en Galicia, don- Alfredo Vicenti no es sólo un periodista, sino que es
alguna pena, que me la impongan; yo no pido más que de colaboró en el importante periódico La Gaceta de también un literato distinguidísimo.
justicia. Santiago. Su colección de artículos descriptivos Perfiléis del Vil a,
Y á mis amigos, y á cuantas personas han acudido á y su libro de versos, titulado, si mal no recordamos, liea-
Cuando la inundación de Murcia, Alfredo Vicenti diri-
la Audiencia á verme, y con el deseo de presenciar el
gió desde El Globo una sentidísima excitación al públi- lidades, le han conquistado una fama verdaderamente
juicio, les envío la expresión de mi cariño y de mi gra-
co, para que se socorriese á nuestros hermanos de las pro- envidiable.
titud. vincias de Levante, víctimas de la implacable ira del También ha dirigido el importante periódico La ilus-
No me condenarán porque no he comftido ningún de- cielo. tración Gallega y Asturiana.
lito; pero si á pesar de ello me condenan, no por eso me
Los hermosos artículos de Vicenti, lograron''conmo- Alfredo Vicenti es un republicano do toda la vida.
preocupo. La República tiene en él uno de sus más decididos ó
ver á la opinión.
¡Felices los que sufren persecución por la justicia! inteligentes campeones.
DON QUIJOTE.
w. ..

T^stmento de una rata

antes de esdrarJa pata.

LOS SUCESOS DE GRANADA
E l pueblo de G r a n a d a ha inaugurado con toda solem-
nidad el m o n u m e n t o erigido en aquella capital al des-
cubridor de América.
Unos cuantos decididos, de los cuales ni siquiera se
conoce el n o m b r e , arrancaron el lienzo que cubría las
estatuas. No hubo discursos. L a multitud prorrumpió en
gritos de entusiasmo ¡Honor á Colón! A esto se
redujo todo. F u é aquel u n acto verdaderamente solemne.
L a noche estaba obscura. U n grupo armado de hacho-
nes prendió fuego á los mástiles y gallardetes l e v a n t a -
dos p a r a solemnizar la presencia de la «^rte. ¡Buen
alumbrado el de las llamas!
L a tribuna regia, con sus ricos pabellones de seda, y
sus maderas doradas, fué pasto del fuego.
L a s casillas de consumos y los fielatos, fuaron quema-
dos también.
L a majestuosa luz del incendio a l u m b r a b a la hermosa
ciudad de la A l h a m b r a .
H a y que reconocer que no fué absolutamente i n d i s -
pensable la presencia de la corte para inaugurar el mo-
numento.
Después, el pueblo se desparramó por las calles gri-
tando: ¡Abajo Cánovas! ¡Viva la República! L a casa del
Sr. Eodríguez Bolívar, jefe del partido conservador de
aquella provincia, fué apedreada; los arcos, adornados
de verde follaje, que se alzaban gallardos en el Salón,
fueron arrancados violentamente y quemados delante de
la Casa-Ayuntamiento; los comercios cerraron sus puer-
tas; la Guardia civil, á caballo y sable en m a n o , dio va-
rias cargas á la m u l t i t u d . U n muchacho recibió u n sa-
blazo en la cabeza H u b o muchos heridos
Legiones de hombres armados de banderas recorrieron
las principales calles de la población, pidiendo la rebaja
del p a n , y gritando: ¡Viva la República!
Soberbio espectáculo el que ofreció Granada en la
noche del miércoles.
* *
Después de la trajedia el sainóte:
L a prensa publicó la noticia de que los llamados re-
yes magos, Cos-Gayón, Azcárraga y L i n a r e s , habían de-
sistido de su viaje á G r a n a d a .
Entonces^ unos cuantos ciudadanos de buen h u m o r ,
discurrieron regocijar á la ciudad disfrazándose de reyes
m a g o s . Y montados en burros, la cara e n h a r i n a d a , gro-
tescos, ridículos, recorrieron la población aquellos tres
ministros de guardarropía.
E l pueblo granadino, que es algo aficionado á la b r o -
ma, celebró con grandes carcajas la ocurrencia.
L a parodia resultó divertidísima; fué aquel un espec-
táculo verdaderamente bufo. ¡Lástima grande que no lo
hubiese presenciado la corte! Acaso se hubiese reído.
¡Oh, el prestigio del gobierno conservador!
' • • • , • • * * - ' . .
No, no queremos comentar estos hechos. ¿ P a r a qué?
L o s mismos periódicos monárquicos. El Corree, La
Iberia, declaran que este es el principio del fin. Estamos
conformes. L a tempestad se aproxima. E l p r i m e r true-
no h a sonado ya en G r a n a d a . P e r o la tempestad amena-
za descargar sobre toda la Península.
MANÜJU DE FLORES JUDICIALES
No hay como tener un buen maestro para salir aprovechado.
El ministro de Ultramar, Sr. Romero Robledo, tiene un secre-
tario particular, gordito él, rubito él, que se llama D. Rafael Al-
Cuyo secretario particular es abogado fiscal de la Audiencia de
Burgos.
Y aun cuando ni como abogado ni como fiecal ha dicho jamás
esta boca es mía, ó por mejor decii, suya, resulta que ha hecho
una buena carrerita.
Es natural. Hay que protejer á los amigos.
También Ramoneito Sánchez Ocafia, el secretario particular de
Cos-Gayón, pertenece á la carrera judicial y está en Madrid.
Y, ¿por qué el bueno de Alcaráz no va á Burgos á desempeñar
BU cargo?
Debe eer porque está enfermo. [Maldita enfermedad, que no
atsca más que en Burgos, y no en Madrid I • Madrid, según nos comunica La
Vaya, que se alivie usted, Sr. Alcaráz. . Mientras puedas dar, espera
Y aproveche la ocasión. Porque para lo que le va á durar
Tilín, tilín, tilín.
Talán, talán
Que se va á cerrar
¿Qué es eso? Dirán mis lectores.
Pues ello es, que el Sr. Barnuevo, presidente de la Audiencia
de Madrid, ha dado orden para que á las tres de la tarde desa'o-
jen los procuradores el salón de baile donde reciben las notifica-
ciones, y las pulmonías en invierno, y las insolaciones en verano.
De modo, que á las tres, cada mochuelo ee va á BU o.ivo.
¿Y usted qué hace á esa hora, Sr. Barnutvo?
No me parece mal la orden, ¿pero han de abandonar los pro-
curadores sus asuntos?
¿Y el que no pueda ir antes de las tfep, cómo se va á arrfg'ai?
Ya (é yo cómo. Notificándole en su casa. Pero, como decía el
borracho del cuento ; cTodo parará en que se suba el vino.>
EB decir, en que los clientes tengan que pagar las cuentas más
cprap,"
Don Quijote
Dícenme que en el juzgado municipal del distrito del Hospi- ciolof/iques, publicado por el conocido escritor francés, el
tal, tardan mucho tiempo en dictar las sentencias. Conde de C h a m b r u n .
TJn poquito de brevedad, señor juez.
Con esta indicación creo que le bastará, y si no otro día seré Esta obra se halla de venta en todas las librerías al
más explícito. precio de dos pesetas.
Pues señor, que tenemos una direcoión general de Estableci-
mientos Penales, que no nos la merecethos. De u n periódico m o n á r q u i c o :
Y eso que está al frente de ella el conocJSp ganadero de toros «Desde que se realizó la restauración en los campos de Valen-
D. Antonio Hernández, y como subdirector, el Sr. Macho Navano. cia, no recordamos otro período político de más incertidumbre,
¿ Si será por esto por lo que dan largas á las hojas histórico- de más decadencia gubernamental, de más tristes é inmediatas
penales? consecuencias para el país.»
Pues las largas son buenas en la plaza de toros, cuando las
da el maestro Lagartijo; pero en los procesos causan perjuicio á Sí; estamos en vísperas de que se realicen esas i n m e -
los interesados. diatas consecuencias.
¡Pero la verdad, esos augurios no debieran hacerlos
El ministro de Gracia y Justicia prepara una nueva ley de
Enjuiciamiento civil. los periódicos monárquicos!
¡ Dios nos coja confesados I
¿Pero se habrá creído el Sr. Cos-Gayón, que en efecto, es un
jurisconsulto notable? E l Sr. Bosch h a comido días pasados en casa del s e -
No haga usted caso á Ramoneito. ¿Qué sabe él de eso? ñor Cánovas.
EL BAOIULLER SANSÓN CARRASCO. E l presidente del Consejo estuvo m u y ocurrente d u -
r a n t e la comida, y al decir de u n periódico, hasta se
-^—=#^&*- permitió hacer frases.
-•Eze—dijo, aludiendo á u n alto personaje—quiere
I^A MEABAS t e n e r l a s habilidades de Silvela, zolo que es tonto.
A h o r a falta saber quién será eze. Repitamos la frase
•i»
•*fc3*g=—4- -f. =g34*- consabida.
¡ Tiene la palabra el Sr. Villaverde p a r a u n a alusión
Señor Marqués de C u b a s : los pobres jornaleros que
personal!
dependen del Municipio de su presidencia, tienen que
pagar forzosamente seis reales al m e s , por servicio de U n incidente de la recepción del Ministerio de Ul-
médico que se les presta t a r d e , mal y con muchas difi- tramar:
cultades. «Llegó el presidente del Consejo, acompañado de su distin-
Señor M a r q u é s : esas son cosas de Bosch para p r o t e - guidísima esposa, al zaguán del Ministerio.
— >¿Hay señoras?—-preguntó.
j e r á algún p a n i a g u a d o , y como no es justo que tal «Contestáronle negativamente, y entonces la señora de Cá-
abuso siga, suprímalo usted. novas, volviendo á entrar en el coche, mandó que la condujesen
Y receta infalible: si quiere usted obrar en justicia, á casa.»
anule todo cuanto h a y a hecho su antecesor. Reconozcamos que el S r . Cánovas es u n marido
Y todo el m u n d o le aplaudirá. modelo.
Y que hace á las mil maravillas su papel de r e y c o n -
E L SR. BOSCH H A D I M I T I D O . sorte.
D a m o s la noticia a s í , en letras g r a n d e s , p a r a que la L l e v a á su mujer á todas p a r t e s .
vean ustedes en seguida.
H a s t a el tiempo se h a declarado en contra de los m o -
Sí; el Sr. Bosch ha dimitido. r'jó
nárquicos.
Digamos parodiando al p o e t a : '*. '-
A la lista de los enfermos, hay que añadir uno m á s .
Hoy la tierra y los cielos me sonríen,
hoy baja al fondo de mi alma el Sol; El general Martínez Campos.
el BoECh y Fusteguera ha dimitido; A y e r sintió u n ligero ataque al corazón.
¡hoy creo en Dios 1 Y p a r a ¿calmarse, se dirigió en seguida á palacio á
*
* * hablar m a l de Cánovas, según El Liberal.
E l Sr. Villaverde no quiere publicar en la Gaceta, con Y casi á pedir el poder.
los-elogios de rúbrica, la dimisión del Sr. Bosch. P o r q u e según sus íutimos, ya se va cansando de ser
Y es que el ministro de la Gobernación no quiere r e - apuntador.
conocer el celo, lealtad é inteligencia del alcalde dimisio- Y quiere, á toda costa, actuar de director de escena.
nario. ,^^,,,
De los datos descubiertos por el Sr. Dato en su i n s -
P r o p o n e m o s esta fórmula de coámiftción:
pección al A y u n t a m i e n t o , resulta que en el ramo de
P u b l í q u e s e en la Gaceta la di^nisión del Sr. Bosch,
limpieza faltan nada menos que cien caballerías.
haciendo constar el celo é inteligencia con que h a desem-
Pero en cambio, según r e s u l t a d o los mismos datos,
peñado su cargo.
sobran bastantes empleados amigos del Sr. Bosch, de
Y q u e firme el decreto u n o de los h e r m a n o s Cívicos.
esos que cobran y no trabajan.
A la recepción verificada días pasados en el palacio de D e modo que vayase lo uno por lo otro.
la presidencia, asistieron m u c h a s y distinguidas damas. Dentro de pocos días saldrá para sus posesiones de
L a señora de Cánovas hizo los honores de la casa. la provincia de Albacete, el e x alcalde Bocha.
¡ A h ! Suponemos que la b a n d a mexicana estaría p r e - Dicen que tiene dehesas
venida, y tocaría la marcha real. don Alberto por allá;
dehesas con buenos pastos,
Noticia CH jJíícrto; pues ya entiendo á lo que va.
¡Atención!
«El Sr. Bosch ha anunciado á sus antiguos amigos el Agradecemos á D . Camilo González A t a n é el libro,
propósito de encargarse de nuevo de la presidencia del que nos h a remitido.
Círculo de recreo llamado reformista.» Titúlase la obra Poesías y cantares.
No nos parece m a l . Está bien y merece leerse; hoy publicaremos un can-
tar que no h u b i e r a venido mal entre los que publica
Deseamos al Sr. Bosch q u e concurran al casino muchos
Sancho en la p r i m e r a plana.
Dice así la copla:
E l Sr. Silvela ha sufrido un cólico bilioso, que le h a Son los días para ti
hecho g u a r d a r cama d u r a n t e algunos días. sueños de falsa altgrí»;
leñando despiertes verás
Los médicos están asombrados de la cantidad de bilis los abismos de la vid» I
arrojada por el enfermo.
Y h a y que suponer que todavía le quedará alguna en Villaverde tiene cólico.
el cuerpo. Pero no miserere.
¡Porque como continúa siendo ministro de U l t r a m a r
Silvela tam.bién tiene cólico.
el Sr. Romero Robledo!
¿Qué se les h a b r á indigestado á estos conservadores?
Bocha, no puede ser, porque ya lo arrojaron.
E l gobernador de Leóli, S r . Novillo, h a llegado á
Correspondencia.
¡Novillo! ¡Novillo! de la mentira favores; fW
Pie a h í u n gobernador toreable. y cuando no tengas nada,
sabrás iqué verdades oyesl
¡Tararí! ¡Tararí!
E s t e cantar también es del libro de Camilo González
«No es cierto, como aseguran algunos periódicos, que se haya
concentrado en Madrid la Guardia civil. A t a n é , ¿y verdad que podría poner esta otra coplita
»Lo que hay es que los dos nuevos escuadrones de caballería, con las de Sancho?
formados en Alcalá con arreglo al real decreto de Agosto último,
han venido definitivamente á esta corte, donde han de prestar Cuenten ustedes:
servicio.»
El rey que rabió
No, la Guardia civil no se h a b r á concentrado en M a - Diego Corrientes ó el rey de Sierra Morena.
drid; pero el Sr. Cánovas tiene dos nuevos escuadrones E l rey de las Estaciones
de q u e disponer.
P e p e el H u e v e r o ó el rey del Matute. . .
¡F :o señor, cualquiera diría que el gobierno tiene
Total
miedo!
T u t e de r e y e s .
H e m o s recibido varios ejemplares del hermoso libro
titulado Aux montagnes d Auvergne., Mes conclusions so- Imp. y Lit, Arenal, 37.