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Previo a la instalación:
Durante la instalación:
Posterior a la instalación:
9. ASA
- ASA I = No hay trastorno orgánico, bioquímico o psiquiátrico. El proceso patológico por el cual
se realiza la operación es localizado y no entraña compromiso sistémico.
- ASA III = Trastorno sistémico severo o enfermedad de cualquier causa, aunque no sea posible
definir el estado de incapacidad con fineza. Ejemplos: cardiopatía severa o descompensada,
diabetes mellitus no compensada acompañada de alteraciones orgánicas vasculares sistémicas
(micro y macroangiopatía diabética), insuficiencia respiratoria moderada o severa, angina de
pecho, IAM antiguo, etc.
- ASA IV = Paciente con trastorno sistémico grave, con peligro de muerte constante, no
siempre corregible por la operación. Ejemplos: insuficiencia cardiaca, respiratoria y renal
severas (descompensadas), angina persistente, miocarditis activa, DM descompensada con
complicaciones severas en otros órganos, etc.
Anestesia local:
Los anestésicos locales (AL) son fármacos que, aplicados en concentración suficiente en su
lugar de acción, impiden la conducción de impulsos eléctricos por las membranas del nervio y
el músculo de forma transitoria y predecible, originando la pérdida de sensibilidad en una zona
del cuerpo. Los AL impiden la propagación del impulso nervioso disminuyendo la
permeabilidad del canal de sodio, bloqueando la fase inicial del potencial de acción. Para ello
los anestésicos locales deben atravesar la membrana nerviosa, puesto que su acción
farmacológica fundamental la lleva a cabo uniéndose al receptor desde el lado citoplasmático
de la misma.
Anestesia regional:
Existe una justificación sólida razonable para el uso de la TIVA en algunos pacientes
en los que es imposible o inconveniente la administración de anestésicos inhalados, o
en situaciones en las que es impracticable el uso de los sistemas tradicionales de
administración de anestésicos o no se dispone de ellos. En otros casos, el uso de
TIVA podría hacer el proceso más eficiente y ventajoso para el paciente.
La TIVA es puramente una técnica anestésica y, cuando se usa en casos en los que
se requiere tratar el dolor posoperatorio, se pueden aplicar estrategias multimodales
de tratamiento del dolor como la administración de una anestesia regional antes de la
TIVA para uso posoperatorio con el fin de acelerar la recuperación del paciente4.
Prescripción
La TIVA puede realizarse con un solo fármaco o con una combinación de éstos. El
perfil farmacológico (farmacocinética) del fármaco ayuda a conocer sus implicaciones
clínicas y con ello a seleccionar el fármaco adecuado. Los grupos farmacológicos
usados con mayor frecuencia son, entre otros, los hipnóticos y los opioides de acción
corta5. El descubrimiento del propofol en la década de 1970 revolucionó el uso de la
TIVA. Actualmente es el único hipnótico activo por vía intravenosa adecuado para la
inducción y mantenimiento de la anestesia. Las técnicas de TIVA con propofol ofrecen
muchas ventajas como la recuperación rápida de la consciencia y la función
psicomotora, mayor velocidad de recuperación, efecto antiemético y una incidencia
menor de las náuseas y vómitos posoperatorios6. El propofol puede combinarse con
opioides, miorrelajantes, AINE, etc., según el paciente o el tipo de procedimiento a
realizar. Cuando se usa TIVA a través de TCI, los preferidos son los opioides de
acción corta como el remifentanilo. Recientemente se observó que la TIVA a través de
TCI, que combinaba remifentanilo y propofol, controlaba de forma eficaz las
respuestas intraoperatorias al tiempo que permitía una recuperación rápida de la
anestesia en cirugía programada en pacientes ingresados7. También se han
observado resultados similares en cirugías en pacientes ambulatorios.