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19.

Cuidados de enfermería en manejo de línea arterial

Previo a la instalación:

- Verificación de la indicación medica y/o necesidad real del paciente


- Selccionar sitio de puncion. De ser radial, realizar test de allen
- Recoletar insumos y explica procedimiento al usuario, si procede.
- Asegurar y/o realizar la limpieza adecuada de la piel, acorde al protocolo institucional

Durante la instalación:

- Mantener la técnica aséptica en todo momento


- Velar por el acierto en el menor número de intentos posibles

Posterior a la instalación:

- Verificar la permeabilidad, asegurándose de que el apurador de suero se mantenga


inflado en 280-300 mm/hg, para aportar ml/hr de infusión
- Evaluar constantemente el sitio de inserción de catéter en la piel, en busca de signos
de infección.
- Realizar curaciones del sitio de inserción por real necesidad (apósito con sangre,
fijación suelta, posibilidad de desplazamiento, etc)
- Brindar la mayor comodidad posible al usuario, dentro de las posibilidades
- Calibrar el transductor al inicio de la jornada, después de cada cambio de posición,
después de la toma de exámenes y antes de la entrega de turno, idealmente.

9. ASA

El ASA es un sistema de clasificación que determina la Asociación americana de anestesiólogos,


la ASA, para estimar el riesgo que plantea la anestesia para los distintos estados del paciente.
No evalúa el riesgo anestésico en sí, sino el estado clínico del paciente, aunque lo cierto es que
se correlaciona de una manera bastante fiable (aunque no perfecta) con el índice de
mortalidad perioperatoria. Así, clasificaremos a los pacientes de la siguiente manera:

- ASA I = No hay trastorno orgánico, bioquímico o psiquiátrico. El proceso patológico por el cual
se realiza la operación es localizado y no entraña compromiso sistémico.

- ASA II = Enfermedad sistémica leve o moderada, controlada y no incapacitante. Puede o no


relacionarse con la causa de la cirugía. Edad < 1 año o > 80 años.

- ASA III = Trastorno sistémico severo o enfermedad de cualquier causa, aunque no sea posible
definir el estado de incapacidad con fineza. Ejemplos: cardiopatía severa o descompensada,
diabetes mellitus no compensada acompañada de alteraciones orgánicas vasculares sistémicas
(micro y macroangiopatía diabética), insuficiencia respiratoria moderada o severa, angina de
pecho, IAM antiguo, etc.

- ASA IV = Paciente con trastorno sistémico grave, con peligro de muerte constante, no
siempre corregible por la operación. Ejemplos: insuficiencia cardiaca, respiratoria y renal
severas (descompensadas), angina persistente, miocarditis activa, DM descompensada con
complicaciones severas en otros órganos, etc.

- ASA V = Paciente con una expectativa de vida inferior a 24 horas.


- ASA VI = Paciente clínicamente con muerte cerebral, el cual es atendido con medidas de
soporte, para la obtención de órganos de transplante. Añadiremos una “E” cuando se trate de
una intervención de emergencia.

6. diferencia entre anestesia regional y local

Anestesia local:

Los anestésicos locales (AL) son fármacos que, aplicados en concentración suficiente en su
lugar de acción, impiden la conducción de impulsos eléctricos por las membranas del nervio y
el músculo de forma transitoria y predecible, originando la pérdida de sensibilidad en una zona
del cuerpo. Los AL impiden la propagación del impulso nervioso disminuyendo la
permeabilidad del canal de sodio, bloqueando la fase inicial del potencial de acción. Para ello
los anestésicos locales deben atravesar la membrana nerviosa, puesto que su acción
farmacológica fundamental la lleva a cabo uniéndose al receptor desde el lado citoplasmático
de la misma.

Anestesia regional:

Grupo de técnicas anestésicas producidas por la


interrupción reversible de la conducción nerviosa, después de la administraci
ón de un agente anestésico local. Entre ellas se encuentran:
Espinal.
Peridural.
Paravertebral.
Troncular.
De campo.
Tópica- infiltración.
2. Maquina TIVA
La Anestesia Total Intravenosa (TIVA) es una técnica de anestesia general que usa
una combinación de fármacos administrados exclusivamente por vía intravenosa sin
usar fármacos por vía inhalatoria (anestesia con gases)1.

Existe una justificación sólida razonable para el uso de la TIVA en algunos pacientes
en los que es imposible o inconveniente la administración de anestésicos inhalados, o
en situaciones en las que es impracticable el uso de los sistemas tradicionales de
administración de anestésicos o no se dispone de ellos. En otros casos, el uso de
TIVA podría hacer el proceso más eficiente y ventajoso para el paciente.

Comparada en general con las técnicas de anestésicos volátiles tradicionales, TIVA


ofrece diversas ventajas potenciales. Entre éstas se incluyen la reducción de la
incidencia de náuseas y vómitos posoperatorios, menor contaminación atmosférica,
recuperación más previsible y rápida, mayor estabilidad hemodinámica, preservación
de la vasoconstricción pulmonar hipóxica, reducción de la presión intracerebral y un
menor riesgo de toxicidad orgánica.

Recientemente la TIVA se ha hecho más popular y accesible debido


fundamentalmente a dos razones: en primer lugar, las propiedades farmacocinéticas y
farmacodinámicas de medicamentos como el propofol y fármacos opioides de acción
corta más nuevos, que los hacen idóneos para la administración intravenosa. En
segundo lugar, nuevos conceptos en el modelado farmacocinético acompañados por
los avances tecnológicos en las bombas de infusión, que posibilitan el uso de
algoritmos como la infusión controlada por objetivo (TCI)2.

En comparación con la anestesia tradicional por inhalación, los beneficios inherentes


de la TIVA a través de la infusión controlada por objetivo (TCI) la convierte en una
técnica más efectiva y fácil de implementar por el anestesiólogo, mientras que al
mismo tiempo ofrece una recuperación del paciente más rápida y cómoda3.

La TIVA es puramente una técnica anestésica y, cuando se usa en casos en los que
se requiere tratar el dolor posoperatorio, se pueden aplicar estrategias multimodales
de tratamiento del dolor como la administración de una anestesia regional antes de la
TIVA para uso posoperatorio con el fin de acelerar la recuperación del paciente4.

Prescripción
La TIVA puede realizarse con un solo fármaco o con una combinación de éstos. El
perfil farmacológico (farmacocinética) del fármaco ayuda a conocer sus implicaciones
clínicas y con ello a seleccionar el fármaco adecuado. Los grupos farmacológicos
usados con mayor frecuencia son, entre otros, los hipnóticos y los opioides de acción
corta5. El descubrimiento del propofol en la década de 1970 revolucionó el uso de la
TIVA. Actualmente es el único hipnótico activo por vía intravenosa adecuado para la
inducción y mantenimiento de la anestesia. Las técnicas de TIVA con propofol ofrecen
muchas ventajas como la recuperación rápida de la consciencia y la función
psicomotora, mayor velocidad de recuperación, efecto antiemético y una incidencia
menor de las náuseas y vómitos posoperatorios6. El propofol puede combinarse con
opioides, miorrelajantes, AINE, etc., según el paciente o el tipo de procedimiento a
realizar. Cuando se usa TIVA a través de TCI, los preferidos son los opioides de
acción corta como el remifentanilo. Recientemente se observó que la TIVA a través de
TCI, que combinaba remifentanilo y propofol, controlaba de forma eficaz las
respuestas intraoperatorias al tiempo que permitía una recuperación rápida de la
anestesia en cirugía programada en pacientes ingresados7. También se han
observado resultados similares en cirugías en pacientes ambulatorios.

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