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Se trata de un derecho que debemos considerar vinculado a un derecho mayor o más amplio
como es el del derecho al acceso a la cultura, el cual aparece recogido en el art. 44 de la
Constitución: “Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que
todos tienen derecho”.
- No obstante, se observa una tendencia a su consideración como derecho
singularizado o propio, tal y como podemos observar , por ejemplo, en el Estatuto de
Autonomía de Andalucía de 2007: “Todas las personas tienen derecho, en condiciones de
igualdad, al acceso a la cultura, al disfrute de los bienes patrimoniales, artísticos,
paisajísticos de Andalucía, al desarrollo de sus capacidades creativas individuales y
colectivas, así como el deber de respetar y preservar el patrimonio cultural andaluz” (Art.
33 EA).
- Esto refleja el paso de los denominados derechos de segunda generación (derechos
sociales, económicos y culturales) a los de tercera generación (de solidaridad entre
todas las personas y pueblos: protección del medio ambiente, paz, prestaciones sociales a
minorías, seguridad laboral, derechos del consumidor, igualdad de género, calidad de vida,
etc.).
1.2. Marca los objetivos que debe cumplir la tutela del Patrimonio Histórico
Los objetivos previstos en el Art. 46 como finalidad a perseguir por los poderes públicos en la tutela
del Patrimonio Histórico son dos: la conservación y en el enriquecimiento. Estos objetivos deben
entenderse en el siguiente sentido:
La conservación, la cual debe garantizarse, debe entenderse no sólo como conservación física
o material de los bienes que integran el Patrimonio Histórico sino como salvaguarda de los
valores y contenidos culturales de los mismos. Esto tiene dos implicaciones muy importantes:
- Significa que el interés general debe prevalecer sobre el interés particular, sobre todo,
el derecho de propiedad.
- Cuando concurran normas de distinta naturaleza jurídica sobre un bien cultural
(urbanismo, turismo, etc.), aunque se debe buscar la coordinación, prevalecerá la
legislación especial reguladora del Patrimonio Histórico.
Que estas responsabilidades deben repartirse entre todas las administraciones. En dos
sentidos:
- Debe existir una colaboración entre todas las administrativas públicas
(ayuntamientos, diputaciones, Estado, Comunidades Autónomas, Patrimonio Nacional,
Universidades, etc.)
- Ninguna administración puede disponer en exclusiva de todas las competencias
sobre Patrimonio Histórico.
Sanciona la prevalencia del interés general (o propiedad colectiva del bien cultural)
sobre el derecho de propiedad privado, al imponer unas exigencias de tutela iguales para
todos los bienes con independencia de su condición pública o privada.
Que otorga una gran relevancia y trascendencia a los comportamientos que pongan en peligro
o deterioren el Patrimonio Histórico.
Obliga a las administraciones públicas a legislar para que se tipifiquen como delitos estos
atentados.
Son las Comunidades Autónomas las que tienen las máximas competencias en
Patrimonio Histórico. Además, todas las CC AA disponen de las mismas competencias, por
lo que no hay diferencia entre ellas. Se ha optado por no diferenciar competencias en función
de la mayor o menor singularidad cultural de las CC.AA o en función de ser comunidad
histórica o no (es el famoso “café para todos”). Los ayuntamientos y demás entes de la
administración local apenas si tienen competencias, a pesar de su vinculación directa con los
bienes culturales.
Aunque en principio la Constitución Española establece una distribución concreta de las competen-
cias (en Patrimonio Histórico y en cualquier otra cuestión) que corresponden a cada administración, la
singularidad de la construcción del Estado de las Autonomías que se ha producido en España
desde la transición democrática ha provocado que lo establecido en la Constitución haya sufrido
cambios a través de una interpretación muy flexible de la misma.
Distribución de competencias entre el Estado y las CC.AA establecida en la Constitución Española:
La distribución competencial (las de Patrimonio Histórico y todas las demás) aparece recogida en la
Constitución Española en dos artículos:
• En el artículo 148, que son las que se atribuyen a las Comunidades Autónomas, las cua-
les podrían asumirlas si así se recogían en sus respectivos estatutos de Autonomía. Hay que
pensar que todavía no existían las CC.AA, ya que son una creación de la propia Constitución.
• Y en el artículo 149, que son las asignadas al Estado, las cuales se consideran como com-
petencias exclusivas del Estado por lo que son intransferibles a las Comunidades Autónomas.
Por lo que respecta al artículo 148, las competencias establecidas para las Comunidades Autó-
nomas son:
• Artículo 148.1.- “Las Comunidades Autónomas podrán asumir competencias en las siguientes
materias:...
• 15º. Museos, bibliotecas y conservatorios de música de interés para la Comunidad Autónoma.
• 16º. Patrimonio monumental de interés para la Comunidad Autónoma.
• 17º. El fomento de la cultura, de la investigación y, en su caso, de la enseñanza de la lengua
de la Comunidad Autónoma”.
En principio se trata de competencias muy reducidas que no justifican las amplias competencias
asumidas con posterioridad por parte de las CC.AA. Incluiría sólo el patrimonio inmueble (patrimonio
monumental) más relevante y que no tuviera interés para el conjunto del Estado español (es lo que
significa “interés para la Comunidad Autónoma”)
Por lo que respecta al artículo 149, las competencias reservadas en exclusiva para el Estado son:
• Artículo 149.1.28: “Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la
exportación y la expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad estatal, sin perjuicio
de su gestión por parte de las CC.AA”.
• También se trata, en principio, de competencias muy reducidas que no justifica la amplia
capacidad legal desarrollada por el Estado con posterioridad, sobre todo, con la promulgación
de la LPHE de 1985.
Proceso de transferencia de las competencias establecidas en la CE. La LPHE y la Sentencia de
1991:
La construcción del Estado de las Autonomías, previsto en la CE, se empezó a materializar a
partir del momento en el que cada Comunidad Autónoma redactó su Estatuto de Autonomía, se cons-
tituyó como tal y el Estado procedió a transferirle funciones y servicios (de 1980 a1987) que hasta en-
tonces desarrollaba él.
En este proceso, todas las CC.AA incluyeron en sus Estatutos plenas competencias en materia
de Patrimonio Histórico, lo que suponía hacer una lectura muy favorable de la CE. Los argumen-
tos esgrimidos para justificar esta interpretación son:
• Entienden el criterio “de interés para la Comunidad Autónoma” como referido a todos
los bienes que existen en su territorio y no a los que no son relevantes para el conjunto del
Estado.
• Interpretan en un sentido expansivo el término patrimonio monumental, como sinónimo
de bienes culturales (incluyen incluso los archivos que ni siquiera son citados en la CE)
Estatuto de Autonomía de Castilla y León (Ejemplo primeros Estatutos)
(el último en aprobarse por Ley 4/1983, de 25 de febrero)
Art. 32.12ª. Patrimonio histórico, artístico, monumental, arqueológico, arquitectónico y científico de
interés para la Comunidad, sin perjuicio de la competencia del Estado para su defensa contra la ex-
portación y expoliación.
13ª Museos, bibliotecas, archivos y otros centros culturales y de depósito de interés para la Comuni-
dad y que no sean de titularidad estatal. En los mismos términos, conservatorios de música y danza,
centros dramáticos y otras instituciones relacionadas con el fomento y la enseñanza de las bellas ar-
tes.
14ª. Fiestas y tradiciones populares…”.
En este proceso de construcción del Estado de las Autonomías se promulga por parte del gobierno
central la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 (Reglamento de desarrollo de 10 de enero
de 1986), la cual, además de instituir el régimen de protección de todos los bienes históricos, estable-
ce una distribución concreta de competencias y responsabilidades entre las diferentes adminis-
traciones públicas. En esta cuestión aparecen una serie de aspectos controvertidos. Destacan los
siguientes:
• La promulgación en sí de la ley suponía el reconocimiento de una capacidad por parte del
Estado para elaborar una ley general sobre Patrimonio Histórico, lo cual parecía bastante
dudoso a tenor de lo establecido en el art. 149.
• El artículo 9 de la LPHE establecía la competencias del Estado para declarar BIC. Lo hacía
por las implicaciones fiscales que suponía la declaración, cuyas competencias son estatales.
Las CC.AA se quedaban como meras instructoras del expediente de declaración de esta figu-
ra, la cual constituye la columna vertebral de todo el sistema de protección del país.
Ante esta situación, se presentará un recurso de inconstitucionalidad por parte de las CC.AA históri-
cas (Galicia, País Vasco, Cataluña y Parlamento de Cataluña). Andalucía ya tenía ese reconocimien-
to de Comunidad Histórica pero no presentará recurso por cuestiones políticas.
Este recurso será resuelto a través de la trascendental sentencia 17/1991 de 31 de enero del
Tribunal Constitucional. Los aspectos más destacados de la misma son:
• El más importante es que se reconoce la constitucionalidad de la LPHE. Los argumentos
utilizados son:
- La existencia de una conexión entre las competencias que ostenta el Estado sobre Pa-
trimonio Histórico con las asignadas al mismo en materia de cultura. Art. 149.2 “Sin per-
juicio de las competencias que podrán asumir las CC.AA, el Estado considerará el servicio de
la cultura como deber y atribución esencial y facilitará la comunicación cultural entre las
CC.AA de acuerdo con ellas”. La referencia a esta competencia significa que el TC considera
que el Patrimonio Histórico forma parte de la cultura española y que, además, el Patrimonio
Histórico de cada Comunidad Autónoma es una parte inseparable del Patrimonio Histó-
rico Español y, por tanto, de la cultura española.
- Entendimiento de manera extensiva del concepto de expolio, tal y como aparece en el
Art. 4 LPHE: “toda acción u omisión que ponga en peligro la pérdida o destrucción de todos o
algunos de los valores de los bienes que integran el Patrimonio Histórico Español o perturbe
el cumplimiento de su función social”. Con este concepto, no se trata, por tanto, simplemen-
te de evitar robos o daños en los bienes históricos (el Estado ya dispone de competencias
en materia de seguridad ciudadana) sino de garantizar el cumplimiento de la función so-
cial de los bienes culturales. Para esto, el Estado necesita instrumentos y capacidad ju-
rídica para intervenir en todas aquellas acciones que componen el sistema general de
protección (catalogación, estatuto jurídico, difusión, fomento, etc.). De ahí su capacidad para
promulgar una ley general sobre Patrimonio Histórico.
• Se declara constitucional, pero estableciendo una relectura diferente (fallo interpretativo),
la potestad del Estado para declarar BIC, asignándosela a las CC.AA.
- Se evita el carácter meramente instructor de las CC.AA, asumiendo un papel decisorio.
- El TC distingue entre catalogación de BIC (asignando las competencias a las CC.AA) y
bienes inventariados, donde incluye el IGBM, el Censo del Patrimonio Documental y el Catálo-
go Colectivo del Patrimonio Bibliográfico (las competencias son compartidas entre el Estado y
las CC.AA).
- Autoriza a las CC.AA a que puedan crear sus propias figuras y procedimientos de pro-
tección, lo que supondrá la liquidación del BIC nacional.
Situación actual de la distribución de competencias. Las asignadas al Estado:
En la actualidad todas las CC.AA tienen plenas competencias a nivel legal (promulgar leyes y re-
glamentos sobre la materia), organizativo-administrativo (gestionar el Patrimonio Histórico de su
comunidad) y ejecutivo (aplicar lo establecido en la ley y llevar a cabo los programas de actuación
que considere oportunos), a excepción simplemente de las reservadas exclusivamente al Esta-
do.
Esto significa, por poner un ejemplo, que la declaración de un bien (y todo lo que significa la contrata-
ción de equipos, gestión del proceso, decisión final sobre qué declarar, etc.), y toda la actuación so-
bre el mismo (autorizaciones de obras de restauración o colocación de carteles, sanción por el incum-
plimiento de las obligaciones legales del propietario, inspección para ver el estado de conservación,
paralización de obra ilegales, etc.) es competencia, en el caso andaluz, de la Junta de Andalucía.
Por lo tanto, para saber exactamente cuáles son las competencias de las CC.AA dada su amplitud, lo
mejor es saber cuáles son las que corresponde en exclusiva al Estado, las cuales son mucho
más reducidas.
Podemos dividir las competencias que tiene el Estado en competencias normativas (capacidad de
legislar) y ejecutivas (el ejercicio de esas competencias). Son las siguientes:
• Competencias normativas del Estado.
- Regulación del Patrimonio Histórico Español en lo referido, por un lado, al tratamiento ge-
neral del mismo y, por otro lado, a las competencias exclusivas o reservadas al Estado: expor-
tación y expoliación, Museos, Archivos y Bibliotecas de titularidad estatal y Patrimonio Nacio-
nal.
- Regulación del acceso a la cultura, especialmente en lo relativo a la conservación y enri-
quecimiento del Patrimonio Histórico Español, estableciendo las medidas de fomento y las
ayudas y subvenciones que estimen oportunas con cargo a los Presupuestos Generales del
Estado.
• Competencias ejecutivas del Estado.
- Defensa y protección del Patrimonio Histórico Español contra la exportación y expolia-
ción, incluyendo las acciones para recuperar bienes exportados ilegalmente.
- Realización, en colaboración con las CC.AA, del Inventario General de Bienes Muebles, Re-
gistro General de BIC, Censo del Patrimonio Documental y Catálogo Colectivo del Patrimonio
Bibliográfico.
- Declaración de BIC de bienes adscritos a servicios públicos gestionados por la Admi-
nistración del Estado o que formen parte del Patrimonio Nacional (RENFE, FEVE, AENA,
Correos, RTVE, Banco de España, Congreso de los Diputados, Poder judicial, Reales Acade-
mias, Museo Estatales, Patrimonio Nacional, fincas y propiedades del Ministerio de Defensa o
del Ministerio de Agricultura, Puertos del Estado, etc.). También la acción patrimonial sobre
este tipo de bienes: excavaciones, restauraciones, etc.
- Atribución concreta de beneficios fiscales en los tributos estatales y ayudas y subvenciones
con cargo a los Presupuestos Generales del Estado destinados al fomento, conservación y en-
riquecimiento del Patrimonio Histórico.
- Interlocución ante la UNESCO en materia de Patrimonio Mundial. La UNESCO no reco-
noce a las CC.AA como interlocutoras en materia de Patrimonio Mundial, sólo al Estado espa-
ñol (ocurre igual en el resto de países), por lo que la situación en España es ciertamente sin-
gular, al no tener el Estado competencias en materia de Patrimonio Histórico. En este sentido,
el papel que le corresponde al Estado español en esta materia es la siguiente:
•Es el responsable de presentar ante la UNESCO las candidaturas para su de-
claración. Estas candidaturas las proponen las CC.AA y las elige el Consejo de
Patrimonio Histórico, que es un órgano en el que están representado el Estado y
todas las CC.AA.
•Es el responsable ante la UNESCO de la situación de los sitios declarados
Patrimonio Mundial.
- Difusión internacional del Patrimonio Histórico Español.
- Gestión de Museos, Archivos y Bibliotecas de titularidad estatal que no transfiera la
gestión a las CC.AA. Se discuten dos cuestiones: Si se puede o no transferir la titularidad del
bien, como reclaman las CC.AA y determinar con precisión el alcance del concepto gestión (se
excluyen intervenciones sobre el edificio que no sean de mantenimiento). Museos estatales no
transferida su gestión a las CC.AA.: M. Arqueológico Nacional, M.N. de Altamira, M.N. de Ar-
queología Subacuática, M. del Traje, M. N. de Artes Decorativas, M.N. De Cerámica y Artes
Suntuarias, M.N. De Escultura, M. del Greco, M. Casa de Cervantes...
• Competencias asignadas a los ayuntamientos
- La Constitución española no establece competencias específicas para los ayuntamientos (o
entidades locales) por lo que tenemos que acudir a la legislación específica que regula es-
tas administraciones (Ley 7/1985, de 2 de abril, de Bases del Régimen Local) y, sobre todo,
a la legislación de Patrimonio Histórico. Si bien, por la ley de Bases de Régimen Local, los
ayuntamientos podrían tener competencias diversas en “Patrimonio Histórico-artístico”, la con-
creción de éstas dependen de lo establecido en la legislación de Patrimonio Histórico. En esta
legislación de Patrimonio Histórico el papel de los ayuntamientos queda establecido de la si-
guiente manera:
- Su función primordial es la de colaboración y cooperación con la administración compe-
tente en relación al Patrimonio Histórico que se sitúe dentro de su término municipal, lo
cual excluye, por tanto, cualquier responsabilidad ejecutiva o de gestión. Competencia general
y difusa contenida en el art. 7 LPHE.
- Competencias amplias, aunque tuteladas por la administración cultural competente, en ma-
teria de planeamiento o protección de bienes inmuebles de conjunto, en especial Conjun-
tos Históricos. Elaboración, aprobación y ejecución de los Planes Especiales de Protección.
- Asunción de competencias sobre aquellas acciones tutelares en torno a las cuales
existe vacío o indefinición legal, en especial las relacionadas con la difusión, puesta en va-
lor, interpretación, turismo, etc.