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¿Cuál es la fórmula perfecta para ahorrar tiempo y dinero al vestirnos, y construir un guardarropa
profesional?
Hace algunas semanas hablamos sobre la cápsula de la vestimenta masculina. Una lectora nos
pregunta cómo sería en el caso femenino. El objetivo es tener un conjunto de prendas que sean
combinables entre sí y lograr el máximo número de tenidas diferentes sin tener que comprar tantas
piezas o tan a menudo.
Muchas lectoras se preguntarán si esta idea hará que se vean siempre iguales o si tendrán la
suficiente variedad. Por eso sugiero elaborar dos conjuntos básicos, cada uno con una armonía de
color, pero ambos compatibles entre sí. Luego ir intercambiando algunas prendas entre los
conjuntos para lograr diferentes variaciones:
Cápsula 1
Un saco y una falda del mismo color, en el tono oscuro más favorecedor al rostro (negro,
azul, gris) y con un fit impecable (la talla y el entalle correctos)
Una blusa formal, de un color claro que contraste
Un collar corto de perlas
Un par de zapatos negros, de taco y un estilo sobrio
Cápsula 2
Así tenemos dos conjuntos completos: uno formal y uno business casual, pero que, al ser
combinados e intercambiar prendas entre sí, nos brindan casi cuarenta tenidas distintas que
pueden ser usadas para ocasiones de diferente nivel de formalidad.
Es la solución más eficiente para no sufrir frente al clóset cada mañana, tener un guardarropa
ordenado y sólo con las prendas necesarias. De esta manera también no nos llenamos de prendas
huérfanas, que nunca encontramos con qué combinarlas. ¡Cinco minutos y ya estamos vestidas!
La frase
“La eficiencia es hacer mejor lo que ya se viene haciendo”