La reacción de explosión es tan rápida que se produce sin consumir oxígeno de la
atmósfera, por lo que las reacciones de oxidación que se producen deben realizarse con el oxígeno del propio explosivo. Esto nos presenta el concepto del balance de oxígeno.
El balance de oxígeno nos da idea de si el oxígeno presente en el compuesto es
suficiente para oxidar todo el carbono e hidrógeno de dicho compuesto. Si el balance de oxígeno es positivo el explosivo tiene más oxígeno del necesario. En caso contrario el oxígeno se encuentra en defecto, y en vez de producirse CO2 y agua se libera hidrógeno gas y queda carbono en forma de ceniza o restos de hollín.
En la práctica, cuando hay defecto de oxígeno se acostumbra a combinar varios
explosivos, de forma que el exceso de oxígeno de uno de ellos compense el defecto de oxígeno del otro.
De esta forma, el TNT, debido a su balance de oxígeno negativo, es más efectivo
si se mezcla en la proporción correcta con nitroglicerina, cuyo balance de oxígeno es positivo.