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Ciudades Modelos PDF
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Fernanda Sánchez*
Rosa Moura* *
Some cities have been defined as models and its programs and basic projects are integrated into the hegemonic
urban agenda. Reflecting the contemporary stage of capitalistic development, this agenda disseminates the ideas
in accordance with the global tendencies, based on the actions envisioned by local governments in search for
competitive insertion in the world market. The governments that conceive the city as a commodity see it as a
means to attract consumers and investors. The present text tries to identify the strategies and discourses that
characterize the model-cities. A homogeneous pattern of urban policy seems to be applied to very different cities
as Curitiba (Brazil) and Singapore (Singapore), the two illustrative cases examined in the present discussion.
Resumen
Algunas ciudades son elegidas como referencias modeladoras, y sus programas y proyectos incorporados
en la agenda urbana hegemónica. Esta agenda, expresiva de la etapa contemporánea del capitalismo,
difunde un ideario sintonizado con los llamados “impulsos globales” y se apoya en la codificación de
acciones deseables para los gobiernos locales que buscan su inclusión competitiva en el nuevo mapa del
mundo; consecuentemente, los gobiernos que conciben la ciudad como mercancía la tratan como un
medio de atracción de ciudadanos-consumidores e inversionistas. Identificando estos procesos, este artí-
culo busca desnaturalizar ciertos nexos y estrategias reiteradas en los discursos e imágenes más difundidas
sobre las ciudades-modelo. Un patrón homogéneo parece revelarse en las confluencias de las actuales
políticas urbanas que, sin embargo, han tenido origen en ciudades profundamente diferentes, como
Curitiba (Brasil) y Singapur (Singapur), tomadas como casos ilustrativos en esta reflexión.
Revista eure (Vol. XXXI, Nº 93), pp. 21-34, Santiago de Chile, agosto 2005
[21]
Fernanda Sánchez y Rosa Moura
C
omo puntos luminosos en el mundo, un
conjunto selecto de ciudades es clasificado Algunas ciudades, como Curitiba y Singapur,
como “modelo”, calidad constituida a par- muestran haber obtenido el status de ciudades-mo-
tir de elementos urbanísticos, prácticas de gestión o delo –a juzgar por sus imágenes internacionales- a
de lo que suelen llamarse “soluciones creativas” para partir más que nada de la retórica oficial de sus go-
los problemas urbanos. biernos y coaliciones empresariales, así como tam-
bién de la notoriedad que les otorgan los organismos
Dos ejemplos de políticas originadas en ciuda- internacionales, las agencias multilaterales y las lla-
des distintas, pero que presentan fuertes similitudes madas “redes mundiales de ciudades”. Para compren-
cuando son traducidas en modelos, permiten la dis- der la dinámica de construcción y difusión de ese
cusión de los principales contenidos de esa condi- patrón irradiador, que garantiza legitimidad inter-
ción observada en la esfera de la circulación simbóli- nacional a determinados proyectos de ciudad, es
ca en la escala mundial. Sin duda, las políticas urba- necesario situarse en el actual contexto de la
nas de Curitiba y Singapur reproducen una secuen- globalización de la economía y de la mundialización
cia de patrones y se orientan, a través del city marke- de la cultura. Más que resultado natural de la consa-
ting, a acciones dirigidas a la conquista y manten- gración de tales proyectos, la elevación de una ciu-
ción de la marca de ciudades-modelo. Esos patro- dad a la condición de “modelo” obedece a articula-
nes, aun siendo presentados como condiciones in- ciones políticas renovadas de actores involucrados
trínsecas de los lugares, resultan fuertemente de la en procesos de reestructuración del espacio en diver-
atención a los requisitos internacionales de sas escalas territoriales, junto a la reorganización de
atractividad, mediante los cuales las ciudades las formas y sentidos del poder en las ciudades.
globalizadas captan inversiones. Refiriéndose a esa
adaptación técnica y política del espacio social a un Los discursos asociados al llamado “pensamiento
modelo urbano, Sorkin (1996) ha dicho que la nue- único” y al consenso minimizan las diferencias y los
va ciudad tiene el poder de no desviarse sencilla- conflictos existentes. Ellos imponen un modo de ver
mente de las tradicionales escenas de urbanidad, pero el mundo y dan forma a las condiciones para la acción
sí de cooptarlas, para relegarlas a simples interseccio- de los grupos locales. El intento por transformar de-
nes en una malla global. terminadas experiencias urbanas en modelos, por parte
de las agencias multilaterales, conduce a una hegemo-
A despecho de la sensible diferencia entre las nía desencarnada y desterritorializada, permitiendo
ciudades concretas, la similitud de sus imágenes cons- un descubrimiento más pleno de los denominados
truidas emerge en el nivel analítico. Al enfrentar esa “impulsos globales”, que para Ribeiro (1999) desig-
apenas aparente paradoja quedan aquí definidas las nan la nueva acción hegemónica en la escala-mundo.
cuestiones centrales: ¿por qué en el actual momento Esa acción, conducida por el discurso de la flexibili-
histórico las políticas urbanas con origen en ciuda- dad y por la correspondiente idealización de la técni-
des tan distintas producen “modelos” semejantes? Y ca, expresa el grado de esa nueva modernización.
frente a eso, ¿cuáles son y qué reflejan los patrones
dominantes de éxito? Es notable la difusión de la idea dominante de
que la globalización es un proceso inexorable de fuer-
te disputa, y de que a partir de “lo local” pueden ser
*
Universidade Federal Fluminense (Brasil). E-mail:
descubiertas las posibilidades de inserción competi-
fsanchez@vm.uff.br.
tiva1 . En esa visión, las políticas públicas podrían
**
Instituto Paranaense de Desenvolvimento Econômico
e Social (Brasil). E-mail: rmoura@pr.gov.br. 1
Swyngedouw (1997) identifica el énfasis de las esca-
***
Una primera versión de este artículo fue presentada las global y local y la reducción de la importancia de otras –
en el VIII Encuentro de Geógrafos de América Latina, en regionales o nacionales- como parte de la nueva estrategia
Santiago de Chile (2001), bajo el título de “La reinvención discursiva dominante. De este modo, en su interpretación,
de los lugares a través de las imágenes de ‘ciudades-mode- las escalas no son un dato pronto y objetivo de la nueva
lo’”. Recibido el 29 de enero de 2004, aprobado el 14 de geografía del mundo, sino una construcción política y
enero de 2005. discursiva con arreglos cambiantes.
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Ciudades-modelo: estrategias convergentes para su difusión internacional
capacitar a las ciudades para el éxito ante la compe- lo que se pretende hacer legítimo, presentando las
tencia interurbana, para hacerlas atractivas a las in- ciudades escogidas como las que consiguieron un
versiones internacionales. En una lectura crítica, se esquema de funcionamiento, un diseño organizativo,
puede afirmar que los enfrentamientos que caracte- una “manera de hacer” que a las otras ciudades les
rizan el mundo contemporáneo se manifiestan en la gustaría replicar.
propia ciudad, comprendida como arena de intere-
ses antagónicos. Las políticas urbanas para la inser- Se trata, la mayoría de las veces, de la presenta-
ción competitiva de la ciudad construyen una rela- ción de las mismas como “ciudades internacionales”,
ción entre “lo local” y “lo global” de acuerdo a lógi- noción-síntesis que emerge tanto en los discursos
cas que son de interés de grupos dominantes. oficiales, en la prensa y en los trabajos académicos
(Benach y Sánchez, 1999; Sánchez, 2003). El he-
Aun cuando la circulación de la imagen de ciudad- cho de la aparición efectiva en la condición de “ciu-
modelo parece surtir considerable eficacia política y so- dades-modelo” es el mayor premio deseado por los
cial en el mundo actual, dada su notable aceptación, o gestores en relación a sus respectivos proyectos; el
como expresa Lefebvre (1998, p. 39) en alusión a los reconocimiento definitivo, en la escala internacio-
paradigmas, dado “su poder mágico de metamorfosear nal, de sus estrategias de ciudad. Apenas conseguida
el oscuro en transparencia [...] su construcción está in- la admiración y el reconocimiento, es necesario cu-
trínsecamente relacionada a representaciones e ideas”. brir la distancia entre esta admiración y la efectiva
Como tal, por lo tanto, obedece a la visión de mundo reproducción. Tratándose del prestigio internacio-
de aquellos que, cuando se imponen como actores do- nal de una ciudad, ser únicamente admirada o reco-
minantes en los procesos de producción del espacio, nocida es diferente de ser verdaderamente imitada:
pasan también a ocupar una posición privilegiada para en la medida del éxito también se incluyen las solici-
dar contenido al discurso sobre el espacio. tudes de importación de su “experiencia”, de com-
pra de su know how.
Con apariencia universal y consagrada, la cons-
trucción de los modelos necesita el reconocimiento Esa aparente intangibilidad que caracteriza la
de un determinado proyecto de ciudad, frente a “ciudad-modelo” proviene de una imagen construi-
otros proyectos locales. Emergen igualmente, en el da, de una estrategia más en la elaboración de una
campo de la lucha simbólica, determinados actores imagen de ciudad inserta en el ámbito internacio-
que postulan la legitimidad para caracterizar las lla- nal; en otras palabras, “la construcción de una ciu-
madas “buenas prácticas”, con mucha frecuencia dad-modelo es, por sí misma, una estrategia de
catalogadas como fuerte referencia de los modelos. internacionalidad” (Benach y Sánchez, 1999).
1.2. La imagen como estrategia de Todo lo que es realizado en la ciudad y que pue-
internacionalidad de ser identificado con su proyección internacional
contribuye con gran intensidad para facilitar su acep-
Las articulaciones lógicas que sostienen el dis- tación por los ciudadanos. La opinión del extranjero
curso de las ciudades-modelo señalan el sentido de llega a ser transformada en medida de la calidad de
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Fernanda Sánchez y Rosa Moura
los proyectos2 . Se trata, en definitiva, de proporcio- “modelos” abren espacio para que una gama de ac-
nar una lectura más positiva de la modernización, y ciones y prácticas de gestión se despliegue en cuanto
además, por un juez supuestamente imparcial y cua- objeto de reproducción por otras ciudades y de pre-
lificado. Pero los cambios estructurales necesarios para mios internacionales. En la Conferencia Mundial
la adaptación de las ciudades a las nuevas exigencias sobre Ciudades-Modelo, realizada en Singapur en
del contexto internacional, bajo la presión de los abril de 1999, prevaleció la idea de ciudad-modelo
grupos de capital internacional con intereses locali- mucho más como resultante del ejercicio de una ges-
zados, requieren enormes costos, los cuales –cuando tión urbana que vuelve a “optimizar la competitividad
son asumidos por las administraciones públicas- son con prioridad en los intereses colectivos”, que como
socializados. Para legitimar dichos costos, la moder- resultante de intervenciones urbanísticas notorias
nización urbanística internacionalizante es acompa- (Moura, 1999).
ñada por la búsqueda de cohesión social, del sentido
de comunidad. Así, como observa Harvey (1997), En la clasificación de ciudad-modelo, los
la conexión entre forma espacial y proceso social es expositores apuntaron las siguientes condiciones: a)
aquí hecha por medio de la relación entre design preparación para la vida en comunidad, con la
arquitectónico y una cierta ideología de comunidad. recalificación del diseño urbano y la universaliza-
De ese modo, el urbanismo estructura gran parte de ción de servicios; b) garantía de la movilidad y de la
su poder retórico y político a través de la idea accesibilidad a partir de sistemas de transporte pú-
nostálgica de la “comunidad” como panacea para los blico; c) uso y ocupación del suelo junto a una varia-
males sociales, económicos y urbanos. da estructura funcional; d) valoración de la
atractividad urbana a partir de la identidad y cuali-
1.3. Las varias facetas de los modelos dad ambiental; e) existencia de una base económica
sostenible; f) organización funcional y tecnológica
Se han alcanzado diversos ámbitos para lanzar para la realización de negocios; g) capacidad de arti-
los modelos de ciudad en el mercado internacional: culación e intercambio de prácticas innovadoras con
modelos en soluciones urbanísticas de movilidad y otras ciudades y comunidades; h) participación co-
transporte, en programas ambientales de eficiencia munitaria en las decisiones; i) acuerdos entre el sec-
energética, en preservación de áreas verdes y reciclaje tor público y el privado; y j) planificación continua-
de residuos, en la capacidad de organizar da y transparencia en la gestión4 .
megaeventos o en planificación estratégica, etc.3
El conjunto de procedimientos presentados en
En tiempos recientes, los proyectos estrictamen- foros internacionales como ese sintetiza y al mismo
te físico-urbanísticos que permitían la formación de tiempo organiza las condiciones necesarias para lo
que es actualmente considerado una “ciudad com-
2
petitiva y dinámica” capaz de sostener el desarrollo
Como ejemplo se cita el caso de la exposición del
urbanismo de Curitiba en Nueva York, durante la cual fue en una economía global.
puesta en circulación una línea de ómnibus urbano llamada
ligeirinho (o línea directa), con sus respectivas “estaciones- El proceso de transformación de una ciudad en
tubo”, con un design futurista. La paradoja es que en Curitiba, modelo supone tiempo y una estrategia actualizadora.
la prensa local destacaba el hecho en términos de que “ahora No basta una primera enunciación para la consagra-
también el Primer Mundo hace copia de las ideas curitibanas”,
dando a entender que el sistema de transportes curitibano ción definitiva. En ese proceso, ninguna oportuni-
empezaría a circular definitivamente en Manhattan. El dad deja de ser aprovechada para reforzar el modo
ligeirinho fue también llevado a la Conferencia de las Nacio- en que la ciudad está siendo “hablada”, “nombrada”,
nes Unidas sobre Asentamientos Humanos, Habitat II, en “visitada”, y, sobre todo, “imitada” en todas las par-
Estambul, (1996).
tes. Son ocasiones para insuflar orgullo en los ciuda-
3
Para estos dos últimos ámbitos, es ejemplar la forma danos, para festejar políticamente las conquistas. Al
en que fue trabajado el “modelo Barcelona”, a partir de la
exportación de know-how en la organización de las Olimpía-
das de 1992, así como la difusión de su modelo de planifi- 4
Los trabajos presentados en esa Conferencia Interna-
cación estratégica, con fuerte orientación para el mercado cional se constituyeron en una importante referencia en lo
latinoamericano y visible repercusión en los gobiernos loca- que se refiere a la agenda urbana hegemónica. Ver Moura
les del Brasil. Ver Benach y Sánchez (1999). (1999).
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Ciudades-modelo: estrategias convergentes para su difusión internacional
mismo tiempo, representan momentos preciosos para de la eficacia, del desempeño y del éxito, lo que con-
literalmente “vender” el modelo, exportarlo a otras duce más hacia la conducta racional adecuada a las
ciudades. Las “soluciones urbanas” pasan a valer no imposiciones de la reestructuración productiva que
necesariamente por sus calidades intrínsecas, pero sí hacia la transformación social propiamente tal.
por su lugar de origen. La ciudad se transforma en
un producto, una marca ella misma, como destaca 1.4. Sustentabilidad urbana como presupuesto
Koolhas (2004: 74-75) al referirse al modelo Barce- común
lona: “A veces una ciudad antigua, singular, como
Barcelona, simplificando en exceso su identidad, se Casi siempre asociada a la noción de “ciudad-
vuelve genérica, se hace transparente, como un logo”. modelo” se encuentra la noción de “ciudad sustenta-
ble”. Se puede decir que, de modo reiterado, una
La idea de “modelo”, en su más corriente acep- evoca a la otra en la agenda urbana actual. Lejos de
ción, sugiere su reproducción: objeto digno de ser configurar un sentido objetivo y consensualmente
reproducido por imitación. Sin duda, esa idea, cuan- aceptado, la noción de “ciudad sustentable” com-
do asociada a las ciudades, está sometida a la lógica prende diferentes contenidos y prácticas que reivin-
de las best practices, que en muchos casos pasan a dican su nombre (Acselrad, 2001).
integrar los documentos oficiales de las agencias
multilaterales de desarrollo, indicando procedimien- Cada una de las llamadas “buenas prácticas”, en
tos, maneras de ser, lecciones y hasta propiamente lo que se refiere a la sustentabilidad, se inscribe en los
“decálogos”5 que incitan a su repetición por parte de cuadros de un proyecto urbano, fundado en un
los gobiernos locales. aparente saber objetivo respecto a flujos y
parámetros. Se nota, en esos casos, el reiterado recur-
En el plan del análisis, lo que parece ser más so a una base técnica para presentar y legitimar
inconsistente es justamente esa sugerida virtualidad, indicadores de calidad de vida o de sustentabilidad
ese despegue que aparta las “buenas prácticas” de la urbana: metros cuadrados de área verde por habi-
textura social desde la cual han surgido. De hecho, tante, toneladas de desechos reciclados, kilómetros
condiciones singulares relativas a tiempo y espacio – de ciclovías. Y sobre todo, el recurso a la técnica que
como categorías de la vida en el lugar, vinculadas a la distingue las buenas prácticas de las malas. Se natu-
política y a las relaciones sociales que dan contenido ralizan así las representaciones y se construyen es-
y posibilidad histórica a aquella práctica- son, para quemas ordenadores de la vida urbana y definidores
efectos del discurso, irrelevantes, y en consecuencia del orden que se intenta imponer.
desatendidas. Las “lecciones” pueden ser transporta-
das, como ideologías simplificadoras que acentúen Las prácticas que se pretenden portadoras de
la tecnificación del espacio urbano, reductora de su sustentabilidad articulan, sobre todo, argumentos
dimensión política. Como afirma Ribeiro (1998, p. de eficacia eco-energética y de la calidad de vida.
108), “la fijación en modelos externos colabora para Mezclada a dichos modelos está una representación
ocultar los intereses involucrados en las ondas tecno-material de la problemática y de las soluciones
modernizadoras y para postergar el examen de la para las ciudades. Se atribuye a la planificación ur-
orquestación entre tiempos sociales que caracteriza la bana, entre otras cosas, el papel de minimizador de
vida social”. la degradación energética a través del desarrollo de
tecnologías que buscan el reciclaje y la recuperación
Por el otro lado, la tecnificación contenida en la del ambiente. La trayectoria que evoluciona rumbo
difusión de buenas prácticas favorece la codificación a la eficiencia ecológica conjuga proyectos de cam-
bio técnico urbano y programas de educación am-
biental, que se vuelcan a la ampliación de la llamada
5
Ver, por ejemplo, la publicación organizada por Borja “conciencia ecológica”. Como efecto, en esos proyec-
(1995) y apoyada por Naciones Unidas y Banco Mundial,
tos de ciudad se verifica una nítida despolitización
destinada a las ciudades latinoamericanas, en la cual son
expuestas “lecciones de la ciudad” (así calificadas en el pró- de la cuestión ambiental, un rechazo al reconoci-
logo). Ver igualmente Castells y Borja (1997). Este último miento de conflictos entre medio ambiente, econo-
documento contiene, literalmente, un “decálogo para admi- mía y producción del espacio.
nistradores urbanos”.
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Fernanda Sánchez y Rosa Moura
Otra noción estructuradora del discurso de la pios ambientales y estrategias de acción orientadas
sustentabilidad, ampliamente transformada en re- hacia la sustentabilidad.
curso de la modelización, es la de “calidad de vida” –
que se expresa en la incorporación social de prácticas Para el caso de Singapur, además de los ya
orientadas a la conquista de la pureza ambiental, en implementados proyectos de recuperación ambien-
el ejercicio de la ciudadanía, en el cultivo al patrimo- tal y optimización del uso de los recursos naturales,
nio cultural, así como en las medidas de eficiencia y también el denso paisaje que ameniza el clima y la
equidad de las políticas urbanas (Acselrad, 1999). urbanización compone, con los demás elementos, la
Los gobiernos locales luchan por ostentar los mejo- construcción de la imagen de “Ciudad Jardín”. En
res indicadores y las mejores posiciones en rankings el proyecto, sin embargo, son evidentes la pérdida
de ciudades. “Calidad de vida” pasa a ser una noción de los elementos naturales en el paisajismo urbano y
asimilada cotidianamente, incluso en el imaginario la pequeña capacidad de preservación de hábitats y
de los ciudadanos mas desposeídos o dejados al mar- de la biodiversidad (Kiat, 1999).
gen del proyecto modernizador.
En el “modelo-Curitiba”, la imagen de “Capital
Ese patrón discursivo proyecta en la “ciudad Ecológica” incorpora elementos de programas am-
sustentable” algunos de los atributos capaces de su bientales de reciclaje de basura, creación y expan-
inserción en el contexto de la competitividad global: sión de áreas verdes y de parques urbanos temáticos
recalificar el ambiente urbano para realzar la o parques étnicos, además de las inversiones en pro-
atractividad, inspirar orgullo en los ciudadanos y, gramas de educación ambiental. El fundamento eco-
sobre todo, ganar confianza de los potenciales lógico de la acción planificadora fue profundamen-
inversionistas. Las propias imágenes de marca de las te cuestionado a mediados de los años ’90. La “ac-
ciudades son producidas para reforzar el modelo de tualización de la legislación” que ha hecho viable esa
sustentabilidad: “Ciudad Jardín” para Singapur y actividad, en trasgresión a la disciplina ambiental,
“Capital Ecológica” para Curitiba, como se resume fue justificada mediante la perspectiva de la oferta
en la figura siguiente: de empleo, también cuestionable si se considera el
tipo de tecnología adoptada.
1.5. Imágenes de marca
Efectivamente, “ciudades sustentables”, “preser-
En la escala local, sin embargo, los proyectos pre- vación de la calidad de vida” y “eficiencia eco-am-
sentan singularidades por cuestiones tanto del or- biental” son nociones presentes en el conjunto de las
den de la comprensión fragmentada de las relacio- políticas urbanas, en los pactos y acuerdos entre ac-
nes sociedad/ambiente como de orden geopolítico. tores sociales o en el contenido atribuido a la “buena
En el caso de Singapur, la soberanía nacional y la gobernanza” relacionada con los proyectos de desa-
supervivencia de la isla imponen estrategias ambien- rrollo económico. Los dos modelos en foco –Curitiba
tales para optimizar recursos, lo que hace que se res- y Singapur- reproducen de modo paradigmático y
peten los principios y presuposiciones del discurso refuerzan lo que Pugh (1996) indica como macro-
ecológico allí construido, mientras en Curitiba tendencia: la economía política dominante ofrece las
afloran discontinuidades más visibles entre princi- líneas maestras para las relaciones mercado-Estado
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Ciudades-modelo: estrategias convergentes para su difusión internacional
en la ciudad, incorporando como líneas estructu- de la región. “En 1971, el gobierno empezó el Asian
radoras las nociones de gobernanza y de Dollar Bond Market. Su localización ventajosa y su
sustentabilidad. papel de intermediario financiero y cambial en un
período marcado por drásticos cambios
El ambientalismo parece así definitivamente in- macroeconómicos y en los precios relativos difícil-
cluido en la agenda del liberalismo del final de siglo, mente pueden ser exagerados en las explicaciones
como muestra la internacionalización de esos mode- del ‘milagro’ asiático” (Medeiros, 1997, p. 313).
los por las agencias multilaterales como las Naciones
Unidas y el Banco Mundial. Para Sassen (1996), pesaron en la consolidación
de Singapur el fuerte impulso de las estrategias des-
2. Modelos: dónde se sostienen, dónde se centralizadoras de la producción industrial norte-
americana en busca de nuevos mercados, como tam-
rompen
bién los incentivos fiscales, infraestructurales y la
fuerza de trabajo de bajo costo. Hoy se consolida
La intención manifestada de participación en el
como centro regional secundario, reproduciendo en
proyecto de internacionalización de la economía
otra escala el papel desempeñado por Nueva York,
implica la adecuación de prácticas e instrumentos de
Londres y Tokio en la escala mundial.
gestión urbana a los preceptos de las relaciones em-
presariales, así como la adaptación técnica de las ciu- Utilizada como modelo para países en desarro-
dades. Son reconocidas, en ese ámbito, la función llo, Singapur es alzada como ejemplo en lo que se
económica y política de las prácticas culturales y la refiere a la “administración urbana” y a la
influencia ejercida por las tecnologías de comunica- “gobernanza”, y también tenida como referencia por
ción e información en la configuración de las ciuda- los elevados patrones de calidad de la infraestructura
des-modelo. Eso se traduce en la definición y en el física, por innovaciones en la oferta de habitación,
permanente reciclaje de estrategias que aseguren en la provisión de áreas verdes, en la gestión del
poder de convencimiento, aceptación y baja capaci- tránsito y en la eficiencia de sus servicios públicos,
dad crítica de la población involucrada, pero tam- elementos que, ordenados, construyen la imagen de
bién creatividad para atracción de la atención exter- “Ciudad Ecuatorial de Excelencia”. Llamamos la
na (Sánchez, 2003). La orientación política para atención sobre el poder evocador de esa imagen-
producir el efecto modernizador se vuelca hacia una síntesis. Lejos de ser casual, ella define el campo en el
economía basada en actividades de punta, como la cual la ciudad transita como modelo y compite en
generación de tecnología y del conocimiento, o ha- condiciones ventajosas: ciudades ecuatoriales, ciu-
cia actividades de un terciario complejo. El marke- dades en desarrollo.
ting de ciudad también es instrumental al proceso
de reestructuración económica. Curitiba, a su vez, ya en los años ‘70 –durante el
período de gobierno militar- fue elegida “ciudad-
Una vasta literatura presenta los “modelos” en modelo” por las instancias centrales del país, una
foco como si hubiesen sido construidos básicamente especie de versión urbana del llamado “milagro bra-
por voluntarismos visionarios de los gobiernos loca- sileño”, por llevar adelante una modernización ur-
les, revistiendo muchas veces a sus principales líde- banística que traducía en la escala local un modelo
res de un poder casi mítico. de planeamiento tecnocrático pretendido para los
demás centros urbanos del país.
2.1. El soporte económico e institucional
Desde entonces, las diversas etapas de la cristali-
En Singapur, la industria electro-electrónica fue zación del proyecto –con poca discontinuidad polí-
implantada como resultado de la expansión del ca- tica- en asociación con la imagen de ciudad-modelo,
pital japonés, pasando a componer una división ver- han otorgado a la administración municipal el papel
tical y horizontal del trabajo con Malasia, Tailandia de exportadora de tecnologías urbanísticas, ya sea en
y Filipinas. Pero ha sido el sector financiero el que el ámbito de los transportes urbanos, del diseño de
puso al país en el mapa de la internacionalización del espacios públicos, o más recientemente, en el de la
capital, revelándose como decisivo para desarrollo “gestión urbana ambientalmente sustentable”. Como
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Fernanda Sánchez y Rosa Moura
efecto, en diversos lugares de Brasil los gobiernos 2.2. Adaptación técnica de la ciudad
municipales intentan copiar las “soluciones
curitibanas”, y en la escala internacional, los periódi- Referenciados en las matrices discursivas de la
cos especializados afirman que cualquier ciudad po- sustentabilidad urbana expuestas por Acselrad
drá ser como Curitiba un día, cuando sean adopta- (1999), se observa que los casos de Singapur y
das las soluciones allí implantadas. Curitiba adhieren a una representación tecno-mate-
rial de la ciudad, que “asocia la transición para la
Polo de una aglomeración metropolitana cuya sustentabilidad a la reproducción adaptativa de las
base económica se ha apoyado desde los años ‘70 en estructuras urbanas con foco en el ajustamiento de
un proyecto industrial con actividades del área me- las bases técnicas de las ciudades, según modelos de
tal-mecánica, en los años ‘90 ese proyecto se recicla y racionalidad eco-energética o de metabolismo urba-
dinamiza con la incorporación de nuevos segmen- no” (p. 82).
tos. En cuanto a su inserción territorial, la región de
Curitiba se encuentra en uno de los vectores de La política ambiental de Singapur, presionada
desconcentración de la actividad económica del su- por la escasez de recursos en la isla, adopta medidas
deste brasileño, mientras se beneficia por la ubica- de acompañamiento para protección, control e in-
ción estratégica cerca del principal eje viario de acce- novación, especialmente en cuanto al abastecimien-
so a puertos exportadores y de conexión con las pro- to hídrico y reciclaje de basura. No obstante, el más
vincias y países del sur. El nuevo patrón que surge promovido símbolo de esa representación tecno-
en los años ‘90 llegó dominado por las ensambladoras material rumbo a la sustentabilidad es la desconta-
extranjeras de vehículos y suplidores directos, y su minación de los ríos Singapur y Kallang Basin, que
concretización ha recibido fuertes estímulos fiscales cortan la ciudad. En el caso de Curitiba, la adapta-
y el apoyo en el refuerzo a la instalación de infraes- ción técnica del ambiente es limitada a las fronteras
tructura. del recorte político-administrativo del municipio, a
despecho de depender totalmente de recursos natu-
No obstante, el territorio de la región metropoli- rales ubicados en los municipios vecinos. La elogia-
tana es visiblemente segmentado: la destacada “cali- da creación de parques urbanos es presentada como
dad de vida” y los “elementos urbanísticos la alternativa técnica más indicada para contener el
innovadores” se concentran en las áreas centrales y problema crónico de las inundaciones y de las “vi-
nobles de Curitiba en contraste a la extensa periferia viendas en áreas inadecuadas”, mientras las aguas
carente, interna y externa al municipio. La fuerte siguen amenazadas por usos indebidos y el creci-
actuación del mercado inmobiliario aliada a la ac- miento exponencial de la ocupación periférica.
ción planeadora (Oliveira, 1995), así como la ausen-
cia de programas de vivienda intensivos para la po- En ambas ciudades, la representación técnica de
blación de bajo ingreso, contribuyeron la problemática urbana es acompañada por una fuerte
expresivamente para la selectividad de la ocupación6 . preocupación por construir una base social de apo-
yo, a través de campañas de educación ambiental en
Tanto en Curitiba como en Singapur, el aporte el intento por difundir la “conciencia ecológica”. De
financiero –propio o mediante obtención de modo general, es posible sentir un efecto residual de
financiamientos- para sustentar la capacitación y esas campañas en el imaginario de la población, que
adecuación técnica a las exigencias de nuevas activi- asimila actitudes menos dañinas en lo que respecta a
dades, ha implicado una política de beneficios fisca- una relativa limpieza urbana e incorpora frases de
les, financieros e infraestructurales fundamentales. efecto del discurso oficial en su cotidiano.
En los dos casos, tales condiciones fueron posibles a
partir de una estructura de poder fuerte, aliada a En el proceso de tecnificación de la ciudad, la
una hábil construcción de estrategias comunicativas. búsqueda de alternativas energéticas al transporte –
en la sustitución del individual por el colectivo- y el
6
La síntesis de una investigación que desnuda la cues- control de la circulación ofrecen marcas fundamen-
tión de la vivienda y otras políticas sociales en el proceso de tales para el modelo urbano. En Curitiba, el sistema
internacionalización de la región metropolitana de Curitiba de tránsito implementado en vía exclusiva para trans-
se encuentra en Moura y Kornin (2004).
28 eure
Ciudades-modelo: estrategias convergentes para su difusión internacional
eure 29
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tura de nuevas áreas de alimentación (food courts) resistentes. Como muestra Cohen (1998), hay una
participan del actual modo de reestructuración del iconografía oficial del multiculturalismo inscripta en
espacio: la codificación de lugares globalizados de un mapa narrativo de modernidad, progreso y rege-
consumo y circulación visiblemente selectivos. Se- neración urbana, en el cual la presencia del pobre,
gún Smith (1992), en esa especie de limpieza urba- del desempleado, del viejo y del criminal, como de
na, al rehacerse la geografía de la ciudad se re-escribe cualquiera que no combine con la imagen dominan-
su historia social como justificativa para el futuro. te del emprendedor económicamente activo, es efec-
tivamente barrida para fuera del cuadro.
En ese modo verticalizado de planificación y
gestión hay escasos canales democráticos de partici- La política cultural oficial de los años ‘90 en
pación. Asimismo, el discurso de los modelos hace Curitiba se ha propuesto recomponer las varias cultu-
referencia a la amplia participación ciudadana, que ras que participaron del movimiento de colonización
en este caso parece hablar más de una adhesión so- de la región, por medio de la construcción de memo-
cial al proyecto hegemónico, acrítica y reverenciadora, riales étnicos en la arquitectura urbana asociados a
que propiamente de una ciudadanía sustantiva, lo nuevos parques como el Tingui, de los ucranianos, el
que Vainer (2003) llama un estimulado “patriotis- “Bosque Alemán”, o el “Bosque del Papa”, de los pola-
mo urbano” como componente autoritario del nue- cos. Esos espacios de celebración de las etnias y de la
vo modelo de ciudad. Tanto en Singapur como en naturaleza exaltan, al mismo tiempo, el propio pro-
Curitiba, las instancias de participación en los pro- yecto de ciudad, el modelo. Se fabrica una identidad
yectos urbanos tienen un contenido tenuemente fake; por lo tanto, sin resistencia. Se desencadena una
consultivo y claramente legitimador de las políticas lógica de evocación que funciona más como una anti-
oficiales. La influencia política en instancias decisorias memoria colectiva que esconde las marcas del tiempo,
queda limitada a los actores partícipes de las coalicio- reprime la metamorfosis del espacio y provoca una
nes dominantes vinculadas a los grandes intereses reducción al idéntico. La política cultural es, de he-
localizados (Oliveira, 1995). cho, el instrumento con el cual se fabrica el espejo que
refleja su propio poder.
2.4. La política cultural y los simulacros
Si en el mundo contemporáneo todo es cultural
No obstante la difusión del modelo enfatice la por razones económicas, los casos analizados parecen
importancia de la diversidad cultural, la creación de reforzar el carácter atribuido al mercado de la cultura
la Ethnic Singapore –una política de “revitalización y su papel promotor del turismo y de nuevas formas
de barrios étnicos” como Chinatown, Little India, de acumulación de capital. En el campo de las artes,
Arabian Street o Geylong Serai (barrio malayo)- in- las inversiones en Singapur se orientan en el sentido
corpora la estrategia temática en el desarrollo del tu- de construir una agenda cultural con ofertas de los
rismo y tiende a transformar la imagen de la ciudad grandes programas mundiales de la cultura por en-
en producto de consumo internacional. Los planos cima de los proyectos culturales locales. También en
de revitalización hacen eco al proyecto de forjar una Curitiba se desarrolla una política que busca cons-
nueva armonía de los vínculos sociales. En sentido truir la referencia de grandes festivales de teatro anua-
crítico, Arantes (1995) refiere que “la cultura viene les que guardan poca relación con el lugar.
entonces en socorro de la política para atenuar y
disimular el cumplimiento de una lógica de la segu- Esas referencias parecen señalar una teatralidad
ridad y del control social que, bajo muchos puntos ostensiva del escenario cultural de esas ciudades-
de vista, puede parecer totalitaria” (p. 145). modelo9 , síntomas de una civilización del simula-
30 eure
Ciudades-modelo: estrategias convergentes para su difusión internacional
cro, que evidencia, según Jameson (1995), la lógica Se puede decir que el modelo de Estado autoritario
cultural del capitalismo avanzado. “benevolente” ha proporcionado la base social y es-
pacial local indispensable para el proyecto económi-
2.5. Eficiencia y equidad: los márgenes del discurso co orientado al sistema global. Sin embargo, la ame-
naza de desempleo, la vida en clandestinidad y el
Para mantener el patrón de competitividad hay, trabajo informal de los inmigrantes son ajenos a la
en ambas ciudades, una explícita política de atrac- universalidad vehiculada.
ción de trabajadores calificados extranjeros junto a
otra de atracción de “personalidades de las artes y de Indicadores favorables no eliminan, de esa ma-
la cultura”. La convivencia de esas nuevas categorías nera, las contradicciones sociales que afloran bajo el
profesionales con grandes segmentos subempleados gobierno autoritario. Para mantener la imagen de
o excluidos pone en jaque la eficacia de los modelos, “Ciudad Ecuatorial de Excelencia” habrá
en lo que se refiere a la profundización del conflicto implicaciones en un perfil urbano cada vez más se-
por la inclusión. lectivo. Además, el modelo de desarrollo adoptado
expone la sociedad a los riesgos de la gran movilidad
Si en Singapur una élite de profesionales, en gran del capital.
parte extranjeros, asume puestos relevantes y com-
pone un “oasis de talentos” para garantizar su posi- En la búsqueda de la más notoria performance
ción de ciudad más competitiva en el ranking mun- entre las capitales brasileñas, el gobierno municipal
dial (Yeoh y Chang, 1999), en Curitiba los extran- de Curitiba ha enfatizado, durante décadas, la cali-
jeros llegan con las nuevas inversiones, al tiempo que dad de sus indicadores locales, sin referencia a los
lo hacen contingentes expresivos de inmigrantes poco contrastantes indicadores de los municipios
calificados, futuros excluidos del mercado de traba- periféricos (una forma de adquirir visibilidad cir-
jo. Para los inmigrantes comunes hay en Singapur cunscribiéndose únicamente a un fragmento del es-
una política reguladora de los flujos altamente ex- pacio metropolitano). Cualquier análisis revelador
cluyente. En Curitiba, con la segregación espacial de las desigualdades internas o de las crecientes con-
de los nuevos inmigrantes de bajo ingreso atraídos diciones de miseria de los alrededores ha sido sutil-
también por el city marketing que acompaña esta mente obscurecido. La imagen parcial que fue cons-
nueva etapa de reestructuración productiva, es per- truida pareció verosímil hasta que indicadores na-
ceptible el aumento de la presión latente en las peri- cionales con amplia divulgación expusieron la real
ferias y de la violencia urbana. situación de la capital paranaense, en condiciones de
inferioridad a la de otras capitales del sur11 .
En la construcción de los “modelos de ciudad”
se reitera la referencia a las nociones naturalizadas de La presión latente y ostensiva ha hecho que la
“eficiencia” y “equidad”. Tanto en Curitiba como en “capital ecológica” fuera transmutada a “capital social”
Singapur se supone que la trayectoria hacia adelante
de la “eficiencia técnica” en la gestión del territorio
conduciría a la “equidad” y a los beneficios de la los conflictos inter-étnicos de los años ‘60. La ordenación
urbanización. Para dar legitimidad a esa interpreta- espacial reglamenta hasta el porcentaje máximo de habitan-
ción, la orquestación de indicadores es fundamental tes de cada etnia en las cuadras de departamentos. Ver Castells
y Borja (1997).
en la constitución del rol de atractivos locales.
11
En el ranking del Índice de Desarrollo Humano de
Para el caso de Singapur, los indicadores sociales las municipalidades de Brasil, Curitiba se encuentra en el
16º puesto (índice 0,856), abajo de Florianópolis (índice
y de calidad de vida adoptados en diversos rankings 0,875) y de Porto Alegre (índice 0,865), las dos otras
mundiales la incluyen entre las ciudades con mejor capitales de las provincias del sur brasileño. En su respecti-
desempeño en lo que se refiere al acceso universal a va región metropolitana, síntesis de fuertes contradicciones,
los servicios y a programas intensivos de habitación10 . se encuentran municipalidades con índices entre los 20 más
bajos de la provincia de Paraná, donde se localiza Curitiba
(PNUD, 2003). Indicadores económicos y sociales del censo
oficial han revelado otros rasgos de segregación socio-espa-
10
Los programas de habitación en Singapur han sido cial en esa región metropolitana. Ver investigaciones del
concebidos como “política de integración social” para diluir IPARDES (2003 y 2004).
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Fernanda Sánchez y Rosa Moura
–marca otorgada a la ciudad durante el proceso sos. Sin embargo, tales diferencias, al revés de hacer
electoral para alcalde de Curitiba, gestión 2001- frágil la argumentación, no hacen más que fortificar
2004-, momento en que el “modelo” ha sido la percepción analítica de las similitudes de los ins-
contestado en todos los medios y tribunas por el trumentos adoptados en los dos modelos para la cons-
discurso de los sectores de oposición. Puestas las trucción de sus imágenes actuales. Con efecto, las
fragilidades del modelo, y por lo tanto, del proyecto, convergencias de esas imágenes revelan la proximi-
parece evidenciarse la distinción fundamental dad en los proyectos sociopolíticos de ambas, como
existente entre sistemas simbólicos producidos y se ve en la siguiente figura:
apropiados por los colectivos de aquellos “producidos
por un cuerpo de especialistas” (Bourdieu, 1989); 3. Modelos y espejos: algunas
en casos como éste, no tardan en aflorar conclusiones
contradicciones como preludios del desgaste de la
eficacia del discurso y de la aceptación de la imagen La ciudad ideal del cambio de siglo ha sido mo-
urbana oficial, mostrando así que nuevos nexos delada, a juzgar por la agenda urbana hegemónica
espaciales y una red de complejidades entre fuerzas e difundida por organizaciones multilaterales, consul-
intereses de la diversidad de los agentes conllevan a tores internacionales y gobiernos locales. Se sintetiza
la deconstrucción del mito de la ciudad-modelo. en la ciudad competitiva, globalizada, conectada,
Singapur, con el lema “Integridad, Servicio y Ex- flexible, administrada cual empresa, con fuerte apo-
celencia”, ha mantenido en primer plano su meta de yo de estrategias de marketing, apta a aprovechar
desarrollo. Su propuesta de acción, “Servicios Públi- oportunidades con agilidad y a presentarse atractiva
cos para el Siglo 21” (PS21) manifiesta la intención al mercado y a los inversionistas (Vainer, 2003).
del gobierno de “anticipar, recibir y ejecutar cambios Como modelos internacionales, las ciudades del
para el desarrollo, buscando proveer a la ciudad con éxito son las que mejor presentan esas virtudes en sus
las más perfectas condiciones para el éxito”12 . proyectos de desarrollo; aquellas cuyas políticas urba-
Por cierto, el modelo de Singapur presenta gran- nas están mejor aggiornadas con ese patrón
des diferencias con el de Curitiba, sobre todo por la homogeneizador extensamente difundido. En últi-
autonomía local en la conducción del proyecto, por ma instancia, llevan a creer que son las que sucumben
la posibilidad de adecuación de la estructura institu- a los encantos de la ciudad-mercancía. Así, se com-
cional del Estado a sus objetivos, por el mayor con- prende el porqué las políticas urbanas originadas en
trol sobre la sociedad y por la base económica y fi- ciudades distintas en profundidad suelen, en el ac-
nanciera que garantiza mayor atractividad y recur- tual momento histórico, lograr proximidad en su cons-
trucción discursiva y hacer uso de los mismos instru-
mentos para presentarse al mundo como modelos,
12
Ver www.gov.sg. para ponerse en “venta” en cuanto ciudades.
32 eure
Ciudades-modelo: estrategias convergentes para su difusión internacional
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