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INDICE

PUNTO LÍMITE CERO 4


Editorial

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO 5


Personajes ocultos

NO DESPERTÉIS A LA SERPIENTE 9
Poesía

BREVE BESO DE LA ESPERA 23


Micro relatos

CADÁVERES EXQUISITOS 34
Reseñas

INFILTRADAS 44
Relación literatura, arte, escritura...

OPINIÓN 49

Han colaborado en esta edición por iniciativa propia y libres de coacción:


Inés Toledo, Ana Vega, Marta Sáez Truébano, Alejandra Sirvent, Susana del Llano,
Rubén D. Rodríguez, David Suárez, Santiago Bertault, Dani, Manolo D. Abad y
Aníbal del Valle Uría.

Esta revista no se hace responsable de las opiniones de sus colaboradores ni del


posible trastorno psicológico que pueda ocasionar su lectura.

3
PUNTO LIMITE CERO
No nos resignamos a que la literatura asturiana esté en manos de las
mismas personas (llámese suplementos, revistas, gurús literarios,
editoriales..). Abogamos por crear siempre espacios alternativos de discusión
y creación donde el escritor joven y no tan joven tenga un espacio para
expresarse y poder mostrar sus textos y opiniones. En absoluto estamos a
favor de las corrientes estéticas impuestas de manera velada ni mucho menos
por el amiguismo literario, seña de identidad de esta ciudad y su provincia. La
elección literaria nunca debe venir impuesta, y esta se produce de manera
natural, un diálogo entre el lector y el escritor. Nuestra máxima: la
heterodoxia, la poesía popular, callejera y la música rock como señas de
identidad no exclusivas pero si importantes, para este grupo literario abierto, a
propuestas novedosas que muevan de una vez por todas el apático
movimiento cultural ovetense.

En definitiva, queremos devolver la literatura a las calles.

Nuestra letra corta, nuestro puñal enseña.

Solo tenemos una regla:

ESCRIBE O REVIENTA

4
LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO
Inés Toledo nació en Oviedo en
1.973. Ha publicado poemas, relatos y
reseñas en diversas publicaciones:
Pretexto, Aulas, El Súmmum, La Nueva
España, Clarín... Ha sido incluida en
antologías como La palabra compartida
(1.997) o Soledades juntas (2.003). Ha
participado en El desafío, un montaje
audiovisual ambientado en el mundo del
boxeo con la poesía como protagonista, y
ha colaborado en “Café con libros”, espacio del programa cultural
ContreSentidos de la Televisión del Principado de Asturias. El final del
cuento es su última obra publicada.

¿Algún mal escritor que te guste?


Dios. Cuando inspiró el Cantar de los Cantares debía haberse dado un
golpe.

¿Poeta favorito/a?
No trates de liarme con preguntas-trampa. Tengo una mejor: ¿has dejado ya
tus vicios?

¿La moraleja de El final del cuento?


Bienvenidos a la realidad. Ya lo dijo el Dr. House en un capítulo: "Mola
mucho más saber".

5
Cita literaria para ser un buen psicópata:

"Hannibal: - Clarice, ¿han dejado de balar ya los corderos? No me


extrañaría que la respuesta fuese sí y no. Usted se juzga a si misma con la
piedad de la balanza del Averno, y tendrá que ganarse una y otra vez ese
bendito silencio.
Clarice: -Aún me despierto por las noches, oyendo el chillido de los
corderos lechales."
(Hay que comprobarlas)

¿La poesía sirve para limpiar?

No. ¿Has tratado de limpiar una sartén, las uñas de tus pies, o tu estómago
con versos? A mi alrededor, en mí, no hay nada inmaterial. Para limpiar, yo
uso agua, jabón, movimiento y amor propio. No es que esté reluciente,
pero no me va mal del todo.

Ahora bien, si se trata de elaborar metáforas... La poesía cataliza los


procesos que rigen mis sentimientos. Hace tiempo supe, cuando leí "Cartas
a un joven poeta", que la poesía era un catalizador imprescindible en mi
vida. Para eso sirve, esa es su utilidad.

“ME VESTIRÉ DE REGALO”


(Universos, 2.007) los tejidos del daño y la tristeza.

Para mi hermano Juan Esa no es la manera.

Si trato de buscar Quisiera


forma humana de pedirte perdón, regalarte una vida sin más grietas
todo aquello que encuentro que las imprescindibles,
se me apelmaza y mengua, conseguirte sosiego, algún antídoto
porque me arden las lágrimas, para la soledad
y lavan mal cuando es veneno.

6
Dar forma y tacto al amor que te tengo, No sé si la lejía
hacerlo útil, provocó ese inquietante resultado:
con ese material que los bastones el hecho de que tengas en los ojos
[óptimos un color inhumano,
nos dan si les pedimos equilibrio.
ese verde nocivo
Reparar como el aire de Venus
incluso aquello que es irreparable.
Borrar aquello. Son tu cuerpo quebrado
Borrar. y la luna en tu frente,
Poder borrar. y dos pájaros verdes encerrados en
[jaulas
Y como no se puede hacer de lo más elocuentes cuando no dices
nada de eso, [nada.
viva,
merodeando tus sigilosos días, Empapaban la sala los gritos de
te alcanzo alguna vez mi cercanía. [dementes,
como cada mañana.
Porque no hay otra cosa, mi bien, que
[pueda darte: Tan lejos,
sólo verme a tu lado y alumbrarte mi en tu sitio,
[vida aguantando la absurda duración del
para borrar imágenes [invierno,
que sé imborrables. en la mesa pintabas con un dedo la
[pena.

Y te miró tan cerca


“FRIDA” que, del frío en tu cuerpo
(Universos, 2.007) se congeló la sangre recortada.
Pero apenas dijiste
Te llamaron columna de lo mal que se pasa:
y pienso en Frida Khalo “Enfermera, no es nada, estoy un poco
pintándose, tumbada, vertebrada de [baja”.
[clavos.

7
“MORIR DE AMOR (EN CINCO PASOS)”
(Universos, 2.007)

Uno le rodeó los hombros al Otro con su abrigo, el Otro parecía la persona más
desvalida de la Tierra cuando se encontraron. Uno le abrió su casa.

II

El Otro sólo logra conciliar el sueño si se acurruca como un embrión entre los
brazos y las piernas de Uno. Si Uno protesta, el Otro le susurra al oído que sólo
quiere un poco de calor humano. Y Uno lo entiende.

III

El Otro se despereza con los ojos brillantes de ilusión. Antes de probar el


desayuno que espera sobre la cama, le dirige a Uno su mirada más dulce, y,
entre sorbo y sorbo de zumo, repite: “Tu cariño es el mejor alimento”.

IV

Si Uno llora, el Otro apresura los labios para beber las lágrimas, tratando así
de aliviar a quien tanto le quiere. En otro orden de cosas, tras el sexo, el Otro
lame cada gota de sal del cuerpo amante, y disfruta al saborear el gozo
tembloroso de Uno.

Han pasado cinco meses. Uno agoniza, desnudo y tiritando. Muere de frío, de
hambre y de sed, y el colmo es que para exhalar el último suspiro, le falta el
aire, porque por él se han bebido hasta el viento.
Inés Toledo
8
NO DESPERTEIS A LA SERPIENTE
“PARA QUÉ SIRVE EL DOLOR” me sirvió tanto pensar
en mi futuro, en mi presente
Para animarse y en mi pasado
A comprender a las personas porque ahora cuando
Y a ti y a mi más cómoda estoy
Y emocionarse tengo para mí
los tres estados.
Para sentir
De una manera lo suficientemente
intensa
“¿Y TÚ CÓMO HAS LLEGADO?”
Para vivir
¿Te has pasado la vida con la inercia,
hasta que se te coló en el garrafón una
“LOS TRES ESTADOS” biodramina y vomitaste normalidad?

Espero consciente del pecado ¿O te resististe aún a tu pesar y a


a que se caduquen los yogures.
fuerza de no poder desapercibirte
Necesito algo malo.
Despierto de un sueño acabaste destacando?
obligatorio
a que los musos me inspiren este ¿Cuál fue tu camino?
verano
¿Quisiste ser especial y cuando
tanto o más
como si fuera otoño. llevabas demasiadas salidas de tono
Tengo la certeza
te diste cuenta de que sólo
De haber llegado a algún lado
Sólo porque después coleccionabas tópicos
de haberme amargado
muchísimo tiempo paraste
ahora por fin estoy a gusto.
Y siento que y realmente

9
“MENOS MAL”
escuchaste
Si no hubiera sido por todos
aquel silencio que dejaba aquel vacío, los momentos malos.
cuyo único mensaje te daba
No me hubiera conocido
como soy.
la única oportunidad de saber
capaz de tirar para
cuál es tu particularidad?
adelante.
¿O después de mucho huir de la
Capaz de soñarme mejor.
vulgaridad te diste cuenta de que no
Si no hubiera sido.
hay nada más refinado que la
aceptación de lo primario de la Por todos esos momentos malos.
naturaleza y del no clasismo?
No hubiera dado un duro por mis
A mí me pasó todo, y procuro esfuerzos.

aprender sobre todo Hubiera creído que fueron una


pérdida de tiempo.
que nunca sé cual es el baremo,
porque sería volver a equivocarme. Claro que en el momento los
Respeto. Procuro tener respeto y rechazas.
humildad.
Igual que nunca querrías
A la vez por los demás y por mí, a la
clavarte un cristal
que más me ha costado aceptar, y que
en las manos.
llevaba tiempo subiendo y bajando
excesivamente el listón. Pero son todas esas cicatrices las que
te hacen valorar los daños constantes.

10
Que puedes dejar cerrados Se oyen las mujeres.

como un regalo dentro Colocando voces

de tu piel. Colocando.

Pocos lugares hay

“COLOCANDO” tan sociales en los que

Estos autobuses. se pague tan poco

Esos altramuces. por estar

Autobuses-altramuces de colores Entre fluorescentes

Claros. Aventurando.

Claros ataúdes. Van viajando

Tartamudeando. Como si fueran

Gorjeando. Muchos altramuces

Vomitando. que se hubieran ido

Va la gente. enlatando.

Regurgitando.

Coros de mujeres.

Amigando.
Marta Sáez Truébano
Colocando las miradas.

11
“Pero los niños reinventan las palabras
y todo adquiere un nombre. Verbos actuantes,
muchedumbre de sustantivos. Poder
de doble filo: sirve lo mismo
a la revelación y al encubrimiento.”

(JOSÉ EMILIO PACHECO)

“JUEGO DE NIÑOS”

Cómo explicar
que ya no quedan
recuerdos de aquel tiempo.
Quizás dos o tres nociones básicas
de geografía,
cuatro o cinco conceptos filosóficos:
La amistad, el amor, la muerte
y el paso inevitable de la vida.
Sobre todo recuerdo
el inmenso paraíso que era
aquel recreo, las luchas intestinas
y los juegos en carrera
por llamar siempre la atención
del grupo o del maestro de guardia.
También recuerdo un mar inmenso de sillas
y pupitres, y el día mágico que me explicaron
el concepto básico de mercado:
La oferta y la demanda, la compra y venta de productos,
de ahí niños, estar atentos
–decía la maestra- se obtiene la riqueza.
Luego, Belén y el resto de amigos
pusimos en práctica lo aprendido,
quisimos probar el gusto por el dinero,
y que se siente al vender productos a bajo costo.

12
Así nos convertimos de la noche a la mañana
en niños ricos por un día.
Conchas de mar vendimos
aquellas horas de otoño,
esqueletos de mar,
señales misteriosas marinas que ofrecimos
al viandante aburrido y de paso lento.
Luego, más tarde, llegó el castigo, la reprimenda:
“Nadie vende y compra en un Colegio Público”.
No entendimos las razones,
no comprendieron los mayores
la clase de economía dada
y sus letales leyes de mercado.
Al fin la directora cerró la discusión en el acto,
y en tono amable nos dijo:
“Aquí dentro todavía
existe una isla eterna e inabarcable
donde no habita el dinero,
y sois vosotros, niños, los únicos supervivientes,
felices habitantes de paraísos perpetuos”.

Rubén D. Rodríguez

13
“PUEDES DESDECIR...” “ESTÁS ACOSTUMBRADA...”

Puedes desdecir Estás acostumbrada


estas palabras, a vivir en los sepulcros,
fabricar otros sueños, a ser siempre mirada,
vivir en otras islas, a devorar conversaciones humanas
ejercer de hombre gris de cadáveres nocturnos
que llega y vive que pululan esta barra:
de casa al trabajo. Seres castigados
Son estas fortunas por el fracaso de sus sueños,
las que te han sido animales noctámbulos
dadas por los dioses, que la palabra pasión
pero a veces ha sido ya desgastada
la ciudad y este día por la memoria desértica
te otorgan el sol de un beso no consumado.
y su dicha, Lo sabes, ellos viven de ti,
la mirada que atrapa de verte,
el reflejo abrasador noche tras noche
de unos labios devorar un cuerpo ajeno.
que te dicen que de nuevo Como hienas observan siempre:
te aman. El devastado amor que las contempla.
Morir y amar en esta ciudad
sin nombre ni dicha.

Rubén D. Rodríguez

14
“NUNCA”

Hay ojos La bendita cercanía


que me miran vencida por un beso.
sin verme, Y aún así
y manos hay manos
que aún que desconocerán
expertas siempre
en adiestramientos el pliegue
ajenos, más íntimo
infinitos, quizás, donde
nunca hallarán mi cuerpo
el punto exacto se convierte
en que mi geometría en una boca hambrienta
alcanza y tu cuerpo
la curvatura perfecta, en sed infinita.
cuando pierdo entonces Hay manos
la conciencia que nunca,
pues sólo de ese modo ojos que
mis piernas nunca,
alcanzan nombres que
la postura nunca
impronunciable sabrán
del viento, nunca
y mi espalda jamás
se arquea nunca
y mis manos nada
buscan de mí
bajo
la niebla
de la respiración
de al lado
un apoyo
donde esconder,
proteger,
aquello
que no tiene nombre:
el presente paralizado Ana Vega.
entre dos cuerpos.
15
“LA DOCTORA FRANKESTEIN” “HAIKUS BASTARDOS”

¡Ojala supiera¡
macerar poemas en el alma, Dictador del cariño
dejarlos que bullan dentro Empuñabas regalos
hasta que hiervan. Como si fueran pistolas

Los paro como fetos monstruosos


como criaturas incompletas, En el arco iris
en mi prisa por darles vida. Se cagaba
El perro verde
Luego, yo misma
los rechazo, avergonzada.
Sin querer ver, que el monstruo
es el creador, “PELIGRO”
no la criatura creada.
No querrás que te presente
Al afilador de navajas
“EL MURO” No es tu miedo lo que siente
Mientras observa un corazón en la
Domas mi espíritu zanja
hasta lograr hacerlo Se que me pide sacrificios
abnegado y manso, Y mi yo cobarde,
esclavo de tu cuerpo. Silencia tus hechizos

Fuera, habla el orgullo, Sólo


con voz áspera y actitud fría Solo
construyendo un muro Sólo
que esconda mi cobardía. Solo

Me crees lejana Sólo me da miedo saber


y cierto es que me alejo, Que no se conformará con tu
pero no es por no amarte. suicidio
Es por miedo
a llegar a hacerlo.

Susana del Llano Santiago Bertault (El Rémora)


16
“DIARIO DE MI PRIMERA COMUNIÓN” “LA CORRIDA”
de El Blog de Drácula(Eikasia 2007) de Cacharros malversos( Grafinsa
2000)

Estudiaste las lecciones,


las niñas te hicieron crecer, Feliz, libre
todos tus amigos imaginarios entre la manada,
murieron de crueles maneras. eyaculando,
flotando,
La nave espacial que pilotabas saltando,
se estrelló en el quiosco de abajo. mugiendo,
La chacha que te cuidaba apareció ahorcada. corriendo
Los policías dejaron de ser tus amigos: a la luna y al sol.
prendiste fuego al Parque de Invierno,
quemaste los botones del ascensor de tu edificio Pero, inesperado y por detrás,
y descargaste los extintores. cayó el lazo del amo,
arrastrándome entre océanos de pena
Indios y vaqueros se fueron de putas. a justificar mis años de rumiante
Los Cliks de Famobil y los Airgambois en una sangrienta faena.
salieron de la trena,
el Excalestric fue declarado Gijón por la vieja Y la misma canción de siempre,
y a Don Pimpón se le cayeron los dientes. un par de locas carreras por aquí,
que si me pican por allá,
Tuviste que marcharte que si pase de pecho,
pisando la poca nieve que quedaba que si media verónica
-ese día no te dieron la merienda y aquellos divirtiéndose
ni 100 pesetas para el camino con mi sudor.
ni 20 sobres de cromos
y a los tres reyes magos Al final no pudo ser,
los pillaron con todo- otro que cae,
herido como aquel pajarillo que cuidaste aunque me queda el consuelo
en tu primer día de clase. de haberme dejado
las dos orejas
y el rabo.

David Suárez

17
“Un polisón de nieve, blanqueando
las sombras, se suicida en los jardines.
¿Qué será de mi alma, que hace tiempo
bate el récord continuo de la ausencia?”

(Pamplinas, de Rafael Alberti)


“PAMPLINAS”

Cara de palo, pamplinas, rostro pálido,


Buster Keaton todo él,
no entiende nada.

Como un personaje tragicómico de cine mudo


confuso, desubicado, náufrago
en un fotograma de total technicolor.

(Algo así como un Joseph Merrick con chapines de rubí


pisando baldosas amarillas).

Pocos pasos atrás Louis Armstrong

interpreta con trompeta

“What a Wonderful World”.

(…)

Buster Keaton no entiende nada.

Aníbal del Valle Uría


18
“POEMA DEL DESENCUENTRO” “ME GUSTA DESPERTAR”

Se vieron de lejos. Ahora ya no sé dormir si no es


Frente a frente venían
el uno frente al otro. acariciando mi tu piel toda tuya mía.

Empezaron a hablarse
antes de poder oírse: Sufro de atroces vacíos insomnes
si no viene a reposar mi tu aliento
- ¿Vienes del trabajo?
en ese tu mi nido que hay
- Te has cortado el flequillo
- Sí, hace ya tiempo. entre tu mi pecho y tu mi cuello.
- Sí, voy a comer.
- Adiós.
- Adiós. Y es que ya no sé dormir sin ti
y sin ti creo no saber soñar.
El destino había dispuesto
que sólo faltasen dos días Porque sueño contigo
para recordar el primero. aunque contigo quede dormido.

Sólo habría pasado un año.


Un año es nada y ambos lo sabían. El sueño es entonces
otra oportunidad para estar contigo.
Pero si a veces un año
Y al despertar y verte ahí
dura sólo doce meses,
hay veces en que un mes en ese mi tu nido tuyo mío…
dura doce largos años.

Y ambos lo sabían. Soy feliz por haber vivido.

Aníbal del Valle Uría

19
“MANHATTAN, 2007”

El sol es la pupila de un león Central Park es un salón de té. Con


Manhattan se disfraza con el manto sus pintores,
floreciente y efímero de todos los sus trajes italianos hilvanando la brisa
muertos. Halloween deja sus galones y sus civilizados delincuentes diurnos.
nocturnos El sol es mi pupila deslumbrada.
a nuestro paso El Hudson nos ofrece
que sólo se resiente en el poema. su arteria de colonos,
Los galones nocturnos de una ciudad ese nudo de frío
sitiada. que aprieta la garganta a media tarde,
El silencio de cuerpo la estatua tan pequeña en su certeza,
sometido, indeciso, una fábrica de azúcar
de inmediato cadáver. putrefacta de olvido
De lujo asesinado. que regala una nota de dulzor
Halloween: truco o trato. a estas extrañas bestias que aún
La muerte es disyunción, vivimos
por eso decidir resulta trágico.
Así, si divagamos
entre una calle u otra,
morimos complaciendo Alejandra Sirvent
la belleza de surco del otoño,
la gracia ambivalente de la ardilla,
la plenitud ambigua del color
entre el atardecer y su retrato.
Y pedimos consulta
a esas gafas de sol de actor sagrado
con que se oculta un poco la ciudad,
sus avaros y fríos rascacielos
que cruzamos rasgando
el silencio del mundo,
su demencia de océano,
su vientre inseminado de corales
falsarios
y delgadas hogueras.
El sol es la pupila de un león,
y los árboles lentos, perezosos
leopardos.
20
—Villanos te maten, rey,
villanos, que non hidalgos (…)
sáquente el corazón vivo,
por el derecho costado,
Romance de la Jura de Santa Gadea.

“5 DE FEBRERO, SANTA ÁGUEDA” “MES LUNAR DE ENERO”

5 de febrero, Llovía. Del filo de un cuchillo al filo


Me arrancaste el corazón de una dura navaja de barbero.
por el costado derecho Al final no he caído,
y llovía. Tu cara me he quedado en el medio y me he
intentaba mostrase abatida [cortado.
por tenerte que ver obligada Jodido aborrecible mes de enero...
a ejercer tan brutal cirugía La vida se me espesa en la garganta,
y llovía áspera y fría
sobre ti no puedo tragarla...
como una profusión Inmisericorde La nieve se derrite en los tejados
de pequeños latigazos y baja a las cloacas,
expiatorios. y se pregunta, ingenua, qué ha pasado
con su impoluta vestimenta blanca.
La luna se marchó dando la vuelta
y ya no nos verá otra luna llena.
Y todo me parece sangre, frío,
dolor, nieve manchada y luna nueva.

Dani

21
“EL PESCADOR”
“QUÉ ME QUIERES”
Los mares se han secado
¿Qué me quieres, me dices? ¿qué me
y el pescador ya nunca encontrará
quieres?
[consuelo.
quieres decir... ¿como se quiere algo?
¿como se quiere pasear un día
Vive en un barco muerto sobre el
o cenar algo rico o ir al cine
[lecho del puerto,
o ir mañana a la playa,
y un atún le aletea a la izquierda del
si el tiempo lo permite o si no
[pecho
encuentras
al ver los aparejos de pesca de su
nada mejor que hacer?
[padre.
Para ser mas exacta
y evitar confusiones, deberías
Recorrerá los fondos salinos de los
decir de mí, mas bien,
[mares
que te apetezco.
y recogerá peces salados y resecos.

-Si no vuelven los tiempos felices de


[mi infancia
no es porque ya no rompan las olas en
“LA HUELLA”
[la orilla
sino porque aquel niño que he sido ya
Casi todas las cosas dejan huella,
[se ha muerto.
bien lo saben los pueblos cazadores:
una rama quebrada o unos pelos
prendidos de un arbusto…
La huella siempre aumenta con el
peso:
las orugas de un tanque sobre el
barro,
un pelo largo, un algodón
con maquillaje, tu perfume
en la funda de la almohada…

Dani

22
BREVE BESO DE LA ESPERA
“MI LETRA, TU PUÑAL”

Saber que ya has entregado todo lo que tenías. Estás arruinado, echado
a perder y todo ha sido por ese precipicio que se abrió en aquella infausta
noche. Fue su sonrisa, su sonrisa y luego vino todo lo demás. El alcohol
consiguió llevar al olvido aquel terraplén, volver a recuperar,
paradójicamente, la vertical. Pero sólo duró un par de semanas. Su rostro
volvió a cruzarse, otra noche y entonces el corazón decidió llevarte al abismo
más profundo. A pecho descubierto, sin corazas, fuiste viendo como cada uno
de los sueños sugeridos, cada uno de los sueños cumplidos, cada uno de los
sueños rechazados fue cayendo, inmisericorde, sobre tus hombros. Las
sonrisas se tornaron reproches, los reproches traiciones y burlas. Tu puñal ya
se había clavado hacía tiempo en mi corazón y ahora era removido por tus
manos en un juego cruel y gratuito. Me arrastraba por la ciudad sangrando,
cayendo una y otra vez. Pero mi sangre sólo la veía yo. El puñal que
manejabas con certera habilidad para producir más dolor sólo era visible ante
nuestros ojos. Tu perversa sonrisa seguía haciéndome bailar a tu ritmo
mientras me humillabas de nuevo para irte con quien fuera, él o ella, eso ni
siquiera te importaba. Disfrutabas contemplando mi dolor, invisible a los ojos
de los demás, y cómo sólo el alcohol, en dosis cada vez más letales, lo
mitigaba. Busqué otros remedios para evitar ese dolor. Desesperadamente,
durante meses traté de encontrar una salida que no fuera el final definitivo
para mi vida.

23
Un día comencé a teclear, a escribir sin parar, como poseído por un
impulso interior furioso, que me empujaba a sobrevivir a tu cruel juego, a
sobrevivirte. Tu sonrisa malévola debía desaparecer, era ella la que impulsaba
tu puñal en mi corazón.

Se sucedieron muchas líneas de alivio, incesantes, brotaban cada vez


con más fuerza. Hasta que una noche un nuevo rostro secó todas y cada una de
las heridas. Tu puñal se partió en mil pedazos. Aquella noche de verano tu
sonrisa se heló. Aquella noche viste un precipicio aún mayor que el que yo
había contemplado muchos meses antes.

A partir de entonces, nada de ti me importó. Ni aquella noche, tras


aquel concierto de Six By Seven cuando guardaste tu puñal y te mostraste
como siempre te había querido ver: sin armadura, al descubierto, sin esconder
nada y menos tu corazón. Pero ya era demasiado tarde. El desprecio invadía
todas las paredes de mi corazón y lo inflaba con vano orgullo en una revancha
tan necesaria como vacía.

Ha pasado aún más tiempo. No he dejado de escribir y sé que mientras


lo haga estaré a salvo de ti, de tus recuerdos, de la memoria de tu dolor. Sé que
es peor no sentir por ti ni tan siquiera desprecio, pero así es la vida. He
conseguido sobrevivirte, algo se ha muerto dentro de mí y quizás nunca
vuelva a alumbrarme pero ya me da igual. Es demasiado tarde para mirar
hacia atrás. Para tratar de recuperar los años perdidos persiguiéndote en vano.

Manolo D. Abad

24
“UNA ARAÑA EN EL TECHO”

La araña permanecía inmóvil. Era una araña grande, de ésas que tienen
patas gruesas y cuerpo desmesurado para sus extremidades de simple arácnido.
Estaba justo en el ángulo que formaba el armario con los azulejos de la cocina. La
araña había tejido laboriosamente su hogar, el cual ascendía hasta el techo. Ella
untaba el pan con la mermelada de fresa y miraba hacia arriba. La araña seguía
quieta. Miraba las tostadas y el café y pensaba que tal vez la araña se desprendería
de un momento a otro de los finos hilos que la sujetaban en el aire para aterrizar
lentamente en su plato o hundirse en su café. Siguió desayunando. Eran casi las
ocho. Hacía frío en la cocina. Debía darse prisa, no podía llegar tarde de nuevo a
la oficina. Tras el último bocado miró al techo: la araña seguía allí.

Al día siguiente se levantó más temprano. Eran casi las siete. Colocó las
tostadas en la mesa y el café junto al plato. Se sentó y abrió el frasco de
mermelada. Miró al techo. La araña seguía inmóvil, el mismo lugar, la misma
quietud aterradora. Estaba en el sitio exacto en el que ayer la había dejado, pero a
su alrededor había tejido una extensión ilimitada de laberínticos nudos en el aire,
perfectamente hilvanados entre sí. La araña había invadido todo el techo. Ella
terminó el desayuno y se fue a la oficina.

A la mañana siguiente un ruido extraño la despertó. Aún no había


amanecido. Encendió la luz e instintivamente se dirigió a la cocina. Junto a la
puerta, su mano intentó alcanzar el interruptor, dio un paso al frente pero algo la
atrapó en sus redes. Una especie de tejido viscoso le rodeaba el cuerpo. Al fin, tras
muchos manotazos consiguió encender la luz. La araña estaba frente a ella. La
mujer permaneció inmóvil, la araña avanzó deprisa.
Ana Vega
25
“SOMETIMES”, UNA CANCIÓN DE JAMES

A veces soy como un torrente a punto de desbocarse. En momentos como


esos tengo miedo. Miedo a que las aguas se desborden y cometa errores que luego
me harán sentirme culpable. Olvidada toda la noche anterior permanecen restos
inequívocos de que algún exceso me ha arrastrado a lugares que no deseaba
volver a visitar. No quiero caer más, pero mi corazón me lleva más allá, tratando
de no recordar cómo mi insensibilización me ha impedido alcanzar aquello que
más quise. Y siento miedo. Miedo de no poder seguir mis pasos hacia el abismo
de la noche. Miedo de ser yo mismo, extrayendo una nueva careta de mi rostro,
expuesto sin esa protección.

Hace tiempo que perdiste esa fe que llena a los ignorantes.

El miedo vuelve a invadirte como una puñalada seca. Ves la mirada de esa
mujer que tanto deseas y descubres que ni en otro mundo podría ser tuya. Y
avanzas por las calles vacías alumbrando su rostro y su cuerpo en tu imaginación.
Solo, una noche más.

“POWDER BLUE”, UNA CANCIÓN DE ELBOW

Nunca te dejaste cazar. Preferías ser tú quien lanzase los aparejos de


pesca, quien estirase las redes, quien viese la jaula del amor ocupada por tu sueño.
Pero el sueño llegó pocas veces. Casi nunca. Y muchas de las ocasiones en que
arribó, estabas demasiado ciego para verlo. Y hoy lo lamentas en amaneceres
inacabables. En noches a tumba abierta. En resacas dolorosas.

Recuerdo aquella mujer, su hermoso rostro, su cándido amor. En aquellos


días, los torbellinos asolaban mi corazón y decidí ir tras otra. Era hermosa. E
inteligente. Me amaba, o eso creía. Fue por eso que ni siquiera hicimos el amor en
la noche en que más la deseé. Aquel día, en las tinieblas de su portal, dije “Busca a
alguien que te ame realmente, que te ame sin dudar, que te lleve al fin del mundo
si es preciso. No desperdicies ese sentimiento conmigo”. Mucho tiempo después,
me anunció la llegada de un nuevo amor. Fue entonces cuando supe que el
verdadero, el real, había sido yo.

Demasiado tarde, otra vez.


Manolo D. Abad
26
“ELLA Y SUS PINCELES”

Le gusta mirarla mientras duerme, ver la cara de susto con la que se


despierta, cuando ese invento infernal, llamado despertador, la saca de sus
sueños. Aterriza en el mundo real, normalmente de mal humor por lo que es
mejor ignorarla y pasar desapercibido hasta que haya transcurrido al menos
media hora. Entonces me da los buenos días y tras un café y una ducha
acostumbramos a pasear cuando la ciudad se empieza a poner en marcha.

Ella dice que ese paseo es un momento especial, sólo nuestro y que
observar el trasiego de gentes y coches mientras nosotros paseamos, es un
lujo, es como engañar al tiempo un rato escapándonos de la rutina diaria.

No nos vemos hasta el medio día, a la hora de comer. Si hace buen


tiempo, comemos en el jardín y aún nos queda un rato para tumbarnos sobre la
hierba y dormir una siesta. Las tardes se me hacen largas esperándola.
Esperando el mejor momento del día. Cuando vamos juntos a la playa. Ella
suele pintar hasta que apenas hay luz, después nadamos y echamos una carrera
hasta el faro.

Quiere ser pintora, vivir de sus cuadros. No le falta talento se que


algún día se lo reconocerán.

Dice que trabaja en una galería de arte, pero se que miente. Un día
decidí seguirla para ver que hace cuando se va de casa.

La vi entrar en un lujoso edificio que olía a sexo y a dinero, un burdel


caro de donde salió oliendo ella también a sexo. Ese olor que no se va ni con
geles ni perfumes caros fue lo que me hizo sospechar que mentía.
27
Aunque el solo hecho de imaginarme a hombres desconocidos
poseyéndola me repugna, nunca le he dicho que conozco su secreto.

Ninguno de esos hombres tiene de ella la mitad de lo que yo poseo.

Ninguno se despierta a su lado ni la observa cuando duerme.

Ninguno sabe que le asustan las tormentas tanto como a mi y se reirían


de ella si supieran que se esconde en un rincón de la casa hasta que cesa.

Se que ella siempre estará a mi lado y eso me basta.

Vivimos juntos desde que nos conocimos, nos e que sería ahora de mi
vida si no fuera por ella. Antes de conocerla era receloso y desconfiado con la
gente. Había tenido muy malas experiencias anteriores, pero a su lado volvió a
confiar en las personas.

Por eso lo que haga fuera de casa no me importa. Cuando entra por esta
puerta es solo mía.

Tan solo hay una cosa que querría hacer junto a ella y no puedo. Ir a un
restaurante de estos en los que puedes comer hasta que te canses, y sentarme a
su lado en la mesa.

Pero en los restaurantes, no dejan entrar perros.

Susana del Llano


28
“MILÉSIMA DE SEGUNDO”

Las cosas pasan porque suceden. La Srta. Silvia se levantó de buena


mañana y pensó en Nacha Pop. Canturreó con alegría "El Amor que antes
dolía, convertido en súper amistad entre los dos".

Jamás me van a joder mejor, pensó. Se río, chilló, aulló. 180


pulsaciones después se duchó. Se puso el vestido de flores del domingo y
fue al entierro de su padre maltratador.

“VEINTICINCO HORAS”

Salió de día y llegó de día. Miró la brecha de la puerta de casa y


abrió sin ruido. Entró en su habitación y dejó los restos de la bacanal.
Cocina, café, galletas. El gato maullando como un niño pequeño, le
acarició y se sintió tranquilo; tranquilo, sí, pero culpable y egoísta. Su
madre le dió el desayuno al gato. Él se fue a la cama. Estaba de más, lo
sabía.
Desde que vivía con sus seres queridos a pensión completa estaba
de más. Se tumbó en la cama y se puso a dormir. Esa noche/día no quería
pensar en soluciones.

Santiago Bertault

29
“VOTO A Z-ERO”

Había sido una mala noche, de esas que sobran. Una borrachera
pesada y sin sentido cargada de opciones de arrepentimiento y para
colmo había elecciones. Volvía a casa con un chupetón en el cuello y
un teléfono mal apuntao. Los colegios electorales habían abierto
hacía unos minutos. Me fuí hacia los Dominicos y meé en la pared
ante la mirada despectiva de unas viejas que iban a ejercer.
- Así va España, sin respeto ni cabeza.
- Anda ir a mamala.
Busqué en el bolsillo la cartera para comprar un pastel. Nada, ni un
céntimo. Me cayó el DNI al suelo todavía con restos de polvo blanco.
-Cagón Dios, voy a votar yo tamién. ¡Qué cojones!
Entré en el recinto de la fiesta democrática con los ojos rojos, oliendo
a tabaco y a alcohol.
-A ver dónde ye.
Revolví las hojas para encontrar mi mesa durante unos minutos. A2-
Sector b.
No sabía a quién votar, me metí en una cabina, la del fondo del
pasillo y cerré la cortina. Estaba cachondo, me lo acababa de comer
brevemente con una tía en el Dolce & Galvana pero no habíamos
llegao a nada. Me bajé los pantalones y empecé a hacerme una paja.
Me prestaba bastante recordando todavía el olor y el sabor de Alicia
o Patricia o Leticia, ya no me acordaba.

30
Me corrí sobre la madera lateral de la cabina. Quise dibujar el
símbolo del tripi con el pincel de mi polla y la pintura de mi semen.
No conforme con ello también cagué. Me agaché brevemente y
enseguida salió el horrible sello. Es obvio que no faltaba material
para limpiarme. Estaba podre por dentro y lo tenía todo, un buen
trabajo como comercial-directivo en una multinacional, un flamante
Audi deportivo y podía usar cuantas veces quisiera para mis rollos el
chalet de mis padres en LLanes.
Cogí dos papeletas al azar y las metí en dos sobres ligeramente
manchados. Me dirigí a la mesa y tuve la desfachatez de votar.
Volví a casa reluciendo mi gorra de 60 euros de LA Lakers.
"Mañana" tendría que aguantar los horribles programas de resultados
electorales. Una buena excusa para pillarme unas pelis de vídeo y
liarme un porro.

David Suárez

31
“SUEÑOS”

¿Alguna vez habéis soñado ser otra persona?

Una noche soñé que era una arqueóloga (sí, arqueóloga) y me


encontraba en una expedición en la Antártida, lo extraño era que estaba en
mangas de camisa en ese fascinante gigante helado. Yo estaba con dos o tres
personas más (creo recordar que eran algo así como mis ayudantes) y desde el
horizonte se acercaba una figura sonriente que me resultaba muy familiar,
tanto como que era mi padre; lo curioso fue que al seguir la línea de sus rasgos
comprendí que era yo mismo a la edad de unos 60 años, más o menos, visto
desde los ojos de mi propia hija. Mi padre, que era yo, me sonreía y me
hablaba de las ruinas de una antigua ciudadela enterrada en el hielo. En ese
momento, y sólo en ese momento, comprendí que estaba soñando. Al instante
la ilusión reapareció y olvidé que era un sueño, el hielo comenzó a derretirse
dejando al descubierto una inmensa llanura de un precioso verde glauco
plagada de flores gigantescas de vivos colores y atravesada por un río de
aguas limpias y cristalinas, y un león y un tigre de tamaño sobrenatural
caminaban serenos junto a mi padre (que era yo) uno a cada lado.

Y desperté.

Tuve este sueño hace aproximadamente unos tres años y nunca he


podido olvidarlo; y esta noche Oniros ha tenido a bien regalarme uno de
similares características. Esta vez yo era un niño de unos 8 ó 9 años y mi padre,
que volvía a ser yo mismo a una edad más madura, me regañaba por haber sido
caprichoso, me explicaba cómo debía actuar un hombre ante los deseos y los

32
caprichos, cómo no debía permitir que fuese el deseo quién guiase mis pasos,
cómo no dejar nunca engañarme por sus trampas y sus ilusiones. Yo
comprendía y asentía a todo lo que me decía, y era feliz por aprender y por
tener un buen padre; entonces él se sentó en una butaca a leer y yo salí a jugar a
la playa -porque en este sueño yo vivía en una casa frente al mar- y una
manada de caballos salvajes corría por la orilla y yo era feliz observando.
Entonces empezaron a caer del cielo cientos de peces de colores que
reventaban al chocar contra el suelo, cubriéndolo todo del rojo escarlata de su
sangre, y yo me asusté y corrí hacia casa llamando a gritos a mi padre (que, os
recuerdo, era yo mismo a edad más madura), y al abrir la puerta del salón el
cuerpo hinchado, húmedo, amarillento de mi padre yacía en la butaca con las
cuencas de los ojos vacías y un pulpo le salía de la boca y cientos de pequeños
cangrejos bermejos brotaban de su cuerpo pútrido y pestilente.

Y desperté.

Lástima despertar tan pronto, me hubiese gustado haber conocido a mi


madre.

Aníbal del Valle Uría


33
CADAVERES EXQUISITOS
DIEGO MEDRANO Y LAS JIRAFAS DEL KALAHARI:

No se puede leer de forma correcta la poesía de Diego


Medrano, y por extensión toda su literatura si antes no se conoce de
manera consciente al personaje, van indefectiblemente unidos a
sangre y fuego, de igual modo ocurre con alguno de sus maestros
como: Isidore Ducasse, Leopoldo María Panero o Javier Tomeo.

Conocí a Diego Medrano de manera consciente en el pub “Ay


Carmela” de Oviedo allá por el año 2000 antes que el escritor saliera
definitivamente a la luz pública (él según me cuenta ya me conocía de
vista, de verme pululando por la Facultad de Letras del Milán y andar
metido de lleno en eso de la literatura). Yo puedo decir, que conocí
aquella noche a una persona polémica, mordaz, un cachondo
impenitente, sin pelos en la lengua, amante de efebos perdidos y otras
ninfas, un provocador nato, pero sobre todo un amante de los clásicos
y de la literatura. Nuestra pasión por Konstantino Kavafis fue la
coartada perfecta para entablar una complicidad nocturna. Digo todo
esto porque el escritor en muchos casos y este no es la excepción que
confirma la regla aplica esta máxima al pie de la letra: “literatura y
vida” dos conceptos que van intimamente unidos en la obra de Diego.

A veces cuerdo representa una condensación estética- poética


34
de Diego Medrano en estado puro aunando de manera notable dos
corrientes literarias a las que el escritor bebe de manera insistente
como son: el surrealismo y el realismo sucio utilizando el concepto
del instante para expresar sus dudas, pasiones, críticas,
observaciones y reflexiones del mundo que le rodea, sirvan dos
ejemplos como botón de muestra: “( Visiones. 41. “Se besaban entre
luces encendidas/ de farolas sinuosas. Ninguno / robaba más luz
que el otro”) y nos llega el contraste o la sorpresa a cada página de
lectura ( 10. Solidaridad del erudito. “El agua que golpea la ventana
/ le dice al cristal: jódete. / ¡ Haber sido jirafa!)”. Los poemas son
interminables mejor dicho son exactamente 101 ni más ni menos, no
todos de la misma brillantez, poco importa, pero lo que si estoy
seguro, poniendo mi mano en el fuego sagrado que
no dejarán indiferentes al lector ¿Quién es este Diego
Medrano? Loco y lúcido al mismo tiempo, un
personaje literario al estilo de los poetas románticos
franceses, un escritor que viene a animarnos de
manera arrolladora el gris y pacato ambiente literario
asturiano. ¡Más Diegos Medranos por favor!

Rubén D. Rodríguez
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POETA DE LA ALEGRÍA

MÍSTICA ABAJO
Andrés Neuman. Acantilado.
Barcelona. 81 páginas.

“Existe la alegría, pero duele; / tendrás que conseguirla. / Y cuando la


consigas tendrás miedo”. Estos versos de Andrés Neuman pertenecen al
poema “(Palabras a una hija que no tengo)” incluido en su libro El tobogán
(2002) y nos sitúan en el difícil equilibrio que mantiene la poesía del autor.
Andrés Neuman, liviano y sediento de verdad, parece que siempre ha buscado
la mejor manera de ser humano, también en literatura. En su último libro,
Mística abajo, abandona, por un momento, el esfuerzo, la búsqueda, el dolor
que conlleva conseguir la alegría, para iluminar los frutos de su inquieta
espera.

Observamos, en estas páginas, una plenitud, una seguridad a la que, tal


vez, han contribuido los años. Podemos hablar de un libro maduro, pues la
madurez de cada poeta consiste en alcanzar la costa hacia la que nada, ya se
encuentre en un territorio situado en las coordenadas de la oscuridad o de la
luz, ya se inscriba en el rumbo de una intención apolínea o dionisiaca.

Agua transparente. Dorados frutos. Solidez luminosa. En los poemas


de Mística abajo –“(Necesidad del canto)”, “(La fruta de la dicha)”, las
distintas odas-, el mundo se desvela cristalino y enigmático, plácido,
completo. Tal vez porque existe una impúdica, puntualmente posible,
aceptación de la realidad. La sabiduría de este libro se condensa en una cita
inicial de Christian Bobin: “Lo que ayuda es lo pasajero/ Lo que aspira a lo

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eterno no/ resulta de ningún consuelo”.

“Sentado en el columpio de la hierba/ al viento del verano, sé que existo”.


Estos delicados versos inauguran el primer poema del libro, “(Oda a la
salud)”, invitando al lector a sumergirse en el gozo de estar vivos.

Progresiva y minuciosamente, haciendo gala de un vitalismo de


hierro, el hombre se reconoce: escucha qué contiene un latido, palpa la seda
del tiempo, acaricia a un poeta y a un ruiseñor fantasmagóricos…

Con seducción realista, aunque con devoción mística, Andrés


Neuman es capaz de destrezas como “(Plegaria del que aterriza)”, poema
indispensable, divertido y tierno en el que se nos muestra el contraste entre un
mortal y el cielo; o de descubrir, entrañablemente, dos canas en un pubis más
vulnerable que antes pero que ahora crece “por amor y no por fuerza”.

En “(Oración del espejo)”, la curiosidad continúa despierta en el


corazón de ese chico que nadaba con su padre y que se ha hecho mayor:
“Quiero saber quién va conmigo a cuestas/ y temblar al revés de la corriente/
igual que alguna vez entre las olas/ mi padre ahogaba todos mis temores/
adentrándose más, alzándome en sus hombros”. Hay, en estos poemas,
lejanías como la del el padre y presencias como la de la amada. La “artesana”
que conocemos en estas páginas, se enreda continuamente en los poemas,
aparece y desaparece, es contrapunto y humilde proximidad con la que se
comparten alegría y vida. Un hermoso poema, dedicado por completo a ella,
es (La curva corazón) en el que se compara una curva matemática que crece
hacia el interior, a la que se conoce con el sobrenombre de copo de nieve, con
la suave incursión de la mujer en el corazón del autor.
37
Además de la óptica científica, elegante y fría, con la que Andrés Newman
inventa nuevas maneras de amar – “(Tratado de energía)”, “(Botánica
ambidiestra)”, el propio “(La curva corazón)” -, existe, no obstante, mucho
extrarradio del cuerpo también en el libro, que encontramos en poemas
como (Diamante negro) o (La escuela melancólica), lo que nos hace
celebrar un haber de variedad y riqueza.

Queda, al final, la advertencia del principio, ese difícil equilibrio que


es el mismo que el de la luz. Aunque la luz no sería nada sin la sombra.

Alejandra Sirvent

RISOTERAPIA INTELECTUAL

Pura Anarquía, Woody Allen.


154 páginas. Círculo de Lectores.

Una singularidad del humor escrito de Woody Allen es, sin lugar a
duda, la guasa inimitable con la que manipula la cultura
occidental, elaborando una apetecible pizza con los
venerados restos de haute cuisine que suelen
apreciar los paladares de la intelectualidad,
ajustándose a la crème de la crème filosófica,
pictórica, literaria, musical y
cinematográfica, europea y
estadounidense. Hago esta precisión para
acotar los límites de la cultura que,

38
comúnmente, parodia en sus escritos, obsesión buenista obliga. Los
precursores del postimpresionismo, William Faulkner, Scott Fitzgerald,
Dante, Hitchcock, Friedrich Nietzsche o Alma Mahler, son algunas de las
figuras históricas que bailan en las páginas de su último libro, Pura Anarquía,
como al son del alocado y seductor clarinete del neoyorquino.

Después de sus tres anteriores libros de relatos, Cómo acabar de una


vez por todas con la cultura, Sin plumas y Perfiles, reunidos en el
indispensable Cuentos sin plumas, Allen nos ofrece este libro, de un humor
que podríamos calificar de “sesudo” si tenemos en cuenta cuentos como
“Tirar demasiado de la cuerda”, esa virtuosa utilización literaria del lenguaje
y expresiones científicas, compuesto sin dejar un resquicio a la distensión. Por
otro lado, en este volumen, son varios los relatos inspirados a partir de noticias
y reseñas de hechos reales, rescatadas de fuentes que van desde el New York
Times a una hoja parroquial, lo que le da un aire puntual y levemente más
congraciado con el realismo, pero sin que la personal inclinación de Woody al
absurdo y al surrealismo desaparezca.

Efectivamente, las páginas más apreciadas son aquéllas en las que más
visiblemente merodea el disparate. “Calistenia, urticaria, montaje final”
consiste, en su mayor parte, en un intercambio de correspondencia entre el
director de un campamento de cine y el padre de un chico que ha asistido al
mismo y que se niega a compartir los beneficios que le ofrece una productora
por la película que su hijo ha creado durante la estancia. Un fragmento de la
relación epistolar es el siguiente: “Insinuar que el personal que usted ha
reunido se halla en un punto más alto de la escala evolutiva que una manada de
dingos es una hipérbole delirante. ¡¿Asociarnos en una nueva empresa?! ¿Es
39
que ha sufrido usted una embolia cerebral
silente? En primer lugar, quiero dejar bien claro
que la idea del guión fue concebida única y
exclusivamente por mi hijo y está basada en una
experiencia real que vivió la familia cuando el
director de la funeraria del barrio creyó por
equivocación que había ganado el premio Nobel
(...)"

"Querida niñera" es uno de los mejores relatos


del libro. El título alude, irónicamente, a la
antagonista de la historia: una niñera que pretende escribir un libro acerca de
las miserias de la familia para la que trabaja. “Harvey Bidnick es un zoquete
sin dos dedos de frente, un pequeño protón que habla por los codos y se cree
muy divertido pero duerme a los invitados con sus continuos chistes, que no
se consideraban graciosos ni entre los humoristas judíos de los años
cincuenta.” Harvey Bidnick, sin encontrar otra salida a su situación, trama
el plan de matar a la niñera; el tributo al cine aparece en este cuento, en el que
el personaje se transmuta en “todos los villanos del celuloide policíaco” con
los que ha crecido, envalentonándose, de esta manera, para ejecutar su
perverso plan.

En los cuentos de Woody Allen, adquieren la misma relevancia, por


tanto, los personajes cotidianos y las figuras emblemáticas del arte y del
pensamiento, convertidas en personajes. Hallamos una dieta dictada por
Friedrich Nietzsche, en “Así comió Zaratustra”; la versión de la vida
amorosa de Alma Mahler por un productor llamado Fabian Wunch, en
“Cantad, Sacher Tortes”; o una trufa de Mandalay que fue apunto de ser
40
comida por Göring, “pero la nota del suicidio de Hitler le aguó la fiesta”, en
“Qué paladar tienes, muñeca.”

Un humor, el de Allen, que contiene un componente crítico, como el


aguarrás que se utiliza en la fabricación de pinturas, y que, por separado, hace
saltar, no sólo la apariencia sacra de la cultura, sino también la seguridad de
ciertos hábitos sociales e, incluso, toda una gama de defectos de carácter,
haciendo que nadie salga ileso. El diálogo que encontramos al principio del
cuento “Pluma de alquiler” es un buen ejemplo. En él, un productor
cinematográfico llamado E. Coli Biggs llama a un escritor, Flanders
Mealworm, para que escriba una obra que él pueda llevar al cine. Ante la
ignorancia de su identidad por el escritor, Biggs siente herida su vanidad: “Por
Dios, ¿es que no lees Variety? Conseguí el número uno de recaudación en
Guinea- Bissau.” Un poco más adelante, se alude sangrantemente a la
colonización de espacios privados por las nuevas tecnologías, cuando
Mealworm le pregunta a Biggs de dónde ha sacado su número de teléfono al
no salir en la guía: “De Internet. Aparece junto con las radiografías de tu
colonoscopia.”

Woody Allen, un director que nos ha otorgado la gracia de admirar


cómo el pálido personaje de una película sale de la pantalla de un cine para
cubrir las necesidades de una persona, en La rosa púrpura del Cairo, y ha
sabido ejecutar otras tantas obras que, a su vez, y desde diferentes ángulos,
han incidido con precisión en otras múltiples necesidades o curiosidades de la
personalidad humana, nos hace reír también por escrito, para que podamos
llevar, si queremos, la medicina en el bolsillo.

Alejandra Sirvent
41
Los días frágiles
Philippe Besson
Alianza Editorial, 2007

LIBERTAD CERCENADA

Éste es el relato de una agonía, la que el poeta Arthur Rimbaud sufrió


en sus últimos días de vida, tras su regreso de tierras africanas. Su hermana
Vitalie nos describe en su diario el final de un hombre cuya libertad fue
cercenada por la enfermedad, la amputación de una de sus piernas y el
posterior declive que le condujo a la muerte: “Desde hace veinticuatro horas
asisto al más horrible paroxismo de desesperación y de tortura física que se
pueda imaginar”.

Philippe Besson logra trasladarnos al escenario final que el propio


Rimbaud pareció describir en el título de su obra a modo de premonición, Una
temporada en el infierno. La verosimilitud alcanzada por Besson (que
demuestra el riguroso trabajo de documentación previo así como su talento a
la hora de adentrarse en la psicología de estos dos seres al límite del
sufrimiento y la entrega) logra herir la sensibilidad del lector en la mayor parte
de este angustioso relato donde la abnegada Vitalie intenta infundirle paz al
alma enfurecida del poeta postrado en la cama, encerrado en su jaula.

Los días frágiles narra con crudeza las vivencias de una hermana
confidente cuyo carácter conservador es sacudido una y otra vez por las
confesiones más íntimas de su hermano moribundo (los episodios más
terribles y delirantes de su vida en París, sus aventuras amorosas, los
excesos…), por su delirio final; una vida marcada por la fría relación que la

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madre impone en su familia, que ve en
su hijo una carga sucia de la que intenta
desprenderse con la mayor rapidez
posible, una carga que ha de ser
“amputada” de la familia como si de
un cáncer se tratase, algo que
envenena su hogar.

Rimbaud, ya muy débil, decide


regresar a África, a la libertad, viaje
que tan sólo consigue que su estado
empeore aún más. Muere en el hospital
tras una lenta agonía. Su cadáver es
devuelto a la tierra de la que huyó
siempre: “Se habría negado a que lo
enterrasen en esta tierra que lo vio
nacer, puesto que no hizo más que huir
de ella durante toda su existencia.
Puesto que se las arregló para romper
todos los vínculos y vivir
completamente al margen”.
Finalmente regresa al lugar que
siempre le condenó a la quietud y el
silencio, ahora para toda la eternidad:
“Lo sepultarán bajo esta tierra que
detestaba. Dudo que descanse en paz”.

Ana Vega

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INFILTRADAS
“ANNABEL LEE, EDGAR ALLAN POE, SANTIGO AUSERÓN”

Año 1987. Radio Futura, uno de los mejores grupos españoles de los
años 80, y, en mi opinión, de todos los tiempos, saca a la luz uno de sus mejores
discos: La canción de Juan Perro. Con canciones que dejaron huella en la
historia del rock español como La negra flor, 37 grados, El canto del gallo…
pero pocas canciones fueron tan demandadas en cada concierto como Annabel
Lee .

Esta canción está basada en un poema de Edgar Allan Poe, traducido y


adaptado por Santiago Auserón. Se trata de una traducción tan fiel al original,
que invita a reflexionar sobre la universalidad del arte, y sobre cómo es posible
que cientos de miles de jóvenes de finales del siglo XX, en su mayoría más
entusiastas del rock que de la literatura, se emocionen con una canción basada
en un poema escrito en 1849 por un poeta romántico estadounidense.

Edgar Allan Poe Nacido en Boston,


Massachussets, en el 19 de enero de 1809,
escritor romántico, especialmente conocido
por sus relatos cortos, pero también por su
poesía, es sin duda una de las grandes figuras
de la literatura universal. Entre otras
aportaciones a la historia de la literatura, fue el
gran renovador de la literatura gótica, que
había aparecido a finales del XVIII como
Edgar Allan Poe
44
reacción al racionalismo propio de la ilustración.
Lo sobrenatural, los paisajes inquietantes,
ruinas, criptas, sepulturas, la angustia, la
soledad… y cierto erotismo; pero con unos
recursos un tanto truculentos. Poe dio a este
género una dimensión totalmente nueva,
convirtiéndose en el padre del terror
psicológico.
Virginia Eliza Clemm
Poe sufrió durante toda su vida fuertes
depresiones nerviosas, de las que se defendía, por medio del láudano y el
alcohol, padeció continuos problemas de salud y grandes apuros económicos.

A los 27 años, se casa con su prima Virginia Eliza Clemm de 13 años, a la


que llegó a querer hasta la locura y era la que lo unía al mundo real. Algunos
biógrafos sugieren que su relación fue más propia de hermanos y que nunca
llegaron a consumar el matrimonio. Virginia contrae la tuberculosis en enero de
1842 y muere cinco años después con 24 años de edad. Poe nunca lo superó, y el
último poema que escribió antes de morir el 7 de octubre de 1949, se inspiró en
ella, y este fue precisamente Annabel Lee.

Dani
Santiago Auserón
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VERSIÓN ORIGINAL
It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of Annabel Lee;
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.
I was a child and she was a child,
In this kingdom by the sea:
But we loved with a love that was more than love
I and my Annabel Lee;
With a love that the winged seraphs of heaven
Coveted her and me.
And this was the reason that, long ago,
In this kingdom by the sea,
A wind blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee;
So that her highborn kinsmen came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea.
The angels, not half so happy in heaven,
Went envying her and me —
Yes! — that was the reason (as all men know,
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of the cloud by night,
Chilling and killing my Annabel Lee.
But our love it was stronger by far than the love
Of those who were older than we —
Of many far wiser than we —
And neither the angels in heaven above,
Nor the demons down under the sea,
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee:
For the moon never beams, without bringing me dreams
Of the beautiful Annabel Lee;
And the stars never rise, but I feel the bright eyes
Of the beautiful Annabel Lee;
And so, all the night-tide, I lie down by the side
Of my darling — my darling — my life and my bride,
In her sepulchre there by the sea,
In her tomb by the sounding sea.
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TRADUCCIÓN LITERAL (Perpetrada por mi, De que el viento viniera de aquella nube
perdón)
por la noche,
Helando y matando a mi Annabel Lee.
Fue hace muchos muchos años,
En un reino junto al mar, Pero nuestro amor era mucho más fuerte
Que vivía una doncella a quien debeis que el amor
conocer De aquellos que eran mayores que
Por el nombre de Annabel Lee; nosotros –
Y esta doncella vivía sin otro pensamiento De tantos mucho más sabios que
Que amar y ser amada por mí. nosotros –
Y ni los ángeles arriba en el cielo
Yo era un niño y ella era una niña, Ni los demonios abajo, en el fondo del
En este reino junto al mar: mar
Pero nos amábamos con un amor que era Podrán nunca apartar mi alma del alma
más que amor – De la hermosa Annabel lee:
Yo y mi Annabel Lee;
Con un amor que los alados serafines del Pues la luna nunca luce, sin traerme
cielo sueños
Codiciaban de ella y de mí. De la hermosa Annabel Lee;
Y las estrellas nunca salen, pero yo
Y esa fue la razón por la que, hace mucho, siento los ojos brillantes
En este reino junto al mar De la hermosa Annabel Lee;
Un viento sopló de una nube, helando Y así, toda la noche, me acuesto al
A mi hermosa Annabel Lee; lado
Para que sus nobles parientes viniesen De mi querida – mi querida – mi vida y
Y la arrancasen lejos de mí mi novia,
Para encerrarla en un sepulcro En su sepulcro junto al mar
En este reino junto al mar. En su tumba junto al rugiente mar...
Los ángeles, ni la mitad de felices en el
cielo,
Fueron cogiéndonos envidia a ella y a mí –
¡Sí! – Esa fue la razón (Como todos
saben,
En este reino junto al mar)

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VERSIÓN DE SANTIAGO AUSERÓN
Hace muchos muchos años en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mi.

Éramos sólo dos niños mas tan grande nuestro amor


que los ángeles del cielo nos cogieron envidia
pues no eran tan felices, ni siquiera la mitad
como todo el mundo sabe, en aquel reino junto al mar.

Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche


para helar el corazón de la hermosa Annabel lee
luego vino a llevarsela su noble parentela
para enterrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar.

No luce la luna sin traermela en sueños


ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.

Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores


que saben más como dicen de las cosas de la vida
ni los ángeles del cielo ni los demonios del mar
separaran jamas mi alma del alma de Annabel Lee.

No luce la luna sin traermela en sueños


ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.

En aquel sepulcro junto al mar


en su tumba junto al mar ruidoso.

Hace muchos muchos años en un reino junto al mar


habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mi.
48
OPINION
Dificultaes:

Cuando te pones a vivir empiezes xeneralmente,- o así se supón que


debería ser -recibiendo cariño. Suel pasar qu'esi cariño ta trabau de milenta
defectos: ye sobreprotector, nun ye bastante, llega a destiempu o nun se siente
cola mesma xusticia qu'el que recibe'l nuesu hermanu, sobrina, padre, madre.
Asina qu'aunque nos quieran difícil ye alcontrar quien te agusto na cantidá y
manera na que fue mimáu na tienra infancia.

Dempués resulta que llega el flipe total de descubrir que los modelos a
seguir nun sólo nun teníen tola verdá infinita, si non ninguna porque ¡somos
adolescescentes!, y ansiosamente mos enteramos de que hay munches más
families a quien pertenecer, y que amás son optatives. El gran problema,
claro, ye que si encima de que nun nos gusta la nuesa primera nun somos quien
a tener una más guai que mos acoxa, vamos listos. Ahí les comedures de tarro
son ya importantes.

Una vez que por fín decidimos que si nun yéramos felices colo de los
grupos opcionales tenemos la posiblidá incluso de prescindir de tolo demás,
porque accediendo a una buena autoestima - nesti escalón de la existencia
pudimos llegar a los llibros d'autoayuda, les terapies, los cursos, los talleres,
les recetes orientales, los packs de consumo variopintos colos que incluso sin
nada de lo anterior puedes querete , porque TÚ YES CAPAZ d' aceptate como
buenamente puedas. Ye posible que te relaxes. Un poquiñín.

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Pero entóncenes llega, como si se tratase del gran desafío, -que
sabemos qu'aún hai más-, lo del famoso "compromiso".

Tú, que ya conseguiste mirate al espeyu sin odiate por nun ser daquién
diferente, pero que sigues queriendo evolucionar- porque eso sí que nun
pudiste estirpalo como los demás complexos adolescentes-, acabes
decidiendo que puedes, debes y amás apetezte "compartir la to vida". Y
entóncenes entames un repasu por toles etapes, que nun ye precisamente
ordenáu tal como lu describí. Directamente, y en poques décimes de segundu,
alcuéntreste pasando de la primera a la última, en cualquier versión posible, y
nun tienes siquiera la disculpa de les hormones revolucionaes. Tampoco
puedes usar el comodín de la decadencia: demasiado pronto na vida. Nun
tienes años pa eso tovía. Naide diba creete. Tas na trampa de tener que facelo
bien. Sí o sí. Tienes la edá pa xugátela, y apostar porque dempués de cuánto te
costó cuidate, demostrar que nun sólo yes un EGO, sino una persona capaz de
repartir sus derechos con equilibrio entre sí misma y les demás. Y en pareya, el
más difícil tovía.

Así que bueno, la treintena- d'una parte que tomamos esta opción- ye
así, hai qu'apañase y sentila profundamente, como una bocanada d'aire puro
que dempués podemos usar pa saltar a la piscina o tiranos pol terraplén.

Marta Sáez Truébano


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