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12 HISTORIA. DE AMERICA LATINA, a te6logos posteriores, que las condenaron por uzgaras obstculos ala Trdadereflglon, pero obidaron, ued demaviadorapuamente, ela Ilsa tra humana ademds de dvinay necestba in fa sociedad misma, En 1920 las instciones ja extaban en 5 st encontraban en sus diss; los saerdoes, ant lor altars: Tos files, reeane | do. Povo fuera habia muchos gue yauchos que slo volverian Capitulo 3 LA LITERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE DE AMERICA LATINA DESDE SU INDEPENDENCIA HASTA c. 1870 124 Frias formas Espafa aporto a Europa la novela picaresca y Don Quijote, pero también gue probibié eseribir y difundir narraciones de ir6nico que la’ primera obra. literaria te apare tras la independencia fuera una novela picaresea, EI periquillo Sarnien- ‘del mexicano José Joaquin Fernandez de Lizardi (1776-1827). Esta izando temas y expresiones populares en un claro gesto de indepen: mn genérica de Ia novela de smo y la corrupeién y por valores de Ia sociedad mexicana d 10 (181 primer periédico, aparecido en 1812), bre de letras; él y sti generaci iricos y panfletos rec! indo para la ain joven prensa el pa iblico: «La opinién piblica y la Mn que se contiene a los déspotas si encubria sus ideas por medio por una razén artistiea, sino para evitar la censura, la cdr ertad de expresion y reivindi de orientadora del gusto y de dela jonaria—, expres6 gr Sin embargo, el ingenio de Lizardi y el humor popular de Hidalgo eran casos excepcionales. En el periodo net corriente fueron los himnos heréicos, las odas patridticas, las elegias ccomedias y las Alestar alejado nnaban estas obras, al lector actual le puede resultar di ficarse la mayor parte de la produccién literaria del periodo revolucionario| era de este tipo. Dado que el neoclasicismo se asociabs los imperios espanol y_portugués, los escritores la ea relacionar el neo sado para sentimentalismo individual, dejé cin de pasion p la inolvidable en las ICA Y EL ARTE, € 18206. 1870 Rs s hasta ha llegado a revés, get ra lteraria y roman- tica que lo rodea?) Los afios de la preindependencia y de la independencia de Hispanoamérica fueron una época de via c poetas y revolucionarios. Muchos hasta que muri I hombres como el padre mexicano Servando Teresa de Mier ( venezolanos Francisco de Miranda 83-1830) y Andrés Be (1786-1868) fue de europeos mas destacs toriano José Joaquin Olmedo expresé los ideales bolivarianos en verso: «Unién, res y jams vencidos. / Esta unidn, este lazo poderoso 7 Como se sabe, este proyecto idealista nunca ar («aramos en el map), pero su hus Ia politica como en ta liter ‘pandose al nuevo orden —que en hubieran suscrito la declara- un hondureto 4 a América sera, desde hoy mio ‘América de nuevas rep. teoria, pero n tun ardiente centroamericanist exclusiva, América de dia cuank estudio més digno de un amei ecesidad de atender, ain sin desearlo, cuestiones pricticas. Mientras tanto, varios autores ya habian empezado a buscar una nueva forma de expresién para transmitir su percepcion de Af lustracién, de mé \itigirse a ayudar a educacién y a corregir Jas Jagunas que tenian en su mento, en ver de acuparse de 1968, p. 394 hens Altes, HISTORIA DE AMERICA LATINA macién de la nueva cultura republicana. Si todos hubieran hecho como Hugo, pero a la ve. grandes temas del futuro de América y apelaba vwielo adonde te abre / c| agin su primitivo traje, / . Sin embargo, is elocuentes que pocticos, segiin uez. Urefla~ Tueron el primer expon« la madre de la e que habia una «poesia americana que fue apareciendo lenta- . 10. En su segundo poema de importan- El poema Le descripeién del paisaje america- redo no fue /ocacion que el cura guatemalte- ogico. De disparando onde no todos, ya que porque) nun iovaciones ni en kt versificacién ni en el nud siendo basicamente neoclisica, esto es: moderada, armoniosa, ejemplar ¢ impersonal. Lo que cambié fueron los temas 6, mas concretamer los. Los temas nuevos fueron: ta “za americana —otra vez virgi- hombres de mediana edad, ya 1 como la habian encontrado los espanoles cuando Ia conquistaron (y que evando escribieron sus poemas mas conos ahora pertenecia a unos nuevos dueiios)—, el indio —a quien no se consideraba cen el pensamiento lun barbaro ni un trabajador forzado, sino que se le veia como un buen salvaje ‘Sin embargo, los preparado para ser liberado— y la liberacion ot que inauguraba los mas respetados fue que fue ejecutado por cidn eli ERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE, 6 1820.0 1870 19 SUS VerS0S patridticas qui "arecido en algunos aspectos a Mi hombres de letras mis i fueron sus obras mas represen- la y@ Bello, posiblemente fue uno | idos y mas productivos de América Latina du. Que tos intelectuales y el severo, / hortibles siglos, noche tenebrosa, / hu despreciado, . / sepan que expird el m: primer paso al bien tan suspirado, / ... y los que / mirandole en prodigios tan fecundo, Melgar murié antes de que a& 7 el sabio hhemos dado / cl la de 1870, América La nas ¥ a veces pocos coherentesdisptas sobre ee tara: [a sociedad. Predominaban fos inteesesrurales von sus ceceuse ene aiiined pecoeer adie al proyecto de ta época era claramente urbane y tuvo una vida trdgica, si bien de i Se iberalismo, se aboli6 la escla 9 mis aut eriodo yl excepto en Brasil yen Cuba, y progresivim: i Perinee y la cultura sobre bases naci al t istica (excepto la 1 precursor 0 quiza hasta el lerto nivel de riqueza, de inversiones de una est 0. Su precocidad junto al fracaso de Sonsiguieron en Hispanoamérica (salvo en ei caso de Bras) haere he oae régico han setenta 0 “ios importantes y se | Sea aero aa hicieron pocos encar les, aparte de las tradicionales composiciones A esa ee Cra ETE ; as a las iglesias. Las academias que se fundaroe Geo sare (1824, Inopivado ch pate i Chaceatsona hae anes como Nas Giudades finales del periodo colonial no se apartaron de los noire literarios de la grandeza ay de su inminenca historica vas del mas neoekisicas. Se tardé en percibir la | AAl dase cuenta de que la lucha por la independencia no iba a triunfar en Cuba, ion politica del arte con Ia donde la continuidad | Heredia cambid de domicli varias veces —residid en los Estados Unidos, oh monarquica y aristocratiea hizo que i ro se eoonstruyera nee Venezuela y en México— y finalmente cayé en la desesperacion. En «La tempes eoclisico fran aura conserv6 todas sus funciones | tad (1822) ya se lam 30s separamos: / el huracin y tradiconates y adquirié algunas nuevas. La mayor pari de los cen ss a cd la pasividad de sus compa reconocidos del siglo Ate 1 vida muy activa, Cuando se detenian 2 iotasy reconocié que se habia fesisnado a la desesperaciny a a vida domes. observar el ambiente qu 5 revolucionarios se encon- 12 experiment6 un periodo ica («De mi azarosa vida Ia novela / termina en brazos de mi dulce esposa’ ey fonts les parecia menos ‘ordaban; por lo menos asi lo explicaba Bello, hablan. io londinense. Era un co la cuya tinica industria importante acogedor de Jo que do de tos recuerdos y d No lleg6 a saber que aq) se lamentai ictiva, Come fue la ‘minera. mec de América Latina era de unos 30 millones linica colonia portuguesa en el Nuevo Mu: teraria de Bras de habitantes desparramados por v. naises. La lades se ropia, se formed pronto, coincidiendo con el auge arecian todavia mucho a como habian sido durant ante ratura pastoral—; de 1770 a 1820, aproximada excepcién de Ri ue casi llegaba a 10s 200.000 hibitantes, slo las ea nso ie Maasai a vRaTAeNy fiulades de México, La Habana y Salvador (Bahia) 4 Como que el proyecto de la epoca consist con nuevas culturas, prim feclura. A finales del alo xv, Ja arquit redominaba por todo el mundo occidental rang, América Latina de principios del siglo xix se le dio una acogida penteal Tienes hgha Porque se la identficaba con la Revolucién francesa (los lberaky ‘ocupé varios dicron menos importancia a su relacign v4 cere ', el barroco se asociaba con Espana y Por todo razonable ya que la tensidn existente e caracteristica de sus versiones Europa y de A lor mas destacado del de Andrada e 338), que estaba profunda la independencia literaria de Brasil y a la ver pacifiea independen, ue se di aunque puede parecer no d estructura y la puede considerarse fa América hispdnica, Mésico. 130 Ta lucha por la independencia hasta el punto de que as Hegaron a simbs Buenos Aires se con: egién del Bajio de Méx el arquitecto italiano también ponen de te reconocer que la prolonga su influen- Tundada en Proceso del mundo europeo. Por este motivo, res europecs como Lancaster y Th ERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE, 6 1820. 1870 ‘década de 1820; a la ver, muchos arquitectos italianos y franceses fueron al cconstruyeron edificios neoclasicos al lado de estructuras coloniales de la misma manera que los espafioles habian construido encima de los monumentos preco- ombinos. Ya en 1816, durante la estancia de Dom Joao en Rio de Janeir tuna delegacién francesa de Bellas Artes ditigida por Joachim Lebreton 1819) para ayudar a proyectar un plan general de construccién para los aftos siguientes y efectivamente terminé por establecer las normas de la politica artis- tica que se si “ctor Grandjean de Montigny disend la Academia de Bellas Artes de Ri s tarde, Louis Léger Vaut construyé el Belém en Para y el Sao L Maranhao. Ts otros artistas italianos influyeron en. Ja mayoria de después se impusieron los modelos franceses, si bien ya en 1823 el arquitecto francés Prosper Catelin (1764-1842) concluyé la fachada de la catedral de Bue- nos Aires en estilo neoclisico, unos setenta aos después de haberse empezado fas obras, Otro francés, Frangois Brunet de Baines (1799-1842), fundé la prime- ra escuela de arquitectura de Chile, y fue un chileno, el reconocido escritor y pensador Benjamin Vicuna Mackenna (1831-1886) quien mas tarde redisené el centro de la ciudad y se gané el apodo de «el Hausmann chileno». La transici6n del barroco americano con su especial combinacién de clemen- tos sacros y profanos —que ocultaban y a la vez manifestaban muchas tensiones ¥y contradieciones— al racionalismo y al positivismo neoclisicos también ‘66 el paso a una arquitectura muy jerarquizada en su simbolismo. Esto per ¥ de hecho impuso un es de ‘acadén s tiranico en el art icano que a largo plazo Negd a ser reaccionari ‘que no pudo escapar hasta la primer Jo mas tarde. Debido en parte a este mo legado a la conclusién de que el barroco, en y Ia intuicion juegan un papel muy importante, jea del carécter ‘mestizo del latinoamericano y que por fo tanto el arte colonial esta mas estrecha~ mente ligado a la realidad latinoamericana que el arte posterior. Esta conclusién fs discutible, pero no cabe duda de que la ornamentacion barroca ofrece un ‘campo mas vasto para la hibridacién y el sincretismo que cualquier variante det estilo clasico. La Misién Art tecto y escultor bra: -a Francesa de Rio desprecié las excelentes obras del arqui- io Aleijadinho (17387-1814) por ser «curiosas antigiieda- des géticas». Durant Jo no se reconocid su auténtico valor y més bien fueron las ideas de los expertos extranjeros las que marcaron las pautas de artes plisticas brasilenas durante la mayor parte del tendencia americanista-nativista por un lad -0. Sin embargo, en muchas ocasiones esta di teado, mas que ha resuelto, dificultades. En el titimo problema provocado por una situacién que no habia e colonial: dentro del arte latinoamericano se abrié una ancha, précticamente 132 HISTORIA DE AMERICA LATINA insalvable, brecha entre al arte popular no se década de a concebi y el popular o semiculto. Por supuesto que fentando repri lorica que consideraban primitivos e implicita- /0 asi hasta que finalmente surgicron fuertes ue el socialismo hizo su primera aparicién en icano. En el caso de la pintura, por ejemplo en México, as posteriores como Diego Rivera quienes reconocieron el valor de los grabadores populares como Posada o Gahona; de la misma manera, Frida Kahlo restauré la tradi ular de la pincura tras peruana Pancho ’ba en los periddicos y los criticos eran generalmente poetas o escritores y, por tanto, de hecho no existia la critica estrictamente plastica. El gran escritor, pensador y futuro presidente de Argentina Domingo Faustino Sarmiento (1811. 1888) fue uno de los primeros eriticos de arte del comtinente y seguramente el primero de Argentina, mientras que Vicuha Mackenna fue uno de los primeros e Chile. En Buenos Aires, entre los aos 1817 y 1829 hubo las primeras expo- siciones, pero en la segunda mitad del siglo en la mayor parte de las ottas ciudades hubo muy pocas. ‘A pesar del predor y de ta teratura as, la busqueda dé tuna cuestién muy importante para desde que se independiz6, aunque se tardé mucho en encontrar la s Durante la mayor parte del sivamente descriptiva. Por ej se desarroll6 espe- cialmente poco en I escultura y la arquitectura), después de la independencia en 1822 inicié una tendencia conscien temente mas nacion: cambio, el nacionalismo expresado por los profe- sores franceses ¢ italianos produjo muchas veces una versién insipida de un arte pero que mas bien era profundamente euro- viajaran y est Aa Attistica Francesa y pinté muchos retratos y paisajes, entre ellos O ‘morro de Santo Anténio em 1816. Jean Bapt ademas de sus conocidos cuadros sobre la vida de los es UA LITERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE, 6 1820.6 18 133 Sagrado de D. Pedro I y el Desembarque de D. Leopoldi ‘riz do Brasil. La pintura brasilena en si realmente no empez6 hasta la década de Grandjean de Ferreira, nieto de Grandjean de después de haber pasado la mayor parte de su juven. impresiond al mund ico con las téenicas curopeas mas modernas. Manuel de Arailjo Pérto Alegre (1806-1879), baron de Santo Angelo —que a la vez era un conocido poeta—, fue un discipulo destacado de Debret conocido sobre todo por su Coroagao de D. Pedro H. Esta obra, sin embargo, ‘menos atrevido de la pintura de corte; por otro lado, tambien Jas obras de los artistas mas competentes posteriores como Vitor Meireles (1832. 1903), Pedro Américo (1843-1905), José Ferraz de Almeida Tinior (185( Rodolfo Amoédo (1857-1941), el estancado academicismo europeo co ‘minando en Brasil hasta bastantes afos después de que se implantara la repibli- ca en 1889, primeira Impera- serie de a rostumbres y Fisquet, Nebel, europeos, paisajes del cont Verazzi, Menzoni y, sobre todo, el aleman Johann-Moritz Rugendas (1802-1858) y el francés Raymond-Auguste Quinsac de Monvoisin (1790-1870), fueron a ‘América a trabajar, a ensefar y a escribir y tuvieron una importancia en el arte latinoamericano superior al peso que (uvieron en su propio pais o en la historia del arte. Con frecuencia enviaban sus obras a sus paises de origer las reprodujeran o las vendieran a coleccionistas de lo pintoresco. En Chile, por ejemplo, hubo artistas como el oficial de la marina inglesa Charles Wood (1793-1856) que pinto escenas maritimas de Valparai de haber e y México y que en la 810-1866), conocido por sus paisajes rominticos como Chimalistac, Valle de México y Vista de la Arqueria de Matiala, expuestos en 1857. Landesio también fue el Imaesiro de José Maria Velasco (1840-1912), el pintor mexicano mas ia del siglo xix. Estos pintores extranjeros fueron muchas veces los primeros en documentar los primeros altos del periodo republicano, mientras que los artistas nacionales —por ejemplo, et colombiano Ramén Torres Méndez (18 finales de la década de 1830 y a principios de Ia de 1840 pints los retratas de 134 HISTORIA DE AMERICA LATINA Rosas y de su madre, pero se le conocia mas por sus cuadros de gauchos, de indios y ov costumbres locales como La carreta, Payada en una pulperia, La uw mujer. Estas obras, muchas de las im Usos y costumbres del Rio de la jumerables oc E dos y en los de otros pintores argentinos como Carlos Pe representaba un pintoresco y variado mundo social y ni cl fondo resultaba unidimensional. Observaban su entorno —aunque desde lue- 0 lo mis importante es que, de hecho, no era su propio entorno— a través de luna éptica parcialmente europea, pero normalmente iban mas alla que los hom bres de letras, debido en gran parte a que se movian en un circulo social mas amplio que el de las tertulias que a menudo era el Unico que frecuentaban los eseritores. De hecho, igual que sucedia en Espana y en otras partes de Europa, muchos de los poetas y escritores costumbristas que representaban Io pintoresco y lo picaresco desarrollaban su capacidad de observacién a partir principalmente de los pintores. Por ejemplo, Esteban Echeverria (1805-1851), el romntico mas importante de Argentina, asistido es de arte con Morel su brutal novela ero la pintura en ‘matadero (1838) se fas se mantenfa retratando a la burguesia ascendente, aunque por supuesto esta actividad descendio de golpe poco después de 1860 cuando se lo cual provocé que muchos pintores como Morel y 1870) en Argentina se hicieran fotografos. Pueytte: dd6n era hijo de un general famoso y, a diferencia de la mayoria de los pintores, de Azcuénaga (1864), ambos de! natur jadi. Pueyrredén, hombre representat su época, en realidad era un arquitecto e ingeniero competente q) volver de un segundo viaje a Paris, proyecté muchos de los que se construyeron en Buenos Aires y en sus alrededores entre 1854 y 1864. También pinté paisajes tan conocidos como Un alto en el camino (1861) y San Isidro (1867), ademas de numerosos cuadros de costumbres del ps ‘Con el progresivo predominio del romanticismo en las ar letras, pintores como el argentino Pueyrredén, el brasileno Almeida Jinior ‘mexicano Velasco y el uruguayo Juan Manuel Blanes (1830-1901) lograron s se del estilo académico, descriptivo o sencillamente costumbrista y evolucionaron hacia una pintura més individualista y en cierta medida, dentro de lo que enton- ces era po En la segunda mitad de siglo, cuando se hhabia asimilado el rom: ’s profundamente y cuando éste dejaba paso al naturalismo de Courbet, algunos pintores, influidos a veces por los hallazgos 848), el de su gual que los de UA LITERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE, 6 18204 1870 Is de las expedi ones arqueol6gicas (por ejemplo, las de J. L. Stephens los primeros intentos de inspirarse, sobre bases histor romanticas, en sus raices el peruano Fran- cisco Laso (1823-1869), al relacionar la con la individual en nacional hasta avanzada la segunda ‘mitad det siglo, cuando los conservatorios y otras instiuciones de formacién ‘musical ya habian evolucionado y se estaban formando nuevos centros. Hasta entonces, Ia formacién de las bases de la musica nacional normalmente habia quedado en manos de los maestros de capilla de las grandes catedrales como José Mauricio Nunes Garcia (1767-1830) y Francisco Manuel da Silva (1795-1865), en el caso de Brasil, o como José gentina. A menudo formaron academi lorquestas de cimara para asegurarse de que las corrientes patridtc no apartaran demasiado a la misica de su base r dencia, José Mariano México y en aqi ¥y que hasta centonado la Marcha patriotica de Parera ante una muchedumbre en Santiago de bid varias piezas de salon cl mismo Pedro I compuso el «Himno de la Independen. cian brasileta, ademis de una épera cuya obertura se represents en Paris en 1832, Para entonces, el minué, la mazurca, la polea y el vals habjan llegado América Latina; este tipo de piezas se asimilaron rapidamente y pronto salieron versiones y variaciones locales. Pero aunque habia personas que se interesaban por la miisica, después del que controlaron las represen- taciones piiblicas y la evolucién de la misica fueron extranjeros. En Cl lun caso excepcional, habia una fuerte influencia alemana, pero tanto al en otras partes Ia dpera italiana fue popular desde principios siguid dominando el ambiente musical al Normalmen pensando en la 6pera ya que, lo fue posible interpretar obras de no cuarto de siglo. Ademds de la épera, la mayoria ‘estaban de gira. La milsica de Argentina y Brasil es la mas interesante de este periodo. En ‘Argentina, al igual que en otras partes, sobre todo gustaba la misica pal junto con fos cilitos que eran mas locales. A la vez, a partir de 1830, la misica de salon europea se extendid répidamente, siendo un contrapunto algo irénico a 4a misica rural de los grandes payadores gauchos y a los gatos, vidalitas y tristes de la pampa. Pero a pesar de que en aquel p cesta milsica folklérica se la consideraba llena de espontaneidad primitiva, es evidente que tenia antecedentes europeos. Por ofro lado, los gauchos, por mucho que la literatura coeténea les considerara barbaros, no vivian tan al margen de la sociedad como los indios y 136 HISTORIA DE AMERICA LATINA, los negros que predominaban en otros paises. Por lo tat que la zona del Rio de Ia Plata —incluso antes ceuropeos de finales de siglo— al desarrollar su cultura musical siguiera principal mente las cor Buenos Aires siempre acozié con gusto las dperas italianas que a partir de la década de 1820 se representaron con regularidad —el Barbero de Sevilla de Rossini se estren6 en 1825— y hacia 1850 en Buenos Aires ya se interpretaban unas 24 dperas cada abrieron mas de una dacena de teatros en la ciudad, incluido el Teatro Col que se inauguré en 1857. Con el tiempo, Buenos Aires lleg6 a ser una capi no es sorprendente mes mas organicas que re\ El traslado de imiento de un imperi Imente restein- gieron Ia creatividad que habi aos del siglo xv proporeionaron un ambiente en el que en las siguientes décadas se pudo evo! cionar de una manera mas continua y mas estable que en otros paises, Al padre 10 José Mauricio Nunes Garcia, aunque principalmente era un excelente compositor de musica sacra con obras tan admirables como la Misa de Requiem (1816), se le ha atribuido haber compuesto en 1809 la primera opera brasilena, Le du gemelle, En la década de 1840 reorganiz6 la orqu y estableci6 el conserv uel de Arasio Porto Alegre, ‘gués para acompafar la misica de Joaquim Gianni conservatorio, ereando asi Véspera dos Guararapes. Labo dio un paso mis al componer la musica para la pera A noite de Sao Jodo que se represent6 en la nueva Opera L nal; la obra se hizo sobre un eto basado en los poemas narr: de Alencar (1836-1896), el novelista mas importante de la época. Al afo siguiente tuvo lugar un suceso ain mas importantes: la representacién de A noite do caste primera obra de Antonio Carlos Gomes (1836-1896) que fue el composi noamericano del ; su obra mas famosa 1! Guarany (1870), Se ha prestado poca atencion a XIX y a primera vista podr ‘obra 0 autor teatral, Seria una ‘evidente que los teatros se encontraban sobre todo en las capitales provinciales © les y que la calidad de las obras parece haber sido bastante baja. Ade- mas, como ya se ha comentado, la mayor parte de los teatros se abrieron con la intencion de representar Opera u obras musicales ligeras. No obstante, el teatro —cuando Ja literatura ain no habia adquirido el papel esencialmente privado dentro de la actividad a funcion parecida fen Sarmiento legs & ate errénea, aunque es ue la caracteriza hoy en dia— ocupé un lugar cent TERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE, 6 120.6. 1870 137 de Chile por primera vez en 1841, la ciudad le parecié un «teatro» eno de personajes desconocidos en que se le pe actuara. En la Ciudad de México, por ejemplo, en la década de 1820 ya se represen- taban obras en dos teatros, uno de los cuales servia para recaudar fondos pat €l hospital; el otro se construys sobre gente atin lo relacionaba con su anterior actividad. En 1821 se present6 la obra México libre en el Coliseo Nuevo (fue el ato del triunfo de Iturbide), en que y la Libertad juntos derrotaron en México al Despotismo, al Fanatismo y a la Ignorancia. En los anos siguientes se representaron obras como El liberal entre cadenas 0 El despotismo abatido. La mayor parte de los empre- 3s ¥ actores mas destacados eran normalmente espafioles y esta tradicién se interrumpié transitoriamente cuando se expuls6 a los espatioles en 1827 Manuel Eduardo de Gorostiza (1789-1851), un valiente luchador liberal y un autor tcatral excelente —Contigo pan y cebolla es su obra mis conocida—, fue luno de los desaforturiados exiliados de este periodo. A pesar de la independencia ain funcionaba la censura, aunque se ocupaba més de cuestiones religiosas y ‘morales que de las politicas. Ya en 1830, en la Ciudad de México, al-igual que en Buenos Aires y en Rio de Janeiro, la épera era la diversién preferida de la clase alta. También actuaban companias de ballet francesas, prestiigitadores y aeronautas extranjeros, se exhibian animales exéticos y mii jdades se efectuaban dentro o en frente de los teatros. Epoca del empresario, y la aparicién de los espectaculos profe- ar. A finales de la década de 1830 llegé el drama de Hugo, y en 1840 ya empezaron a salir imitaciones mexicanas como El torneo de Fernando Ci 1809-1845) 0 Munoz, visitador de México de Ignacio Rodriguez Gal 16-1842), otro joven romantico. Mientras tanto, las obras costumbristas del espanol Manuel Bretdn de los Herreros llenaban los teatros de México, igual que durante mas de medio siglo Menaban los de Espaia y los de otras’ partes de ‘América Latina, Hay que decir que durante el siglo x1x y especialmente en el periodo romin- tico hasta la década de 1880, el teatro no sélo fue un hecho artistico sino que también jug6 un papel muy importante en la vida social y muchas veces las criticas teatrales parecian que se preocupaban tanto del comportamiento del piiblico y de las condiciones de la sala como de la obra y de su representacidn, Hace ya mucho tiempo que nadie se acuerda ni de la mayoria de las obras ni de fen la época en que prosperé el teatro roméntico, ya fuera reflejaba la real influencia de Espaa en la tradicién teatral y musical. En la década de 1850, la zarauela cobré nuevo vigor en la peninsula y también paso a Hispanoamérica, donde goz6 de una gran popularidad, sobre todo en México. Don Juan Tenorio se represent6 en México en 1844, s6lo seis meses después de su estreno en Espana y José Zorrilla, su autor, paso mucho tiempo en la capital mexicana. En de Los frutos de la educa- populares obras 856). Cada uno de ellos representaba Las comedias de costumbres de M: (1833, representada en 1838), por eit vez eran entretenidas y estaban bien construidas. A diferencia del te fas obras procedian de una sociedad ica velada no se consideraba peligrosa y por esto raciones de todas las clases sociales de Rio. Sobre que Pena 0 populatidad, Sai pleja que En Brasil, la aparicidn y la expan: campo de la’ poesia. Empezd en 18: Suspiros poéticos e saudades, a la ver que el Porto Alegre, como ya se ha dicho, publicaba A voz da de Magalhaes se ide romantica, pero sus es, su. poesi 1823-1864) quiza fue el mejor poeta leno. Entre 1846 y 1857 escribid cuatro colecciones de poemas (la aba citas de Goethe y de Chates Mendonca (1847) y uno de los Os timbiras (1848), que inspi ‘ragao dos tamoios en 1856, Muchos Dias (que con lenguaje fluido y eleganci tos y panteisias dedicados a los tr64 Patridticos, americ drama Leonor de le América Latina, ‘es al escribir Confede 10s consideran que mal escribia tanto himnos opulen- £08 como otros nostlgicos, afimatives, s ¢ indianistas) fue el poeta mas notable, No cabe duda jam Marvelous journey «survey of four centres of Brallan writing 140 HISTORIA DE AMERICA LATINA de que es el poeta mas destacado de nacionalidad brasileta, sobre todo por st muy citado poema «Canad do exilio» que eseribio en Coimbra: ppalmeras, / donde canta el sabia; / canta una nota tan dulce como no se ha aqui jamés. / Nuestro cielo tiene mds estrellas, / nuestras plantas tienen ms Gongalves Dias murio en fragio cuando su barco ya divisaba tierra, por lo que su tragedia personal recuerda la saudade caracteristica de sus poemas mas importantes. Su «O canto do guerreiron se parece al Song of Hiawatha de WW; OtKOS poemas suyos recuerdan al Martin Fierro que Hernandez ‘mas tarde, Los poemas de Gonealves Dias reflejan el romani icos para convertirse, segtin consideran muchos eriticos, en la primera voz propiamente brasilena. Después de Gongalves Dias, el indianismo y el paisajismo romantico gana. mportancia, La formacién aristocritica de muchos de los poctas brasilenos hizo que desarr ‘mas patriareal y mas parecido al de Hugo que la mayoria de los {que generalmente se quedaron dentro de una perspectiva mas nacionalista. El indio representaba una cultura derrotada que pricticamente habia desaparecido y que por lo tanto se podia adoptar como figura central en la creacién del mito nacional anterior a 1870, la presencia del indio es mucl sobre el cual en gran parte también se interesaron por el ps las verdaderas condiciones de vida de los que al Predominé cierta tendencia hacia el misticisma y el fa ue el destino del hombre dentro de la enorme extensign césmica de Br: sido determinado por Dios y por las fuerzas naturales, concepciones que algunos criticos han interpretado como la expresién del cardcter nacional brasileno. Uno de los poetas romanticos mas representativos fue Francisco Adolfo de Varnaghen autor de Epicos brazileiros (1843), que a la vez fue el editor de la tologia Florilégio da poesia brasileira (1850) y un importante impulsor de la historiografia nacional. Luis Nicolau Fagundes Varela (18 poeta representativo de esta corriente. En cambio, Ia siguiente generacién de poctas romanticos (la ct ‘mente considera que hubo cuatro generaciones romanticas) no tuvo a imiento religioso. Formaron la escuela satanic: 1am se tratd de una «generacion perdid: fueron escritores de «una li taediuum vitae del romamticismo decadente mucho antes que los escritores hispa- noamericanos; se dejaron llevar por el alcohol y otras evasiones arti ademas consideraron que el nacionalismo y el americanismo eran concey vacios. En los quiz’ fue el me en una época en que los jévenes poetas romanticos de su pais tradicionalmente ‘morian defendiendo causas politicas. La mayor parte de estos jovenes poctas Rio de Janeiro, 1931 UA LITERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE, 6 1820 Ma brasilenos tambien murieron muy j6venes. El més representativo de ellos fue el nifto prodigio del romanticismo brasilenio Manuel Antonio Alvares de Azevedo 1831-1852), cuyos versos recuerdan a los més morbosos de Byron o Baudelaire. Se le denomind et «poeta de tas dudas» y en el epitafio que dejé escrito pus Fue poeta, soAd, amén. Estos escritores tendian més al individualismo y a la cconciencia estétiea que sus predecesores que estuvieron mis satisfechos de si mismos y fueron més patriarcales, aunque la mayoria de sus obras en realidad fueron —como ha sefialado la critica, citando una de las obras més conocidas de Azevedo— una «noche en una taberna». Casimiro José Marques ‘de Abreu (1839-1860), que también pertenecié a este grupo, ha Megado a ser uno de los oetas brasileios de mas prolongada popularidad gracias a sus versos para adolescentes enfermos de amor. AntOnio de Castro Alves (1847-1871), otro poeta romantico que mutié jo- representa, en cambio, un ¢s social mis importante de la época y algunos hi poeta que Gongalves Dias. Se le conocia como el condoreiro —o poeta de los céndores— por su estilo elevado y por sus nobles ambiciones; se parecia a Htigo variedad de temas que toc6, pero por sus sentimientos era profundamente brasileno. El puiblico le conocié en 1867 por su drama Gonzaga ou a revolugdo de Minas, que se basaba en la vida de Tomds AntOnio Gonzaga, un gran poeta minero de los tltimos aiios de! La poesia de Castro Alves era a veces pero otras veces mas bien era de tono un estilo que se parecia al de Hugo con 0 a Byron. Castro Alves era mulato y habia nacido en Bal ‘obras estaban impregnadas de compasidn y de sensualidad tropical. Erico Veris- simo ha acertado al decir que, mientras otros poctas romanticos se miraban el ombligo, Castro Alves se predcupaba por las penas y los compatriotas, «0 navio negrei- ron sigue siendo su poema mas conocido. Mientras vivid, Espumas flutuantes (1871) fue 1a unica coteccién de poemas suyos que se legd a publicar como libro. Castro Alves nos recuerda que el siglo x1x fue el siglo de La cabana del vio Tom y de El ultimo de los mohicanos. En la nov novelista roméntico José Martiniano de Alencar fue qi indianistas de forma més completa y perdurable. Sin e Alencar, en la década de 1880 ya se habian publicado dos novelas memorables de otros autores. Joaquim Manuel de Macedo (1820-1882) fue el autor de Amo reninha (1844), una novela conmovedora de tono ingenuo que atin hoy en dia sigue fascinando a a mujer brasilena y que fue la primera obra brasi alcanzé una popularidad general, La otra se debe a Manuel AntOnio de Almeida (1831-1861), Memérias de um sargento de milicias (1853); a primera vista parece pertenecer a un periodo anterior al que fue escrita, debido a que su realism sorprendentemente abjetivo. Si 5: a través de un jenen que fue mejor dramética © iba ditigida al pil 4 prineipios de siglo. Otro novelista ‘mas evidentemente romantico es AntOnio Goncalves Teixeira e Sousa (1812-1861), lun mulato conocido sobre todo por su A Independencia do Brasil (1847), pet ue a la vez escribié novelas al estilo de las de Alejandro Dumas y de Eugene 142 nisroR ‘Sue que por entonces proliferaron en Amé ide dois jovens (1856) y Maria ou a menina robada (1859), Estas novelas —que ppor ocuparse obsesivamente de las decep inchuian algiin elemento ex6tico basado en las di tar ambientes risticas y salvajes y por tr canibalismo o los cazadores de cabezas eran tipicamente roménticas— precedente de las obras de Alencar. Walter Scott, que era mds serio, influyé en ‘Alencar y también en Joo Manuel Pereira da imayoria de los escritores brasilenios de la época, vivio en Et te en Paris— durante muchos afios, Alli escribié Jeronimo Corte Real (1839), situada en el siglo xv1, ¢ Histéria da fundacdo do Império brasileiro (1864-1868). “José de Alencar, un politico aristécrata de familia pernambucana, es el mejor representante de la novela romantica brasilefa; escribid varias obras de teatro y muchos poemas, entre ellos el poema ini (1867). Se propuso, easi como un Balzac, tratar de petiodos historicos de Brasil. No se le puede hispanoamericano de la época ni en cuanto a la extensién de su obra ni en el dominio del lenguaje natrativo ni en la habilidad en exponer los detalles. De todos modos, aunque parezca extrano, hoy en dia se le recuerda, al igual que a fentado compararle, sin Gongalves Dias, por st indianismo, A veces se hi "con Fenimore Cooper; ambos fueron profundai briand, pero Ak su sonora y ritmica prosa no fue in de aquél. Por sem Tépicas que fueran sus obras eran buenas producciones literarias y casi se las puede considerar como las mas notables del indianismo latinoamericano del siglo XIX y de la novela romantica en ct por su fuerza emotiva, sus paisajes liricos y por su elevado t te recuerdan a Hugo, L la popular de Brasil parccen con frecuencia en las obras de Alencar. elas més conocidas son Tracema (1868) —sobre una hermosa india que se enamora tragicamente de un soldado portugués—, O gauicho (1870), Ubirajara (1875), 0 sertanejo (1875) y su obra postura Len 1887). En O sertanejo, cn sus obras Los anteriores, pero las separd de personajes levaban una vida mas elérea que re ‘Severo pero apropiado de José Lins do Rego, un novel Alencar «los hacia mover como si fueran arboles».” De Ia misma manera que Ia historia de Bras cuartas partes d 1 romanticismo también evolucioné de otra manera; en los dos casos, Ia e cid fue mas completa y menos dramatica que la de sus paises ¥ dio lugar a una literatura mas impert cortiente mas apasionada, afirmativa y comprometida del romanticismo. Ade- mas, no eabe duda de que la meane jad efimera que marcaron posterior que dijo que nte las tres primeras 11. Citado por Putnam, Morseious journey, p. 18. LA LITERATURA, LA MUSICA Y EL ARTE, 6 182040 1870 143 o procedian de la educacién aristocratica que tenian s, ¥ de que su pesimismo amortiguado surgié inconsciente mente del miedo que provocaba el hecho de que el sistema social que hasta centonees les habia proporcionado su placentera forma de vida se estaba extin- jguiendo lentamente pero sin remedio, En Argentina, el rom: somo corriente literaria, aparecié mas pron to y con mas fuerza que en otras partes. De hecho, la importancia de la literatu- la década de 1870 las interpretaciones. a menudo parece que toda la literatura hispanoamericana puede reducirse a la de Argent luso a México y Pera en una posicién Lopez, Mitre, Sarmiento, Alberdi, Gu: ratura argentina parece mantener un didlogo continuidad e incluso una contlictividad que las paises occidentales de Europa. Sdlo se ta puede comparar con la literatura brasileNa, que tuvo una evolucién menos tur bbulenta y mas orgénica, Sin embargo, se puede discutir sila literatura de Argen- jue hasta 1850 estuvieron estrechamente vinculadas a seria part inte chocante debido sobre todo a a fue, durante la mayor parte del periodo cotoni 4 zona de importancia secundaria. A pesar de el tenido poca relacién con el colonia- politica y literaria influida profunda- oF Francia— de forma casi inevitable fue la cuna de la feratura hispanoamericana del siglo xtx hasta la aparicién del modernismo (que, por curioso que parezca, legé tarde a Argentina, quiza precisamente por- que fue una nacidn que posey6 su propia trayectoria sociolteraria), En Argentina fue donde surgieron con mas vigor varios de los temas mas 1a. Desde el principio, en izada y una Amé: Aires era un puesto fronterizo abando. lerzas y rodeado por un continente vacio y salvaje. El », escrito en 1843, que lamenta ta tumba nbres de la frontera, es una buena iad literaria de Argentina aun ‘cuenta estas ideas, La sensacién de vacio mas propios del romanticismo; Ia soledad y tls de algunas de las obras més impor- nado a sus propias poema de L. D anénima de uno de aguel la distancia, Ambos antes de la literatura lat a que los europeos han c mnsas habitadas por poblaciones idigenas que viven dispersas (por ejemplo, Australia). Romulo Gallegos, en fodas sus no ma (1935), se referia a indo que ni Dios ni 1 hombre habian terminado: un mundo desconocido, inexplorado y sin explo- tar. Todo el continente esperaba ser explorado por los sentidos y por las emocio- ‘Res —una idea romdntica— y por el empirismo cientifico —una idea posi ORIA DE AMERICA LA\ 14a ta aunque qui lo ideal seria que no lo fuera con este orden, Desaracadamen- vacias, como si hubi i foeon has totalmente en blanco procedentes de la Tustracién francesa y no de Espana y Portugal, en las escribir el futuro que consideraban apropiado. Los conquista ‘onaron con El Dorado y los intelectuales de! siglo x1x con las utopias. Se ‘on defraudados durante aquellas primeras décadas, sobre todo de la Ar~ ina donde las expectativas eran mayores. El joven y brillante escritor y jor Juan Bautista Alberdi (1810-1884), que por entonces era un periodista al estilo del ‘espaiiol Mariano José de Larra, percibid agudamente esta situacién, En 1838 escribié: Argentina de la post Asoc cign de Mayo en 1837, escri temente romanticos y fue ¢l ° influencia. De 1826 a 1830 residio en P: rom Los a el Cing mars (1826) de Vigny y el Cromwell (1827) y el Hernan {yal volver importé practicamente este bagaje en su estilo. En Europa, al i, de Goethe y, sobre todo, de Byron se dio cuenta de ‘que esta nueva corriente literaria era —segtin ha dicho Pedro Henriques. Uren crevoluin espiitual que abria cada grupo nacional o region propia, de la completa revelacion de su alma, en contras: iversalidad del clasicismo académico».” Aunque indudablemente le predispuso a Jus reflexiones confes6: «De los 1830) de Victor poseia poca Ja nueva corriente ico Garcia Mérou sefalo que las rizaban, al igual que las demas de su generacién, por las protestas y las queias de los que asptaban a un destino superior, pre po ‘Al volver a Buenos Aires, Echeverria enconteé al ps te ristas y federalistas. Rosas, que ya era el gobernador de la provincia de Buen’ TERATURA, LA MUSICA ¥ EL ARTE, 6.182 ° 14s Aires, pronto seria el dictador. Por entonces Echeverria ya habia publicado los poemas Elvira o la novia del Plata (1832) y Los consuelos (1834) y preparaba si obra poética més conocida, una narracién titulada La eauwtiva (1837) en que una apasionada heroina se enfrentaba a los peligros de la pampa salvaje para inten- tar rescatar @ su amante de los sanguinarios indios. Sin embargo, su talento se puso sobre todo de manifiesto en la prosa hicida y vigorosa de El matadero (1838), una novela extraordinaria y ya clasica. De todos modos, sus coeténeos le admiraban principalmente por el estilo algo rigido y en el fondo cerebral de st poesia romantica. Era logico que se p ‘riticos argentinos estuvieran conver temente superior a la prosa, de la reval ral de 1839, el grupo de Echeverria se vio iarse y se refusié principalmente en Montevideo. Entonces Eche- vertia, destrozado, se dedicé a escribir. Como ya hemos sehalado, una rabia impotente caracteriza las obras literarias de la mayor parte de los proscritos de esta época, Murié un afto antes de que finalmente se derrotara a Rosas en Caseros. Influy6 profundamente en sus contempordneos, tal como se ve en los primeros escritos de Juan Maria Gutiérrez —cuya obra Los amores del payador aparecié en 1833— y en Santos Vega (1838) de Bartolomé Mitre (1821-1906), luno de los individuos mas notables de Argentina en todo el siglo. En el afio de la muerte de Echeverria, José Marmol (1817-1871), uno de sus jévenes discipulos 2 partir de 1844 emperd a pr entonees, aunqu ron estando en el se publicaron muchos aiios mas tarde. Solian ser imitaciones de Ws + pero como en Argentina no habia una tradicién histérica era dificil que sus escritores pudieran hacer buenas obras de ficcién siguiendo aquel modelo. Durante este periodo, también aparecié la. primera 92), casada el Isidoro Belz, que escribid varias de las prime- tas, como La quena (Lima, 1843), Sin embargo, la obra mas interesante de la época fue Amalia de Ma ricana que trata de la dictaduta. Su nombre de una mujer), es caracteristico de una época marcada po lismo hiperbdlico y por presuponer Ia existencia de wna estreché iduo, Ia nacida y la Amalia se ocupd del pasado prélogo, la novela trata aqui de comprender par lucha heroica de dos 6 representado por la Mazorca, La luno de los jovenes y la prima del uerras de independencia. Cuando Amalia aparece por primera vez en la novela, Ja encontramos en su elegante casa, amueblada eserupulosamente segtin el est ac nediato, aunque, como pasado como si fuera lejano la gencraciones siguientes AY EL ARTE, 6, 18206. 1870 7 1 HISTORIA DE AN Por lo tanto, la mayor parte de los escritores més destacados del siglo también ueron periodistas notables. En 1852, Mitre en Los Debates parafrased la famo- sa maxima de Lam: europe, leyendo las Meditations de Lamartine, mientras el mundo exterior, et de Rosas, vive asfixiado por el terror. Desafortunadamente, los los tinieas personajes retratados de forma convincente —Ia descripcién de Rosas es inolvidable—, mientras que los héroes mas bien parecen ser unos aristoc! cos superhombres cuyo comportamiento impecable y su destino fin excepcién de algunos episodios emocionantes, dejan indiferente al Sin embargo, a pesar de sus prejuicios id ymo documento de la época, es una obra de lectura imprescindit define a la gente del campo de su pais como «ignorante por educacién, ven; vva por raza y entusiasta por clima ... ese mismo potro que se revuelca desde la Patagonia a Bolivia, dio de patadas a la civilizacién y a la justicia desde étas quisieron poner un limite a sus instintos naturales». Es una imagen suges tiva parecida al retrato de los sanguinarios p: \e Echeverria hizo en EI matadero y anterior a la representacién del gaucho que hizo Sarmien to en su Facundo, No obstante, el relato de Marmol pone de manifiesto que los Sarmiento, nunca said ar WSO a pete See Reclaeo de inelectuales comprendian muy poco eval era el estado real de la Repiiblica Bases jugaron un papel importantisimo en la elaboracign de la constitucion Argon ja demasiado bien, Para los repre- en sentantes ‘de ln, bajasreautaba asquersos, inmu bado una larga dil ascenso yen fa caida de Pern. Marmol fue encarcelado cuando ain eta esudiante por repartir propaganda oniava a Rosas, en a cee eeribi sus primeros poems, pero produjo la! Imavor parte de ob: ‘lexi. Al verse obligado a hula M video en 1844, Mar nes fon Gans del pring esa pesar de sus legutridadese impereclones, se suse considerar una de its obras mis notables a en expat. M Cada époct inte y caracteristica, que es como una fuente de vida si se la entiende bien, pero lo es dem fuerza de nuestro tiempo es la pasion por el futuro, una tendencia pe bilidad social. La prensa es el instrumento de esta pasion por erear moral, es el primer insirumento civilizador de nuestra epoca. Mis tarde Mitre fund La Nacidn (1870). Muchos de los escritores que sido adversarios de Rosas después de la de 1862 a 1868) y Domingo Faustino Sarmiento (que lo fue de 1868 a 1874), Alberdi —denominado fad» en una célebre biografia de Rojas Paz—, el adversario ideoldgico de Como ya se ha dicho, los exiliados argentinos se refugiaron principalmente ‘en Montevideo hasta que Rosas asedié esta ciudad, yéndose entonces @ Santiago de Chile. Fue alli, en un ambiente mucho mas estable, prosaico y conservador —ue ya se caracterizaba por ser el hogar del realismo en ver del romanticis- mo—, donde tuvieron lugar las famosas polémicas de 1842; por un lado hubo la de Andrés B iento sobre cual debia ser la forma apropiada de la Por otro la de Vicente Fidel Lépez, el y José Joaquin Vallejo, «Jotabeche» (1809-1858), discipulo , sobre el papel del romanticismo en la ereacién ‘es no tardaron en tocar temas més generales y se hicieron abiertamente pi 25 cuando Sarmiento empez6 a relacionar la gram: conservadurismo. José Victorino Lastarria (181 icados de Jos cuarenta aflos siguientes, fue de los que més ‘animaron el debate declarando que la literatura debia ser «la verdadera expresion de idad». Fue tambien en esta época cuando Francisco Bilbao Sociabitidad chilena (1844), y Vieuia Macken- intelectual de Santiago, donde la mayoria de los jdvenes todavia se sentian atraidos por el hechizo de Figaro, el gran poeta y Periodista espanol Mariano Jos¢ de Larra. Bello, que quizd no habia esperado Provocar tanta hostilidad en la capital chilena, se retird de los conflictos y se Puso a escribir su famosa Gramdtica (1847). Fue profesor de Bolivar durante un tiempo, pero le influyé menos que las lecciones fervorosas de Simén Rodriguez Vivio en Londres desde 181 ‘ando revistas importantes y escri- \do sus famosos poemas. ide se Tue a vivir a Chile, donde llegé a ser el primer rector de la universidad; quiza también fue fola con unos conocimientos mas at a Byror tn abas mas ima esas Tenun espana sae deo parpa qe rom Janes Rose ome een «Mayo /snaaarte aera, ele mii, & fren de Echeverri, els aos masa ton suey Miro feng una vn reper dejo tribal a gue heron deals del eye michos soe eeinos rea Nason pales de que en Argentina a lo say de modo pa ietuales que considera habit quiado su derecho de gobemat. Por primeros pases que tivo estore en el 6 liicos que estbian como exsrtorescompromet : Emtones este fendmeno no ha dejado de sr earaserisico de Ameren Latin historia pol tuna generaci losofia y en Ia reorganizacién cultural de la repiiblica 148 expresaron era tan inglesa como hispana, Bello Si traducit sus obras en los tltimos alos de su "A primera vista, Sarmiento, menos en 1a ex completamente opuesto a Bello. ica Latina del siglo xix a pesar de que ¢ ida ‘da que fuera su expresion, que euando 8 exclusivamente en prosa. Su importancia ¢s je su nacimiento (1811) y de 3 de Azul de Rubén Dario, obra que marca det modernismo. En wepié Facundo: civilizacién y barbarie (1845) que, aungue principalmen’s & tuna obra sociolégica 0 ur ia gcografia humana», es de las pocas obras del siglo xix que toda’ Gina personalidad imbuida det espirity roméntico de aut identificarse a si misma con el presente y cl futuro de un tert arecerse mas al dietador ya los gauchos a 'y parecerse menos al mundo cerebral ‘uanto mas la exalta, mis elérea e irreal parece ¥ fe vuelve el texto. [Lo mas sorprendente de todo falmente parece saber que el Futuro le perteneee fa caida de Rosas) y habla claramente del mundo ‘material rar, A la vez, en él no hay nada aristocratico, ya que utiliza et concepto de ci otra para golpear a sus enemigos ¥ aso un abanico que sirve para apartar el mal olor de las masas. EA 59s bras no aparece Ia distancia abstracts que én cam fen la de escritores ora rartnez Estrada, Mallea 0 Murena que escribieron sobre fa misma region aaa areas tarde, Sarmiento efa un soador, pero también era un homer seorandamente préctico, Las ciencias naturales (la ransformacion ¥ @)cwlve ae ncmras) lr entusiasmaban. Fund6 la primera escuela de profesorado d¢ ‘América Latina en Santiago en 1824 y tambien anhalt, El Progreso, en el mismo ano. Mientras Bello abogaba que renovara el modelo clisico, Sarmiento replicd dieiendo a soy correcto solo puede ser la flor de una eivilzacion desar (6 escribiendo con I idad y el fervor pr ‘encanta odiar, £8 tan distinto al brasileno o al eut roaring caracterstics. De hecho, sus vigorosos textos son slo un Paine reflejo de a pestuosa de su vida, Como ya se ha rere on el period posterior a la independencia de Hispanoamérica hiP® sean ade. critores con vidas tragicas (Heredia, Melgar, Echeverria, Acha), Pet sega habo muchos autores seutimentales como por ejemplo Jorge tsaaes: Git apace parecia mis a los brasileios de la época. Pero sin duda Sarmicoth Teal sca hombre de su epoca. Ademas, a partir de la década de 1840 70 149 Victor Hugo en poesia y en teatro y Walter Scott en la novel oe lun momento en que algunos ete en verso 0 retrataban tes, por lo menos una parte del ico comsereador, sino tambien I Ilegar a sus propias conclusiones sobre do asl tee reel pasado, ve para la historia erpretando as perspeciva burguesa, Dela mista matere,coando s¢ iio ye flor para crear su personae se posonan de ea ave humena excesivamente combustible y variable a través de ‘Mitre, en el : dea representacion, Mitre, ene prélogo de su novela romantica Soledad (1847), coments: c ' el mand mis poe ows oie is Aner, El pucloigora shiva, sus costumes apes formas no han La novela populrizard near storia echando ong, del cn clonal defor recuerdos dela ca eas epics isan mis roneio qu po lo concreto podian recurrir al cwadro de costumt ambi atraia era lo mistico 0 lo Sa eigen imental resuerian a la feenda que normalmeate algin milagro local o sobre fenémenos naturales ean c : ee tipo de acabé por encontrar su expresién nc creado por el peruano Ricardo Palma hm en sf procede principalmente de 5 -mpo, este sica en la tradicion, un género novela historica latinoamerica Sue, las cuadros de Rivas, Larra y Zor Latra y Zorrilla (la antologia de 1843 Los espanoles pintados por si

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