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BIBLIOTECA PARA LEER EL CODIGO CIVIL. Dita por Fernand de Tosegnies Granda VOLUMEN 1 ‘Mail Rubio Corea, Reraacivided, iretroacvidady uliraacividad contractual en ef nuevo Codigo Civil. VOLUMEN I Marcial Rubio Cones, Abuo def Derecho. Carlos Femdndee Sesreg, La desopariién ene! nuevo Cédig Civil de 1984 oachana Zaman Tia, El error enol aco prio, Fetpe Oncing a De lar gene avr indies dels bt sacionesmanconunaias 9 soliarae. ‘en Arias Scveber Peas, Les Carls Cirdenas Quits, Conrato por persona a nartrar. {Loerao 2alezai Ibicena,Dispesiione de contenido proces VOLUMEN it Marcial Rubio Cone, Titulo prliminar (ars. - Xp. VOLUMEN IV Femando de Tranegnies Granda, La responabilidad exraconracual (ars, 1960- 1988).2 VOLUMEN V Jean Guillermo Lohmann Lucu de Tens, Bl arbirae (arte, 106-1921) YOLUMEN VI Felipe Oseting Pare, Lar abligaciones (are. 1132-1350) MARCIAL RUBIO CORREA / FERNANDO VIDAL RAMIREZ/ HECTOR CORNEJO CHAVEZ / JORGE AVENDANO V. / CARLOS CARDENAS QUIRUS / FELIPE OSTERLING PARODI / MANUEL DE LA PUENTE ¥ LAVALLE / JACK BIGIO CHREM / FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA PARA LEER EL CODIGO CIVIL 1 PRESENTACION POR FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA. OCTAVA EDICION M%, PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU 3 FONDO EDITORIAL 1988 En caso de muerte de un codeudor, la penalidad se divide entre sus herederos en proporcién a las patticipaciones que les corresponda en Ia herencia”. Los articulos 1347, 1348 y 1349 constituyen la simple a- plicacién de los principios de la di y de la mancomunidad ys Preceptos consignan igual doctrina que la acogida por los ar- ‘alos 1228 y 1229 del Codigo de 1936. El articulo 1347 establece que cada uno de los codeudores © de tos herederos del deudor, sélo estard obligado a satisfacer la ste; siempre que sea divisible Ia Esto con prescindencia de que jgacién principal sea divisible indivisible. Quiere ello que, para estos casos, el principio de la lad-o indi- visibilidad entre los codeudores, 0 entre los herederos del’ deve dor, se determina por la naturalez: cesoria, vale decir, de la clus EI articulo 1348, en otra aplicacién del principio de las o- bligaciones indivisibles, prescribe que si ésta es Ta naturaleza de Ia clausula penal, cada uno de los codeudores y de sus herederos tegramente Ta pena. Se adopta aqui iad de las obligaciones, trasladada penal es so- cada uno de los codeuderes rederos, en proporci6n a sus respectivas cuotas en la herencia. “Articulo 1350. Los codeudores que no fuesen culpables tienen expedito su derecho pata reclamar de aquél que dié lugar a la aplicacion de la pena”. El articufo 1350, por iltimo, transcribe el articulo 1230 del igo Civil de 1936, recogiendo un principio que es fundamen en materia de responsal los codeudores no culpables que, no obstante, tienen que pagar total o parcialmente la pena, pueden exigit la restitucién de aquél que dio lugar a que se apli- Lima, setiembre de 1984 174 MANUEL DE LA PUENTE Y LAVALLE LA TEORIA DEL RIESGO EN EL CODIGO CIVIL DE 1984 io, del contzato por la imposibilidad de la prestacién fo sufre el acreedor, Tampoco se presenta dificultad en el caso de un contrato con prestaciones auténomas, en e] que no existe reciprocidad entre las prestaciones a cargo de las dos partes. La imposibi- lidad de una de las prestaciones por razén no imputable @ su deudor (el contratante que ha asumido la obligacién auténoma ‘cuya prestacién se ha convertide en imposibi ugar a que dicho contratante quede desobligado, no obstante lo cual el otro contratante (el deudor de la otra prest gue siendo posible) continiia obligado a cumplir su, prestacié En este caso, también, el riesgo, 0 sea el perjuic’o, del contrato Jo sufre el acreedor de Ja prestacién que se ha convertido en en imposible, pues no va a recibir esta prestacién no obstante Jo cual permanecers obligado a cumplir la prestacién a su car- go. que ain El problema se plantea cuando se trata de un contrato con prestaciones reciprocas (equivaiente al contrato tradicionalmen- te Hamado bilateral). en ef cual existen prestaciones a cargo de ambos contratantes que son seciprocas entre si. Se cuestiona la doctrina, con indudable fa obligacién (para mayor claridad voy a al contratante inicialmente obligado'a curaplit la prestacién devenida postericrmente en imposible, qite;. por ha dejado de estar obligado, y “acteedor” al obligado'a cumpl Ia contraprestacién reciproca que atin ‘cor sufrir el riesgo et acreedor. con contraprestacién a su cargo no obstante no recibir le pre 2 cargo del deudor: o debe sul lor, perdiendo el de- Fecho a la controprestacién, de cuyo cumplimiento seria liberado el acreedor? Shoschana ZUSMAN (*) sostiene, con raz6n, que ‘cual- quiera que sea la solucién que se dé al problema, esto es tanto (*) "La transferencia de 2 propiedad mutble y ta de Bac del reago en el Pontificia Unt. versidad Catolica del Peri. p4g. 21 178 en el caso que se establezca que el riesgo lo debe asumi acteedor como en el caso que lo asuma el deudor, la sit es injustay.” Mariano ALONSO PEREZ (*}, por su parte, afirma que ambos sistemas son inicuos. En efecto, si el acreedor continda obligad contraprestaci6n a su cargo no obstante no 1 prestacion a cargo. del deudor, se le estaria imponiendo el cumplimiento de una prestacién a cambio de recibir nada. Por el contratio, si se exonera al acreedor de su obligaci6n, se harfa recaer ent el deu- dor todo el perjuicio del contrato pues no obstante que I |, pierde el derecho a la contraprestacién. Algunos sostienen que, como solucién equitativa, se re- parta el riesgo del contrato entre el deudor y el acreedor. asu- miendo cada uno de ellos una parte del riesgo, El presente trabajo busca encontrar una solucién adecuada al problema planteado, Breve resefla histérica resulta aconsejable conocer cudl es el tratamiento juridico que recibié en el devenir de la. historia. En la Roma clésica el contrato de compraventa era de obli- gaciones auténomas, en el sentido que ‘la’ obligacién del vende- dor de transferir la propiedad de la cosa era independiente de la obligacién del comprador de pagar el precio en dinero. Con- secuentemente, si antes de la entrega de la cosa (merx)’al com- prador la prestacién a cargo del vendedor se convertia en impo- sibld por causa no imputable a ste, dando lugar a que no pu- a, cumplir su obligacién, el comprador continuaba obligado a pagar el precio. Surgié asi el principio periculum’ est emptoris (el riesgo es del comprador) desde que el comprador suftia todo el per- “EL rietgo en el contrat de compra-vents”, Madrid, 1972, pig. 378. 179 jicio del contrato por tener que pagar el. precio a cambio de nada. En el Derecho francés la compraventa es translativa del dominio, en el sentido que la sola celebracién del contrato hace al comprador propietario de la cosa, sea ésta mueble o inmue- ble. Ello determiné que cudndo la cosa materia del contrato de compraventa se perdia por catisa no ‘imputable al vendedor, el riesgo del contrato debia sufrirlo el compradot, no porque fue- ta acreedor de la prestacién sino porque eta propietatio de la cosa. Se plasma de esta manera el principio res, perit domino (ia cosa se pierde para su duefio). Ocurrié, puei, que lo que empezd siendo causa en el Derecho romano, 0 sea que. el -compradot asu- mia el. riesgo del contrato por continuar obligado’a’ pagar el precio, se convistié en Derecho francés. en el efecto, esto es que el comprador continuaba of cosa cuya propiedad habia ai El Detecho alemén ui6 un derrotero distinto, pues si ica, al igual que la romana,’ s6lo produce efectos obligacionales, se trata en cambio de un con- trato bilateral en el cual la obligscion del ventedor de étans- feric la. propiedad de la cosa es ca_de-la obligacién: del: comprador de pagar el preciox:En este contexto, "y gon la’ fina- lidad de corregir la inelegancia juridica del principio periculum est emptoris, el sistema aleman: consagr6 el principle pericilum est vendioria, segdn el cual..el riesgo delcontrato por razén: de Ja imposibilidad de entregar‘la cosa: al comprador ‘rece en el vendedar, por perder el derecho a que el comprador le pague €l precio. Diversos conceptos de riesgo Aiin cuarido Ja finalidad de este trabajo es establecer a quien corresponde asumir el rlesgo en el contrato de prestacio- nes reciprocas regulado por los articulos 1426 a 1434 del Cédigo civil peruano de 1984, pata iluminar el camino, oscurecido por Ia aplicacién desordenada del principio res perit domino en el contrato de compraventa, es conveniente principiar por el estudio 130. cee ee del problema del riesgo en los contratos que se refieren a la obligacién de transferir la propiedad de una cosa cierta, Ea estos contratos es necesario distinguir tres clases de iesgos: el “riesgo de la cosa”, el “riesgo de la prestacién” y el “riesgo de la contraprestacion”. El “riesgo de la cosa" es un concepto vinculado exclusiva: mente al campo de los derechos reales, pues se refiere a la relacién existente entre el propietario y la cosa. Supone, dnica- ‘mente, que el propietario de una cosa queda’ disminuido en su patrimonio por la pérdida de la cosa (*). Si la cosa se pierde por cualquier causa, sera necesatio a- plicar el principio res perit domino, segin’ el cual la cosa se pierde para su duefio, En efecto, la consecuencia juridica de la pérdida de una cosa que tiene duefio es simplemente que éste deja de ser propietario de algo que antes le pertenecia, por lo cual el perjuicio de la pérdida Jo sufre el duefio. El “riesgo de la prestacion” se refiere a determinar que es Jo que ocurre cuando una prestacién se convierte en imposible por causa no imputable al deudor. Como se ha vi Codigo ivil peruano de 1984 resuelve este problema estableciendo que, fen tal caso, se extingue la obligacién del deudor. Esto es asi tanto en las obligaciones provenientes de la voluntad unilateral como en las provenientes de contratos. fe interesa para los efectos de la teoria del riesgo es'el del “riesgo de la contraprestacién”, que consiste en establecer si el deudor pierde 0 no el derecho a I contraprestaci6n cuando la prestacién a su cargo se convierte en imposible, Este es el tema que'se va a desarrollar en el pre- sente trabajo. El riesgo en el contrato de prestaciones reciprocas Conviene precisar muy brevemente la naturaleza juridica de este contrato. (*) Mariano ALONSO PEREZ, op. elt, pig. 392 181 Soe A diferencia’ del contrato bilateral clasico, contemplado en el Codigo Civil de 1936, que se caracteriza por una interdepen- dencia entre las obligaciones creadas por el contrato, el contrato con prestaciones reciprocas, regulado: legislativamente por pri- ‘mera ver en el Cédigo civil italiano de 1942, contempla una re~ ciprocidad entre las prestaciones a cargo de ambas partes con- tractuales, Sabido es que Ja obligaci6n es el vinculo juridico estable- cido entre dos o més personas, en virtud del cual una o varias de ellas -el deudor o deudores- quedan sujetas at deber de entre- gar a la otra u otras -el acreedor o los acreedores- una presta- cién. La prestacion, por su parte, es el comportamiento 0 con- ducta que, en interés del acceedor, debe observar el deudor, que, puede consistir en un dar, en un hacer o en an no hacer. Pues bien, em el contrato bilateral las obligaciones a cargo de cada una de las: partes: se vinculan entre si al momento de celebrarse el contrato,: por lo cual se.dice que existe un.‘“si- nalagma’ gen entras que en el contrato de prestaciones seciprocas la prestacién a cargo de una de las partes es xecipro- ce de-la contraprestaciin a cargo de Ia otra y-esta reciprocidad st eprecia:en-el momento de la ejecucién del con ‘da Jagar a la existencia de un “sinalagma. funcio Ex estas condiciones, no interesa para los efectos del con- trato de prestaciones reciptocas a " dela cosa”, desde que, como se ha ‘su ‘rol exclusivamente en-el campo de los derechos reales. Con- secuentemente, el principid res perit domino, que no-debe en- tenderse.en dtro sentido que en él de establecer que el riesgo de la cosa lo asume el dueio de ella, es inaplicable ‘en el campo de los contrétos con prestaciones: reciprocas, donde Jo que est fen juego es establecer quien -el deudor 0 e] acreedor- asume el riesgo del contrato. Es preciso distinguir entre el pericuium rei, que es el per- juicio que se sufre por la pérdida de la cosa, y el periculum ‘obligationis, que es el ite de la imposibilidad de cumplir una presta 182 EI principio res perit domino juega su rol- exclusivamente en el ambito del periculum rei y estd orientado a establecer que la cosa se pierde pata su duefio. No se puede otorgar al res perit domino alcances distintos y pretenderse que lum obligationis, en el Jol sufre el duefio de Ia cosa, entre deudor y acreedor, que son respectivamente el obli- gado y el beneficiario de la prestacién que se ha convertido ef imposible, y no en una relacion entre duefio y cosa, Eh el campo del contrato de prestacionés reciprocas, donde rige el periculum obliga cas entre el deudor y el “acreed los Ginicos principios aplicables son el periculum est debitor: riesgo es riculum ‘est ceeditoris (el es del acreedor). Segiin el primero, cuando'la prestacién a cargo del deudor se convierte sposible por. causa no imputable a éste, pierde el derecho a la contraprestacién. De acuerdo con el lidad de la, prestacién del devdor no libera la. contraprestacién a su cargo, Asin cuando es posible optar entre el principio periculum est debitoris y el principio periciilum est creditoris, tanes, asi que el Dezecho aleman acoge el priinéro-y el’ Derecho. espafiol favorece el segundo, es preciso determinar cual de Jos dos. esté més de acuerdo con la naturaleza del contrato con prestaciones reciprocas. La nota caracteristica del contrato con prestaciones' recipro- cas es, como su nombre lo indica, la reciprocidad entre: la pres- tacién a cargo, del deudor y la contraprestacién 8 cargo del acreedor (revisense los conceptos de “deudor” y “acreedor” an- teriormente definidos), a diferencia dél contrato con prestacio- nes auténomas, donde no obstante haber prestacion y contra prestaci6n tal reciprocidad no existe, y del conttato con pres- facién unilateral, en el cual sélo hay Ja prestacién a cargo del deudor. En estas condiciones, como la imposibilidad de la ‘presta- cién determina que ésta no pueda cumplirse, la Gnica manera 183 racién del acreedor, Es inju que existiendo rec satisfaccién y el otro no. , come dice JOSSE- Si entre los cuatro efectos del contrato de prestaciones re- ciprocas (la excepci6n de incumplimiento, la excepcién de ca- ducidad de término, la resolucién por incumplimiento y ‘la teoria del. riesgo) se da en los tres primeros que el’ incumplimiento (o el peligro del mcumplimiento) de la prestacién a cargo del deudor libera al acreedor (temporalmente en el caso de ia ex- cepcién de incumplimiento y en el de la excepcién de caducidad de término, y definitivamente en el caso de la resolucién por Iincumplimiento) del cumplimiento de la contraprestacion a su catgo, no se percibe la raz6n por la cual igual consecuencia no se produzca en el cuarto efecto (la teoria del riesgo), donde Ja liberacion del deudor debe acarrear también la reciproca le beracién del acreedor. Por otro lado, si se acepta, como lo hace la doctrina més mo- de prestaciones recipro- alelismo 0 armonia entre existencla de un del deudor y ereedor, es logico que el justificado prestacion a cargo del deudor, debido rrida, que daria lugar al rompimfento del cargo del acreedor, para conservar asi tal pai prestacién y contraprestacién. De no transformando el contrato de prestaciohes ret contraprestacién a cargo del acreedor. En virtud de estas. razones, resul el sentido que el nico principio adecuado pi ado opinar en la solucién del problema del riesgo en los contratos con prestaciones recipto- | (*) Louis JOSSERAND, “Derecho civil", Buenos Aires, 1951, Tomo I. r Vol pig. 23 184 idad uno de los contratan- — cas es el periculum est debitoris, segin el cual cuando la pres- tacién a cargo del deudor se convierte en imposible por causa no imputable a éste, con Ja consiguiente extincién de la obliga- cién del deudor, ef acreedor queda reciprocamente liberado de la contraprestacién a su cargo. Sélo asi se respeta el equi entre prestacién y contraprestacién, que caracteriza al contrato de prestaciones reciprocas, Existe una posicién doctrinaria muy moderna que, invo- cando la equidad, favorece a solucién de repartir el riesgo entre el deudor y el agreedor, de tal manera que ocurtida la impo- Ia contraprestacién no seria eliminada Gnicamente en forma tal que el sacrificio del a- ereedor fuera semejante al sacrificio del deudor. Si bien, como ice ALONSO (*), esta solucién es més acorde con las exigen- clas de a justicia material, no ha sido acogida por el Derecho positive, El riesgo en el Cédigo civil de 1984 lel Cédigo civil de 1936, que no se ocupaba riesgo, el Cédigo civil de 1984 Io hace en dos lugares. En primer lugar, en ef Titulo I de la Seccin Primera trater sobre las obligaciones de dar bienes cler- después, en el Titulo VI de la Secién Primera del Libro VII, al ocuparse del contrato con prestaciones reciprocas, Tnicialmente no hubo coincidencia en el tratamiento del tema en los dos lugares. En el primer Anteproyecto del Derecho de Obligaciones elaborado por el doctor Felipe OSTERLING PARODI en el afio 1977, el inciso 5) del articulo 9 establecta lo siguiente: “Articulo 9.- En las obligaciones de dar cosas ciertas “se observarin, hasta su entrega, las reglas siguientes: (+) “Matiano ALONSO PEREZ, op. lt. pig. 9. 195 Si la cosa se perdiese si dati sin efecto el propicara fr ‘pacto en contrario. En la obligacion que- io sufriré ta perdida, salvo a fe caso corresponderén al propie- ar, derechos y acciones que bubiecen quedade la. sa" (subrayado agregado) Se consagraba asi el principio res perita domino, A su vez en el primer Ai ; # Anteproyecto sobre el Derech se General) del doctor Max ARIAS SCHREIBER elaborado en el aiio 1977, el articulo 46 disponia Articelo 46.- En los contratos con prestaciones reciprocas tacién por la imposibilidad so- la contraprestacién y debera res- “ ido. Las. partes que el riesgo esté a cargo del aereedor”. Se acoge de es }e acoge de esta manera el principio periculum est debito- vis. roy teat Ja primera coordinacién de los diferentes Ante- proyectos se advirtié la diferencia de tratamiento dado a la teo- gO y Se intent una primera aproximaci6n. cen Fiigee OSTERLING seconois entonces que la sep chos eles que en In tle de Desech. de Oblnatons oy feo dae ine on “pe cre cae is Dryscto del Berth de Obinecons, bode ene af 1979 a sedaccién del inciso 5) del artcslo 9, que quedé com ae 9.. En las obligaciones de dar cosas ciertas se observarin, hasta su entrega, las reglas siguientes: ~ Si la cosa se perdiese sin culpa, la obligacis he Sa obligacién que- dara sin efecto. En estos casos el acrevdor, tracindose. de muebles. y el deitdor, tratindose de muebles, suftirin ta ‘pérdida.de la cosa. - “Bn tas hipbtesis previstas en el patrafo anterior, co- “sresponderin al acreedor al deudor, respectivamente, los derechos y acciones que hubiesen quedado relatives a “la cosa” (subrayado agregado). TFoiando en consideraci6n que en el Libro de los Derechos, Reales se consagrabs la transferencia de la propiedad de los in- muebles por el solo consenso, mientras que para Ja transferencia de la propiedad de los muebles se requeria la tradicion, puede observarse que en el nuevo texto, si bien se utilizaban los con~ ceptos de res perit creditoris (la cosa se piesde para el acreedor), tratéidose de inmuebles y de res perit debitoris (la cosa se pier- de para el deudor), en el caso de los muebles, se continuaba apll- cando la regla res perit domino, ya que en las dos hip6tesis la cosa se perdia para su dugio. En Ia exposicion de Motivos de este Anteproyecto, el doctor OSTERLING dejé constancia de que en esta materia no existia coincidencia con el Anteproyecto de Contratos (Parte General) ¥ que, al redactarse el Proyecto de Cédigo civil, deber& encon- trarse una solucién que unifique criterios. Por su parte, el_doctor Max ARIAS SCHREIBER redacté en 1978 un nuevo Anteproyecto sobre Disposiciones Generales de los Contratos, cuyo articulo 78 establecia Io sigulente: sticulo 78.- En los contratos de prestaciones recipro- “cas, si la prestacién a cargo de ‘una de las partes deviniero fmposible sin culpa de los contratantes, el contrato quedara “gesuelto de pleno derecho. En esta hipétesis el deutor libe- ‘ado perdera el derecho a fo contrapeestacién y deberh rea- lo que hubiere recibido. “Las partes pueden empero convenit en que el riesgo ‘esta a cargo del acreedor™ (subrayado agregado). Se reitera, pues, la posicién adoptada en el primer Antepro- yecto del doctor ARIAS SCHREIBER en e} sentido de acoger el principio periculum est debitoris. 187 sq citdade el momento de redactarse el Proyecto de Cédigo cea {a ecesoio enontar Ja solucién unlficadora de criterios ie habla advertido el doctor Ceca, ‘Sesttde doctor OSTERLING en su. Exposioa nes, el doctor OSTERLING, sensibilidad juridiea, que mejores jucistas, fa “Articulo 1151. En las obligaciones de dar cosas . 2 ci ier. tas se obgervarén, hasta su entrega, las reglas sigulentes: 5). Si Ip cosa se perdiese sin culpa, la obligacién que- ‘dara sin efecto. En estos casos el deudor pierde el derecho 'a la contraprestacién. «Ea la hip6tesis prevista en el pérrafo anterior, corres: “ponderdn al deudor los derechos 'y acciones que inubiesen ‘Quedado relatives a la cosa” (subrayado agregado) lena acogida al principio periculum est debitoris, ‘anz6 una perfecta concordancia con lo precep- iculo 1454 del mismo Proyecto de Cédigo civil, a la del articulo 78 del segundo Antepro- iciones “Genetales de los Contratos elaborado ‘AS SCHREIBER, anteriormente transcrito. cuya redaccién es yecto sobre Dispr por el doctor ARI La Comisién Revisora del Cédigo ci . igo civil creada por Ja | Nr 23043 introdujo ligeras modificaciones en los acticulos 115, ¥ 1454 del Proyecto de Cadigo ci 1138 y 1431 del Cédigo ci son los siguientes: “Axticulo 1138.- En las obligaciones de dat bi . ones de dar bienes cier- tos se observan, hasta su entrega, las reglas siguient. 183 "5).- Si el bien se pierde sin culpa de las partes, la “obligacin del deudor queda resuelta, con pérdida del de- “recho a la contraprestacién, si la hubiere. En este caso, co- “tresponden al deudor los derechos y acciones que hublesen “quedado relativos al bien ”. (subrayado agregado). “Articulo 1431- En: los contratos con prestaciones reci- la prestacién a cargo de una de las partes deviene “que ha’ recibido, “Empero, las partes pueden convenir en que, el riesgo “este a ‘cargo del acreedor” (subrayado agregado). Cabe concluir, pies, que ef Cédigo civil de 1984 adopta co- no solucién pare jos efécos de la teria dellesgo el principio or conteni pia, Corea, Suiza, Ita y Bolivia. Debe destacarse que por raz6n' de la imposibilidad sobrevi- niente de la prestacién, el contrato queda resuelto de pleno de- recho, esto es sin necesidad de declaracién jadi a diferencia de fo que ocutre en el caso de la resolucién por incumplimiento doloso o culposo de Ja preste . donde tal declaracién si es requerida, ‘ EI riesgo en la compraventa Al ocuparse del contrato de compraventa, el Cédigo civil de 1984 dedica ef Capitulo Sexto del respective Titulo al tema de la Transferencia del riesgo. Figura allt en primer lugar el articulo 1567, que a Ta letra iculo 1567.- El riesgo de pérdida de bienes ciettos. antes, pasa al comprador en el “no imputable a Ios cont “momento de su entrega” 189 Este articulo se justifica precisamente por haberse adoptado el principio periculum est debitocis tonto respecto a las obligacio= nes de dar bienes ciertos como a los contratos de pre: Teciprocas, de los cuales el contrato de compraventa es un riedad. Aplicando este principio a la compraventa de bienes ciestos, sean muebles o inmuebles, el riesgo del contrato por pérdida del bien pasa. del vendedor al comprador en el momento de la entrega del bien, pues sélo en ese momento el vendedor deja de ser deu- dor por haber cumplido totalmente su obligac’én de transferir la propiedad del bien, Notdebe olvidarse que la obligacién de trans- ferir la propiedad de un bien es siempre uns obligacién de dar, por Jo cual la prestacién en que la obligacién consiste no se re- duce a transferit la propiedad sino que, aun tratindose de bienes inmuebles cuya propiedad se transfiere.con la sola obligacién de ‘enajenatlos, Ia prestaci6n s6lo queda plenamente cumpliday. el vendedor deja de ser deudor cuando. se entrega al comprador el bien (que ya era suyo), por cuanto la obligacién de dar contiene ta de entregar. Por ello, el riesgo que surge por Ja pérdida de bienes ciertos s6lo pasa al comprador (acreedor de la prestacién) en el mo- mento de su entrega, ido conveniente precisar en el texto dé Bienes. ya que el principio que en puridad de verdad debe aplicarse es el periculum est debitoris y no el res perit debitoris ‘A continuacién el articulo 1568 establece Jo sigule “de pérdida pasa al comprador ant “blenes si, encontrandose a su di “el momento seitalado en el conti Si se aplicara estrictamente Ja regla del articulo 1567 al caso de lz venta de bienes que no han sido entregados al com- i prador por culpa de éste, se tendria que el riesgo'del contrato lo sufriria el vendedor en tanto no cumpla con entregar al compra- dor los bienes materia de la venta, pues continuaria siendo deudor de la prestacién de entrega de los bienes. Para evitar este peligro, el articulo 1568 dispone que el riesgo de la pérdida de bienes ciertos es para el compradot, o sea que recae sobre él el perjuicio de no verse liberdo de pagar el pre. cio si ocurre la pérdida de los bienes, cuando no concurte a recibir los bienes el dia sefialado en el contrato, encontraindose a su disposi- cién, El vendedor, por cons'gulente, quedaré n6 slo liberado de en- tregar los bienes que se hayan perdido sino que, ademas, tétidet' et derecho de recibir integramente el precio. Por fo demss: esta Uis- posicién guarda armonia con Ia contenida en el articulo 1565, segin el cual el’coniprador esta obligado a recibir’ #l bien en el plazo estipulads. Existe una discrepancia” doctrinétia respecto al significado juridico de la puesta del ‘bien a disposieién del comprador. Unos. ‘entre los -que sobresale GARRIGUES (*), sostienen que desde el punto de vista de la obligacién de] vendédor existe equivalen- cia éntre entrega (articulo 1567 del Cédigo civil peruano de 1984) y puesta a disposici6n (articulo 1568 del mismo. Cédigo). Otros, a cuya cabeza se encuentra ALONSO (##), piensan que tal equivalencia no debe existir pues con ello Se estaria dejando de proteger los intereses del comprador, anticipando el ‘riesgo a su cargo, EI articulo 1568 del Codigé Civil de 1984 se* inclina pot! la posicién de GARRIGUES. Sigue este Cédigo con el tratamiento del riesgo de Ta com- praventa en el articulo 1569, que dice asi: “Articulo 1569.- En-el caso de compraventa de blenes “por peso, nimero o medida, se aplicara el articulo 1568 si, (*) Joaquin GARRIGUES, “Trotado del Derecho Mercantil", Madrid, 1963. Tomo Wl, Vol. 1, pag. 301. (°°) Martago “ALONSO ‘PEREZ, op. cit, pig. 435 191 “encontrandose los bienes a su disposicién, el comprador no “concurre en el momento sefialado en el contrato o- deter- ““minado pot el vendedor para pesatlos, contarlos 0 meditlos, “siempre que se encuentren a su disposicién”, Este articulo no es sino una consecuencia del atticulo ante- tior cuando se trata de bienes que se venden por peso, mimero 0 medida, estableciendo que aun cuando los’ blenes no hayan sido efectivamente pesados, contados o medidas, el riesgo pasa al com- prador si no concurre el dia sefialado en el contrato para reall zarse estas operaciones, siempre, desde luego, que los bienes sé encueatren a su disposicién. Si no hubiera sefalado el dia en el contrato, se consideraré e! dia que sefiale el vendedor. Notese que el articulo 1569 del Codigo civil de 1984 se inspira en el tercer pétrafo de articulo 1385 del Cédigo civil de 1936, pero que no se consignan teglas similares a los dos prime- 0s parrafos de dicho articulo. La razén-es que el primer parrafo resulta superfluo, no sélo porque es obvio que -la venta de cosas por peso, nimero o medidas es perfecta desde que las partes convienen en la cosa y en el precio, como ocurre en todo contrato de compraventa, sino también porque la regla contenida en el 1568 det Cédigo civil de 1984 hace innecesaria la dis- sobre la transferencia del riesgo al comprador. posi En cuanto al segundo pirrafo del articulo 1385 del Codigo Civil de 1936, no se percibe fa raz6n por la cual debe darse por cumplida la obligaci6n del vendedor antes de la entrega de los bienes que se vendan en conjunto. Para finalizar el tratami el articulo 1570 del Cédigo del riesgo en la comp: de 1984 dispone Io sigui “Articulo 1570.- Si a pedido-del comprador, el vende- dor expide ef bi lugar distinto de aquél en que debfa “ser entregado, el riesgo de pé asa al comprador a “partit del momento de su expedicién”. Normalmente, de acuerdo con Ja regla del articulo 1567. el riesgo del contrato por pérdida del bien se traslada al compra- dor en el momento de la entrega. Pero si el momento de la entre- 192 {92 se posterga por raz6n de un pedido del comprador para que el bien sea expedido a un lugar distinto del pactado para la en- trega, redulta justo que el vendedor quede liberado del riesgo en el momento en que debié efectuarse Ja entrega de no haber mediado el’ pedido del comprador, por lo cual se establece que el riesgo pasa a éste en el momento en que el vendedor expida el bien, 0 sea la entrega al portador autorizado para su recepcién por el comprador, salvo, desde luego: pacto distinto. 193

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