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tbe Janie [OE PECULIARIDADES DE LAHISTORIA ORAL ‘SI, dijo Mes. liver, entonces cuando ellos ienen «@ hablar sobre ello mucho tiempo después, resulta que ~ han encortredo una solucion que ellos mizmos han in- ventado, Eso 10 es temiblemente ttl, Zo sft" ‘Es itil, Gijo Poird,.. ‘Es imponante conocer lgunes hechos ‘gre han quedado en la memoria de las personas, aun~ ‘gue postilemente no sepan exactamenté fo que ef hecho fue, por gut sucedid, 0 gud condujo a é. Pero ellas {facitmente pucden saber algo que nosotros no sabermos y | ¥no tenemos medios de conocerto. Entonces. ha ‘habido memories que conducen @ teortas’ ) Agatha Chrisie, Elephants Con Remember Un espectro esti rondando los saloses de Is 1. “Academia: cl especuo de la “historia oral, La com- aunidad intelectual italiana, siempre suspicar para las novedades de afuera (y todavia subordinada a los *éescubrimientos exranjeros’)-y ain mfs recelosa de aquellas que sugerea ir hacia afuers- se ba apresurado a descalificar a la historia oral antes de watar squiera de entender qué es y ebmo vsarla. El méiodo uillzado ha coasistida en aribuirle 2 Ia his- toria oral pretcasiones que no tiene, para faciitar # Jas méotes academicistes la postbilidad de refvtarlas. Por ejemplo, Le Repiblica, el més intelectual ¢ intex- = madionalmeste-orientado de los diarios italianes, ee precipita 2 descartar‘descripciones “de absjc’, y pa- quetes artficiales de “historia oral” donde se pretende que las cosas hablco y s¢ muevan por sf mismas, sia siquiera detensrse a advertir que no es de las cosas, soo de le gente de quicn se espera que se mucva'y irable eo la historia oral, (a menos que la geste nor- malmeste sca coxsiderada sélo como 'coss")), Parece exist el micdo de que una vez que las compuerias de Jo oral estén abiertas, la escritura (y junto cen ella b t2Gonalidad) pudiera ser barsida por une especie de espontinez ¢ incontrolable masz 0 : Alessandro Péitell.” * cancelar sus cualidades espectficas, com fiuido de material irfaciosal Pein ests actiud nos ian pide ver el hechn de. que mvesua senision 2 le ceseritura ba dtorsionado nuesta percepcién del lea ‘Euaje y la comunicaciga, hasta el puato de que y2 no ‘entendemos ni lo oral, nila naturaleza da le.escritura en sf misma”. De thethd, Jas fuientes-escrites y orales 0300 mutuamcaie exclyesics. Amba enea | tcristicas comures, asf como funciones aulésomes y especificas que sblo una de ellas puede cubrir (0 que una dlase de fueates cubre mejor que otra)" cs por ¢s0 aque Tas fuentes requieren insiumestoc de inter- pretaci6n difercates y espectficos. La subvaluacion y_ Ia sobrevaluaciéa de las fuentes orales terminan por i¢ndolas en meros apoyor-de las fuentes eceritas tradicionales, 0 en.un remedio magico para todo mal. Estas noias in tentarfa propaner algunas de las direccSones en que puede ser intrinsecameate difcreate Ja Listoria oral. Las fuentes orales se fucates orales. Es desable. Que los estudiantes adamiian que el documento efée- © * tivo es la cata grabads, pero cal (odes realizan el trabajo sobre las transcripcioneé, y fnicamente Las tranceripelonce soa poblcadse’ (Usa excepciéa italiana es el Instzuto Ernesto de Martino, tina or- gasizaciéa de invenigaci6a militate, fundada en Miia, que ba estado editando ‘aichivos soaoros' en isos, dante por lo menos 12 aa, sa que padi del medio cultural ke haya prestado atencién’, Al- gunas veces como parece ser el caso del Programa de Historia Oral de la Universidad de Columbia, ea Nueva York las cintas son verdaderamente destrufdas: uz eazo simbélico de destruccién de la palabra hublada. La transcripci6a transforma Jos ob- Jetos auditivos en objetos visuals 15 que inevitable ‘mente implica reduccién y manipslacibo, El distinto grado de eficaca de las grabeciones, comparado con al de las transeripeiones con propésios didécticos, solamente puede ser apreciado por Ia experiencia Gicecia. Es importante scialar que ef hecko de pretender quela transcrigeibnsustiuyaala cinta para réposites entices, es equivalente a realizar cr “de arte sdbre reproducciones 0 erica Beraria sobre. ducciones. (Es por esto que coasidero innecesario indar exczsiva alcacibs # le Uisqueda de métodos de transcripeién novedasosy abrevisdes). Ni siquiera Ja traducciba me Tera et la mejor; was trsdvesibn siaceramente fil implica siempre alguna cantidad de invenciéa, y lo mismo pueds ser cierto para la transcripciéa dc fusrtes erales’ eee ish Sidespsecio de Io oral, de las fuentes orales tiene uae presen e dirceta cx la (coria interpretativa. El 1st aspecto que por lo gencral es enlatizado cs el e !us fuenles orales -llas nos brindan infor- smacién acerca de personas 0 grupos sociales ileirados coya historia et auseste 0 dittorsionada en los Fepstros esentos. Otro aspecto toca al coatenido: la Vida diuria y Ie cultura material de estos grupos. Sin embargo, estes no son aspectos especifices de las fentes orale: Ins carts de emigrantes, por ejemplo, ticnce ¢! mismo origen y contehido, pero son fueates escritas. Estonces, en la bésqueda de un factor distintivo jenemos que volver-2 la foona. No es tan necesario repetir que la escrtura reduce el Ienguaje a rasgos wentados letras, sflabas, palabras, frases. Pero cl lcoguaje también est4 compuesto de otra clase de ras- 05, los cules no pueden ser reducido: dentro de un segmento simple, pero son también portadores de sig~ niffcado. Por ejemplo, se ha democtrado que los rax- g05 dc tno, de voller, y el ritmo del hable popular, tienen muchas connotaciones de clase que no soa reproducibles en Ia escritura (a no ser inadccuada y parcialmente, en la forma de notaci6n musical)®. El raicmo relato puede tener significado: completamente coplradictorios, de acuerdo’ la estonacia del ablante, Ia cust no puede ser detectada en Ix teansripcion, sino solo aproximadamente descrita. Con-el objeto de acer lefble Ia transcripci6n, eeneralmente ¢s necesario intexcalar signa‘ de pun- twacibn, los que ton siempre afadidura més o menos arbitraria del transcriptor. La puntuacién indica pausas distribuidas de acuerdova reglas gramutieales: cada marca ticne un sigcificado, duracién de tiempo y lugar convencional. Estos casi nunea coinciden can los mos y pausas del sujeto que habla, y, por fo tanto, se \ermina por resisingr el habla dentro de reelas légicas y gramaticales a las cuales no necesariamente sigue. La duracion y ponicioa exacta de I pausa tienen una Foncisa importante para el entendimiento del sig- sifiexdo del discune: las pausas normales de a gramities Genden organizar lo que es dicho fun- damenialmente ante alrededor de patrones referea- expesities, mientras que las pausas irregulares de duracisn y posicién aceatéan el con temociomal: lus pausas muy ritmicas (east -wetrcss) evocsm ef estilo de es marrativas. pices”. La royoris de las sta. cambian de un tipo de fame a vitro, y a jones en Ia actitd del narradoe hacia sv material. Por supaesto, esto silo puede percibirse excuchando, ne leyendo. ‘Algo similar pucds hacerse on referencia 2 I ‘velocidad del habla y sus cambios durante lz entrevis- lu, No esisten replas bisicas de intespretacion: i mis espacio puede significar mayor 0 menor Enfasis tanto como mayor dificukad; y ua accleramiento puede: mostrar un deseo d¢ escirrrse sobre ciertos puntos, tapto como une mayor faniliaridad y facilidad. Ea odes estos casos e] andlsis de los cambios en Ja velocidad debe ser combinado con el andlicis del ritmo, De cualquier modo, los cambios son Ia norma en el habla, mientras que Ta regularidad es Ia ‘supuesia’ norma en la lecture, doade las variaciones s01 introducidas pof el lector, mis que por el texto ea sf mismo, Esto a0 se trata de una cucstiéa de pureza {ilol6gica. Los rasgos que no pueden sex reducides a -segmeatos sonla base -no la fnica, pero sf muy impor Tantes de las funcioues narrativas esentiales: la funcién emociooal, la participaci6n del narradoren el relato, el modo en que el relato afecti al narrador. Esto frecventemente implica actitdes gue el hablaate 0 podsia (0 no quemfa) expresar de otra manera, 0 elementos que no esta completamente,bajo su con- trol Suprinicado estos rasgos, reducimes el con- tenido emocionat del habla 2 la supuesta ecuanimidad ¥ objetiidad del documento escrito. Esto ¢s atin més ‘cierto cuando estén iniolucrados informantes Populares: ellos puedea ser pobres en vocabulario, [Pero soo gencralmente més ticoses fa gamma de tonss, volimen y eatonacién, comparados con los hablantes de clase media’, quienes han aprendido a imitar eo habla, lotedioso de la escritura, i Las fuentes orales son fuentes noratives. Por Jo tanto, eT anal de los materiales de Ia Bistoria oral debe valerse dc categorias generals desarrolladas por Ia teoria de la teratura: (Por supucsto me estoy rcfiiendo’principalmente al testimanio brindsdo co centrevistas libres. v.n0 tanto & matcrisles més forraal- mente oxganizados tales como eancione: « proverbios we los que a cuestiGa formal €s a0 més csencial), Por ejemplo, algunas narraciones conticnen cambios Lancisles ene relaci6a entee 1a~duracioa de los hechos deserites ya durseiba de la narracifo™ Un in- Toriraute PURE Gar Gvcaia en pores palabras de hechos que dararon mucho tiempo, 0 .puede ox «@ svoues Ue 12 sunjetnaaa Ge una + 1, Ellas 20s dices.00 s6lo lo que ls © lo-que quisieron haces, lo que cio Ve «s0an hacieado, y lo que ahora pien- ane hicieroe. Por ejemplo, puede que las fucntes cs no agregves mucho a lo que sabemot de los os materiales de una buelga dada para los ajadores involucrados; pero nos dicea mucho ca de sus costes psicologicos. Tomando prestada categorfa Literaria de los formalistas rusos, sfamos decir que las fuentes orales (sobre todolas - tes orales de las clases subalternas) constituyen integracion muy Otil de otras fuentes tan Iejanas ola fébula ol cuente: esto es, la secuencia causal 3ea de los sucesos; pero lo que las hace Gnicas y ~sarlas es su trama -la manera en que el marrador smoda Jos materiales a fin de coatar 12 historia, rganizaciOn de la narraci6n (sujeta a reglas que 0 su mayor parte resultado de elaboracion colec- © revela una busta parte de la relacién del ute con la historia colectiva. a subjetividad e3 asunto de [a ‘historia, tanto + ]os *hechos’ mds visibles. Lo que el informaste ¢s verdadcrameate un hecho hist6rico (el hecho 4 0 ella cxéz) tanto-como lo que realmente Ui, Por ejemplo, mi de lk mitad de los iadores entrevistados en el poblado industrial de » eueatan Ia historia de gus huelga de posguerra ido el asesinato de na trabajador a manos de lt en 1953, en lugar de en 1949, que fue cuando cote sucedié; tambiéa cainbian de ua contenoa desde una marcha por Ia paz hasta ta guerrilla a lucha quc sigui6 a los despidos masivos en las, ones de acero). Esto obviamente no arroja sobre Id cronologia real, pero si nos obliga a snar nuestra interpretaciOn a fin de reconocer seztor colecivos de simbolizaciba y reaciée de ‘ls clase wabajadora de Terni -la cual ve @& aks como una lucha iniaterrumpida ex- Ja por un stubolo_unllieador_(@ camarada 4S que como _una_sucesién de hechos - vos. Giro Gemplo: un anciano que habta sido * HI Pirlido Comiuniste'de Terni, cansado y en- .eventa como verdad hist6rica una ilusign suya, ‘al se ve a s{ mismo a punto de transformar la 2 labora de posguerra del PC en una cracia progresiva’ ca alianza con {uerzas bur- ~~ ven lugur de verse como de hecho estuvo, ia- © a, pasar de la resistencia antifascista al smo. Por supuesto él nunca jug6 el papel que’ «= narra, pero eso ssmbolizd la resisicneia que la Hamada polities de Salerac’, encontr6 denira del partido. Lo Que este testimonio nos hace scmir cs cl costo psieslogico de esta politica para muchos trebajadores ralltantes y como ésta caus6 que la nccesidad y csco de revolucién de lee trabajadores fucran sepultados dentro del inconscicaie cokctivo, Cuando cx- contramos que otra persona distinta, cuenta la misma historia en un lugar distiato del pals, cnteademes que Ja fantasia del viejo camarada en Terai tio es sola- mente una ocurreacia casual. Mas bien es parte de ua germizante complejo legendario, en el que son con- tados como verdad, suecsos que al mcnds parte de la clase trabajadora desea que hubieran acoatecido. En- tonces as *divagacioncs seailes' de un viejo trabgjador, enfermo, pueden revelar tanto sobre su clase y partido | como las largasyy Kicidas memorias escritas de algunos eects apenas ees il vel La creditiided de las fueatés oraes es. una diilidad diferente. Los . ejemplos que be dado anles muestran cSmo la importancia del testisacnio ‘oral a menudo redica no en un apego a Jos bechos sino mis bien ea sa divergencia de los bechos, donde aparecen la imaginaciba, el simbolismo y ef deseo. Por consiguiente no hay fuentes orales “Yalsas’. Una vez qué hemos checado su credibilidad respecto a loc hechos, com todos los criterias extablecides, por la ertica flolbgica histérica que se aplice:a todo documento, la diversidad de la historia oral coasiste en que las declaraciones “ales? siguea siesdo psicologicamente ‘verdaderas’, y en que estos ‘errores’ revios, a veces revelan m&s que los recuentos exactos clos bechos. . Por supacpsto, esto no significa lz aceptaciéa del prejuicio dominiante que ve a la credibilidad de los hechos como un monopolio de las fucotes escritas. EI reporte oficial sobre lz muerte del trabsjador de Terni, al que hicimos referencia, empieza con estas Palabras reveladoras: ‘De acuerdo a Ia informacion verbal obtenida_t Esta es una tipiea forma de inicio (cx sentido técnica) de semejanies documentos of- “ Giales, y muestra cémo muchas fuentes escritar son solamente ung transcripdéa fuera de control de fuen~ tes orales perdidas. Gran parte de los documentos escritos a los que los historiedores han concedido ua certificado automético de credibilidad, son resultids de proceso: similares, realizados con nada que ec aseineje a criterios cieatficas y cast siempre con fuer- tes sesgos de elace. Por ejemplo, esta manipulacién é iahereme ~“ ranscripcion de grabaciooes ee juicios GG! metus en ¢} procedimiento italiano, el cus! no ctorge ‘Valor legal a Jas grabaciones ni a Ia ti. qigraia): Io que queds regstrado.ro soa las palabras d= los testiges, tino una versiGa de su testimosio traducida o la jerga egal, Lteralmente dictads por el Juez al eserbiente. (El temor judicial por Ia grabadora solamente ¢s igualsdo por el prejuicio similar de varios historiadore:).. La distorsiéa inherente # tal procedimienio esté fuera de duda, especialmente cuando los declaraates no son micmbros de ba dase» hegembnica y sc expresan en un leagusje doblemente algjado del que registra Ie corte. Y no ebaante, ‘muchos historiadores que arrugan su narices ante lez fuentes orales aceptan estas i Iegales » ‘ia perpadcar, En menor medida (gracias a Is menor! ~ distancia de clase yal uss frecueate dc la taquigraia)”- esto es vaplicable a las acias catrevistas periodisticas, lar minutas de eacueatos y ° convenciones, las cuales, juntas, constituyen las face. - tes principales de mucha historia tradicional, in. ‘cluyendo la historisIsboral oe Un extraio sibprodacto de esi prejuido es laine "mener lapso de tiempo entre el evento y el regisio serio, aunque sélo fuera el tiempo necesatio part x Sepositarlo en cxeriura (2 meues, por supvesto, que\ i estuvicramos hablando sobre coatratos, testamentos, convenios, etc, dondé Ia escritura es el evento). De| ado| auc fueron escrites mucho despues de Jos sucesos reales. ¥ por cierto, sla f i ie distancia G6 li Fequitito, se debe tambia incluir a la distancia 2” Be caugutcr mova 4 werdad ce la mayrts de Aisica -csto significa que s6lo un participante directo debe ser considerado digno de confianza, y daica- meate en cl momento del suceso, Pero resulta que tal evidencia slo puede ser obtetida mediante una eabadora, como sucedié con las entrevistas grabadas durante las Tuchas por Ia viienda ex Roma en los 70, cuando las palabras de los pobladores y de la Policia fueron grabadas ex el momento de los desalojos"s,- : los testimonios orales se refieren a suceso: m&s 0 menos distantes. A pesar dc cso, 20 est claro por qué * + Crelato,de un obrero partcipante en uaa huelga o el relato de ua guerrillero sobre un episodio de la resis tenela antifascista debiera ser menos coaffable que’ Tos relatos de eminentes Iideres Politicas del periédo’ de posgueria 0 incluso de la era fascista, los cuales” estén disfrutando de us notable éxko editorial en Italia, Esto no cs tanto la ‘consecuenéia directa de un Prejuicio de clase, como de la antidad? dela palabea ‘escriti. Un exceleate historiador americano, a modo de ejemplo, ironizaba acerca de la utilidad de reealec-- tar las memorias orales de Earl Browder en los aiios “ Siacuenta; pero admitia que si Browder (quien fee Secretario del Partido Comunista d= Estados Unides co los ueima y ‘Cuarenta) bubiera escrito memorias refeteates al mismo periédo, él hubicra tenido que considcrarlas confiables hasta ‘que s¢ comprobaran de otro modo, aunque el tiempo trarscurrido catre los, suceto: yla narracisa fucra el mismo, La cseritura esconde su dependencia del tiempo al Presentérsenos como un texto inmutzble (a modo de Is forma latina, tiene £8 ‘ccripta manco’ -escritura ~ [Permancetc), hasta el punto de crear Ia ilusién de que que no hay modificeciones posibles en el futuro del }exio, no pueden habcr tenido lugar modificaciones en su historia pasada ni en su prehistoria. Pero fo que] crite, es primero experimentedo 0 Visto, y td stjeto a distorsiones aun antes de ser puesto en elf Papel. Por lo tanto, es menester extender también a} | material csctito, Jas reservas aplicadas a las fuentes Gx hop ehiticanes originales a igtelectuales y Wderes vous, que cada vez més frecuemtemente estén enéo pablicaias en forma de libro por la indusiria inorial italiane, por regla general ow revisadas antes - immprimisse y eonfrontadas con notas y documentos. ambién lot narradores orales dé las clases subalier- as a veces recurren # ayudas similares. Por wea parte «los pertenceen a una tradicién que 2 cauca de sa hha de acceso a la escritura se ha visto fotzada a ssarrollar téenicas de la memoria, que se han rofiado en gran parte en aquellos que dan mayor aportancia a la escritura y a la lectura’®, (Por cemplo, ellos pueden todavia valerse de la narraci6a 1a métrica formal, identificar y caracterizar a las per- >noas mediante los significados de los apodos y paren- escos; fechar los sucesos en relacién a los cides zicolas; conservar el hibito de escuchar y repetir las xrraciones orales). Los informantes populares cat smipre hablan desde el interior de una tradiciéa ilectiva que pasa por detalladas descripciones de -hos anteriores a du nacimiente, pero que perssiea aablemente fijas de una fuente a otra": Estas his- fias son parte de una‘tradicén colectivty conservan memoria de la historia del grupo més allé del nivel + has Wdas individuales de sus miembros. Por el otro do, no debemos considcrar a avestras fuentes como fuesen completamente inocentes de a escritura. Tal el caso del viejo lider de la liga de campesinos de ensano, quien ademis de recordar muy claramente 5 propias expericucias, habta becko investigacion ve mismo en los archivos locales, pueida ser una ex- pei6a. Pero fa mayoria 6c Jos informantes que saben +, leea periédicos, ban lefdo Ubros, excuchan qularmente 1a radio y la television (y ambos per- rece a Ja roicma cultura que produce Ia palabra srila). Ellos ban escuchado los discursos de la geate ¢ lee -politicos, Sindicalisias, sacerdotes. Conservan sos, viejos peribdicos y documentos, Desde bace ‘ioe‘aios, a pedar del analfabetismo masivo, la sritura_y lo oral-no han cxistido en mundos oarados. Mientras que gran-parte de la memoria stiia es apenas un delgado recubrimiesto para lo al que'subyace, atin fas personas iletradat estén uradas de cultura escrita. La condicién cultural is comin para la gente de Tas clases eubakernas en pafs como Italia csté en algGn punto inscrmedio de estado de transicién que va de lo oral a la escritura, veces en sentido contrario. Come quiera, queda el asunto de que el narrador hoy no ¢s Iz misma persona que particip6 en los io dlistuntes del pasado que ahora est4 relatando, B La edad no cs ta Gates diferencia, Pueden haber tenidp Iuear jetiva asf como en ts posieién socal y en la condicin ceconSmica, lo eval puede causar modificacié, « per Jo menos ufectar el juicio sobre los bechos, y tei cl estilo particular del relalo, Por ejemplo, muchas pei sonas se mucstran reservadas cuando les toce deseribir formas de lucha cercanas al sabotajc. Esto no significa que no las recuerden claramiente, sino que ha habido un cambio en sus opiaiones politicus on lz Iinca de su partido, y por €50, acciones que s¢ con- sideraban legitimas y aun normales o necesarias en el pasado, hoy son vistas como inaccptables y estéa Tieralmente desechadas de la tradicibn. En estos, cas05, Ia informacion mas precieda reside e0 To que les informantes esconden (y en el hecho de que loes- jvios en a concieacia persona! sub- © condan) y no tanto en lo que dicen. De cualquier modo, los informantes casi siempre so6 perfectumente capaces de reconstruir cus ac- *titudes pasadas aun Cuando ya no coincidan con las ? presentes. Este es el caso de los trabajadores de tx Qabrica de Temi. quienes admitea que las represaliss personales Wolentas contra los Gecutives respon- sables de-los despidos masivos de 1953 pueden haber sido contraproducentes; sia embargo, reconstruyen con gran lucidez por qué en ese momento parecian medidas Gtiles y sensatas. Tembitn és el caso de uno de los testimonios orales més importantes de nuestro ticrapo, La Autcbiografic de Malcolm X. Aqui el nar- rador describe imo trabaja su meate antes de alcan- zar un nuevo conocimiento y luego juzga su propio ._ pasado con su actual conciencia politica y religiosa. Si usa entrevista ¢s conducida” bibilmente y sus propésitos estin claros para.el informante, no es im- posible que éste hags una distincién entre su ser Presente y pasado, y que distinga objetivamente que lo que eraen él pasado es distinto de lo que es ahora, En estos casos (Rfoicolm X es otra ver tipico) Ia técn narrative més vada es Ia ironfa: intervienen y se sobreponen des modelos diferentes, tices (0 politicos) y narratives. y latensién entre éstos moldea Tz narracion’®. Podemos. sin embargo, encontramos con nar- radores cuyo rivel de conciencia parece haberse detenido en el climax de su experiencia personal -por ejemplo, algunos integrantes de la resistencia sntifas- Gista 0 veteranos de la Primera Guerra Mundial, quizd algunos estudiantes militantes del movimiento estudiantil del 68. Con frecuencia estén completa- MW fasew pane, y ee felato agume Tae acces: las palabras de Ja épica, Por lo tanto, sn extlo ieGnize ¥ ube pico implican una perspective iistirica difereote, que debe ser considerada ca pusstra interpretaciéa del testimonio. Las fuentes orales no son objetives. Exto por supucsto sc aplica a cualquier fuente, pero la san- icacion de la-eseritura a veces noi leva a olidarlo. Pero la n-objetividad inberemte 2 las fuentes orales radica eo sus caracteristicas intrlasecas especiicas, endo la mas imporiante el ser artificiales, variables y serciales. La introduccion de Alex Halley a Le Awtobiografta deMalcolm X, muestra que el viraje en el aborde nar- ailvo de Malcom no sucedié espoatincamente, sino 1V¢ fue estimulado por e! entrevistador, que condujo* 1 didlogo lejos de Ia'imagen oficial, exclusivamente véblica que Malcolm intentaba proyectar tanto de él nismo como de la nacién del Islam, Esto ilusira -bai0 las fuestes orales son sicmpre resultado de una claci6a, de un proyecto comta en el cual estén in- ‘lucrados el informante y cl entrevistador. (Esta es vaa delas razcnes por lag que exeo que el historiador ede conducir persoaalménte Las entrevistas, y no calisarlas a través de un entrevistador profesional; y vor as que la investigaci6n oral es mejor realizadaen quipo). Les documentos cscritos soa fijs, cxsten sagemos 0 no conocimicato de ellos. El testimon sador le da vida. La condiciém para la existencia de ‘fuente eserita es su enisién, Estes difereocias son niilares a Tas deseritas por Jakobson y Bogatyrev are el proceso ereativo del folllore y de la teraura™, El contenido de la fuente oral depende én gran redida de lo que el entrevistador Ie pone en forma de regunlas, estimulos, didlogo, relaci6a personal de sefianza mutua 0 de distancia. Es el investigador ef ve decide que babré una entrevista, Los inves- adores con frecuencia introducea distorsiones »pectfcas: los informanies les dicen lo que ercen que sieren oi ls entrevistadores (es interesaate ver qué + To que los informantes piensan que se quiere y pera de ellos; pues es indicudor de lo que ercen que historiador). Por otro lado, las entrevista rg cate estructuradas excluyen clementos euya exisi- cencia y Felevaneia eran previameate ignoredes por el investigedor y 00 se contemplan co las preguntas programadas; por tanto, tales entievisias ticaden a cbnfirmar el marco de referencia que ya tents cl inves- Ugador. é De esto se desprende que el primer requisito es que el investigador ‘acepte’ al informante y le de Prioridad a lo que.éste quiera decir yn0.2 lo que el in- vestigador-desée oft. (Cualquier pregunta que quede sin conlestar puéde reservarse para una entrevista posterior). La comunicacibn siempre va en ambos sentidos, el entrevistado, al tiempo que es estudiado, sicmpre esté estudiando al entievisiador, aungue tal vez de, manera callada. El investigador podria Teconocer este hecho y tratar de trabajar con él, en * logar de fotentar climinarlo en aras de wna imposible « (ytal vez indeseabie) neutralidad. Por tanto, el resul- ‘ tado es producto de.ambos, el informante y el iaves- ‘igador; por eso cuando las ectrevistis orales se } presentan en forma de Libro (lo cual es muy frecuente *}, de modo que la voz del investigador es exclufda, se da una sutil distorsi6n: Ia transeripei6a brinda las * respuestas del informante pero no las preguntas a que “responde y act ce du Ia impresiéa de“que un inform ante duo siempre dirfa lo mismo sin importar las cir- cunstanciag -en otras palabras, la impresi6n de que una persona qie habla es tan fija como un documento escrito. Cuando la vor del invesigador es sipfimida, Javoz del informante es distorsionadz. El testimonio oral nunca seré el mismo dos veces. Eata es una caractBristica de toda comunicaciéa oral: ai siquiera cl cantante popular més experto cantaré "dos veces la misma cancién exactamente de la misma ‘maners. Esto ¢s todavia mis cicrto para formas no muy bien estructuradas, tales como los. relatos autobiogréficos © histéricos durante una entrevista. Generalmente vale ls pena enttevisir al mismo in- formante més de uns vez, la relacién entee iaformante ¢ investigador cainbia u medida que s< conocen mejor Yzumenta la confianza mutwa, Las uctitudes también cambian: Jo que ha sido Mamada una ‘\igilancia scvolucionaria’ (ocultar ciertas cosas que pucden ser Utlizudas sin control por un entrevetador precedente de otra clase) es stenuade; y ls actted opuesta, con- de la sulvordinacién de clase (deci# silo lo que el informante cree que puede ser relevante desde el punto de tists del investigador y no desde su propio punto dc vista) dy lugar a un comportamicnto més in- dependicate. Hi neede 6 « ormante pueian contiauar con provecbo Bis coo- duce al pwoislema del estado incompleto inbereate a has fuentes orals. Es imposible agotar la menoria bictérica completo dé us solo informante; de modo ‘que los datos emrafdos de las cutrevistas seria siempre resultado de una selecciéa producids por la relacin rouius. Por lo aixo, ls investigaciba bistérica coral sierapze tiene la naturaleza inacabada de un trabajo en proceso. Esio la hace diferente a ls iaves- tigacion hist6rica tal como acostumbramos concebirla, cop 33 meta ideal de leer fodas las fuentes exstentes, documentos, archivos y literatura pertincate. A fia de aceeder a todas las fuentes orales posibles sobre las uclgas de Terni de 1949-53, el investigador tendsta que eatrevistar por To menos a cica mil personts. ‘Cualguier muesira seria s6lo tan confiable como los métodos de muestreo utilizados; y, por otro:lado, sunca podria gerantizarnos que no exlutines inform antes de calidad’ cuyo Gnico testimonio tendrf mayor talor que dicz testimoatcs scleccionados estaditica- este. : vc las enttevistas coe ue mismo ia Pero el caricter inacabado y la parcialidad de las fucotes orales afecta a todas las otras fuentes. Dado que no hay ivestigacién que pueda considcrasse completa, a menos que incluya fuentes orales (cusndo se dispouga de ellas) y que las fueates orales no soa -exhaustivas, la historia oral contagia su propia par- Galidad y su caricter inacabado a toda Ia inves- ligaciée histérica, La historia orat no es lugar donde ta close obvera sable para st Afirmar lo contrario no earece de fun damesto; el reaueato de una huclga a través de las palabras y recuerdos de los trabajadores, en vez dc las de la policis © la prensa dominada por la compaiia, obviamente ayuda (aunque no automfticamente) 2 cowegir una distorsi6s implicta en las fuentes tradicionales. Por t2n(o, las fucstes orales son coa- i6n nccestia (aunque no suficente) para la historia de las clases subalicinas, y no sou tan necesarias para Ia historia de la clase dominante que ba tenidoeleca- tedl sobre Is esertura, y por eso ba confiade Ia mayor parte dc su memoria Colectiva a los registrosescrits. mincce formemente en manos de los historiadores: fon ellos quicees seleccionan 2 la gente que va a hablar, que va.a hablar, quiczes hacen las pregustas y por consigsicote contribuyen a dar forma al les- | Sin embargo el control del discurzo histérico per e@ su publicacién (aunque sea solamente en términos de montaje y transcripeise). Aun accptando que Ia clase trabajadora habla por medio de la historia oral, es dlaro que Ia clase no babla en sbstracto, sino que. habla al historiador y con el historiador (y en cuanto a fa publicaci6an del material, tends del historiado:). En realidad las cosas podrfan ser al revés:.Jos his toriadores hablando a través del testimonio de los trabsjadores, como veatrflocues de un discurso que no es el suyo. Lejos de desaparceer én la objetividad de las fucotes, Ix importancla del historiador per- rmanece, al mesos como compaiiro en el dislogo; coo frecuencia como "director de escena’ dela entrevista, como "organizador’ del testimonio Micjo dicho radical, Ia organizaciéa no et tLeniea tino, politica. En luger de encontrar fuentes, el historiador las hace’ al menos parcialmente; aunque pueda uufizar las palabras de otras persoaas sigue sicado su iscurso. Lejos de convertirse en un vocero de la clase, ttabsjudora, el hstorisdor extiende tna contribvciba, personal” Mientras que ef documento escrito es gencral- mente citado para probar que el relatoes una descrip- Gién confiable de sucesos, las fuentes orales envuelven, todo el relato en su propia subjetividad. Junto a la sarracién en primera persona del informante esté la primera persona de! historiador, sis la cual no babria fuente. De hecho ambos discursos, de} informante y dc! bistoriador, estén en forms sarrativa, lo cual los aproxima mucho mas de lo que sucede con la mayoria, de le otras fuentes de primera mano. Hasta certo puato, los informanies son historiadores; y, de algin modo, el historiador es uaa parte dc la fuente. El escritor tradicional se presenta a sf mismo (0, a1 menos frecucntemente 2 sf mismo) en el papel de lo es is tory Giornein Uamaria el ‘aavredor fmnisciense': ustza up relato en tereera persona, del cual l no ve parte y al curl domina totalmente y desde arriba, imoarcial y disiante; nunca aparece en la sarracido exceno para hacer comectarios al margen sobre el desurralle de los hechos, a la manera de los rovclistas del siglo diccinvere. La historia oral cambia amanera de escribit Ia historia del mismo modo en que Ta “novela moderna trensformé Ia -invenciéa iterariazy%el mayor cambio consiste en que el nar- ador, desde fuera de la narraciéa, cs jalado hacia dentro y sc convicrte en paste de ella, 7 Esto no es solamente un cambio gramatical de ter- vera a primera persona, sino un actitud narrative ‘steramente nueva: ahora el narrador es uno de los ‘ersonajes, y la manera de coatar Ia trama es ahora arte de la historia que esé siendo coxtada. Esto ine ica implicitamente un involucramiento politica \webo mas profundo quc en el desarrollo tradicional ol narrador externo. La escritura radical de la bis- via no cs cuestién de ideologta o de toma subjetiva 2 posiciéa por parte de los historiadores, o de la ase de fuentes que utlizan. Es més biea inherente a presencia del histotiador en la historia coatada, en toms de respoosabilidades que lo inscribea en el lato, y muesira: la bitoriggrafia como un acto Gnome de narraciGn, Las opéiones polticas Hepan ser menos visibles y sonantes, pero mis fundamen- les. El mito de que el bstoriador como sujeto podeia saparceer aplastedo por las fuentes de Ia clase wera, era parte de una visi6n de Ja militancia ‘Wtica como la aniquilaciéa dees ioks subjetives ea 2 de la militancia de tiempo completo que abar- tia todas los'roles, como wna absorcién dentro de a clase obrera abstracta. De esto resuk6 wa iréaico recido con Ia sctitud tradicional que ve al his ‘ador no involucrado subjetivameste con lo que sribia. For supuesto parecia que Iz historia oral es a hecha a Ia medida de su final, ya que los bis” adores condutian a otros a hablar ex lugar de tar ellos mismos. Pero lo que realmente sucede’ es contrario, el historiado: es eada vez menos un inter diario entre Ia clase obrera y el Iecior, y cada ver ‘un protagocista. Aunque otros bablea, sigue sien cl historiador quica los hace hablar, y, admfiase 0 el’sustente’ sigue siendo del bistoriador. Alescrbir ls historia, como en Literatura, el hecho enlocarse solve Is foncibe del navrador, ac con 2s fagmentacisn de esta fuacion, Ea una novela como Lord Jim de Josepb Conrad, Maslow, el per sonejelasrrador pucdc refers solamente lo que él ha Visto y ofdo; con el objetivo de narrar la “historia ‘completa’ ze ve obligado & inclulr otros “informanies? trahaja con fuestes orales: al evtrar en el relato y / en su relato, Lo mismo le pasa al historiador que ccclarar expliciamente contral sobre éste, debe precisamente permite a ls fuentes entrar en el elato ‘con sus discusses auraomos De este modo, la his- toria oral es contada desde una multitud de ‘puntos de vista circunscritos’ I imparcialidad que reclaman los historiadores tradieionales ex reemplazads pot la par- jalidad del nasrador (donde Ia parcialidad se en: cuentra en Ia toma de posicién y en su carkcier inacabado). La pardialidad de 1a historia oral es politica y narrativa: nunca puede ser contads sin tomar postura, ye que ls 'posturas'existen dentro del relato. Caro que el hstoriador y las fuentes no son Ia ‘misma 'parte’, sea cval fuere lz bistoris persoaal del Ristoriador. La conffontacion de estas dos par- Glalidades diferentes -confrontacién comé eonllicto y confrontacién como bésqueda de uridad- no es un clemeato de poco interés de los trabajos batados en fuentes orals. on PORTELLI, Alessandro, “The Peculartis of Oral History’ en History Workshop x jouraal of socialist his- torians No. 12, Autum 1981, pp 96107, -RUSKIN COLLEGE, ORDFORD. ° Traduccién: Nut NOTAs 1) La Repibiica3 de cerubre, 978. 2) tic A Huvelock, Preface 10 Plato, Harvard +e, University Press 1963. 23) Véase Franco Coggiola, “Le ivita deltstituto Emesto De Martine” en Dicgo Carpitella (ed) LEmomusicologia in holia, Palermo, 1975. 4) Vease por cjemaplo Luisa Passerini, “Sull wits € il dunno delle fonti orali per ls storia", dentro de Passcriai (ed) Storie Orale Vite quotidiens € culura ‘materiale dele classi subolteme Turin 1978. $) Giovana Marini, “Musica populare © purlato popolare urbsniy. cn Circolo Gianni Bosiv (ed), 1 Giori Comati, Milan 978. Véase también Alan Lomax, Folk Songs Stvies and Culture Wasbingion DC I%8. 0) ease Shave isk, Picfoce fo Plato, también Wal ter 3 Oop. “Aisicsa Takiag Drums and oral Noctis”, New Literary Histon vol 18, 90.3, 1977. 7) Vézse William Labox, “The logic of non-standar English, en Lovis Kamp! Paul Lauter (6d) The polics of iterature, Nueva York 1970. 8) Aqui y durante todo el exerito utilizé Jos ermioos como los definié Gerard Genette, Fipues Ith, Paris 1972. j *" 9) Dan Ben-Amos “Catégories Analytiques et gen~ ses Populaires’, Postique.vol 19, 1974 10) Jan Vansina, Oral Tradition, Peguin ed. 1961, wa. 12) Por ejemplo, tia miltante del Partido Coma- ‘unista catrevisiado ea Roma describfa la situacién de su familia y su comunidad principalmeste en dialecto, peso cambiaba brevemente 4 italiano estndsr siempre que tenfa que reafirmar su fidelidad al par- tido y la incviabilidad de Ia linea partidaria, Este Viaje en el lenguaje mostraba que a pesar de que lo aceptaba como algo inevitable, €l todavia vefa la linea Partidaria como algo completamente diferente de s1 propia experiencia y tradiciéa, Usa transccipciéa de la catrevista gst publicada co Circolo Giaati (e4), 1 Giomi Canta. 32) El casio de Borls Temacewskij sobre con- strucci6a de la rama estf en Trvetan Tadoron (ed) Theorie de ls Literature, Pasis 1965. 1B) Véase Alessandro Portelli -y “ Valentino Paparell, "Terai: material per waa storia operasis', “ex Giorst Contat, ‘boletin del Circolo Giant Bosio vol 10 marzo 1971. 14) Natham Watchel muestra un fen6meso similar x las recosstrucciones populares de Ja conquista i “tions de Podique, Paris 1973; espancla ex México y Ferd, La Visione dei vint, Turin 1977. 35) Las gyabacioncs de Ia lucha, por Ia vivienda estén parcialmente editadas €s el disco Roma, La bor- gata ¢ la lota per le casa, editads por Alessandro Por- tel, Mila, Instiuio Ernesto de Martizo. 16) Paul Thompson da cuenta de los membros de tuna coovescién de psicologia social, quienes 10 pudicron recordar los temas-ahi tratados cuando te es pregunt6 pocos dias después. Los estudiantes acostumbrades a keer y escribir tienden a olvidar Jo que escuchan.Passerini (ed) op dt. Q 17) Véase Alfredo Martisi-Antonello Luzzaniti I 1898 a Genzan6! glomi Cantaiiol 10, marzo 1977.1 18) Véase definici6n de ironia cn George Lukacs, Theory of Nove cap 5.2» 2 19) Por supuesto que HallexJo querfa reemplazar 1a politica con “aterés bumano'. Fue Malealma X co su implacable teasi6a politica quiea hizo que su his- tora personal fora Ia parte del bro ms relevate politicamente. 20) Jatobson yBogatre, “Le folidore’, en Der 21) Ua kitorador que trabaje con téstimonice menses ide A NRE ‘rales recogides por otros, cs como si tiabajara con ” fuentes eseras. ‘La cxpresiga’hisoria oral’ esti abierta a la critica, pues podifa tomarse, como aimplicaciéa que ls investigaciéa historica podicra basarse etermameate a fuentes orales. Una expresién més correcta seria'el 120 de fuentes orales' ex Listoris’ Per motives de brevedad, usaré aqui cl término ‘historia oral’ que es elque se ha establecido de uso comin. :

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