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LECCIONES DE HISTORIA 7 Guillermo Floris Margadant S. Introduccién al derecho indiano y novohispano a Primera parte El derecho indiano legislado FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMERICAS EL COLEGIO DE MEXICO | ! 96007 B48 , MAR-«£ vt CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS Lecciones de Historia 7 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO : Y NOVOHISPANO PRIMERA PARTE EL DERECHO INDIANO LEGISLADO’ ' ic M EL COLEGIO DE MEXICO FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMERICAS 349.8, M327in Margadant Spanjaerdt, Guillermo Floris Introduccién al derecho indiano y novohispano / Guillermo Floris Margadant S.- México : El Colegio de México, Centro de Estudios Histéricos : Fideicomiso Historia de las Américas, 2000. 3 v.; 21 cm. -- (Lecciones de historia ; 7-9) Contenido: v.1. Fl derecho indiano legistado -- v. 2. Del dere- cho indiano al derecho novohispano -- v, 3. Evolucién de la inves- tigaci6n del derecho indiano. ISBN 968-12-0981-8 (v.1) ISBN 968-12-0982-6 (v.2) ISBN 968-12-0983-4 (v.3) 1, Derecho--Espafia--Colonias--América. 2. Indios--Leyes y legislacién. 3. Indios de México--Leyes y legislacién. Portada de Ezequiel de la Rosa M. Primera edicién, 2000 D.R. © El Colegio de México Camino al Ajusco 20 Pedregal de Santa ‘Teresa 10740 México, DR. ISBN 968-12-0981-8 (v.1) Impreso en México/ Printed in Mexico INTRODUCCION FINALIDADES DE ESTA TRIADA DE ENSAYOS INTRODUCTORIOS | presente ensayo es el primero de una triada en la que presento una in- 4 troduccién al mundo tan especial del derecho indiano, y dentro de éste, el del derecho novohispano. Inicialmente nos dedicaremos al derecho indiano legislado; luego, dentro del segundo ensayo, estudiaremos primero aquella aureola de materiales escri- tos, que sin tener cardcter legislativo, forman parte del derecho indiano, y pos- teriormente nos referiremos a los factores consuetudinarios que lo circundan Finalmente, en el tercer ensayo pasaremos del derecho indiano general al es- pectficamente novohispano. He intentado no sobrecargar estas paginas con detalles; pero atin ast, en las notas de pie de pagina el lector encontrar referencias bibliograficas funda- mentales,! para el eventual estudio ulterior de algunos aspectos de esta vasta materia. 1 Bn la Bibliografia-Gilissen, él derecho indiano es tratado por Charles Gibson en F.4 (1964), e introducciones panorémicas a esta materia se encuentran en las siguientes obras que se consi guen ficilmente: Ots Capdequt, Manual de historia del derecho espaiiol en las Indias y del derecho ppiamente indiano, Buenos Aires, 1943, y Antonio Muro Orején, Lecciones de historia del dere- cho hispano-indiano, M. A. Porrta, 1989. Los tomos 2 y 3 de los Apuntes para la historia del de- recho en México, reimpr. Ed. Porrtta, 1984, se refieren al derecho indiano (sin embargo, este au- tor no pudo aprovechar todavia los resultados del magnifico auge del ius-indianismo que hemos presenciado en los tiltimos treinta aftos). En mi propia Introduccién a la historia del derecho me- xicano (2a, ed., Bsfinge, 1994) dedico a este tema las pp. 48-146. Las Memorias de los (hasta aho- ra} cinco Congresos de Historia del Derecho Mexicano, publicadas por la UNAM, y sobre todo las de los nueve congresos del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano (fundado en 1966, en Buenos Aires) constituyen una mina de estudios monogréficos sobre esta materia, 7 8 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. En mi opinién, wna guia como ésta es suficiente para que el estudioso in cie sus propias incursiones en la selva de los libros antiguos y de los archivos que contienen datos de los derechos indiano y novohispano. Por lo demés, “el camino se haré andando, SUPERVIVENCIA DEL DERECHO INDIANO: Bl derecho indiano es el que estuvo en vigor en las Indias hispanas* (incluyendo Jas Filipinas) desde la conquista hasta la independizacién de cada una de las na- ciones que integraron el imperio hispano-indiano; de manera que para las Bili- pinas, Cuba o Puerto Rico, su permanencia dentro de la fase del derecho in- diano puro ha durado més tiempo que, por ejemplo, la de Venezuela o México. Acabo de referirme a “el derecho indiano puro’, ya que mezclado con los derechos nuevos, creados por tales naciones independientes, el derecho india- no ha perpetuado su existencia todavia por mucho tiempo después de las in- dependizaciones.3 En las regiones “ex-mexicanas” de Es tados Unidos, el derecho indiano de- sempefia todavia a veces un papel importante en decisiones judiciales refe- rentes a litigios sobre aguas, lo que también ocurre en nuestro propio pais. Resulta ilustrativa la polémica sobre un permiso de explotacién del bosque 2 En Ia Lusoamética colonial encontramos desde el Angulo jurfdico un sistema no totalmente dlistinto del vigente en Hispanoamérica, pero més flexible, con més autonomia y variedad locales, y sin una gran compilacién central como fue la Recopilacién de las Leyes del Reino de las Indias pa 1a las Indias espafiolas, 3 Ast, las Pandectas Hispano-Mejicanas, una compilacién de normas vigentes que publicé Juan Nepomuceno Rodiguez. de San Miguel, en México, y cuya segunda edicién es de 1852, se presen- ta como un “codigo general, comprensivo de las leyes generales, titles y vivas de las Siete Partidas, Recopilacién Novisima, lade Indias, Autos y Providencias conocidas por de Montemayor y Bele y Cédulas posteriores hasta el afto de 1820”. . En otras palabras, en 1852 se puco publicar todavia con éxito (ya que la primera edicién de 1839-1840 se habfa agotado) una obra de casi tres mil péginas, con disposiciones expedidas antes de ia independencia mexicana, seleccionadas como todavia “tiles” y “vives” por aquel gran juris- ta, también litigante activo y exitoso, que era Juan N. Rodriguez de San Miguel. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, PRIMERA PARTE, 9 del Desiérto de los Leones, cerca de mi casa, por comuneros de San Mateo; vemos que a veces documentos de la época novohispana, inclusive quiza de pela autenticidad,* pueden tener implicaciones en nuestra realidad ac- tual. UNA DICOTOMIA FUNDAMENTAL Distinguiremos entre el derecho indiano en sentido estricto y en sentido amplio, Cuando hablamos del “derecho indiano” en sentido estricto, ios refetimos a las norrias expedidas para valer tinicamente en las Indias 0 en ciertas par- tes de las Indias, Se trata de un derecho que, a pesar de su abundancia de dis- Posiciones sobre algunas materias, en otras, y précisamente en ramas muy importantes, como contratos, obligaciones, derechos reales, etcétera, a menu- do no ofrecfa soluciones claras, de manera que hubo que completarlo recu- triendo a otros sistemas jurfdicos, usados como supletorios: 1) el derecho castellano; 2) el derecho canénico positivo, y 3) un [us Commune, que ofrece una dogmatica fundamental producida por el andlisis académico del derecho romano-bizantino compilado en el Corpus luris Civilis, y de la fundamental fuente medieval del derecho canénico, que era el Corpus Iuris Canonici, dos obras importantes, circundadas por un laberinto de comentarios, en que los letrados de aquella época tenian que aprender el camino mediante sus estu- dios universitarios. il Ademis, alrededor del derecho castellano se habfa formado una frondosa aureola de 4) costumbres, usus fori etc., y para la poblacién indigena —que en muchas partes de las Indias era mayoritaria-; seguia en vigor 5) el derecho con- suetudinario indigena con algunas restricciones impuestas, evidentemente, a fa luz de los intereses de la Corona y de la Iglesia. , 4 ae Sobre las frecuentes falsficaciones de mercedes reales en la Nueva Espafia, véanse Sweet, D. ny Ne » G. Br eds, Lucha por la supervivencia en la América colonial, trad., FCR, 1987, secci6n 7 : a a respecto que en los litigios sobre aguas en Nuevo México la prueba de la lsificacién de los “Cruzado Grants” (mediante el descubrimiento d C : le cobalt a desempeitado un importante papel. Cee 10 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Mediante tales aftadiduras, el derecho indiano en sentido estricto se vio ensanchado derivando en el derecho indiano en sentido amplio, o sea: el de- : recho que se aplicé de hecho en las Indias a todos los habitantes, de cual- quier raz ‘ LAS NORMAS LEGISLADAS DENTRO aH : DEL DERECHO INDIANO UNA DICOTOMIA SECUNDARIA: DERECHO INDIANO PENINSULAR. a EN SENTIDO AMPLIO Y DERECHO INDIANO CRIOLLO Dentro del maremagnum de disposiciones que componen el derecho indiano ( en sentido estricto solemos distinguir dos ramas, que serdn objeto de las dos secciones siguientes: el derecho expedido para las Indias desde Espafia, gene- ralmente formulado por el Consejo de Indias, que integraba el derecho india- no peninsular; mientras que otras normas formuladas por érganos estatales 0 semipublicos, radicados en las Indias, constituian el derecho indiano criollo. Este necesitaba para su vigencia oficial, en casos importantes, la ratificacién del Consejo de Indias; en otras ocasiones, era suficiente la de un 6rgano su- perior al creador de la norma, también radicado en las Indias. EL DERECHO INDIANO EXPEDIDO DESDE ESPANA 1) Panorama de las disposiciones mds sobresalientes H Las Indias constituyeron un mundo muy extenso y variado, de manera que el derecho indiano peninsular contaba con muchas disposiciones especiales ‘inicamente para ciertas regiones: algunas veces para un virreinato determi- nado y otras s6lo para ciertas regiones dentro de un virreinato.> Este derecho se asoma a la historia juridica en forma de las disposiciones fundamentales de las Capitulaciones de Santa Fe, del 17 de abril de 1492, que se cclebraron entre Col6n y la Corona de Castilla. El punto de partida para el derecho indiano fue, por lo tanto, formulado antes del descubrimiento de las Indias. Sobre esta base se desarrollé el derecho indiano peninsular, y cuando, por 1519, la conquista lleg6 a estas tierras, en el equipaje espiritual de los espafio- les ya se encontraba toda una cosecha de derecho indiano peninsular, elabo- rado durante la generacién de la conquista insular, y cuyos postulados ahora valdrian también en la Nueva Espafia. 5 Ast, por ejemplo, Francisco de Toledo, virrey del Pert que permanecié en el cargo desdi 1569 hasta 1575, fue designado como el “Solon del Perti” a causa de su amplia obra legislativa; si ‘embargo, ésta se refiere fundamentalmente a su propio virreinato, y para el derecho novohispa- no s6lo tiene una importancia indirecta, como punto comparativo de referencia, cuando las nor- mas formuladas por Toledo se refierena situaciones que también existicron, con variantes, en la ‘Nueva Espatia, y que aqui recibieron otra solucién, a 12 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Como elementos de esta cosecha ya encontramos entonces instituciones como la encomienda, la obligacién de los indios de agruparse en congrega- ciones y de pagar tributo, el repartimiento laboral indigena, las bases para el tratamiento del indio-obrero (en las Leyes de’Burgos, de 1512, y en algunas disposiciones posteriores, ligadas «ellas), el principio de que el indio debe ser protegido por la Corona contra intentos de esclavizarlo, as{ como el Real Pa- tronato sobre la iglesia en las Indias. Desde 1510 la Corona habia venido formulando sugestiones para guardar cierto orden en el creciente caudal de normas para las Indias, pero sélo hasta 1636, cuando en el Consejo de Indias ya hubo unos seiscientos libros-registro con aproximadamente 400 000 disposiciones de derecho indiano peninsular, el proyecto para la tan necesaria recopilaci6n respectiva, estuvo finalmente lis- to. Pero luego, segtin parece, por razones financieras, se pospuso la impresion de la obra por 45 altos més, a pesar de las quejas, que en el ambiente del Con- sejo y en las Indias tuvieron, curiosamente, orfgenes contrarios: en el Conse- jo de Indias hubo molestias por la superabundancia inmanejable de los mate- riales legislativos, que impedia encontrar el camino legal, mientras que en las Indias el problema corriente era precisamente la falta de documentos que per- mitieran orientarse sobre el perfil concreto del derecho indiano. Cuando Ja Corona finalmente decidié que ya no convenfa retrasar por mas tiempo la publicacion de esta esencia de derecho, el proyecto ya habia enveje~ cido, de manera que a tiltimas horas resultaba necesario someterlo todavia a una Ultima revisi6n actualizadora; pero después de ésta y de la autorizacién mo- ndrquica definitiva de 1680, en 1681 se publicé en Madrid, en cuatro tomos la importante obra, y ya pronto los primeros ejemplares de la famosa Recopila- cidn de Leyes de los Reynos de las Indias alcanzaron a conocerse en las Indias. Esta recopilaci6n trata de condensar la vasta materia del derecho indiano peninsular (con algunos elementos del derecho indiano criollo)’ en 6 447 “eyes”, © En 1987, en ocasi6n del 75° aniversario de la Escuela Libre de Derecho, M. A. Porrtia publi- 6 la primera edicion americana de esta obra, aftadiendo a los cuatro volimenes facsimilares un quinto, con comentarios contemporineos acerca de importantes facetas de esta recopilacion. 7 Por ejemplo, fragmentos de las ordenanzas de los consulads indianos en México y en Lima, que n parte del derecho mercantil indiano, y que, por su colocacién en la Recopilacién de Leyes de Indias pasaron de la categoria del derecho indiano criollo hacia la del derecho indiano peninsular. fon INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, PRIMERA PARTE, 13 repartidas entre'nueve libros; pero en la mayoria de tales leyes encontramos ingredientes tomados de varias disposiciones monarquicas, individualmente citadas y expedidas én fechas distintas, sobre un mismo tema, de manera que a través de estas “leyes” nos hablan unas 15 000 disposiciones anteriores —una parte cualitativamente importante, pero cuantitativamente minima, del apro- ximadamente medio millén de normas que la Corona debe haber expedido para sus posesiones de ultramar en tiempos de la promulgacién de esta obra.8 Esta gran labor es Ja culminacién de un calvario con muchas estaciones, descrito en una ya clasica obra por el ius-indianista? espaiiol Juan Manzano y Manzano.!0 La mayorifa de estas fuentes estan ahora facilmente a la disposi- cién del investigador mexicano. Una primera compilacién, de 1548, ordenada por Antonio de Mendoza, ha sido publicada en 1945.11 Continuando con la descripcidén de la cadena de compilaciones que fi- nalmente culminaron con la Recopilacién de 1680, llegamos al Cedulario de Puga, de 1563, todavia anterior a la Nueva Recopilacién de derecho caste- llano de 1567, que sirvié de modelo a los posteriores intentos por hacer al- go semejante para el derecho indiano, Este Cedulario de Puga nos presen- ta una compilacién de materiales* especialmente importantes para la Nueva Espafia; de esta fuente de informacién ha habido diversas ediciones recientes. Luego encontramos la Copulata de las Leyes de Indias, una sistematiza- cién en siete libros, hecha por Lépez de Velasco, que cubre, mediante resti- menes de las disposiciones expedidas para las Indias, los afios de 1492 a 1570. También esta obra puede consultarse con relativa facilidad en nuestras bibliotecas.!2 5 sea unas 100 000 disposiciones més, en 1681, de las 400 000 que De Leén Pinielo mencio naba en 1636 una estimacién probablemente realista. 9 Como el “indianista” se ocupa de las Indias en general, necesitamos un término distinto para los especialistas del derecho indiano, y, por analogia con “ius-privatistas”, podriamos hablar de “ius- indianistas”, Sé que a la Real Academia de la Lengua Espaiola'no le gusta mucho el uso del guién dentro de términos compuestos, pero tal uso hace los términos més transparentes y a lec- tura més “dindmica”s creo que es parte de la cortesfa que un autor debe a sus lectores... 10 En su Historia de las récopilaciones de Indias, 2 vols., Madrid, 1950, 1l Antonio de Mendoza, Ordenanzas y Compilacion de Leyes, Madrid, 1945. 12 Se encuentra publicada (con varios errores), en los vols. XX a XXV de la famosa Coleccién de doc. inéditos... de ultramar, que se edit6 en Madrid, en 25 voliimenes, entre 1885 y 1932. 14 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. El Cedulario de Zorita, un intento finalmente rechazado de mejorar la obra de Puga, de 1574, fue editado en 1984.13 Después de la labor realizada por el enérgico presidente del: Consejo de Indias, Juan de Ovando, pronto interrumpida por su muerte y ‘cuyo manuscrito todavfa no se ha localizado, llega el Cedulario de Encinas, de 1596, incompleto, asistemdtioo y cuya pu- blicacién estuvo lena de errores —pero que fue usado ampliamente en aquel entonces, por falta de algo mejor-; fue reeditado por Alfonso Garcfa-Galllo en 1945.4 De un proyecto ideado por Juan de Sol6rzano parece sobrevivir sélo el primero de losseis libros que lo integraban; fue publicado en 1945.15 Sobre el préximo intento es- tamos bien informados: se trata de los Surnarios de Rodrigo Aguilar y Acuita, de 1628 (con solo cuatro de Tos ocho libros proyectaclos), enriquecidos por Montemayor en una edicién mexicana de 1678, y que han sido publicados este afio en México 16 Ya en la recta final hacia la Recopilaci6n de 1680, el Proyecto de De Ledn Pine- lo,'7 de 1635 —infinitamente més completo que los Sumarios que llegaron a sé- Jo cuatro de los ocho libros proyectados-,18 después de su aprobacién por el Consejo de Indias en 1638, nos conduce finalmente (después de una ligera ac- tualizacién y ciertos retoques) hacia la edicién oficial de 1680, pospuesta to- davia, como ya dijimos, durante 42 afios,!9 Ismael Sanchez Bella publicé.di- cho proyecto en 1992.20 3 Leyes y Ordenanzas Reales de las Indias del Mar Océano, ed. Beatriz Bernal, Secretaria de Ha- cienda y Crédito Piblico, México, 1984; esta obra luego se publicé pot M. A. Porrda en 1985, La edicién de lujo, que contiene una buena reproduccion facsimilar del manusctito, de paso oftece un buen material para el investigador que quiere adiestrarse para la paleografiajuridica del siglo xv1, que (contrariamente a la de los ottos dos siglos indianos) ofrece inicialmente algunas dificultades, "4 Cedulario Indiano, recopilado por Diego de Encinas, ed. Gatcla-Gallo, 4 vols,, Madrid, 1945, 15 Libro Primero de la Recopilacién de las Cédulas, Cartas, Provisiones 'y Ordenanzas Reales, ed, Ricardo Levene, 2 vols., Buenos Aires, 1945. '6 Sumarios de la Recopitacién General de Leyes de las Indias Occidentales, on introducciones de}. L. Soberanes, G. B. Margadant e Ismael Sanchez Bella, UNAM-FCE, México, 1994. 7 Antonio de Le6n Pinelo, fue la mano dletecha de Rodrigo Aguilar y Acutia para la realiza- cién de los Sumarios que se publicaron bajo el nombre de éste, aunque su verdadero autor hubiera sido De Leén Pinelo. : 18 Se trata del resultado de un esfuerzo monomanistico, casi sobrehumano, de De Leé: Pinelo, el cual, sin embargo, nunca pudo ver el resultado de su labor, ya que la impresién comen- 26 a hacerse finalmente veinte aflos después de su muerte en 1660. 19 Sin embargo, durante esos 45 aitos la obra, depositada en el Consejo de Indias, fue consul- tada frecuentemente por los consejeros, 29 Antonio de Leon Pinelo, Recopilacién de las Indias, ed. Ismael Sanche7 Bella, M. A. Porréa, México, 1992, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, PRIMERA PARTE 15 Asi, aunque todavia falten algunos eslabones de la cadena (sobre todo el proyec- to de Ovando y los tiltimos cinco libros del de Solérzano); el proceso de gestacién de la Recopilacién de 1680 parece bastante transparente, y bien representado por edi- ciones modernas que estan a la disposicién del ius-indianista mexicano. Por otra parte, desde México es muy dificil comparar el resultado final que en- contramos en la Recopilacién de 1680, con las disposiciones originales que aportaron sus ingredientes a las 6 447 “leyes” de la recopilacién, Para esta comparacién, que a veces produce interesantes resultados, el ius-indianista ra- dicado en Espaiia, por su cercanfa al Archivo de Indias en Sevilla, se encueng tra mucho méjor colocado. La Recopilacién de 1680 tuvo varias reimpresiones —sin alteracion— duran- te la fase novohispana (1756, 1774, 1791), y otras posteriores a ella, la tiltima de las cuales es la mexicana antes mencionada. Bajo el reinado de.Carlos III hubo un proyecto de actualizacién de la obra; pero slo pudo hacerse una revisién a fondo del primer libro (sobre las rela~ ciones entre ¢l Estado y la Iglesia indiana),?! aprobada por el rey, y que, por lo tanto, representaba el derecho vigente, pero no publicado (una curiosa situa cion, que nacié de una decisién de Carlos IV): el nuevo texto debia permane- cer en secreto burocratico hasta el momento en que se presentara ante la jus- ticia 0 la administracién un problema al que habja que aplicar alguna de las normas actualizadas. Desde luego, no es el sistema legislativo més fair que uno pudiera imaginarse, y su resultado es totalmente incompatible con el requisi- to moderno de una razonable previsibilidad de las decisiones judiciales y bu- rocraticas.22 Dentro de nuestros archivos,”3 encontramos a menudo cédulas reales, ante- riores a 1680, que no estan representadas en Ia Recopilacién, y que —siguiendo el 21 En el Homenaje al Dr. Muro Orején, 2 vols., Sevilla, 1979, se ha publicado, de mano del mismo homenajeado el Estudio general del nuevo cédigo de leyes de Indias, vol. I, pp. 5-87. 2 Sin embargo, la fenomenologia del derecho muestra més casos semejantes. Ast también la “Ley de'los Cien Articulos” de la fase ‘Tokugawa del Japén, en el siglo xvut, era derecho vigente aunque no publicado, Véase mi Bvolucién del derecho japonés, M. A. Porttia, México, 1984, 25 Por ejemplo, en los “becerros” que son cedularios manuscritos que ciertas autoridades e- tatales o eclesidsticas formaron para su administracién, en los que apuntaban las innovaciones normativas que tenjan relevancia para su actividad. El AGN tiene un ramo especial con las Cédulas Reales. 16 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. ejemplo de la terminologfa canénica medieval~ podemos calificar de “extrava- gantes” en el sentido etimol6gico de “vagando alli afuera”’y en el sentido ju- ridico de “sin lugar en alguna compilaci6n”, A menudo se trata de normas que ya no estuvieron en vigor en 1680; pero no debemos pensar que el hecho de que alguna disposicién legal expedida an- tes de esa fecha nose encuentre en la Recopilacién significa necesariamente que careciera de vigor en el momento de la promulgacién de la Recopilacién de Leyes de Indias; si no se encontraba en pugna con alguna disposicién con- signada en ésta, es muy factible que se tratara de una norma de derecho vi- gente perfectamente valida también después de 1680— aunque no hubiera encontrado su lugar en la Recopilacién. Pasemos ahora a las disposiciones indianas peninsulares, expedidas poste- riormente a 1680. Muchas de ellas destacan con claridad, formando “bloques” importantes, como son: 1) La Real Instruccién del 15 de octubre de 1754,24 que reorganiza el control so- bre la tenencia dela tierra, estableciendo, inter ala, el principio de que la ocu- paci6n de tierras en exceso de las mercedes respectivas (o sea en petjuicio de la Corona), efectuada antes de 1700 ya no seria objeto de investigacién, 2) Las diversas Ordenanzas de Intendentes, que introdujeron en las Indias la modernizacién y la realizacién de la administracién publica iniciadas en Francia bajo el gobierno del Rey Sol (reflejo del espiritu de Cartesio, aquel abuelo de la cultura francesa). Los Borbones hispanos implanta- ron este sistema gradualmente en su inmenso imperio: en las Indias, la primera rebanada de esta politica se presenté en Cuba, en 1764; luego siguieron Caracas (1776), Buenos Aires y Peri, en 1782 y 1783, y en 1786 le tocé su turno a la Nueva Espafia. Finalmente en 1803 una Or- denanza General de Intendentes vino a uniformar el sistema.25 24 Esta importante instruccién puede encontrarse en el Teatro de la legislacién universal de Bs- aria ¢ Indias, vol. V, pp. 217-225, enciclopedia de derecho formulada por Antonio Xavier Pérez L6peza fines del siglo xvmt; pero quizés mis fécilmente en Francisco de Solano, Cedulario de tie- tras, 1497-1820, UNAM, 2a. ed., 1991, Doc. 211. 25 Una nueva edicién de la Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espafia es la Real orde- nanza para el establecimiento e instruccién de intendentes de ejército y provincia en el Reino de la Nueva Espaiia 1786, con introduccién de Ricardo Rees Jones, México, UNAM, 1984. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, PRIMERA PARTE 7 3) Las normas gaditanas, Durante la guerra civil, de 1808 a 1814, la Espaiia anti- napoleénica habia situado su capital provisional en Cédiz, desde donde las Cortés, con participacién de delegados de todo el imperio espaitol, habfan venido expidiendo normas liberales, cuya coronacién hallamos en la Cons- titucién de Cadiz del 19 de marzo de 1812. Esta fue aplicada (cori algunas res- tricciones) en la Nueva Espatia, desde 1812; se eclips6 en 1814; pero fre pro- mulgada de nuevo en 1820, provocando Ia indignacién de los grupos antiliberales de la Nueva Espafta, de manera que esta nueva recepcién del li- beralismo fue un factor importante en estas tierras para la celebracién del Pacto de la Confesa y la independizacion de 1821.26 Las Actas de las Cortes de Cadiz forman una coleccién indispensable para estu- diar la gestacion de la legislacion en esta fase, Los restiltados de estas discusiones han sido publicados en la Coleccién de los Decretos y Ordenes que han expedido las Cortes Generales y Extraordinarias?? y en la Coleccion de Decretos de las Cortes28 Puera de tales conjuntos importantes, como pasas en un pastel, encontra- mos a través dle nuestros archivos disposiciones legislativas posteriores a 1680, importantes para la Nueva Espaiia. : En el Archivo de Indias se encuentran, inter alia, los famosos Libros-regis- tro en los que se han transcrito cronologicamente las normas expedidas para las Indias en general, o en particular para ciertas regiones dentro de éstas, Con base en cllos, en 1935 se publicaron en Madrid tres tomos que contienen las Disposiciones Complementarias de las Leyes de Indias, pero para el periodo que va de 1680 hasta los afios centrales del reinado. de Carlos III ya tenemos algo mis completo: Antonio Muro Orején, el gran ius-indianista de Sevilla, ha rea- lizado un auténtico trabajo de monje, peinando estos materiales, en busca de ?6 Durante varios afios esta Constitucién siguié siendo relevante en el México independiente en todo lo que no se opusiera a las instituciones de la nueva nacién: véase Manuel Ferrer Mufioz, La Constitucién de Cidiz y su aplicacién en la Nueva Espafia, México, UNAM, 1993. 27 Madrid, 1814-1820, 28 Madrid, 1820, en cinco volmenes. Como primer acercamiento a los textos de estas dispo- siciones liberalizantes resulta utilizable el primer tomo de la famosa colecci6n de Dublin y Loza- no, Legislacién Mexicana (generalmente no muy recomendable para las normas anteriores a 1821), en caso de no tener acceso a las ediciones antiguas. Las normas acerca de la materia agea~ ria se encuentran en el ya mencionado Cedulario de Tierras, de F. de Solano. 18 ‘GUILLERMO ELORIS MARGADANT 8. las disposiciones mas relevantes, y publicando luego el resultado ordenado por reinados, Porlo tanto, si las etapas de formacién del derecho indiano has- ta 1680 han sido analizadas por Juan Manzano y Manzano, sus posteriores en- miendas y afiadiduras hasta llegar a la mitad del reinado de Carlos III, han si- do localizadas, compiladas y publicadas ahora por este industrioso trabajador en la vita del derecho indiano.29 2) Categorias formales de legislacién indiana peninsular Aunque las disposiciones individuales que encontramos en la Recopilacién de 1680 son denominadas “leyes’, se utiliza alli este término en un sentido poco técnico: las verdaderas “leyes”, en el sentido de normas creadas por la colabora- cién entre la Corona y las Cortes, son raras en nuestra materia. La forma més comtin que tomaba el derecho indiano era la de Cédulas Rea- les, que se lanzaban sobre las posesiones de ultramar en avalanchas ininterrum- Pidas. Se trata de documentos cuya intitulatio es una sencilla referencia al rey 0 teina; luego la indicacién del destinatario del mensaje normativo, y una exposi- ci6n sobre la necesidad de la medida (“prefaccién”), preceden la parte medular, 0 sea la dispositiva; después en caso de necesidad, una indicacién de las penas es- tablecidas por la contravencién de la nueva norma; y finalmente encontramos la indicaci6n del lugar y de la fecha, la firma del monarca con el refrendo del secre- tario, y un sello en lacra roja. Generalmente, los miembros del Consejo de Indias o miembros de la Camara ponen sus réibricas al dorso del documento. Al lado de esta categorfa de normas encontramos las Reales Provisiones (un poco mas formales que las Cédulas Reales), Instrucciones (generalmente con atribucién dé facultades a ciertas autoridades), Ordenanzas (que suelen ser bas- tante amplias y subdivididas en capitulos; en ellas el rey usa el término de “orde- no”), Pragmiéticas (un término que indica la alta categorfa e importancia de la norma), Cartas Abiertas (consultas del Consejo enviadas al Rey y regresadas con “como parece”), y algunas otras formas, menos frecuentes.20 29 Cedulario americano del siglo xvas, Sevilla; una serie dé voltimenes iniciada en 1956. 39 En su estudio Leyes, recopilaciones y cédigos, aportacién al quinto volumen afiadido a la re- produccién facsimilar de la Recopilacién de 1680, publicada por M. A. Portia en 1987, pp. 5-21, A, Garcia-Gallo trata de aclarar la terminologia respectiva. También ayuda al respecto J. L. Sobe. ranes, Historia del sistema juridico mexicano, UNAM-I}, 1990, pp. 41-42. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO. PRIMERA PARTE 19 No Siempre son evidentes las verdaderas diferencias entre estas diversas manifestaciones legislativas de la voluntad real; la prictica de la Corte a este res- pecto, no ha sido constante a través de los siglos novohispano: 3) El casuismo tan frecuente en el derecho indiano A menudo una decision de la Corona, referente a un caso individual, podta ser usada posteriormente como una indicacién titil de cémo el rey querfa que se tesolvieran los casos semejantes, pero el texto original no siempre orientaba al burdcrata o juzgador acerca de hasta qué grado habia sido la intencién de la Corona que esta resolucién se generalizara, Ademés, en los casos en que hubiera sido obvia la idea de la Corona de que la decision debiera servir de modelo, no: siempre quedaba claro si de- bia tener este papel en las Indias en general, o s6lo en alguna parte de ellas, En los casos en-que tales decisiones figuran en la Recopilacion de 1680, es evidente que ya habia salido del molde de su original alcance individual, aun- que, como hemos visto, no todo el derecho indiano ha encontrado un lugar en aquella famosa Recopilacién. EL DERECHO INDIANO LEGISLADO, CREADO POR ORGANOS ESTABLECIDOS EN LAS'INDIAS, Otra rama de este derecho indiano en sentido estricto es formulada por autorida- des radicadas en las Indias, como son, por ejemplo, las Audiencias indianas (que expiden “Autos Acordados”), los Consulados -o sea gremios de comerciantes— (como el de México, cuyas Ordenanzas fueron aprobadas por la Corona en 1603),3! la Mesta, los Ayuntamientos y otras. Estas disposiciones necesitaban siempre de la ratificacion de una autoridad superior, a veces la Corona misma. Esta segunda rama de la legislacién indiana constituye el “derecho indiano criollo”, 31 Estas Ordenanzas estuvieron en vigor como derecho mercantil para la Nueva Bspatia has- ta 1737, cuando la Corona establecié el vigor de las Ordenanzas del Consulado de Bilbao ‘como de techo mercantil de todo el mundo hispano —un ejemplo de sustitucién de derecho indi por derecho indiano peninsular. 20 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Una categoria importante dentro del conjunto amplio y heterogéneo del derecho indiano criollo, la constituyen los Autos Acordados de las Audiencias, que, como veremos en el caso de la Audiencia virreinal de México, han sido coleccionados hasta 1786 en una publicacién (no oficial) especial. Otras dis- posiciones del derecho indiano criollo han sido expedidas pot municipios, consulados, mestas, gremios, universidades, etcétera. PRIMER COMPLEMENTO LEGISLADO DEL DERECHO EXPEDIDO PARA VALER EN LAS INDIAS: EL DERECHO:CASTELLANO Un primer conjunto de normas que debia completar el derecho indiano, lle- nando las lagunas que inevitablemente se presentaban en éste, fue el derecho castellano (por la gradual unificacion del derecho de la Peninsula Ibérica, no completada sino hasta el siglo actual, en el cual persisten algunas concesiones alos derechos regionales; a veces las nuevas normas de la Corona pudieron ya calificarse de “derecho espafiol”). El derecho castellano estuvo supletoriamente en vigor en la’ Nueva Espafia, con la réstriccién de que las innovaciones posteriores a 1614 fungian como derecho supletorio del indiano s6lo en caso de obtenerse un “pase” especial de parte del Consejo de Indias. Observemos que la Nueva Recopilacién, de 1567 ~tan importante para las Indias-, todavia se escapaba a esta restriccién, pero respecto de la Novisima Recopilacién, de 1805, que no habfa recibido este “pase” (quiz4 por un descui- do) luego surgieron dudas que provocaron una controversia acerca de su vigor, entre juristas mexicanos del siglo pasado; este tema por mucho tiempo sigtié siendo importante en el México independiente, ya que el derecho anterior a 1821 desde luego subsistié provisionalmente, hasta su reemplazo gradual por el derecho mexicano. Uno recibe la impresién de que triunfé la opinién de que esta Novisima Recopilacién, a pesar de dicho defecto formal, fue derecho vigente primero en la Nueva Espafia y luego en México; asf lo consideraron autores de peso, como Juan Nepomuceno Rodriguez de San Miguel, el cual afiade muchas disposiciones de la Novisimna Recopilacién, en calidad de “leyes vivas utiles” a sus Pandectas Hispano-Mejicanas de 1839, reimpresas en 1852 como obra para la prictica de aquella época. ‘También L.W. Orozco, quien INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, PRIMERA PARTE al menciona expresamente esta duda en su Legislacion y jurisprudencia sobre te- rrenos baldtos,*? pero opina que entre los juristas mexicanos de su tiempo exis- ti6 ya una communis opinio de que la Novisima Recopilacién, aun sin aquel “pase”, estuvo en vigor en la Nueva Espafia inicialmente, y hasta su sustitucién gra- dual, también en el México independiente. La cuestién tiene importancia, inclusive en el ambito forense moderno, en Estados Unidos. Un ejemplo sefiero serian las Instrucciones para Alealdes y Co- rregidores, del 15 de mayo de 1788; estas importantes disposiciones no habian recibido el “pase”, de manera que no podian aplicarse a las Indias; sin embar- g0, figuran en-la Novisima Recopilacién,?3 y si ésta debe considerarse vigente en las Indias, de pronto a través de ella tales instrucciones recibirfan su lugar dentro del derecho indiano. Para el investigador actual, un primer acercamiento a este derecho se en- cuentra en la famosa serie de los Cédigos Espafioles, publicada en Madrid a mediados del siglo pasado. Ademis, existen varias ediciones antiguas y modernas de Las Siete Partidas, que siempre deben consultarse en combinacién con la Glosa de Gregorio L6- pez, de 1555, generalmente afiadida al texto mismo. De la Nueva Recopilacién existen ediciones de 1581, 1592, 1598 (sin ac- tualizacin), de 1640 y 1723 (con actualizaciones, que, siendo posteriores a 1614, sdlo valian en las Indias en calidad de derecho supletorio, en caso de haber recibido el “pase”) y de 1745, 1772, 1775 y 1777 (en las cuales las nue- vas disposiciones han sido afiadidas en un tomo aparte, de los Autos Acor- dados). ‘También alrededor del derecho castellano se habfa formado una aureola de costumbres juridicas, acerca de las cuales'nos informa ocasionalmente la lite- ratura juridica castellana de aquella época. La siguiente gréfica puede ser titil para visualizar la sucesiva aparicién de los cuerpos legales que estuvieron en vigor en la Espafia visigoda y en la pos- terior Castilla. 32.2 vols., Méx., 1895; presion UNAM, 1975. 39 Libro VIL, Tit. I, L. 27. 22 ‘GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. ii @ 5 8 {10 12 \ 4 B O-{3 67 9 14 416500 600 700° 800-900 10001100 12001300 140015001600 «1700800 ARos 1. Bl Cédigo de Eurico (Codex Euricianus) aproximadamente de 476,34 con de- recho visigodo que debia ser aplicado a los visigodos, pero no a los ex r0- manos y demas habitantes de aquel reino. Fue s6lo parcialmente conoci- do,35y nunca mencionado en la préctica judicial de las Indias, 2. BI Breviario de Alarico (Lex romana visigothorum) de 506. Derecho vulgar romano codificado, para aplicacién a ex romanos que vivieron en el reino visigodo; este texto ha quedado a nuestra disposicién, pero nunca fue men- cionado en la practica judicial de las Indias. 3. El Fuero Juzgo o Liber Judiciorum, con varias versiones, de entre 654'y 694, posiblemente ya de aplicacién territorial en el estado visigodo. Conocemos este texto por diversos manuscritos; en las antiguas bibliotecas mexicanas encontramos a veces ediciones renacentistas, comentadas, de esta obra; pe- ro no hay constancia de su uso en estas tierras, fuera del ambito de la curio- sidad intelectual. El Fuero Viejo fue un derecho feudal, creado en varias capas dentro de la Re- conquista aproximadamente desde el comienzo del segundo milenio. No me consta que este texto haya figurado en antiguas bibliotecas novohispa- nas o que la practica administrativa o judicial indianas jamés se hayan re- ' ferido a él. El Fuero Real, formado entre 1252 y 1255; un derecho impuesto por Alfon- so el Sabio a varias localidades, en sustitucién de sus fueros locales, hasta que fe 34 Afio de la dispersi6n del antiguo Imperio Romano de Occidente entre diversas monarquias } germanicas, 35 Conocemos su texto a través de un amplio fragmento que sobrevive, y a causa de la hip6- | tesis de que en el posterior Fuero Juzgo las disposiciones marcadas con “a’ en algunos manuscri- tos tienen su origen en aquel antiguo cédigo visigodo. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. PRIMERA PARTE 23 el oscurecimiento del firmamento politico y militar lo obligé a ceder a la presin de los concejos de las villas, para que abandonara su politica de unificaci6n legislativa y permitiera un regreso a los antériores sistemas ju- ridicos locales, los “forales”. Sin embaigo, los jueces de la Corte siguieron aplicando el Fuero Real a casos de su competencia. Conocemos algunos ca- sos de su aplicacién en la Nueva Espatia e inclusive en el México indepen- diente. 6. Las Siete Partidas, obra romanista ~reflejo de la escucla de los posglosado- res en el ambiente de la corte castellana, redactada a mediados del siglo XILL, ¥ Cuyo texto finalmente cuajé al comienzo del xtv. Probablemente al principio no fue una obra de derecho positivo, pero en el Ordenamiento de Alcald de 1348, las Siete Partidas obtuvicron el rango de derecho supletorio, después del derecho real y de los fueros locales. Esta obra es frecuentemente citada en los expedientes forenses de la Nueva Es- pafia ~inclusive a veces, cuando en el derecho indiano se encontraban so- luciones contrarias a ella~.36 En las antiguas bibliotecas la encontramos en relativa abundancia, generalmente junto con el comentario que Gregorio Lépex (1496-1560) publicé en 1555, en la edicion salamantina de esta obra. 7. Bl Ordenamiento de Alcalé, de 1348, en el cual encontramos (libro 28) la or- den de prelacion de los diversos textos de derecho castellano. 8. La Recopilacién de Diaz de Montalvo, de 1484, una coleccién sistematizada de derecho monarquico castellano, que solfa encontrarse en las bibliotecas y librerias novohispanas.37 9. Las 83 Leyes de Toro, de 1505, que pueden considerarse como enmiendas a Ja Recopilacién de 1484, con, ademas, una reconfirmacién de la prelacién formulada en el Ordenamiento de Alcald. Comentarios a esta legislacién (sobre todo el de Antonio Gémez) se encuentran con cierta frecuencia en nuestras bibliotecas de origen novohispano, de manera que su incidental teflejo en la practica forense novohispana es muy probable. 10. La Nueva Recopilacién, de 1567. Este texto, conocido en varias ediciones, en parte actualizadas, y que fue dcompatiado por diversos comentarios, es- 36 Véasé mi ensayo “Las aguas del substtelo en el derecho iindiano”, Anuario Mexicano de His toria del Derecho, [V-1992, 1l)-uNaM, 1993, pp. 239-258. 37 J. Barrientos Grandén, La cultura juridica en la Nueva Esparta, México, 11}- UNAM, 1993, pp. 149 y 150, 24 . GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, tuvo muy presente en las bibliotecas de la fase novohispana. La practica ju- ridica de esta fase, cuatido tuvo que recurrir al derecho castellatio, se referfa sobre todo a las Siete Partidas y a esta Nueva Recopilacién. 11. La Ordenartza del Corisulado de Bilbao, de aplicacion generalizada en el muti- do hispano, desde 1737, muy conocida y usada en materia mercantil no- vohispana (a la cual, entre 1603 y 1737 las Ordenanzas del Consulado de » México habian sido aplicables). 12. La Novisimna Recopilacion de 1805, bieti conocida y usada ett la Nueva Es- Pafia, aunque como ya dijitmos, le faltaba el “pase”. 13. La liberal legislacién gaditana (de 1810 a 1814, y a partir de 1820), conocida y aplicada en la Nueva Espaiia, salvo durante el intervalo de 1814 a 1820. 14, La Constituci6n de Cédiz (1812), aplicada a la Nueva Espafia, aunque cont ciertas prudentes moderaciones: durante su primera’ vigericia, de {812 4 1814. Como ya dijimios, después de su nueva pronmulgacién ett 1820 que- daba en vigor, inclusive después de consumarse la independencia, para-al- gunos temas en los que sw aplicacién no se contraporiia con el derechio de Ja mueva niacién.- SEGUNDO COMPEEMENTO DBI, DERECHO INDIANO LEGISLADO: LAS NORMAS CANONIGAS EXPEDIDAS PARA: LA IGLESIA EN GENERAL Y LAS QUE FUERON CREADAS PARA VAEER ESPECIPICAMENTE EN EL MUNDO! HISPANG: Desde ell punto de vista de'las Indias, este derecho canénico legislado, positi- vo; se compone’ de cuatro ramas: a) BI derecho canénico general, ccuménico, representado por muchos tex- tos, sobre todo el Corpus Iuris Canonici de 1500 (cuya edicion, nity me- jorada, de 1582 es la base de posteriores reimpresiones), y las: notmas emanadas det largo ¢ importante Coneilio de Trento’ (1545-1563), pero también por muchas otras nornias posteriores, publicadas finalmente en’ la enorme colecciém cronolégica: del Bullarium, pero nunca insertadas en; por ejemplo; ef Corpus Turis Canonici, que’ seguia siendo: publicado’ sin actualizaciones. INTRODUCCION Al, DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, PRIMERA PARTE 25 b) El derecho canénico general para el mundo hispano, al cual pertenece aquel conjunto complejo de normas que conocemos por la denominacién gene- tal de Real Patronato Espaitol, y para el cual los Concordatos entre Espafia y Ja Santa Sede, como el de 1753, han sido importantes. ¢) Bl derecho para la Iglesia en las Indias, que en cuanto se refiere al periodo indiano inicial se encuentra compilado en el Bullarium Indicum de Tobar, de fines del siglo xvu (con las bulas hasta las de Urbanus VIII) del que existe una reciente reimpresién,38 Las bases de este derecho, que han sido fijadas en los diversos concilios (no los sinodos) pueden consultarse en la Coleccién de ctinones de toclos los concilios de la Iglesia de Espaiia y América.39 Observemos, al respecto, que existié desde 1508 un Real Patronato espe- cial para las Indias, a menudo de un regalismo todavia mds acentuado que el del Real Patronato general para Espafia, como explicarfan Frasso, detallada- mente en su De regio patronato Indiarum, Madrid, 1775; y ¢l jurista poblano Antonio Joaquin Rivadeneyra y Barrientos (1710-1772) en su Manual com- pendio del regio patronato indiano,* de tono muy regalista, Madrid, 1775.41 d) Ademés existié el derecho canénico especial para las grandes subdivisiones de las Indias, como el Perti, o la Nueva Espafia, creado por concilios con- vocados por los virreyes, y cuyos resultados, en virtud del Real Patronato, debian ser autorizados por la Corona, después de lo cual la Santa Sede da- ria su aprobacién. Esta aprobacién, empero, na fue atorgada a las resulta~ dos del IV Concilio Mexicano, de 1771 -lo que na ha sido necesariamente un impedimento para ciertos efectos practicos de sus,decretos; en aquella €poca, de un yigoroso “regalismo’, los prelados, cuya carrera estuvo mas bien en manos de la Corona que en las del Vaticano, estuvieron inclinados a tomar en serio el resultado de aquel Concilio, que, sin la ratificacién de la Santa Sede, se habia quedado cojo. 38 Sevilla, 1954; ec, M, Gutiérrez. de Arce, 39 -Hditada por J. Tejada y Ramiro, Madrid, obra de varios volimenes publicada entre 1859 y 1861. A 40 Rxiste una nueva edicién de esta obra, cuidada por J. L. Soberanes, Porrtia, 1993. 41 En México, el regio patronato indiano dio lugar a dudas en cuanto a su subsistencia después de 1821, La cuestin nunca fue atacada frontalmente por las autoridades estatales o eclesidsticas has- ta que'las Leyes de Reforma, de Judrez, colocaran toda esta materia en una nueva perspectiva, Vease Garcia Gutiérrez, Apuntes para la historia del origen y desenvolvimiento del Regio Patronato Indiano, hasta 1857, México, 1941, ' BIREIOT"CA RUIS WONZALEZ EL COLEGIO DE MICHGACAN &# INSTITUCION Seecre| Colarak Introducci6n al derecho indiano y novohispano. Primera parte, se terminé de imprimir en mayo de 2000 en los talleres de Fl Colegio de México, Camino al Ajusco 20, Pedregal de Santa ‘Teresa, 10740 México, D.B. Disefio y formaci6n: Ezequiel de la Rosa M. Bl cuidado de edici6n estuvo a cargo de Ismael Segura H. del Departamento de Publicaciones Se tiraron 300 ejemplares mas sobrantes para reposicién. LECCIOME& LR Bedd eh € COLEGIO DE MIGHOACAM, ac, G2 et “Sy Guillermo Floris Margadant S. Introduccién al derecho ‘indiano y novohispano Segunda parte Del derecho indiano al derecho novohispano a : | ERE LIF ZED, | i : ; 18 e ; Y R-i FWEICOMISO HISTORIA DE LAS AMERICAS EL COLEGIO DE MEXICO CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS Lecciones de Historia 8 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO SEGUNDA PARTE DEL DERECHO INDIANO AL DERECHO NOVOHISPANO BIBLIOTECA LUIS GONZALEZ EL COLEGIO DE MIGHOACAN, A.C. fi EL COLEGIO DE MEXICO FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMERICAS 133689 349.8 M327in Margadant Spanjaerdt, Guillermo Floris Introduccién al derecho indiano y novohispano / Guillermo i Floris Margadant $.-- México : El Colegio de México, Centro de INTENTO DE ACLARAR EL CONCEPTO : Estudios Histéricos : Fideicomiso Historia de las Américas, 2000. : DE “DERECHO NOVOHISPANO” 3 v.; 21cm. -- (Lecciones de historia ; 7-9) Contenido: v.1. derecho indiano legislado -- v, 2. Del dere- cho indiano al derecho novohispano -- y. 3. Evolucién de la inves- LIMITES.CRONOLOGICOS DEI. CONCEPTO DE tigacién del derecho indiano. ‘DERECHO NOVOHISPANO” ISBN 968-12-098 1-8 (v.1) D ebemos iniciar la investigacion de cualquier tema juridico novohis- ISBN 968-12-0982-6 (v.2) pano mediante una mirada hacia el preludio caribe de la conquista ISBN 968-12-0983-4 (v.3) castellana, durante el cual nacieron.mitchas instituciones que luego ten- L. Derecho--Espafia--Colonias--América, 2. Indios--Leyes y | ejemplo: la politica de congregacién de los indios, la encomienda, la dis- legislacién. 3, Indios de México--Leyes y legislacion | tribucién de la tierra, el sistema de repartimiento laboral, la proteccién labo- | ral de los indios, la esclavitud negra, y el tributo de indios. Luego, la fase novohispana propiamente dicha se extendié de 1521, cuando Cortés tomé . el poder en Tenochtitlan, hasta 182] cuando bajo Iturbide se consumé la Portada de Bzequiel de la Rosa M. independencia. — ~ Pero no termina allf la fase de vigencia del derecho novohispano. Es ver- dad que ya es un derecho petrificado, sin posibilidades de evolucién dis- tintas de las ofrecidas por una interpretacién judicial, pero ain asi, el derecho novohispano segufa desempefando un papel importante durante la fase del México independiente, encontrandose sdlo gradualmente susti- Primera edicién, 2000 D.R. © El Colegio de México Camino al Ajusco.20 :.4, , fo tuido por disposiciones expedidas por la nueva nacién. Pedregal de Santa Teresa Ya he apuntado que a mediados del siglo pasado, Juan Nepomuceno 10740 México, DE Rodriguez de San Miguel, en sus Pandectas Hispano-Mejicanas pudo llenar cerca de 3 000 paginas con las norms del derecho indiano (en sentido ISBN 968-12-0982-6 (v.2) amplio) que habfan quedado en vigor en aquel entonces. Impreso en México/ Printed in Mexico 8 GUILLERMO FLORIS MARGADANTS. DELIMITACION ESPACIAL DEL DERECHO. NOVOHISPANO, 1. Una terminologia imprecisa Desde 1518 surge el término de la “Nueva Espafia” para la Mesoamérica his- pana, cuando dentro del Consejo de Castilla (que antes de Ja creacién del Consejo de Indias! se ocupé del Nuevo Mundo) se abrié un libro-registro con este nombre, para las normas expedidas para estas tierras, o'sea para todo el territorio pacificado desde el eje Veracruz-Tenochtitlan, Luego encontramos que se usaba el término de la “Nueva Espafia” de diver- sas maneras: a) Veamos primero su uso en un sentido sumamente generoso: en 1535, cuando se establecié el “Virreinato de la Nueva Espaiia”, éste tuvo una inmensa extensién, desde las Filipinas hasta el limite oriental de las is- las caribes, y desde el territorio de la Audiencia de Guatemala, hasta donde alcanzaba el poder espaiiol eficaz, en el norte de este continen- te; pero no se trata de un término claramente definido en nuestras fuentes. b) Pasemos ahora al otro extremo: usando el término en su extension minima, se habla del “Reino” (en este caso no “Virreinato”) “de la Nueva Espafia” designando asf la parte esencial, del territorio que se habia hispanizado en las primeras generaciones: un tertitorio cuali- tativamente muy importante dentro del mencionado Virreinato, pero también de enorme extensién, ya que —con la ciudad de México en el centro~ se extendia de mar a mar, comprendiendo Acapulco pero también Veracruz.” Hacia el norte se encontraba limitado por la Nue- | Para la historia de este importante Consejo, véase E, Schaeffer, El Consejo Real y Supremo de Indias, 2 vols., Sevilla, 1935-1947, ? Bn Veracruz encontramos tun Alcalde Mayor, que en el siglo xvi ericontramos mencionado como Corregidor (norhbrado desde Espaia). Al final de dicho siglo este funcionario maximo de la ‘Tierra Firme se hace llamar “Gobernador” y que en 1786 recibe el titulo de intendente. Peter: Gerhard, Geografia histérica de la Nueva Espaita, 1519-1821, trad., UNAM, 1986, p. 270, INTRODUCCION AL PERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. SEGUNDA PARTE 9 va Galicia y el Reino del Nuevo Santander, y hacia el sur por la Antequera, tuna provincia sisi generis, gobernada por un alcalde mayor (corregidor des- de 1677) de gran independencia.3 Mas tarde vemos este Reino como la Intendencia de México (ya se- parado del Golfo por la Intendencia de Veracruz), y esta Intendencia; a su vez, en tiempos de la independencia dio lugar al extenso Estado de México. De esta entidad el actual Estado de México es el modesto residuo, después de amputarle el Distrito Federal, Morelos, Hidalgo, Guerrero, Puebla, Tlaxcala y Querétaro. c) Veamos ahora un contenido territorial intermedio en que se ha usa- do esta denominacién: entre aquella acepcién maxima del coricep- to de “Nueva Espafia” (incluyendo las Filipinas y el Caribe) y la acepcién minima, encontramos el uso del término de la “Nueva Es- pafa” para todo el tetritorio sujeto a la jurisdiccién de la Audien- cia (vitreinal) de México, una extensién que no era tinicamente aquel Reino de la Nueva’ Espafia que acabamos de ver, sino que también comprendfa hacia el sur la Antequera y Yucatan, y hacia el norte los Reinos de Nueva Santander, de Nuevo Leon, Coahuila, Texas y la provinicia de Nuevo México: ; Por 'lo tanto, se exclufa de este concepto de la Nueva Espafia todo lo co- espondiente ala Audiencia de la Nueva Galicia’ (establecida en Guadala- jara desde 1540 y desde 1574 ya no supeditada a apelaciones ante la de México),> una Audiencia que extendia su jurisdiccién en Nueva Galicia, Nombre de Dios, Nayarit (0 sea el Nuevo Reino de Toledo), Nueva Vizca- ya (Durango), Sinaloa (Ja Provincia de San Felipe y Santiago de Sinaloa), 3 Para la compleja historia gubernativa de Antequera, véase Peter Gerhard, Geograffa histori- «a de la Nueva Espafia, 1519-1821, trad., uNam, 1986, pp. 50-51-Con el sistema de Intendencias que alcanz6 Antequera en 1787, esta histor en aguas més tranquilas, cuando se forma la Intendencia que tiene aproximadamente los limites del actual estado de Oaxaca, 4Y, desde luego, las Filipinas y las islas caribes, que también tuvieron sus propias Audiencias, 5 Para la primera fase de esta Audiencia, véase J. H. Parry, The Audiencia of Nueva Galicia in the 416th Century, Cambridge, 1948, © Una regi6n en el actual limite de Durango con Zacatecas. Véase Peter Gerhard,-Geografia historica de la Nueva Espaia, 1519-1821, uet-UNAM, 1986, pp. 209-211. 10 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, y finalmente las Californias (ademas de unas zonas en el extremo occiden- te del Reino de la Nueva Espaiia, lo cual todavia aumenta la confusién).7 d) Ademés, desde el punto de vista eclesiastico la “Nueva Espafia” tuvo todavia otra delimitaci6n.8 Por lo tanto, de ningtn modo podemos considerar la “Nueva Espafia” co- mo un concepto nitidamente definido, cosa extrafia, ya que algunas disposi ciones del derecho indiano peninsular se limitan a la “Nueva Espafia’, y en virtud de la enorme importancia econémica de algunas de estas normas (como las que se refieren a la duracién de las encomiendas)? el uso de un término aparentemente tan mal definido en una legislacién de tanta relevancia parece enigmatico. 2. ;Cémo conviene usar la denomninacién de la Neieva Espana en el ius-indianismo moderno? Obviamente, el virrey de la Nueva Espafia era uno de los dos (mas tarde cua- tro)! virreyes de las Indias. Bl territorio donde ejercfa su poder eficazmente se encontraba circundado por regiones (el Istmo, el Caribe y, a distancia, las Filipinas) que estuvieron sometidas a otros altos funcionarios, no con el titu- lo sonante de un virrey, pero de todos modos, en muchos aspectos semejan- 7 Uno ve que no todo el norte de Mesoamérica correspondia a la Audiencia establecida en Guadalajara, ya que Nuevo Leén, Coahuila, Texas y Nuevo México estuvieron sujetos.a la Audien- cia de la Ciudad de México, o sea la Audiencia Virreinal, a pesar de que ésta se encontraba mas remota de muchos de estos territorios que la segunda Audiencia. Sin embargo, he visto en el ar- chivo de la Audiencia de la Nueva Galicia algunos casos de Nuevo México, de manera que pare- ce que algunos casos que formalmente hubieran correspondido a Ja Audiencia de la Ciudad de ‘México, encontraron su camino hacia la més cercana Audiencia en Guadalajara, 8 Vease Peter Gerhard, Geografia histérica de la Nueva Espaiia, 1519-1821, trad, \H-UNAM 1986, pp. 17-22. RI, VLVL.14 & 15. 10 En 1717 se afiadié el virreinato de la Nueva Granada, y en 1776 el del Rio de ta Plata (pre- cisamente cuando en la Nueva Espatia se comenz6 a hacer un desgajamiento del virreinato me creacién de la Comandancia de las Provincias interiores; en aquellos afios existié tambien el proyecto del Conde de Aranda de reorganizar las Indias en tres reinos auténomos, de México, Pent y de Costa Firme) INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. SEGUNDA PARTE. ri tes a unos virreyezuelos!! (como los Capitanes Generales del Istmo), y gozan- do de un contacto directo con la Corte peninsular. Aunque ciertos textos su- gieren que protocolariamente, estos territorios vecinos debian considerarse como parte de la Nueva Espafia, y aunque los excedentes fiscales de la Nueva Espafia se hayan utilizado para llenar los huecos eni los presupuestos de las Ei ipinas, del Istmo o del Caribe, parece mas realista no extender, en nuestro len- Buaje académico, el concepto de la Nueva Espafia hacia aquellas regiones. Por otra parte, no quisiera seguir a Peter Gerhard, cuando este autor, en su famosa obral? reduce el concepto de “Nueva Espafia” més alla de lo que corres- ponde a nuestras investigaciones novohispanas, mediante dos exclusiones drasticas: a) No se ocupa de la Nueva Galicia. b) También excluye regiones periféricas del sur y norte, que si correspondie- ton a la jurisdiccién de la Audiencia Virreinal, como Yucatan, Nuevo San- tander,! Nuevo Leén, Nueva Vizcaya,!4 Coahuila-Texas, Nuevo México, las Californias, Sinaloa, Luisiana y Florida. Reconozcamos, por otra parte que, si jiidicialmente estas importantes regiones estuvieron sujetas a la Audien- cia virreinal, administrativamente hablando gozaban de gran independencia respecto del poder virreinal.!5 No; en vez'de hablar del “derecho colonial mexicano” (termi inologta criti- cada, con raz6n, por Ricardo Levene!6 y muchos otros), o del “derecho virrei- nal” (el virreinato sdlo comenz6, en estas tierras, eh 1535, de manera que este término dejarfa un hueco de 1521 a 1535), creo que los ius-indianistas pode- mos seguir utilizando el término de “derecho novohispano” para el derecho de "" Desde el punto de vista pragmatico su principal diferencia con un verdadero “virrey” era remuneracién de tales gobernadores y capitanes, que era considerablemente més baja que la de un virrey, : 2 Mencionada en notas anteriores. 13-Lamaulipas. '4 Durango, ‘© La obra de Gerhard se completa en parte por lade A. Mota y Escobar, Descripeién Geogrd- Jica de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo Ledn, México, 194 "8 Las Indias no eran colonias, Ed. Austral, ntim, 1060, 3a. ed., 1973. 12 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, todo el territorio sujeto a las dos Audiencias la de México y la de Nueva Gali. cia, hasta llegar a los limites de la jurisdiccién de la Audiencia de los Confines (Guatemala), la de Filipinas y la de Santo Domingo, de manera que s6lo co- mo puntos de referencia para una comparacién entran en el estudio de este “derecho novohispano’, el derecho de Guatemala, del Garibe y de las Filipinas. Reconozco que, aun en caso de aceptar esa terminologia, quedan todavia algunos problemas. Por ejemplo, a la luz de lo que acabamos de decir, Chia- pas debe considerarse probablemente como una regin que, como parte de las Indias en sus aspectos juridicos ~y a pesar de su posterior incorporacién a la Reptiblica Mexicana, correspondia mas bien al derecho indiano del Isttno que a la historia juridica de la Nueva Espafia: estuvo ligado a la Audiencia de Guatemala, caracterizado por otro ambiente religioso-indigena, con un sin- cretismo més tenaz, ademas de no quedarse afectado directamente por los con- cilios mexicanos. 3. Excursus. 2A fines de la fase novohispana, esta “Nueva Espafia” estuvo a punto de ser dividida? El enorme territorio de la Nueva Espafia, definida como ‘he sugerido antes, contiene muchos subterritorios de clima, economia, ambiente étnico, y “feel- ing” general distintos entre ellos, y es normal que el derecho, legislado 0 consue- tudinario, refleje tal-diversidad. Ya inmediatamente los Autos Acordados (actos legislativos) de las dos Audiencias constituyen series distintas, y encoritramos muchas normas legisladas para regiones especiales, como las Californias. Es especialmente notable una diferenciacién entre las partes de la Nueva Espafia que yan hacia “tierra adentro” -el norte, y la zona que ya desde las primeras generaciones del descubrimiento habia estado en contacto con la ci- vilizacion hispana. Desde finales del siglo xvi, uno podfa llevar una vida rela~ tivamente pacifica en la zona central de la Nueva Espafia, pero en el norte, uno por lo general necesitaba durante el trabajo un rifle cargado al lado del arado, lo cual atrafa a otra clase de colonos, luego adiestrados en otra forma de exis- tencia social. Las mercedes gratuitas de tierra todavia podian conseguirse en el norte, cuando en el centro dé la Nueva Espafia la Corona ya tenia la costumbre de vender la tierra o de darla en arrendamiento o enfiteusis, y para nuevos INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, SEGUNDA PARTE. 13 asentamientos de indios, “el fundo legal” que la Corona solia otorgar en el norte era mds amplio.!7 El ambiente general tan distinto, de las tierras septentrionales dio lugar a una nueva idea que desde mediados del siglo xvitt hasta quiza la época de la independencia mexicana vivia obviamente como futura posibilidad en la mente de varios de los organizadores del imperio hispano: la de crear con el norte de la Nueva Espafia otro virreinato. Sin embargo, aunque uno puede obseryar, varios pasos hacia esta meta, el resultado final nunca logré plasmarse en la realidad politico-admii trativa indiana. Ya desde 1760 se notan proyectos de crear en.el norte de la Nueva Bspatia otro virreinato, con su capital en Durango: el “Virreinato de la Nueva Vizca- ya’, y liego podemos interpretar como un gradual acercamiento a esta meta el istema, inicial de la comandancia de las provincias internas, con gran inde- pendencia del virrey novohispaio, Pero después observamos un alejamienta de la meta cuando se transformé esta mega comandancia en dos ¢ inclusive tres comandancias con mayor dependencia del virrey de México. Esta nerviosa politica ~un zigzagueo de terremotos politico-administrati- vos, que no recibieron el tiempo necesario para que la realidad se ajustara a las nuevas normas~ comenzé cuando, en 1776, el.norte fue colocado en manos de un sobrino del virrey, Teodoro de Croix, tan capaz como su tfo;en calidad de Comandante General de las “Provincias internas”, directamente conectado con la Corte peninsular, y con gran autonomia del virrey novohispano.. Bs interesante que en aquel mismo aio de 1776, también Venezuela, Chile y Argentina recibieran una acentuada personalidad propia dentro del marco ge- neral de las Indias. Sin embargo, como ya dijimos, esta politica dentro.de la ma- croestructura de las Indias hispanas. no ha sido sistematica 0 constante: ya pronto se sentfa el acercamiento de una reorganizacién fundamental de estas tierras en un sentido muy distinto, bajo aquel sistema de intendentes que !lega- ria a la Nueva Espafia diez afios después, en 1786. Asi, el virrey novohispano recuperé su influencia sobre el norte cuando en 1785 la nueva comandancia fue subdividida en tres, e inmediatamente después la Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espaiia (1786) redujo a lo militar la autoridad que les quedaba 17 Véase Francisco de Solano, Cedulario de Tierras, 2a. ed., México, UNAM, 1991, pp. 84-86. 14 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, a los tres comandantes. Pero ya en 1787, desde la distribuci6n del norte entre tres comandancias se pas6 a una divisién en dos, en las cuales el virrey con- serv6 Jas facultades otorgadas en 1785, de manera que con-estos cambios de 1785 a 1787 nos alejamos de la posibilidad de un segundo virreinato en estas tierras. Sin embargo, el zigzagueo continud, y cinco afios después, en 1792, se regre- 86 al sistema original de 1776, mengudndose la autoridad del virrey novohis- pano en el norte, con lo cual crecié de nuevo la posibilidad de un nuevo virreinato; pero esta nueva situacién sdlo duré ocho afios, y en 1804 se im- planté otra vez el sistema anterior de las dos comandancias expuestas a una amplia injerencia del virrey. ‘Total, un nervioso ritmo de disminucién y aumento de facultades del virrey en la parte septentrional de la Nueva Espafia, que parece indicar que la inten- cién de la Corona de excluir estos territorios del virreinato de la “Nueva Espa- fia’, para crear con ellos uno nuevo, no ha sido muy firme, y en la gran aventura gaditana, de 1808 a 1814, la Nueva Espafia figura todavia como una sola entidad que en una sola “Provincia de la Nueva Espafia” comprendi6, ademas del centro y del sureste, todo el norte. Es siempre ocioso jugar con fantastas de cémo se hubiera desarrollado la realidad, si ciertos hechos no habrfan o hubieran ocurrido de otra forma, pe- ro es dificil no entretenerse un momento con la idea de la forma, tan diferen- te en que se habria desarrollado la historia de México y Estados Unidos en caso de que el gobierno peninsular s¢ hubiera decidido a crear un nuevo vi- rreinato con el norte de México, que desde tantos puntos de vista sigue sien- do tan diferente del México que contemplamios desde la capital, y que hubiera servido de buffer state hacia el mundo de los anglos. PERIODIZACION DEL DERECHO NOVOHISPANO Por lo que al derecho se refiere, el largo periodo novohispano tiene una es- tructura bastante clara. PRIMERA SUBEASE, 1492-1600 Desde el preludio caribe hasta finales del siglo xvi encontramos un ambiente de trial and error, y luego vemos cémo cuajan las soluciones fundamentales bajo el régimen del meticuloso Felipe 1. Un factor metajutidico, dé gran im- portancia para ciertos temas del derecho, es la tremenda disminucién de la poblacién indigena novohispana, entre 1521 y aproximadamente 1630, a cau- sa —sobre todo- de varias epidemias que afectaron al indio en forma especial (entre las diversas oleadas de cocolixtle, matlazdhuatl, etcétera, destaca por su violencia la de 1573-1576). Para el historiador del derecho, evidentemente, es- ta fase, con todos sus cambios, experimentos, criticas, sugerencias y reflejos de diversas ideologias, ofrece un material fascinador y abundante, que podria ali- mentar toda una vida de especializacién. SEGUNDA SUBFASE: BL SIGLO XVII BI siglo xvut en la Nueva Espafia queda caracterizado por un tranquilo desarro- llo econémico, en que la agricultura toma el lugar que inicialmente habfa ocu- pado la minerfa, y la poblacién indigena, después de su tremenda caida inicial, causada por las epidemias, se encamina hacia una gradual recuperacién, des- de los afios treinta de aquel siglo. 16 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Es verdad que Woodrow Borah califica esta fase como “el siglo de la depre- sién en Nueva Espafia’,!8 pero él concentra su atencidn sobre todo en la mine- ria —indudablemente deprimida en aquel siglo— y en el descenso de la curva poblacional indigena (que, de imanera precisa, al comienzo de aquel siglo vuel- ve a encontrar un equilibrio para ascender en forma gradual a partir de 1630) Efectivamente, este llamativo descenso ha tenido varias repercusiones en la productividad del tributo y en la escasez de la mano de obra para’ varios fines productivos. Adems, el dramatico descenso de la poblacion indigena facilitaba el traspaso de tierras de los indios hacia la economia de los colo- nos, y el crecimiento de las haciendas. Pero estos efectos se han presentado fundamentalmente durante la fase anterior, y la gradual recuperacion de la curva poblacional indfgena desde el segundo tercio de este siglo ha contri- buido al crecimiento general de la prosperidad novohispana. La poca fre- cuencia de rebeliones indfgenas durante aquel siglo parece indicar que la paulatina mejora de la economfa no se haya limitado al mundo de los ha- cendados blancos, y las dos famosas rebeliones indigenas de esta segunda fa: se, una al comienzo y otra al final, parecen haber encontrado su origen mas bien en el deseo del indio de defender su idiosincrasia que en desesperantes condiciones de pobreza. TERCERA SUBFASE: 1700-1808 El siglo xvi y los primeros ocho aiios del xix, bajo el signo de los Borbones, muestra en la Nueva Espaiia una recuperacién de la minerfa (que al final lle- v6 hacia una reforma de su legislacién); una gradual liquidacién del mercan- tilismo de los Austrias (con la paulatina concesién de la libertad del comercio); un intento de racionalizar la macroestructura de la Nueva Espaiia, con una evo- luci6n, luego frenada, hacia la independencia del norte respecto del centro, co- mo acabamos de ver; y otro intento —no siempre compatible con la politica que acabamos de sefialar~ de racionalizar la administracién ptiblica, en forma de la Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espafia (1786) y luego en forma de 18-Titulo de un librito de la serie SepSetentas, 1975. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, SEGUNDA PARTE 7 una Ordenanza General de Intendentes para las Indias (1803). Ademés, co- mienza la liberacién del comercio con la Nueva Espafia, la modernizacién de la legislaci6n minera, y la gran reforma militar, desencadeiada por el susto que este virreinato recibié durante la Guerra de los Siete Afios, cuan- do de pronto los ingleses ocuparon La Habana, frente a Veracruz, desde donde un ejército invasor podfa aprovechar la tinica gran carretera de la Nueva Espafia para alcanzar la capital, y cuando resultaba, durante los me- ses criticos, que la milicia novohispana no representaba mucho mas que una “aldea de Potemkin”. En sus mejores momentos, un loable ambiente de Despotismo Ilus trado inspiraba estos cambios, y es llamativa la labor producida por aquella famosa mancuerna: el visitador José de Galvez y el virrey De Croix.!9 Este siglo xvii, tan atractivo y relativamente tranquilo,2 termina con tres sacudimientos fuertes, de procedencia externa: 1) la independizacién de’la mayorfa de las colonias briténicas en América, 2) la Revoluci6n francesa y ~en otro orden’de realidades-, 3) la Revolucién Industrial, fendmeno tan inglés. Podemos decir que, ya fuera de la fase novohispana, el ajuste a las ideas del primero de estos eventos (que influyé en 1821-1824), al segun- do (que se incorporé en México, sobre todo, durante el periodo de la Re- forma) y a las oportunidades ofrecidas por el tercero (durante la fase del porfiriato) constituye la triple tarea del México independiente durante el iglo subsecuente. '9 Una atmésfera de gobierno tan bellamente ilustrada por la frase de Federico el Grande: “Yodo en beneficio del pueblo; nada con intervencién del pueblo” o, menos claro a causa de ambivalencia del prep6sito “por” en castellano, pero més cercano a la original formulacién: “to- do para el pueblo, nada por el pueblo”. Més pintoresca es su opinién de que “a la miserable ple- be, siempre hay que arrastrarla por sus narices hacia su propia felicidad 20 A pesar de la guerra intra-europea sobre la sucesiGn espaiiola, de 1702 a 1712, y la guerra de los siete afios, a mitad del siglo, que marca e! descenso de Francia y el ascenso de Inglaterra (junto con el de Prusia) 18 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. CUARTA SUBFASE: 1808-1821 De todos modos, todavia durante las tiltimas décadas novohispanas, el impac- to de las revoluciones norteamericana y francesa ya causé aqui un ambiente de zozobra que finalmente Ilevd hacia la independizacién de 1821 y que, an- tes, habia dado su ambiente especial a la dltima subfase novohispana, la de 1808-1821, cuando acontecimientos en la Peninsula habfan provocado, des- de 1808, una atmédsfera revuelta en estas tierras. Dentro de esta cuarta subfase podemos distinguir entre: 1) los afios de 1808 a 1814, con, entre otros aspectos, el importante expe- rimento de la liberalizacién gaditana del derecho indiano y novohispa- no, 1808-1814, un experimento en cuyo centro se encuentra la Constitucién de Cadiz, de 1812, aplicada (con ciertas restricciones) en la Nueva Espafia, revocada en 1814, pero reimplantada en 1820; 2) los afios de 1814 a 1820, con una fuerte reaccién contra el liberalismo gaditano, y 3) los ultimos afios novohispanos, del comienzo de 1820 hasta septiembre de 1821, con el regreso del liberalismo a Espafia, y la renovada imposi- cién a la Nueva Espatia de medidas inspiradas en esta ideologfa, la cual contribuy6 a provocar en parte de la élite criolla, militar y clerical, una corriente a favor de la independizacién. FUENTES EXCLUSIVAS DEL DERECHO NOVOHISPANO DERECHO INDIANO PENINSULAR EXPEDIDO ESPECIFICAMENTE PARA LA NUEVA ESPANA Un, buen ejemplo al respecto es la Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espafia, de 1786.2! El sistema de las intendencias, intento de aerodinamizar Ja administracién publica, tuvo su origen en la Francia del Rey Sol, y a tra- vés del contacto intimo que guardaron los reyes borbénicos entre sf, en cuanto a las experiencias gubernativas, Espafia, una vez borbonica, hizo un experimento semejante, primero en la Peninsula, y luego, region por region, en las posesiones de ultramar, En 1786 le tocé su respectivo turno a la Nueva Espafi para la cual se promulg6 la importante Ordenanz’ (reimpresa en 1984).22 Desgraciada- mente este complejo c6digo no fue puesto en marcha con la energia y rapi dez necesarias, de manera que no se puede decir que esta obra racional ya se hab{a plasmado totalmente en la realidad tridimensional cuando el pais se in- dependiz6 de Espaiia. 7 La Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espafta:ilusiones y logros, Memoria del IV Con- greso de Historia del Derecho Mexicano, II, UNAM, 1988, pp. 713-738, 22 unam-ut; ed, Rees Jones, Véase mi Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espafia: ilu- siones y logros, Memoria del IV Congreso de Historia del Derecho Mexicano, UNAM, 1988, Il, pp. 655-684. Inicialmente habfa dado a esta ponencia el subtitulo de "Loves Labor Lost’, pero, ndo los detalles, al final decid que esta frase era demasiado pesimista a la luz de los di- versos resultados positivos que esta Ordenanza logré producir, a pesar del sabotaje y tortuguis- mo a que fue expuesta, 19 20 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. EL DERECHO INDIANO “CRIOLLO” DE LA NUEVA ESPANA Un ejemplo de esta rama, tan amplia como variada en la categoria ¢ importancia de sus fuentes, son los Autos Acordados de la Audiencia virreinal, productos le- gislativos de aquel importante cuerpo que reunia las tres famosas funciones estatales, como era normal en la época anterior al triunfo de las ideas de Mon- tesquieu. Estos Autos han sido coleccionados y publicados por el gran jurista de origen espafiol, Eusebio Ventura Belefia, cuya compilacién fue publicada en México, en 1787, en combinacién con otras fuentes, una obra util para la inves- tigacién que recientemente ha sido editada en forma facsimilar por la UNAM, con introduccién de Maria del Refugio Gonzélez.23 ‘También hay Ordenanzas dictadas directamente por enérgicos virreyes, sin pasar por la Audiencia, como los “bandos” expedidos por el Marqués de Croix pata reglamentar el trabajo doméstico, o el trabajo en los obrajes.24 Otros ejemplos de derecho expedido en la Nueva Espafia con ratifica~ ci6n por la Corona— para valer sélo en una parte de estas tierras, son: 1) el Reglamento e Instruccién para los Presidios de la Pentnsula de las Californias, del 11 de junio de 1779,?5 0 2) la“ Ynstruccién a Peralta por VI-Rey’, referen- te a Nuevo México,?6 Es conocido también el derecho local de distribucién de aguas de Salaman- ca (1610),7 la Ordenanza municipal de Querétaro de 1733 0 el derecho munici- pal para Pitic (0 sea Hermosillo), de probablemente 1783 0 un poco més tarde, un conjunto de normas que no s6lo recibié la aprobacién por la Corona, sino que ésta inclusive lo recomend6 como modelo para futuros asentamientos en el norte de la Nueva Espafia.28 23 Recopilacién Sumaria de todos los autos acordados de la Real Audiencia y Sala del Crimen de esta Nueva Espafia, 2 vols., unam (11)), 1991 24 Ambos “bandos” son del 11 de junio de 1767, y se encuentran, respectivamente en AGN, Ramo de Bandos, VI68 y ss. y X1.387 y ss. El virrey Mayorga observa, el 4 de octubre de 1781 que el segundo Bando no ha sido observado debidamente en Querétara, y ordend que st texto se fijara en las paredes de las fabricas de textil queretanas. 25 Se encuentra publicado en un memorandum presentado en el itigio de City of Los Angeles v.S, Bernando et al, L. A. Sup, Court 650-079. II]. 75-124, 26 New Mexico Historical Review, 4 (1929), pp. 180 y ss. 27 Véase Francisco de Solana, Cedulario, etcétera, doc. 152. 28 Para una reproducci6n critica de este texto, véase G: E Margadant, Fl Plan de Pitic, Boletin Mexicano de Derecho Comparado, XI, 62 (mayo-agosto de 1988), UNAM-II}, pp. 699-715. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. SEGUNDA PARTE, 21 ‘También son interesantes Jas medidas tomadas en diversos municipios, res- pecto del uso de las aguas, como son aquellos “nuevos repartimientos de aguas’, hechos cada vez. con la intervencién de un delegado de una Audiencia, y lue- go aprobados por ésta,29 Los organismos semi-publicos de la Nueva Espaiia también han expedi- do normas de derecho indiano criollo, como las Ordenanzas del Consula- do (“Universidad”) de México, aprobadas en 16043 y vigentes hasta 1737 (con el problema de ciertas transformaciones hechas por el traslado de al- gunos de sus articulos hacia la Recopilacién de Indias, de 1680 y la susti- tucion, alli, de otros de sus articulos por normas tomadas de las Ordenanzas del Consulado de Lima). Finalmente, en 1737 fueron sustitui- das por las Ordenanzas del Consulado de Bilbao, elevadas en aquel ahio al rango del derecho mercantil de todo el imperio hispano. Este cambio de 1680 muestra cémo un derecho originalmente “criollo” fue sustituido de manera parcial por un derecho indiano “peninsular” y el de 1737 es un ejem- plo de como un derecho originalmente “indiano” fue suplantado por un derecho espaiiol en general. Otros ejemplos de normas “criollas” que emanan de organismos semi- paiblicos, establecidos en la Nueva Espafia, son las expedidas por los gre- mios: novohispanos,3! la Mesta,32 el. Protomedicato, 0 el Tribunal de Mineria. 29 Vease mi..., en los estudios en honor a A. Garcia-Gallo, actualmente en prensa en la Uni- versidad Complutense de Madrid. 30 Véase Ana Ma. Barrero Garcfa, Notas para una nueva edicion de las Ordenanzas del Conste- lado de la Universidad de Mercaderes de Nueva Espafia, Memoria del IV Congeso de Historia del Derecho Mexicano, uNaM, 1988, pp. 145-162, 51 De las que Silvio Zavala y Marfa Castelé nos presentan una cuidadosa compilacidn en sus Fuentes para la historia del trabajo en Nueva Espafta, México, cetisMo, 1980. 3? Por ejemplo, Ordenanizas de la Mesta de la Nueva Espafa, aprobadas por el virrey, 1574 (F. de Solano, Cedulario de Tierras, UNAM, 2a, ed., 1991, p. 228); idem, 1576, ibidem, p. 236; idem, 1579, ibidem, p 252. 22 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. EL DERECHO CANONICO LEGISLADO, ESPECIFICO DE LA IGLESIA NOVOHISPANA, Un caso especial de derecho criollo indiano se presenta en forma del derecho que emana de concilios y sinodos de la Iglesia en Nueva Espafia, que han dado a la vida eclesidstica en estas tierras un perfil a menudo distinto del que perci bimos en otras regiones de las Indias.33 Después de la “Junta de los 12 Apéstoles”, en 1524 (de los cristianizadores iniciales, franciscanos, con otros sacerdotes y funcionarios, una junta a la que el mismo Cortés asisti6), los cuatro Concilios mexicanos (los aprobados por el Estado y la Iglesia, de 1535, 1555, 1585 y el que s6lo fue aprobado por el Esta- do, de 1771)*4 tuvieron gran importancia.35 Los decretos de los primeros tres concilios mexicanos estan facilmente a la disposicin del investigador.36 En el sector secular de la Iglesia, este derecho canénico especial para la Nue- va Espafia también podia tomar la forma, de vigencia més local, de decretos de los sinodos de las didcesis novohispanas, a cuyo respecto nos queda mucho por rescatar.37 En cuanto al sector regular de la Iglesia novohispana encontramos las nor- mas que las autoridades de los religiosos expidieron para las provincias de sus rdenes en el territorio novohispano. 35 interesante al respecto es la obra de I. H. Vera, Apuntamientos Histéricos de los Concilios Provinciales Mexicanos y Privilegios de América, México, 1893. 34 Bs verdad que el Cuarto Concilio, de 1771, no haya recibido, ademds de la aprobacién de la Corona, la ratificaci6n papal, pero la irritacién que esto caus6 llevé hacia la decisién del Consejo de Indias de que, en realidad, esta ratificacién de parte del Vaticano salfa sobrando. ° Sobre todo el ‘Tercer Concilio ha dado lugar a bastante literatura, también moderna, por absorber en sus decretos los resultados de los dos anteriores. 36 Por ejemplo en la obra de varios voltimenes de Coleccién de cdnones ¥ de todos los concilios de la Iglesia de Espaita y América que se publicé en Madrid, a mediados del siglo pasado, Para el Cuarto Concilio Mexicano, que por no haber sido ratificado por Ia Santa Sede no figura en esta colecci6n hay que hacer una busca aparte (la encontré finalmente en forma de microplaca en la iblioteca privada del doctor Ivan Ulich, en Morelos, pero en tales casos también la biblioteca de la Universidad Pontificia 37 I Instituto Fran: cuyos primeros tres volt- menes, empero, falta todavia la Nueva Espatia, Tengo entendido que estas instituciones afrecen a los interesados copias fotostiticas de materiales de sus acervos. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, SEGUNDA PARTE 23 Otra ilustracién del derecho eclesidstico novohispano especial, la oftece la Cartilla de comisarios del Santo Oficio de la Inquisicién de México3® EL DERECHO CONSUETUDINARIO INDIGENA Desde luego, mientras que no dispongamos de la “maquina del tiempo” es dificil formarnos una idea de la vida juridico-cohsuetudinaria de los indigenas, pero la observacién de las costumbres sucesorias y familiares en general en las comuni- dades indigenas de nuestros dias, o de su forma de organizar la tenencia de la tie- tra, la colaboracién en ciertos momentos del ciclo agricola, o las costumbres comerciales, a menudo nos ofrecen una indicacién de este aspecto de la vida juri- dica novohispana, En dos lugares de la Recopilacién, se confirma que las costumbres juridicas in- digenas seguirian en vigor, siempre que estuvieran compatibles con los intereses de la Corona y de la Iglesia. Esta restriccién suena bastante Idgica, pero causaba problemas cuando los intereses dé uno de estos dos poderes estuvieran contrarios alos del otro, Un ejemplo, al respecto, se presenta cuando la Corona, muy depen- diente de la buena voluntad de los caciques hacia ella, y consciente de que la poli- gamia de la élite de estos caciques desempefiaba un papel importante en la politica de éstos de asegurarse una red de buenas relaciones con otras familias de la élite indigena, sugerfa a la Iglesia que se permitiera provisionalmente que esta poliga- mia continuara por algtin tiempo. En fin, la poligamia en el Antiguo ‘Testamento, de parte de personas que ocuparon un lugar muy honorable en la historia sagra- da, indicaba claramente que ni la Ley Eterna, ni la Divina, y ni siquiera la Natural, estuvieron contra esta variante de la institucién matrimonial. La Iglesia, empero, persistié en una actitud negativa al respecto.39 Sin embargo, la practica no siem- pte se ajustaba a la nueva prohibicién, y hasta en el siglo xvi hallamos Reales Cé- dulas que repiten que los caciques debian abandonar la costiimbre pagana de tener més de una esposa. 38 En El tribunal de la Inquisici6n en México (siglo xvi), ed. J. L. Soberanes, 3a. ed., México, 1984, pp. 35-58 f ao 39.G. F. Margadant, Del matrimonio precortesiano al matrimonio cristiano, Anuario Histérico Juridico Ecuatoriano VI, Quito, 1980, pp. 515-528. BIBLIOTECA LUNS GOMZALER EL COLEGIO ne IGHOAGAN, A.C, FUENTES NO-LEGISLATIVAS DE INFORMACION SOBRE EL DERECHO NOVOHISPANO, ‘TRATADOS POLITOI.OGICOS ¥ JURIDICOS, Ademas de los diversos tratados ya mencionados como fuentes de infor- maci6n para el derecho indiano en general, son interesantes, por ejem- plo el Gobierno militar y politico del Reino Imperial de la Nueva Espaha (1702), de Francisco de Seijas y Lobero, con todas sus criticas y suge- tencias de reforma; o la Idea Compendiosa del Reyno de Nueva Espatia (1774) de Pedro A. O’Crouley, recientemente publicada en una atractiva traducci6n inglesa,1! o las Enfermedades politicas que padece la capital de esta Nueva Espafia, de Hipdlito Villarroel, un estudio critico elaborado entre 1785 y 1787, pero que s6lo en 1831 fue publicado por primera vez en México.4? LAS GUIAS PARA LA PRACTICA JURIDICA, DE ORIGEN NOVOHISPANO Las obras que para el derecho castellano ¢ indiano en general hemos mencionado en nuestro ensayo anterior de la presente triada, desde luego nos ayudan mucho para reconstruir el marco general indiano dentro del cual se ha formado el dere- cho novohispano. Pero también encontramos algunas gufas que tienen su origen en la Nueva Espafia, 0 que se refieren especificamente al derecho de estas tierras. 40 Reedicién, cuidada por P. B. Pérez-Mallaina Bueno, UNAM, 1986 41 Description of the Kingdom of New Spain, 1774, John Howell Books, usa, 1972. 42 Reeditado, por M. A. Porréa, 1979, con un estudio de Aurora Arn 25 26 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Entre tales tratados y guias encontramos el Libro de los Principales rudi mentos tocante a todos juicios, criminal, civil y executivo, un manuscrito de 1764, obviamente novohispano, editado por Charles R, Cutter en 1994,43 o aquella guia para escribanos, de 1813, que se encuentra en el archivo de la Universidad Aut6noma de Guanajuato, y que José Luis Lara Vazquez co- mentara durante el VI Congreso de Historia del Derecho Mexicano.44 Ya hemos mencionado la Curia filipica como la obra que nos orienta sobre al derecho mercantil de las Indias en general, pero también hubo una adapta- clon de esta obra a México, la Curia filipica mexicana; aunque publicada fue- ra de la fase novohispana, es muy util para el estudio del derecho mercantil novohispano, ya que las Ordenanzas del Consulado de Bilbao se quedaron en vigor, en el México independiente, hasta el Codigo de Comercio de T. Lares de 1854 (una obra de pretensién federal), y luego, cuando este cbdigo fue re- vocado por haber sido producto del santanismo, dichas ordenanzas tuvieron en muchas partes de la Republica una renovada vigencia, hasta la entrada en vigor del Codigo (federal) de Comercio de 1884. Por lo tanto, la Curia filipica mexicana, a pesar de su publicacién fuera de la fase novohispana, contiene fundamentalmente derecho novohispano. ‘También la famosa obra de Juan Sala, ya mencionada en la parte anterior de esta triada de ensayos, dio lugar a adaptaciones mexicanas, hasta en vispe- ras del derecho civil mexicano codificado. Es verdad que estos “Salas” mexi- canos generalmente fueron publicados en la época del México independiente, pero de todos modos, a causa de la tardanza con que llegé a México Ja oleada de las codificaciones civiles, con derecho ya nacional-mexicano, estas obras contie- nen importantes datos del derecho novohispano.4$ Lo mismo puede decirse de los “Febreros” mexicanos, mientras que una voluminosa coleccién de disposi- +5 Libro de los principales rudimentos tocante a todos juicios, criminal, civil 'y efecutivo. Ano de 1764, México, 1)-UNaM, 1994, “4 En diciembre de 1994; este comentario fue publicado por la UNAM (11)) en la Memoria res pectiva, ‘ 45 Asi, el Novisimo Sala Mexicano, en dos vohimenes, es de 1870, Bste es precisamente el afio del famoso Cédigo Civil del Distrito y Territorios Federales, que luego sirvié de modelo para otras entida- cles federativas, de manera que el Novisinto Sala Mexicano nos describe el derecho vigente en visperas del derecho civil codificado, un derecho en el cual muchos temas no habtan sido tocados todavia por ol legislador del México independiente, de manera que corresponden al derecho novohispano. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. SEGUNDA PARTE 27 ciones como las Pandectas Hispano-Mejicanas, de 1839 y 1852, contiene exclu- sivamente derecho expedido con anterioridad a la Independencia. Como otro ejemplo mencionaré un trabajo que me ha servido mucho en relacién con los litigios sobre aguas en New Mexico: el Reglamento de Aguas de Domingo Lasso de Vega (1761); a pesar de lo que sugiere su titulo, se tra~ ta, en realidad, de una obra privada (aunque impresa con autorizacién de la censura, desde luego), que quicre ayudar a personas que en la préctica tengan problemas con esta materia. Sin embargo, fue tan claro y acertado que circu- laba con una autoridad como si fuera una obra ofi |, y Galvan lo reimprime todavia a mediados del siglo pasado en sus Ordenanzas de Tierras y Aguas.46 MEMORIAS BUROCRATICAS, REPORTES, ETCETERA, REFERENTES ALA ADMINISTRACION Y POLITICA DE LA NUEVA ESPANA. A esta categorfa pertenecen los informes de los virreyes novohispanos a sus sucesores*? (como fondo para ellos, los cuatro voltimenes de El virreinato de J. 1. Rubio Mafié siempre resulta titil).4% Otra rama consiste en reportes de visitadores, como el Informe sobre las re- beliones populares de 1767, del visitador José de Galvez,49 un buen ejemplo de es- ta clase de documentos que siempre abren ventanitas sobre el paisaje real detras de la fachada del derecho novohispano. Para la Hacienda novohispana es fundamental la obra de Fabidn de Fonseca y Carlos.de Urrutia, Historia general de la Real Hacienda, un reporte de fines del siglo xvi, que finalmente en 1845-1853 fue publicado en seis voliimenes, y que ha sido reeditado por la Secretaria de Hacienda y Crédito Puiblico (1978); otro ejemplo consiste en las Noticias secretas... de América que Antonio Ulloa y Jorge Juan escribieron aqui en tiempos de Bucareli (finalmente publicadas en 1826). 46 Suelo usar la tercera edicion de 1849, donde este “Reglamento” sc encuentra cn las pp. 157-174. 47 Advertimientos que los virreyes dejaron a sus sticesores para el gobierno de Nueva Espaia, Mé- xico, 1956, 48 UnaM-rC#, 1983; 0, de la literatura mas antigua, Manuel Rivera Cambas, Los gobernantes de México, 1873, con reimpresi6n facsimilar de 1981, Joaquin Porria, cuyo primer tomo aburca los 62 virreyes novohispanos. 49 Reimpreso recientemente por la UNAM-mis, 1992 (ed. B Castro Gutiérrez). 28 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, Ademas quiero llamar la atencién sobre la literatura de protesta criolla contra el favorecimiento de los “gachupines” en la distribucién de los oficios ptiblicos en Nueva Bspafia.50 ‘LA ARCHIVALIA FORENSE, NOTARIAL, ECLESIASTIGA O EMPRESARIAL NOVOHISPANA Evidentemente, nuestros archivos forenses y notariales ofrecen ricos materia- Jes en estas dos ramas, que nos permiten controlar hasta qué grado el derecho escrito que encontramos en nuestras bibliotecas correspond{a realmente al derecho vivido por los habitantes de la Nueva Bspafia.5! E] AGN (dependencia de la Secretaria de Gobernacién), otros archivos de dependencias del poder ejecutivo federal (incluyendo el del Nau), y la cre- jente cantidad de archivos hist6ricos estatales que vemos ahora surgir en las entidades federativas, a menudo hospedados en bellos edificios, ponen mucho material a la disposicién del ius-indianista;52 pero a su lado muchos elementos de la archivalia novohispana se conservan fuera de la érbita ofi- ial y en forma muy dispersa, como sucede, no sdlo-con materiales eclesias- ticos (a veces demasiado celosamente guardados), sino también con antiguos archivos mercantiles (como el del megacomerciante Yraeta, ahora localizado en la Universidad Iberoamericana, que lo trabaja en forma loa- ble) o archivalia de mayoraagos y otras empresas agricolas o ganaderas ~do- cumentos que a veces todavia se encuentran en manos de descendientes de los antiguos duefios, Afortunadamente, en nuestra ciudad abundan los archivos que contienen materiales novohispanos. Al lado del AGN tenemos aqui los archivos eclesias- ticos -repito no siempre de facil acceso para un investigador qite no goce de 59 Véase mi Protesta criolla contra privilegios de peninsulares en las Indias, Revista de cultad de Derecho, UNAM, XXVI. 101-102 (en junio 1976), pp. 361-388. *! Vease G, F. Margadant, Apuntes sobre los Archivos mexicanos importantes para la investi- gacion del Derecho Indiano, Memoria III Congreso del instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano, Madrid, 1973, pp. 1048-1077. 52. A menudo se trata de archivalia ya globalmente analizada por historiadores, pero no por historiadores del derecho, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, SEGUNDA PARTE. 29. la confianza especial del clero~, archivos de diversas dependencias del gobier- no federal, Archivo Histérico del Ayuntamiento de la Ciudad de México, el Archivo Historico de Notarias, el del inaH, el de la Biblioteca Nacional, del Centro de Investigaciones dela Historia de México de Condumex; y varios otros, En cuanto a la (mal llamada) “provincia” mi ensayo de 197353 ya es bastante anticuado, pero en la actualidad me consta que, por ejemplo, los archivos historicos de Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Toluca, San Luis Potost y Guadalajara:quedan bien alojados, y que equipos de historia- dores locales estén trabajando para hacerlos transparentes mediante los indispensables indices. Cualquier documento novohispano puede inesperadamente presentar in- teresantes aspectos juridicos, pero de especial interés para el derecho indiano son, por ejemplo, en el AGN, los ramos del Tribunal de la Acordada (1719- 1814), de Juzgados de Capellanias (basicamente bancos de la Iglesia), de Civil y Penal, los 1 555 voltimenes de la Inquisici6n (también con interesantes datos sobre la censura), el Juzgado General de Bienes de Difuntos, del Cuerpo y Tribunal de Mineria, de Alcaldes Mayores, de los diversos (inclusive-el del Diezmoy de la Bu- la de la Cruzada)-y derechos (como el ramo de Oficios Vendibles), de los Consu- lados, del Protomedicato, de Vinculos y Mayorazgos, de. Indios, de. Tierras, 0 de Reales Cédulas, Sin embargo, también ramos.no' tan ligados a la materia jurt- dica, como la Correspondencia de Virreyes, pueden de. pronto presentarnos verdaderas perlitas para nuestra especialidad. LOS ALEGAFOS IMPRESOS. r Una rama aparte, que a menudo toma la forma dé folletos y libritos im- presos, son los-alegatos forenses novohispanos, un mundo abordado, en nuestro medio, por Ja brillante tesis ‘de licenciatura (UNam) de Alexander Mayagoitia.5¢ : 93 Véase la nota nim. 51 : 54 Mayagoitia Stone, Sergei Alexander, Notas para servir a la bibliografta juridica novohispana: la literatura circunstancial, México, edicidn del autor, 1992, 2 vols. (1148 pp). 30 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, LAS ACIAS MUNICIPALES Al lado de las ordenanzas municipales son importantes las actas.de los ayuntamientos, que nos ofrecen un espejo de la vida municipal por tratarse en ellas una enorme variedad de problemas, desde los del mercado hasta la organizacién del repartimiento laboral de los indios 0 la reparacién del re- loj de la torre. Los asentamientos de los espafioles nos han dejado al respecto un material mucho més abundante que los pueblos de indios, aunque, por ejemplo, las actas del cabildo de Tlaxcala, todavia totalmente indigena en aquella época, para la segunda mitad del siglo xvi, son de gran interés.55 DIVERSAS FUENTES INDIRECTAMENTE JURIDICAS, REFERENTES A LA NUBVA ESPANA Ya hemos hecho alusién a las Relaciones Geograficas del Siglo xv, contestacio- nes a la gran Encuesta de Juan de Ovando, cuyos elementos novohispanos de entre 1579 y 1585 estan recibiendo ahora una sistemética publicacién espe- cial,56 también nos ayudan las obras de base autobiogréfica, como la de Ber- nal Diaz del Castillo y otras obras de los historiadores y cronistas antiguos (Durén, Motolinia, Fern4ndez de Oviedo, Mufioz Camargo, etcétera) ~inclu- sive las que fueron escritas con fines polémicos, como las de Las Casas-, la do- cumentacién que nacié en el mundo de los religiosos (el Cédice Franciscano, informes de Provincias de reglares, etcétera) y reportes redactados por testi- gos cultos como el famoso Ensayo Politico de Alejandro von Humboldt, las ex- celentes Memorias de Abad y Queipo sobre temas econémicos,’7 o los escritos del inteligente comerciante Lopez Cancelada contra el peligro de una separa- cin entre la Nueva Espafia y la Metr6opoli.58 95 Véase mi... 56 Iiditadas por la uNam (ed. René Acu‘ia) a partir de 1982. 5? Véase mi El pensamiiento juridico de Manuel Abad y Queipo, Cuadernos del [nstituto de In- vestigaciones Juridicas, 2.4 (enero-abril, 1987), pp. 31-60. °8 Vease Juan Lopez Cancelada, Defensa de la Nueva Espafia, de 1811, edici6n facsimilar, M. A. Porriia, 1989, con introducciones de Guillermo ‘Tovar de ‘Teresa y por mi. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. SEGUNDA PARTE, 31 ‘Tampoco deben descuidarse los antiguos reportes de viajes,59 0 los epistola- rios ~comenzando por las famosas cartas de Cortés, y continuando por las Cartas de Indias, con su rica seccién novohispana,6!.1a famosa colectién edita- da por Del Paso y ‘Troncoso, o la correspondencia de Ulloa con Bucareli, recientemente editada por Francisco de Solano.2 El ius-indianista tampoco debe descuidar las memorias presentadas al go- bierno por los organismos semi-ptblicos en defensa de sus intereses, las bellas letras que surgieron de las Indias (por ejemplo, las Tardes Americanas de J. J. Granados y Galvez, 1778)83 y otro apoyo es otorgado por los antiguos mapas, tan importantes para descifrar los datos de los archivos sobre la distribucién de aguas y para los cuales la actual mapoteca del AGN ofrece una interesante fuente. También nos aytidan, desde luego, el incipiente periodismo, represen- tado por las antiguas gacetas, y existen algunas fuentes metajuridicas, que puedan ayudarnos a sorprender in fraganti el fondo real detrés de la fachada ofi- cial, legislativa, del inquieto, flexible y multifacético derecho novohispano. 59 Por ejemplo, la descripcisn del viaje que el inglés Th. Gage hizo en 1625, reeditado en La Habana, 1980, bajo el tftulo de Viaje en la Nueva Espana, 60 Francisco del Paso y Troncoso, Epistolario de la Nueva Espafia, 16 vols., México, 1940. 6! Madrid, 1877, reedicion de M. A. Portia, México, 1980. 62 A, de Ulloa y la Nueva Espaita, UNAM, 1979. 63 Reedicién, UNAM-M. A. Porntia, 1987. 4 Por ejemplo, Gaceta de México, 1722-1742, tres vols. Centro de Estudios de Historia de México, Condumex, 1986, GRAFICA DEL DESARROLLO GENERAL DE LA EVOLUCION JURIDICA NOVOHISPANA En materia historica, las graficas, aun en los mejores casos no pueden presentar mas que un primer acercamiento, y preparandolas siempre debemos defendernos contra la tentacion de acumular en ellas demasiados datos ~de acercarlas demasia- do hacia la realidad; cuando se prepara una excursién por canoa y se exagera la cantidad de equipaje, todo el proyecto fracasa.. Guardando esta verdad en la mente, un sencillo instrumento auxiliar, para iniciarnos a la materia de esta guia, sin grandes pretensiones académicas} po- dria ser la siguiente gréfica. Reyes VIRREYES, ETCETERA Metayuripico DERECHO CASTELLANO DERECHO NOVOHISPANO a) Derecho novohispano penisular b) Derecho novohispano criollo c) Derecho novohispano canénico 3 Sf edsSlyy tory tld ploy py yyy 2 yy-24-25°26- ee es 1521 1600 1700 1800 1821 33 34 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Los ntimeros de esta grafica corresponden a los siguientes dato: Linea # 1. Los reyes castellanos A, Los Habsburgos (hasta 1700). 1517-1556, Carlos 1. (1) 1556-1598, Felipe II. (2) 1598-1621. Felipe III. (3} 1621-1665, Felipe IV. (4) 1665-1700. Carlos II. (5) B, Los Borbones (desde 1700) 1700-1746. Felipe V. (6) 1746-1759. Fernando VI. (7) 1759-1788, Carlos IIT. (8) 1788-1808. Carlos IV. (9) 1808-1814. Interregno: Guerra Civil en Espafia; intervalo gaditano, 1814-1821 —en cuanto a la Nueva Espafia~ Fernando VIL. (11) Linea # 2. La ctispide novohispana 1521-1527. Cortés es maxima autoridad local en Nueva Espafia. (1) 1527-1530. Primera Audiencia. (2) 1530-1535. Segunda Audiencia, (3) A partir de 1535, la Nueva Espafia es un virreinato, del cual, entre los 62 virreyes, los siguientes parecen desempenar un papel especial para los as- pectos ius-indianistas (cuando menos, en varias investigaciones sus actitudes me han llamado la atencién, sin que quisiera afirmar que este muestreo sca de llamativa objetividad). 1535-1550. Antonio de Mendoza, loable combinacién de bondad y energia ¢ iniciador de una justicia especial para los indios. Le correspondié la delicada tarea de conciliar a los encomenderos con el espiritu de las Leyes Nuevas de 1542.(4) 1550-1564. Luis de Velasco -el Viejo-.(5) . 1580-1583. Conde de la Corufia.(6) 1585-1590. Marqués de Villamanrique.(7) 1590-1595 y 1607-1611. Luis de Velasco -el Mozo—.(8) INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, SEGUNDA PARTE, 35. 1595-1603. Conde de Monterrey (con su insistencia en la politica de con- gregacién de indios).(9) 1642. Juan de Palafox y Mendoza (no tomé posesién en calidad de virrey, pe- ro ha sido importante, inter alia, por su sonado conflicto con los jesuitas).(10) 1711-1716. Duque de Linares.(11) 1746-1755. Conde de Revillagigedo 1.(12) 1760-1766. Marqués de Cruillas (inicio de a muy necesatia reforma militar).(13) 1761 (con plena eficacia s6lo desde 1764) hasta 1772; el poderoso visitador José:de Galvez, junto del virrey de Croix reorganizador de varios aspectos de la Nueva Bspafia, y ands tarde (1775) Ministro Universal de las Indias.(14) 1766-1771. Marqués de Croix, un inteligente, dedicado gerente del virreinato, formando una mancuerna ideal con el visitador José de Galvez, Un ejemplo de su féerea y eficaz direccién de delicadas tareas, ha sido la expulsi6n de los jesuitas 1771-1779. A. M. Bucareli -gran exponente de la politica del Déspota Tlus- trado que era Carlos III; mejoré las finanzas publicas y la seguridad en los caminos; pacificé varias tribus de “indios de guerra” (15) 1783-1786. Los otros Galvez ~Matias (hermano del Sectetario de Indias) un virrey que en su breve régimen hizo mucho para la economfa novohispana, y su hijo, Bernardo, que habia tratado de fortalecer el dominio espafiol en Flo- rida y Luisiana, contra la influencia briténica, después de lo cual fue gober- nador de Cuba, y luego virrey de la Nueva Fspafia. Fstuvo aqui demasiado popular para el gusto de la Corte, que no lo dejé por mucho tiempo en ese puesto.(16) 1813-1816. Félix Ma, Calleja —que, como su predecesor Venegas aplicé al gunas restricciones a la Constitucién de Cadiz, (17) 1821. O'Donojti—que no logré tomar posesi6n, pero se comporté concilia~ toriamente hacia el movimiento de Independencia.(18) Linea # 3, Datos de interés indirecto para el derécho 1521- aprox..1630. Descenso. de poblacién indigena.(1) 1588, Pérdida de la Gran Armada, hecho fatal para la estabilidad geopo- \itica del imperio hispano, tan dependiente del poder naval.(2) Siglo xvi. Primer auge de la minerfa.(3) . Siglo xvu. Auge de la agricultura.(4) Siglo xvi. Segundo auge de la minerfa.(5) 36 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. 1756-1763. Guerra de Siete Afios, que por la ocupacién inglesa de La Ha- bana desencadené la reforma militar de la Nueva Espafia.(6) 1780-1789. Impacto de independizacin norteamericana.(7) 1790-1799, Impacto de la Revolucion Francesa.(8) 1808-1814, Impacto de la Guerra Civil en Espafia.(9) 1810-1815. Insurgencia en Nueva Espafia.(10) 1810. Con Venezuela se inicia la oléada de Jas independizaciones.(11) Linea # 4. Derecho castellano en vigor en 1521, expedido entre 1521 y 1614, 0 desde 1614 con “pase”, importante para la Nueva Espafia 1567. Nueva Recopilacién (Castilla).(1) 1593, Creacién del Real Consejo de Hacienda, con total reorganizacién fiscal:(2) 1614. Desde este afio, nuevas normas castellanas necesitan el “pase” del Con- sejo de Indias para tener vigencia en las Indias.(3) 1737. Ordenanzas de Bilbao.(4) 1805. Novisima Recopilacién (Castilla).(5) Linea # 5. Derecho indiano —a veces especificamente novohispano-, expedido desde la Metrépoli 1521. Cuando os castellanos comienzan a organizar la Nueva Espafia, in- troducen aqui un derecho indiano ya formado basindose en la experiencia cari- be, pero sobre todo, en las Instrucciones a Ovando para el gobierno de la Dominica y en las Leyes de Burgos de 1512 (suavizadas en 1513). También en la Metr6poli misma ya habta comenzado a formarse el esqueleto gubernativo nece- sario para la administracién de las Indias, con la Casa de Contrataci6n, en Sevilla (1503) y con Ja formaci6n de una comisién dentro del Consejo de Castilla queen 1524 dard lugar al nuevo Consejo de Indias.(1) 1523. Instruccién a Cortés sobre repartimiento de tierras entre espafioles.(2) 1527. Creacién de la Audiencia de México (con Ordenanza de 1528).(3) 1542. Las cuarenta “Leyes Nuevas”® (sobre todo relacionadas con la enco- mienda y la condicién del indigena).(4) 65 Brevitatis causa nunca usamos su nombre oficial de “Leyes y Ordenanzas nuevamente hechas por su Magestad para la gobernacién de las Indias y buen tratamiento y conservacin de Jos indios’, | INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, SEGUNDA PARTE. 37 1543, Suavizacién de las Leyes Nuevas mediante seis aftadiduras.(5) 1545, Otra suavizacién de las Leyes Nuevas en cuanto a la encomienda.(6) 1548. Creacién de la Audiencia de Nueva Galicia (primero en Santiago de Compostela, luego en Guadalajara).(7) 1563. Cedulario de Puga, para la Nueva Espafia.(8) 1570. Copulata de Leyes de Indias ~anteproyecto-.(9) 1573. Ordenanzas de nuevos descubrimientos, nuevas poblaciones y paci ficacién de los indios.(10) 1591. Comienzo de la politica de las composiciones.(11) 1596, Cedulario de Encinas, para las Indias en general.(12) 1628. Sumarios de Aguiar y Acufia.(13) 1636. Proyecto de Recopilacién de Leyes de Indias, de De Le6n Pinelo.(14) 1647, Publicacién de la Politica Indiana de Solérzano.(15) 1677. Sumarios de Aguiar y Acufia, completados por Montemayor.(16) 1681. Publicacién de la Recopilacién de Indias, autorizada en 1680.(17) 1714 y 1717, Reorganizacion de la ctispide indiana, en la Metrépoli (Secre- tarfa de Indias). Competenca del Consejo de Indias queda mermada.(18) 1754. Pragmatica sobre tierras.(19) 1768. Ordenanza de Libre Comercio.(20) 1776. Comienza la formacién zigzagueante de las Comandancias en el nor- te de la Nueva Espafia.(21) 1786. Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espafia.(22) 1789. Codigo de Negros.(23) 1792. Carlos IV aprueba la nueva versién del primer libro de la Recopila- cién de Indias, pero no la hace publicar.(24) 1799. Caja de Consolidacién, suispendida para Nueva Espaiia.(25) 1803. Ordenanza general de intendentes, en sustitucién de las diversas ordenanzas regionales, en las Indias.(26) 1804-1809. Vigencia del sistema de la Caja'de Consolidacién en la Nueva Espafia.(27) 1808-1814. Legislacién gaditana (con la Constituci6n de 1812). Linea # 6. Derecho novohispano “criolle’, o sea con origen en la Nueva Espafia 1603. Ordenanzas del Consulado de México.(1) 1767. Bando del Marqués de Croix, que prescribe reglas para el trato 38 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S, de los sirvientes, y bando para el trato.de obreros en los obrajes.6 (2) 1783 (?). Plan de Pitic, modelo para nuevos establecimientos en el Norte.(3) Linea # 7, Derecho novohispano-canénico 1524, Junta de los doce apéstoles.(1) 1527. Establecimiento del obispado de México, ya pronto independiente respecto del arzobispado-de Sevilla.(2) 1535, Primer Concilio Mexicano.(3) 1555, Segundo Concilio Mexicano.®? (4) 1585. Tercer Concilio Mexicano, englobando los resultados de los ante- riores.(5) 1767. Expulsién de los Jesuitas, ejecutada impecablemente por De Croix.(6) 1771. Cuarto Concilio Mexicano, organizado por el culto Francisco de Loren- zana, de orientacién muy regalista.(7) 66 aGn, Bandos, VI, 68 y ss. 11 de junio de 1767, y XI.387 y ss. 67 Deirés de estos dos Concilios encontramos la poderosa figura de fray Alonso de Montiifar. Introduccion al derecho indiano y novohispano. Segunda parte, se terminé de imprimir en agosto de 2000 en los talleres de Formacién Grafica, $. A. de C.V. Matamoros 112, Col, Ratil Romero, iudad Nezahualeéyotl, Estado de México. Disefio y formacién: Ezequiel de la Rosa M. El cuidado de edicién estuvo a cargo de Ismael Segura H. del Departamento de Publicaciones de El Colegio de México. Se tiraron 500 ejemplares més sobrantes para reposicin. BIBLIOTECA LUIS GONZALEZ ee : EL COLEGIO DE MGHOACAN, A.C, LECCIONES DE HISTORIA 9 Guillermo Floris Margadant S. Introduccién al derecho indiano y novohispano Tercera parte Evolucion de la investigacion del derecho indiano _ FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMERICAS EL COLEGIO DE MEXICO CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS spears be yea Lecciones de Historia 9 GUILLERMO FEORIS MARGADANT 5. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO TERCERA PARTE EVOLUCION DE LA INVESTIGACION DEL DERECHO INDIANO Cc. IM EL COLEGIO DE MEXICO FIDEICOMISO HISTORIA DE LAS AMERICAS BIBLISTECA LUIS GONZAUEZ EL COLEGIO DE MIGHOM@AAE Ac, 133674 349.8 M327in Margadant Spanjaerdt, Guillermo Floris Introducci6n al derecho indiano y novohispano / Guillermo Floris Margadant S.-- México : El Colegio de México, Centro de Estudios Hist6ricos : Fideicomiso Historia de las Américas, 2001 3 v. 321 om. -- (Lecciones de historia ; 7-9) Contenido: v. 1. El derecho indiano legislado ~- v, 2. Del derecho indiano al derecho novohispano -- y, 3. Bvolucién de la investigacion del derecho indiano. ISBN 968-12-0981-8 (v.1) ISBN 968-12-0982-6 (v.2) ISBN 968-12-0983-4 (v.3) 1, Derecho--Espafia--Colonias--América, 2, Indios--Leyes y legislacién. 3. Indios de México--Leyes y legislacién, Portada de Ezequiel de Ja Rosa M, Primera edicién, 2001 DR. © Bl Colegio de México 5 Camino al Ajusco 20 Pedregal de Santa Teresa 10740 México, D.B, ISBN 968-12-0983-4 (v.3) Impreso en México/Printed in Mexico EVOLUCION DE LA INVESTIGACION DEL DERECHO INDIANO : n cl tercer ensayo de esta serie intentaré presentar un panorama de la in- E vestigacién de la historia del derecho indiano, en el extranjero y en Méxi- co, limitandome a las obras mas destacadas. . De paso, estas paginas serviran para ofrecer al lector tin “quién es quién” de nuestra materia, y una bibliografia basica,! razonada. 1. EL PAPEL DRCISIVO DE-RAFAEL DE ALTAMIRA Y CREVEA Durante el siglo pasado, los estudios de la historia del derecho florecieron en Europa, en gran parte gracias a la Escuela Historica de Alemania (Eichhorn; luego la poderosa figura de Savigny), y Espafia particip.plenamente en este auge. Por lo que a Espafia se refiere, Eduardo de Hinojosa (1852-1919), histo: riador con profundos conocimientos del derecho, fue el personaje central de esta corriente, que se manifesté en gran cantidad de obras panorAmicas y mo: nogréficas, pero tambign en la publicacién de amplias series de fuentes, de las cuales cuatro tienen un especial interés para nuestra materia: los Cédigos Es- pafioles, la Coleccién de cdnones y de todos los concilios de la Iglesia en Espa- fia y América, y las tres famosas series de “Documentos Inéditos”? cuya publicacién se continuaba durante las primeras décadas del siglo actual, | Para la bibliografia, ademas de la Introduction bibliografique a histoire du droit et.a Pethno- logie juridique (ed. J. Gilissen), Université Libre de Bruxelles, para la América colonial espafio- la, de Charles Gibson, F-4, de 1964, véase Beatriz. Betnal, Historiografia Jurfdica Indiana; Anuario ‘Mexicano de Historia del Derecho, 1989, UNAM), pp. 15-45: 2 Bd. Tejeda y Ramiro, J., Madrid, 7 vols,, 1859-1867. 3Se trata de: Coleccién de documentos inéditos para la historia de Espaiia, en 12 vols, ed. M. Fer- nandez de Navarrete, Madrid, 1842-1895; Coleccién de documentos inéditos relativos al descubrimien- 10, conquista y organizacién de las antiguas posesiones de América y Oceanta, en 42 vols., ed. 7 8 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. ‘También debe mencionarse una rica seleccién de Cartas de Indias, hecha por el gobierno espafiol en 1877, en Madrid, y recientemente reeditada en México. Ya después dela muerte de Hinojosa, sus discipulos crearon en 1924 el Anua- rio de Historia del Derecho Espafiol (Aub), que sigue publicandose y que ha sido importante, también, para el desarrollo de la investigacién de la historia del derecho indiano. Por lo pronto, sin embargo, a pesar de que el derecho indiano estuvo toda- via en vigor hasta 1897 en Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, su estudio hist6- rico no era popular en la Espafia del siglo pasado: es como si a la intelectualidad espafiola de aquel entonces le molestaba ser recordada en forma detallada cuanto ingenio, audacia y buena voluntad habia invertido su-patria en la in- gente tarea de incorporar el Nuevo Mundo en la cultura y la economia occi- dentales, para verse finalmente separada del resultado. Sin embargo, un joven historiador, Rafael de Altamira y Crevea, desde una chispa que habfa incendiado en Oviedo, logré el establecimiento en la Univer sidad Central de Madrid de una cétedra para esta materia, que gracias a los viajes y escritos de don Rafael, y la labor de sus alumnos espafioles y latinoame- ricanos, ha dado lugar al actual auge del ius-indianismo, a través de todo el mundo hispano. En 1936 Altamira salié de su patria, y después de una muy honrosa mi- gracién, con altas funciones internacionales y académicas,4 se establecié en México, donde todavia viven sus hijas, y donde, a pesar de encontrarse se- parado de las bibliotecas y archivos a los que estuvo acostumbrado, todavia pudo escribir un util diccionario para el derecho indiano,' y algunos estu- dios monogréficos. Pacheco, Cardenas y ‘Torres Mendoza, Madrid, 1864-1884; y Coleccid de documentos inéditos r lativos al descubrimiento, conquista y organizacién de las antiguas posesiones espafiolas de ultramar, en 25 vols., Pacheco, Cardenas y ‘Torres Mendoza, Madrid, 1864-18845 y Coleccién de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organizacién de las antiguas posesiones espafiolas de ultramar, en 25 vols., ed. Real Academia de Historia, Madrid, 1885-1932. 4 Durante su odisea publicé en 1939 su. Técnica de investigacion en la historia del derecho in- diano, José Portia, México. 5 Diccionario castellano de palabras jurfdicas y técnicas tomadas de la legislaci6n indiana, prolo- go de Marfa del Refugio Gonzélez, unaM, 1987. INTRODUCGION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, TERCERA PARTE, 9 2. EL IUS-INDIANISMO EN ESPANA, DESPUES DE ALTAMIRA En Espafia, Altamira fue sucedido, en 1936 por aquel asiduo investigador y gran docente que ha sido ALFONSO Garcta-GaLLo, que siempre combinaba un pro- fundo amor al detalle con la capacidad de guardar las grandes perspectivas presentes en su mente, Ademds de su Historia del Derecho Espa‘iol, tan impor- tante como marco general del derecho indiano, es muy titil su Metodologia pa- ra la Investigacién del Derecho Indiano, y sus multiples ensayos monograficos sobre nuestra materia han encontrado un lugar en una indispensable publica- cién, los Estudios de Derecho Indiano, por este gran Maestro. Ely los demas discipulos de don Rafael, a los que gradualmente se juntaron alumnos del activo Garcia-Gallo mismo y de otros catedraticos de su cohorte, for- maron alli una familia de ius-indianistas de alto nivel (con.sus divergen s y animo- sidades, como en cualquier otra familia). En ella encontramos a JUAN MANZANO Y MANzANO, investigador de la gestacién de la Recopilacién de Indias de 1680; Ma- NUEL JIMENEZ FERNANDEZ, conocido por sus trabajos sobre Las Casas y las bulas ale- Jandrinas; ISMAEL SANCHEZ, BELLA, de la Universidad de Navarra (un investigador de muchas facetas, pero que en estos tiltimos tiempos ha sido catalizador para la pu- blicaci6n de interesantes fuentes, acompatiando éstas por acertadas introducciones) y, en la misma Universidad, FERNANDO ARVIZU Y GALARRAGA; DEMETRIO RAMOs, de la Casa de Col6n, en Valladolid (especialista de la fase inicial de la “Conquista” -o “Descubrimiento”, 0 como uno quiera-_de América); J. M. Ors CaPprquf, que tra bajé gran parte de su vida en el exilio, donde, entre otras cosas, produjo una intro- ducci6n al ius-indianismo que ha tenido una amplia divulgacién;® ANTONIO Muro OrgJON (el paciente investigador ius-indianista de Sevilla, autor de una introduc- ci6n titil a fa materia -publicada por iniciativa de la Escuela Libre de Derecho~? y padre de uno de los actuales miembros de nuestro grupo transnacional, © Manual de historia del derecho espafiol en las Indias y del derecho propiamente indiano, 1943. No se trata de una primera vision panorémica de la materia, ya que Ricardo Levene, en 1924, ya bia publicado su Initroduccidn a la historia del derecho indiano,y los tomos Il y HII de los Aptin- tes para Ia historia de México de Esquivel Obregén, de 1937, también pueden considerarse como un intento de presentar tal introduccién, pero por s ud y accesibilidad debe considerarse como un importante paso en el progreso de nuestra materia 7 Lecciones de historia del derecho hispano-indiano, M. A. Porréia, 1989, con prélogo por Rafael Diego-Ferndndez.S. y presentado por J. L, Soberanes. 10 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Muro Romero, igualmente de Sevilla; en cuya Universidad también encontramos, en nuestra materia, a Jost MARTINEZ, GION; ALBERTO DE LA HERA (especialista de aspectos eclesidsticos del derecho indiano);® CONCEPCION GarciA-GALLO, la hija de don Alfonso, conocida por su edicién de la obra de uno de los “notistas” (0 sea co- mentaristas a la Recopilacién de 1680), José Lebron y Cuervo; FRANCISCO DE SOLA- No (un frecuente visitante de nuestras instituciones académicas, y conocido en nuestro medio por su util Cedulario de tierras,'° estudios sobre el urbanismo india- no y la elucidacién de la figura y labor de Antonio Ulloa); RAFAEL GiBERT, de Ma- drid, mentor de nuestro ius-indianista Jaime del Arenal; Jost! SANCHEZ, ARCILLA BERNAL, a menudo presente en Jos eventos mexicanos, coautor de una reciente His- toria-del Derecho Espafiok!! ANA MaRIA BARRERO GaXCIA, siempre muy unida a la labor de don Alfonso; AGUSTIN BeRMUDEZ AZNAR, el ius-indianista de Murcia; AE. SCHABFER, ex patriado aleman que luego trabajé en Espafia, y que tiene gran mé- rito para nuestra materia por su estudio intitulado El Consejo Real y Supremo de las Indias.! En la Universidad Complutense de Madrid, el actual Rector, Gusta- VO VILLAPALOS, es jus-indianista, asi como su colaborador JULIO MEDINA FONT, y ademés llaman la atencién en el ius-indianismo espafiol investigadores y autores como FRANCISCO TOMAS Y VALIENTE, de Salamanca, conocido, inter alia, por su monogtafia sobre la venta de oficios; Jos# MANUEI, PEREZ PRENDES, JOAQUIN SAI po Izu, de la Universidad de Granada, José DE LA PENA, GUILLERMO CESPRDES DEL CASTILLO, CONSTANTINO BAYLE, VENANCIO CARRO, PAULINO CASTANEDA (gran investigador de las facetas canénicas del derecho indiano), y varios otros.!3 Y lamentablemente ya debo mencionar.a nuestra querida colega BEATRIZ BERNAL entre los ius-indianistas espafioles, ya que ensefia ahora el derecho in- diano en la Universidad Complutense de Madrid, pero, de todos modos, conser- va un fntimo contacto con el grupo mexicano a cuya formacién. tanto ha conttibuido cuando vivié todavia entre nosotros. 8 El regalismo borbnico en su proyeccién indiana, Pamplona, 1963, ° En Atiuario de Historia del Derecho Espafiol, 1970. 10 Cedulario de Tierras, 1497-1820, UNAM, 2a, ed., 1991 1 Emma Montanos Ferrin y J. Sanchez Arcilla, Histor tomos, Madrid, 1991. 12 Sevilla, tomo I (1935) y tomo II (1947). 13 A causa del acentuado nomacismo moderno entre los miembros de la Academia, con tan frecuentes cambios de domicilio universitario, en varios casos pude haber mencionado datos an- i respecto ~en esta y en otras partes del presente trabajo, del derecho y de las instituciones, tres ticuados, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y¥ NOVOHISPANO. TERCERA PARTE iL Entre las revistas académicas espafiolas destacan, para nuestra materia, el ya mencionado Anuario de Historia-del Derecho Espafol, la. Revista de Indias, pu- blicada en Madrid, y el Anuario de Estudios Americanos, publicado en Sevilla por la Escuela de Estudios Hispanoamericanos.:También ciertos libros-homenaje, como el ofrecido a Ismael Sanchez Bella! y, ahora en prensa, el dedicado a Al- fonso Garcia-Gallo!> ofrecen importantes materiales para nuestra materia. Total: una brillante, polifacética corriente intelectial. Rafael de Altamira estaria asombrado de ver el resultado académico que su iniciativa de hace un siglo ha producido en su antigua patria (y, aunque en menor grado, en el res- to del mundo hispano). 3. EL IUS-INDIANISMO EN OTROS PAISES EUROPEOS Este nuevo interés por el derecho indiano ha animado a algunos investigado- res europeos fuera de.Espafia, que han publicado estudios que son de gran utilidad para nosotros. En Inglaterra trabaja MICHAEL P. CosTELos, con buenos contactos en el medio eclesidstico de México; nos ha ayudado con sus estudios sobre el patrimonio ecle- sidstico a fines de la fase novohispana. También inglés cra JOHN H.-PARRY, con su fundamental estudio sobre la Audiencia de Guadalajara, desde su cteacién en 1548, a través de su independizacion de la Audiencia virreinal, hasta fines del siglo xvi.!6 NANCcy FARRIS, igualmente inglés, ha publicado un estudio ineludible sobre aspectos del real patronato de la iglesia novohispana,!? y MICHAEL E. MURPHY es importante por su aportacién al estudio del derecho sobre aguas en la Nue- va Espafia.!8 Al gran indianista transmigrado E. SCHAEFER, ya lo hemos mencionado den- to del grupo espaiiol; también dificil de clasificar de aciierdo con el criterio (ca~ da vez menos relevante) de la nacionalidad es RICARDO KONErzkg, de origen 14 Pamplona, 1992. ' 15 Universidad Complutense de Madrid, 5 vols. actualmente (1994) en prensa, 16 The Audiencia of New Galicia in the xvith C,, Cambridge, 1948, 17 Crown and Clergy in colonial Mexico, 1579-1821, Londres, 1968, 18 Irrigation en the Bajto region of colonial Mexico, Boulder-Londres, 1986. 12 ‘GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. polaco, muy ligado a Colombia y Espafia, famoso por su Coleccién de documen- tos para la historia de la formacién social de Hispanoamérica, 1493-1810, en tres voltimenes (cinco tomos),!? y el suizo Schwaller se hizo notar por su Origins of church wealth in Mexico; ecclesiastical revenues and church finances, 1523-16002 Francés, pero vivamente interesado en México, donde residié varios afios como di- rector del IFAL, es FRANCOIS CHEVALIER, merecidamente conocido por su anilisis de la formacién de los latifundios durante el siglo xv1, sobre todo en la region de Puebla2! Y para los aspectos juridicos (y otros) de la evangelizacién de la Nueva Es- pafia hasta la Iegada de los jesuitas, la famosa obra de Robert Ricard, La con- quéte spirituelle du Mexique?? sigue siendo importante. Mencionemos también al sueco MAGNUS MOERNER, quien tiene méritos para nuestra especialidad, entre otras cosas, por sus estudios sobre la separaci6n re- sidencial entre indios y blancos.23 4, EL IUS-INDIANISMO EN ”ADOS UNIDOS Aqui, evidentemente, no hubo sensibilidades patridticas que frenasen el estu- dio de la historia del derecho indiano, y ya pronto se presentaron historiado- res con un especial interés en aspectos politoldgicos y juridicos de las Indias, como:FRANK W. BLACKMAR.”4 Esta corriente se presenté inicialmente en for- 19 Madrid, 1953, 20 Albuquerque, 1985. 7 21 Chevalier, E, La formation des grands domaines au Mexique, Parts, 1952 (existen tracluccio- nes al inglés ~Berkeley-, 1970 y al espaitol -Fce-, 1956). 22 paris, 1933, Traducida al inglés: The spiritual conquest of Mexico: An essay in the apostolate and the evangelizing methods of the medicament order in New Spain: 1523-1572, trad. de Lesley Byrd Simpson, Berkeley: University of California, 1966, 423 pp. ° Ademds de la traducci6n inglesa existen dos al castellano: La conquista espiritual de México: Enisayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las Ordenes méndlicantes en la Nueva Bspatia de 1523-24 a 1572, trad. de Angel Marta Garibay K., México, Bd. Jus, 1947, 557 pp. y La conquis ta espiritual de México: Ensayo sobre el apostolado y los métodos misioneros de las érdenes mendican. tes en la Nueva Espatia de 1523-24 a 1572, México, Fondo de Cultura Econémica, 1986, 496 pp. 23 Estado, razas y cambio social en la Hispano-América colonial, SepSetentas, 1974, y La corona espaniola y los pueblos de indios de América, Estocolnio, 1970, 24 Blackmar, Frank Wilson, 1854-1931. Spanish Institutions of the Southwest, 1891, reimpreso Glorieta, N.M.: Rio Grande Press, 1976, XXV, 353 [14] pp., reimpreso con nueva introduecién co- mo vol. 10 de los Johns Hopkins University Studies in Historical and Political Science. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, TERCERA PARTE 13 ma especial en California (sobre todo en Berkeley), a causa de la plataforma comin entre la historia local californiana y la historia indiana. Podemos mencionar con especial aprecio a RoBERT SMITH,25 LILLIAN ESTE- LLE FisHER,?6 Heperr INGRAM Prisstty2? 0 CHARLES H. CUNNINGHAM. En general se dedicaron de preferencia a la tarea de descubrir, a través de archivalia admi- nistrativa y legislacién, la estructura general del poder en las Indias. En la transicién hacia la segunda generacién hallamos a C.H. Harinc, que desde 1925 ha estado produciendo obras importantes para nuestra materia,2° en que afiade a la tematica anterior mas interés por t6picos econdmicos y so- ciales. En esta generacién encontramos también a LesLey B, SIMPSON, conoci- do en nuestro medio por st amena historia de México,?? al lado de la cual este catedratico de Berkeley tuvo para el jus-indianismo méritos especiales por su anilisis de la esclavitud y de la encomienda. También ha sido importante Ho- WARD F. Cing.30 La obra colectiva Colonial Hispanic America,>! editada por A.C. WiLGus, ofrece un panorama de otros historiadores norteamericanos que en aquel mo- mento se dedicaron a aspectos de la historia latinoamericana, importantes pa- ra el ius-indianismo. Esta generacién ya no cuenta con sobrevivientes. Encontramos luego una tercera generacién, de personas ahora igualmente ya desaparecidas 0 de avanzada edad, como el finado CHARLES GIBSON, el cual a través de sus pacientes investigaciones en los archivos nos ha aclarado los di- versos mecanismos de incorporaci6n de los indigenas a la nueva civiliza- cién, en la parte central de la Nueva Espafia;32 Lewis HANKE, todavia 25 The Viceroy of New Spain, 1912, 26 Fisher, Lillian Estelle, 1891, The intendant system in Spanish America, Nueva York, Gordian Press, 1969. 27 josé de Galver, visitor general of New Spain, reimpr., Philadelphia, 1980, 28 El origen del gobierno: real en las Indias espafiolas, Buenos Aires, 1925. Después Haman la atencién su Comercio y navegaci6n entre Espafia y las Indias en tiempos de los Habsburgos, ¥cR, 1940; y su The Spanish empire in America, Nueva York, 1947, 29 Many Mexicos, Berkeley, 1967 (existen varias ediciones norteamerica al castellano) . 30 Civil congregations of the Indians in New Spain, 1598-1606, Hispanic American Historical Review, 29 (1949), pp. 349-369. 31 Washington, 1936. 22 ‘The aztecs under Spanish rule (1519-1819), Stanford, 1964; y Tlaxcala in the sixteenth cen- tury (1952); de ambas obras existen traducciones al castellano. yuna traduccién BISLIGTECA LUIS GONZALEZ EL. CoLEGiIG DE WIGHOACAM A.c. 4 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. vivo, el incansable investigador de todo lo relacionado con-fray Bartolomé de Las Casas;33 Roperr A. Porasi, alumno de Haring y Cline, que también sigue entre nosotros, y que es conocido en México por su fundamental es- tudio sobre un tema ya fuera de la fase novohispana, el Banco de Avio (1821-1846),34 pero también en calidad de estudioso del ius-indianismo; y Wooprow Bora, que sigue dedicado a nuestra especialidad y al cual re- cordamos aqui con carifio por el seminario que organizé en la UNAM sobre el gobierno local en la Nueva Espafia®S y por su minucioso estudio de la justicia especial, establecida para los “naturales”;36 este autor también es importante para nosotros por los estudios que publicé junto con $.F. Cook sobre el draméatico descenso de la poblacién indigena del México central durante las primeras generaciones novohispanas, causado por las epide- mias, un fendmeno que ha tenido importantes consecuencias para la evo- lucién de la tenencia de la tierra.37 A esta tercera generacién pertenece también la recientemente fallecida Nertte Lee BENSON, que con sus alumnos se ha dedicado especialmente a Ia fase gaditana, casi el ‘ltimo episodio del derecho indiano por lo que a México se refiere,>8 y que, ademés tiene particular importancia para noso- tros por haber sido la iniciadora de aquella magna organizacién, la Latin- American Collection, de la Universidad de Texas, en Austin, que ahora es una de las mejores bibliotecas en’este continente donde un ius-indianista pueda documentarse en fuentes impresas. 33 Es merecidamente popular su La lucha espafiola por la justicia en Ia conquista de América, trad., 2a. ed., Madrid, 1967, 34 Segunda e nen espafiol, 1986, FcR, 35 bi resultado ha sido publicado en forma de una obra colect vincial en la Nueva Espafia, 1570-1787, uNamt 1985. : 36 BI Juzgado General de Inclios en Ia Nueva Espaita, trad., rx, 1985 (original: Justice by Insue- rance: the General Indian Court of colonial Mexico and the legal aides of the Half-real, Berkeley, 1983). 37 Cook, SE y Borah, W., Angeles, 1960. 38 Benson, Nettie Lee (ed.), Mexico and the Spanish Cortes, 1810-1822 eight essays, cow una in troduccién de Nettie Lee Benson, Austin: Pub, Institute of Latin American Studies, c1966, 243 pp. Existe una trad. al castellano: México y las cortes espaftolas, 1810-1822: Ocho ensayos, introdueci6n por Nettie Lee Benson; trac, por José Esteban Calderén, México, Instituto de Investigaciones Le- gislativas, Cémara de Diputados, Lil Legislatura, 1985, 241 pp. A goblerno pro- he indian population of Central Mexico, 1531-1610, Berkeley-Los INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE 15 Y ahora nos,circundan buenos investigadores ius-indianistas de la cuarta ge- neracién norteamericana, como Davi J.LANGUM,-canocido por su estudio sobre Ja forma de impartir justicia en la California colonial,3? el historiador de Nue- vo Mexico, Marc Simmons,49 CHartes CUTTER! DANIEL TYLER? BURKHOL- ber y CHANDLER,“ S, Lyman ‘TyLER,“# y Davip BRADING,#9 ademas de. LINDA ARNOLD (Virginia), 4° Stata M: ARROM (Universidad de Indiana),47 yen.Puer- to Rico, César. GuiveNn FLorss, los tres conocidos en nuestro medio. por su grata‘asistencia a nuestros eventos. Una circunstancia especial ha ayudado aatraer la atencién de varios juris- tas ¢ historiadores narteamericanos sobre nuestra especialidad; es que en es- tas tiltimas décadas se han presentado unos sonados litigios sobre'tierras y aguas:en las porciones de México que en. 1848 se trasladaron hacia Estados Unidos, y en los cuales:el perfil actual de ciertos derechos actuales depende de la situacién juridica creada por mercedes teales.de la fase:novohispana, Estas controversias, en que se trata de. impresionantes intereses econdmicos, han ca: nalizado mucho dinero hacia investigaciones sobre las mercedes en general, las mercedes de aguas, derechos implicitos de irrigacién y temas semejantes, de manera que encontramos toda una pléyade de académicos que en estas til- 3 Langum, David J., 1940, Law aind community om the Mexican California frontier: Anglo- American expatriates and the clash of legal traditions, 1821-1846, Norma ma Press, 1987, xit,'308 pp. 40 Spanish goverment in New Mexico, New Mexico University Press, 1968; sigue siendo una buena introduccién al derecho puiblico indiano, visto desde cl angulo de una inquieta pro del norte de la Nueva Espaita, de investigaciones propias,es conocido en nuestro medio por haber editado, a tra- cl Libro de los principales rudimentos tocante a todos juicios criminal civil y exe- vés de la UNAM cutivo (1764). 42.1 profesor Tyler ha trabajado también sobre cuestiones de tierras y aguas en el derecho no- vohispano, pero, ademds, tiene intereses mas amplios dentro del iu: smo, como vemos en ‘su Mexican indian Policy in New Mexico, New Mexico Historical Review, 55:2. 1980 43 Su From Impotence to Authority; the Spanish Crown and the American Audiencia, 1687-1808, Missouri, 1977, ha sido traducido recientemente por el rE. 44 Editor y comentatista de Goncerning the Indians lately discovered, University of Utah, 1980, y The Indian cause in the Spanish laws of the Indias, University of Utah, 1980, 45 Mineros y comerciantes en el México borbonico, 1763-1810, FcR, 1975. 46 Bureaucracy and bureaucrats in Mexico-City, 1742-1835, University of Arizona, 1988 (& te uria traduccién espafiola) 47 Women in Mexico-City, 1800-1850, Stanford, 1985 (traduccién al castellano, Siglo XXI, 1988). 1 1 1 16 GUILLERMO PLORIS MARGADANT S, timas décadas encontramos solos 0 en colaboracién con colegas mexicanos (como Santiago Ofiate, el padre de nuestro actual ministro de Relaciones Ex- teriores, del mismo nombre), han producido una literatura que combina las ideas generales con detallados micro-estudios. La labor de MicuagL C. Meyer, de la Universidad de Arizona, es funda- mental al respecto,‘8 y alrededor de ella encontramos muchos estudios, ge- neralmente publicados como articulos en revistas académicas, con aspectos de estas embrolladas cuestiones, Destacan al respecto B.E. DoBKINS,49 IRA G. CLaRK,50 HaNs BAADE,5! M. EBRIGTH, R.E. GREENLEAR,52 WeLIs A. Hut- CHINS, MyRA ELLAN JENKINS,°? W.A. KELEHER —un precursor dentro de este grupo de investigadores—,54 JosEPH MCKNIGHT,5S JOHN Q. RESSLER, ANAS- TASIA S. STEPHENS,5® IRIS ENGSTRAND que como historiadora ha servido en equipos ocupados de sonados litigios norteamericanos sobre la interpreta- cién de mercedes novohispanas, WILLIAM B. TAYLOR,5? D, TYLER,58 VICTOR WESTPHALL,®? y JAMES LOCKHART, entre varios otros, 48 Su obra principal, al respecto, es Water in the Hispanic South-west, a social and legal history, 1550-1850, Tucson, 1984. 4 The Spanish element en ‘Texas water law, Austin, 1959. 50: Water in New Mexico, a history of its managment and use, Albuquerque, 1987. 51 The historical background of Texas water law, St, Mary's Law Journal, 18.1 (1986), pp. 1-98. 52 Land and water en Mexico and New Mexico, 1700-1821, New Mexico Historical Review, 47.2 (1972), pp. 85-112. 53 The Balthasar Baca “Grant”: history of an encroachment, El Palacio, 68 (1961). , 54 Law of the New Mexican land grant, New Mexico Historical Review, 4, 1929. 55 “The Spanish watercourses in ‘Texas’, en Essays in Honor of F. Frankfurter, 1966, pp. 373-386. 56 Pueblo water rights in New Mexico, Nat. Resources Journal, 28, verano 1988, pp. 535-583 -un buen resumen de los problemas en cuestion, 57 Ademas de sus estucios minuciosos en los archivos sobre las mercedes de aguas (Land and water rights in the viceroyalty of New Spai w, 50, july 1975, pp, 189-212), es conoc University Press, 1979, 58 Ademis de sus esttdios sobre la “pueblo water rights doctrit can Indian policy in New Mexico, New Mexico Historical Review, 55.2 (1980), pp. 101-120. 59 Mercedes Reales, Hispanic land grants of the Upper Rio Grande Region, Albuquerque, 1983. 6 Conozco de él Encomienda and hacienda: the evolution of the Great estate in the Spanish In dies, Hispanic American Historical Review, 49 (1969), pp. 412-429, Pero sobre todo me ha llama- do la atenci6n por su colaboracién en la magnifica edici6n de The Tlaxcalan Actas: a compendium of the records of the cabildo of Tlaxcala, 1545-1627, 1986. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO, TERCERA PARTE, 17 5. EL TUS-INDIANISTA EN LATINOAMERICA, PUERA DE ME) 0 Durante las primeras generaciones de la vida independiente, en las antiguas In- dias el estudio del derecho indiano se habia quedado en un nivel modesto, proba: blemente debido al hecho de que una seria ocupacién con esta materia revela realidades incompatibles con la “leyenda negra” que inicialmente habia acompa- fiado-el patriotismo de las nuevas naciones hispanoamericanas (y que todavia predomina en muchos aspectos de la ensefianza de la historia de nuestros paises, en los émbitos preuniversitarios). Desde las titimas décadas del siglo pasado, por la influencia de la “Escuela Historica” de Alemania en algunas universidades latino- americanas ya se crearon algunos cursos de historia del derecho, en los cuales el derecho de la fase hispana desempeiié un papel, y para esta fase de la pre-his- toria del estudio del ius-indianismo en nuestros paises, pueden mencionarse el ista ROMAN ALZAMORA, en el Pert, asi como su sucesor ELEDORO ROMERO, © para México JACINTO PALLARES; para Chile VALENTIN LETELIER, o para Argentina Cartos Octavio BUNGE. Sin embargo, estos autores todavia padecieron de una muy incompleta vi- sin sobre las fuentes de nuestra materia y de la interrelacién entre ellas, y no conectaron sus intentos de presentar una estructura fundamental del dere- cho indiano con la investigacién en los archivos, que es indispensable en nuestra materia, en que la flexibilidad de la aplicaci6n de las normas escritas y las mtiltiples concesiones a las costumbres, praeter legem e inclusive a veces contra legem, son tan Hamativas.5! Desde las primeras décadas de presente siglo, el ambiente alrededor del estudio ius-indianista en Latinoamérica comenzé a cambiar, gracias al impacto de Altami- ray de sus alumnos, y es sobre todo en dos paises, Argentina y Chile, que nuestra materia comenzaba a desarrollarse durante las primeras décadas del presente siglo, a) Argentina En Buenos Aires fue RICARDO LEVENE (1885-1959), aytor de una famosa Histo- ria del derecho argentino en doce voltimenes, el investigador a quien debemos 5! Para mis datos sobre los historiadores del derecho de la La véase el trabajo de B. Bernal, citado en la nota 2. woamérica de aquel entonces, 18 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. una corriente que ha dado lugar al Instituto de Historia del Derecho Ricardo Le- yene, que publica un voluminoso anuario y varias monografias, en cuyo ma- terial hay siempre mucho que interesa especialmente al ius-indianista, En la pléyade de los ius-indianistas argentino’ de primera calidad, encontramos al Nes tor de este grupo RICARDO ZORRAQUIN BECU, al lado de Vicror Tau ANZOATE- QUI, ABELARDO LEVAGGI (interesado, aunque no exclusivamente, en el: derecho penal indiano), EDUARDO MARtIRE, JOSE MARIA Mariuz URQUIZO, Daisy RipoDAS, Gaston Doucz y varios otros. Las colecciones de la anual: Revista de Histo- ria del Derecho, al lado de la Revista Levene, contienen una abundancia de in- teresantes materiales ius-indianistas, Ademas, para los ius-indianistas de las tres Américas es importante, la Hispanic American Historical Review. b) Chile En intimo contacto con este movimiento argentino hubo en Santiago de Chile la labor de ANiBAL BASCUNAN, seguida por la del inolvidable, pintores- co y sarcastico erudito, ALAMIRO DE AVILA MARTEL y su gupo de coeténeos, acompafiados ahora por elementos mas jdvenes, entre los que destaca BER- NARDINO Bravo Lira, conocido por sus estudios bibliograficos y de derecho ptiblico, y ANTONIO DouGNAC. Publicaciones como la Revista Chilena, de Historia del Derecho (Santiago de Chile) y la Revista de Estudios Histérico-Ju- ridicos (Valparaiso), dan una impresién de la loable produccién chilena en nuestra materia. c) Pert Al lado de estos dos patses latinoamericanos, Perti ha sido escenario de un movi- miento inicial prominente, con JORGE BASsADRE, iniciado a nuestra materia por el transmigrado espafiol Ots Capdequi, ya mencionado dentro del grupo de ius-in- dianistas espafioles. En la actualidad, el Instituto Pertiano de Historia del Derecho, y su flarante publicaci6n semestral, Crénicas de Historia del Derecho, representan una corriente 62 Apartado Postal 18-0999, Arias Aragtiez 290, ima 18, Pert, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE 19 de investigadores entre los cuales se encuentran importantes ius-indianistas, como, sobre todo, GUILLERMO LOHMAN VILLENA (Universidad Catélica del Perti), ademas del cual deben mencionarse a JUAN VICENTE UGARTE DEL PINOy el hijo del Basadre al que acabamos de hacer referencia, JORGE BASADRE AYULO. Una figura central del actual ius-indianismo peruano es FERNANDO DE Trazecnigs, del mencionado instituto, y si durante mucho tiempo el cultivo de nuestra materia en el Perti probablemente no ha correspondido a las espe- ranzas a las que aquel magnifico comienzo habia dado lugar, parece que aho- ra ese “bache” ya queda detrés de nosotros. d) Otros paises hispanoamericanos Alrededor de los dos grandes focos mencionados, Argentina y Chile, y un fo- co actualmente secundario, Pert, hubo cierta dedicacién a nuestra materia en Costa Rica, con JorGE ENRIQUE GUIRR, y se cultiva la materia en Ecuador, so- bre todo por el sacerdote doctor José ReiG Sarorres (también ha trabajado alli aquella pareja de ius-indianistas, los $zAspI —ADAM y Dora-, después de sus actividades en Puerto Rico); en Guatemala, cuyo ex presidente JuLio César MENDEZ. MONTENEGRO ha publicado interesantes documentos ius-indianistas, y donde el notario Jorge LujAN Munoz se ha dedicado, sobre todo, al andlisis de la actividad de los escribanos de la fase indiana. En Uruguay, pats que se ha destacado en varias otras ramas del derecho, co- mo el procesal y el romano, parece que el estudio del derecho indiano se ha que- dado atrds, a pesar de la interesante figura de ALBERTO ROCA Tocco, y Venezuela, que siempre se dedica con brillo a la historia de su derecho, parece contar con pocos académicos que hicieron del derecho indiano su especialidad (aunque ala venezolana GISELA MORAZZANI DE PEREZ ENCISO, alumna de Garcia-Gallo, debe- mos una buena obra panoramica sobre las diversas Ordenanzas de Intendentes). 6, EL INSTITUTO INTERNACIONAL DE HISTORIA DEL DERECHO INDIANO En 1966, los ius-indianistas argentinos, chilenos y espafioles se juntaron para formar, en Buenos Aires, el Instituto Internacional de Historia del Derecho In- 20 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. diano, benemérita institucién a la que debemos, hasta ahora, diez.congresos, cada vez con publicacién de la correspondiente Memoria. 7. EL DESARROLLO 1US-INDIANISTA EN M&xICo. a) Los precursores Como ya hemos observado, los primeros autores que, dentro de un marco ge- neral de historia del derecho mexicano, trataron el derecho novohispano, des- de luego no pudieron apoyarse todavia en mucha literatura académica sobre ese tema y en las nuevas ediciones de las fuentes que ahora nos circundan, de ma- nera que eran pioncros, con todos los méritos y los defectos de esta calidad. Es lo que vemos, por ejemplo, en Jacinto Pallares, con su Historia del derecho mexicano, Secretaria de Fomento, 1904: + Paralelamente con la labor de estos antiguos historiadores del derecho mexica~ no, encontramos en el México del siglo pasado (como también ya hemos sefiala- do para Espafia) la publicacién de valiosas colecciones de “Documentos inédito: para la historia en general, que a menudo contienen importantes datos para la his- toria del derecho. Entre ellas quiero mencionar con especial gratitud la coleccién de Instrucciones que los virreyes de Nueva Espafa dejaron a sus sucesores, una obra que a menudo nos ayuda a ver con més detalle y viveza el fondo real de medidas que ya conocimos en su cristalizacin normativa. b) El primer cohorte de verdaderos ius-indianistas mexicanos Entre los alumnos mexicanos de Altamira sobresalieron TorIBIO EsQUIVEL OBRE- GON y Sitvio ZavaLa. Sin embargo, y a pesar de las publicaciones de estos dos eruditos, tardé mucho la formacién de una verdadera corriente de ius-india- nistas en estas tierras. 63 para otros precursores (el tabasquefio Gregorio Castellanos, Manuel Ortiz de Montellano, Jorge Vera Estaftol), véase J. L. Soberanes, Historia del sistema jurfdico mexicano, UNAM-t1}, 1990, pp. 14-17. 64 México, 1867. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE, val Es que don Toribio, un conservador que pagé con once afios de exilio (en Estados Unidos) su colaboracién de cinco meses con el gobierno de Huerta, durante la Revolucién mexicana, tuvo una profunda antipatia de la ideolo- gia oficial que habia nacido de la Revolucién mexicana; ademas, tenia un ca- racter dificil, y a pesar del refugio que le brindé la Escuela Libre de Derecho, donde pudo suceder al porfirista MIGUEL MACEDO, no era una persona que tuviera una amplia repercusién popularizadora de su especialidad. A él de- bemos un obra de cuatro tomos, recientemente reeditada: Apuntes para la Historia del Derecho en México. El primer tomo, después de una introduc- cién general muy amplia, se dedica a los derechos precortesianos, una mate- ia que no goza de la simpatfa especial de un hispanista de hueso colorado, como don Toribio —y el lector lo nota. Los tomos segundo y tercero analizan el'derecho de Ja Nueva Espafia, en que nuestro autor se sintié completamen- te a gusto. Son todavia de recomendable consulta, aunque Esquivel Obregén, obviamente, no habia podido aprovechar Ia rica cosecha de la investigacion ius-indianista de estos tiltimos treinta afios, que.coloca muchos temas bajo otra luz, y establece nuevas conexiones y acentos. En el cuarto tomo, don To- ribio se dedica especialmente a los aspectos internacionales, a cuyo respecto el autor dio rienda suelta a su apasionado odio hacia Estados Unidos y su fo- bia a la masonerfa, que armonizan con su amor a Espafia y al catolicismo, de manera que un tono ideolégico apasionado atraviesa toda la obra, circuns- tancia que generalmente no ayuda para la aceptacién académica de un li- bro. Asu lado encontramos a JAVIER DB CERVANTES, de la misma ideologia de Es- quivel Obregén, pero quien, a pesar de su cardcter recto y aristécrata, y su agra- dable personalidad, a través de sus actividades docentes (no sdlq en la Escuela Libre de Derecho, sino también en la UNAM) no logré desencadenar un entusias- mo general por nuestra materia. En cuanto a SILVIO ZAVALA, sigue viviendo y trabajando —y ojala todavia por mucho tiempo. Es el Nestor de nuestro actual grupo de ius-indianistas, ade- mas de haber sido miembro de nuestro Colegio Nacional, y de haber recibido el Premio Principe de Asturias: un habitante del Otimpo de la cultura académica mexicana ¢ hispana. Sin embargo, durante gran parte de su vida se ha dedicado mas que ala docen- cia, a altas funciones oficiales y, privadamente, a las investigaciones de la historia 22. GUILLERMO FLORIS MARGADANT S.. general y la historia juridica de las Indias, Estos estudios e incursiones en la rica archivalia sobre estos temas, en México y en el extranjero, cristalizaron’en una abundancia de obras fundamentales que (cuando menos hasta 1982) pueden en- contrarse listadas en los Datos biogrdficos y profesionales del doctor Silvio Zavala que El Colegio Nacional publicé en 1982. Por su importancia ius-indianista general destacan de él varias obras indis- pensables, como Jas Instituciones juridicas en la conquista de América, Fuentes para'la historia del trabajo en la Nueva Espafia, 1575-1805, y la Encomienda Indiana? Aunque, como ya dijimos, durante varias décadas sus importantes funciones oficiales (finalmente en la diplomacia) hicieron imposible su dedicacién sistemé- tica a alguna catedra, en la fase ulterior de su vida, gracias a El Colegio de México, tuvo un contacto més fntimo con una élite de la juventud intelectual de este pats, y podemos considerar, por ejemplo a ANDRES Lina como discipulo de Silvio Za- vala (una calidad que, a través de sus obras, eh cierto sentido todos los ius-india- nistas mexicanos compartimos con nuestro amigo Andrés). ©) Los transmigrados espafioles Al lado de estas tres. personas, a raiz del éxodo hacia Hispanoamérica de los espafioles inconformes con el régimen de Franco, vinieron a trabajar.en Mé- xico unos eminentes eruditos espafioles, de mucho métito para el ius-indianis- mo: JOs# IGNACIO MANTECON, A. MILLARES CARLO, JAVIER MAGALLON BARCELO (alumno de Altamira) y JoSE MIRANDA. : Ademis, ¢s a uno de los transmigrados espaiioles, FELIPE SANCHEZ ROMAN, a quien debemos la fundaci6n del Instituto de Investigaciones Juridicas (antes Instituto de Derecho Comparado), al que en la actualidad el ius-indianismo de * be tanto estimulo. 65 Segunda edicién, Portia, 1971. 66 Se trata de una compilacidn de documentos en ocho vohimenes, editada por S. Zavala y M. Castel6, ce, 1939-1946 y recientemente reeditada por el Centro de Estudios: Histéricos del Movimiento Obrero de México (1980). 67 La primera edici6n salié en Madrid, 1935, la segunda, aumentada y corregida, en México, 1973 y Ja tercera en México, 1992. Ahora ha salido un tomo con consideraciones y aptintes adi cionales, Suplemento documental y bibliogréfico a la Encomienda Indiana, UN. 1994, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE 23 ‘También en el ambiente de El Colegio de México se encontraron algunos investigadores.dedicades al derecho indiano, como Maria DEL CARMEN Vz- LAZQUEZ, interesada en aspectos militares de la Nueva Espafia,%8 y también al- rededor del AGN y en la Facultad de Filosofia y Letras de la UNAM, con nuestro Edmundo O'Gorman, 0 en el Instituto de Investigaciones Histéricas de la UNAM, se habfarformado grupos de personas interesadas en los aspectos jurfdicos de la Nueva Espatia. En esta etapa, Jost A. LLAGUNO hizo una famosa publicacién sobre un im- portante tema del derecho canénico novohispano: el tratamiento que recibié el:indio en el III Concilio Mexicano, de 1585.0 d) Garcia-Gallo se fija en México En el ambiente con tantos grupos, un poco aislados, de personas capaces de hacer investigacién.ius-indianista, el estimulo final para el despegue de la ac- tual corriente del ius-indianismo mexicano vino desde otro dngulo, y a este respecto el nombre de Alfonso Garcfa-Gallo Hlegé a ser esencial, Este gran historiador del derecho estuvo algo molesto por la ausencia de me xicanos en el nuevo Instituto que acabamos de mencionar. Esquivel Obregon ya habfa muerto:en 1946, Silvio Zavala estuvo absorto en tareas oficiales de al- to nivel; y parece que las invitaciones a otros intelectuales mexicanos no ha- bfan tenido.resonancia En aquella época, yo mismo me dedicaba todavia exclusivamente al ius- romanismo, dentro del-cual, empero, ya habia encontrado-mi camino hacia la “segunda vida del derecho romano”, pero Gilissen, para su: Bibliografia universal de historia y etiologia del derecho, me habia pedido que preparara el folleto correspondiente a México dentro de esta enorme obra colectiva (a la que contribuf mediante el folleto F-9), y durante la ejecucion de este en- cargo, en mis andanzas a través de muchas bibliotecas jurfdicas, de paso ha- bia acumtilado materiales para un librito de texto que para fines diddcticos debia sustituir la mencionada obra de Esquivel Obregon. Es que, en mi opi- 68 El estado de guerra en Nueva Espafia, 1760-1808, Mexico, 1950, y La frontera norte y la expe- riencia colonial, México, 1982. © La personalidad jurtdica del indio y el 111 Concilio Provincial Mexicano, Porrita, 1963. 24 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. nidn, ésta era demasiado amplia como para poder apoyar la languideciente ensefianza de la historia del derecho patrio, ademés de ser obsoleta desde varios puntos de vista, e incompleta en cuanto a la evolucién desde 1821. Consideraba este nuevo texto como un primer paso esencial para que se pudie- ra tratar de soplar luego una nueva vida en la ensefianza universitaria de esta mate- ria (en aquel momento todavia optativa, y siempre con muy pocos alumnos).70 Ast salié en 1971 la primera edicién de mi Introduccién a la historia del de- recho mexicano, En este libro de texto, aproximadamente un tercio de las pa- ginas correspondia al derecho novohispano, y déndose cuenta de la importancia que yo habfa dado a esta parte de la historia del derecho de mi pats, Garcia-Gallo, cuando se encontré conmigo en un congreso mundial de historiadores en Moscti, en 1970, me invité a participar en el préximo, tercer, Congreso del mencionado Instituto, en Madrid, para enero de 1972. Para es- te Congreso preparé una ponencia”! y fui admitido en calidad de miembro de niimero, convirtiéndome asf en el primer eslabén de este benemérito Institu- to con México. De regreso en México obtuve fondos para invitar a don Alfonso a nues- tra capital, donde dio una serie de conferencias sobre el derecho indiano, en la UNAM, la Universidad Andhuac y la Universidad Iberoamericana, y fue asi que este famoso ius-indianista establecié una firme amistad (que duraria hasta su muerte) con tres jévenes intelectuales mexicanos a los que luego, en calidad de becarios, llamé a Espafia para estudiar alli el de- recho indiano: BEarriz BERNAL (que actualmente ensefia esta materia en la Universidad Complutense, pero que desde alli conserva un {ntimo contac- to con nuestro grupo de ius-indianistas mexicanos), MARIA DEL REFUGIO GONzALez (la actual Ombudsman de la UNAM, que en este afio, 1994, se ha doctorado en la Complutense con una tesis sobre un aspecto minero del ius-in- dianismo), y José Luis Sopsranes, quien ’actualmente ocupa la direccién del Ins: tituto de Investigaciones Juridicas de la UNAM, desde cuyo puesto estratégico ha 70 Convicci6n luego confirmada por la realidad, ya que desde 1971 este texto ha tenido once nuevas ediciones (y algunas reimpresiones que no ctenian en la serie de las ediciones), una tra duccién norteamericana y una traducci6n japonesa (1993). 7\ Apuntes sobré los archivos mexicanos, importantes para la investigacién del derecho indiano, publicados en la Memoria del 111 Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano, Madrid, 1973, pp. 1048-1077, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, TERCERA PARTE 25 podido hacer mucho por fomentar la corriente mexicana del ius-indianismo; y sus actividades en pro de nuestra materia seguramente encontrarén un nuevo campo fértil, ahora que dicho Instituto podra dedicarse a cursos de posgtado, y organizar un Doctorado de Historia del Derecho. e) Comienza la serie de los congresos que estimularon el ius:indianismo mexicano A raiz del regreso de estos jévenes juristas a México, por insistencia de-don Alfonso (y frente a una actitud mds bien tibia o negativa, sobre todo de par- te de'los miembros argentinos del Instituto) el cuarto Congreso del Insti- tuto pudo celebrarse en México en Morelia. Varios juristas mexicanos, generalmente j6venes y a menudo procedentes del ius-romanismo estuvie- ron invitados allf, y asi fue que en Morelia comenzaba a formarse la actual familia de los ius-indianistas mexicanos, Ademis, Silvio Zavala, también presente en aquel congreso, nos sugirié que iniciaramos una cadena inde- pendiente de congresos de historia del derecho mexicano, que, efectiva- mente, ahora ya ha celebrado cinco congresos, cada vez con Memoria, y que tiene en el momento (diciembre de 1994) de entregar el presente Me- mordhdum a los miembros fundadores de la Academia de Historia del Dere- cho Mexicano, su séxto congreso, en Guanajuato. En estos congresos siempre hubo varios ponencias sobre la fase novohis- pana. Ademés hubo una animada participacién de ius-indianistas mexicanos a los tltimos cinco congresos del Instituto Internacional de Historia del Dere- cho Indiano, al cual ahora varios mexicanos han sido admitidos como miem- bros de numero, En la actualidad, la corriente mexicana del ius-indianismo ya aguanta la com- paracién con las corrientes argentina y chilena. 72 S¢ trata de los congresos de ‘Toluca (1978), Distrito Federal (1980), Taxco (1983), Queréta- ro (1986), y Ajijic (1991). Las Memorias han sido publicadas por la UNAM, sucesivamente, en 1981, de.nuevo en 1981, 1984 y 1988 (dos voltimenes), como IV Anuatio Mexicano de Historia del Derecho (correspondiente a 1992), en 1993, y en 1998 (Memoria del Séptimo Congreso; Mé- xico, D.R). (Memoria del sexto Congreso; Guanajuato, 1994), 26 GULLERMO FLORIS MARGADANT S. f) La corriente de las publicaciones de fuentes : En México, en estos tiltimos veinte afios —al lado de estudios monograficos~ han visto la luz varias reimpresiones de fuentes del derecho indiano. Se ha hablado de una “labor de rescate”, y en parte, efectivamente, se trata de ésta, pero también encontramos en esta corriente de publicaciones varias obras que de ningtin modo estaban en el olvido: se trataba simplemente de. volver a publicar (cada yez con buenas, nuevas introducciones) varias fuentes de nuestra materia, ya dificiles de obtener en sus reediciones anteriores, y de permitir al ius-indianista mexicano vivir, en su gabinete de trabajo, entre una buena cantidad de fuentes primordiales, sin gastar importantes cantidades de dinero. En primer lugar, por su importancia y excelente calidad editorial, debe men- cionarse la reimpresion facsimilar de la Recopilacién de leyes de los reyrtos de las In- dias,? en cuatro tomos, a los cuales se ha afiadido un quinto con comentarios modernos sobre diversos aspectos de esta famosa Recopilacién. Adems se edita- ron aqii{—en publicaciones facsimilares, siempre con interesantes y modernas in troducciones~ una Ordenanza de C. Coldn,”* el Cedulario de Puga;?5 la Politica Indiana de Solérzano,?® la Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espafia (1786),77 las Instituciones de derecho real de Castilla y de Indias, obra didactica es- crita en la tiltima fase de la época indiana por el guatemalteco José Marfa Alva- rez,’8 los -Autos Acordados de Eusebio Ventura’ Belefia,’? las. Pandettas Hispano-Mejicanas de Juan Nepomuceno Rodriguez de San Miguel," los Co- mentarios a las Leyes de Minerfa de Xavier Gamboa,! las Cartas de Indias que se habfan publicado en-Madrid, en 1877, y que ahora ya estaban dificiles de encon= 73 Miguel Angel Porrda, 1987, Se trata de una obra publicada como parte de la celebracién del 75 aniversario de la Escuela Libre de Derecho, México. i" 74 Bd. Edmundo O'Gorman, Condumer, 1978. 75 Condumex, 1985, 76 Secretaria de Programacién y Presupwesto, 1979. 77 Bd, R, Rees Jones, UNAM-IIH, 1984, 78 Bd, Maria del Refugio Gonzales y J. M. Garcia Laguardia, uNam, 1982, 79 Recopilacién sumaria de todos los autos acordados de la Real Audiencia y Sala del Crimen de esta Nueva Espatia, ed, Marta del Refugio Gonzalez, unaw-um, 1991. 80 Reed. facsimilar de Ia 2a. ed., de 1852, con introduccién por Mai UNAM, 1980. del Refugio Gonzalez; INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE. 27. trar,® las Notas de Prudencio Antonio de Palacios a los: titulos y leyes de la Reco- pilacion de Indias,3 Gobierno militar y politico del reino imperial de la Nueva Espana (1702), de Francisco de Seijas y Lobera,** Enfermedades politicas que padece la capital de esta Nueva Espana, de Hipélito Villatroel, el Ensayo po- litico sobre-la Nueva Espafia, de Alejandro von Humboldt,86 la Historia gene- ral de la Real Hacienda-de Fabian de Fonseca y Carlos Urrutia -manuscrito de la Ultima fase del siglo xviu, finalmente publicado en seis voltimenes, en 1845-1853, y ahora reeditada por la Secretaria de Hacienda y Crédito Puiblico en 1978-, la Curia:Filipica Mexicana,’ y, de interés menos directo pata cl ius~ naturalismo, el Diccionario de Escriche.88 En algunos casos, efectivamente, se puede hablar de “rescate”, como en la nueva edicién de los Sumarios de Aguiar-Montemayor, de los que s6lo conoce- mos unos pocos ejemplares en todo el mundo,®? el Proyecto de Leén Pinelo pa ra las Leyes‘de Indias, nunca publicado antes, el Cedulario de Zorita (1574), el Manual del Real Patronato Indiano, de Rivadeneyra,®? el Informe sobre las re- beliones populares de 1767 y otros documentos inéditos, del enérgico Marqués de Sonora, José de Galvez,®3 o el Libro de los principales rudimentos tocante a to- dos juicios criminal, civil y executivo (1764).°4 A esta lista de ediciones de fuen- tes debemos aiia n el Cedulario de Tierras de Francisco de Solano,°5 y, editados por este mismo investigador, el reporte de Juan de Ulloa sobre la Nueva Espaiia y su correspondencia con Bucareli otro caso de “tescate”9® ir tam 82M. A. Porriia, 1980, 83 Ed, Beatriz Bernal, México, 1979, 84 Bd, P. E. Pérez-Mellaina, uNAM-IH, 1986. i 85 Ed, Aurora Arnaiz, M. A. Porréa, 1979, k 86 M.A. Porréa, 1985. i 87 Otra obra de Juan Nepomuceno Rodriguez. de San Miguel, con muchos datos sobre el derecho b mercantil novohispano, editada en forma facsimilar con introduccién por J. L. Soberanes, UNAM, 1978 i 88 Reed. facsimilar, con introducci6n por Maria del Refugio Gonzilez, UNAM, 1992. § Fondo de Cultura Econémica, reedicién facsimilar con introducciones por J. [. Soberanes, | G.B Ms lant e Ismael S4nchez Bella, México, 1994: 50 M. A. Porrtia, tres vols,, 1992, con comentario por Ismael Sanchez Bella. ot ria de Hacienda y Crédito Pablico-M. A. Porrda, con comentario por Beatriz. Bernal, 1983, 92 Ed. J. L. Soberanes, Porrtia Hnos,, 1993, °3 Ed. Felipe Castro Gutiérrez, uNaM-1H, 1994, 94 Ed. Charles R. Cutter, uNAM-Ij, 1994, 95 UNAM-tth, 2a, ed., 1991, : 6 Juan de Ulloa y la Nueva Espatia, Nam, 1979, 28 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Una buena aportacién al conocimiento del sistema fiscal novohispano, ademas, ha sido Las Alcabalas novohispanas, 1776-1821, reproduccién de documentos fundamentales con comentarios por JUAN CARLOS GARAVAGLIA (vAM-Iztapalapa) y JUAN CarLos Grosso (Universidad de Puebla),y, den- tro de la gran cantidad de publicaciones de estas tiltimas dos décadas, destacan también las Actas del cabildo de Tlaxcala, 1547-1567, igual- mente publicadas por el AGN,°7 que nos ofrecen impresiones de la vida municipal de una comunidad indigena, algo que es de especial impor- tancia a causa de la escasez de'actas de cabildos: de los asentamientos indigenas.28 Aunque no se trate de una publicacién.de documentos histéricos, quiero mencionar aqui también, por su gran importancia para la investigacién de nuestra materia, una obra que nunca esta lejos de la mesa de trabajo del ius- indianista mexicano: las Lecciones de Historia del Derecho Hispano-Indiano, de Antonio Muro Orején.99 A su lado, aunque de menos interés panordmico, merece mencién la Geo- grafia histérica de la Nueva Espafia, 1519-1821, de Peter Gerhard, 100 y la ree- dicién mexicana. de una obrita. de los aiios veinte, interesante, pero ya imposible de encontrar, El régimen jurtdico y la responsabilidad.en la América Indiana, de Carmelo Viftas Mey.!0! 8) Contacto con investigadores norteamericanos Wooprow Bora vino a dar un curso sobre el gobierno local en la Nueva Es- paiia, que cristaliz6 en una obra colectiva sobre este tema, y su estudio sobre 97 aGN y Banca Cremi, 1987, 98 AGN, ed, A. Balencia, C: Medina y E, Celestino, 1985. De estas mismas actas, con algunas posteriores, he comentado otra ~magnifica~ edicién, procedente de New Mexi- co, The Tlaxcalan Actas: a compendium of the records of the Cabildo of Tlaxcala (1545- 1627), en néhuatl con traduccién inglesa, por J. Lockhart, F. Berdan y A, Anderson, Albuquerque, NM, 1986. Véase mi andlisis en Texas. Intern’! Law Journal, 22.2 & 3, spr- ing-summer 1987, pp. 419-437 (Spanish Colonial Policia Towards Indians: the Tlaxcalan Actas, 1545-1627). 99 México, 1989 (presentacién de J. L. Soberanes, prélogo de Rafael Diego-Ferndndez). 100 nam, 1986. 101 La primera edicién, de Madrid, debe haber salido a fines de los aitos veinte, La nueva edi- ci6n, unam-y, es de 1993, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE 29 el Juzgado de Naturales! ha sido traducido por el Fondo de Cultura Econémi- ca, que también edité traducciones de estudios importantes de Davin BRA- Grnson. 107. 7 h) La actual familia de iussindianistas mexicanos Dentro de nuestro grupo destacan Jost Luis Soperanss (alumno de Antonio Muro Orején, de Sevilla) que sc ha especializado en aspectos forenses de nuestra materia, 08 pero que, adem, siempre se ha ocupado de las reediciones de fuentes importantes y haayudado para'los esfuerzos organizatorios alrededor de nuestra materia; MARIA DEL REFUGIO GONZALEZ DoMINGUEZ (alumna de Garcfa-Gallo), que, ademés de escribir comentarios a varias de las mencionadas reediciones, es especialista del derecho india- no de ininerfa y de la fase de transicién hacia'la Independencia; su marido, Ropero MORENO DE 10s ARCOS, historiador en la UNAM, quien también hace frondosas incur- siones en nuestra materia; el Nestor de los historiadores mexicanos, Edmundo O’Gor- man;!09 Joss BARRAGAN BARRAGAN (alumno’ de Ots Capdequf, en Valencia), especialista de la fase gaditana; ANDRES Lina (El Colegio de México; alumno de Silvio Zavala), el cual; después de su importante estudio sobre el “amparo” en la Nueva Es- pafia!!0 ha analizado la suerte ulterior de las tierras de repartimiento (“parcialidades”) de los barrios de indios alrededor de la capital;!11 ALEJANDRO MAYAGOITIA (Universi- dad Panamericana), quien sobre alegatos forenses de la fase novohispana ha escrito 102 Justice by iftsurarice: the General Iiidian Court of colonial Mexico in the legal aids of the half- real, Berkeley, 1983. Existe una tradueci6n al castellano: EI juzgado general de indios en la Nueva Espana, trad, de Juan José Utrilla, México, ree, 1985, 488 pp. 103 Mineros y comerciantes en el México borbénico, 1763-1810, ece, 1976. 104 Ta formacién de los latifundios en México: tierra y sociedad en los sighos xV1 y xvu, ¥C8, 1976. 105 Minerfa y sociedad en el México colonial: Zacatecas, 1546-1700, re, 1975. 106 Raza, clases sociales y vida politica en ef México colonial, 1610-1670, Fc8, 1980. 107 Véase la nota 32. a Por éjemplo, la obra colectiva que organiz6, Los tribunales de la Nueva Espafia, UNAM, 1980. Ademés de la parte inicial de su Breve historia de las divisiones territoriales, México, 1938, con varias reediciones, y de su contribuci6n a la discusién sobre el tema de la conquista, es im- portante para nosotros su Supervivencia politica novohispana: monarquia o repiiblica, Universidad ‘Iberoamericana, 1986, 10 Ef amparo colonial y el juticio de amparo mexicano, ¥Ck, 1972. "1 Comunidades indigenas frente a la ciudad de México, Tenochtitlan y Tlatelolco, sus pueblos ¥ barrios, 1812-1919, 8] Colegio de México/El Colegio de Michoacdn, 1983. 30 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. una tesis para la licenciatura que supera notablemente la mayor parte de las tesis de doctorado que he visto en estos afios;!!2 GuADALUPE RIVERA MARIN, especia- lista de la formaci6n de la propiedad inmobiliaria en la Nueva Espafia; José DE JesOs LOPEZ MONnRoy (UNAM) orientado hacia temas politolégicos y religiosos; Bernardo Pérez Ferndndez del Castillo, historiador del notariado,!3 y GisuLa VON WOBESER (UNAM-IIH) quien ha analizado varios aspectos de las haciendas de la Nueva Espafia!!¢ y del crédito eclesidstico, tema central para la economia no- vohispana en Ja que la Iglesia era la banca principal; su alumna, ParriciA MijA- RES, la cual nos ha ayudado recientemente con su excelente tesis de doctorado sobre el notariado mexicano del siglo xvi, que pronto esperamos ver como li- bro;!!5 Ricarpo Rees JONES, un serio conocedor de las reformas borbénicas;!!6 MARGARITA MENEGUS BORNEMANN (UNAM);!!7 MARIA DEL CARMEN VELAZQUEZ (El Colegio de México), quien se ha dado a conocer con monografias sobre te- mas militares y el Fondo Piadoso de las Californias; FERNANDO LEON ZAVALA, uno de los nuevos maestros de la historia del derecho mexicano (ahora obliga- torio en la Facultad de Derecho de la UNAM) con especial interés en el ius-in- dianismo; Marco ANTONIO PEREZ DE LOS Reygs, especialmente interesado en aspectos indigenas del derecho indiano, y RAQUBL SAGAON, qué ahora ha en- contrado el camino hacia las fuentes primarias. En el cesu de la UNAM jovenes investigadores se dedican a la historia de la fase novohispana de la precursora de nuestra universidad, la Universidad Real y Pontificia, tema de interés indi- recto para el ius-indianismo y en el Instituto de Investigaciones Filolégicas Ic- NACIO OsoniO cultiva aspectos del derecho canénico indiano. Un caso especial es BEATRIZ, BERNAL (antes UNAM): después de participar durante muchos afios en las labores ius-in nistas mexicanas, editando y co- mentando fuentes del derecho indiano, elaborando panoramas bibliograficos, y fungiendo como el alma de nuestros congresos, ahora ocupa una cétedra de 112 Notas para servir a la bibliografia juridica novo-hispana: la literatura circunstancial, tes, Facultad de Derecho, unaM, 1992. 113 Historia de la escribanfa en la Nueva Espafia y el notariado en México, UNAM, 1983, 114 La formacién de la hacienda en la época colonial, UNAM, 1989, 115 Mijares Ramirez, Partricia Ivonne, Fl estudio hist6rico de la actividad notarial en la Ciudad de México durante el siglo xvi, México, 1994, 301 pp., tesis de Doctorado (Doctorado en Historia), UNAM, Facultad de Filosofia y Letras. 116 Despotismo ilustrado y los intendentes de la Nueva Espafia, uNAM-11H, 1979. 117 Del sefiorto a la repiblica de indios: el caso de Toluca, 1500-1600, Madtid, 1990. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO, TERCERA PARTE 31 nuestra materia en la Universidad Complutense de Madrid, ganada mediante un examen de oposicién. Desde allf, afortunadamente, siempre ha quedado en contacto con nosotros, participando en nuestros congresos y otras activi- dades, de manera insisto en considerarla como elemento (y muy valioso) de nuestro grupo mexicano. Al lado de ellos, MAsaz Sucawara se ha dedicado a temas fiscales novo- hispanos; ENRIQUE FLORESCANO a menudo hace aportaciones al estudio del derecho agrario indiano; Josermva Muriet (El Colegio de México) parece atraida por la situacién de la mujer en la Nueva Espafia; ERNESTO DE LA To- RRE VILLAR sigue presentando una corriente de pulidas monografias, entre las que varias tratan temas del derecho novohispano;!!8 y un huésped de nuestro Instituto de Investigaciones Juridicas, JavigR BARRIENTOS GRANDON, acaba de publicar en la UNAM una magnifica introduccién al anilisis de nuestras ricas colecciones de “pergaminos” juridicos en gran parte todavia terra incognita,!'9 Estos son los investigadores que durante las horas de elaboracién de este ensayo me han llegado inmediatamente a la mente, pero estoy seguro de que varios otros historiadores y juristas deberian mencionarse como eficaces tra- bajadores en la vifia de la Historia del Derecho, que con los resultados de su tarea académica principal o lateral nos ayudan a hacer mas transparentes los aspectos juridicos de la Nueva Espafia. Yo mismo, en estos.tiltimos diez afios, me he concentrado en aspectos no- vohispanos de los derechos sobre las aguas,!20 ademés de ocuparme de cues- tiones constitucionales!?!. 0 administrativas!2? novohispanas, incluyendo las 118 Bstas monografias se encuentran ahora en sus Estudios de Historia Juridica, UNAM. 1994, con prélogo de Silvio Zavala. 119 La cultura juridica en la Nueva Espafia, uNAM-1y, 1993. 120 Ej agua a la luz del derecho novohispano: triunfo de realismo y flexil ta Chi- lena de Historia del Derecho, 13 (1987), pp. 227-252; Las aguas del subsuelo en el derecho in diano, Anuario Mexicano de Historia del Derecho 1V (correspondiente a 1992), UNAM, 1993, '21 La Ordenanza de Intendentes para la Nueva Espaita; ilusiones y logros, que comenté cn mi ponencia al III Congreso de Historia del Derecho Mexicano, UNAM, 1988, t. II, pp. 655-684, Se puede considerar esta Ordenanza como un paso hacia el constitucionalismo mexicano, 122 Los funcionarios municipales indianos hasta las reformas gaditanas, Memoria del 111 Congreso de Historia del Derecho Mexicano, unam, 1988, t. II, pp. 685-712: 0 La politica de congregacién de indios en su fase mas dspera, Estudios de Honor de Recaséns Siches, UNAM, 1980, t. I, pp. 627-1605. SELES La te 32. GUILLERMO FLORIS MARGADANT 5. relaciones entre el Estado y la Iglesia, tratadas en parte de mi libro sobre La Igle- sia ante el derecho mexicano, 23 y ademés en varios otros ensayos, !24 En la Escuela Libre de Derecho, la tradicién creada por Macedo, Esqui- vel Obregon y Javier de Cervantes, encuentra en la actualidad una conti- nuacién en el notario FRANCISCO DE I1cazA Durour (que fue coordinador de los estudios publicados en el quinto tomo de la mencionada nueva edicién de la Recopilacién de Leyes de Indias), como igualmente en JORGE ADAME (también ligado al Instituto de Investigaciones Juridicas de la UNAM): y JAI- ME DEL ARENAL (alumno de Rafael Gibert, ius-indianista de Madrid). ¥ en la Universidad Iberoamericana el grupo alrededor de CARMEN YustE ha aprovechado la posesién del magnifico archivo de un préspero comercian- te de fines del siglo xviu, Yraeta, para iluminar los detalles del surgi- miento de una magna fortuna a través del comercio entre las Filipinas y la Nueva Espafia. Este muy incompleto— panorama, formado con los nombres que en estos momentos me Ilegan inmediatamente a la mente, podria dar la in- justa impresién de que toda la investigaci6n ius-indianista se concentre en la capital; pero no debemos pasar en silencio lo:que esté haciéndose en la (mal llamada) “Provincia”. Al respecto quiero mencionar a los siguien- tes colegas. d En San Luis Potosf trabaja Jkss Morita Martinez; el cual aprovecha ma- teriales del archivo histérico que dirige, y allftambién contamos con ALFONSO. Martinez Rosates. En Querétaro encontramos a JOSE IGNACIO URQUIOLA PERMISAN, un trans- migrado de Espafia que se ha dedicado al anilisis de aspectos agrarios y econé- micos de la historia del derecho de la regién de Querétaro y a conflictos sobre 123 Bn La Iglesia ante el derecho mexicano; eshozo hist6rico-jurfdico, M. A. Porta, 1991, las pp. 119-158 se refieren en forma especial a la fase novohispana, Ademss publiqué Carlos HIT y la igle- sia novohispana, Claustro de Sor Juana (1983) -con insoportables errores de imprenta- y Memo- ria del IV Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano, Valladolid, tercer iis limpia, y edité los Autos de los indios de chamula de protesta contra su cura lo, M. A. Porrda, 1993, afiadienclo una introduccién a la reproduccién facsimilar y transcrip- ci6n de este curioso legajo. '24 Del matrimonio precortesiano al matrimonio cristiano, Anuatio Hist ~Jur, Bcuatoriano VI, Qu 0, 1980, pp. 515-528. EI pensamiento juridico de Manuel Abad y Queipo, Cuadernos del i, 24, UNAM, 1987, pp. 31-60; “El recurso de fuerza’ en Medio siglo de la Revista dela Facultad de Derecho, GNaM, 1991, INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE, 33 el-derecho a las aguas en tiempos novohispanos;!25 y alrededor de Urquiola en- contramos todo un grupo de académicos locales que estan realizando investi- gaciones en la archiyalia local, interesantes para nuestra materia. Cabe notar que la documentacién:hist6rica sobre Querétaro, que se encuentra en posesién local, esta ahora bien hospedada y cuidada,!26 En Guanajuato se ha instalado ahora el archivo histérico (con materiales, basicamente, a partir de 1824) en un bonito nuevo edificio y fuera de éste un interesante archivo en la Valenciana, perteneciente a la universidad y otro del Congreso local; alli Jost Luis Lara VaLDes ha comenzado a publicar so- bre nuestra materia, y, ademds, gozamos de la ventaja de que el actual (1994) director de la Facultad de Derecho de la Universidad Autonoma de Gua- najuato, MANUEL VIDAURI, es un distinguido historiador de derecho. En cuanto:a Michoacan: en Zamora, en El Colegio de Michoacan estd traba- jando Raraki, DIEGO FERNANDEZ SOTELO, y en Jalisco, en Guadalajara (que tam- bién ya cuenta con un buen edificio para concentrar la archivalia histérica) trabaja, con sus alumnos, CARMEN CastaNgpA, en el rico material de la Au- diencia.de la Nueva Galicia. En Aguascalientes, a pesar de la bifurcacién entre el archivo municipal y el archivo histérico del Estado, ya pronto podremos esperar primeros resultados de la investigacién ius-indianista, y en Zacatecas (con su ar- chivo de Guadalupe, rico en datos sobre la minerfa novohispana, y en Za- catecas mismo una-biblioteca de unas 18 000 obras antiguas, en parte sobre cuestiones jurfdicas relevantes para la Nueva Espafia), ya se ha ini- ciado Ja investigacién ius-indianista de parte de un pequefio grupo, muy unido, de universitarios con Oscar Cuevas Murillo, José Enciso Contre- ras y Juan Manuel Rodriguez Valadez; ademés, en Toluca contamos con el entusiasmo de GRACIELA MACEDO. Y finalmente, como categoria unipersonal, quiero volver a mencionar co- mo miembro de honor de nuestro actual grupo de ius-indianistas mexicanos, last but by no means least, una vez més, a SILVIO ZAVALA, que ya figura arriba '25 En 1994 el Ayuntamiento de Querétaro publicé una seleccién de documentos transcritos. Documentos para la historia urbana de Querétaro: siglos xv1 y xvut,editada por José I. Urquiola, con una amplia introduccion, '26 EI Archivo Histérico Municipal, actualmente bajo cuidado del licenciado Ignacio R. Frias y Camacho y el Archivo Hist6rico del Estado ofrecen al ius-indianista importantes materiales, 34 GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. entre los iniciadores de nuestro movimiento, pero que, después de tantas dé- cadas, sigue trabajando. Este autor es una categoria unipersonal. Siempre nos impresiona. por la amplitud de su visién que abarca la fase colonial de todo el continente ame- cano (y las Filipinas), combinada por una filigrana de detalles académicos, surgidos de su investigacién documental y su conocimiento de la literatura antigua y contempordnea. Afortunadamente, retirado en su c6moda residen- cia, contintia investigando y publicando. i) Varios focos Asj, al lado del grupo de ius-indianistas que encontramos, sobre todo, alrede- dor de la UNAM, cl AGN, El Colegio de México!27 y la Escuela Libre de Dere- cho!28 deben mencionarse como focos primordiales de actividad, pero también en la “Provincia” el interés por el derecho novohispano es cada vez mayor. j) Apoyos editoriales Finalmente debo mencionar con gratitud las diversas editoriales, ademas de _las universitarias, que nos han ayudado mucho, arriesgando su entrada en un mercado muy delgado y especulativo. Destacan entre ellas el Fondo de Cultu- ra Econémica, Miguel Angel Portia Hnos., y Siglo XXI Editores. Bn la produccién mexicana ius-indianista, cierta proporcién de material carente de originalidad, o de rutinarios “reftitos”, nunca puede evitarse com- pletamente, pero su dosis es modesta y muchos de los ius-indianistas mexica- nos jévenes ya estén encontrando el camino hacia Jos archivos de manera que puedan publicar investigaciones originales, frutos de su paleografia de documen- tos originales, y lego analizados a la luz-de las grandes lineas de la materia. 127 Con Silvio Zavala, pero ademas, antes, Marfa del Carmen Velazquez, y ahora Josefina Mu- riel, Pilar Gonzalbo Aizpuru y otros, del Centro de Estudios Hist6ricos. Una buena aportacién d BI Colegio de México a nuestra materia ha sido su Familias novohispanas, siglos xvi al xix, Memo- ria de un seminario sobre este tema, México, 1991. 128 A ella debemos, no s6lo la magnifica edicién de la Recopilacién de Leyes de Indias, sino bién las mencionadas Lecciones de Antonio Muro Orején. INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO Y NOVOHISPANO. TERCERA PARTE 35. En las citadas Memorias de diversos congresos, pero también en el Anua- rio Mexicano de Historia del Derecho, publicado desde 1989 por la UNAM, la se- rie de los Estudios de Historia Novohispana (UNAM, IIH), Historia Mexicana de El Colegio de México, el Boletin del AGN, o la Revista de la Facultad de Derecho (unam), la productividad del ius-indianismo mexicano encuentra la acogida que este joven movimiento necesita. Es verdad que el derecho indiano no cuenta con una cétedra especializada en la vida universitaria mexicana,!2? pero dentro de la historia del derecho mexicano el ius-indianismo ha venido desarrollandose llamativamente, y dos hechos seguramente estimularan el ulterior desenvolvimiento de las investiga- ciones ius-indianistas: 1) la historia del derecho patrio, que ya ha sido materia obligatoria en muchas universidades mexicanas, ahora ha conquistado también el rango de materia obligatoria en nuestra Facultad de Derecho de la UNAM, y 2) el Instituto de Investigaciones Juridicas de la UNAM, estd ahora organi- zando un Doctorado de Historia del Derecho. E] panorama anterior, en el que seguramente he omitido indebidamente algu- nos aspectos generales y varios esfuerzos individuales, da una impresién del estado vigoroso en que nuestra especialidad se encuentra ahora, después de unos veinticinco afios de coordinadas labores de organizacién ¢ investigacién, na- cionales y transnacionales, combinadas con actividades de empresas editoria- les culturalmente interesadas. Kk) Una sugestiva metdfora Bl grupo académico mexicano que me circunda actualmente en relacién con la materia ius-indianista me llama a la memoria una pintoresca metéfora, for- 129 Una cétedra que podria incorporarse en un plantel de derecho pero también en uno de historia ‘ 36 BRMO FLORIS MARGADANT 8. mulada por aquel monumento de erudicién y gracia un cientifico con pro- lo Vannevar Bush.!30 Como la fundo interés por las humanidades-, que ha cita en cuesti6n es larga, me veo en la necesidad de presentarla en forma de.una paréfrasis muy abreviada, lamentando que asi no puedo hacer plena justicia a su humor y belleza. Bush nos presenta una compleja cantera, con cuyos productos sé esta cons- truyendo un extrafio palacio, todavia muy inacabado, pero que viene mostrén- donos aspectos.cada vez mds atractivos, aunque en parte todavia algo enigmaticos. En Ja cantera, las piezas que, bien colocadas, podrian contribuir ala continua- cién de la construccién, generalmente se encuentran cubiertas por materiales insignificantes, pero la utilidad de las piezas necesarias slo puede ser recono- cida cuando el edificio habra progresado hasta el punto en que a estas piezas les toque su turno. Lo curioso es que nos falta un proyecto general para la construccién, aun- que en cada momento la razon puede guiarnos respecto de los préximos pasos que serfan deseables; y para los que dedican su vida alos trabajos en la cante- ray en el edificio, en varios momentos de su trabajo se asoma en su concien- cia la sugestién de que esta labor colectiva tenga un profundo sentido, que se revelaré gradualmente. : Otra particularidad es que la coordinacién para la busca en la cantera es muy defectuosa: individuos y pequefios grupos estan excavando segiin su ar- bitrio,'a menudo segtin su capricho. Parte del palacio ya se encuentra ocupada; y otras partes son meramente admiradas por su simetria y belleza, pero carecen de funcién practica, cuan- do menos por el momento. Algunos de los que trabajan en la mina se contentan de excavar bloques que por alguna razén les llaman la atencién, sin preocuparse por su eventual utilidad, exponiendo luego las piezas excavadas a la vista de todos. 130 Fue el cientifico al servicio del gobierno estadunidense que coordiné las labores para la bomba atémica, y que luego hallamos en posiciones clave para el desarrollo de la ciencia y las hu- manidades, como la presidencia de la Carnegie Foundation. Sus licidas piginas, admirablemen- te bien redactadas, siempre muestran:a un erudito moderno, que trabaja en la frontera del pensamiento cientifico sin jams perder de vista !a perspectiva humana general INTRODUCCION AL DERECHO INDIANO ¥ NOVOHISPANO. TERCERA PARTE 37 Otros, desgraciadamente, quedan vigilando hasta que algtin colega o gru- Po encuentre algo interesante, para luego colocarlo en su'lugar y hacer una cle- gante reverencia ante los-aplausos del piiblico. ; Otros notrabajan en la cantera, sino que discuten la conveniencia de colo- car determinado’ bloque en este lugar o aquél. i Algunos se obstinan en los intentos de retirar un bloque que otros colegas han. colocado en sp lugar, y unos pocos no excavan ni discuten, sino que ca- minan, junténdose por breves temporadas a diversos grupitos, rasgando de vez en cuando por unos momentos, y gozando del paisaje. Otros estén sentados por allt y dan consejos; y algunos estan meramente sentados, Pero también existen unos pocos que tienen una visién excepcional, que les permite comprender qué clase de bloque se necesita para poder continuar la construccién de parte del palacio, y ellos, a menudo, mediante una intuicién privilegiada pueden indicar, ademés, en qué parte de la cantera otros podrian probablemente encontrar tal bloque, Para cada uno de tales espfritus perspica- ces, hay muchos que, de acuerdo con las sugerencias de ellos, golpean y excavan enérgicamente, haciendo ast posibles los grandes adclantos.'3! Otros, consultando también sus intuiciones, tratan de dar un sentido gene- ral al palacio y nos pintan las glorias que finalmente puedan surgir del trabajo colectivo, aportando el énimo que necesitan los demas Para persistir en sus es- fuerzos. También se necesitan los que hagan comprender ala sociedad en gene- ral las ventajas que puedan derivarse del palacio, para que se siga apoyando la gran labor, y otros que aporten la comida y las bebidas refrescantes, o que ador- nen el edificio con plantas y flores. Y finalmente estén all los ancianos cuyos dias de participacién vigorosa han pa- sado y cuyos ojos ya no permiten dlistinguir los detalles de un arco 6 la forma que necesitard la piedra angular, pero que han legado a sentir un intimo amor por el trabajo dentro de esta gran empresa y vislumbran el significado que pueda tener. Estan sentados en la sombra, y animan a las generaciones jévenes.!32 131 CE de Goethe: “para que se lleve a cabo la obra més impresionante, basta un solo espirituy para mil manos’, 132 Bsta metéfora puede encontrarse en varios lugares, también en la bibl iografia razonada de lnobra de Bush, publicada en 1959 por el mrt, A keepsake in honor of Vannevar Bush, y quizis més ficilmente en The practical cogitator or the thinker’s anthology, ed. C. P. Curtis y F. Greenslet, 3a ed., Nueva York, 1975, pp, 233-235, GUILLERMO FLORIS MARGADANT S. Con esta metéfora termino la presente trfada de ensayos. Mientras que los dos primeros se han concentrado en las fuentes de las que nacen 1) el derecho indiano y 2) el novohispano, en estas tiltimas paginas es- pero haber ayudado al lector interesado en esta nueva rama de la investigaci6n hist6rico-juirfdica mexicana, a orientarse en los aspectos personales y biblio- graficos de nuestra materia, Introducci6n al derecho indiano y novohispano. Tercera parte, se terminé de imprimir en abril de 2001, en los talleres de Formacién Grafica, $. A. de C. V, Matamoros 112, Col. Ratil Romero, Ciudad Nezahualcéyotl, Estado de México Diseno y formacion: Ezequiel de la Rosa M. El cuidado de edicién estuvo a cargo de Ismael Segura H. del Departamento de Publicaciones de El Colegio de México. Se tiraron 500 ejemplares més sobrantes para reposicién.

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