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El cero Rey, Juan Jos Mills

El cero, harto de no ser nada, decidi buscarse la vida fuera del


sistema mtrico decimal.
-Al otro lado del Sistema Mtrico Decimal no hay nada le dijeron
los nmeros pares y los impares y tambin los idiotas, pues saban
que sin el cero todo el sistema se vendra abajo.
-Pues ese es mi sitio respondi l-, ya que no soy nada.
-S eres, s eres le dijeron.
-No soy, no soy respondi l.
Dos das son dos das, y siete semanas son siete semanas, pero cero
meses no es ningn mes.
-Ponte a mi lado y seremos un 40 le dijo el 4.
-Quiero ser algo por m mismo, sin ayuda de nadie.
Atraves, pues, el Sistema Mtrico Decimal y lleg a un lugar raro, donde las cosas no
eran nada. Ni las calles eran calles, ni los semforos semforos, ni los rboles rboles.
Este es mi sitio, puesto que soy un nmero que no es un nmero.
Entr sigilosamente en una casa y vio a un padre que no era un padre, una madre que no
era una madre, unos hijos que no eran unos hijos, y un canario que no era un canario.
Estuvo todo el da observando, escondido tras un sof que no era un sof, a aquella
familia que no era una familia. Al atardecer sali a la calle que no era una calle, feliz de
haber encontrado para vivir un lugar que no era lugar.
Pero apenas haba recorrido dos manzanas, cuando fue detenido por dos policas que no
eran policas.
-Usted no puede permanecer aqu le dijeron. Para estar aqu es preciso no ser nada.
-Es que yo soy un cero dijo el cero.
-Un cero es un cero le contestaron.
-Un cero repuso l- es un nmero que no es nmero. Cuntos das son cero das?
Cuntas semanas son cero semanas? Cuntos meses son cero meses?
Los policas que no eran policas se miraron sin saber qu contestar.
-Qu diferencia hay entre un cero y nada? insisti el cero.
El asunto fue llevado ante unos licenciados en nada, que era la profesin ms extendida
en aquel sitio. Tras darle muchas vueltas al asunto, estos expertos decidieron que no era
lo mismo nada que cero.
El cero fue devuelto violentamente al Sistema Mtrico Decimal, donde fue recibido con
todos los honores por el resto de los nmeros, que no podan vivir sin l.
Y para que no volviera a irse, lo nombraron el Rey del Sistema, y l acept, y desde
entonces reina sin comprender por qu es preciso ser nada para serlo todo.

Juan Jos Mills. Nmeros pares, impares e idiotas. Editorial SM

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