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los mismos derechos que el conocimiento racional-dis-
cursivo. La raz6n tiene en este terreno la tltima pala-
bra. Toda intuicién ha de legitimarse ante el tribunal
de la raz6n. Cuando log adversarios del intuicionismo
exigen esto, estAn en su perfecto derecho. Pero la cosa
es distinta en la esfera prdctica. La intuicién tiene en
ésta una significaci6n aut6noma. Como seres que sen-
timos y queremos, la intuicién es para nosotros el
dadero 6rgano de conocimiento. En tanto el intuicio-
nismo no ensefia otra cosa que ésta, la razén esta de
su parte.
De lo dicho resulta que debemos rechazar la intui-
cién metafisica en el sentido de Bergson. No porque
no haya una intuicién metafisica. La historia de la
metafisica prueba a cada paso lo contrario. Revela, en
efecto, que todos los grandes sistemas metafisicos ra-
dican, en ultimo término, en ciertas intuiciones. No se
puede dudar, por tanto, del hecho psicolégico de una
intuicién metafisica. Pero la cuestién del valor légico
de la intuicién es algo muy distinto. Y, a este respecto,
debemos sostener, como consecuencia de lo dicho, que
la intuicién no puede ser nunca la base ultima de la
validez de ningtin juicio en la esfera teérica ni, por
ende, en la metafisica. La Ultima instancia en esta
esfera es la raz6n, y toda intuicién ha de someterse a
su examen.
Como consecuencia de las afirmaciones anteriores,
debemos negar también la adhesion a la intuicién esen-
cial de Husserl. Prescindiendo de que esta intuicién
no es un acto tan absolutamente simple y auténomo
como Husserl pretende, sino que consta de una plurali-
dad de actos de pensamiento, segin ha demostrado
principalmente la critica de Volkelt y Geyser, tampoco
puede pretender ser nunca altima instancia. Pues cuan-
do hacemos teoria del conocimiento ejercitamos una
actividad te6rica, como ya dice el mismo nombre, y,
por tanto, debemos dejar a la razén la iltima palabra.
Significaria el fin de toda filosofia cientifica que al-
guien quisiera justificar, por ejemplo, el principio de
causalidad —segin el cual todo proceso tiene una cau-
sa— declarando: “entre los conceptos de proceso y de
causa existe una conexién esencial que yo intuyo inme-