como una hermosa flor en pleno invierno, condenada de antemano. Pero no era eso. Era tan solo un intento de no sufrir, de no amar. Era tan solo un ensayo para los aos venideros, una distancia insalvable en los lmites de mis manos. Pero yo era tan joven. Tena como t, Arturo, como otros muchos, treinta aos...puestos uno encima de otro. Miraba los rboles que quedaban atrs en las orillas de las carreteras, miraba las distintas formas de las piedras sobrepuestas: las casas, los edificios, los templos, los cuarteles... y siempre los pjaros que volaban en la distancia intermedia me recordaban el presente y sonrea.