Está en la página 1de 1

Resumen del Manuela de Carreo: Urbanidad y buenas maneras

CAPITULO PRIMERO

De los deberes para con Dios

Quin sino Dios ha creado el mundo y gobierna, quien ha establecido y gobierna


ese orden inalterable conque atraviesa los tiempos la masa formidable y portentosa
del firmamento. Le somos deudores de todo nuestro amor, de toda nuestra gratitud.
Dios es el ser que rene la inmensidad de la grandeza y de la perfeccin.

As, al acto de acostarnos como levantarnos, elevaremos nuestra alma a Dios. Y


con todo el fervor de un corazn sensible y agradecido. Le pediremos por nuestros
padres, familia, por nuestra patria, por nuestros bienhechores y amigos.

En los deberes para con Dios se encuentran refundidos todos los deberes sociales
todas las prescripciones de la moral. Debemos pues, manifestar a Dios nuestro
amor, nuestra gratitud y nuestra adoracin, con actos pblicos que, al mismo tiempo
satisfagan nuestro corazn, sirvan de un saludable ejemplo a los que nos observan.

Nosotros satisfacemos el sagrado deber de la obediencia a Dios guardando


fielmente sus leyes, es el medio eficaz y ms directo para obrar en favor de nuestro
bienestar en este mundo, y de la felicidad que nos espera en el seno de la gloria
celestial. l es el Dios de bondad, y su bondad tampoco tiene lmites.

CAPITULO SEGUNDO

De los deberes para con la sociedad

En medio de las necesidades de todo gnero a que, sin distincin de personas ni


categoras, est sujeta la humana naturaleza, muchas pueden ser las ocasiones en
que un hijo haya de prestar auxilios a sus padres, endulzar sus penas y aun hacer
sacrificios a su bienestar y a su dicha. El cuidado de una madre por sus hijos en el
periodo de la infancia es inagotable y paciente, es un amor profundo y lleno de
gratitud. Aqu se muestra el deber con nuestros padres quienes nos cuidan y nos
brindan educacin desde muy temprano.

También podría gustarte