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Le estamos a dando gracias a Dios continuamente por esa 4 Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generacin de
salvacin inmerecida? malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehov, provocaron a ira al
Santo de Israel, se volvieron atrs. 5 Por qu querris ser
La verdad es que muchas veces no lo hacemos. castigados an? Todava os rebelaris? Toda cabeza est
Demasiadas veces, incluyndome a m, y creo que esta fue la razn por enferma, y todo corazn doliente. 6 Desde la planta del pie hasta la
la cual esta reflexin me impacto tanto (la palabra de Dios ciertamente cabeza no hay en l cosa sana, sino herida, hinchazn y podrida
escudria el corazn del hombre). llaga; no estn curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
No hay la menor duda que como cristianos nosotros debemos Cuando pecamos, Dios nos ve as, como leprosos espirituales, como
dar siempre gracias a Dios por todo lo que tenemos personas enfermas de pie a cabeza, con hinchazones y llagas
podridas.
Tenemos que vivir en accin de gracias continuo. Todos los
das.
Somos tambin como cadveres caminantes llenos de inmundicia,
putrefaccin, y con una muerte asegurada: una muerte carnal y
espiritual inescapable.
Son duras las palabras del profeta Isaas, pero en realidad es Dios
mismo el autor de estas palabras, quien nos ve as de esta forma
cuando estamos en pecado, y la verdad es que nadie puede decir que
uno no es pecador.
Decir que no tenemos pecados seria hacernos mentirosos, y uno de
estos pecados es el no ser agradecidos; es decir, el no darle gracias a
Dios por lo que l ya ha hecho por nosotros: Perdonar nuestros
pecados por medio de la sangre redentora de Cristo.
Si, darle gracias a Dios aun en las pruebas, porque el poder de Dios se
perfecciona aun en nuestras debilidades.