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PAPELES DE SON ARMADANS Afto XIX Tomo LXXV. Néms. CCXXIV-V Revista mensual dirigida por Camilo José Cela La cena de Lola Pacheco. EL TALLER DE LOS RAZONAMIENTOS Francisco Carenas: Nazarin: une rebelién eclesial. Jux10 Rovricvez-Putroras: Chicanos y corridos. EL HONDERO Marto Sazz: Quintaesentia, PLAZUELA DEL CONDE LUCANOR José Manvet Atvarez Fronez: Chahada de elche. Juan Pepro Quifionzro: De la naturaleza, YUNQUE DE TINTA FRESCA Carmen Diaz CastaXOn: Re-ordenacién de un caos: coficio de tinieblas. 5». CORRAL DE COMEDIANTES Manven Anptyar: Aquel visitante, LENTE Y SOMBRAS CHINESCAS J. M. Acumre: Antonio Machado y Antonio de Zayas. INDICE DEL TOMO LXXV Madrid - Palma de Mallorca Noviembre - Diciembre, Mcmixxiv PAPELES DE SON ARMADANS Aso 19 Tomo 75 Néws. 224-5 Un aio, 1.300 pts. Seis Exrmantnn ‘Un aiio, 1.500 pte, (26 détares) fNDICE DEL PRESENTE NUMERO: Phgs. La cena de Lola Pacheco . 101 Francisco Carenas: Mazarin: una rebelién eclesial . . 107 Julio Rodriguez - Puértolas: ‘Chicanos y corridos . . . 121 Mario Satz: Quintaesentia . 157 José Manuel Alvarez Flérea: Chahada de elche . . . 173 Juan Pedro Quifionero: De la naturalea 6 www wo VT Carmen Dfaz Castaiién: Re- ordenacién de un caos: aofi- cio de tinieblas, Sv. . . . 187 Manuel Andijar: Aquel vi- J. M. Aguirre: Antonio Ma- chado y Antonio de Zayas, 265 Indice del tomo LXXV . . LOS PAPELES DE SON ARMADANS, ccxxIr-v Madrid - Palma de Mallorca Noviembre Diciembre, semuxx1v Se han tirado aparte cincuente ejemplares sobre papel de hilo verjurado Guarro, numerados y con el nombre del suscriptor impreso. Depésito Legal: P.M, 17-1958 Printed in Spain. Impreso om Espaiia por IMPRENTA POLITEGNICA Calle Troncovo, 9. Palma de Mallorca PAPELES DE SON ARMADANS Afio XIX Tomo LXXV. Néms, CCXXIV-V Revista mensual dirigida por Camilo José Cela La cena de Lola Pacheco Por Sarracin vuelan los fantasmas de los trinitarios, de los templarios y de los benedictinos, y las almas —en pena o en alegria, que eso no se sabe— de dona Isabel, la heredera del mayorazgo de don Luis de Osorio, obispo de Burgas y cas- tellana del palacio de Saldafuela, y de dota Ana de Mendo- za y de la Cerda, princesa de Eboli, la cachonda tuerta que se bafiaba en porreta en las cristalinas aguas del rio Ausines ¥ que, segiin lenguas, tuvo sus més y sus menos con el rey Felipe, hombre més bien de natural miségino y administra- tivo que a veces —a lo que se colige— echaba una canita al aire. Bien sabido es que la carne mortal tiene sus ruines y gozosas servidumbres, jbendito sea Dios, que lo permite!, y el que esté limpio de pecado que tire la primera piedra, si se atreve, o que se vaya a dar la lata a otro lado, cosa que sieni- pre agradece el paisanaje. Amén. El vagabundo, con la timba a saltos y el bandujo més triste que cémico en cuaresma, entré en Sarracin por el camino de Céjobar, por donde pasa el tren silbando para que se quiten de la via, y guiado por el olfato, que no es brtijula 102 ne i mala y st muy de fiar, se llegé hasta la casa de Lola Pacheco (llamémosle Lola Pacheco), una novia que tuvo de cuando fue a servir al rey jque ya ha lovido!, cuyo verdadero nom- \ bre no es discreto poner aqui aunque leva ya viuda la mar j de tiempo, ex moza que siempre tuvo aficién a la casa (la | despensa, el fogén, la cama, ete.) e inclinacién a socorrer al q caminante. —jLola, hija! gTe acuerdas de mi? —jPues claro que me acuerdo, Camilo! ;Qué alegria me da verte, sobre todo ahora que mi finado se fue para el otra mundo sin avisar! gNo voy a acordarme de ti, con lo guapo que estabas peinado con gomina argentina, y con lo bien que bailabas el pasodoble? 4 —jQué tiempos, Lola! Ahora, si le doy a El gato montés o @ Marcial, eres el mas grande, acaba con la lengua fuera { y sin resuello. —Bueno, jmientras podamos contarlo! —Si, eso también es verdad. —Y¥ qué fue de ti? 3Te casasie? —¢Y tu sefiora? —Pues mi senora se me largé con un ejecutivoe de esos que llevan. cartera de mano y dicen presupuestar y promocio- nar ¥ coyuntural, ? ; —No me extrafia; asi no hay competencia posible. En fin, Wévalo con paciencia. 4 —Si, eso si, Lola, te juro que si; lo Hevo con mucha pa- ciencia porque, jdejé una paz cuando se dio eb botel i 4 Lola y el vagabundo, después de colocarse el uno al. ' ~y reciprocamente— los rollos de sus vidas, lo que stempre LA CENA DE LOLA PACHECO 103 leva mucho sosiego a los espiritus, probaron a templar sus carnes, primero bebiendo, luego comiendo ¥, para postre, haciendo la digestién en cuadrilla (ésta es una manera de decir las cosas por lo fino). —<éJugames al parchis? —No; yo prefiero hablar en voz baja, asi como quien no quiere la cosa. —Yo, también. —glo ves, Lola, como estamos hechos el uno para el otra? —jlo, macho, qué frase! —iRepértate, Lola! ;No me seas bestia, criatura! —Dispensa, amor. —¢Amor? —Bueno, es a ver si te arrancabas. * ae Lola y el vagabundo, por ver de reconfortar la carne mor- tal y reponer el espiritu indeleble (se percata usted de lo bien que queda esto de indeleble?), se pusieron como el Quico, 0 como el nifto del esquilador, que tanto monta, con la sana cocina de Sarracin, capaz de levantar a un muertos o de dejar escorado a un vivo de poeas resistencias. —¢Te lavas el gaznate con rioja? —Si, gpor qué no? Eso del agua esté bien para mozos, que los cristianos tenemos bula y la borrachera, en durmiendo, se quita sola y uno se siente como nuevo. Lola, metida en la cocina, era como una diosa verrionda y mortal, Dios la bendiga!, que hubiera podido servir de ejemplo a mas de una, 104 ORFS: —¢Te gustan los niscalos? —A mi me gusta todo, jvengan niscalos, ala Plancha y con su ajito y su perejilito! —2Y antes, unos cangrejos de rio y algo de embutido? —jTu diras! —Te voy a jreir un par de truchas ¥, si tienes paciencia y no te desmandas, te voy a asar un cochinillo que parece un inocente 0 un corderito que casi ni respiré siquiera. ¢Hace? —jHombre, si hace! jCémo te lo dirial —iQué vas a querer de postre? —Lo que me des, que uno es de buen conformar. —zYemas de canénigo? —jVengan yemas de canénigo, que un dia es un dia! (Viva Espaiia! —iQué dices? —wNada; me estaba relamiendo por anticipado. * * Cuando Lola y el vagabundo terminaron de comer, se tumbaron a dormir (por separado) y no dieron serial de vida hasta que el rosicler de la aurora (gse percata usted de lo bien que queda esto del rosicler de la aurora?) volvié a des- pertarles las espitas de los buenos deseos. —Lola. —Qué. —Nada, es por si te quedaba algo de anoche. Cc. J. & a EL TALLER DE LOS RAZONAMIENTOS FRANCISCO CARENAS: Nazarin: una rebelion eclesial JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS: Chicanos y corridos Nazarin: una rebelién eclesial A) DIALECTICA ENTRE PERSONA Y PERSONAJE «No sin trabajo habia hecho efectiva aquella rebelién», (p. 1707) El cambio de la sotana eclesidstica por el simple capote —esa prenda que no es mas que un gran pedazo de tela gorda, con un agujero en el centro, por donde se mete la eabeza» (p. 1706"— aunque en apariencia irrelevante, nos) va a pérmitir esbozar un citmulo de actitudes sorprendentes en la conducta de este hombre “nuevo”. La destruccién de esa barrera diferenciadora que hasta ese momento distancia- ba la comunicacién, es el primer eslabén em esa carrera de desalienacién de Nazarin que le depararé la gratificacién de pasar de una “sombria cércel... al reino dichoso y libre del cual su espiritu anhelaba ser ciudadano» (p. 1707). Ahora, despojado del habito clerical, es persona entre los hombres, y no el personaje de profesién eclesiistica, cuyo papel se le obligaba a representar. Hemos de ver en este acto de despo- jarse de sus vestiduras, repito, una publica renuncia a seguir perteneciendo a una clase aparte, privilegiada. Renuncia que * Todas las citas de la novela provienen de Obras completas de Benito Pérez Galdés, Madrid: Aguilar, 1967, 108 FRANCISCO CARENAS s¢ extiende incluso a la negativa a seguir siendo profesional de un culto. Y asf a la condicién de padre-seiior prefiere la de siervo-criado, al predicar el dialogar, a la prerrogativa docente, la discente. «—jPrediea Usted?— No, senior. Rari- simas veces he subido al pilpito. Hablo en voz baja y fami- liarmente con los que quieren escucharme y les digo io que pienso» (p. 1685). Nazarin, facil es deducirlo, a pesar de las reticencias de Galdés, ha tomado conciencia de que merced a su profesion ha de proseguir desempefando su papel en la forma que los demas, mediante su expectativa, lo requieren. El rol —la profesién— obliga a un decir y comunicarse de forma distorsionada y parcial: lo que permite la repre- sentacién del papel. La petrificacién en él leva implicita la limitacién de lo que puede decir y de lo que los demas le hacen decir en evitacién del escdndalo y el consecuente os- tracismo. La enajenacién en el trabajo le hace ser “aquél” que se ocupa de un “algo” —la salvaguardia y propagacién de los valores religiosos. admitidos— y no otra cosa. Enaje- nacién que se le presenta en forma de limitacién o estrecha- taiento del campo de posibilidades de su ser.’ La repeticién de dicho dinamismo habria Iegado a ser en Nazarin como una segunda naturaleza, un habito involuntariamente arrai- gado en su persona, de manera que su modo de ser vendria determinado-por su:manera.de obrar? 1 Buena parte de esta limitacién en nuestro exclusivo papel, deriva del hecho de: que la sociedad nos coloca estereotipadamente en sélo. ese papel. , 2 Son actitudes que tan sdlo nos es dado sospechar, ya que el novelista no se extiende sobre la vida sacerdotal de Nazarin anterior al incidente del incendio de la casa de huéspedes, motivo que alentaré el engranaje narrativo, WAZARIN: UNA REBELION ECLESTAL 109 El trueque de la sotana por. el capote —el distintive pro- fesional por la prenda indiferenciada— nos sitia al protago- vista en ese umbral donde la mascara de la inespontaneidad- ambigiiedad de paso a la espontaneidad, o sea al vivir autén- tico. La nueva investidura, pues, humaniza y mete de rondén a Nazarin en el “gran teatro del mundo”. Aquella represién obligada, consonante con su papel social que se traducia en un hacer concertado, maquinado, ahora, al exteriorizarse, nos lo presenta desnudo, de cara a los demas. A la praxis previa de conveniencia la sustituira por la objetiva, la que debe ser; al modelo forjado por los otros, el deseado para si. Si hasta el incidente liberador la relacién interpersonal se efectuaba entre un “yo-que-no-soy” frente a un “ti-que- tampoco-eres” ahora, superada la desrealizacién, la relacién tendré lugar entre dos yos soberanos.* No nos debe inducir a error el celo religioso del prota- gonista, su ansia de imitar a Cristo en su conducta,‘ ya que podria distraernos de esa ruptura de la ambigiiedad interna # El aislamiento que me acontece también acontece a ese otro que me aisla y que asimismo esté aislado, En este sentido Ia novela patentiza a las claras la comodidad que para Ja conciencia comtn sig- nificea el dirigir la atencién exclusivamente al personaje. Valgan estos ejemplos como demostracién de lo expuesto. a) «Nunca he visto un sefior eclesidstico en la conducta» (p. 1755). b) aun sacerdote andar asi...» (p. 1749). 4 Es ya lugar comin de Ia critiea comparar a Nazarin con Cristo, Ast C. Morén Arroyo afirma que Galdés se ha propuesto la pintura de un Cristo ideal, un alter Christus, Y A, Parker titula su ensayo «Nazarin or the passion of our Lord Jesus Christ according to Galdéss (ambos artfculos pueden verse en Anales Galdosianos, Aiio II, 1967). Opiniones similares encontramos en Casalduero, Gullén y A, Correa, 110 FRANCISCO CARENAS que queremos destacar. Nazarin se da cuenta que el esfucrzo de seguir integrado con los otros —en el desempefio de su papel— le va exigiendo la disociacién consigo mismo, y que el modo de superar la paradéjica cireunstancia es renun- ciando a la profesionalidad de su estado,’ Desterrado el “homo duplex”, anulado lo conflictivo de los distintos yos est ya en disposicién de afirmar la exaltacién de la concien- cia y la responsabilidad individual, adaptando la conducta al propio dictamen interior al que 6e debe el individuo y no a una norma de conducta promulgada por una Jerarquia superior que se autoconstituye en tribunal inapelable de la moralidad y la conciencia. De esta nueva actitud en la que Nazarin slo se guia por la propia conciencia hay muestras suficientes en la novela: 1) «A él las acusaciones le tenian sin cuidado» (pag. 1707). . 2) «Absuelto en mi conciencia, nada me importarian las acusaciones® (p. 1688) - 3) «Resuelto a ser veraz no s6lo por obligacién como cristiano y sacerdote, sino por el inefable gozo que en ello sentia» (p. 1703). 4) «Hlago lo que me inspira mi conciencia» (p. 1687). Es decir se ha llegado a una armonia entre el pensar y el obrar. Su peregrinar hacia Dios se desarrolla por caminos subje- tivos, libres de intenpretaciones dogmaticas. Su ensefianza 5 Cada cual no es otra cosa que aquello que representa, por lo cual tras la cautela y el disimulo de mi persona sobreviene In oculta- cién para mi de mi verdadero ser. Nadie puede verse de otra manera que como actia, NAZARIN: UNA REBELION ECLESIAL il de la doctrina cristiana se reduce a la plitica, al didlogo, “el mas elemental y sencillo” para quien quiera aprenderla, oponiéndose a una profesionalizacién de la filosofia y sobre- tudo a una teologia clerical («la filosofia es un juego de conceptos y palabras, tras el cual esté el vacio» (p, 1726). Nazarin no se cree poseedor exclusivo y iinico de la verdad cristiana y pregona con el ejemplo de su libertad frente al autoritarismo, anulando asi la estructura de esa Iglesia Je- rarquica de rigida organizacién.” Prevalece, ante todo, su testimonio moral de Ja conciencia personal frente a la decli- nacién de la propia responsabilidad ante la’ simple obedien- cia; se aleja de las normas y forma de vida tradicionalmente aceptadas, y en especial de su fundamentacién en un orden sobrenatural de sanciones. El personaje, pues, subordina su pensamiento a los valores precisos de la realidad cireundan- te y antepone la circunstancia concreta a la abstracta. Igual- mente se autolibera de la tutela metafisica y religiosa para vivir en una situacién de secularizacién y desacralizacién, amulando asi el esquema de la doble realidad sacra y profa- na, sobrenatural y natural, Considérese, pues, el progreso moral efectuado por Nazarin al realizarse como persona que esta en la realidad, desde el abandono de su extrafiamiento y el seguimiento de la instancia de sociabilidad. Sdlo des- pués de este cambio, se ve en su modo auténtico y no en su papel figurative, Salvado el escollo de insincera comuni- cacién logra el desarrollo pleno de su persona. & Ese sentido de la palabra Iglesia contra la que se rebela Naza- rin en su conducta, podria sintetizarse asi en palabras de Aranguren: alglesia establecida, Iglesia oficial, reconocida, como tal, por el Estado, 112 FRANCISCO CARENAS B) LA POBREZA COMO RASGO DISTINTIVO DE VIDA @..es condicién mfa esencialisima la pobreza... cl no poser mi suprema aspi- raciény. (p. 1687) Voluntariamente Nazarin se desprende de los objetos por considerarlos superfluos y antititiles en la medida que al- canzan el cardcter de objetos contra el hombre, pues disper- san su actividad y en vez de poseerlos le poseen. Actitud esta, en consecuencia, valorativa del propio yo por sus cualidades intrinsecas y no por sus posesiones, Denuncia Nazarin, de rechazo, a la conciencia burguesa de la época que conferia él lugar de cada cual en la sociedad —su status— por los signos de riqueza exterior, hasta el punto de Iegar a la si- tuacién anédmala de ser lo que se poseyera. Los ejemplos de yineulada a él, y en Ja cual los tres grados de Jerarquia, Clero y Laicado estaban perfectamente delimitados y escalonados. La Jerarquia poseia, en exclusiva, la Jurisdiccién y, por tanto, detentaba el monopolio del Poder. El Clero, carente de Jurisdiccién, compartia con la Jerarquia, Participadamente el Magisterio. El Laicado constitufa la Iglesia dis- cente, cuya iniciativa religiosa era teéricamente nula, y a la que corrés- pondia, en principio, aprender, escuchar, recibir érdenes y obedecer. El Espfritu Santo descendia a 1a tierra canalizado por la Jerarquia y el Clero y dificilmemte se admitia que soplase donde quisiese, a no ser que “tal soplo” fuese ratifieado y canonizado por Ia Jerarquia: La Jerarquia constituia asi la mediacién, practicamente necesaria, entre el Espiritu y el pueblo cristiano... Esta concepcién rigida, vertical, jerdr- quicamente canalizada, del carisma a la comunidad es lo que entra en crisis», (La crisis del catolicismo, Madrid: Alianza Editorial, 1969, p. 88). NAZARIN: UNA REBELION ECLESTAL 3 esta manifestacién radical de pobreza son reiterativos en la novela: a.) vivienda: «cuanto se diga de lo misero y des- amparado de aquella casa es poco» (p, 1684); b.) comida: «el dia que tengo que comer como” (p. 1685); c.) atuendo: «manta, montera, faja, chaleco, descalzo» (pp. 1700-07).7 Dispuesto, por lo tanto a dar ejemplo de vida, «a pvitar que los pobres, es decir, los mios, se hallen tan tocados de la maldita misantropia» (p. 1687); a realizarse haciendo, a mostrar la verdad de sus intimas convicciones en la praxis, pues «cuando uno ha podido afiadir al saber... unas cuantas ideas, aprendidas en el conocimiento de los hombres, y en Ja observacién de la sociedad y de la Naturaleza, no hay que pedir a los libros ni mejor ensefianza ni nuevas ideas» (pag. 1686). Ahora, continua diciendo, el fruto ha de verse en la practica. Es en la praxis donde va a probar la verdad de sus convicciones. Lo que piensa proviene de la realidad y ha de ir, de nuevo, a ella para cambiarla. La practica sera la con- firmacién, la iiltima palabra de la verdad o falsedad de sa pensamiento. No sé si seria muy arriesgado afirmar que Galdés, en el punto de redaccién de su obra, estaba familia- tizado con las tesis de Marx, sobretodo Ja undécima sobre Feuerbach, en la que afirma: «Los filésofos han interpretado 7 Otras. citas sobre la pobreza: a) «Para patentizar los beneficios de la humildad, es indispensa- He ser humilde, para ensalzar la pobreza como el estado mejor, hay que ser pobre y parecerlop (p. 1726). b) «EI semedio del malestar social y de la lucha cada vez mds enconada entre pobres y ricos, ¢cudl es? la pobreza, la renuncia de todo hien material» (p. 1727). c) No huia del malestar y la pobreza, sino que tras de la miseria y de los trabajos mds rudos caminaba» (p. 1707). 14 FRANCISCO CARENAS ya innumerables veces el mundo. Lo que nos importa ahora ¢s cambiarlo». Sencillamente, de manera asistematica y un tanto rastica Nazarin comprende que no hay auténtico saber —la Fe como vivencia religiosa en este caso— si no se ajusta y adectia a los hechos. Y este nuevo modo de enten- der la vivencia religiosa es revolucionario, por cuanto anula e invalida el saber anterior; entiéndase la mojigata practica religiosa tradicional, que hasta entonces regia como valida.® En este nuevo saber no cabe sencillamente el no hacer, ya que éste deviene exigible. El darse a los otros no puede significar ya él apartamiento del mundo al modo abstracto de las 6r- denes religiosas. No se puede permitir ya un retiro de la co- munidad —la eclesidstica— de la real totalidad, sino la do- necién de si mismo a Ia colectividad como el maximo yalor en orden a la realizacién personal. Comportamiento limite el suyo, pero auténtico y convincente, como tnico modo de terminar con la subrepticia racionalizacién del comporta- 8 Wéase C. Castilla del Pino; Naturaleza del saber, Madrid: Edito- rial’ Taurus, 1970, © «Todo hombre encierra dentro de si mismo dos tendencias o gru- pos de tendencies que se oponen: una de ellas, busca la satisfaccién y gratificacién de impulsos instintoafectivos egoréntricos en virtud de los ‘cuales tiende a posponer al otro —a la sociedad— frente a sf. Otra mediante la cual estd dispuesto a posponerse a si, con tal que encuentren satisfaccién impulsos afectivos nacidos de la convivencia com sus seme- jantes: esto es, sacrifica su conciencia de sf en virtud de Ja satisfaccién de su conciencia social... El predominio de las tendencias egotistas leva a la regresién o al inmovilismo y son, por antisociales, tendencias primi- genias... Conceder prioridad a las tendencias sociales representa un plano ético superior y, por tanto, dirigido a una praxis también superiorn. Thidem. Dialéctica de la persona, dialéctica de la situactén. Barce- Jona: Ediciones Pen{nsula, 1970, 3.° edie, pp. 54-55. REBELION ECLESIAL us miento previo. Linea de pensamiento que confirma Aran- guren en su libro El marxismo como moral: «Conciencia recta significa hoy, ante todo, por una reaccién muy expli- cable frente al individualismo religioso anterior, conciencia social. Y conciencia social quiere decir, prima facie, con- ciencia del problema social. Ante él es menester reconocer creo, que la Iglesia permanece en una actitud de ambigiie- dad irresuelta».!° Nazarin comprende que para ser fiel y consecuente con su vocacién ha de elegir la pobreza propia de su estado. Asi desprovisto voluntariamente del mas rudi- mentario de los bienes y autodespojado de toda autoridad moral —armas de su ejemplo— nos confirma su sentido ético- practico y su nuevo way of life. Ingredientes intrinsecos de esa autoconcienciacién son la renuncia al triunfalismo y la preconizacién de la humildad, en Ja relacién con los demas; Ja eleccién de la pobreza como guia de la propia vida eregi- da en palpable contraste con la fiebre adquisitiva de aquella incipiente sociedad de consumo que hacia residir el progreso en la mera productividad. Pobreza como sumisién, depen- dencia, que evidencia una situacién en la que nada de lo que se hace tiene sentido. La fe en este personaje es siempre un problema practico de conducta. «Se necesitan ejemplos, no fraseologia gastada. No basta predicar la doctrina de Cristo, sino darle existencia en la préctica e imitar su vida... Para que la Fe acabe de propagarse en el estado actual de la so- ciedad conviene que sus mantenedores renuncien a los arti- ficios que vienen de la Historia... y que patrocinen y prac- 19 José L. Aranguren: El marxismo como moral, Madrid, Alianza Editorial, 1968, p. 169, 116 FRANCISCO CARENAS tiquen la verdad elemental» (p. 1726). Asi es como se resuelve contra la hipocresia y acrisola su virtud en la ac- cién, Al constituirse en pionero de esa Iglesia humilde, ser- vidora del hombre por amor, y al desprenderse de todo po- der y afan del mismo, incluso del poder espiritual, Nazarin se autoconfiesa implicitamente culpable y pide perdén, a fin de congraciarse de nuevo con su pueblo, desorientado res- ecto al modo de entender la doctrina cristiana. En vez de situarse frente al mundo comprende que su misién es vivir en él, insertarse dentro del mismo para servirle, La nueva Iglesia que él viene a representar deja de ser un cuerpo ce- rrado bajo la proteccién de la Jerarquia, para constituirse en parte integrante de la comunidad, Anulacién de las dis- tencias entre mundo y yo, por haber hecho desaparecer las parreras divisorias entre cielo y tierra, éste y el otro mundo.’ En consonancia con su espiritu de renuncia esté la idea que del progreso tiene el protagonista. «No sé mas sino que a medida que avanza lo que ustedes entienden por cultura, y cunde el Iamado progreso, y se aumenta la maquinaria, y se acumulan riquezas, es mayor el niimero de pobres y la pobreza es mas negra, mas triste, mas displicenten (p. 1687). No es dificil entrever en tales afirmaciones la denuncia de un progreso valorado en cantidad de bienes, productividad y, por ende, el deseo de detener esa irracional expansién pro- 11 Hay que resaltar que la conviccién de sus vivencias para él s6lo tiene sentido en la intimidad, sin pretensién de proselitismo ni de hacer extensiva a los otros dicha creencia, 12 El conjunto de gentes de que se rodea (buhoneros, la tfa Chan- faina, las tarascas, el campesinado humilde, etc.) podria aparecer como extravagante, pero no olvidemos que los personajes' de nuestro tiempo Tepresentan situaciones extremas. NAZARIN? UNA REBELION ECLESIAL uy ductiva. Esos tres adjetivos —«negra», «triste», y «displi- cente»— nos llevan, como de la mano, a plantear, aunque sucintamente, ese tema tan tratado en nuestros dias de la coyuntura entre progreso cuantitativo y cualitativo. ;Con- tribuye esa cada vez creciente cantidad de bienes de consu- mo a la plena realizacién del hombre en una existencia libre y feliz? Es obvio que no.’* Nazarin estima, en sus firmes ase- veraciones, que “el progreso” ha conllevado la opresién, es- clavitud, sufimiento, manipulacién y control. El trabajo puede ser socialmente util, pero en ninguna manera se equi- para con las necesidades personales del individuo, Ese tra- bajo, que pasa a ser la propia vida, es trabajo alienado, en cuanto impide, por su obligatoriedad, al sujeto realizarse individualmente. Estos valores que debian ser supremos de- vienen subordinados. Es asi, pues, como el progreso esta 18 «en la Humanidad se notan la fatiga y el desengaiio de las especulaciones cientificas y una feliz reversién hacia lo espiritual. No podia ser de otra manera, La ciencia no resuclve ninguna cuestién de trascendencia,.. y sus peregrinas aplicaciones en el orden material tam- poco dan el resultado que se creia. Después de les progresos de la me- cdnica, la Humanidad es més desgraciada; el nimero de pobres y ham- brientos mayor; los desequilibrios del bienestar mas crucles. (p. 1725). «La politica es agua pasada... los pueblos tienen Ia misma hambre que antes. Mucho progreso politico y poco pan. Mucho adelanto material, y cada dia menos trabajo y una infinidad de manos desocupadas». (pdg. 1726). 14 Véanse como teorias ilustrativas del tema: Herbert Mareu: El hombre unidimensional, Barcelona: Seix Barral, 1969. Especialmente el cap, 6: «Del pensamiento negativo al po- sitivo, La racionalidad tecnolégica y la Wdgica de la dominacién». Ibidem: Psicoandlisis y politica: Barcelona: Edic. Peninsula, 1969, cap. 2: dLa idea del progreso a Ia luz del psicoandlisisy. 8 FRANGISGO CARENAS cargado de falta de paz, trascendencia, de carencia de feli« cidad, Es por eso que los «pobres se hallan tan. tocados de misantropia» (p. 1687). La valoracién cristiana de la existencia es ante todo una postura moral: lucha por la emancipaci6n jntelectual, por la libertad espiritual del hombre. La reforma que con su ejemplo y doctrina preconiza Nazarin tiende a facilitar estructuralmente a los hombres su bondad moral, a hacerles comprender que Dios esté en el mundo, en toda y cualquier realidad, yes initil ir a buscarle en el trasmundo, Desmitologizacién, pues, y toma de posicién ética, reduccién de la teologia a cristo- logia que se homologa con el amor, como servicio al préji- mo con el que se funde en la tarea comin de “transformar el mundo”. Rotas las barreras entre lo especificamente eclesias- tico y laico, aspira a una total desprofesionalizacién de su condicién sacerdotal y a la inmersién en la profundidad. Aunque su campo de accién es el mundo total, sin embargo se coloca del lado de los desposefdos para combatir cual- quier tipo de oligarquias. Su toma de partido es clara en la represion que hace de Don Pedro Belmonte, prototipo del ca- cique oligarca. «Usted pensara de mi lo que guste... pero yo reviento si no le digo que esa manera de tratar a sus servi- dores es anticristiana y antisocial, y barbara y soez... los sirvientes son personas, no animales... y tienen su dignidad y su pundonor como cualquier sefior feudal, o que pretende serlo» (p. 1723).1° En esa revolucién social, no-violenta, Nazarin va haciendo de nuevo el cristianismo, no el primitivo, sino el de nuestro tiempo, el que requicre la realidad presente. 18 ‘Acusacién que se haco extensiva contra el juex y el alcalde. (p. 1752), NAZARIN: UNA REBELION ECLESIAL 119 C) LENGUAJE PARA LA COMUNICACION aHablo en voz baja y fa los que quieren escucharmen. (p. 1685) Esa revolucién se extiende incluso hasta el lenguaje mis- mo, ‘pues propone el uso de una eseritura inteligible, comin, sin hermetismos. Comprende que para que se de la comu- nicacién se necesita un lenguaje a nivel general y, por con- siguiente, desprovisto de misterio y falso prestigio; abierto y accesible a todos, y que venga demarcado por los limites de ese mundo en que funciona. Entiende Nazarin que len- guaje y mundo van intimamente conexos y que éste surge como necesidad frente al propio mundo que es a la vez “nuestro” mundo que se ofrece igual para todos, y que hay que adecuar a los requerimientos de la realidad que se nos da. En Nazarfn siempre encontramos adecuacién entre en- tendimiento y comunicacién, entre significado y significante, no obligando al interlocutor al baldio esfuerzo de intentar cap- tar lo entredicho o sobredicho. La armonia entre el decir, pensar y hacer es plena, resultando que “lo que se quiere decir” es “lo que se dice”. Es ésta un habla al servicio de los objetos reales y no de las imagenes representativas. De ahi la abundancia del didlogo que nos ofrece la obra, indi- eativo de auténtica convivencia, de postergamiento de las posiciones particulares en favor de la dilucidacién del ob- 120 FRANCISCO CARENAS Hh jeto sobre el que se dialoga. Lenguaje, en una palabra, que sirve para expresar toda la verdad y no para deformarla u ocultarla, por su inherente cualidad ético-individual. FRANCISCO CARENAS 2356 Sandra Sue Drive. Helf Moon Village, Saint Louis, Missouri 68114. Estados Unidos, Chicanos y corridos Conviexe aacer un poco pe mistoRIA INTRODUCTORIA. Es conocido el parentesco indudable que existe entre el corrido mexicano y los romances espafioles. Se sabe que éstos llega- ron al Nuevo Mundo con los conquistadores, en el siglo xvi, Y que todavia se cantan, no sélo en el actual territorio mexi- cano, sino también en el Suroeste de lo que hoy son los Estados Unidos. Por otra parte, parece que las noticias sobre los corridos no van mas alla de la mitad del siglo xIx; a partir de ese momento, los corridos van a sustituir a los tomances en el folklore mexicano, sin que ello quiera decir que los segundos desaparezean por completo." Entre corridos y romances existen unas coincidencias que no son, en modo alguno, casuales. En primer lugar, la forma octosilabica, la asonancia (con variantes), pero tam- bién otras muchas caracteristicas y a diferentes niveles: el tealismo y el lirismo, el uso de las férmulas, los Iamados a la atencién del piblico, la insistencia en un comienzo deter- 1 Cf. por ejemplo, Aurelio M, Espinosa, «Romancero Nuevomeji- canon, RH, XXXII (1915), 446-560; «Los romances tradicionales en Californian, Homenaje a Menéndez Pidal, 1 (Madrid, 1925), 299-313; Vicente T. Mendoza, El romance espafol y el corrido: mexicano (Mé xico, 1939); El corrido mexicano (México, 1954); Lirica narrativa: el corrida (México, 1964); Américo Paredes, With His Pistol in His Hand. A border Ballad and tts Hero (U. of Texas Press, 1971). 122 JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS minado cronolégicamente, la sobriedad y simplicidad des- ¢riptivas, la contaminacién de diferentes versiones, el hecho de que unos y otros se canten... Pero ademas de los rasgos formales, algunos elementos mas sefialan Ja intima relacién entre romances y corridos. De ambos puede decirse algo fun- damental e idéntico: constituyen la historia nacional vista desde abajo, desde el pueblo. Frente a las crénicas oficiales, e! pueblo espafiol y el mexicano, también el chicano, se cons- truyen su propia historia. Con referencia a los corridos po- dria decirse exactamente lo mismo que el profesor Américo Castro ha dicho sobre los romances espaioles: El pueblo castellano se vertebré como tal pueblo mientras iba reviviendo su propia historia, sin que nadie se la ense- fiara, a lo largo de Ja nunca interrumpida linea de sus romances.2 En efecto, la historia espafiola, tanto como la mexicana, puede hacerse por medio de los romances y de los corridos: “apenas se produce hecho histérico dentro de la peninsula que no lleve una expresién literaria romancera».* El para- lelo es realmente impresionante en dos momentos de Espafia y de México, momentos, en cierto modo, equivalentes: la guerra civil de 1936-39 y la revolucién de 1910-20. Baste citar, como ejemplo del paralelismo mencionado, un par de 2 Amérieo Castro: a£spaioly palabra extranjeras razones’ tivos (Madrid, 1970), p. 58. % Antonio Rodriguez-Mofino, «Origen y formacién del de la guerra de Espafiay, en Romancero general de la guerr (Madrid-Valencia, 1937), p. 9 sf CHICANOS Y CORRIDOS romances de la guerra espafiola. Las semejanzas son eviden- tes. Asi en este Romance del fusilado:* Veinte afios justo tenia José Lorente Granero cuando se alisté en las filas de las milicias de hierro, y salié para la Sierra diciendo solo: «Si vuelvo, hermanos, sera cantando con vosotros, si no, muerto». Su fusil entre sus manos era una rosa de fuego vomitando espanto y muerte para el enemigo negro. De repente unos traidores, a docenas si no a cientos, de sus cubiles brotaron, de sorpresa le cogieron, entre todos le rodean, aunque él tumba a cinco, muertos, y a insultos, golpes, atado, le llevan al campamento, 4 En Romancero general, p. 79. JULIO. ROpRIcUEZ-PUéRTOLAS Contra unas tapias le pone la turba de bandoleros, y José los mira a todos con un altivo desprecio. Apuntan nueve fusiles a aquél noble y limpio pecho, espejo de milicianos y de valientes espejo... El segundo romance se titula Pancho Villa, miliciano,’ y es una buena muestra de como los héroes de la revolucién mexicana han pasado los mares y Ilegado a tierras espaiiolas: Montes Jos de Navafria, pinares los de la Sierra: en un verano de fuego se Ilenaron de escopetas, de fusiles, de cafiones, de sangre joven y obrera que se alzaba en grito heroico contra Ja traicién sangrienta, El diecinueve: de julio nacié el valor y la guerra. A pelear por nuestra causa van las milicias obreras, por el Guadarrama arriba; Pancho Villa va con ellos, con la sonrisa en los labios, © Ibid., p. 70, ‘CHICANOS Y CORRIDOS 1235 jinete en jaca morena, héroe de Ja Libertad: su nombre copia y semeja al del bravo guerrillero que a México defendiera; Pancho Villa, Pancho Villa, miliciano de la Sierra... Tras esta breve introduccién es posible tratar mas apro- piadamente de los corridos chieanos en particular, o de equéllos otros relacionados con los conflictos entre México y los Estados Unidos. Rumel Fuentes, un corridista actual, ha deserito el proceso que le ha levado a convertirse en autor de corridos chicanos contempordneos. Dice, por ejemplo: La primera vez que recuerdo haber escuchado corridos fue cuando mi padre los escuchaba en el radio, Dejaba de hacer lo que estaba haciendo, y si iba pasando cerca del radio y ofa un corrido, se detenia para escuchar todo el corrido, y después se iba sin decir ni una palabra. Era un hombre serio, pero en ese momento yo podia ver en su cara una expresién de placer y orgullo, En esos tiempos yo tena como cinco afios de edad y no entendia ni me gustaban los corridos, Nada més los conocia como los co- rridos o canciones de mi Apd. Me gustaban todas las cla- ses de canciones y las cantaba, menos los corridos, Siem- pre me gustaba cantar cuando me encontraba trabajando en el campo o en Ia labor. A veces, en los domingos, mi papé y yo nos pasedbamos por ¢] campo y é1 cantaba: aA los hombres como yo, no se les da en la cabeza», (Felipe Angeles). Cuando entré a las escuelas publicas de Eagle Pass, Texas, y empezaron a aculturarme y a lavarme el seso, yo JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS empecé a olvidarme de la misica de alas clases bajasn, Ja misica en espaiiol, y fui introducido a la misica en inglés, la miisica «buena», También aprendi a tocar la guitarra, y me converti en un cantante de rock’n roll, can- tando canciones que shora me doy cuenta que son muy simples comparadas al corrido, El corrido tiene mucho simbolismo, es muy tinico y significante, Después «descu- briv el corrido de nuevo cuando entré en edad y empecé a escuchar Ja mrisica en espaiiol de nuevo. También le ponfa més atencién a los corridos que mi papa cantaba y tocaba todo el tiempo en su guitarra, Cantaba casi nada mis puros corridos. Cantaba de Pancho Villa: «Pancho Villa es duefio de acroplanos y los alquila con toda como- didad» (Nuestro México), y otros corridos de ese estilo y de ese tipo. Quird fue el sentimiento que mi papa les ponia a loa corridos, pero fue en ese tiempo euando entendi el verda- dero significado del corrido. El corridista es un hombre serio que nunca se queja, luego se Iega el dia que ese hombre Ievanta la frente y con una vox fuerte, varonil y melodiosa canta acerca de lo que es la vide. Canta de va- lores sociales, de costumbres, de cultura, y de injusticias, y lo hace en una forma simple que todos entienden si prestan aunque sea un poco de atencién. Mi padre cantaba «son muy coyones» con una mirada de experiencia y de sabiduria en su rostro, y «yo no conozeo el miedo» con una. vou orgullosa y un pecho que se levantaba. Fue aqui donde vi la chispa que buscaba. No todos los mexicanos son perezosos, torpes, pasives y otras cosas. parecidas como trataban de hacerme llegar a creer Ios gringos. Me df cuenta que todo lo que dice el gringo no es cierto. Supe que no era cierto que un gringo golpear a diez chicanos como lo decfan los gringos e peliculas, en libros y en los periédicos, Mi papa s pé de los lavados de seso porque nunca vefa I rnin ni fue a la escuela. El vivid en los Hempens CHICANOS Y CORRIDOS 17 2 ron muchos corridos, También contaba historias de inci- dentes que le habian ocurrido a él mismo, historias ¢ incidentes como las que cuentan los corridos, Yo veo el corrido como un medio de exponer males ¢ injusticias y de relatar Ia verdad’ acerca de las cosas que estén pasando hoy dia. El corridista, al empezar o al lerminar su corrido, a veces dice: «lo digo porque lo vide», © aporque esto si es cierto». El corrido es el lado chicano de la historia. El lado gringo de la historia est4, en muchos casos, falseado y perverso.® La situacién y la problematica chicana vista por Rumel Fuen- tes, puede resumirse muy facilmente en dos palabras: explo- tacién, discriminacién.* Los grandes temas de los corridos chicanos podrian ser los siguientes (dejando ahora aparte los dedicados al amor y a los crimenes): guerras con los Estados Unidos; el Sur- oeste después del Tratado de Guadalupe-Hidalgo (1848); héroes y «bandidos»; los emigrantes y el trabajo; los corri- dos colaboracionistas y los corridos militantes. La prehistoria del corrido chieano comienza con la gue- tra de agresién de los Estados Unidos contra México. Asi el corrido titulado Clarin de campaiia, asi el de Las marga- ritas, divulgados los dos por el afio 1847 en México.’ Veamos algunas partes del iltimo, interesantes porque sefialan ya el tono antinorteamericano que va a tener toda una linea de corridos mas modernos: ® Rumel Fuentes, «Corridos de Rumel», El grito, VI, 3 (1973), 4-5, * Cf. por ejemplo Paredes, op, cit., p. 16. 8 Mendoza, El romance espafiol y el corrido mexicano, niims. 177 -y 197, 128 JULIO RopRIcUEZ-PUERTOLAS Hay que ver bailar a gringos patones, porque suenan correas como los ratones, Parecen marranos de La Bella Unién Los yankis malvados no cesan de hablar que habrén de acabar con esta nacién; yo les digo: nones, Be ee? Jamas Ilegarén... Conviene recordar que la intervencién de los Estados Unidos én 1914 —con la ocupacién de Veracruz— dio también ccasién a corridos semejantes, como éste de Los ambiciosos Patones:° Por ahi vienen los patones, los gringos americanos, diciendo que han de acabar con los indios mexicanos, ® Mendoza, ibid., mim, 231. Cf. otros corridos antinorteamericanos cn Higinio Vésques Santana, Canciones, cancares y corridos mexicanas, TT, (México, 1925), 219-220, y en Jess Romero Flores, Anales histérk cos de ta Revolucién. Sus corrides (México, 1941), p. 89. De gran inte. xés al respecto es el articulo de Merle E, Simmons, eAttitudes Toward the United States Revealed in Mexican corridoss, Hispania, XXXVI (1953), 34-42. CHICANOS Y CORRIDOS 129 La verdad yo les diré: que hay unos malos vecinos que se les van a vender como si fueran cochinos Ya con esta me despido, me despido en esta vez, &Qué dicen vendran los gringos a ensefiarnos el inglés? Yo entiendo todo al revés; iay, que los americanos aqui se van a estrellar con los indios mexicanos! Altérenle, que es Mangana, nosotros no nos rajamos, Otro tema importante es el de la penetracién norteameri- cana en los territorios que fueron mexicanos hasta 1848. Algunos corridos son tardios, como Los americanos,® pero reflejan, sin duda, una situacién que en 1909 duraba ya sesenta afios: Aiio novecientos nueve, Pero con muncho euidado, voy a componer un cuando en nombre deste condado os 3° Espinosa, «Romancero Nuevomejicanoy, nim, 52, 130 JULIO RopRicUEZ-PUERTOLAS Sefiores, pongan cuidado a la raza americana: vienen a poseer las tierras, las que les vendié Santana, Cuando entraron di Oklajoma sin saber el casteyano, entraron como los burros a Su pasu americano; vienen déndoli al cristiano y haciéndoli al mundo guerra; vienen [a] echarnos del pais y [a] hacerse de nuestra tierra, Una vez que se produce la penetracién y ocupacién de los norteamericanos, comienza, como es natural, la disloca- cién de la poblacién hispana, de sus modos de vida tradicio- nales, la explotacién econémica y el racismo, todo ello pro- ducto inmediato del nuevo estado de cosas. La resistencia se manifiesta en la aparicién de héroes-tbandidos», como el famoso Joaquin Murieta, de quien trataré mds adelante. Un conocido cirrido tejano, el de Gregorio Cortés, puede ilustrar el tema,” por tratarse del caso tipico del méxico-americano sometido al terror de policias y rinches y que termina por defender violentamente su vida y la de los suyos. Gregorio Cortés fue encareelado en 1901, quedando por ultimo en libertad en 1913. Lo escandaloso de la injusticia cometida eon Cortés hizo que sus aventuras se cantasen en la propia Ciudad de México; a esta versién pertenecen los versos si- guientes: 41 Cf. el estudio ya citado de Américo Paredes, CHICANOS Y CORRIDOS 131 Que viva nuestra nacién aunque sufriendo revés; viva Gregorio Cortés, que ha honrado su pabellén.’* Pero las mas interesantes son las versiones tejanas; en una de ellas se dice, por ejemplo: Venian los americanos mas blancos que una paloma de miedo que le tenian a Cortés y a su pistola Decia Gregorio Cortés con su pistola en la mano: =No ooran, rinckes -echardes, con un sélo mexicano.'® 12 Paredes, op. cit, p. 151. 18 bid. pp. 155 y 156; cf. también Corrido de Jacinto Trevitto, en Magazin, I, 2 (noviembre, 1971), 45. Otro tipo de corridos es el que se refiere a contrabandistas, cuatreros, etc.; cf. Los bandidos de Norias o El contrabando de El Paso, en Mody C. Boatright, Mexican Border Ballads and Other Lore (Dallas, Southern Methodist U. Press, 1967; 2s), pp. 26-33, O el corrido La carga blanca, Magazin, ibid., p. 46. De mucho interés es el Corrido de los hermanos Herndndez, de Epifanio Z. Alonzo (conozco un pliego suelto), ejecutados el afio 1934 en la pe- nitenciarfa de Florence, Arizona: Jos hermanos Hernsndez, asesinos de un viejo anglo, inauguraron asi Ja edmara de gas de Arizona, 132 JULIO RopRicuEZ-PUERTOLAS Sin duda que los corridos relatives a los emigrantes, a sus problemas —como la deportacién— y al inhumano tra- bajo y explotacién a que son sometidos, forman un grupo especial, Veamos primero el titulado El traque:' Sofé yo en mi juventud ser una estrella de cine, y un dia de tantos me vine a visitar a Jolibid, Un dia muy desesperado de tanta revolucién, me pasé para este lado sin pagar la emigracién... Sigue una narracién de los diversos trabajos del emigrante: el traque, la recogida del tomate, una fabrica de cementos en Sacramento, eic. Otro ejemplo es La maquinita (o El emi- &rante) 1° : iCorre, corre maquinita, corre por esa ladera, parece que voy llegando a orillas de la frontera! 14 Mendoza, Lirica narrativa: el corrido, nim, 195. Fue recogido en Zacatecas en 1948, mas por el texto se ve que pertencce a la década reyolucionaria. 18 Mendoza, ibid., nim, 200; recogido en 1953 en San Luis Potosi. CF, otros corridos sobre el tema en Manuel Garnio, cap, VIE de Mexican Inmigration to the United States (Chicago, 1930); Paul S. Taylor, Mexi- can Labor in the United States, 1. 8 (Berkeley, 1928), y especialmente Songs of the Mexican Migration», Texas Folklore Society, XII (1932), 221-245, | GHICANOS ¥ GORRMOS 133 Adiés, parientes y hermanos, adiés, todos mis amigos, quédense, adiés, ya me voy, a los Estados Unidos Trabajé en el traque, me dieron mi provision, desde alli me jui bajando estacion por estacién Me pasé a California, vi sus grandes naranjales, y vi sus grandes plantios de grandes jitomatales, Bonito estado de Texas por su grande agricultura, pues tiene grandes plantios: todo es una hermosura. Los gringuitos me decian: —{Te gusta lo que aqui ves? Era de los mexicanos y ahora de nosotros es... Pero no falta en los corridos una explicacién de las verda- deras causas de la emigracién; véase como ejemplo la Des- pedida de un norteno, de Cecilio Chavez:** 16 Taylor, «Songs of the Mexican Migration», p, 223, Texto com- Fleto en pp, 222-224, 134 JULIO RopRIGUEZ-PUERTOLAS Me voy a Estados Unidos a buscar mi manutencién, jadiés, mi patria querida, te Ilevo en mi corazon! Pues yo no tengo la culpa que abandoné asi a mi tierra, la culpa es la pobreza que nos tiene en la miseria. Los problemas con la migra suelen terminar en la cdrcel y en la deportacién, euando no en la muerte. Citaré aqui Los deportados,"" en que, curiosamente, se presenta el punto de vista del mexicano no emigrante: Les cantaré un corrido de todos los deportados, que vienen hablando inglés y vienen de desgraciados. Los tiran en dondequiera, a puro mendigar, da lastima verlos, que no traen ni para almorzar Los corren, los maltratan, Jos gringos desgraciados... it En Literatura chicane, Texto y contexte (New Jerscy, 1972), de Antonia Castafieda, Tom&s Ybarra y Joseph Sommers; ef. pp. 210-211. CHICANOS Y CORRIDOS 135 Pero emigrantes y no emigrantes, todos trabajan duro, y confrontados en unos casos con la violencia y siempre con la explotacién.'* Por ejemplo, la vida del vaquero, con sus riesgos y peligros, aparece en El corrido de Kiansas, también Hamado de los quinientos novillos, 6l’mas viejo de los eono- cidos segin Américo Paredes.'” Es asimismo muy interesante el titulado Los reenganchados, de tema ferroviario y de hacia 1880.7° - El tiempo pasa. El proceso de asimilacién continua, y la integracién politica de la poblacién de origen mexicano avan- za progresivamente, Las nuevas circunstancias producen, co- mo es légico, nuevos tipos de corridos, que podrian clasifi- carse ahora en dos grandes grupos, como mencioné mas arriba: los corridos colaboracionistas y los corridos militan- tes. Veamos, para empezar, algunos casos del primer grupo. En 1942, México declara la guerra a los paises faseistas, apoyando asi a los Estados Unidos. Por primera vez, los norteamericanos necesitan el trabajo mexicano y promueven Ta entrada masiva de braceros. Asi lo explica el corrido titu- lado, precisamente, El bracero:** 18 Frente a esto, cf, en Literatura chicana, Defense de los nortefios, pp. 233-235. 19 Op. cit., p. 141: se cantaba ya hacia 1870 en la zona de Browns- ville y Matamoros; ef, también Boatright, op, cit. pp. 10-12, 20 Boatright, op. cit. pp. 13-15. 21 Apud Simmons, art, cit., p, 39, El tema contings, desde luego, vivo; ef. el Corrido del bracero (compuesto por un cantinero de Mission District, cerea de San Francisco), en que se aconseja a los emigrantes tengan euidado en sus tratos con los gringos. El soldado raso es un corrido referente al envio de tropas mexicanas en apoyo de los Esta- 136 JULIO RODRICUEZ-PUERTOLAS Soy bracero mexicano; he venido a trabajar para esta nacién hermana que me ha mandado llamar. A mi pais piden brazos para poder sustituir a los que estan en la lucha sin temor de morir... E! autor de este corrido se olvidaba, desde luego, de que en esa misma €poca se producian en Los Angeles unos feroces motines racistas contra los pachucos, con lo cual eso de «la nacién hermana» no quedaba tan claro.” Los corridos co- laboracionistas incluyen propaganda politica, como el dedi- cado A los republicanos del condado de San Miguel (1929), Al presidente Roosevelt, a la guerra de Corea 0, mas recien- mente, a los hermanos Kennedy.™* Pero frente a todo esto surge con energia el corrido mili- tante, en que se habla de la situaci6n auténtica del chicano; se habla también de protestas y de huelgas, de los nuevos héroes, de los problemas de identificacién y de toma de con- ciencia. He aqui el titulade Yo soy ts hermano, de Rumel dos Unidos durante la Segunda Guerra Mundial; ¢s interesante notar que de este corrido se han hecho adaptaciones mds modernas de pro- testa chicana contra la guerra de Viet Nam: incluso existe un acto del Teatro Campesine basado en este corrido, 22 Cf el importante libro de Carey McWilliams, North From Me- aico (Filadelfia, 1948), pp. 244-258, (hay traduccién al espatiol). 23 Cf, Simmons, art. cit., p. 40, para una noticia sobre algunos de ellos. CHICANOS Y CORRIDOS 137 Fuentes,‘ un hermoso llamamiento a la solidaridad de la taza: Dicen que yo ando alborotando porque a mi hermano quiero despertar; tanta injusticia que me esté rodeando ya no aguanto, yo quiero pelear; como Zapata y Pancho Villa, a los tiranos quiero castigar; hambre y pobreza nos esta matando, ya no aguanto, yo quiero pelear. Yo soy tu hermano, yo soy chicano, dame tu mano, vamos a volar; bien dice el dicho: si sangra mi hermano yo también sangro, la herida es igual. Roban las tierras, reban trabajo, matan mi hermano alla en Viet Nam; perdén le pido a la Guadalupana, tanta injusticia me hicieron pelear; ya estoy cansado de yoltear la cara, ya mi paciencia ya se acabé, juras y rinches son aprovechando, y la ley gringa se burla de mi. %4 De Rumel Fuentes, en art. cit, pp. 1344: ndtese que no es un corrido octosilabico. Cf. otros corridos semejantes, a diferontes ni- veles: Sefiorito Robledo, de Everto Ruiz, en Et gallo, If, 8 (junio 1970), 73 Un corrido para la Raza, de Cleofés Vigil, en El grito det Norte, IV, 78 (agosto 1971), 12; Yo soy chicano, en Magaztn, I, 4 (abril 1972), 49, y de E. Najera, Corrido de ta Raza Unida y Corrido de MAYO, ibid., Ep. 50-51, 138 JULIO RopRIcUEZPUERTOLAS CHICANOS Y CORRIDOS 139 0 el Corrido de Joe Cedillo, joven de dieciséis afios muerto a tiros por la policia de Austin el 31 de julio de 1971, por haber robado un trozo de pan y una lata de carne:** En una noche de julio, Nava, Flores y Cedillo, me acuerdo todos los dias: j6venes y casi unos nifios los mataron policias, en un barrio mexicano La raza reacciona, hace protestas, demostraciones, huel- los policias de Austin gas. A la cita no faltan los corridos, como este sobre La a Joe Cedillo mataron. huelga de Delano (recogido en pliego suelto). Muchos balazos se escuchan a las dos de la mafiana; toda la gente asustada no sabian ni que pasaba. Cuando salieron a ver, un hombre muy asustado, a Cedillo vieron muerto, en una cerca enredado. Dieciséis afios tenia; Jo tuvieron que matar, los policias lo mataron causa un pedazo de pan. Adiés, mi padre y mi madre, mi vida pronto acabé, la bala de ese hombre malo que en mi cabeza qued6. 25 Rumel Fuentes, art, cit, pp. 21-22. Véase también el Corrido de Alfonso Loredo Flores, en Magazin, I, 2 (noviembre 1971), 46. La muer- te del periodista Rubén Salazar a manos de Ia policta de Los Angeles dio también Jugar a varios corridos; conozco uno titalado precisamente Pero aqui Hasta México ha llegado la noticia muy alegre que Delano es diferente, pues el pueblo ya esta en contra los rancheros y engreidos que acababan con la gente, y como somos hermanos la alegria compartimos con todos los campesinos: viva la revolueién, viva nuestra asociacién, viva huelga en general Viva la huelga en el fil, viva la causa en la Historia, la raza lena de gloria la victoria va a cumplir... ha ocurrido un fenémeno muy interesante. Este Corride de Rubén Salazar, en pliego suelto. corrido sa cantaba originalmente en México mismo y estaba JULIO RopRicuEZPuERTOLAS dedicado al triunfo de la revolucién de Fidel Castro en Cuba, de Ix deulente msncca Hasta México ha Ilegado la noticia muy alegre de que Cuba es diferente; ya no hay nadie que la estorbe, ni tiranos engreidos que acababan con la gente, CHICANOS Y CORRIDOS ‘14 al que jode a mi hermano, meta bala, meta hala; al patrén sinvergiienza, meta bala, meta bala... Y sigue la cancién, aplicada al pinche capitalista, al chicano vendido, al duefio desgraciado y al esquirol de Salinas. Lo mismo ha ocurrido con una famosa cancién socialista italia- na, Bella ciao, que trasplantada a California dice asi:”* y como somos hermanos Ja alegria compartimos con toditos los cubanos: viva la revolucién, viva la reforma agraria, viva Fidel Castro Ruz... Algunos corridos y canciones anuncian ya muy claramen- te una revolucién auténtica y préxima, més alla de simples protestas y de quejas. Como esta cancién argentina de Ata- hualpa Yupanqui, titulada Meta bala y adaptada a la pro- blematica chicana: Quisiera yo irme a la luna a construir mi barricada, con mi fusi] bien engrasado y mis balas bien templadas. Al que mata al negro, meta bala, meta bala; Una mafiana de sol brillante, oh bella ciao..., una maiiana de sol brillante, oh bella ciao... en la América me vi. Yo soy latino-americano, oh bella ciao... yo soy latino-americano, aunque en la U.S.A. naci. Oh guerrillero, sigue el combate, oh bella ciao..., oh guerrillero, sigue el combate, porque me siento ya morir al que explota al obrero, meta bala, meta bala; 20 Meta Bala y Bella Ciao: textos proporcionados por la seccién de Estudios Chicanos del Seven College, Universidad de California, Santa Cruz, 14z JULIO RopRicvez-PUERTOLAS, Desde Argentina a California, oh bella ciao..., desde Argentina a California, hay sdlo una revolucién. Y la raza, por fin, tiene sus héroes del dia, como César Chavez en California, Reyes Lépez Tijerina en Nuevo México o Corky Gonzalez en Colorado, Veamos el Corrido de César Chavez:*" EQué tienes ti, César Chavez, qué le:has dado ti-a Ja gente, que los que andan agachados ya levantan la frente? En sus pechos el cansancio, ojos tristes aparentes, trabajo brutal del campo esclaviza hasta la mente. Hombres, nifios y mujeres con el sol en las labores: geudnto se gana el ranchero, cuanto los trabajadores? Para enriquecer cabrones, a hacer sudor en la frente; para hacer ricos mds ricos, se empobrece mas la gente... CHICANOS Y CORRIDOS 143 Y este es el Corrido de Reyes Lopez Tijerina:*® En las tierras de mi padre, de Tejas a California, tierras venidas de Dios, muy bien lo sabe la Historia Iba un hombre muy violento Jas tierras a récobrar; a las cortes més supremas subié solo a declarar: sélo una barda de fierro fue lo que pudo encontrar. Reyes Lépez Tijerina como Zapata buscaba que de esta tierra robada hacer como Dios mandaba: la justicia se negé, nunca pudo él lograr nada. Se esconden bajo su ley para hacer destrocidades, malditos rinches cobardes, mandaderos del gobierno, pero Dios tiene otra ley que los mandaré al infierno. 21 Rumel Fuentes, art. cit, pp. 17-18, Cf. también Para fa unién de César Chiivez, en El malcriado, IV (15 de setiembre, 1970), 8; Corrido de Salinas, ibid, p. 9, de Francisco Garcia, 28 Rumel Fuentes, art, cit., pp. 3840. Sobre Reyes Lépez Tijerina, ef. también Qué hubo, raza, en Magazin, I, 4 (abril 1972), 51. 144 yurI0 RODRICUEZ-PUERTOLAS CHICANOS Y CORRIDOS 45 Cuando salga de la carcel que nos venga bueno y sano: si lastiman a El Jefe, Bicanaaillenavectentox los mandamos al infierno. Injusticia contra el Corky pone claramente de manifiesto la la relacién entre el pueblo chicano y sus héroes:”° setenta y dos el presente, les mandamos aqui un mensaje Nuevos hechos y nuevos personajes producen también de una gente con coraje. nuevos corridos, como El clamor de un mexicano, de Hum- herto C. Velasco, sobre el secuestro de un avién realizado en Se nos fue el jefe querido 1972 por Ricardo Chavez Ortiz:'° pa Los Angeles, California: fue a ensefiales al Syndicado que es un hombre afamado. El sefior Corky Gonzalez y su hija Nita Aleman confrontaron al juez racista: no les quiso escuchar. Lleg6 el juez con su racismo, sentencia al jefe mayor, lo sacaron de Ia corte, va a la carcel con valor. Si los gringos van creyendo que al jefe vamos a olvidar, estan malos de la mente, el chicano va’peliar. 28 En El gallo, IV, 2 (febrero 1972), 4, de Ramén Alvarado, Cf. también El corrido de Corky Gonzdlez, ibid, I, 11 (julio 1968), 8, de Emmett Padilla, Abril trece del setenta y dos nos quedard en la memoria de un valiente mexicano que con la pistola en mano asaltara un aeroplano, Ricardo Chavez Ortiz, hombre de: gran corazén, que jugandose la vida estremecié a la nacién. De Arizona a California vino arriesgando la vida, sin saber si lograria Jo que en el alma sentia. No les exigié dinero, no mis hablar con el pucblo, pues queria ser escuchado al transmitirlo por radio 80 En La opinién, suplemento dominical del 30 de abril, 1972. 146 JULIO RODRICUEZ-PUERTOLAS La pobreza y el mal trato que ha recibido en la vida fueron bastantes motivos que en él explotara en ira Cuando hubo terminado pidié disculpas a todos, y entregando su revélver, se rindié como los hombres, Con esta gran valentia que nos demostré Ricardo, tratémonos como hermanos dandonos siempre la mano... Todos los corridos militantes apuntan, como es légico, a sefialar la situacién de injusticia y de opresién en que se halla la poblacién hispana de los Estados Unidos. No podia faltar el corrido que acusa histéricamente al «Coloso del Norte», al margen de anécdotas y de localismos. Asi sucede con El gestapo adaptado, de Cleofés Vigil, mezcla curiosa de tono francamente popular y tradicional y de conocimientos histéricos contempordneos:** Los Estados Unidos pelearon con el gestapo aleman: pues ahora ya se mira que han adoptado el plan. 81 En El grito del Norte, II, 12 (octubre 1970), 6. CHICANOS ¥ CORRIDOS: a7 Adolfo Hitler murié cuando su pueblo vencido: ahora Estados Unidos al gestapo han aplaudido. Ya se mira aquella zudstica de Goering, Himmler y Hess: cuando hablan de ley y orden, Hitler revive otra vez. Es un poder de herejes, que matar es su pensar: la iiltima prueba en Los Angeles que la dé Rubén Salazar. Este pais que le llaman Estados Unidos cristiano, guerras de sangre y lagrimas, todo ha sido en vano. Hay que recordar, hermanos, la corte de Niiremberg, que alli colgaron a jefes que contaron el mismo poder. A jefes de este pais, que mi deseo no es condenar, pues ya se mira el destino: Tod durch den Strang Esta poesia la compuso el pueta, que soy raza, nada se puede negar, mirenlo bien que es lo que pasa. 148 JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS Si no convienen conmigo, los envito a platicar: luego que ya terminemos se yan a desengafiar. Qahora si me retiro, mi nombre les voy a decir: les puede seguir escribiendo su raza y pueta Cleofés Vigil. Como ya mencioné més arriba, terminaré tratando de un personaje del pasado californiano, héroe ya legendario, Joaquin Murieta. A mediados del siglo x1x, su mujer fue violada y asesinada por un grupo de norteamericanos; como consecuencia, Joaquin se echd al monte y se dedicé a ven- garse de los anglos, legando a convertirse en el terror de los mismos quienes lo calificaron de inmediato de bandido. Fi- nalmente, Muricta fue traicionado y también asesinado; su cabeza fue cortada y exhibida en circos y ferias, y hoy pue- de verse en un museo de Stockton, California. A pesar de lo que normalmente se cree, parece que Murieta no era de origen mexicano, sino chileno, y que vino a California con otros muchos compatriotas suyos cuando la Hamada «fiebre el oro» del siglo pasado. En todo caso, los origenes de Murieta no tienen demasiada importancia; lo significativo es que se identificé con todos los latinos perseguidos y explo- tados. La sangre de mexicanos, chilenos y espafioles tiene un mismo color, y la injusticia es también igual para todos. El gran poeta Pablo Neruda, que ha muerto hace poco, ro- deado de la brutalidad y el crimen desatados por la Junta Militar fascista de su pais, estrend en 1967 una obra titulada CHICANOS Y CORAIDOS M49 Fulgor y muerte de Joaquin Murieta;* drama que para nos- ctros tiene una especial relevancia, Asi explica Neruda la figura histérica de Murieta: E] fantasma de Joaquin Murieta recorre adn las Califor- nias. En las noches de luna: se le ve cruzar, cabalgando su caballo vengativa, por los péramos de Sonora, 0 desa- parecer en las soledades de Ia Sierra Madre mexican Lo rodea una tormenta de fuego y sangre, de codicia, atropello © insurreceién... (pp. 859-860). La obra de Neruda retrata el ambiente de odio contra el latino existente en la California del siglo x1x, los crimenes Ge los anglos, Baste un ejemplo documentado: en cierta oca- sién fueron asesinados diecisiete chilenos y tres mexicanos, una orgia de violencia y sangre. Los mexicanos que apa- recen en el drama de Neruda lo explican asi: Es porque no somos giieros, mano, Creen que Dios los premié colorados, Se ereen sobrinos de Dios con ese color de huachinange (p. 890). Algunas partes de la obra de Neruda, precisamente las mas interesantes, estan escritas en octosilabos, como el romance y el corrido mas popular: 82 En Obras Completas de Pablo Neruda, II (Buenos Aires, 1968; 3a), 857-928. El pocta chileno es también autor dé un poema de igual titulo sobre Muricta: ibid. pp. 797-809. 150 JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS Ya parte el galgo terrible a malar nifios morenos: ya parte la cabalgata, la jauria se desata exterminando chilenos: y con el rifle en la mano disparan al mexicano y matan al panamefio en la mitad de su suefio... (p. 899). Y Murieta aparece asi: Con el poncho embravecido j y el coraz6n destrozado, galopa nuestro bandido matando gringos malvados. Por estas calles llegaron estos hombres atrevidos, i se encontraron con Joaquin y Joaquin con su destino. Ya cay6 uno, ya van dos: son siete, lo digo yo. Galopa con poncho rojo en su caballo con alas, y alli donde pone el ojo, CHICANOS Y CORRIDOS 151 mi vida, ay, pone la bala. Y Zcémo se llama este hombre? Joaquin Murieta es su nombre. (p. 906) Casi al final del drama, Neruda, partiendo del ejemplo de Murieta, actualiza el problema acusadoramente: Asi como hoy matan negros, antes mataron mexicanos, asi matando chilenos, nicaragiienses, peruanos, sé desataban los gringos con instintos inhumanos, hasta que por la vereda pasa un caballo de seda, hasta que por los caminos galopa nuestro destino, y como dos amapolas se encendieron sus pistolas Ya llegé Joaquin Murieta a defender nuestra gente, ya responde el corazon por el rifle de un valiente. Que viva Joaquin Murieta, vivan sus manos agrestes ¥ sus ojos vengadores y su apostura celeste, 152 JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS Que mate a los que mataron, y si lo Iaman bandido, quiero bandidos como éste (p. 926-927) Rodolfo (Corky) Gonzalez, el dirigente chicano de Colo- rado, es, al propio tiempo autor de un extraordinario poema, que bien podria calificarse de épico, Yo soy Joaquin, en el cual surge también la figura de Murieta, y de modo no muy diferente a como aparece en el drama de Neruda: Cabalgué las montafias de San Joaquin, cabalgué al este y norte hasta las Montafias Roquefias, y todos los hombres temian las pistolas de Joaquin Murieta. Maté a esos hombres que se atrevieron a robar mi mina, que violaron y mataron a mi amor, mi esposa. Luego, yo maté para vivir jHidalgo! jZapata! jMurrieta! | Espinozas! Son selamente pocos. CHICANOS Y CORRIDOS 153 Ellos se arriesgaron a afrontar la fuerza de tirania de hombres que gobiernan con enredo e hipocresia,** Hemos visto asi como el corrido —al igual que el roman- ce espaiiol— presenta la historia de un pueblo contada por el pueblo mismo, contribuyendo, de un modo directo y efi- caz, ala toma de conciencia de los explotados, y seiialando tauchas veces un camino consciente, correcto y también emo- tivo. Quizd otra leccion podemos recibir de todo lo aqui tratado: que el pueblo chicano, a pesar de sus caracteristicas propias, no es diferente al pueblo de otros muchos paises que también lucha por su liberacién. JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS Universidad de California. Lor Angeles. Estados Unidos. 88 Ricardo Gonzalez, Yo soy Joaquin / I am Joaquin (Bantam Books, 1972), pp. 45 y 48 Sobre la figura de Murieta, ef, por ejemplo, Walter Noble Burns, The Robin Hood of El Dorado (Nueva York, 1932), y Amold. R. Rojas, The Vaquero (Santa Barbara, 1964), pp. 86-88. EL HONDERO MARIO SATZ: Quintaesentia Honda #1 of verso, Satvanon Romp Quintaesentia a Félix de Ania nya-4 orn a Remy Wa Map Y respondid Dios a Moisés: Yo soy ef que soy. Exono, 3, 14 la coronacién mas oscura del punto rodeado de luz, aura viva del origen, del otro lado del espejo de fésforo, Tengua se viste del fulgor de la reverencia y acude al centro del aliento. 5 estrellas crepitan en la noche, arden en el helio distancia de sus niimeros de fuego azul. ino se abre sobre sus cémaras reales: jLas células danzan en la quietud de sus miembros! plumas del silencio frotan mi frente. a esté escrito en la palma de la mano, hojas lineales donde el rosa de la piel > piadoso Ia flor de la sangre. cada dedo la ufia siembra su luna de noble cartilago, que la calenda y la fiesta fomenten la caricia. dedo Ja edad suma milenios invisibles: ema estd en la mano como la imagen en el ojo, el ojo se posa sobre la linea de la vida, le se dibuja lo que transcurre, lo desaparecido, el futuro? 158 ‘MARIO SATZ Por el espejo de fésforo, puerta entre dos tiempos idénticos, pasan el aire, el fuego, la fuerte voz humana. Pero no es un grito: es la palabra prefiada de espiritu como un alcohol que rie en la uva. En la coronacién mds oscura del punto rodeado de luz. La mano para dar y la mano para recibir, lo izquierdo para lo derecho y lo derecho para lo izquierdo. Los pétalos épticos se abrazan como amantes nocturnos, y el lecho éseo de nuestro craneo estampa en la béveda césmica el sello de nuestra especie. Oh células, razas del porvenir, si nuestro limite es efimero, gnuestro cuerpo universal es eterno? El poema esta en la mano y su palma en la memoria del silice, en ese espejo de lava sélida en donde nuestro antiguo rostro hhuia de los volcanes. Oh primera mano en el agua, en el parpado himedo de nuestro amor, en el trueque de un pajaro rojo por un pez transparente. Y las plumas de mi frente sobrevolando el silencio, y la danza de las razas a lo largo de mis miembros, como el circulo de las migraciones sobre el magneto terrestre. I Nos separan las imagenes y nos unen los alientos, nos separan las tierras y nos unen los mares. Que un hombre cante el hecho mas hermoso del planeta: el eco de sus hermanos a través del sedimento y la guerra, (QUINTAESENTIA 159 ese enlace de épocas que como un ramo amoroso nos ofrece el poeta, | hombre que en el cesto vacio de sus manos guarda el nombre de eee [la mano. _ El hombre vacio en su cisterna de luz para el sediento en la sombra. fos cierra la noche y nos abre el dia, nos moja el cielo y nos seca i: [la tierra. L qué trazar otra genealogia sobre el orgullo del apellido, lo nuestros verdaderos padres, frente al espejo de fésforo, los tiempos idénticos, bailan las mas dulces estructuras del lenguaje? hombre escuche y lo confirme. de la luna dividida en nuestros dedos, o mas blanca en cada continente, de mimbre 0 cobre, lanza o lupa, a y desaparecer4 para siempre en el menstruo de las hembras? de las fechas, de las flechas amatorias, tributo es mudo bajo las mascaras de oro. legado y todavia no hemos partido. estan nuestras huellas pero no nuestros pies. os cuadrantes numéricos tiemblan extaticos bajo el cristal separa. éDonde estamos, de dénde venimos? 3 de preguntas frente a los viajes del hombre, de sus naves, riberas del suefio mas alld de las olas. Particula viaja entre las ondas: eante el hecho mas hermoso del planeta. — la penetracién del dia en la noche y de la noche triz de los mundos y los soles, 08 extendemos y contraemos, respiramos y somos inspirados? QUINTAESENTIA 161 160 MARIO SATZ Lo verde nos absuelve desde el comienzo Pr lo rojo nos expulsa desde el comienzo. Pero lejano esta el final y préximo el paraiso. nando un hombre intranquilo entre las pirdmides de su tiempo, értico en el desierto, egunta al cielo por Su raiz, otro lado del espejo de fésforo la realidad arde por los dos extremos. jEl paraiso esta aqui, en el drbol de la mano, en la fresca sombra de la lengua! la mano y la lengua json de verdad amigas? Nuestra alegria es la més feroz de nuestras audacias. Las estrellas cruzan en bandadas de hermosas constelaciones el cuerpo quieto de nuestro iris. Y el ojo posado sobre la linea de la vida, mira. ZY del sol multiplicado sobre el arco del corazén? En la coronacién mas clara del punto rodeado de sombra, que cada eclipse :presagie el retorno de un viejo amor. ‘Arrojo de las palabras, ocupacién de sus redes sutiles, arrojo de la sintaxis. La lengua las vuelca sobre la mano en cataratas de luz, Lo que nos llevamos al portal de los labios, saltos y chispas verbales. \ el. paladar sabe festejarlo en el canto y pronunciamiento del nombre La mano y la lengua znos crearon en el albor de los afios, 1 tas cosas? es cuando sobre el helecho gigante el saurio pisaba sus pristinas huellas? ecién matematica sobre la tabla de mareas, de nuestro naufragio, cédigo de esferas, fijos, sufijos y mayisculas. mos una excepcién, pregunto, somos una timida excepcién nuestra columna erguida? Qh aleta, simulacién del yuelo entre los dedos, simulacién de lo que fuimos, si acaso fuimos. La lengua y la mano gen qué lugar de papilas y nudillos, en qué zona hiimeda y tierna, nos alzan sobre el resto de las especies en las estrias del universo? | Arbol de las Vértebras llegan nuestros sentidos. El réino se abre sobre sus cdmaras reales: Sube, oh sube substancia preciosa, leche de las glandulas. somos dos: el rey que corona y el mendigo coronado. J iin grito: es la palabra prefiada de espiritu como una concha misica marina. ascensién de la anémona de mar en nuestros huesos: escozor y [recuerdo. TIL ia y mito: un hombre suefia que cruza las imAgenes y que detrés { lo espera el paraiso. ‘Al Arbol de la Ciencia Iegan inquietos nuestros suspiros. saber que detrds de cualquier cosa sélo hay delante, La realidad arde por los dos extremos su espejo de fosforo. ¥ la mano es otra hoja contra la luz y sus poderes. a entre su mano y su lengua, el vacio rueda su rueda, Y el brazo otra rama en la savia de su articulacién. jPajaros lingiiisticos en las horquetas, lineas de nuestras manos en las nervaduras! 162 MARIO. SATZ A la planta del pulmén Ilegan las silabas sagradas, joyas sonoras en la invisibilidad de su vuelo, Respiramos, nosotros, a los otros. Pero la mano y la lengua, la accién y el verbo, gen qué intrincada disputa caen alternadamente? Civilizaciones que cuentan por el nudo, por la piedra, el jeroglifico, el mercurio, el oro, el cristal, el rayo, civilizaciones de mano alzada y aliento duro: a cada numero una gota de sangre, a cada conquista la muerte de mil hombres. Y en todos los grandes libros de nuestra ocurrencia, una imantacién de signos negros sobre el comienzo de la pagina. Y en los momentos de mayor duda, en el nacimiento de la reflexién, el descuartizamiento de la lengua, el niimero exacto de nervios en la mano quicta. Colisién de vastas familias de astros, enjambres sociales, apariciones que detienen en la ilusién de una ley el flujo demente de [las cosas. La particula humana entre sus ondas de hierro y piedra: alvéolos que en la planta del pulmén detienen Ta larva celeste del futuro. Iv Desde la tosca mano mesolitica hasta el ideograma chino de la amistad —dos manos juntas— geudntas veces oscilamos entre la asfixia y la liberacion? Nuestra historia esta en la mano y lo que la trasciende en nuestra respiracién. Huellas digitales de nuestra ferocidad, QUENTAESENTIA 163 pulgadas de nuestra detencién en el espacio, pies, codos, metros, do en la ceniza, en la exhumacién, ia la ampolla rota de nuestra pasién, fodo orden esta basado en el suefio del volcan, toda libertad en el despertar de su lava. i jParaiso de puertas abiertas, las plumas del silencio al vuelo de nuestra frente! ‘Paraisos y concilios y danzas a lo largo de mis miembros-razas azul ciruela al verde mogol-siguiéndose en los poros, dose en las células! nsién de nuestro cuerpo a todos los cuerpos, on extraordinaria y alianza maravillosa de lo imposible. un hombre cuente hasta el fin de sus dias los hombres pasan a su lado. espejo de fésforo, puerta entre dos tiempos idénticos. ién del edificio por la ereccién humana. nastil félico de nuestro orgullo, egamos, sin saberlo, gravidos de felicidad y murmullos, ja espacios cada vez mas amplios, més increibles, donde mano y lengua hallardn la clave del acuerdo? as que nos oscurecen, telas que nos aclaran. nentos que nos alargan, viviendas que nos acortan. esta escrito en la palma de la mano lengua no gusta de sus sales. ema que somos no esté articulado pabellén que conduce al oido me una batalla de insectos metalicos. or eso la voz se pierde como una ola entre los dientes ‘toda espuma es rabia o veneno. iParaiso y concilios y danzas a lo largo de nuestros miembros! 164 MARIO SATZ Vv En la coronacién de un punto hominido estamos, entre dedos y salivas, entre esperanza y desconsuelo. Toda ciencia exacta estatiza todo amor inexacto, y toda ciencia inexacta agiliza el aro de los besos. La flor de la alabanza no nace en la roca de nuestros jardines, y el agua de la fecundidad no fluye cerca del umbral. Oh danza mano mia junto a la boca, y sé la buena nueva, el anuncio de un sélo instante de armonia para nuestros labios, Del hilo del suetio pende este mensaje: jErradicar la pena y el motivo de la pena, erradicar el veneno y la rabia! No el martirio sino la plétora no la simetria sino el exceso. Porque el exceso es lo que somos. Y al respirar gno nos estamos bebiendo mutuamente el aire, y el aire nos eleva, y en la elevacién engendramos el mas hermoso de los gestos? Tan simple como los cinco pétalos de la flor de la alabanza, tan simple como el agua de la fecundidad. (QUINTAESENTIA 165 VI Estas son las nuevas medidas del templo: _ {Un hombre en marcha hacia los hombres, un pais en marcha hacia otro! s abiertas del paraiso, copas de los arboles se tocan y una miisica de hojas emece la tarde. El sonido entra al pabellén y espera un momento: o acaso estuvo alli todo el tiempo, sonriéndonos? s.copas de los Arboles estan Ienas de la savia de la vida, os frutos de la vida estén maduros de amor, os frutos del amor esperan su transporte. jue cada estacién sea un encuentro una estacién para el regreso. el mensaje de otra boca? Ja lengua en reposo jgirard al son de la maravilla imprecisas semillas de otra altura, de otra grandeza? reino se abre sobre sus cdmaras reales: somos dos: el mendigo que sonrie y el rey que se humilla. Rutas trazadas sobre toda direccién, sobre todo mapa, sobre toda tierra. j Todos los planes son buenos y toda accién suficiente, __¥ toda colaboracién de lengua y mano, temporaria. Y el tiempo, el codiciado, el fascinante, el inmenso tiempo, obra de la mano o de la lengua, del pufio que lo aplasta en el vacio 166 aE QUINTAESENTIA. 167 o del yerbo que lo fija fugaz como una mariposa en el bosque negro de la memoria? Calendarios de papel 0 mica, abacos de madera, reglas de calculo, escuadras de plastico, flexibles y transparentes, VIII gsirven para medir o separar el universo? Que en el campo magnético de nuestra imaginacién demos caza a nuestro rostro. en la tierra jimaginaremos el instante total con envidia, emos otro pozo en el cual caer? arquitectos esmeran sus fabulas de cristal y madera, Vi o en esa ascension {lo dureo, lo significativo, la vivienda eApsula floral, caparazén adivinatorio, caracol labrado escala exacta de nuestro ombligo, nos aprisionard todavia? corazén de las verdades nace la petrificacién de sus viviendas. mpo transcurre y nos escurre, ivindonos de toda culpa y de toda escoria. generaciones se despiertan al alba, eryan el fuego nocturno de sus padres y continian la marcha. eenizas condimentan las tumbas. Desde cada latitud el mismo latido. En la carta geografica de nuestro deseo surge, se hunde y vuelve a emerger, por inspiracién y expiracién, Ja cifra que nos descifra, una brizna, una filigrana, el atomo ardiente que traspasa la. sombra. Esencia del hombre busca la ciencia, pero el poema es lanzado a manos Ilenas sobre la tierra ¥ el pan del panico y la gloria comido sin teoremas a su hora. Esencia del poema es el hombre en la boca que lo dice y la mano que lo escribe. Y Ia esencia: puerta entre dos tiempos idénticos, espejo de fésforo. No un grito sino la palabra prefiada de espiritu, y el ntimero de luz clavado entre pupila y parpado. Visiones de otras latitudes, del mismo latido: Entre los polos: nieve ardiente de nuestro ser, hoguera helada de nuestro querer. La mano para dar y la mano para recibir, los pétalos 6pticos abrazdndose como amantes nocturnos. Color de la mariposa en la memoria: lama encantada. Ix el alambique de nuestro ser circulan combinaciones herméticas, fan y suben navegando nuestro pulso como la danza de las razas To largo de mis miembros. mutacién de cualidades y substancias, de propiedades y estancias, cuando nos perseguira el microbio de Io inalterable, 168 MAnIO SATZ QUINTAESENTIA 159 El reino se abre sobre sus cémaras reales: la sangre fluye del nacimiento a la muerte, desde el punto de luz a la luz que apunta. Oh células, razas del porvenir, si nuestro limite es efimero, gnuestro cuerpo universal es eterno? Un hombre y una mujer sofiardn un sueiio que los despertara alegres en medio de la noche. Se mirardn a los ojos sin macula ni recuerdo y el rio inmenso de la vida fluira entre ellos, qEl canto de ese rio canta! {El paraiso est4 aqui, en el arbol de la mano, en la fresca sombra de la lengua! En la coronacién més oscura del punto rodeado de luz. Ja biisqueda del instante aquel en que mano y lengua sostienen entre si el elixir del existir? En el espejo de fésforo se queman nuestras miradas, Y cada pregunta es respondida con una nueva sintaxis, y cada respuesta, lanzada como una piedra en el agua. Longitud de ondas y de circulos, extensién a las orillas, aproximacién y desaparicién de lo buscado. zNos extendemos y contraemos, respiramos y somos expirados? Guerreros de lo imposible bajo el casco de la desdicha, nuestras armas enarbolan el crimen que nos comete, la fuerza que nos acomete, Ja radiacién viva de nuestros cometas: caballos estelares hacia el reverso de la Via Lactea. ¢ alguien se levante y embalsame el momento de nuestro pasaje. a , es las estrellas que nos miran, sus mismos y lejanos ojos astrale _ Sitges, 7 de julio de 1974. MARIO SATZ x NOTA Quintaesentia Vamaban los alquimistas medievales al soplo que animaba Tos elementos, Dos imagenes fluyen por debajo y por encima del tiempo del poema. La primera cs la letra hebraica Hei, cuyo valor numérico #3 5, por la estructura de la mano, animada por la respiracién, y por posicién dentro del Totragrama-didstole y sistole. La segunda es el “Pentéigono o la péntada, mimero de Ja armonia y la salud tal como lo -vefan los pitagéricos, La cita de Exode explica lo de la puerta y el espejo de fésforo, La respuesta de Dios a Moisés, encierra el momento de una iluminacién entre la Cabeza, Rosch, y el Fuego, Esck. La palabra mediatriz de la respuesta, que es al mismo tiempo Portal y Resto espi- _ itual, es Shar, cuya forma de Gircunstancia, Asher, constituye el punto entre dos infinitos ardientes. Sube, oh sube substancia preciosa, leche de las glandulas. Lo tocado no es todavia lo real, y lo entrevisto no nos ha cedido el ultimo de sus contornos. Serd la flor de cinco pétalos, la admirada, la fragante, gmadre del polen de nuestra locura? 4Para qué encauzar los libres senderos del viento, si algin p4jaro siempre nos sembrara mis alld de lo previsto? }PAjaros lingiiisticos en las horquetas, lineas en las nervaduras, belleza de nuestro yuelo! PLAZUELA DEL CONDE LUCANOR A las cosas ciertos vos encomendad, Et de las fiuctes vanas vos dejad. Libro de Patronio JOSE MANUEL ALVAREZ FLOREZ: Chahada de elche JUAN PEDRO QUINONERO: De la naturaleza Chahada de elche A la memoria del Iman Hasan Sabbah, judavand de Alamut, donde el 17 de Ramadan del 559 proclamé Ja Gran Resu- rreccién, la abolicién definitiva de la muerte, el adveni- miento del Islam puro, de un Islam liberado de la servi- dumbre de la Ley, sendero supremo de resurreceién, que bajo la jirga del sufismo abrié trocha de luz desde las estepas iranies a la meseta ibera, desde las ciipulas doradas de Chiraz a los vergeles andaluces, que traspasé Ducros y por sobre el abatido orgullo gado planté ante la cueva de Onga el asta de Ia lanza que desaté Ia sangre de cuyo clamor nace Favila, ante cuyo resplandor se alza Yago, cuyo suefio soy yo. Loon 4 ALA QUE CANTA EN LO GRANDE ¥ EN LO MINUSCULO, en el hambre y la hartura, en el alfanje y el laurel, en Ja carne acogedora y tibia de las madres y en el vientre de la esposa, harina y miel, muerte y resurreccién. Que él espigue las sierpes de mi canto, que guadafie en mi frente la certeza del hueso, la evidencia del limite, que abra mi corazén a la nostalgia de las arenas interminables, al mensaje de la pal- mera, a la fiesta del oasis. Que alce los parpados del deste- rrado abuelo, que encienda en mi occipucio la galopada de Tarik, hijo de Onga, que desenrede las rutas de la sangre en las Alpujarras de mi vientre. Que decrete inexistente América, interminable, inconquistable y eterna la vega de Granada. Pero que por sobre todas las danzas que enlazadas ca- balgan en mi sangre convoque el baile santo, la Gran Danza Prima de toda la materia, el alrededor girar y girar siempre, i José manuec Atvanez riGRez la defenestracién de todas las imagenes, la precipitacién de todos los padres en la celebracién interminable de la Resu- rreccién Eterna: Hijos del Islam, no mas dioses padre, no mas dioses hijo, no mas santo espiritu, amor y odio perpetuos que cierran en triéngulo, que instituyen la fiesta de la muerte, que liga- dos y superpuestos forman la escala que inventa el espejismo de la Historia, del antes y el después, de la descendencia y la paternidad. Hijos del Islam, que el podador tale las ramas bajas, que la palmera proclame su mensaje, que s6lo cante la eyacula- cién perpetua de la explosién arriba, la desnudez del tronco, que sdlo el éxtasis sea valido, que jamas cese, que nunca se cierre el sendero de Ald, el yihad, la guerra santa. Que los thermanados en el sometimiento no salgan de Ja ruta del cireulo, que cercenen de un tajo la ilusién de la recta, el espejismo que engendra los ciclos de ocultacién, y desnuden en frentes y pechos perpetua epifania, Hijos del Islam, no mas ensuefio en futuro y en hijo, no mas espera ni Mesias, Israel es el latir del corazén. El Sello de los Profetas se ha cubierto con la jirga sufi. Ni azcona ni flecha mongola la traspasarén, No habré caiién ni tanque capaz de derrotar a Ja vida que se asume eterna, que celebra gustosa a cada instante esponsales de luz con Ja muerte, sin inventar al hijo, siempre lidiando la interminable algara del presente. Hijos del Islam, sélo la béveda del pecho por basilica y nave, solo la eyacuacién perpetua por dogma y lema, por mandamiento y estandarte. GHAHADA DE ELCHE 15 Hijos del Islam, la Resurreccién es interminable, el ciclo de la ocultacién ha cesado, disipemos la vanidad de los cla- vos, desbaratemos cruz y crucifixién. Que nadie enarbole manos taladradas, ni taladrados pies. Que nadie alegue espalda surcada por el latigo, ni lanzada del costado dere- cho, ni salivazo, ni corona de espinas, ni abandono de padre. Que nadie reclame madre para el descendimiento, ni mortaja, ni Poder que emplace centinelas al pie del sepulcro. Cercenad les imagenes, abolid las idolatrias, tan sagrado el clavo como la carne taladrada, tan santo el létigo como la sangre que desata. No impongamos la tentacién del dolor donde los dos maderos se cruzan, no interpongamos pretensién de in- dividualidad donde la eyaculacién canta, no asentemos ansia de perpetuacién donde el éxtasis vibra. Que nadie empuje a los trenzados en el circulo del amor y el odio al espejismo Ge quebrar al girar en la ilusién del hijo. Hijos del Islam, no cedais a la tentacién del nacimiento, galopad siempre por el yihad de la Resurreccion que nunca cesa. Liberaos de los dioses, desatemos los nudos de la ido- latria, desencadenemos definitivamente padres y abuelos, decretemos la abolicién perpetua de la Historia, porque la Historia es la tristeza que en el varén sigue al coito, y el coito jams debe cesar, Hijos del Islam, Almansur bate de nuevo su atambor, vegas del vientre arriba, por riberas del rio de la sangre rompen fronteras los algareros. No escucheis su Mamada, es tan sélo conyocatoria para luchar contra espectros, contra niebla y brisa, es conyoeatoria de guerreros para perpetuar la gran derrota, convocatoria de guerreros hacia el Gran Silencio. 176 José MANUEL ALVAREZ FLOREZ Hijos del Islam, Ala es el compromiso con el éxtasis, no el Califato sino la embriaguez de los taifas, yihad inter- minable, filigrana nazari y faca alpujarrefa. Hijos del Islam, el sol es un siroco rumoroso de lanzas; Ja luna manto, azul, acero y vieja plata sobre las serranias. Limés, agosto 1974 Josh MANUEL ALVAREZ FLOREZ Parroco Ubach, 19. Bereelona. Fragmento de la novela inédita Autoejecucién. _ : De la naturaleza* amanece la desesperacién agonizan las lenguas se pudren las aguas sembrando por doquier la ruina de las culturas el fracaso del esperma esterilizado las manadas de computa- dores y fotocopiadoras programan su danza de terror en nuestras yenas incoloras transmitiendo la ilusién y los men- sajes de una apariencia falaz el vértigo de las mufiecas de caucho con que copulamos sin placer plagados de infeccio- nes corroidos como cadaveres que los perros y la quimio- terapia devastan y son incendiados por el napalm televisado las cdpsulas de ansioliticos aullando mi amor mi amor y los inyectables y los superbombarderos multiplicando en las simas de los archivadores y los teletipos el aroma de medias ae nylon sucias que visten en las revistas pornograficas el sexo de la mantis religiosa que come el abdomen de los ma- chos y engulle para alimentar la desnutricién de las tenias solitarias que concibié su sed de sopas de sobre y alimentos corrompidos que no sacian su hambre de orden y palabras y crimenes concebidos por los magnetofones serializados que la locura llamé conciencia al reconocer los atatides que via- jaban en la masa encefalica de los trozos de carne epiléptica vendida a plazos en las covachas y los mercados desfonda- dos del tiempo dominando las geometrias de locura y es- * Fragmento inicial de la novela inédita del mismo titulo. 178 JUAN PEDRO QUINONERO panto de mufiecos y bausanes agitados en una tragedia sin fin para ocultar el rostro atroz que nos vampiriza en ejerci- cios de tinieblas de organismos deteriorados que sin espe- ranza viven en los actos reflejos de] deseo la hemorragia es- tallé en los averiados organismos condenados a la hemofilia fatal de la materia la menstruacién y la sangre secas sepul- tadas por el sordo rumor y el polvo tras la asfixia industria- Tizada de glébulos rojos y hemoglobina inundando las civi- lizaciones con su podredumbre las simientes yacen inermes envenenando’ su albumen en los’ supermercados del fango aiilla el eco del silencio y el panico palpita en las urdaniza- ciones del extrarradio de mi aparato neurovegetativo el bra- mido de una jauria de perros amotinados los sonidos se des- pefian en las simas y las grietas de un huracén que extirpa las raices y los bulbos los testiculos y las vaginas apestando las semillas y los fetos en las entrafias de la tempestad mana el aliento fétido de mi rostro desfigurado por manchas de gangrena los yestigios de huellas que al nombrarme asfixian el fracaso imitil el pasto de las Hamas el vestigio esteril de wna incierta supervivencia donde hablar es restituir a la pa- labra su derecho al crimen/ quiz un bramido en los min- gitorios: imitil decirlo, la cabeza de cordero cuelga frente a un montén de escombros las grafias ocultan su identidad para desvelar el horrible anagrama que me inunda y me in- yenta en una fangosa y pestilente charea zahurda de cerdos y bestias abominables miseras y cobardes que se retuercen en espasmos de dolor salpicadas por la sangre de sus crime- nes infames sus torpes asesinatos aciagos accidentes que la raz6n habita y justifica con la sucia logomaquia de su co- chambre la extinta quimera que incendia los cuerpos enlo- , | DE LA NATURALEZA 179 quecidos enjambres de dolor pitanza para los ansioliticos o el napalm/ fatal y sin destino el terror se confunde con la agonfa perpetua de mi cuerpo caido en desventura cuando la urgencia de la carne horada en su espejismo vano la tierra seea ealcinada por las furias y el estio y los vientos del oto- fio dispersan hacia el silencio las iiltimas cenizas vaga por las tinieblas de la materia una maldicién eterna que repite el eco de mi voz sofocada en el derrotado erial que la sole- dad propone a la desdicha/ el hastio y hediondas vento- sidades sapos fango restos fecales hospedan la presencia de sucios signos que vomitan o revientan en el rostro se desfi- guran se hunden las ufias en las pupilas se rinden Jas lianas del tiempo los garfios del panico en las ciudades se desuella aun tipo en un retrete publico y sus carnes se expenden al modesto precio que la carrofia se cotiza en el mercado negro entre ampollas de penicilina aguada preservativos averiados y gasas sucias de un hospital militar que en ruinas derrumba azarosamente sus escombros entre los miembros mutilados de los escasos residentes todavia no canjeados por capsulas de morfina o demerol en cualquier fabrica de abonos 0 de- tergentes la cabeza de cordere y el orin de los internados sabanas sucias de semen seco las heces los rostros el desin- fectante es escasamente util contra las bombas y las ruinas les diltimos ciclopes aniquilados que desfallecen en la tromba del exterminio brama Ia sinrazén de la sangre las entrahas y las arterias se descomponen en un vaho mefitico por efecto del acido clorhidrico en un higiénico vertedero piblico los altavoces anuncian una tltima edicién con las fotos de la chica asesinada los harbitiricos son inttiles quiz la apo- morfina estalla la putrefaccién bajo el corsé de la negra 180 JUAN PEDRO QUINONERO como baila en el cafetin circulas aterrado hacia el suburbano brotan aullidos los martillos neumaticos y la negra perdida se eneamina una copa por favor grita vos sabés y rompe a llorar la desdichada fue la ultima noche una copa de ginebra tabaco negro ape- nas el hastio de los escasos espectadores de tu show las can- ciones més destartaladas y miserables irrumpiendo con vora- cidad contra mi corazén caido en un charco de colillas bajo la barra del bar fue un esfuerzo doloroso agacharme para encontrarlo pero el hijo de su madre se habia ocultado tras un gargajo verduzco decidi acabar con aquel juego estitpido y manifesté cierta indiferencia para lanzar ladinamente. un zarpazo contra aquel necio corazén con tan escasa fortuna que mi gesto coincidié con un taconazo de alegria o vesania de cualquiera de tus borrachos admiradores que me machacé la mano en el instante en que comprendi que mi fuga del manicomio comenzaba a inquietarme ya que la herida de bala bajo el costado comenzaba a chorrear sin medida eseu- haba los ladridos de las jaurias de perros de manadas de policias rastreando mis huellas acorraléndome contra los montones de inmundicias los detectives de la brigada de nar- eéticos apaleando a mi hermana desnuda tras amordazarla tambada en un catre sucio golpedndola con trapos mojados para evitar cuidadosamente las huellas y apenas consegui sostenerme en pie solicité otra copa al camarero y las luces de neén y el humo de tabaco incitaban al yémito a mi gar- ganta aunque apenas consegui esbozar maldicién contra tu amante y la hierédula de mi padre/ un gemido que huele DE LA NATURALEZA 181 a carrofia brota del recelo y los desechos de un enano idiota repite sin sentido un discurso corrompido como la floracién de las plantas que inundan el tiempo en una sangria absurda y nefasta infectando Ja tierra de un aroma que asalta la garganta hasta sembrarla de podredumbre que devora las taices y los nervios amordazados en manojos horribles/ en la ciudad Ja negra baila que linda y chula vos sabés la erquesta estuvo imposible que historia quiza era grotesco el recelo de un loco otra copa y un cigarro como no pero las taices de] terror hacian germinar una flora asfixiante su voz Ja negra era espantosa como decirlo quizd sus cuarenta aiios ‘o la elefantiasis en un cantante de tangos no era menos feroz pero un maquillaje abyecto inunda cualquier esperanza y la ciudad sucumbiendo como un apestoso hormiguero recorrido Por tinieblas donde los sapos chapotean/ mas una estupidez esperar de nuevo tan sélo otra copa no querida vos sabés que miseria las flores tronchadas lirios que yacen una hemo- tragia que mana nauseabunda/ recuperar la desdicha aflo- ya un arroyo de rofia miccién y desastres a la espera de cerrar el cabaret la ultima noche ateridos de frio caminar y que horror caminar a su lado la gorda negra como un pobre loco asustado gotea una cicatriz sus palabras nos hundimos en una zanja suerte de albaiial acabar aquella historia pero como en la vegetacién putrefacta que la expresién estipida de su rostro abotargado por el] cansancio una despedida desv- ladora las delicadas flores sucumbir definitivamente trepa- mos a un desastroso apartamento confiesas que cémo no re- cordar pero babeando un manantial de polvo se esparce en Ja madrugada es necesario dormir pero como quiz una du- cha oh un cigarro y las cenizas se amontonan sin piedad con- 182, JUAN PEDRO QUINONERO tinuamos es necesario intentarlo de nuevo las ramas podridas las flores ajadas y los siniestros harapos de cualquier ama- necer un reguero borroso que se avecina/ recompone el tiempo Ja fronda fermentada babeando el dolor la negra ie dije como su nombre estaba escrito en las paredes del retrete de la gasolinera rodeado de una torva corona de rayajos os- cenos palabras sucias y las huellas de baja manumisién de esperma esparcidas en derredor de la letrina pegajosa de orines y excrementos/ el tabaco y la ginebra propagan el desaliento gastrico que antecede al vémito pienso que ¢s imposible aguardar la garganta se ve asaltada por la nausea y parece que el estémago estallard si no engulle algo sélido y la gorda negra susurra indiferente su necia plegaria mien- tras saca del cajoncite del tocador un espejo mintsculo frota su rostro con grasa para las arrugas peina sus cabellos en- maranados contintia ahora sentada sobre una cama deshecha ta operacién de cambiarse de medias y bragas una colonia barata emponzofia si cabe una atmésfera donde sélo es po- sible percibir el olor a tabaco y pies sucios la gorda negra camina y parece anunciar con su torpeza al andar que se derrumbaré dentro de un instante que horror Horara de nue- yo jurando que no hubo amor como el nuestro pero se yergue todavia unos instantes ocultando sus ruinas bajo la borrache- ra oh corazén el nifio no nos molestara lo juro duerme en su cajén sobre el armario asi lo preservo de las ratas las raices del miedo/ desaparece la turbia sensacién en una maleza de ritos que vociferan la apestosa genealogia de ase- sinos e impotentes/ oh la presencia de tus gritos en la ba- DE LA NATURALEZA 183 fiera las ratas es indtil la realidad se desdice en las palabras Jos aullidos describen ondas y paisajes en una estacién de lluvias y de muerte las ratas manchas: abolicién de identidades: ta palabra es silencio las Muvias inundan la espesura y se desvanece la percepeién vociferan los lenguajes su desespera- cién la desnuda presencia que se desvanece en un torbellino: los signos devoran a los lenguajes que nos adormecen con sus brebajes al crear espejismos y palabras los espejismos y las palabras se consuelan de su sin raz6n al crear los len- guajes devorados por las orzas de cintas magnéticas alma- cenando los delirios de la especie la desdicha en el follaj e! espejismo o la identidad: trozos de carne epiléptica: ta- chaduras: desapariciones: fango lodo el horror a las pala- bras la ndusea que inunda al discurso al vomitar tautologias y slogans publicitarios y el terror que inventa profecias alu- cinaciones y tinieblas el desvario clinico de la materia/ describo para azuzar a las ratas contra tu imagen que anhela socorro y perdicién/ la noche el horror la negra corazén te juro se gesta la complicidad de las imagenes la peste los eseombros se disipan en el texto tan sélo sobrevive la ausen- cia el terror corazén se escucha el jadeo de una bestia que eyacula y después el silencio/ las imagenes suscitan desco- nocidos reflejos manan jugos infecundos y no cesa la ope- racién los guijarros el catre movimientos embrutecidos el jadeo no Mora el chiquillo silencio y un grito ensordecedor aterra a los habitantes de la ciudad sobre la cama la enorme 184 JUAN PEDRO QUINONERO reticula de las iltimas ediciones semeja el disolvente que corrompe las sombras y las tinieblas de una improbable rea- lidad que sélo conocemos al escuchar en la neurastenia de los sentidos el balbuceo siniestro de una bestia rabiosa se- dienta de orden que nos espanta desde sus millares de ojos esparcidos en las ondas magnéticas que distribuye un canal de tv infectando la carne de los animales con la Iuvia radio- activa de sus servicios informativos paracaidas agujereados las gasas infectadas de un hospital de sangre de ahi que spenas el olor de tus bragas sucias las tijeras ensangrentadas el silencio los pajaros degollados junto a la jaula/ dijeron gue el alcohol pero como ahorear a un chiquillo/ a huida en unas cloacas tan slo una esttipida correria la caza del hombre en un matadero y porqué esa absurda cursileria amor tu hijo fue un asqueroso matén de prostibulo a que esta farsa/ el cajén las ratas y una vez que lo encuentran destripado en la ‘hhabitacién de un hotelito del arrabal porque destrozarme el corazén si atin no amanecié y es imposible dormir drogado con modestos barbitiricos nembutal los fantasmas nos acechan y me cercan sangra tu herida amor oleajes desesperacién la inminencia de la destruccién se disipan las formas el jadeo los signos el perpetuo desmoro- namiento de los cuerpos y los signos la hemorragia sin des- tino de un aborto eterno las bestias al matadero JUAN PEDRO QUINONERO Paseo 2 de Mayo. ha Fuensantas. ‘Mstoles (Afadrid). YUNQUE DE TINTA FRESCA Por ende tal amigo no hay commo el libro, Para lox sabios digo, que con los torpes non libro Dox Sm Ton. Re-ordenacién de un caos: coficto de tinieblas. 5» ---0lf0s nos entretenemos mejor con Joyce o con Proust; pero dudo razonablemente de que el lector comin se dix vierta con ellas, Son, sin duda, productos literarios refina- disimos, maravillosos; «estudios» de expresién lingiiistiea narrativa, pero afirmo tranquilamente que no son novelas, ALARCOS LLORACH Ulysses, antes que otra cosa, es una novela, M, BUTOR CARMEN DiAZ CASTANGN: Re-ordenacién de un caos: nufaiside trieblae tok E] arte es algo para emocionar. ¥ 6,65 <0 1, Apenas publicado, la primera discusién sobre el iiltimo relato de Cela gira alrededor de su género, Desde las palabras cel propio autor («naturalmente, esto no es una novela sino _ la purga de mi corazén»), que no cree en los géneros lite- rarios, pasando por las opiniones de los que aludieron a sus relaciones con el surrealismo (Leopoldo de Luis, ABC, 3-II- 1974), o de quienes han preferido hablar de antinovela y antinarracién (R. Saladrigas, Destino, 1891, 29-X1I-1973), recordamos a Michel Butor que habla de pasearse libremen- te por un tridngulo cuyos vértices serian la novela, el poe- ma y el ensayo, y a quienes con sus citas encabezan estas _ notas. Por todo ello vamos a dejar a un lado ese tema, En primer lugar, la funcién del relato novelistico no es _ exponer y analizar objetivamente una determinada realidad, ni estudiar los condicionamientos y los procesos psicolégi- 188 CARMEN Diaz CASTARON cos de los seres incluidos en ella, sino con estos y aquellos materiales, conseguir una apariencia fuerte y auténtica de vida, El relato de Cela consigue esa impresién de vida, de auténtica vida, incluso cuando aparentemente la niega. En segundo lugar, el requisito esencial del novelista es conseguir transformar sus intuiciones, sus experiencias, sus conocimientos, en secuencias lingiiisticas conforme a un plan que por inconsciente y oculto que sea, siempre existe." woficic responde a un plan no inconseiente, sino oculto para una visién superficial. Con sus palabras (repetidas por todos los periédicos), «Les ofrezco a ustedes el acta de defuncién de mi maestria, de la que abdico», Cela ha hecho un acto de fe de lo contrario, de su maestria. La bisqueda de nuevas formas, la invencién formal de la novela, lejos de oponerse al realismo, es la condicién in- dispensable de un realismo mas hondo: el de denuncia, el de exploracién... El novelista que se niega a este trabajo, como no trastorna ninguna costumbre, ni exige de su lector ningiin esfuerzo particular, ni le obliga a volverse sobre si mismo y replantear sus problemas sobre posiciones adquiri- das’ desde hace tiempo, logra, sin duda, un éxito mds facil, pero se hace cémplice de ese profundo malestar y de esa noche en que nos debatimos todos. Cela es consciente de todo esto: “He tratado de luchar un poco contra la litera- tara convencional propia, negandome a convertirme en mi propia mascarilla mortuoria, camino que me hubiera sido muy facil, y Jo que es mas doloroso, en un pais pobre como 41 Alarcos Lorach, Anatomia de «La lucha por la vidav. Real Academia Espaiiola, Madrid, 1973. (ON DE UN CAOS: GOFICIO DE TINIEBLAS. Sy 189 el nuestro, muy rentable» (ABC, 3-11-1974). Cela ha consi- derado la dificultad de acceso como algo esencial, ya que en su relato trata de transformar la mentalidad del lector para hacerle capaz de percibir el sentido de los actos descritos. Es inttil busear endl de los aspectos del simbolismo esta des- tinado a orientar o a desorientar porque todo desorienta y orienta a Ja vez. Desfila ante nosotros un realismo que con- cede su parte a la imaginacién, que comprende que lo ima- ginado esta en lo real, es mas, que precisamente vemos lo real a través de él: una descripcién del mundo que no tuviera en cuenta el hecho de que sofiamos, no seria mas que un sueiio. El realismo que nos ocupa incorpora una actitud mo- ral, una voluntad de tener en cuenta las cosas tal como son, sin contentarse con ilusiones consolatorias. Zamora Vicente ha confesado haber leido el relato de Cela dos veces; yo lo he leido tres. Mi experiencia de lector me lleva a constatar cémo el desconcierto del comienzo ter- mina concerténdose en nosotros, cumpliéndose asi la inten- cién del autor (si es que ésa ha sido su intencién) de ir adentrandonos en un modo de pensamiento que se expresa por una manera peculiar de manejar simbolos. Deseamos constantemente encontrar un camino destinado a relacionar entre si esta serie de enigmas y de situaciones enigmaticas que parecen haberse impuesto a la imaginacién del autor. Necesitamos encontrar las palabras clave para entender Ja estructura que implican, pero, y aqui vemos la cumbre de su maestria, ese deseo, esta necesidad es la clave empleada, no exterior al texto, ni convencional, sino derivada natural- mente de la misma realidad que oculta, nuestra realidad. 190 CARMEN pfaz castaN6n 2. «oficto de tinieblas. 5» tiene una absoluta concate- nacién Idgica y un recurso lingiifstico que le sirve de base: la repeticién, con toda su multitud de variantes. Creemos que Ja repeticién esta en la base de todo significado literario, que las cosas ganan siempre al ser repetidas. La novela co- mienza y termina por un idéntico pensamiento, expuesto en su primera y ultima ménada: (m, I} .1.es c6modo ser devtotado a los veinticince afios aiin sin una sola cana en Ie cabeza sin una sola caries cn In dentadura sin una sola nube en a conciencia con slo dos o tres Jagunas en la memoria... (m, 1.194) si, bubiera sido edmodo ser derrotado a los veinticinco afios morir a los veinticinco afios ri. p. [ud y aun antes sin una sola cana en Ja cabeza sin una sola caries en la dentadura sin una sola nube on la conciencia ain un solo arafiazo en el alma sin un solo mal soplo en el corazén no mds que con dos o tres mindsculas lagunillas en el alma, Ambas ménadas, minuciosa y carifiosamente tratadas (al final necesitamos explicitan mas: arafiazo... mal soplo, las lagunas del comienzo se hacen intima’, lagunillas, mucho mas dignas de disculpa, de comprensién), caminan hacia el categérico final: si, hubiera sido mis cémodo ser derrotado a tiempo [...] Final que lleva la negacién de ese mismo tiempo, 0 0° 0”, porque «si el tiempo fuera no mds que temporal no seria continuo, el tiempo implica el espacio». Este final paradé- RE-ORDENACION DE UN CAOS: «OFICIO DE TINIEBLAS. 5S» 191 Jico, antitético, es la culminacién del proceso reiterativo cuyo hilo conductor se mantiene latente, aflorando de vez en cuando como un guia: (m. 110) no debe obsesionarte la idea de que es cémodo ser derrotado a los veinticinco afios debes acostumbrarte a vivir de espaldas a todas las ideas un eaballero no tiene ideas y si no consigne no tener ideas debe procurar al menos no exteriorizarlas. (m. 416) todos sabéis que es cémodo ser derrotado, antes de Jos veinticinco afios en la postura que llaman correr Ia sortija antes de verse en el espejo la primera cana [...] (m. 1.072) es demasiado cémodo ser derrotado # Ios veinti- cinco afios lo diffeil es vivir rodeado de viejos que no abdican que tiran piedras y no perdonan de jévenes que empujan que tiran piedras y no perdonan todos tienen rezén quiz también tengas ui la tuya... Al servicio de este contenido esencial y como justifica- cién suya corren paralelos dos temas: A) La indiferencia del hombre ante lo que le rodea: (m, 2) no merece la pena que te desnudes a nadie le im- porta nada ni el precio oficial de In remolacha para la campafia azucarera nj nada la arroba de sexos de varén y hembra Ja arroba de nalgas de varén y hembra y menos que a nadie a tu padre no pronuncies au nombre que acaba de quedar en el cementerio civil detrés de Ins tum- bas de Ios masones a su cobijo en el camino de las arafias y de los lagartos, (m, 250) no, a nadie le importa nada ni el precio oficial del Iipulo para Ia campaiia cervecera ni nada la arroba 192 CARMEN pfaz castaNOn de testiculos y orejas de varén Ia arroba de clitoris 0 par- pados de mujer y menos que a nadie a tu padre no pro- nuncies su nombre que acaba de quedar en e} cementerio civil entre las tumbas de los heterodoxos (m, 508) a nadie Ie importa nada ni el precio oficial de la uya para la campafia aleoholera ni nada e] mimero de débitos [...] (m, 642) [2] a nadie le importa lo més minimo ni el pre- cio oficial del cacao para la campaiia chocolatera el precio oficial del yellén para ln campafa lanera el precio no re- gulado de la mano de obra portuguesa o marroqui o arge- Tina para la campafia electoral [...] y menos que a nadie a tu padre no pronuncies su nombre que en su tumba del cementerio civil canta canciones prostibularias canciones revolucionarias ¢ insanas (m, 702) a nadie le importa nada ni el precio oficial de la zahfna para Ja campafa forrajera [..] y menos que a nadie a tu padre no pronuncies su nombre que segin di- cen arde en Ia caldera de plutén principe del fuego [...1 (m, 736) a nadie le importa nada ni el precio oficial del crado para la campaiia petrolera ni nada Ja doble espuerta de préstatas de esclavo fidfiigo Ia media espuerta de ninfas bafiadas en orina y menos que a nadie a tu padre no pro- nuncies su nombre cuyo caddver pecador acabas de dejar en el cementerio civil guardado por los mas ruines carabi- neros del infierno. (m. 739) a nadie le importa nada ni el precio oficial de Ja alfalfa para la campaiia forrajera ni nada antes habjas ha- blado del precio oficial de la zahina para Ja eampafia forra. jera ni nada el cargamento de vello pubiano de los sol- dados y las meretrices muertos de muerte natural y menos RE-ORDENACION DE UN CAOS: GOFICIO DE TINIEBLAS, 5» 193 que a nadie a tu padre no pronuncies su nombre procura olvidarlo definitivamente ni tampoco a tuprime que se reyuelea entre pesadillas en la cama de las frustaciones. A. a.) Y su antitesis, su contraste: el deseo del «no» del protagonista, su no aceptacién: (m, 192) proponte negarte a todo plantea tu negativa a todo como una batalla naval o una partida de ajedrez proponte decir que no a todo desoir los falaces cantos de sirena (m, 241) ti sigue negando y escuddndote siempre en Ia negacién de todo no hay aire no hay agua no hay tierra no hay fuego (m, 242) niégate a admitir la idea de que Ja vida sea irre- misiblemente un tejido de vilezas, niégalo también (m, 394) no, no hables porque te acabaré estrangulando Ja conciéncia ese garrotillo para el que todavia no se descu- brié ninguna yacuna eficaz tampoco ningin ensalmo sufi- ciente (m, 427) no y mil veces no, no me cansaré de repetirlo no aceptes pacto alguno y menos el que puedan ofrecerte los Angeles [...] (m, 537) no, no, ti niega niega siempre niega lo que es mentira e incluso lo que es verdad niega Ja luz y la sombra niega la vida y la muerte niega la salvacién y el favor y el azar y el destino el amor y el odio el hombre no es jamds infiel sino consigo mismo (mm, 608) ti propendes a decir que no y es justo adiestrarse en la gimnasia de decir que no a todo y constantemente Gel CARMEN DIAZ CASTARON (m, 827) no, ti niégate a formar en el batallén de mario- metas asentidoras y sonrientes [...] (m, 859) no, niégate también a llamar a la muerte por su nombre [...] (m. 877) no, no te dejes invadir por la primera flaqueza Ja peor de todas Ia que propicia el beneplicito de los bon- dadosos que evan tatuada la sigla de la bondad en el alma el dulce remordimiento de los bondadosos que no dudarian ante la posibilidad de devorar tu cadaver y pien- sa que el deseocado parasitismo de los funcionarios no puede ser eterno ni tremebundo tampoco suefies con sus- tituirlo por otro menos trigico menos discretamente san- griento (m. 899) escéndete en tu propio orgullo guarécete en tu propia timidez tu propia superioridad tu propio fracaso se te entregé todo cuanto perseguiste y aun se te regalaron no pocas virutas de gloria no abdiques de tu deber no ha- bles permanece mudo [...1 (m. 970) no, ti niégate a dar por bueno y justo lo que es malo y vicioso y proximo [...] (m, 1019) [...1 no, no cambies un habito por otro hibito quédate en cueros ni una bandera por otra bandera pro- clama tu orfandad ni un himno por otro himno di que estés sordo y que no quieres dejar de estarlo (m. 1.187) rechaza con un gesto obsceno Ja Timosna que pu- diera sacarte de apuros si bien lo piensas ni merece la pena salir de un apuro para entrar en otro [...] RE-ORDENACION DE UN CAOS? @OFICIO DE TINIEBLAS. 59 19% Este esquema binario (A, Aa) se corresponde con otro: B) Las alusiones a la historia de la humanidad: (mm. 581) el mundo anda revuelto y siguen escapando los hombres unos de otros los hombres de los hombres los mi- grantes los emigrantes los inmigrantes los viajeros con spleen los viajeros sin spleen los turistas la mano de obra no cualifi- cada los migréfugas los migrapetas los gregarios los zurrados la carne de cafién la carne de mazmorra la carne de horca miserere nobis miserere nobis nadie sabe por qué causa ‘si para correr o para Hamar a la muerte o para huir del decorado que azota Ja conciencia (m, 583) el hombre es animal depredador y cismitico el cisma religioso es determinante de los paises industriali- zados con una burgwesia con ocio bastante para el pensa- miento el cisma militar cumple paralelo oficio en los paises agricolas [...] (m, 584) los jévenes despedazan y devuran viejos se mu- tren de viejos y los viejos excomulgan jévenes y les zurran el cuerpo y el alma con Ia vara de Ia justicia [...] (mm, 595) todas las disculpas son buenas para justificar Ja abyecci6n para darle estado oficial y exculpaterio algunas son Optimas pero todas son buenas (m, 635) [...] hagas lo que hagas la plusvalia seguiré re- cebando areas ajenas (m. 675) a los traidores se Jes sefala con un hierro en Ja frente para que sean esearnecidos por los demds traidores y no puedan vivir en sosiego las siplicas de los traidores no son ofdas por nadie porque pasé ya el tiempo de per- donar la gente tiene demasiados gastos y el perdén re- quiere el excipiente de la holganza [...] 196 CARMEN DfAZ CASTARGN (m. 681) en Ia fachada de la catedral anidan las palomas que se matan entre si componicnde gestos de extrema ino- cencia [...] (m, 769) las almas de los condenados a pena de infierno se atropellan en los chaflanes de Jas casas cuando son per- seguidas por los gendarmes y aman desesperadamente a las puertas cerradas a cal y canto a las puertas que no st les abrieron jamas [...] (m, 825) cuando la cultura deviene religiosa ideolégica coactiva el hombre empieza a lamar cultura a lo que no lo es y mace la fabricacién en serie de funcionarios que termina en la mds draméatica y estéril de todas las dicta- duras la del irresponsable funcionario que Wega a creerse albacea de yoluntades y tutor de conciencias [...] enjaular al pensador o al pensamiento de forma mis o menos vio- lenta imteligente y velada es el arbitrio con el que los politicos los funcionarios las fatuas hormiguitas solemnes y mediocres defienden su status en el que el intelectual no ticne sitio ni debe querer tenerlo [..-] (m, 873) [...] obstaculiza la administracién y menosprecia el arte de redactar reglamentos no entres en su esfera no atentes tampoco contra el reglamento ese no es tu papel tu limftate a ignorarlo cuande tu actitud se generalice y por el mundo entero revienten las sefiales de que tu actitud se generaliza la administracién cacré por si sola [.-.] (m, 966) [...] ya te dije alge de esto y debes recordarlo siempre la plusvalfa no da para todos quienes tienen mis gastos precisan. més dinero es extrano que algunos des- contentos no quieran ver las cosas tal como son en realidad RE-ORDENACION DE UN CAQS: @OFICIO DE TINIEBLAS. 5p 197 (m, 975) [...] se viene abajo todo lo que se fingfa sélido como un bloque de granito e inmutable como un cristal de cuarzo se cae al suelo entre una polvoreda cegadora todo cuanto sirvié durante afios y afios de norma de vida de pauta de vida de espejo de yoluntades ejemplares (m, 1.018) en el tréfago Ia soledad no tiene nombre se di- luye en el gregario espejo céncavo de In compafiia que se finge mas vale estar solo que solo entre los necios que pueblan las ciudades [...] (m. 1.020) tampoco leas las ejemplares y falaces historias que se cuentan en Jas historias ilustradas procura expli- earte el mundo cada mafiana y de primera mano en los cinco pisos y la buhardilla de aquella casa de enfrente se encierra todo el misterio del universo [...] (m, 1,083) el beicot y la huelga son artes civiles y politi- cas el sabotaje la guerrilla ¢] secuestro son artes militares inyentadas por los civiles en su lucha politica contra los ‘militares [...] la ultima guerra civil al estilo clasico fue Ja espafiola de 1936-1939 empezé en lucha del pueblo con- tra el ejército pera aquel pueblo se hizo ejército Gee fue su error y al final un ejército vencié y el otro fue vencido B. b) Y su complemento: las alusiones personales. (m, 332) jugaste siempre con las cartas boca arriba y per- diste Iuchaste siempre a pecho descubierto y perdiste no dudaste jamds de la palabra escuchada y perdiste ahora ya es tarde para volverse atris [...] 1 Esta ménada, 332, por si sola resume el mensaje de to- _ da la novela, es la primera extensa (dos paginas completas), - rebosa ternura, angustia; creo que en ella el autor ha vol- y en justicia eso es en realidad y en justicia 198 CARMEN Diaz casTANGN cado todo su humanismo, espléndido humanismo Ileno de temores, los eternos temores de] hombre, pero, a la vez, Neno de seguridades, las seguridades del hombre. En el mismo sentido, en la ménada 379, San Jerénimo, Cervantes y Shakespeare ofrecen tristeza al personaje en tres periodos simétricos, y el personaje al final recibe la paz porque “pese a todo atin eras el rey de la melancolia»: En otro mo- mento, lo insignificante se hace eternamente valido: (m, 594) sera tarde cuando ya nadie te More y todos hayan caido como hienas sobre los imitiles objetos que para ti si tuvieron sentido [.,.1 Y el autor recuerda una multitud de cosas absurdas, y con su enumeracién parece recordarnos que en todo momen- to los objetos tienen una vida hist6rica correlativa a la nues- tra. El hombre no forma un todo por si solo, no somos sélo individuos, cuerpos, sino un cuerpo vestide, armado, pro- visto de algo. Igual que los animales tienen pinzas, picos, cuernos, el hombre no puede prescinidr de lo que ha fabri- cudo so pena de desaparicién. Nuestra verdadero organismo es el conjunto del cuerpo y de esos objetos que pertenecen a la especie humana. (m. 799) ti haces enormes esfuerzos 0 no eso importa poco pero no puedes sustraerte a la sensacién de que Hevas ya muchos afios perdiendo el tiempo engafando a todos cuantos te rodean cuando dices buenos dias buenas tardes bien suyo afectisimo con sumo gusto servidor de usted [...] (m. 808) reftigiate en Ia humillacién antes de que los demas gocen humillindote y recuerda siempre que un revélver RE-ORDENAGION DE UN CAOS: GOFICIO DE TINIEBLAS. 5» 199 puede Iatir tan enamorado como un corazin el latido e otro pero el amor es el mismo [...] C) Tanta destruccién slo podia tener un final, la muerte, Ja muerte del protagonista a la que se dedica la ultima es- quela funeraria, la ménada 1.194 que cierra el relato, y la muerte de otros trece personajes que han ido viviendo en sus paginas, a los que se dedica un r. i. p. en sendas esque- las funerarias (m. 794, 844, 885, 915, 916, 956, 1.007, 1.047, 1.081, 1.102, 1.140, 1.169, 1.170). Esa muerte tiene un contrapunto, la soledad; en una larguisima ménada, (1.149), se repite como un acorde monétono y cargado de sentido un tnico paréntesis: (la soledad, la soledad). Otros ejemplos: (m, 807) no, nunca se tiene soledad bastante y el espfritu no vive cuando huye la soledad al espiritu sin soledad no Te es posible el decoro nada es posible aférrate a la sole- dad y da vacacién a la chaperona de la muerte para morir basta con Ja compaiiia de la muerte ninguna otra se precisa [...] (m, 1.018) en cl tréfago la soledad no tiene nombre se dilaye en el gregario espejo céneavo de la compafiia que se finge mis vale estar solo que solo entre Ios necios que pueblan Ias ciudades [...] (m. 1,019) refiigiate en Ia soledad humilde a lo mejor es Ja soledad soberbia eso no debe importarte mucho [...] (m, 1.048) [...] se puede uno guarecer en Ja soledad sin caer en Ia desesperanza en el exlibris que te dibujé picasso se lee escrito con tu letra un libro y toda Ia soledad tam- bién es cierto que la soledad no precisa ni del libro ti 200 CARMEN DfAZ casTARON sabes que la soledad y el sentimiento anidan en madri- gueras diferentes [...] (m, 1.146) no, nunca estarés bastante a solas para apren- der la leccién de la muerte quizé la soledad absoluta no exista ni antes mi después de la muerte sino tan e6lo en el breve instante de la muerte son necesarias las incitaciones inmediatas para que I muerte cobre sentido inteligible y pueda obtenerse provecho de Ia soledad Resumiendo, el relato, enmarcado claramente entre su primera y su ultima ménada, se estructura en dos lineas pa- ralelas: La denuncia de la indiferencia del hombre (A) que ha earacterizado la historia de la humanidad (B), frente a la esperanza en la salvacién del individuo, el protagonista, que se niega a aceptar esa historia (Aa), y cuyas vivencias reci- bimos a través de una serie de alusiones personales (Bb). Entre ambas, corre una linea neutra que se nos ofrece en forma de constantes aforismos, alternativamente esperanza- dos y desesperanzados. Todo para un final de muerte (C), enigmatica muerte, porque «yo elegi la libertad y el olvido no es cierto ti has optado por la muerte porque tienes lo que es peor que la muerte no sabes bien lo que es pero intu- yes que hay algo todavia peor que la muerte gpor qué no te enfrentas contigo mismo? porque no sabes sufrir y vencer al mismo tiempo no finjas ignorarlo» (m. 332). 3. 1. El monélogo de Cela, como en general el «moné- logo interior» de la narrativa actual, rompe con los caracteres peculiares de causalidad, simplicidad y claridad que el andlisis RE-ORDENACION DE UN CAOS! {OFICIO DE TINIERLAS, 3» 201 introspective habia consagrado en el soliloquio tradicional. Se trata de un monélogo eserito en segunda persona que per- mite romper la prisién en la que permanece el monélogo in- terior clésico y justificar de manera plausible los saltos hacia atras, las rememoraciones. El monélogo de Cela implica una verdadera destruceién del narrador, porque es imposible decidir si se trata de un narrador que esta dentro o fuera de la historia. Pero tal eliminacién no sirve mas que para real- zar su presencia porque gcémo es posible que el pensamien- to amorfo y naciente haya pasado al lenguaje articulado? Se mantiene asi la contradiceién inherente al mondlogo interior, el] hecho de que se trata de una actividad mental prelégica vertida en los cauces légicos del discurso de que es impre- sién convertida en expresién, callada intimidad transforma- da en comunicacién. Con su «tin, Cela crea un personaje utilizado como me- dio, como instrumento fundamental para la visién o explo- racién del mundo. Al mismo tiempo que se aleja del perso- naje considerado como tema, como sustancia central del mundo que se explora, subsana el problema del mondlogo interior en primera persona con la abolicién imaginaria de toda distancia entre el tiempo de Ja aventura y el del relato, ya que el personaje nunca puede contar su historia en el mismo instante en que se produce, Es ese «ti» para algunos el vehiculo ideal para describir un auténtico proceso de con- ciencia, el nacimiento mismo del lenguaje. Cela acaba de decir: «Yo no soy en esta novela mi propio personaje, sino que mi personaje, o cada uno de mis personajes, acaso sea un poco de mi mismo, También es posible que no sea asi, sino todo lo contrario¥, y en su novela hallamos alusiones 202 CARMEN Diaz CAsTANON al propio C. J. C. En este sentido el «ta» de la novela es la persona a quien se cuenta su propia historia, algo de si mismo que uno mismo no conoce o, al menos, todavia no al nivel del lenguaje; y esa obligacién de contar la propia his- toria es porque el hombre miente, porque siempre oculta o se oculta alguna cosa, porque no posee todos los elementos, 0 incluso en caso de que los posea, porque es incapaz de ensamblarlos convenientemente. Y en este momento entende- mos por qué nos han hablado de «la purga de mi corazon», Aparte de que ese «ti» ficticio permite en cierto modo ab- sorber lo que hay de ficticio en nosotros y alrededor de nosotros. Si en el habla corriente desplazamos las personas gra- maticales para responder a diversos dontenidos (cortesia, lenguaje con los nifios, etc.), no puede extrafiarnos que el relato literario nos ofrezca el juego de los diversos pronom- bres. Ese juego no s6lo permite distinguir unos personajes de otros, sino que es ademas el tinico medio de que disponemos para distinguir debidamente los diferentes niveles de concien- cia o de estado Jatente que constituye cada uno de ellos y de situarlos entre los demas y nosotros. Aparte de las des- cripciones en tercera persona, un «yo» puede ir incluido dentro de otra situacién, como en las ménadas 54-57, en que un condenado a muerte se dirige a los que le rodean; o en la ménada 469 en que el bufén también se expresa en primera persona. O bien, encontramos un «tin dentro de otro «ti» (m. 138), 0 se funden un cyo» y un «tin: (m, 223) ...mientras escribo escribes yersos sentimentales se posa un mintisculo y desgarbado insecto de finisimas RE-ORDENACION DE UN CAQS: GOFICIO DE TINIEBLAS, Si 203 patas y color negruzco [...] lo miro lo miras un instante dos instantes y después lo aplasto lo aplastas con el dedo indice de la mano mientras no escucho no escuchas ni ¢l mds tenue suspiro de protesta A veces el autor objetiva su «ti» con toda claridad: (m. 373) casi siempre te miento incluso ahora casi nunca te digo toda Ja verdad de nada ni siquiera ahora [... Y esto ocurre siempre en momentos cargados de fuerte intimidad, \ 3. 2, El «td», personaje central, se abriga con una serie de relaciones familiares: tu padre tuprimo tu abuelita Fe viadee la madre la novia Sle marido le tuprimg) «- destaprine, de tu abuelita Como Ja conducta individual esté estrechamente condi- cionada por la herencia fisiolégiea y psicoldgica, aclarar las relaciones que entre si sostienen los diversos elementos del ambiente que nos han engendrado, es, al mismo tiempo, aclarar nuestras propias motivaciones y contradicciones in- ternas. Quien estd desvinculado de sus propios origenes, _ quien no pueda tener informacién sobre éstos, quien ignore todo cuanto le ha Mevado a la situacién en la que se halla, no puede alcanzar el conocimiento de si mismo; en cierto 204 CARMEN Diaz CASTANON nuodo esta fuera de si mismo y su conducta aparece como un inexorable destino. Quiza lo que Cela quiere transmitir a su lector es el conocimiento de su propia historia, conoci- miento absolutamente necesario para que pueda, con él, ebjetivar el hecho, fatalmente vivido, de «ser espaiiol». Hay alusiones concretas a la familia: (m, 963) Ia familia quiebra porque permite la incorporacién de los ignorados de los ajenos desconocidos la culpa la tiene yahvé las leyes de la genética estén en contra de la paz y de la solidez de las familias la culpa Ja tiene yahvé los extrafios se producen como enemigos es demasiado amargo sentir que de repente invaden las familias los hom- bres y las mujeres a quienes respalda el reglamento y tan sélo cl reglamento [...] (m, 964) cuando la familia descubre su propio artificio 1a concordia comienza a rodar por la cuesta abajo y el hom- bre claudica y pide socorro al hermano que no le escu- cha y a los demas hombres que tampoco le escuchan por- que el hombre es més débil y més cobarde que la mujer tl (m. 965) éste es el vicio familiar la culpa la tiene yahvé ésta es la lujuria familiar que se disfraza siempre de eco- nomia y de respeto, Al margen de las relaciones familiares, por el relato pu- lulan multitud de personajes (desfile al que Cela nos tiene acostumbrados) que se nombran, como en la poesia épica, acompanados de algin adyacente referencial, y que parti- cipan en Ja muerte comin. Para trece de ellos Cela ha com- puesto su esquela funeraria: RE-ORDENACION DE UN CAOS: WOFICIO DE TINIEBLAS. 50 205 Ls 2. 3. 9. 10. ll. 12, 13. la mujer con un alza de veinte centimetros ened pie el hombre vestido de pierrot con el bigote rizado ivén hormisdas el hereje muerto en demasiadas batallas la mujer vestida de coronel prusiano el marido de tu abuelita ulpiano el lapidario, el apéstata, el espiritista fatima la huri que pesa diez arrobas el barén de la conjuntivitis y el lunar color naranja el bajo cantante en decadencia de nombre orlando el protésico dental que habia padecido paperas el canénigo don iluminado domingo calcetin el apuesto carabinero un si es no es cojo el necréfilo verzeni 4. Estamos ante una obra vivida en el plano del suefio, bn suefo en el que todas las cosas participan, Ileno de mue- 206 CARMEN pfaz casTANd i cas, atroz a veces, a veces cuajado de risas que disimulan una profunda ansiedad, Si fuera una pesadilla deberia termi- rar con un despertar, pero el suefio es una repeticién de la realidad; por eso el sofiador se hunde en la muerte y por eso Cela se ha preocupado de situarlo en un aqui y un ahora. Un ahora con alusiones a la realidad presente, bien directas: (m. 31) y a los fotos de raza no blanca los disecan y los ponen de adorno encima del piano los fotos de Biafra en los pianos curopeos los fetes de Vietnam en los pianos americans los fetos indios y paquistanfes en los pianos rusos y chinos [...] : (m. 204) malcolm x fue muerto a tiros (m, 205) meredith fue muerto a tiros (m, 206) martin luther king fue muerto a tiros es como una letanfa ora pro nobis ora pro nobis bien indirectas, recordando con irénica nostalgia lo que su- cedia hace treinta afios: (m, 575) en Ia televisidn ves un programa en el que se interpretan bailables de hace treinta afios del tiempo en el que tt te emborrachabas a diario rompias yasos y botellas amabas prostitutas suicidas y te peleabas con los guardias los sacerdotes los funcionarios y demds traidores de clase aquella misica era muy delicada y amable y se bailaba con Ientitud muy abrazado a la pareja y con las caras juntas Un aqui, localizando el relato en un espacio dolorida- mente concreto: RE-ORDENACIGN DE UN CAQS: @OFICIO DE TINTEBEAS. Sz 207 (m, 1057) noticia de actualidad en el dfa que se eseribe. tulpiano el lapidario [...] oy6 por radio la noticia de la muerte de picasso el pintor espaol [,..] ¢l incendiario de ia santa tea salta a la comba de alegria por los parte- rres del jardin municipal picasso ha muerto ya era ‘hora picasso ha muerto ya era hora de que pudiéramos dormir en paz y con la conciencia tranquila picasso ha muerto ya era hora sea mil veces maldito porque nos ha privado del goce de poder fusilarlo algin dia ulpiano [...] Uamé por teléfono a su amigo camilo y Ie ofrecié un cubo ente- ro de agua y otro cubo entero de agua en el que poder ahogar su dolor [...] el guernica es un euadro infame Jevantemos nuestras copas para que el guernica no venga jamds a espafia podemos guardar silencio durante’ unos dias ha sonado la hora sin peligro de las alabanzas pero destruyamos el guernica al igual que nuestros leales ami- gos destruyeron guernica [...] Cada vez que en literatura la realidad asume Ja aparien- cia de una pesadilla, es debido a que hay algo que se esta ecultando, que alli hay un aspecto de la historia o de la so- ciedad del que alguien se niega a hablar, del que alguien, nos impide hablar. De vez en cuando para convencernos de la autonomia del relato, de que la realidad contada sélo se pertenece a si misma, algunas ménadas aluden a su nimero o bien remiten a otras: (m, 203) he aqui la ménada nimero 203 (m. 407) en la ménada nGmero 407 se narra (m, 429) [...] vy. ménada 1.186 (m, 815) la ménada niimero 815 supone 208 CARMEN DIAZ CASTARON (m. 1.145) corolarios al dodecdlogo de la ley de venus expresado por el bufén, v. ménada 803 5. En un reciente didlogo con Cela se ha dicho: «lo que nos parece caos resulta que es pura geometria», En este sen: tido la extensién relativa de la novela nos parece perfecta- tuente estudiada. Vamos a fijarnos en el nimero de paginas ecupadas por cada cien ménadas desde el principio al fin: m. 100 (pag, 11-22); m, 200 (-34); m. 300 (45); m, 400 (61); m. 500 (-76) m. 600 (92); m. 700 (111); m. 800 (134); m. 900 (-160); m. 1.000 (-184); m. 1.100 (-228); m. 1.194 (273), Se escribe siempre con Ia intencién de ser leido; en el acto mismo de escribir va implicado un piblico. No sé para quien ha escrito Cela su novela, pero si que nos ha tenido en cuenta como lectores. La linea ascendente de nuestro in- terés como lectores esta en total acuerdo con la extensién y Ja dificultad de las ménadas que vemos en el cuadro anterior. Normalmente, al principio leemos despacio (las buenas no- ‘elas se hacen dificiles en sus cineuenta primeras paginas) , después avanzamos a velocidad regular, gustosamente: euan- do ya estamos dentro de la novela, leemos vertiginosamente, a gran velocidad; al final, demoramos intencionalmente la lectura, tanto mas cuanto mejor ha sido la novela? Todo nos dice, pues, que el autor nos ha tenido en cuenta, ha tenido en cuenta al lector, no sé si para considerarlo como Personaje de Ia obra, como participe de su «ti», de esa se- 2 Eticnne Sourian ha escrito: «El artista nos presenta un mundo al cual estamos primero convidados, luego acogidos y pronto familia- Yizados, en fin, poco a poco, transfigurados», RE-ORDENACION DE UN CAQS: OFICIO DE TINIEBLAS, 5p 209 gunda persona individual y colectiva hecha tanto de él mis- mo como de una modificacién de todos nosotros. En fin, un extrafio lector que quiza el autor recrea en si mismo cuando relee la obra, cuando ésta ya no le pertenece. 6. La reiteracién, eje de In expresién lingiifstica en la novela, produce una sintaxis lenta y morosa, con un predo- minio de las enumeraciones, cuyo crecimiento infinito se ve favorecido por la ausencia de signos de puntuacién: sujetos de un mismo verbo acompaiiados de complementos que hacen posible la captacién de un espacio de gran complejidad, el espacio de lo informe, de lo innumerable que Cela no ha querido contener. Tal sintaxis sélo podia construirse con un lenguaje casi impenetrable,? en el que Jas palabras, con una gran fuerza de ocultacién, de camuflaje de Jo real, pretenden llenar de seguridad nuestras inseguridades; pero, por este camino, poco tardan en transformarse en una jerga impene- trable que, como en Ulises de Joyce, mezcla frases en di- versas lenguas, como si el autor desease reflejar el entre- 3 La gramatica transformativa, al pensar en una estilfstica futura, trata de establecer criterios para determinar Jo que es correcto desde el punto de vista gramatical y desde el punto de vista semintico, para hacer posible la explicacién de lo que no es gramatical © no es semén- tico, y Ia posibilidad de valorar el grado de desviacién en ambos campos, Una frase adolece de desviacién gramatical cuando no obedece a las reglas de subcategorizacién y tiene desviacién seméntica cuando no ha sido construida segiin las reglas de scleceién del componente semintico, Creemos que esa estilfstica deberd pensar también en otras frases (como las del relato de Cela), que, gramatical y seménticamente correctas, ofrecen otro tipo de desviaeién (en este caso conseguide por Ia ausencia, se puede decir que absoluta, de signos de puntuacién), 210 CARMEN Diaz casTaRON chocamiento y la ruptura de las civilizaciones, la vision de un mundo que se derrumba y al que sélo puede salvar una cosa: la cultura, la cultura entendida como esfuerzo. Y como. si la novela fuese un simbolo de esta salvacién por la cultura, su lenguaje, que produce Ja impresién de una impenetrabi- lidad casi absoluta, poco a poco se va aclarando, y el lector, interceptando el mensaje, quizA no dirigido a él, acaba por interpretarlo. 7. «La humanidad de hoy anda como esté, descoyun- tada y patas arriba, porque ha hecho negativo total del oficio de entender» (Zamora Vicente), De acuerdo, Hay que volver a intentar “entender»... culturalmente, a «entender» todas las busquedas, y una de ellas es esta pretensién de Cela, geterna pretensién?, de situar la literatura en la vida, encon- trando en esta pretensién su por qué. Y asi el problema sigue, Cela no lo resuelve, da un paso mas en su planteamiento, ‘nica manera de quizds llegar un dia a su resolucién. En medio de la ruina continuamos la gran aventura y los pro- blemas humanos siguen plantedndose come se planteaban: a través de los grandes mitos, de las grandes creaciones lite- rarias, Al cerrar el libro no sabemos si esa purga de un co- raz6n acaba en esperanza o desesperanza; la pesadilla, como todas las pesadillas, habré de terminar en un despertar. El lector, el hombre, debera decidir cual; (m. 868) ser ignorante es triste pero hay otras dos cosas aun mds dramadticas todavia seberse ignorante es menos triste presumir de ignorante es tristisimo ¢ irreversible RE-ORDENACION DE UN CAOS: KOFICIO DE TINIEBLAS. 5) 2 tm. 1,086) nadie sabe sémo se pronuncia una palabra en inglés hasta que oye esa palabra en inglés nadie sabe cémo es una vaca hasta que ve una vaea nadie sabe cémo canta un pajare hasta que escucha el canto de ese pajaro nadie sabe cémo el gusano de seda teje su capullo hasta que ve un gusano de seda tejiendo su capullo nadie sabe nada de Ja luna hasta que ve Ja luna navegando en la noche y estudia todas sus fases y se las sabe de memoria nadie sabe los rumbos de Ja rosa de los vientos hasta que se los explican con Ia rosa de los vientos en la mano las excep- ciones a esta regla general son escasas muy escasas los profetas menores no tienen rigor ni fundamento son poco de fiar y mas vale no hacerles caso alguno {m, 489) se prohiibe hablar se prohibe mirar para los la- dos se prohibe fumar se prohibe pensar sdlo se permiten la soledad Ja tristeza y el yacio el buen trabajador mortal trabaja y muere no es otra su misién tampoco tiene mis misién que apretar la tuerca que ve delante de sus ojos durante cinco segundos se prohibe saber que hay arboles ¥ péjaros Ia luna las mubes las olas una hoja de color dorado a la que leva el viento una mujer a la que se le estremecen de amorosa forma casi imperceptible las aletas de la nariz el tiempo es oro y la sociedad precisa que no se dilapide el oro vete siempre mirando para el suelo Hega a tu easa cansado y con el desierto habitén- dote la cabeza nadie te espera si no es para descargar sobre tus espaldas su malhumor debes acostumbrarte a sentirte orgulloso de que el hombre haya legado a Ja Tuna y de que el dolor pueda transmitirse via satélite nadie quiere decir que la rebelién de la maquina ba esclavizado al hombre CARMEN Diaz CaSTANON De Nueva Conciencia, revista del Instituto Bernaldo de Quirds, n.° 8, Micres, 1974, Une CORRAL DE COMEDIANTES MANUEL ANDUJAR: Aquel visitante PIEZA TEATRAL EN UN ACTO DE CUATRO TIEMPOS DESICUALES Aquel visitante PIEZA TEATRAL EN UN ACTO DE CUATRO TIEMPOS DESIGUALES A Eduardo Naval, que tuvo un «observatorioy de tipos y avatares en ta madrileia calle de los Seftores de Luzén, NOMINA DE PERSONAJES RECAREDO, duefio del «Mesén de la Cuchipandan. DON SALUSTIO, propietario de la «Fonda La Parada», CURRO, camarero. CARATRISTE, guitarrista, DOCTOR PROVIDENTE, BALDOMERO. VECINA PRIMERA. VECINA PRINCIPAL, VECINA TERCERA, VISITANTE. voz. Une calle corta, que encuadran. dos edificios en chaflan, a manera de contrapuestas agujas. El uno, de lisa fachada, sdlo con la nota respiratoria de las ventanas de reja, que Farecen prolongucién del alero. El otro si tiene puertas y balcones, visible particién de viviendas. Tanto la breve calle como las desiguales casas y sus avanzados extremos, espolones diriase, forman el iiltimo con- é junto de un barrio suburbano, Alrededor, se extienden —aqui corresponde la sugerencia decorativa— explanadas y solares. 216 MANUEL ANDUJAR Una via muerta de ferrocarril despide opacos brillos por el resplandor de la luna ¥ a cierla distancia serpea una auto- pista. Mads lejos, el oscuro esguince de las colinas, punteadas, aqui y alld, por las luces de las quintas de reposo. Finaliza el verano y la tersura de la prima noche se enarca por los acosos de los aires guadarrameiios. Al iniciarse la representaci6n, el juego de los reflectores destaca, sucesiva y lentamente, los establecimientos que ar- ticulan Ia calle, mientras arrecian las sombras, para los efec- tos corolarias, de las antitéticas hinchazones de las esquinas. Desfilan asi —todos encabezados por tipicos rétulos, y en cada entrada su inmévil guardidn— el uMesén de la Cu- chipanda», «Fonda La Parada», «Consultorio Médico El Trasplanten, «Brooklyn | Cafeteria», «El Reino Artesanal» —cebrado— y «Caratriste, tocaor». * ora El duefto det «Mesén de la Cuchipanda» relaja su postu- Ta castrense, suspira con bufides y penetra en el vestibulo —cartelero, tauréfilo y balompédico—para acarrear una mecedora, en la que se acomoda ¥ emprende un moderado udivén. Recarepo. Al «eventual» tendré que pagarle, de todas maneras, la semana. Hoy preferi soltarlo, Cuan- do no hay parroquia, y a fin de temporada, y por este andurrial no se descuelga nadie, el mozo mueye el tupé como lagartija borracha, lo desocupado,.. Y no para de mirarme, muy AQUEL VISITANTE. 217 fijo, con ese cefio de los reproches. El aiio fue peor, igual que pedrisco en campo sembrado. El pablico es tornadizo y resulta, es el colmo, que han descubierto los restos de no sé qué mandamés sudamericano, a cien kilémetros, y se organizan las peregrinaciones ultramari- nas, te desvian el trafico. Casi la ruina. (Don Salustio, propietario de In «Fonda La Paradan se asoma al baleén, limpia con trapo chorreante su letrero). Recarevo. Cuidado, don Salustio, a sus aiios el peso le vence, y por pulero se estrellaré a mis pies! jMaldita la gracia! D. Sarustio. ¢Y qué, mas esperas? Vacios los cuartos, hasta suspendido,. por vez inaugural (pomposo) en. mi historia, al servicio de manduquen. Imagi- nese que me descrismo y me sale, de chiripa, un tio raro con el invento de que uno se ori- gina en tal o cual archipampano, que almace- nabas en la sangre muchas polendas... Y que es una obligacién honrarme la memoria y arma un tinglado de comisiones y visitantes exéti- cos... {La prosperidad! Seria el salvador pés- tumo de yuestros intereses colectivos. ¢Pero quién te lo garantiza? Y el sujeto, menda de mi alma, no se expone, carifio al pellejo. (Ataviado de chaquetilla violeta y pantalones de brillante plastico, de camarero mayor, Curro se rasca el gaznate y puja una ronca y desgarbada saeta). 218 MANUEL ANDUJAR CurrRo. P4 ponerme a tono con sus sefiorias... Estamos mortuorios, en clima de Viernes Santo. «Va a pasar la procesién y lo llevan a enterrar», Y este fraile se quita el uniforme, hablo en me- tafora, y le sale lo cristiano y lo calé. Que me ciseo en los nombres de extranjis, {Brooklyn! (lo pronuncia marcadamente a la espaiola). (Caratriste, casi setentén. Luce flequillo postizo y le ralea el pelo, en calvicie apanada. Desde la cintura vinatera, une Jaja colorada preside el abdomen de flamenco veterano y noctivaga. Sentado en un taburete, empieza a pulsar la guitarra, que semeja terciada), Caratriste, ¢De qué me vale la fidelida al «sacro» géne- ro? ZEl guardar aqui las yerbabuenas del ar- te? ZEl no permitir que los adulteraores, que no te arrancan un jipio ni con destornillador sitvan de cebo a los pasmarotes? ;Yo, solista, solo, terne, en un descampao, en rezo que no me oyen, pa cantaores legitimos! E] més hom- bre se cansa de ser centinela. Y antes, de hi- gos a brevas, alguien se personaba por aqui, en el taberndculo del «istrumento». Y ningin requilorio, una pieza de tabiques encalaos, sus sillas. {¥ no falté quien me bautizase con ti- tulos de mucha sonajera! Recarepo. (en sordina, para que no le oiga) Le dan li- mosna, D. Satustio. (también en voz baja). Uno que otro se apiada todavia de la ancianidad. AQUEL VISITANTE a9 CURRO. (completa el trio). Obras de carida, pa los artistas. (Los adoba un aire meditativo y cejijunto, que se man- tiene @ pesar de que a la entrada del «Consultorio Médico El Trasplanten, con blusa profesional, de cierto presagio qui- nirgico, se plantifica el Doctor Severiano Providente. Gajas de concha, pulido bigotito rubio, piernas de jinete, calza sandalias). Doctor Y aunque el Estado te pague, una miseria, Provivente. claro, el hecho de que trascurran meses sin practicas, sin la atencién de enfermos, te crea una mentalidad de pardsito. {Se atrofia el mas listo y preparado, Severiano! Para colmo ni Cristo se accidenta, por estos desiertos. Tendré que aprender de nuevo anatomia, fisiologia, psiquiatria. Comenzaré por mi mismo. (Inicia una aceién pantomimica, de reconocimiento de su rostro, pecho, abdomen y extremidades, a- compafada de los términos especializadas, en tono apenas audible. Simula también gestos es quizojrénicos, sintomatolégica gesticulacién de diversos dolores, retortijones y punzadas). (Mientras, se ha iluminado el ventanuco del chafldn iz- quierdo y surgen, semejantes a latigos, los brazos impreca- torios de Baldomero, poeta en permanencia). 220 MANUEL ANDUTAR BaLpomero. (estentéreo, chillén). Desde mi retiro en la zona proscrita, esputo del subdesarrollo social, de la postrimeria aislada y lamentable —ioh, inflada y digestiva patria!— lanzo mi grito de augur y segur, para varear las conciencias poltronas y esparcir en vuestra ceguera migajas de las estrellas redentoras. iAdvendra el Apocalipsis para los hartos y sus criados! (Se anima el chajlin opuesto. Por el zagudn avanza has- ta le puerta, con andares bamboleados y precavidos, Vecina primera. En el umbral se permite un breve respiro y adelanta, ain més, el vientre preiado, a punto de eclosién. Consulta el reloj de pulsera, aguarda unos segundos y después cruza lentamente la escena y baja, con visibles temores de una caida, por una escalerilla lateral, en direccién del piblico o del campo. En tanto efectiia su aparicién y desfile, se asoma al bal- cén la Vecina principal. Viste cazadora y pantalones ajusta- dos, que resaltan las curves de una edad cuarentona y sin maternidad fisica. Un bombin estrafalario palia el efecto coactivo del cuello de guerrera que le apuntala la garganta). VECINA La chica se lo ha tomado en serio. De lo con- PRINCIPAL. trario intervengo, y no me importaria que se AQUEL VISITANTE 221 molestara, Paseo nocturno, puntualmente. No deja de practicar, a sus horas, la nueva gim- nasia ritmica. Y la oigo leer, como si recitara en el colegio, los elegidos y sedantes parrafos y los discursos de habilitacién carismatica. Su espiritu se tonifica con esos efluvios del orden y de la paz, de la seguridad absoluta en el por- venir cierto. Realmente, tener cerca a una per- sona tan sensata y décil es para mi la atmés- fera mis propicia y asi mejoro mi rendimiento. en las tareas, cada vez mas azarosas, de «or- ganizadora volanten. (Contigua, la terraza, a oscuras, de la Vecina tercera. El reflector la sorprende escuchando, caricaturesco el gesto de sorna y conmiseracién. En el rostro-mascara, escurrido y rugoso, de mentén progndtico y labios que fueron gorde- zuelos y luimedos, hoy fofos » descoloridos, esplenden ain, a rajagas, los ojos acaramelados, de generosas pestafias pos- dias). VECINA (acento silbante y murmurador). Esta infeliz TERCERA. mas eficiente que una maquina de oficina cen- tripeta, no sabe de la misa la media. Alguna aventurilla, quiza, de transito y descarga... Los hombres la usan y se alejan, juraria que rapi- damente. No los «engancha». Tampoco inspira- ra recuerdos. De ahi que proteja, por rotacién, a los sobrinos, que le chupan la sangre. En cambio, yo, por el don del no sé qué, consegui MANUEL ANDUSAR 222 Se que me rondaran muchos y, legalmente, me disfrutaron los amados difuntos. Tres veces viuda. Y atin podria engrosar el activo. Lo de Arturo, la fogarada de un par de altos, no pu- do resistir el trote. Mas me duré Estanislao, tipo correoso: murié en carretera. Y el ‘ltimo, mi Juan Pedro, que se le paré el corazén cuan- do, por presumir, y sin tregua, me repitié la suerte, en trance de digestion. Para no escan- dalizar, yo solita lo «preparén. Cubrir su des- nudez, fria y rigida, con el uniforme de diario, me costé sudores de atipa. Y nadie se enteré de que habia fallecido en campaiia y, para de- cirlo finamente, en la posicién que sobre mi le correspondia. ;Qué dulce evocar! ¥ aunque s¢ ha devaluado horrores la moneda, al juntar las pensiones y seguros de vida, me abrigaron ricamente el riftén. Ahora, los visiteos y el fis- gar, el inventariar los frenesies me distraen (pausa). Casi prefiero no haber tenido criatu- ras, de cualquiera de ellos: hubiera sido un tanto de favor, un privilegio, algo asi como infidelidad retrospectiva (gempleo bien el tér- mino?) de los que cavaron y no recogieron, Y de haber cuajado simiente de un trinitario, dno significaria discriminacién que afrentaria a los demas padres? Una debe ser equitativa y Dios, al quitarme esa oportunidad, evité mi posible pecado de favoritismo. No hay motivo de queja, todo me salié a pedir de boca. CARATRISTE, Doctor Curro. BALDomEro. AQUEL VISITANTE 223 Na y el sumun. Que se ve el pélpito, en la ma- ceta de clavel reventén, el inico que dara fruto en este condenao sitio, y se te sublevan las tripas, las propias y las de la guitarra, mi con- sorte. (Somador) Y tocas la pieza jonda, por nota inventd, sin que te falle una temblaera. Pero los datiles estén oxidaos y las cuerdas no responden, al calentarlas, con el brio de den- tro. Y te parece un sacrilegio, a pesar de que el «respetablen te salga con la monserga del vino afiejo... Primeriza, se descuidard, seguro, Lo mas pro- bable es que sea yo quien tenga que asistirla, a ufia de caballo, Acabaré de meditar en la Ultima estadistica sobre la explosién demogra- fica y la superpoblacién, de ciclos alternos regionales. Sin embargo, la ayudaré a parir y me ilusionard el lloro del amasijo coloradin, Habra bautizo y el padre, de estreno, invitard a@ una ronda en el «Brooklyn». (de nuevo oculta la fisonomia). Ya en el centro de la esfera —ti, germen humano— halos y nimbos recibes de los paderosos de la tierra, y a través de piel y aceites las ideas esclavas, los miseros gustos, esperanzas de supercheria y feroces méviles,

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