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28 ConA \ Far} - i 5 : u lotee vac : El Follens eyyatyo Gone __ Hetero + orge tatforaue ‘ “deaticero Gonfiguracton de Ia novele elas ug NLiteratiira’ : Soe permite apeuadsrnn oe sts © gentina. Aunque 6 lector 10 he ido siguiendo, Ee er S so as cater eugenics acodades "tas eapocis 4. pares “Ndeolicos Los ‘ultivadss » Desahogo por Tavhitea Et vir ‘alismo poético - tse" aetitudes lire: Imontale 7 ta possi txpresion dramitica, lee" patristic ‘La gauchesca’ su concopto' Poesia ee “erat ta ste lace ee pee SSeS eee ip cei te a crt, Maret Pee Si il a a eam sine ete pas Panorama del eusnte Iuovea.proseritoa th Reliety Baris los Jévenes + Los escritores del Interior” ee ee Nog serie = Povara do a poesia Rieter : 1a posi df oe de Mapa tos feta th Sr st Sides “Ti de io aentee hadi Slew xn ia Ra Hay amy) Bt Sa eo Ea aa coal!" Sane ae oe ae eae Panorama del teatia 1 et escitor yla'euliura deal epoe ‘Loa Primero pends - El gran cambio « Con: 6 narsevn, y lo. pol ard una! peal sin gan aes Tithe lait ees et i Meath lcs ee Jaime Rest Gregorio; Malab Les primera, oes literarea vinen y elimatgti. dl gna» et wa: afrtarget ware! de man de Salind ep Bo fomasncinee : Mentetdog tegolnica ontaldgicor - El articulo de costumbres ~' El ae Chile, Pere la espafle ycalonial i"tareay, ‘ensayo ospeculative = Bibiogeata b Etvagraso igiins >, poeta José Hernindez fuswigu e: se ‘Vicio de fronteras y sienta Ins ideoldgicas de su Martin Fierro: ‘A comienzos de In década det 71 igerer se aleja Tehporerame..s ce periodignio para peobar fartuna-or las(ilas del elgreuippal cue ingresa bajo Ta Tulela tel doctor’ y coronel Adolfo Alsina, a le sazén vicepres- dente de Sarmients. Colfucurd, el jefe de la Confederacién India de Sa- nas Grandes, acaba de ser. der-o tado en In bataiia G2 San Carlos por las fuerzns det general Mitre y" Ia fuerza govtra el-ndio entra en’ una de sus etapas decisivas, con Ia adop- ign del Remington como arma re-* gular de la caballeria-y le exte Drogresiva del fervocarril y las Hstec + telegrificas. Gutigrsex participa <= excesiva notoriedad, pero con cor. je, en esta vida de frontero, de. ia que aiios mas tarae dejard. saoroso testimonio —épieo y & la vee. “sbo. sante de espiritu picztesco— en sus Croguis’ y silwetas mrilinares Compuesto wn poco a manera de los Racconti militari de Azaicis Bl future autor de Juan Roreira combate er. La Verde (187) -con twa las fuerzas sublévadas yor Mitre J en Tas bates de Blanica Gran de, Guamini y Laguna del Monte (1876), contra iancesos pampas de Pineén'y Namupicuré, a estas mare chas y cotramarcnas por el Desi to, ent las que alcanzari el grado de capita, comtrae la afecciéa, pulmo. ar que afios més tarde terminara con su vida, exactamente ef 3 de gosto Je 1889-——————— “Er discutida cindidatura de Roca como sncesor de Avellaneda la i minencia de los enfrentamienitos qe suscitard el tan debatido asunto le In federalizacién de. Buenos Aire provocaré el alejamiento de. Gute rrez —hombre profundatonte iden. tificado con Ia causa de Ja cludad— de las fas del ojéreito, Kin junio de 1880 Gutidrren asisle como portenis tw n los cruentos combates sosteniidos entre lee rifleras de Tejedor yas trepas nacionalos de linea, qué apo- yan-n Roca, La revolucién enca berada por ‘Tejedor es a tiltima wulativa portefia para impedir la Tlevalizacién” de In ciudad, Aplas- {nde of levantamienta, se sanciona In dle enpitalizacién 'y Roca es ele. itlo presidente, Se ha cerrado wia etapa para el pais y para Gutiérrez, quien por esos me- Seg ha rejornado, al periadismo y pu. lien sus primeros_folletines, Una larga serie, sin duda, que entre 1879 y 1889 registrard titwlos coxmio Juan ‘nroreira, Juran-Czella, Santos Vega. ET Tigre del Qucquén, Hormiga Ne- gra, Don Juan Mamuei de Rosas, Los fnvcsinos de Alvarer, Amor funesto, La muerte de Buenos Aires, Dofta Doing: Rivadavia, El Chacho, Car lo Lanza: Los hermanos Barrientos, Pastor Luna, ete. EI advenimignto del folletinista. — Desde mediados! dal siglo XIX los. dintios: portafios-se mutren -fun- tlamentalmente con foletines-de: pra ccedeiicia francesa, espariolne: ingle: sac y es frecuente que en sus paginas tengon cabida, east simulténenmente con su apavieién europea, las gran: dies novelas.clésieas de Eugenia Sue, Alejandro Dumas, Xavier de Monte. pin, Fernéndez y Gonealez, ee En Juvenitia Miguel Gané recuerda ¥ resefia brevemente algunos de los Tinos memorables del folletin: “El espa del gran mundo, novela frau cesn, en 1a cual hay wna especie de Gain. que chupa en wma herida el veneno de una vibora; La Gran Artista y la Gran Senora, que, des- ppués he sabido, fue por un ato la coqueluche de tas damas de Buenos ‘ives; La verdad dle un epitofio, dom. de el’ héroe roba de un sepulero a su amada, aletargada como Julieta, y lo abre ta mejilla de un fevoz tajo para destigurarla a los ojos de sus enemigos." DRAMAS MILITARES JUAN SIN PATRIA EDUARDO. GUTIERREZ wa Portada de Juan sin Patria, de Eduardo Gutiérres. Buenos Aires, Imprenta La Patria Argentina, 1881 Los folletinistas de “La Patria Argentina” , if EI éxito de los folletines de Eduardo‘ Gutiérrez abri6 segura brecha a un apreciable nimero de continuadores, entre Tos que se destaca Rafael Barreda (1847-1927), quien desde las piginas de La Patria Argentina difundié en 1884 ‘su novela Magistrados que matan, relacionada con Ia condena y cjecucién de Pedro Lure y reproducida posteriormente con ef titulo de FI crimen legal (B. Bordoy, 1914). A Barreda pertenecen asimismo Las dos tragedias, Pepa Larrica, El crimen de la Noria, La Capilla de Santa Felicitas y El principe bandido, vinculadas las tres liltimas con sonados episodios de mediados is Guerrero de Alzaga y de Francisco Alvarez (que. en su momento fentard Titerariamente a Gutiérrer) y In ‘ejecucién de Lorenzo Salay, un curios bandolero que se presentaba como conde hhiingaro. Otra figura de interés es Ia de Julio Llanos (1858-1952), quien colabors también en La Patria Argentina con sus folletines EL pirata del hogar, Camila O'Gorman, Un drama conyugal, Agustina Libaron EI capitin Morssio, ia nimero 35, Ofelia 1 Attuto Sierra También colaboraron en La Patria el periodista Juan Lussich (1859-1885), autor de El crimen de Barracas, Ja mujer embarrilada;, Miguel Lucas, que firmé La reconquista de mi novia, Los descamnisados y La carta, y Eduardo Pimentel, a quien se debe ios amantes de Pergainino. 219 Basta recorrer Ios epistolaros, ls fi ‘bros de momaorias y los diversos tes- timonioe de la época para verificer que em-atsire tnedio el impacto de Th novela; popular por entroges ere tai profiinde y significative como entre lop Allcioiados europens. In. Clusive(ia casi totalidad de la nara. tive soins patente pal “Godnicomente "Tollinmea” nant ees festinda a tn pablice masigo-— le ie conformidad ton Ta afeja Vecntee : periodistica de la djstribuctén por ploy al cacy do BT Sepia He Baa ios, de Juan Maria Gutiérrez; So. ledad, le Mitre; Tobias 0 la cércel : ae @ la vela, de Alberdi; La novia del heteje, de Vicente F. Lépes; Ama. y bw lia, de José Marmol; Cristidn, de Ri- aia Co cardo Gutiérrez, etc. j Latwaparicisn ide. los folletines de Maimrdo Cutiérrer, sin embargo, por angusleamanifiesto unataueva circuns une giculalf el ere. nent, soviversificaciongy 2 cierta medida Ta Memierstizacion del pibico lect it? Si los folletines de los grandes dhiavios estin destinados, on lineas gencrales, al tipo del lector tradicio nol, (am tector como el joven Cond, por ejemplo, ndseripto a toda na tradicién de’ cultura’ clésica y letra da), 6StAievoS folletines criollos de stasPan Argentina Yuscardn as eppilditor run publico sin pautas de “Tlaineseviae-+ entre 1 secon weeitaloso nmigratorios emergen. desialel, proceso de. alfabetizacién’ y! dlertnodernizacién globalide Ia socie: hide gentina, yrrecurrirdn para ello aU repértorio temético y a un tipo deéroe (nacional) que’ tiene poco ‘qqziaslarque ‘ver con lbs'clisicos “dra. mas de alcoba” 0 de “capa y espada” de la escuela francesa, Es interésante destacor, en este sen- lido, que whe Pamrinsalrgenting, ton dada por José Marin Gutiérrez y con una vida regula que se extendid des. de comienzos de 1879 hasta fines de 1885, meprpsentaven’st momento unr proygeto-de:tipo. popula, que con Tl Tapa de Juan Cuello. de Eduardo Gutiérres 200 sus folletines y- su estilo directo com- pite silidnmente con La Reptblica, EI Correo del Domingo, La Prensa, Ta Novis, El Correo, Hepat, Td + Portevin, ET Siglo, La Tribuna Na- cional, FI Mosquito, La Cotorra, ete. ‘epecinimente en el'sectorderlos ae: oe lectacesderorigen "urbane? Si, porsiny Indacepnésistenr err ainiee rrez.-los: roacnnismins:nstractitles! y procesales-de-In-novela:porentnegas? fl estilo clisienc: por: otto) el campo se rotlimensions: conlavirnupeién. fen sits novelas destntmmimdb yer sn fois’ de configitrneiénplenos: tle ‘ois eepnldag: una ene mart Sn Tuneiannt relativanrente insti Tar mibaios wumbrales del 80 intads Amol Hther de. Canby La hota del herejes ft hogne on ta pam. pie Fstrnlag Jun Cull, de Olas Miya: crenturas de un centro, de ‘ie'Weaing toe relatos de In Gore mie,” Fle des alguna i foo ie allt unit eva” brechn. tive +ile-Ins-novedosos molds ee nnvela nahuralista Encumbramicnto del héroe “no, gjemplar”, — Eduardo Gutiéres ‘comienza at prodnccion_con Un oa niin de Judvones en Buenos Aires Argentivwr ox 1879, TH diario. como diffmme: sta prilcular atencion a Cilia felletivesea. eubierla por Gutitrrer 'y yor el periodista. Julio cntre otros, Desde 1879 has- ta 1885, en efecto, se publican mds dle teeints folletines, firmados por el intoe de Jae Morcira o por Llanos (Lin drava conyugal, Bl capitén quista de mi novia), Rafael Barreda (Mogistrados que matan, La pera envenenada), Luis Mohr (Alberto ‘rejo, Castigo del Cielo o Justicia de la Tierra), Juan Lussich (El crimen de Barracas), etc. Algona referen- sinalidnd » Quvtatrrexstieneyar Morillo). Miguel. Lucas, (La recon. * cia epistolar de Peyré hace pensar fue Inclusive Pray ‘Mocho ealabor® Gon un folletin ocasional en las pi ginas de La Patria Argentina: pre- Sumiblemente, segtin Barcia, La co- media politica o Canuto Bochin, fir- ‘mado con el seudénimo de “Juan de Lériga” El éxito de Un capitiin de ladrones + conduce natural y previsiblemente 3 YuanicMoreiras spubli¢ads con gran + éxito euskar-Parriaventresel28de seavieribresel Insedarenerae dee 880°™° Las difundidas andanzas “del cuchillero electoral Tuan. Morei- ra, muerto por la policfa bonaerense en 1874 en el traspatio de un perin- gundin de Lobos, le sirvieron indn. dablemente para componer su folle tin més popular y memorable, un texto que atin hoy —a un siglo de distancia— se lee con interés Con los necesarios ajustes y los tii. cos tironeos entre veracidad y vero. similitud, y no pocas reformulacio- nes del esqirema clésico,geicanstnyaw anitdtmansDnreirertasemrandessiineas eatzuchirales:gnmncesalesadestaeno. ela porsentvegae: 1) El Héroe es objeto de una inter diccidit qe determina una_fractura Ex fi cxistencin hasta gnioices pach Hrow-y Tabor. 2) Un personaje “malvada” trata de apropiatce de sus Bienes (figura del alealde don Francisco, episodio za Sirdetti y persecucion de (licenta) valorizada como objeto de codii erdtica), (cope, airesles ingustas, ete) 4)" Héroe resuelve vengarse_de sus_opresoresy rerundicar sus de choy Hafdos (juranento vind tatorio de Moreira) 5) Tl Téroe recbe_ayudas_ de_sus amigos Tapoya Taterno de Juliin). | ‘Hésoe hucha con aus oponen- WL Héroe_Iucha_con_sus_oponen- impostando. fe paso, su propia dimensién épica (duelos con Sardetti y el alcalde), 7) El Héroe. es _perseguid aliados vicarios del malvado (parti- das. policiales,.annitgos deseales) Juan Moreira, personaje real que inspirara la novela de Eduardo Gutiérres Santillén, esposa de Juan Moreir 22, 8) El Héroe es finalmente yencido oi” ROS perseguidores “(minerle Cx Bisa de Morena en ol Wwaspate le “ca Estrella”). ‘al como puede apreciarse, ex un somero cotejo con las funciones tée- nicas del relato popular clisico, sélo felt en est esquema aquello que se rslaciona con el regreso del He. con st reivindicacién y final mpensa. Pero ¢l Moreira de Gu Lérrez.no es, evidentemente, un He For paradgnitice de la nantitirs Bapalae Br tsetion- ye nto asetian Te iapilen uirir_esn peculiar’ sistance doe el xrtiodeoégion” de a nore 1), que To rea dica-y-a Ja vez lo nape! Dlemente (por razones expesilivas como victina “sentimental” y expiaforia de tn sisfema soeial in Isto" (oproximadmente of Sasa que dentinciara Ligenduder eh on Morn Fierro) (09) su carctor 0, anintica y marchidanonts Bpesstone - de perseguido” por wn sino fatal teniente Varela, Reconstruccién “a-y"deroniaca, al Gee ep fotogrifica de la escena, hecha en el lugar donde se desarrollé SarlaMeNTe sucuinbir, lo que supone Esouri ioe dela escera, “ tuna cnusalidad mas rigida que la Taxa cansalidad (mégica 0 mitica) ‘ del cuento popular, Conviene preguniarse, de puso. sobre Jn verdadera consistencia dh. la "de. nunca socal” de Gutiden, Mees” ‘argamea y Wclda que la de Hernan: dez, en efecto, que se, inscribe en "a sélida trama ideoléygica de los asifeus los cscritos para Et Rio de la Plata ¥en la larga militancia federal-re- Yormista del autor de idartin Fierro, la denuncia de la situacién de ines. Kériéo en 1880, y_se mezcla- com fura_de Talalisma nostilgico y ro. iigniieo, nity al guste de nico, mndy al gusio de Tos incon + tables descendientes.y epigonos lite. ratios de Lord Byron Pero esa ambivalencia técnica ¢ ideo: logica que se tiende entre la afirma gién gue nos apunta que Moreira es “un paria en su propia tierra” y la < pregunta sobre la “fuerza fatal” due 22% ne Var tn oe 2 a So eo ee | _ In emp “porn pendionte dt ex sie yt renletprelecion en mde locloresy eopectedores fun, soloynado en forza enultrea Ir cuyuntiral y fo atemporal, 10 bis- Vireo y lo nruelipien, fa relies 9 ¢1 tecinvnia, reconoelan. en los pa devimientog “sociales” as propia estar on of neundo, ‘Trae In npnvente versién romanceR ¥ nquelipin det episodio -policial tie puede ser contado, como. oct- rit com Tos inmurnerables partes "y Ingnine en que se. muteié. documer tninente Gutiérrer desde la. pers. pretiva de los persoguidores de Mo- Feira es posible edvertir la irrup Cid conjetural de-un plano mis pro fimo e incltonte. Nos relerimos 0 Ine hipetétien de la novela como es, ‘0 mas claramente: *a™a@h ‘aslosnevel : rales ics name dorizacisn,-que-envuetreraslaisacie= dad argentina’ a patiesde:laveons6li” dacidn. definitiva sdelprayeoto: i valk En este sentido puede afirmarse que “inestabilidad”, los riesgos y pa- decimientos amecdéticos de ese au: {éntico mundo de frontera recreado por Gutiérrez, reflejan de alguna manera la inestabilidad y los riesgos reales del proceso de cambio que el avior vive draméticamente en su condiciin de portefio ligado @ una imagen del pais anterior al proyecto del 80 y en su condicién de: escritor que se dirige a um pablico que ‘“pa- dece” las consecuencias mas expli tas y criticas del proceso, como {or crillo desplazada- como’ scnz Tnmigeatorio-en-plona“tonseuttg ‘Trt etapa de ruptura aparece conti- gurada y revelada —como un ti Conflicto novelesea, por ah parte a través de lngpostton dl haves Yen, signi¥icativa recurrencia del autor, te, se habla eae de comnotacio. HP Ssnns Vega de Guise or el conitrario, es tun gaucho que se. ha “desgracinda” en cave vida, mas ue Tos rasgos miticos y podticos, me fudeam los. duelos, laa poleas eon Ta jumtida—y Tos amorés_contrariados, Rasta Te payada Final con ol Dials Bale que ore Ten, aa Moreira y el moreirismo. — ¢Gu- tiérrez logré crear verdaderas “ti- pos" literarios 0 apenas nos dejé una truculenta y espectral galeria de "es tereotipos” "y fantasmas de papel? Una respuesta superficial tonderia a descalificar el carécter “tipico” de esas criaturas y a confinarlas, inape- lablemente, en el desvén no siempre Tapa de El Chacho, de Eduardo Gutiérrez, Buenos Aires, Hachette, 1960 \ 4 4% | | José J. Podesti: Pablo Podesta 208 prestigioso de Jos “topos literar‘as, en compania com los rastantes dioses p.stmiioses del precario Olimpe de Ia cultura popules. Si sus personjes no son, por cier- ta, todo lo ricos, matizados y con piojos que aguordaria, por cJemp'o, tua ‘lector de Proust 0 de ‘rhomas Mann, puede afirmarse en canubio que poseen la suficiente autara.dia y Ja necesaria fuerza como para sobre. salir en el marco de wna literatura que no brilla, salvo escases excepcio. nes, por la “‘gorra’” tipica de sus per sonajes En tanto metéforas de un mundo, tmuchos de los héroes de Gutiérres oseen indudablemente una yun vuelo estético que quizd falten & ors personajes de linea més cult. y conspicua de la. literatura argentina de los afios 80. Podemos afirmnar, si, ‘que Moreiva es un héroe ands’ bien “plano”, un avatar, demasialo convencional y condicionado por las exigencies dal sistema narrative folletinesco, yen este sentido nos parece realmente inocultable cierta “‘permutabilidad” tro la totalidad de los heroes que configuran el pantegu narrative del ciclo gauchesco. Pero al mismo tiem po esa “pormutabilidad” esta férrea. monte condicionada por el cots po: cal y por el complejo y ambivalente Ientaje ideoligico de’ que los hace porladores Gutiérrez, aunque en el fondo, insistimos, personajes como Moreira, y sus pares nos remitan con mayor vivacidad —-segiin sina Puntualizacién ya cldsica—~ a cate. gorias de la imaginacién que'a em. legorias de ta maratidad. A pesar de todo, y este panto nos Parece decisive, no’ pocos personajes el jovial folletinista: se transforma ron a pesar de sus limitaciones en verdaderos “modelos de vida”, en ve- srimenes prototipicos de cierta pecu. liar experiencia del mundo y Ue la vida, y en este sentide (por activa y por pasiva) podemos encontrar mi Ierosos y claros ejemplos en el cir. cuito de la realidad (los alarmantes Gjemplos de “snoreirismo” ce yie daban coastante cuenta los exiai 605 finisecu-ares; y en et sisferin de a Siteratura de’ entonacién ‘eal's.. (clr, ia, Calandriz, ce Leguiza. mén; Un’ Moreira to alptler, oe Payré; Un valient, we Carle = Bunge, etc.) 1 poco ‘araletiis des bohemio y desmaiado que es Gulié- rrez poupbtemledrr, por to, ei te, que un critico tan’ atildado y aN Halen nian eee Pe ae ue Bae ators gee aoe See oe eo Sede Ss ne Ua grafico de 1883 que los folletines i irra cea at Eola ten fina (1902), cuando afirmé. que ‘los tales folletiies, halagando todas Ins bajes pasiones de las mascs, incullas, adquirieron una popular dad coldsals ediziones econduticas a recios infimos tos pusieron en ma how hnsta de lost aa cena ee Jos suburbios de ia ciudad, algin su- jet de mala vida —como El Mele: nuevo Juan Moreira y otros semejantes— agregaba a su traje ha. bitual ciertos atributos de la antigua vestimenta gauchesca y decidia re sistir a-mano armada a las autori Vero el éxito 0 el fracaso de la obra warrativa de Gutiérrez no depende. int, obviamiente, de los juicios de Quesada, Navarro Viola, Garcia M& rou o Cané, a pesar de su enorme e indiscntible avtoridad, Los textos que redacta noche a noche en st ea sa de Juncal 182 y mas tarde en el chalet de Ia calle larga de Ia Reco: leta 9 en Ja quinta de Flores, incrus lado en una compacta humareda de labaco turse, obtienen répidamente tro tipo de’ legitimidad: la que le brindan los lectores que se sumergen aris alli de prejuicios ¢ injurias— en la tipografia apretada de La Pu. tia Argentina paca devorar la tuega colidiama, Una gloria que se traduce —y Gutiérrez no escamotea esta netoria evidencia— en el magro jornal periodistica que Je permite minmtener decorosamente a sti esposa Maria y a sus hijos Margarita, Juan Francisco, Elena y Rosa dunrda, Los lectores mayoritarios de Gutié. rez, que por oira parte no leen a Garcia Mérou, se reconocen en esa ftura “pobre” que refleja mu- chos de sus conflicts y le brindan un apoyo incondicional, que tendré importancia decisiva en la apertura de sti obra hacia nuevos canales, Del folletin ‘al picadero. — Lle- gamios aqui a un punto culminate ces, para La Crénica, el folletin so live Angel “Vicente Peialoza) ge troupes cireenses'actéan en lorma te multénea en Buenos Aires: los her. manos Podesté, que ofrecen sus mi meros en el Cireo Humberto 1, de Raffetto, y el Circo Hermanos Carlo, gue ocupa el Politeama Argentino de Corrientes al 1400, Los Carlo necesi- Buenos Aires, Editortal Tor, s/f ten un especticulo nuevo y original para animar el cartel, en al que lia- Bitwalmente presentan mimeros de excelente nivel profesional Alfredo Cattaneo, a la tnzén representante del Politenma, propone entonces, Ia epresentacidn ch pantomine 0 Tuamagiiloref@publicado por Gutié. SEPT al tutor webens Garcla Velloso en sus Memorias— considerd aceptable la idea, pero ex presé sus dudas acerca del’ posible Intérprete: “Piense usted que’ el cc tor que se arriesgue a tal creacién debe! saber montar a caballo, tocar Jo guitarra, bailar, vestir el chirps, evar poncho y pelear.... polear a lo gaucho”. BY hombre que. reunin fens caracteristicas era el uruguay Pape Podesta, famoso por su creacion de Pepino el 88, un payaso incon- fundiblemente criollo que deleitaba al pablico con sus milongas, maquie- tas pinturas de sabor costumbrista e iitencién velada 0. directamente politica. El trato se concreta.y- los Podesta pasan en blogue a la carpa de los Hermanos Jorge y Federico Carla niego de una docena de representa- ciones en Buenos Aires, com general Ibeneplicito, la pantomina vuelve a ser tvbibida en Arrecifes, esta ver por la recientemente creada Compe ia Podesta-Scott, All, habria sur gido la ideaiide: ponerle didlogos, y esta nueva versién, arreglada por el propio Pepe Podesté, es estrenada fl 10 de abril de 1886 en ln ciudad de Chivileoy, en una funcién cuyp, —-¥ significado histérico ha sido exall do por los estudiosos del teatro m: oual ea aHSONE —que eutibiecdano® adjgapigstsiy en El Diario, con el seu- ‘dénimo de “Anacarsis”, y cuya re- finada ‘cultura To conver uo testigo exigente © insospechable— apuntaba dias después del estreno de Ia pantomime d "Dicese ee ash brio it ‘agionale pero con tal humildes va. laqueta del circo de los Podesta 7 Escena de una de las primeras representaciones de Juan Moreira ‘Caballeria federal”, Grabado de Durand Brager publicado en L'Tihustration we wa SSE PYew-anvy srk ohmEHNmRRMNNNAH A Iifdos que nadie ha curado de ellos, se sigue creyondo en la esterilidad ela Hteratura de la eseenay en la Repiiblica, .. La pantomima de Juan ‘Moreira lin traido tanta concurren- cia al civco del Politeama que Ia po- licia tiene que intervenir euando’ se representa... RRfirigndose al papel precursor del Moreira de Gutiérren-Podesté oto testigo insospechable, Martin Garcia Mirou, afirinard en 1891: "Neces! to decit que todos estos bellos sueios, como los de In lechera de la fébule, se convirtieron en humo? jAbl de- nasiado lo sabemas. Ha pasado una ‘década y el problema insoluble del teatro nacional ha sido resuelto por un payaso com instinto y tampera- mento de actor, que ha transforma. do la insulsa pantomima de un ciren len una serie de cuadros draméticos que retvatan la vida de un bandido Tegendario. ‘Coma un supremo sar- ensmo.a la inteligencia yal arte, Juan Moreira ha, logrado’lo que 9 nude conseguir Coronado con La ro- bo blanca @, Lux de tuna lus de incendio....”. EL cardcter explicitamente ambiva- lente det texto de Gutiérrez se pon- dri de manifiesto con mis clavidad en su proceso de crecimiento y desa- rrollo teatral, desde Ia. primnigenia. y escueta pantorhima de 1884 hasta bas representaciones finiseculares que tanto indiguaron al sefor Mariano G. Bosch, con todos los aditamen- tos desplacadores 0 mitigadores de los niicleos originales que se fueron amalgamando a lo largo de las si- cesivas representaciones:( el gringo Cocoliche, Ins escenas de Sonjunto en la pulperia, con sus guitarreros, sus gauchos borrachos -y" sus. jugadores de naipes, los caballos que rayaban en el picadero, el gran perieén con abundancia de banderas necionales, las improvisaciones, la figura del Gaucho Pobre, el amigo Bentos, el gaucho Contreras, los abundantes perradas famélicas que merodeaban ol asador y su correspondiente cor- era, ete, Mis pintorescas, més apegadas al deseo de reivindicar cierlos aspectos formeles y. externas de la cultura ¥ de la sociabilidad popular (inclu. Bive a través de estereotipos cara. valescos, 0 guizé por ese mismo carécter), mas encabalgadas en lo puramente espectacular, menos alir- madas en los mudos originarios de violencia, reivindicacién y denuncia social, las representaciones teatrales del Moreira finisecular poseian cier tamente una fuerte ambigiiedad, aunque quizé, al mismo tiempo, re yelaban un aspecto mucho mas pro- fundo y quizé no advertido en forma fintencional por Gutiérrez, a pesar de su experiencia de vida: me refiero coneretamente a esa compleja dia, lidad de lo auténtica cultara.popm lar en In que —miis all de la sed cente racionalidad idleoligica— se ‘amalgaman lo sagrado y lo profano, el drama y lo cémico, el banquete de bodas y el planto'funerario, lo erético y Yo taniticn, lo sublime y lo grotesco, Ja vida ¥ le muerte, 1a jerga de Cocoliche y la imagen’ es, peciral y sanguinaria de Moreir justiciado por In partida frente Al tapial de un burdel provinciono. juin la sensibilidad popular capté Sint este cara profane del drama, y por esta via fo impli: cito reforzé’ su firme adhesién a, la que estaba explicitado e ideologiza do, inclusive con sus motorias ambi- valencias y contradicciones, como. reivindicacién social, como identifi- cacién con los valores y las pautas de un sector social y cultural. i El fantasma de la Mazorea, — Gutidrrez redacta ‘para la Patria Argentina BOSE" fo- etinesco moimenticuniereniudinnnely ropuesto al lector come Biogratia. “novelesca™ del Restaura dor dle las Leyes. Aunque coincide cronolégicasente’ con ios primeros planteos revisionistas, la obra de Gu- ligrrez sustenta, en lo fundamental, la visién retérica de la historiografia Fiberal al uso, Sus folletines sobre cl jefe federal pueden ser conside. rados, desde este punto de vista, co- no reacondicionadores y divulgado. res do la mitologia aniirrosista, en una masa inmigra- Nuria. escanectada por completa de sus vivencias histérieas. Es intere- saute cotejar el testimonio que nos hha dejado Roberto F. Giusti sobre esle particular: “Todos Jeimos a Gu lidirez. cuando muchachos, Quiziis « Rosas lo conocimos primeramente a través de las sangrientas.crémieas Novelescas de aquél, Les guerras de Jas altimas montoneras en las. pro: vincins andinas, ln vida ‘eruel de tos cuerpos de linea en la frontera de indins, la arrastrada existencia de los Juan ‘sin Patria, enganchados por voluntad o a viva fuerza, las cono- cimos por Gutiérrez. Son retazos de historia argentina, ‘tradiciones bér- baras que tienen cierto valor de tes timonio casi directo. No lo tiene mucho mas gran parie de la histo riografia argentina nacida asimismo de la, tradicién oral -y Ja pasién po: litica” (Literatura y" vida, 1939) punto de vista asumido por Gu. ‘rez reactivara toda la simbologia liberal posterior a Caseros, como una prolongacidn de las eélebres Hisinat Populares de Hl Grito Argentino 3 Muera Rosas: sangre, degicllos, fi Silnmiontos. divisa federal pegoteada con brea, Mazorca, pufial, Don Tot bio de la’ Santa Federacién, condom be, chaleco colorado, etc. ‘Con tales ingredientes, movilizados con gran lozania y eficacia literaria en los tex- tos de Gutiérrez, renace en el “ci- clo Rosas” Ia foscinacién que ejerce —todavia en el 80— el mito truct lotta del hombre de Santos Lugares Bs interesante destacar fifideizoiiast complementarins y Seqnreporentes ek Ja -configaracidinadal:anites antivvosie-¢ tw elaborado por Giatiéniez? por uma parle, las frecuentes vapayatacasien In tradici6n otal unitarigegr et el con-+ junto de la literatura avtinrosistat (desslo Marmol y Rivera Indarte hhasin Lipex. Torses, Baebaré, Pelis cer lugar, aurnncy tb de los ae AAGRUES ersonojes dictomteados ogin in rela eros malvedo, come pescién adie, redundancia’ plan tno, excenas de fuerte colorido, et. Baseeeeividersu cielo sobre Rosas ‘Giirived: grandes wmidades configura- Moras, La primers, boje el utufo de Don Juan Manuel de Roses, narra fs primeros aos de vidn yl lento fron fecnetve qua io Hevard a Getentar la uma de! poder pblice La teguoda unided, que Gutiérrer tcglabb bajo la donondcacion gens. fal de EI drama’ de veins cher ¢ Tmlegran La Masorea, Viva la Sante Federactin y 1 pul del tirane tbange lou, Bical’ ecursiden eats 1835 y 1852 y constituye un me- morii’ de loe ctimenes atibuidos régimen rosista. ‘La ultima unidad, El drama de Caseros, cierra el ciclo con la derrota de 1882 Interesa, fumdamontalnente, 10 pri- mera parte; en la que Guliérrer erige tna iimagen indudablemente roméntica de Rosas —siguiendo po raimolroe, ya" experbucntidos n't Construccdn del personae de More fa, aunque’ on ge caso porticuler 1 Gon mayor acopio. de conrotocones Semontacad= = Sndage to res bnme, casi smagneiicos que to Convistieron en firme caudillo de ins “6 Deanadag ruvoles bonserenses wr ime" Ron utes parece en la toalidad de sug reogos

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