Está en la página 1de 13
wer LOPEZ VILAS. El eubcoatrato, p. 74-88; 291.298, LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO. MANI- FESTACIONES CONCRETAS DE SUBCONTRATOS EN LA LEGISLACION Y JURISPRUDENCIA ESPAROLAS I. EL SUBARRENDAMIENTO EN SU SENTIDO MAS AMPLIO Y GENERICO. x de arcendamiento en general (y en su cus0 entendido como figura unitaria, patece més ado resaitar desde el primer momento las importantes dife- 5 existentes entre las diversas clases que tradicionatmente suelen eneadrarse bajo aquella denominacién comén, En efecto, diversa naturaleza del arrenda- miento de cosas, frente ai de obras o al de servicios. En un caso estamos ante un contrato traslativo del uso y disfrute, y en los ‘otros, ante contratos que implican y suponen la prestacién de une actividad en servicio de otta persona. Este distinto encuadramien- to pone ya de manifiesto sustanciales cias de estructura y contenido entre estos tres tipos contractuales, que no tienen en comin més que el nombre de arrendamiento. ‘Ahora bien, sebido es también el por qué de esta identidad terminolégica. La Pandect romana en las tres conocidas modalidades rerum, ¢locatio conductio operis» y «io- conductio operarums, cuyas diferencias est la obligacién asumida por uno de los. con 2 cambio de una «metces», en ceder el uso temporal de una cosa, en prestar un servicio 0 en ejecutar una obra, Pese a diversas opiniones contrarias, hoy dfa partita fue en reali dad desconocida por la Jurispri concepto uni aunque comprensivo de esas modiilidades ofrecidas por Ia dad Juridica *. Aries Ramos afitma al respecto que nt en las Ins- LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO 3 tituciones de Gayo, ni en el titulo correspondiente del (locati-conducti 19,'2), no se presenta esa triloga, sin olvid: ‘mayor abundamiento, que los té:minos locator-condu den traducit por arrendador y arrendatatio, ya que tales vocablos fen Ia terminologfa Intina no se refieren al pretio, ni distinguen a quien lo paga de quien lo reclbe, pues unas veces page el conduc: tor y otras el locator? EL hecho cierto y que ahora nos inferesa resaltar ¢3 que, on todo caso, estas diversas modelidades 0 clases de arrendamientos siempre fueron objeto de estudio y consideracién por parte de Ja doctrina, como manifestaciones reales de 1a convivencia huma- nna. Por 50 0 soré necesario insistir en ef auge y desarrollo que tales formas juridieas, producto de relaciones interpersonales, han sleanzado on nuestros dias como resultado y expresién, en unos casos, de fenémenos y acontecimientos que han cambiado la fez del mundo, y en otros, de mismo estatal que, a tree vés de leyes especiales, creacién de si 8 regladas. Es evidente, por ejemplo, que ta Revolucién industrial ha pro- piciado e impulsado ciertas formas concretas de prestaciones y servicios, Cimentada aquélla sobre los pilares fundamentales del capital y det trabajo, por cuenta ajena, adquiere relevancia ex traordinaria le figura del contrato de trabajo, 1a cual queda de- mente consagrada como Ia instituci6n bésica y fundamental » desgajada del Derecho civil por jemética singula crendaticias fueron objeto de una estatal en consonancia con ci arrend: Untersuchung zum ey ss. En nes ido’ romano, Pam- 1960, pags. 360 y ins’ Fanos, Deve Milano, 1957, pég. 2. eTrex Jacoist®, El arrendamiento como avortacién det socio, Nava. ra, 2. od, 1965, ples. 6849. %6 EL SUBCONTRATO LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO n servicio de ias nece in politica propia de les realidades y spi exe orton. Petente la necesidad, el oportunismo po siquiera de momento, a su satisfaccién. ide Jos paises europeos, dispuso de la rel De ad{ que ia inmensa mayoria de Jos Cédigos civiles carac- terizan y definen separadamente cada uno de estos tipos de atren- damientos. Asf, el B.G.B. aleméin (Ppatigrafos 535, 581, 611 y 65: el Cc, italiano vigente (arts. 1.571, 1.655, 2.060, 2.229 y 2.259); el Cédigo suizo de obligaciones, en su titulo octavo; la L.P.C. en la creencia de poder xr el problema. El propictario pasé soviélica, en st articulos 53 y 56... Por si parte, el C. c, francés,i 4 segundo plano y por medio de la ley el Estado obtuvo en el ‘aunque da al contrato de arrendamiento una vastisima extensién mbilo arrendaticio una duradera ommipresencia reguladora. Nada (comprensiva del arrendamiento de cosas, el de el de servi- se escapé a su ordenacién, todo fue dirigido en el sentido social cios y eiertos contrates parciarios), define y desarrolla aquellas m0- _de la necesidad planteada. En In estructura fatima de las relaciones dalidades con independencia formal y conceptuallen los atts, ‘ontractuales ét apreciaron elementos juridicos de caréeter zeal y 1.710, consagrando el art. 1.711 2 la em r tspectficos de locacién (ebail & loyer», «bail & fermen, bail a cheptel») y, on fin, les devis, marché ou prix sta misma Ifnea ei C. c. espafiol, tras sefielar en el art ‘errendaticias son ssf claros ejem- que el arrendamiento puede sor de cosas, 0 de raciéa de st es ¥ aspectos de s clases de dedica al primero de ellos el art, 1.545 y en cl ‘autonoria conceptual, terminologfa e, al de obras y servicios. incluso, legis {En realidad solo el Cédigo civil ange mantiene el concep: + De todas formes, no puede ignorarse tampoco que, refiriéndose to unitario del arrendamiento come ‘a Jas tres modalidades clésicas de arrendamientos, se ha dicho cosas, servicios y obras, recogiendo Dor agin autor que «son como tres ramas de un mismo érbol. cepto tinico que es el 1.493 de su s HF sires aspectos 0 formas distintas en que se presenta tin mismo he- tocacién cuando dos partes se obliguen reciproc: cho, que consiste esencialmente en Ja concesién temporal del goce a conceder el uso 0 goce de una cosa, o @ ejecul de un bien determinado, por un precio. Si ese bien ¢s una cosa, 8 prestar un servic ‘ei contrato es locacién de cosa: si es un servi cacién de © servicio un precio determinado en dinero. El precio se servicios; si ¢s una obra, iocacién de obra» *. tambi ‘La quicbra del concepto unit ma_concluyente embargo, es que dicha denominacién 7 Serie de supucstos diversos, s6lo es admisible si previamente re- bap aesioccrlarran conccemos y adi 10s que aquélla comprende y se refiere @ en la mayoria de tas ,contratos bien distintos entro ei, tituye un contrato independ! ‘Bra légico, pues, que Ja amplia nociéa romana del contrato blindose al respecto en Ital arrendamiento se pone jomprobar ademas cémo «Verkvertragy 0 dei «contrat de arrondamiento entrara en crisis. Bastaba pata ello el simple ee ereetenien : jempo que el arrendamiento de s examen de ias caracteristicas de esas tres figuras encuadradas for- (ores Slice de preaacién de servicios o diver zadamente on un pretendido concepto sdamionto, y frato de trabajo y otras modalida jo ello sin salvar ias diferencias de unas instituciones jurfdicas ar ee alidades anélogss’. Todo ello © Bs de noter, sin embargo, que el Proyecto argentino 1936 modifica spareerio, ef Rezetnico, Extudio ce loz Contratas en nuesiro Derecho civil Buenos PSS. cervicios 0 de hh nw BL SUBCONTRATO olvidar que el propio Cédigo ci aurendamientos de obras y serv personales de tales relaciones, dor y arrendatario, tales como ct ta, dueiio de Ja obra, constructor en el art. 1.546, segdn el cual «se Hama arrencador al que se ob! ga a ceder el uso de La cosa, ejecutar la obra o prestar el servi al que cede el uso de Ia cosa 0 elderecho a Ja obra jeio que se obliga a pagar» ° a Tos elementos tos de arrend: to de cosas es aquel a dar tra el jempo determinado, una de las partes r una obta (entendido este com copto como resultado de trabajo) y 1a otra @ pagar una remunera- eién 0 precio ci iendo advertinse que dicha puede estar reabsorvida en un contrato de trabajo si se trata de wn tree jente del patrono (att. Ja Ley det Contrato! El arrendamiento de servicios, on fin, es aquel en el mientos aparece como algo perfectamente posibl teérico: el subarrendamiento sex el arrendamiento que| nd haga de la cosa, obra o servicio arrendado, ‘Ahora bion, inmedintamente surgen ducas acerca de ia visbili-| en un plano} ei de fundos y cosas, mucbles| ony derechos (Pach) Por su] ol arrendamiento js, que no €Or inmuebles y derechos pro} Para. el Derecho| el Cadigo. de. Nepot Roonfouex Acuna - Pant Raxy, en Arrenda} , Bareelona, 1965, pag. 4. y t LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO 79 peetfico, o la prestacién de unos servicios por persona determina. da. El carécter personal de esas telaciones hace problesmética, al menos en linea de principio, la configuracién en 50s sup\ de un subarrendamiento vélido y eficaz, Y aunque ya veremos fque In complejidad de ciertas actividades hace posible aquellos subarrendi tos casos, 1o que sf queda claro es que es envel arrendamient ideales para una monial de tas viene a ser nsf consecuencia I cosa de otro, pues, como ha di que tener presente que no es sélo ol propis arrendar su cosa, sino que el usufructuatio o el enliteuta pueden transmitir por tal tftulo, como artendadores, el goce © uso que sobre In cosa les correspond, y que ef que nunca tuvo relacién ‘puede comprometerse a proporcionar st goce. Asren-_ que producixfa efectos no slo entie,arrendador y arrendatatio, sine que podria llegar hasta a tenerlos frente al pro- pietario» ® ‘Ahora bien, inferesa puntualizat que no en tod.) estos casos id0 riguroso y anterior y que surge por consecue tario del primer contrato, et cual, al pactar con un fercero un nuevo arrendamiento configurado con base en el primero, past a ocupat en la segunda n el puesto de arrendador. No se irata, pues, de un arrendamiento hecho simplemente por un arsen: datario o por un usufructuario,’ cuyas facultades te permiten coder fn parte cl uso 0 disfrute de la cos®.usufructuada a un teree EL subarrendaniiento es algo més: es un. contr to que surge de otro anterior al que esté conectado tratante comtin en el que confluyen y se aunan Jos cual aitendador y arrendatario F, be Casmo, Cesién del arrendarsionto y subarrendamiento, on «Rev. funsp.e, febrero, 1850, pas ‘Ki ilar et’ concept’ de subeontrato en cl Ti de este obra, ya se, 80 EL SUBCONTRATO No podemos, en fin, silenciar en este punto Ja enorme impor- tencia que en nuestros dias han alcanzado ciettas formas loc: as espectficas, impuestas por las necesidades de 1a vida actual me reficro a los artendat de vehiculos en general (automé- jones, etc,), y de naves y aeronaves. ds de Uieinla ailos ya se legs a suger fa conveniencia de const transportes y a Ja locomocié crecimiento de Ia prob! gue puede ofrecer una actividad que es fie! reflejo del desarrollo en marcha ** plantear a los Tenaeé ocasidn de referirme a tos vordadoros de 1a figura, entendida mneaplo, puede perflarse y ss Ba a, 1947; LeesoynePesearane, “Manuele im, 1960, y Tonnente, aes, 147 y ee, y Lonenz-Meven, Reeder und En Derecho anglossjén, BARTLS, Tn wee agreements, on fem, 1 En Espafa puede verse, entte ot Ganzicues, Curso de Derecho Merc LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO a1 Bn realidad estos arrendamientos no son més que una especie iplio género de los arrendamientos de cosas, iodades hayan egado a obtener en algin pais auténoma. Tal es, por ejemplo, el caso . donde el Cédigo de In navegecién regula expresamente do sefialarse, sin embargo, 10 implica ninguna especialidad conceptual, ya quo cl ido Cédigo define tales supuestos, repitiendo 1.571 det Cédigo civil que se refiere a la «lo tas formas locaticias presentan, desde luego, sobre todo, a su destinde de problemas singul anélogos vyenios, Convenciones y clfusulas al uso, de En estas modalidades artendaticias 1 posi de subarren- dar Ja nave 0 aeronave, en principio, esté prohibida, salvo medic ei oportune consentimiento del arvendador. Y esta prohibi- cién suele recogerse expresamente en algin precepto concreto de aplicable#*, que de este modo viene a derogar el 532 y 2, en Es Hada, vol. IV, Mi 378 cel Cidigo do la yen 2 EL SUBCONTRATO io permisive general co en fa mayorfa de los C6 wel civiles, al tiempo que confirma a nevesidad de ese consentimientd del arrendador para los casos de arendamientos especfficos y sin gulares (pensemos en Ia legislacién arrendai Pero es que, adem vided son decididamer subarriendos y a ia volidez i expreso del arrendado ip0 de a de nuevos Itaiscafo, en ei cual se non pué sublocare fa nave ne cedere i di dal presente 0, salvo autorizanzione scritta del propietarios. En ig ado normalmente por el Gobierno inglés, cuya cldusula nim, 5 dice textualmente: «The previous consent reboat Charter» en ol que se of God, force majeure, or other causes beyond the ‘making the use of the vessel in such tre“e comer all) ployment ‘of the Owner Asimismo, en los «charters» aéreos es también usual esta prot de stcesivas y nuevas contra smplo de lo dicho el conocido formulario «Bal $ a eldusula en la que expresamente se prol iim» en cuyo texto se incluye ceder (10 assign) Se recoge asi algo ras formas de arrendamiento "? 1. EL SUBARRENDAMIRNTO DE COSAS EN GENERAL Para Hogar a una construccién unitaria del subconteat como pretendemos hacer en la Segunda Parte de esta obra, cred 1 wione dl nave @ dt azrom re Compognies aéviennes, Lausanne, LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO 8 del subarrenda- de subcontrato. Ademés de estar previsto en el Cédigo y desatrollado, al menos en alguna de sus modalidades, en una copiosa legislacién especial, posible cl nacimiento de tn subc mnismas condiciones explicnn y justifican-Tos caracteres propios de ia figura. En efecto, un examen de esta forma de subartendamiento pone de manifiesto 12s siguientes notas: 1) Se trata de un supuesto claro de contrato de tracto con. © de esecucién duradera, en el sentido de que impone al To inrgo. de oier (precisamente el de dur en el que el arrenda- dor deberé permitir y respetar el frute de la cosa aren dada, a cambio dei precio o aiquiler recibido. En segundo lugar resulta que 1a dependeneia y deri cién del subatrendamiento respecto del arrend: 2 subarrendamiento trae causa del atren- 1 del cual se origina, y su objeto es comin al del lamiento, sea en su tolalidad, soa parciaimente, sc- primer arrendam: undo, sino también limite objetivo del modelado y limitado por aquél. 42) Hlemos de convenir también en que el subarrendamiento tive, una forma o modo de tual en Ia primera tels- ee 84 BL SUBCONTRATO cién, Bfectivamente, éste, en vez de usar y disfrutar do In cosa arrendada personalmente, decide dar vida a un nuevo arrenda- ‘miento contratando con ‘un terveto ese uso y disfrute directo al que 1 renuncia, De ab{ también que ¢l subarrendamiento esté .do en st contenido y extensién pot el arrendamiento bisico, det cual nace y surge el segundo. 52) De lo expuesto se desprende, en fin, que en el subarren- demicato de cosas concurren y se dan ios caracteres propios del serendamiento principal. Al ser una repeticiéa del primero, los caracteres dei mismo se reproducen en el subarriendo propiamente . Y asi éste send un contrato: a) Consensual, ya que se perfecciona por ef mero consen- timiento cet arrendatario y subarrendatario acerca de los elemen- tos que lo intogean: cosa, precio y tiempo. 1b) Oneroso, ya que ef arrendatariosubarrendador cede ‘el ‘goce de wna cosa y ia utilidad consiguiente a cambio de un pre- cio 0 merced que paga el subarrendatario. ‘) Bilateral, por cuanto que del cubarrendamiento derivan obligaciones teciprocas para ambas pattes que les sirven de mu- tua causa. 4) Conmutativo, pues en e} substrendamiento que pa arrendetario-subarrendador y el subarrendatario ambas partes nen en cuenta In perspectiva econdmica del contrato y la ventaya imonial que aquél les teporta. ieza temporal, pues aunque esta nota no esté mente recogida en nuestro Cédigo civil (al contrario de to que ocurre on otras muchas legisiaciones) es peculiaridad natural del contrato, fre te recordada por Ja Jurisprudencis de (0 Tribunal Suprenx subarrendamiento de cosas aparece expresamente previsto on el articulo 1.550 del C. c., precepto que autoriza al arrenda~ tario @ subarrendar en todo o en parte la cosa arrendada, salvo que expresamente se prohiba en el contrato de arrendamiento principal. En base a esa facultad concedida al arrendatatio en dicho articuio 1.550 del C. c, aquél podré celebrar con un tercero ‘un nuevo arrendamiente p1 , dando luger ast a un segundo contrato en el que el arrendatario se convierte en subarrendador, el LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO 85 y el tercero, ajeno a la primera refacién, en, parte de un contrato derivado del anterior y de stt misma naturaleza, Dentro del subarrendamiento de cosas, éste podrd afect a inmuebles (risticos y urbanos) como a mu y cosas incorporales y derechos, dado que en nuestro Cb Vil el artfculo 1.545 s6lo excluye del conttato de arrendamient bienes fungibles que se consumen por el uso, No existiendo norm concretas relativas a estas clases de subarrendamientos serén cables, por analogia, las disposiciones generales que la Secclén 14, cap. TI, tit, IV del fibro IV del Cédigo dedica a los arren- damicntos de inmuebles, siempre que dichos preceptos no prest- pongan el cardcter inmueble del bien subarrendado. Respecto al subarriendo de muebles habria que estar a Tas dos variedades posibles en esta clase de arrendamientos: el de mobi- Tiario aislado y el de habitaciones amuebladas, con preceptos con- cretos para esta segunda modalidad, tanto en el C. c. (art. 1.582) como en Ia legislacién especial de’ arrendamientos urbanos. Con relacién 2 1a posibilidad del subarrendamiento de sem de todos es conocido el carfcter rigurosamente consuetud de esta forma de arrendamiento en nuestro Derecho. En todos estos supuestos rige el principio permisivo general, salvo que ia posibilidad de subarrendar est6 expresamente pto- hibida por el arrendador 0 propietario o ello deba deducirse de las peculiaridades de la relacién arrendaticia bésica y principal. Les efectos fundamentales que, en todo caso, caracterizan al subartiendo de coses, pueden concretarse en los siguientes apar- tados: 1.) El subarrendadorarrendatario mantiene fntegra su entera id frente al arrendador, pese a a conclusién del sub- responde frente a aquél del cumplimiento del contrato 3 respecto el articulo 1.550 del C. fato de arrendamiento de coses no se prohiba expresemente, podré el arrendatario: subarrendar en todo 0 en parte la cosa arrondada, sin perjuicio de su responsabilidad al i6n. prop! ticulo 1.551, «sin perjuicio de su obligaciéa para con el suberren- (8h 86 EL SUBCONTRATO i LA SUBCONTRATACION EN DERECHO PRIVADO. a7 queda el subarrendatario obligedo a favor del attendador principal, tiene mareada su vida por la vigen dos los actos que se refieran al uso y consetvacién de Ia contrato base, de modo que faltando éste se extingue cosa artes wwede subsistit sin a data Estas notes peculiares y caracteristioas del arendamiento de cosas presentan matices y especialidades diversas segin se trate, como hemes dicho, de arrendamientos de cosas ineorporales o de- rechos, de arrendamientos de cosas corporales, de arrendamicutos imixtos y de arrendamientos complejos, En los arrendamientos de cosas corporates se distingue entre cosns muebles iénea del ") A su vez et en tema de subatr dicho precepto reconoce en favor del primer’ el subarrendataric, por del precio del atriendo pr que Ie deba el subairendador-arrendatatio. Considero que esta ac- n toda subcontratacién se produce una du: one una independencia est , frate y, on In misma Iinea, el C. c. damiento de fundos urbanos al «al arrendamiento de cosas product mente expuestos por Rodriguez Aguilera y Peré Raluy. 1.) Se consideran fin da, 0 0'Ja roalizacion de act que se hollen situadas en zonas de poblacién 0 en el campo, stem: pre que ef principio de accesoriedad, por io que hace refere inci, que te" convient en 4 estas ciltimas, no imponga distinta califcacion, el principio de accesoriedad. ) Se reputardn urbanas todas Ins fincas ed fuero su destino, situadas on zonss de pobli eadas fuera de éstas, si el criteria de accesoriedad no impusiese otra calificac 6th ia oplicacién de la le cuando tuvieran destino agricola, plantes es a efectos de su calificacién, ya que si bien es cierto que @ tenor del art. 2° de la L.A.R. dichas fincas no se ballen sometidas a ordenamiento especial de arrendamiontos risticos, no es claro Si deben ser conceptiadas como fincas rdsticns o urbanas a los dol C. c. Aunque Ia solucién es dudosa, parece que la j6n de urbana debe imponerse fas situadas dentro del perfmetro edificado de las poblaciones, te la calificacién de risticas convendré a las situadas ste stiterio diferencial se basa en que, en Tos casos fadosos, ef coterio de situacién debe prevalecer soore el de des tino» Dicho Jo que antecede y exeminados ya los caracteres del sub- anrendamiento de coses en genetal, procede ahora el estudio es- pestfico de esas formas concretas de subarrendemientos. Me refi 10, ojaro estd, @ Tos subari mero de ellos en sus dos modalidades de subarriendos de y de tocales de negocio. Obb IV, SUBCONTRATO Y CESION DE CONTRATO. La ceslén de contrato entendida como institucién auténoma y ‘unitatia es, sin duda, Ia figura més préxima al subcontrato. Esta snnegable sfinidad ya quedé puesta ce manifiesto en paginas ante- riores al ocuparme del substriendo y de st distinei6n do figuras afines, dentio de las cuales ocupa puesto relevante Ia cesién del Gata obre, roferente @ Estructura 9 effcacia det contrato. Fn contra de esta reyat este ext Y ue ear #19 sel cora persona, supuesto caract sno pre Mf (én © conleato en provesho de’ tercero, Segin ate 292 arrendamiento *, Una yo! \das conjunta y emparejadamente, tanto por Ia doctrina.como por Ja jurisprudencia y legistaciéa, viéndose en las mismas un de ia dinamicidad y flexibilidad de ciertas relaciones ju- ie paralelismo entre ambas no se reduce, sin embar ;, sino que se mantiene y idas en un sentido amplio glamento General de Contratacién del Estado) de 28 de diciembre de 1967 que, desarcollando puntuatmente 1o dispuesto y et precedente Ley de Bases de 1964, aluden de contrato y subcontraio, vistos como egundo tercio del presente siglo, que obtuvo plena Cédigo civil de 1942, donde aquélla Tomendo como punto de partida la citnda doct Cartesi “*, Andreoli", Ci ine ol soqurd a favor do una tercern persone, same, apeltido. y eondiclones el donatario © lon. 4 Axonnous, La cessione det * Cieata, La cessione del ct tuidos denen ‘etaditee. tos de Mo: ig. O84) y Farnava, Tr. (Per una jo, en aRiv, Dis. Prvato contralos. DISTINCION DE OTRAS FIGURAS AFINES 293 sign de Ia reiaci6n juridica completa. Jordano ‘Taberner #, Niifie Lagos" y, sobre todos, Garcia Ami- epresentan esta direccin que viene, en definitiva, « sighi- ima etapa de un largo camino de superacién en el que misiones particulates de las cuslidades de acreedor y deudor (cesién de ctéditos, novacién de Jas deudas y asuncién propiamente de relaciones jurid en toda su integtidad, «de las que ios derechos y obligaciones no son més que pertenencias» " La base sobre la que se apoya y asic nueva categorfa contractual es, por tanto, distinta, puesto que ya no se coden créditos ni deudas aisladamente, sino el bloque de las relaciones as dimanentes de un contrato; pero ello no cs bastante para estimar que Ia figura de la cesién de contrat signifique o implique una absoluta novedad respecto del Derecho anterior, representado por aquellas fSrmulas y mecanismos antes titados con los que se alcanzaba la modificacién de las relaciones contractuales 0 Ia sucesién en las titularidades respectivas. Como ha puesto de relieve Belttén de Heredia, «nada de esto es nucvo. { constituye una novedad es la idea do Ia figura denomi- 10, entendida como una institucién o forma con Ja que puedan conseguisse Garefa Falcén*”, iades. Tanto la Y ei témino tuvo tal fortuna que, traspasa nas, llegS inalterado a otros paises, especialmente Alemania y Espafia...» ©. fica monograffa, Garcia Amigo JomAno Banca, on su Revensién a ia obra citada de F. Cannsst, An, Det. Civa, 1951, pée. "para Tonpano, sin embargo, 10 hay repasiola de tas pag. 140. erecho espaol, , Ry_La cesién del contrato, en «Revista de Derecho 1356. Me lLe cesién de contratos en et Derecho esr 1964, WAsi, NoRez Laces, 0b. cit pag. 20. ss Vid, J. Beutnin ge Hemet, en su PrOlogo a la obra do Gancia Anioo, pags. XVII y XIX. hh 294 EL SUBCONTRATO et Derecho tomando como base, fundamentalmente, [as hormas generales que nuestro Cédigo civil dediea a los conttatos (de mo las contenidas en los articulos 1.254 y ss.) y, junto a las disposiciones 0 elementos comunes de las cesiot ungulates previstas en las diversas ieyes especiales. tal plantesmiento es su vision y formulacién de la ces! trates como etn negocio ju ie descansa, como el propio autor fundamentales, a saber: en tres ide 1) La existencia de ta relacién contractual, que origin en cada sujeto una posicién 0 «status» contractual. 2) La cesién de que se trata se realiza mediante u sola declaracién de voluntad, emitida por cada parte en negocio de cesién, | 3 La en fin, do unidad de causa del citadol negocio de desde Ja petspectiva det ce: dente como desde la dei cesionario, del contrato representa) de todas aquellas di les antagénicos que no pue 3). llada Ia cesidn de contratos. y sin pretender repet sobre la misma ya se ha dicho recientemente en nuest nen y separan del subconttato. 1o| para adentramos en ta estructura y| DISTINCION DE OTRAS FIGURAS AFINES 295 La semejanza entre ambas figuras es evidente ya que, e1 y otro caso, nos encontramos ante supuestos que ences tres partes contratantes que juog puesto de que se trate, ‘Ambas figuras tienen, desde luego, su principio de autonomia de la volunted sa del C. c.®*, con cuyo principio a ne derecho a realizar los negoci intos papeles sogtin el su- esencial 0 principio generador, tanto de Ia cesién de cor como del subcontrato, creo, sin embargo, que en ef caso de Ia * La cesién y ot nuevas formes no se conciben en genecol es de 59 Asi, Ia interesante S.T'S. de 13 de mayo de 1959, tad contractual no tiene més limites, como es bion sabi Tnubiese paotado, derecho 0 secién no. surtiré Tercero sino desde quo su fecha deba tenerse por cierta en conformidad a los articules 1218 y 1.227... 296 BL SUBCONTRATO tegran su contenido Pero lo que ahora quiero significar es que ren a refrendar que el egislador espafiol ilidad como excepeién, son de aplicacién ato y, en cambio, no [o lo son, al menos, de una forma tan di- imiteny derechos nacidos de un primer contzato, al saivarse ia com plete subsistencia de éste y continua en su puesto, en todo el Eraoto de su desenvolvimiento, el contratanie que subcontrats jén, el punto neurélgico de ta cign entre ambos figuras: en un caso se opera una transmis © traepaco (eesi6n); en ei otto estamos, en cambio, ante un str fa (oubeontrato). ‘Todos tos. rasgos hablar cl subsrvien- do y 1a cesién de atrendamiento presentan cha cone- fe af porque dimanan de ea distinta naturaleza de una y otra inatitucién Tales difer tados: ss pueden compendierse en los siguientes apar- ") Conio acabo de indicar, en la cesién de contratos estar sos ante un supuesto de (raspaso 0 transmisién de derechos aun: ddos en In posiciGn contractual que so cede, micatras que en el tubeontrato el subcontratante conserva Ie gama de derechos y ‘bligaciones derivados del primer contrafo, al tiempo que asume ‘al tercer subcontratante, De ali que en Ie ce- y tinica con el con- subcontrato el contratante intermediario se man contractuales. 25) Admnitida la construcelén w rato, cabe decir que en ésta se opera la transmisién tot entero de 10s derechos y obligaciones que integran aquél, sicn- tras que en ia subcontrataciém puede ocutrir que el nuevo contrato que se concluye como derivado y dependiente del primero 1 arrendamiento como aporte- jonde habla de «cesion, ign de derechoss.y_«subcont ‘Autco, 00. ctl, pig. 259. ‘Souparme de esa concrete distincién. DISTINCION DE OTRAS FIGUTAS AFINES 297 contrato propiamente dicho) comprenda sélo una parte de aque: los derechos y obligaciones, de modo que al tercero que pasa ser parte de a segunda relacién s6lo se Te otorguen algunos dere- chos de la primera. 5°) En in cesién de contratos estamos ante un contrato de to finico que, como tal, se agota en el acto mismo de su trans- ay eg deeit que con la transmisién de los derechos y obli faciones que integran el contrato que se cede, éste se extingue, Binal eontrario, el subcontsato es, como hemos visto, wna relucién ide tracto sucesivo cuya ejecucién se alarga en el tiempo. “i2) Como consccuencia de 10 anterior, resulta. que la cesién todo contrato de ejecuetén pareiament ‘as que el subcontrato es peculiar y exch varios contratos ce ejecucién duradera, en basc a la propia nat a de ta cesién, el subcontrato ‘ordinado, en todo caso, a Ia vigencia simul judes ¢ incidencies #fcter temporal y fénea del contrato base © principal, cuyas v sepercuten unilateralmente sobre aquél. ‘el Tribunal Supremo se ha ocupado con fe a Jos supucstos arrendati- GRat®. Desde esta conereta perspectiva nuestro més alto Tribunal ha insistide y desattollado los criterios formulados por De Castro gn 1950 * que, posteriormente, fueron matizados, siempre en tenia oe dnrendanientos, por los numerosos autores que se han ocupado especial, dentro de 1a stincién que nnos ocupa se como cuestiGn viva y pa entre otras, Las S.T.S. de 10 y 17 de marzo de 1951, 12 de novierr tre de 1954, 4 de marzo de 1955, 24 de octubre de 1955, 31 de ore so de 1956, 17 de Febrero de 1956, 3 de julio de 1956, 25 de mbre de 1957, 25 de marzo de 1958, Vistar Grfendamtenio y subarriende, en *Rev. Gen Least. ¥ 1950, pés. 130 298 EL SUBcoTRATO 23 de diciembre de 1958, 3 29 de enero de 1962, 2 de de 1963, et,). C1 abril de 1961, 17 de bre de 1962, 28 de septiembre los que, como vemos, soa susceptibles [de ién a cual de cesién y sub. ‘nea argument: bésica de a ne ‘Supuestos singulares, cn in medida en que iculeres y espectfcos de Ia figura en conérefo + no susceptibles de tl generalizacicn, |

También podría gustarte