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Se da una inmersin fundamental con respecto a la tradicin: se desacraliza la figura del

ngel, siempre del lado de lo eterno, inmutable, perfecto; arrastrndolo al centro de la obra
de hecho, es el nico elemento que aparece dentro del marco, arrastrndolo con ello al
centro de la Historia.

En este espacio de lo mortal, de lo efmero, de lo transitorio, no hay sitio suficiente para lo


divino, una vez es arrastrado a este escenario de la inmanencia, se rompe con la totalidad, la
unidad, la continuidad. Ruptura, tambin del tiempo como algo no continuo y no lgico (a se
sigue de B).

Progreso: el concepto de futuro ha estallado a partir del momento en que no hay un sentido
fijo, una meta comn con la suficiente potencia como para guiar a los pueblos. Progreso aqu
como alejamiento del paraso ngel de la historia como ngel cado, pero ya no prncipe del
mundo, sino prncipe de los vencidos.

Historia como serie catastrfica de acontecimientos que acumula muertos y ruinas. Frente a
esto, la mirada del ngel se dirige al pasado como memoria de los vencidos, abriendo un nuevo
punto de vista distinto del de los vencedores, los cuales no miraran hacia atrs.

Se trata entonces de una concepcin de la Historia que sale del marco del materialismo histrico,
de la dinmica dialctica, de la salvacin por parte de Deus ex machina: lo divino presa del
devenir humano, apresado entre pasado y futuro.

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