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@ENTRO NACIONAL DE LAS ARTES PRESENTA Diplomado Semipresencial CNN ae PNP UTZN DELAS ARTES ENLA EDUCACION BASICA W@ ENTORNO!M = # Actividad & Materiales Wenger, E. (2001). Comunidad. En Autor. Comunidades de practica: aprendizaje, significado e identidad (pp.99-114). Barcelona: Paidés Este material es proporcionade al alumno con fines educativos, para la cticay la ivestigacién eespetando la reglamentacion en materia de derechos de autor (aticulos: 147, 148, 150 y 151 dela Ley Federal del Derecha de Autor. No tiene costo alguno, su uso indebido es responsabiidad del alumna Comunidades de practica Aprendizaje, significado e identidad Etienne Wenger nicion cogricon humano Paidés 2 Comunidad He argumentado que la negociacién de significado es el nivel de discurso en el que se debe comprender el concepto de «prictica». El segundo componen- te de este trabajo preliminar necesario es asociar la practica con la formacién de comunidades. Cuando asocio prictica y comunidad, no estoy diciendo que cual: ‘quier cosa que alguien pueda llamar «comunidad» esté definida por una prictica 6 tenga una prctica que sea especifica de ella, ni que todo lo que alguien pueda llamar prictica sea la propiedad definidora de una comunidad claramente espe- cificable. Por ejemplo, un barrio se puede Hamar «comunidad», pero normal- mente no es una comunidad de practica. Tocar escalas en el piano se suele llamar prictica —como en «la prictica conduce-a la perfecciém»— pero no define lo que yo lamaria una «comunidad de practica». En realidad, lo que digo es que asociar prictica y comunidad hace dos cosas: 1) produce una caracterizacién mas manejable del concepto de «prictica», sobre todo distinguiéndola de términos menos manejables como cultura, actividad o estructura; 2) define un tipo especial de comunidad: una comunidad de prictica. Como estos términos constitutivos se especifican mutuamente, la expresién ao munidad de préctica se debe ver como una unidad. En la primera parte, cuando ‘empleo los términos cornumidad o préctica por si solos, lo hago para abreviar, para hacer que el texto sea menos pesado, Sin embargo, en la segunda parte las cosas se complicarsin mais porque empezaré a hablar de otros tipos de comunidades. Para asociar prictica y comunidad, describiré tres dimensiones de la relacién ‘mediante la cual la practica se convierte en la fuente de coherencia de una comu nidad, como se resume en la figura 2.1: Fictura 2.1. Dimensiones de la préctica como propiedad de una comunidad. 1) un compromiso mutuo, 2) una empresa conjunta, 3) un repertorio compartido. Dedicaré la mayor parte de este capitulo a hablar de cada una de estas tres dimensiones de las comunidades de practica, diciendo qué son y qué no son y es- pecificando las caracteristicas que comportan y no comportan en relacién con la prictica y la comunidad Compromiso mutuo La primera caracteristica de la practica como fuente de coherencia de una comunidad es el compromiso mutuo de sus integrantes. La prctica no existe en abstracto. Existe porque hay personas que participan en acciones cuyo significa- do negocian mutuamente. En este sentido, la prictica no reside en libros ni en instrumentos, aunque puede suponer todo tipo de artefactos. No reside en una estructura previa, aunque no se inicia en un vacio hist6rico. La historia de la tra- ritacién de solicitudes empezé mucho antes de que aparecieran Ariel y sus cole- gas y, sin embargo, lo que hacen conjuntamente no es una simple aplicacién fja de un esquema histérico. La préctica reside en una comunidad de personas y en las relaciones de participacién mutua por medio de las cuales pueden hacer lo que hacen, En consecuencia, a afliacién a una comunidad de practica es una cuestién de compromiso mutuo. Eso es lo que define a la comunidad. Una comunidad de Comunidad | 101 priictica no es un simple conjunto de personas definido por alguna caracteristi- ca. No es sindnimo de grupo, equipo o red: * [a afiliacion a una comunidad de prictica no es simplemente una cuestién de categoria social, de lealtad, de afiliacién a una organizacién, de tener un titulo o de mantener relaciones personales con otras personas; * una comunidad de prictica no se define simplemente por quién conoce a quién 0 quién habla con quién en una red de relaciones interpersonales por las que fluye informacién;! * a proximidad geografica tampoco es suficiente para desatrollar una précti- ca, Naturalmente, el compromiso mutuo exige interaccién y la proximidad ‘scogrifica puede ayudar a ello, Pero los tramitadores de solicitudes no for: man una comunidad de prictica por trabajar en la misma oficina, La forman porque mantienen unas relaciones de participacién mutua muy densas que se organizan en torno a lo que han venido a hacer alli. Posibilitar el compromiso Todo lo que sea necesario para hacer posible el compromiso mutuo sera un componente esencial de cualquier practica. Por ejemplo, para los tramitadores de solicitudes, acudir a la oficina es un elemento importante de su practica. Lo mismo ocurre con la capacidad (y el permiso) para hablar e interaccionar duran tel trabajo.? Para una familia podria ser cenar juntos, salir los fines de semana hacer limpieza general los sabados. Dado el contexto correcto, hablar por teléfo- no, intercambiar correo electrénico 0 comunicarse por radio pueden formar parte de lo que hace posible el compromiso mutuo. Estar incluido en lo que tiene importancia es un requisito para participar cn la practica de una comunidad, de la misma manera que el compromiso es lo que define la afiliaci6n. Lo que hace falta para que una comunidad de précti- ca tenga la cohesién suficiente para funcionar puede ser muy sutil y delicado. Sin duda, para que los tramitadores de solicitudes trabajen juntos, es dificil distinguir entre el peso de un elemento concreto de informacién y el peso de la atmésfera de simpatia que crean o entre los comentarios sobre el trabajo y los -intercambios personales que se entretejen en sus conversaciones. Para ser un participante de pleno derecho, puede ser tan importante conocer y comprender 1. En este sentido, se relaciona con a idea de un nado de «vinculos fuertes» en la teoria de redes, aunque centrindose mas en la prictica que se crea durante el proceso y no tanto en la red de relaciones y en el flujo de informacién (Wellman y Berkowitz, 1988), 2. Aunque les sera téenicamente posible trabajar desde casa, encontrar nuevas formas de ‘ompromiso mutuo plantearia un gran desafio ala organizacién. 102 1 Practica cl itimo chisme que circule por ahi como conocer y comprender el iltimo me- morindum. El tipo de cohesién que transforma el compromiso mutuo en una comunidad de practica requiere trabajo. En consecuencia, la tarea de «mantener la comuni- dad» es una parte esencial de cualquier prctica. Sin embargo, puede ser mucho ‘menos visible que otros aspectos més instrumentales de esa practica. El result do es que es facil infravalorarla o pasarla totalmente por alto. En la vificta I vefa mos cémo Roberta ayudaba a los demas a hacer mis soportable la jornada laboral ofreciendo un suministro inagotable de chucherias. Su gencrosidad con- tribuia a construir la comunidad y a mantenerla viva. Pero no recibia ninguna paga extraordinaria por su incansable dedicacién, Aun en los casos en que hay mucho en comiin con los antecedentes respectivos de los participantes, la coor- dinacién especifica necesaria para colaborar exige una constante atencién, Diversidad y parcialidad Silo que hace que una comunidad de practica sea una comunidad es el com- promiso mutuo, entonces es un tipo de comunidad que no supone homogenei- dad. En efecto, lo que hace que el compromiso con la prictica sea posible y productivo es tanto una cuestién de diversidad como de homogeneidad. Por ejemplo, los tramitadores de solicitudes forman un grupo mal definido de per sonas reunidas mediante anuncios publicados en las secciones de ofertas de empleo de los periddicos. Muchos de ellos solicitaron el trabajo simplemente porque en el anuncio se decia que no hacia falta tener experiencia y que la em- presa ofreceria la formacién pertinente. Pricticamente nadie mencionaba un interés concreto en los seguros médicos como razén para estar alli. Algunos son mds j6venes y otros menos, algunos son conservadores y otros progresistas, al- unos son extrovertidos y otros introvertidos. Todos son distintos y tienen dife rentes aspiraciones y problemas personales. Por lo tanto, la tramitacién de sol citudes adquiere una importancia Gnica y distinta en la vida de cada individuo. ‘Aun asf, sus respuestas a los dilemas y las aspiraciones estn conectadas por las relaciones que crean mediante su compremiso mutuo. Trabajan juntos, se ven cada dia, se hablan constantemente, intercambian informacién y opiniones e in- fluyen muy directamente en su mutua comprensién de una manera rutinaria Lo que hace que surja una comunidad de practica a partir de esta mezcla de personas ¢s su compromiso mutuo en la tramitacién de solicitudes que llevan a cabo en Alinsu. Y no sélo ocurre que los tramitadores ya son diferentes para empezar, sino gue el hecho de trabajar juntos también crea tantas diferencias como similitudes. Se especializan, se hacen con una reputacién, causan problemas y se distinguen de los demés en la misma medida en que desarrollan mancras compartidas de Comunidad 1 103 cr las cosas, Veamos un ejemplo muy claro: es indudable que la superviso- ra jefe y la supervisora auxiliar del departamento son miembros de la comunidad de prictica (empezaron tramitando solicitudes y siguen participando mucho en los detalles de esta actividad), pero han adquirido un estatus muy diferente en cuanto al trabajo diario, la autoridad y las relaciones con la empresa. En térmi- rnos mas generales, cada participante de una comunidad de practica encuentra un lugar tinico y adquiere una identidad propia que se van integrando y de- finiendo cada vez mas por medio del compromiso en la prictica. Estas identida- des se entrelazan y se articulan mutuamente por medio del compromiso mutuo, pero no se funden entre si? Las relaciones mutuas de compromiso pueden producir por igual diferenciacién y homogeneizacién, En consecuencia, lo esen- cial es que la homogencidad no es un requisito ni un resultado del desarrollo de tuna comunidad de prictica El compromiso mutuo no sélo supone nuestra competencia, sino también la de los demis. Se basa en lo que hacemos y en lo que sabemos, ademas de en nuestra capacidad de relacionamos significativamente con lo que no hacemos y Jo que no sabemos, es decir, con las contribuciones y el conocimiento de los de- més. En este sentido, el compromiso mutuo es intrinsecamente parcial; sin em: bargo, en el contexto de una prictica compartida, esta parcialidad es tanto un recurso como una limitacién. Esto es evidente cuando los participantes desem- pehan roles distintos, como en un equipo de cirugia, donde el compromiso mu- tuo supone contribuciones complementarias. Pero también se aplica a los tra- mitadores de solicitudes cuyas formas de competencia se superponen en gran medida. Como pertenecen a una comunidad de prictica donde las personas se ayudan mutuamente, ¢s més importante saber c6mo dar y recibir ayuda que in- tentar saberlo todo. En los dos tipos de comunidades, desarrollar una prictica compattida de- pende del compromiso mutuo. Sin embargo, los dos tipos de comunidades tie- nen efectos diferentes porque sus pricticas estén formadas por distintas rela- ciones de parcialidad entre sus miembros. En realidad, suele ser atil pertenecer a las dos al mismo tiempo para lograr la sinergia de las dos formas de compro- miso. Por ejemplo, un especialista de un equipo formado por competencias complementarias normalmente también se beneficiara de pertenecer a una co- munidad de practica formada por compafieros que compartan su especiali- zacién, 3. Bn exe sentido, el vinculo de una comunidad de prictca es mucho més complejo que Jo que file Durkheim lama solidaridad mecinica, que se basa en lasmilitud y que, cone es Piri evolucionista de su época, asocia con formas de comunidad menos «evolucionadas» (Durkin, 1883) 104 | Préctica Relaciones mutuas El compromiso mutuo no supone homogeneidad, pero crea relaciones entre las personas, Cuando se mantiene, conecta a los participantes de maneras que pueden llegar a ser mas profundas que otras similitudes mas abstractas expresa- das en funcién de rasgos personales o categorias sociales. En este sentido, una comunidad de practica puede convertirse en un niicleo muy firme de relaciones interpersonales. ‘Como el té:mino «comunidad» suele ser muy positivo,t debo insistir en que estas interrelaciones surgen del compromiso con la préctica y no de una imagen idealizada de cémo debe ser una comunidad, En particular, no se presuponen las connotaciones de coexistencia pacifica, apoyo mutuo o lealtad interpersonal, aunque es evidente que se pueden dar en ciertos casos concretos. En consecuen- cia, la paz, la felicidad y Ia armonia no son propiedades necesarias de una comu: nidad de prictica. Sin duda existen muchas discrepancias, tensiones y conflictos entre los tramitadores de solicitudes. A pesar del notable éxito de la «cultura em- presarial> de afabilidad que caracteriza a Alinsu, sigue habiendo celos, chismes y camarillas La mayoria de las situaciones que suponen un compromiso interpersonal sos- tenido generan sus propias tensiones y conflitos. En algunas comunidades de prictica, el conflicto y la amargura pueden llegar a constituir la caracteristica fun- damental de una préctica compartida, como ocurre en algunas familias disfuncio nales, Una comunidad de préctica no es un remanso de paz ni una isla de intimi- dad aislada de las relaciones politcas y sociales. Los desacuerdos, los retos y Ja competencia pueden ser formas de participacién. Y como forma de participa- cin, la rebelion suele ser sefial de mayor compromiso que la conformidad pasiva. Por lo tanto, una préctica compartida conecta a los participantes de maneras, diversas y complejas. Las relaciones resultantes reflejan la plena complejidad de hhacer algo conjuntamente. No se puede reducir fécilmente a un solo principio como el poder, el placer, la competencia, la colaboracién, el deseo, las relaciones econémicas, las disposiciones utilitarias © el procesamiento de informacién En la vida real, las relaciones mutuas entre los participantes son meaclas comple- jas de poder y de dependencia, de placet y de dolor, de experiencia ¢ inex periencia, de éxitos y fracasos, de abundancias y carencias, de alianzas y oposi- ciones, de facilidad y esfuerzo, de autoritatismo y participacién, de resistencia y conformidad, de enfado y ternura, de atraccién y repulsién, de diversion y fasti- dio, de confianza y recelo, de amistad y de odio. Las comunidades de préctica tienen de todo, 4. Al definir comunidad, Raymond Williams (1976) afirma que es el tinico término del dis- ccuso social que siempre se emplea con connotaciones positivs. Comunidad | 105 Empresa conjunta La segunda caracteristica de la préctica como fuente de coherencia de una comunidad es la negociacién de una empresa conjunta. A continuacién presento tres observaciones sobre la empresa que mantiene unida a una comunidad de prictica 1) es el resultado de un proceso colectivo de negociacién que refleja toda la complejidad del compromiso mutuo; 2) Ia definen los participantes en el proceso mismo de emprenderla. Es su respuesta negociada a su situacién y, en consecuencia, les pertenece en un sentido muy profundo a pesar de todas las fuerzas ¢ influeneias-que esca- pen a su control; 3) no es una simple meta establecida, sino que crea entre los participantes unas relaciones de responsabilidad mutua que se convierten en una parte integral de la préctica. Una empresa negociada Las empresas que se reflejan en nuestras précticas son tan complejas como nosotros mismos. Incluyen los aspectos instrumentales, personales ¢ interperso- nales de nuestra vida. Por ejemplo, la prictica de los tramitadores de solicitudes refleja su intento de crear un contexto en el que seguir desempefiando su vida la- boral. Esto supone, entre otras cosas, ganar dinero, ser una persona adulta, do- minar la tramitaci6n de solicitudes, divertirse, sentirse bien, no ser ingenuo, ser agradable, combatir el fastidio, pensar en el futuro y mantener la posicién, Aun- que este trabajo no supone un estatus muy elevado, los tramitadores se esfuerzan por mantener un sentido de identidad personal con el que poder vivir. Para ello incorporan cuidadosamente a su préctica su sensacién de marginacién respecto ala institucién, cultivando un cinismo contenido y un distanciamiento controla- doen relacién con el trabajo y con la compaiiia, En consecuencia, su empresa no es sélo tramitar solicitudes segtin lo estipu- lado por Alinsu o por la supervisora del departamento. Naturalmente, la trami- tacién de solicitudes asi definida forma parte de su practica como componente ‘muy significativo. Se esfuerzan por ganar dinero satisfaciendo la exigencia de Alinsu de que se tramiten solicitudes. La supervisora es un simbolo de esa exi- gencia. Pero la empresa, tal como realmente la definen los tramitadores median- teu compromiso mutuo en la prictica, es mucho més compleja porque incluye toda la energia que dedican —dentro de las restricciones de su estricto contexto institucional y también a pesar de él— no sélo a posibilitar la tramitacién de so- licitudes en la préctica, sino también a hacer que el lugar sea mas habitable para 108 1 Préctica ellos mismos. Su pritica diaria, con su mezcla de sumisién y reafirmacién, es tuna respuesta compleja y negociada colectivamente a Jo que consideran que es su situacién. ‘Como el compromiso mutuo no exige homogeneidad, una empresa conjunta no supone acuerdo en un sentido simple. En realidad, en algunas comunidades la discrepancia se puede considerar una parte productiva de la empresa, La em- Desa no es conjunta en el sentido de que todos ereen lo mismo o estan de acuer- do en todo, sino en el sentido de que se negocia colectivamente. Decir que algu- nos tramitadores compatten una empresa no equivale simplemente a decir que comparten las mismas condiciones laborales, que tienen unos dilemas en comin ‘o que erean unas respuestas similares. Sus circunstancias y respuestas individua les varian de una persona a otra y de un dia a otro. Pero sus respuestas a sus condiciones —similares o no— estn interconectadas porque participan conjun tamente en la empresa de hacer que la tramiticaci6n de solicitudes sea una activi- dad real y levadera, Deben encontrar una manera de hacerlo conjuntamente € incluso vivir con sus diferencias y coordinar sus respectivas aspiraciones forma parte del proceso. La comprensién que tienen de su empresa y de sus efectos en su vida no tiene que ser uniforme para que sea un producto colectivo. Una empresa autéctona Las comunidades de préctica no son entidades independientes. Se desarro- Ilan en contextos mas amplios —histéricos, sociales, culrurales, institucionales— con unos recursos y unos limites concretos. Algunos de estos requisitos y Condi- ciones se expresan de una manera explicita. Otros son implicitos, pero no menos vinculantes que los anteriores. Sin embargo, incluso cuando la prictica de una comunidad esta profundamente conformada por condiciones que escapan al control de sus miembros, como ocurre siempre en varios sentidos, su realidad cotidiana sigue siendo creada por los participantes dentro de los recursos y las l- iitaciones de su situacién. Es su respuesta a sus condiciones y, en consecuencia, es sw empresa, El hecho de lamar la atencién sobre lavdefinicién que los mismos tramitado- res hacen de su empresa no significa negar lo siguiente: 1) su posicion dentro de un sistema més amplio: su trabajo forma parte de un gran sector comercial y es el resultado de un largo desarrollo histérico. No han inventado la tramitacién de solicitudes, ni tienen mucha influen- cia en su constitucién institucional; 2) la influencia omnipresente de la insttucion que los emplea: los intentos de Ja compatia de mantener el control sobre su prictica casi siempre tienen Gxito. La alargada sombra de Alinsu siempre estd presente. Incluso les si- Comunidad | 107 gue en su descanso para almorzar, cuando hablan de sus objetivos de pro- duccién y de sus niveles de calidad. ‘Aunque su prictica no trasciende ni transforma sus condiciones instituciona- les de una manera dristica, si que responde a estas condiciones de unas mane. ras que no estan determinadas por la institucién. Para hacer lo que se espera que hagan, los tramitadores crean una préctica con una inventiva que es exclusiva: mente suya. Esta inventiva también se aplica a lo que es probable que la compa- fia desee y no desee: * por un lado, los tramitadores inventan maneras locales de tramitar solici- tudes de una manera eficaz: por ejemplo, en la vifeta I, Ariel aprende de Nancy a encontrar categorias més o menos adecuadas para clasificar casos y poder avanzar con rapidez. El pragmatismo de su inventiva a veces me sorprendfa en mis ganas de principiante de hacerlo todo a coneiencia, pero tuve que admitir que, sin él, no se podia trabajar de una manera razonable; * por otro lado, y con la misma inventiva, idean maneras de eludir el control de Alinsu (por ejemplo, con el tratamiento de los errores de las solicitudes «Qo que se describe en la vifeta 1). También aprenden a crear un poco de espacio para ellos mismos. Aunque estén tramitando informacién o no de- jen de mirar el reloj,consiguen divertirse, sentirse desesperados, reirse del informe de un accidente, compartir el tedio, enfadarse con un cliente, pro- pagar rumores, discutir sus puntos de vista, disfrutar de un tentempié, es- tar orgullosos de su destreza, contarse historias, cavilar ante la duda, sen- tirse vivos. En resumen, las condiciones, los recursos y-las exigencias sélo conforman la practica cuando han sido negociadas por la comunidad. La empresa nunca esta totalmente determinada por una orden externa, una regla o un participante aisla do, Incluso cuando una comunidad de prictica surge en respuesta a un mandato externa, la prictica evoluciona hasta convertrse en la respuesta propia de la co- ‘munidad a ese mandato. E incluso cuando unos miembros tienen mas poder que otros, la practica también evoluciona hasta convertirse en una respuesta comuni- taria a esa situacién, Y, aun en los casos donde la respuesta es una estricta sumi- sign, su forma y su interpretacién en la prictica se debe ver como una creacién gelectiva y local de la comunidad. Como los miembros producen una prictica para ebordar lo que consideran que es su empresa, esa préctica, tal como la ap! can, pertenece a su comunidad en un sentido fundamental. Como antes, decir que las comunidades de préctica producen su propia prictica no equivale a decir que no puedan ser influenciadas, manipuladas, en- saiiadas, intimidadas, explotadas, debilitadas u obligadas a someterse y tampoco 108 | Préctica quiere decir que no se puedan inspiras, ayudar, apoyar, instrur,liberar 0 capaci: tar; pero s{ quiere decir que el poder —benévolo © malévolo— que las institu- ciones, las reglas o los individuos puedan tener sobre la prictica de una comuni- dad siempre est mediado por la produccién de la prictica por parte de la comunidad. Las fuerzas externas no tienen un poder directo sobre esta produc- cidn porque, a fin de cuentas (es decis, en la actividad mediante el compromiso ‘mutuo en la préctica), es la comunidad la que negocia su empresa. Un régimen de responsabilidad mutua La empresa de una comunidad de préctica no es una simple declaracién de objetivos. En realidad, el hecho de que anime a la comunidad no se debe bisi camente a su cosificacién. Negociar una empresa conjunta da origen a unas.te: laciones de responsabilidad mutua entre los. implicados. Estas relaciones de Fesponsebilidad incluyen lo que importa y lo que no, qué es importante y por qué, qué hacer y qué no hacer, a qué prestar atencién y a qué no, de qué hablar y de qué no, qué justficar y qué dar por descontado, qué mostrar y qué ocultas, cudndo unas acciones 0 unos artefactos son lo bastante buenos y cusindo se de- ben mejorar o refinar. He argumentado que, para los tramitadores de solicitudes, la responsabili- dad hacia su empresa no solo incluye la tramitacién de solicitudes, sino también ser afable, tratar la informacién y los recursos como algo que compartir y ser res- ponsable con los demés no complicindoles la vida, Por ejemplo, la responsabili- dad en relacién a lo que complica la vida a los demés es algo que se imponen uunos @ otr0s, a veces muy abiertamente, porque todos comprenden que hacerse ‘més soportable la vida laboral forma parte de su empresa conjunta. El hecho de que a veces se considere que estas relaciones de responsabilidad mutua han sido violadas no hace sino confirmar su influencia como ségimen comin? Este régimen comiin de responsabilidad mutua desempefia un papel funda- mental en la definicién de las circunstancias en las que, como comunidad y como individuos, los miembros se sienten comprometidos o no con lo que estan hacien- do y con lo que les ocurre a ellos mismos wocurte a su alrededor y bajo las cuales intentan o no comprender lo que ocurre y buscar nuevos significados. ‘Aunque algunos aspectos de la responsabilidad pueden estar cosificados —reglas, poiticas, normas, objetivoss- los que no lo estén no son menos impor- tantes, Ser bueno en algo supone désarrollar una sensibilidad especializada, un sentido estético y unas percepciones refinadas que aplicar a la hora de enjuiciar las cualidades de un producto o de una accién. El hecho de que esto se compar- 5. En realidad, en sus estudios clisicos de lacohesi6n social, Emile Durkheim considera el concepto mismo de «delito» como evidencia de solidaridad moral (Durkheim, 1893), Comunidad 1 109 taen una comunidad de priictica es lo que permite a los participantes negociar la idoneidad de lo que hacen* El ségimen de responsabilidad se convierte en una parte esencial de la pric- tica, El resultado es que puede ser algo dificil de expresar porque el hecho de que impregne la comunidad no se debe, bisicamente, a que haya sido cosifi- cado,’ ¥, aunque la empresa se cosifique en una afirmacién, la préctica evolu- cionaré hacia una interpretacién negociada de esa afirmacién. En realidad, la préctica incluye las maneras en que los participantes interpretan los aspectos co- sificados de la responsabilidad y los integran en formas vivas de participacién, La capacidad de distinguir entre las normas cosificadas y el compromiso com- petente en la préctica es un aspecto importante de convertirse en un miembro experimentado® Definir una empresa conjunta ¢s un proceso, no un acuerdo estatico, Produ- ce relaciones de responsabilidad que no son sélo limitaciones 0 normas fijas. Es- tas relaciones no se manifiestan como conformidad, sino como la capacidad de negociar acciones de una manera responsable para la empresa, El proceso entero es tan generativo como limitador. Hace avanzar la practica tanto como la contro- la, Una empresa engendra y dirige al mismo tiempo la energfa social. Estimula la accién y al mismo tiempo la concentra. Pone en juego nuestros impulsos y nues- tras emociones tanto como los controla. Invita el planteamiento de nuevas ideas y al mismo tiempo las ordena, Una empresa es un recurso de coordinacién, de ‘comprensién, de compromiso mutuo; desempeiia el mismo papel que el que de- sempefia el ritmo para la misica, 6. En su estudio de la fabricacién de lautas, el fil6sofo Scott Cook describe que los fabri cantes profesionales de flautas negocian la calidad de una pieza cuando pasa de mano en mano haciendo juicios que combinan citriostéenicos y estéticos. Cook argumenta que el desarrollo de esta responsabilidad compartids en relacién con su pricticaes lo que permite a estas em: press producir unas flautas que se tienen entre las mejores del mundo (Cook, 1982; Cook y Yanow, 1993). 7, Segiin el antropélogo David Moore (1954), a responsabilidad inherente a a préctica implice la capacidad de explicar lo que se hace. Pero esto destacarie demasiado lo cosifcado. La responsabilidad también tiene un aspecto participativo por el que determinar si una accién contribuye o no a una empresa no supone una explicacién clara de por qué es asi. 8, Un régimen de responsebilidad comunitario puede tener miltples estratos aunque se ‘comperta en toda su complejidad. En su estudio de las practicas de gestién empresarial, el socidlogo Robert Jackall (1988) destaca eémo una norma de racionalidad se mantiene como dlscurso dentro de una prictica de interés personal y de compettividad. La cuestin no es ‘que la racionalidad sea uns estratagema, sino que invocar estas normas al tiempo que se atienden los propios intereses refleja los complejos «laberintos morales» que los directivos tienen que sortear. En este contexto, los intereses personales y la competencia interna for ‘man parte de la empresa y, al mismo tiempo, son una parte de la empresa que se debe nega. De nuevo vemos que compartir un régimen de responsabilidad no equivale a una colabors- «in pacifica 110 | Préctica El ritmo no ¢s aleatorio, pero tampoco es una simple limitacién. Mis bien forma parte parte del dinamismo de la miisica, coordinando el proceso mismo por el que ésta llega a existir, Si se lo extrae de la accidn de tocar, se convierte cn algo fio, estérl y carente de sentido, pero al tocar hace que la miisica sea in terpretable, participativa y compartible. Es un recurso constitutivo inherente a la posibilidad misma de la miisica como experiencia compartida, Una empresa forma parte de la préctica de Ia misma manera que el ritmo forma parte de la misica. Repertorio compartido La tercera caracteristica de la préctica como fuente de coherencia para la co- ‘munidad es e! desarrollo de un repertorio compartido. Con el tiempo, la actua- ién conjunta encaminada a la consecucién de una empresa crea recursos para negociar significado. En la tramitacién de solicitudes, Jos términos médicos ad quieren un uso especifico, la altura de ciertos montones de papeles en las mesas indica el estado de las tramitaciones, la disposicién de los asientos refleja las re- laciones entre las personas y las reacciones de la direccién ante esas relaciones. La empresa de tramitar solicitudes es lo que da coherencia a la mezcla de activi- dades, relaciones y objetos implicados. Esta es la raz6n de que los formularios ‘que aparecen en el ordenador y las fotografias de perros que cuelgan de la pared puedan formar parte de la misma prictica. Esta es la razén de que aprobar una prueba de ortografia y disparar bolitas de papel por un canuto puedan formar parte de la misma prictica. Los elementos de un repertorio pueden ser muy he- terogéneos. No obtienen su coherencia por sf mismos, como actividades, simbo- los 0 artefactos concretos, sino por pertenecer a la prictica de una comunidad empeiiada en una empresa. El repertorio de una comunidad de préctica incluye rutinas, palabras, instru- mentos, maneras de hacer, relatos, gestos, simbolos, géneros,? acciones 0 con- ceptos que la comunidad ha producido o adoptado en el curso de su existencia y que han pasado a formar parte de su prictica. El repertorio combina aspectos cosificadores y de participacién. Incluye el discirso por el que los miembros de la comunidad crean afirmaciones significativas sobre el mundo, ademés de los estilos por medio de los cuales expresan sus formas de afiliacién y su identidad como miembros. 9. Scott Cook y John Seely Brown emplean la palabra género en este contexto para referit- se a cualquier cosa que se ala vez colectva ytécta (Cook y Brown, 1996). Aqui, yo me quedo ‘con el uso comiin para hacer referencia @ una clase de artefactos 0 aeciones similares en cuanto estilo y forma Comunidad 1111 Negociacién: historia y ambigdedad Denomino repertori al conjunto de recursos compartidos de una comunidad para destacat, por un lado, su canicter ensayado y, por otro, su disponibilidad para cl posterior compromiso en la prictica.” El repertorio de una préctica combi- na dos caracteristicas que le permiten convertirse en un recurso para la negocia- cin de significado: 1) refleja una historia de compromiso mutuo; 2) sigue siendo intrinsecamente ambiguo, Las historias de interpretacién crean puntos de referencia compartidos, pero no imponen significado. Cosas como palabras, artefactos, gestos y rutinas no sélo son titiles porque son reconocibles en su relacién con una historia de com- promiso mutuo, sino también porque se pueden aplicar a nuevas situaciones Esto se aplica por igual a elementos lingiisticos y no lingiisticos, a las palabras y 4 las sllas,a 1a manera de andar, a los formularios de solicitud o alas tisas."! To- ddos tienen unas interpretaciones bien establecidas que se pueden reutilizar para nuevos fines, independientemente de que estos fines simplemente prolonguen una trayectoria de interpretacién ya establecida o la hagan emprender diseccio- nes inesperadas El hecho de que las acciones y los artefactos tengan historias de interpreta- ign reconocibles no supone jinicamente, y ni siquiera bésicamente, una limita- 10. Normalmente, la nocién de repertorio se refiere ms a actuaciones que a artefactos, stunque esta distincidn noes especialmente pertinente para la negociacién de significado, Ello sro de igendo sempre es una ancien consecueni un sepetro inerpetado ws siempre incluye accesoros. 11, En muchas vers sia critica (Garnet, 1986; Holzkamp, 1983, 1987), se hace una distncin bis ‘entos ysimbolos. El argumento es que un instrumento mantiene una rlacidn mis directa con su uso que un simbolo porque el significado de primero se deriva desu forma y el del segundo se deciva dela convenciin, Por ejemplo, desde esa perspectiva, el sonido isco de una palabra ‘mantene una relacion mas o menos arbitraria con su sigoificado, mientras que la forma de un instrumento mantiene una rlacin nada abitratia con sus posiblesusos. (Vygotsky, 1934, llega a decir que una caracersticaditintiva de ls simbolos es que son reversibes y se pueden con ‘ertten instrumentos de autocontral para el usuario.) Con todo, ls instrumentos se pueden ‘emplear para fines distintos de los concebidos por sus creudores, Un manillo puede ser un buen Pisupapeles. Ades, los instrumentos (por ejemplo, un ordenador potente sobre nuestra mesa) ‘también pueden poseer un valor simbélico que va mis alli de su funein instrumental. En te. ‘minos més generale, la distincién entre instrumentoy simbolo no es fundamental para mi pro- sito en este libro porque los dos reciben significado mediante el mismo proceso de negoca- «én en unas citcunstancias especticas y dentro de contexto de unas prcicas concretas. Los dos presentan una mezcla de historia y de ambigtiedad, de partcipacin y de cosiicacién, es de la eoria de a actividad (Wertsch, 1981, 1985) y dela psicolo- re instr:

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