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SERIE CULTURA a Dirigda por Néstor Garcia Caneini ‘Sea vuelto necesario estudiar Ia cultura en nuevos teritorios. La indus- tralizaciony la globalizacion de los proceso clas, ademés de mo- flat el papel de los imelectualesy fos artists, provoea ques ntresen tantbén en ete campo los emprestios y los economists, los gestores de proyectos cultralesy los animadares dela comunicacin yt parcipa= ‘én social, La serie Coltras dar «conocer extdion sabe estos newos scenario, a como eafagues intersciplinarioe de las eas cise las ‘artes Taeratura la cultura popular, os conflicts fonterizos, 10s des fos clturaes del desarrollo y laciuladaa,Dazemos referencia est+ dios en espana y en ors lenguas que est enovando tanto e abajo de Jas discipinas sdediadas» ala cultura ~ntropologis, bistoriaycomni= ‘acén~come os campos dal conociminto que se sbren park exo ems tn lneconora la tecnologia Ta gestin socio Lins Reveanas Ensamblando cuturas soba detains Jran-PIoRRE WARNIER La mundialicacin def cultura Gronce Venice El recurso de a cultura Condes cotrn oa pba RosatiaWiNocuR Cludadanos mediéicos Scorn yao Teoria dela fromtera annie dein ple cal Gustavo Lins Rimsiko Postinperialismo Ctra plea no mado Geoncx Yooice yTony MiLtER Politics cultural ALEIANDRO GRINSON La nacién en su Knits Contraband xa en a Fromera Arrest asi Erne Bauiwan Violencias,idenidades yciviidad rua tr polis Revaro Onrtz Mundiliscin:saberesy MODERNISMO DESPUES DE LA POSMODERNIDAD Andreas Huyssen cei sa Psttoty 200 ces pen efi (engsetncm ps nina Poe as ni prota wg pi por aad ngs, fnoree Inroducciéns Modernism después de a posmodernidad . Parte Modernismo mis de as fronterae Geografias del moderismo « [nostalgia dels cums Gullermo Kuiees:pintor del epacio |. Esculura de la memoria de Doris Salcedo Perturbaciones de la vision en la moderidad vieness 5. Las miniatoras modernists instantdnaslterasias de ‘spacios urbanos Parte I Espacos de fa memoria 7. Usos y abusos del olvido 8. WG. Sebald yla guera aren. 9, Laszonas grits del recuerdor Austere, de W. G. Sebald 10. Didspora y nacion a migraién a otros pasados AL, Recuerdos gemelos las imagenes posteriores al 11S 12, La caitra de ls memoria en puato muerto: los monamentes| ‘sonmemoratives de Berlin y Nueva York 13, El jardin como cuina 5 a % 1 a1 us ag 161 re 205 1 GEOGRAFIAS DEL MODERNISNO! x memoria de Edward W, Sid La poografi del modernism cliico ests fandamenealmente determi= ada por nna serie de ciudades metropolitanas y por lo experimentos ‘las conmocionescultarales qe ella generacon: cl Peis de Bauidelai- {jel San Peersburgo de Dostoievski o Mandelstams Ia Viena de Sen berg, Freud y Witegenstein la Praga de Kata; el Dublin de Joyce; el Mi lin de lor futurist; el Londres de Wolf Dada en Zirich, Nnich 1 der blaue Reiter; el Bedlia de Brecht, Débliny la Baubsts; el Mosed, ‘de Treryakoy el Paris del cubismo y del surealsmo; el Manhatan de Dos Passos. Esta e, naturalment, la clisia lista europea continental «on unos cuanos reduets del mundo anglosajén, perono inclayel mo- derismo de Shanghsio del Sto Paslode a eéeada de 1920, el Buenos ‘Aires de Borges, el Caribe de Aim Cesare, el México de Frida Kahlo, Diego Rivera y Alfaro Siqueirs.Ignora las diversas maneras en que la sultura metropoltana fue traducida, apropiaday ereaivamente i dda en los patses colonizados y poscoloniales de Asia, Africa y América Latina, De mods sumamenteintercsanes, el moderniama straviest Jas calacasimpeals v postmpersls as colonials y las propias de Ja descolonzacion. Fue a menudo el encuentro de los artistas e inte= lectales colonials com a cultura iodernista dels mete polis o ae reafirmé su deseo de iberaciéne independenca. ¥ fue el zeipeoco, aunque asimétrico, encuentro del artista europea con el mundo colo- ‘ial To que aliment6 el gro en contra de ls eradiciones de la eulara burgusa. El ethos antagonista del modernismo europeo asunié asi :maties politicos may diferentes en a colonia, lo que a su vez puso de ‘manifesto la neesidad de estrategia literarias y figurativas en sinto- na con las experiencis y las subjetividades readas por la colonia idm. Las crisis dela subjtvidedy dela cepresenacion que est en el tmienro de nuevas recnologias como la fotografia, a inematogratia In radios inalmente, por ls proximidad de a revolecion polivea ye tétca, que tivo su fase ms intensa inmediatamente después de la Re wolucign de Oceabre. Durante estas décadas la meteOpoli era todavia, tna isla de modesnizaciéa en unas cultras nacionales dominadas poe lu vida tradicional rorl o pacblerins. Eo otras palabras, el modernism ‘europea como fenémeno general rene que stuarse en el umbral de un ‘mundo todavia no completamente madernizado en el que lo nuevo ¥ Jo vio toparon volentamente provocando las chispas de esta asom- rosa erupcin de creatvidad que s6lo mucho mis tarde legé a ser conecda como «modernism. Sia transici6n es la condicién de po ‘iblidad del surgimionto del modernismo en Europa, se siguen de elo dos observaciones: la tansicin hacia ua mundo més modernizado ‘también caracterizé, aunque de un modo diferente, avid en la clo ia, yseconviri6 en uno de los topos cenrales que vigorizarony or- ganizaron los procesos de la posclonialidad después de la Segunda Gaerrs Mundial. Sin embsrgo, el modernismo posterior a 1945 en Is cultus de la Gueera Fela del Adlntico Norte oper6 en unas soci dades de consumo ya totalmente moderaizadas, perdiendo buena parte de su anterior mordient. De hecho, no puede hablarse de mo- Aernismo como cultura adversaria (Lionel Tiling) sia inroducie el ‘concepto de modernidades altemacives las que los modernismos miliples y sus diferentes erayectorias siguen ligados de formas uy compleas. 0 En las décadss que siguieron al momento culminante dela euforia del posmoderismo norteamericano de mediades de los aflos ochenta, Asstimos al sorprendente resurgimiento en el mbito de las ciencias Sociales y de las humanidades de un nuevo debate sobre la moderni- dad, Loque en un momento dado pareci haber sido relegado al cuar- tw trastera de los archivos académicns ha vuelto con mas enerpi. Le- jas de condenar este retonno coma si feera une represin, coma hase Fredric Jameson, yo To veo como wna bocanada de are fresco due atcaviesa el campo de Iss clencias humanas y sociales, despejando las ibramas de lo posmoderso.? Durante demasiado tempo se ha impucs to una concepeiin posmodema y unidimensional dela modernidad ilustrada como pecado original de Occidente. Dejac ats estos puntos ide vista reductionist no equvale a regresar a cierto tinal de a modernizacon. Sin perder de vista el aspecto problemcico de smodetidad> como un sunietal del Alindeo Nott, como la ha de ‘nominado Miche-Relph Troullot, eambién hemos de tener en cuenta ‘gue el rerorno dscutsivo de la moderidad capea algo en la dislécicn dela globalizacin cuya aporética mezcia de desteuecion y reacion, ‘ue tanto reeverda a Ia movermidad de a épocaclisiea del impero, se tha vuelto ineluso mds palpable durante estos sltimos as. "Ni entonees ni ahora la modernidad ba sido algo dnica. Asi, es e- pecialmente [a nueva aacrativa de las modemidades akernativas el como se dscate en el Ambito de a antropologi y de los estudiospos- coloniales lo que nos hace mica aris, hacia Is varidades del moder nismo anteriormeate exclidas del canon euroamericano como deti- ‘vativaseimitatvasy, en consecuencia, como intuténies, El cambio de pesspectiva es tanto més apropiado cuanto que hemor legado a ‘comprender el eolonialismo ya eonquista coma la condicin misma de posibilidad de la modernidad y del modemnisma esttco, Un buen «ejemplo de ello esl fassinacin por el primiivsm en ls artes visua- les el gusto por lo premodema y lo primitiv, lo mica y lo acaico {en esrtores moderistas como Benn y Jinge, lit, Pound o Bataille, Fue en el modernismo cisico donde se artculs por vex primers la co- nexién constitutva enue lo modema y lo no-modema,« menudo en unos términos asmilatvos pero nunca sin dejar de implica una erit- ‘2 fundamental de a ivilizacion burguesay des idelogia del pro- ‘res0. Obviameat, el nuevo interés surgido en el siglo XX por los = pacios de modernidad scuados fuera del Transadntico Nort forma parce del debate sobre la globalizacion, especialmente para quien est inceresado en la genealogia de lo global, que no ha surgido de wn ‘modo viginal de la eabesa del capitalsma del perioda posterior ala Guerea Fa El verdadero tema en este nuevo debate etic sabre la modern dad ya noes su oposicion a a posmodemidad, aunque esta dualidad inevitablemente reduccionsta est implicieaen buena parte del roda- ia popular pensamientoantimodernidad surgido del postestructura- lism y de una concepeiénestecha del enfoque poscolonia* El tema ‘emis bien lo que Arjun Appadurai ha identificado como smoderai- dad en generale y lo que otros han descrito como «moderidades l- temativass.' Como ha esrito Dilip Gaonkar: «La modernidad) no hi egado de repere sino lentament, poco a poco, en una longue de rée despetada por el contacto; tansportada por el comercio; adminis teada por los imperos yllevand la marca dela issripciones colo ales: peopusada por el aacionalismo y actualmente cada vez mis slrigida por fos medios de comenicacion giobales, la emigraciony el ‘pita En efecto, el enfoque caltico en las modernidadesaltrnati- vas, con sus historias profandas y sus consingencias locales, parece ‘ofrecer hoy una mejor aproximaciéa gue la nocinimpuesta de, pot cjemplo, el posmodernismo en Asia o en América Latina. También nos permite critica las actualesreorias dela globalizacién en las cencias Sociales, que con su modelizacion educcionisay su falts de profandi- ad histérica a menudo hacen poco més que reciclar la teoci de la ‘modernizacin previamente generada en Extados Unidos durante los ‘ios de la Guerra Fria. Aunque Occidente sigue siendo el mayor cen- tetris vee (27 tro de poser y de itercamibio de informacién entre las modernidades ‘detodo el mundo, como dice Gaoakas, no constiuye el nico modelo de desarolio cultural, como parecen eter los te6rcos tanto ciberutOpi ‘os como disedpicos de a macdonaldizacin. Especalmente el cuento de as dos modernidades, la buena yla mala, parece hoy ser muy espe tifice tanto aexcala local como temporal. Paes la expicacgn habinial del modernismoesitico y del vanguardismo europeo como una cult a progresiva y de oposicién dirgia contra la modernidad social y cconémica de la sociedad barguesa no puede apliars fcilmente fue- ‘mde Eucops, Basta pensar en el «Shanghsi movie» dela década de 1930 como el gar de emergencia del comnismo chino, o en la ex- ‘losin del modernism en Brasil en ls décadas de 1920 y 1930 y en ‘st instramentalizacion por pare de us proyecio nacional protofaseis- ta, para darsecueata de que el modelo europeo de una fuerte oposi- cin entre a me Sernidad socioecomémicay el madernismo eteico 20 puede extrapeuarse sin mis 2 otros contexts m Elimerés por una vision ms general de las geografia del modemis- ‘mo solamente ha sucgida despots del colapeo del socialism y del fra~ caso dela descolonizacin. Clarament, las cuestionesplanteadas en Jos estudio poscolonales y en la historia cultural son pertinentes paca sta investigacién, El debate sobre la globalizacion ofrece al prisma 3 través del cual podemos evaluae los modernimos altemativos yt ‘complejaincrustaion en Ins formas colonialesy porcoloniales de In ‘modernizacion citural y social. Pero la globalizacin planea retos tedricos y précticos a los extudos sobre el modernisma que ain no han sido completamente reconecidos. Yo que es ain mis significa vo, tambien representa un cero importance alas diversas nociones tra- Aicionales yacsules dela propia els Hasta ahora, los proeesos de la globalizacion como ditintos de otros fenémenos anteriores histéreamente comparables con elles, como la inernacionalizaién, la constuccién de imperios ola colon. ac se han estudiadofundamentalmente desde el punto de vista de [a economia mercado financiros, comerco, corporaciones muting ‘ionales), dela tecnologia de la informacion (elevisién, informatica, Ineznet de la polite declve del Estado-nacén, sociedad civil sre imiento de las ONG), Las dimensiones ealtrales de la globalizacién ¥¥ su zlacién con Ia historia de ls modernidad en sa conjunto sigue 28 mma vs ce rorone sin ser muy bien entendidas, a menudo por la simple razon de que la Cultura steals 0 «autéricas (especialmente cuando se enmarca eo un Context antropolégico 0 posherderiano es vista como aquello que es Subjedvamente compattido por sna comunided determinada y, por Consiguiens, como algo locsl, mientras que solamente los procesos ‘conomicos ye! cambio eenol6gico son pecibidos como algo univer Saly elobal. En este sentido lo local se opone a lo global como la fudntica tradicion cltural, mientras que lo global funciona como “progresos, e deci como una fuerza que favorece la aienacin, la Abminaciony la disolucin Este dualisio globaVocal, sin embargo, ts tan homogensizador como la supaesta homogeneizacincaleral de fo global a ls que se opone, Va clarament ala 2aza dela comprensin tmansnacional de las modesnas préticas culturales que ya habia sido Slcanzade por algunos segments del movimiento moderno. Mis que ‘frecer una nueva perepeciva dela cltara contempordne, meramen te recla un viejo modelo socologico para analizar Ia modernidad {tracicion oealtara aucdctona versus moderidad, Gemeinschaftver- Sis Gesellechaft es) sin Tevar a cabo reflexion alguna acerca de {mo los procesos de modernizacin y globalizacion del pasado siglo hhan convertida en obsolet este modelo del siglo xx. Tada que quiero defender aqu‘es que buena pare de la invesi= tacién sobre ef modernism en el mundo académico y en los museos fccidentales sigue centada en lo local. A pesar del tan cacareada in emacionalismo de lo moder, Ia eseractara misma dels dsciplinas eadémicas, se comparsimenteion en departamentos universitarios de literaturas nacional, y sos inhercaemente desigualesrlaciones de poder siguenimpidiéndonos reconoezt lo que podriamosllamae m0 ‘Renismo ex general x deci as formas cultaraes tansnacionales que femergen de la negeciaciin de lo moderno con To autéctono, 10 :o- Tonialy lo poscolonal en cf mundo ao occidental" Bs certo que el, anon ha sido ampiado estos Ukimos aos, por ejemplo incluyendo fendmenos como la vanguardia antropotigica brasleia o el moder smo caribefo, pero los procesos de traduccion las migraciones Ishacionalsy ss efectos sigvenextandoinsuficientementeteoiza- tiasy son estudiedos principalmene en el marco de as espeiaizacio nes locals, ‘mi me parece que tadavia no disponemos de un modelo viable 4c estudios eomparativosexpaz de ir mis alld dels enfoquestradico ‘ales que ai parten dels culturas nacionaes como unidades a com- parary que raramente prestan atencion als flujosiregulares deta Alocidn,teanemision y apeopiacon, Michel-Rolph Trouillotsostiene aque la modernidad es etructuralmente plural: «Requiere una alter- {Moan ceferenseexcerge asf mismo, un pre-moderno oun no-modet- no con telacion al cual lo moderno adguiera su pleno sigifieado»? “Trouillo postula dos geogefiasimerconectadasy sin embargo dife- ees: una peografa dl imagnacign ya geogatia de a pest, dos srograflas que producea Jo que lama so por otra parte moderno». $Fimothy Mitchel, asa ver, sstiene gue la modernidad occidental se ha considerado siempre a sf misma como una fase de la historia y ‘como un marco para la hisrriogealia sobre el fondo de lo temporal ene y geogriicamente no-modesno." Tanto el argumento estruets- fal de Troulloe como el argumento histérco de Mitchel se apican on idénica fuerza al modernismo, Los modernismos de lo geogri- amente sno-modennon ban sido pesados por alto excepto, por su- poesto, cuando lo «no-nodemno» dela esculura africana tradicional D sprimitivas, por ejemplo, era simplemente apropiado para demos- {tar la universlidad de lo moderto como forma, El Trocadero de Baris Yel MOMA de Nueva York son dos de los lugares mis sincomiticos {onde se a producido esta polgmica apropiacib.!" Conocemos mi ‘cho menos la geografia dela imaginaciomenel mundo no-occidentl y fu negociacion tansformativa con lo moderno de la mecrépol- wv El dchate soe la modernidad y el modernismo est estrechamente re Tacionad con la nocién, may disutda vltimamente, de literatura ‘mundial® Como stuviran gin iota automstico, estas discusiones ‘ipidamente se orintan hacia Ia verra promerida de la «Welter furs de Goethe, una nocién que el poct alemin artcul6 por vex pr mnera en 1827 en una convertacia con Eckermann. Creo que debe mmo cesiimos a wna apropiacién tan fécil de Goethe, aungue no implements sobre la base del argomeno retrospective de su eurocer= fama, El concepto goetheano de «Weitlteratur», con sis matic Dpropios del cosmopoitism del siglo XV, fue él mismo posible gr Gara un importante proyecto nacional de raduecidn y apropiacion tne seno del Romanticism slemin.” Paraddjiament, el proyeco ominico de apropiacion y traduccion a ale dio logar ala nacibn foetheana de «Weltitestur», que al mismo tempo se proponta con trarrestar La ereciene nacionalizacin de la literatura y de a cultura {gue ibaa dominar el igo xt y que desde entonces se a vuelto inst ‘icionalmente angulosads, Durante la époea posromantca de scons tevccién dela mac, ls propuesta de Goethe, abviamente, no tuvo dex Inasiado éxito, Es dudoso que el ctualcompromiso popular con una Tteratura globel en cierto modo posnacional vaya a tener mis noto- Fiedad ‘No obstante, el concepto de «Weltiterature ha seguido siendo san piedra de toque en muchas discusiones, especialmente en el émbi= to dela teratuea comparads, aunque hasta hace muy poco esta disei> plina ha permanecido tranquilamente centrada en una triada de len- uaiesyIeracuras europeas (ingles, faneés, alemsn, con el afiadido ‘de anos cuantos maestros de otros contextos aacionaes. De mayor impoctancia que esta imitacion geogetica, que al fin yal eabo podria corregite, es una limitacion tebrica. La proclamaciéa de la literatura tlobal como una forma nueva y ampliada de la + Weltiveratur> goe- theana pasa por alto hecho de que la literatura como medio de pro- dlucion cultural ya no ocupa el Ingarprivilegiedo que ocupaba en la Epoca de Goethe, ‘Por consigient, hoy hemos de planter Ia cuesin en un rexitro feces, sobre todo debido a los dsarrollos habidos ene campo del propio modernismo, coma el sirgimiento de nuevos medios de com Frcecién y cont la empliacin de a elevada nocion caltual de litera Tidade a fa nocibn ae inclusiva de stextualidads. Lo que Adoxno, en clensayo trio «Kunst und die Kites, describe como wn Verfan- Langeprocese a gran excl el dshlachamiento dela expecifcidad de fos medios azistcosysus miliples efectos de tansversliad, ha cam- biado para siempre la naturalezay la funcién de a lterarara.* La ite- satura como medio ya no ccupa el lugar central que oewpaba en la for macién de las idenidades y de las cultras nacionales, y por ello deberiamos teformulae la pregunta de Goethe del siguiente moder zEs posible que exista algo asi como una «Weltkuirs, ana cultura mun- filo global? Ys loes, como hemos de concepeualzara y hacer js tila sus vasantes locale, nacionals y sobve todo wansnacionales Evidentemtent, on materissculturales, lo global estara siempre ‘madilado por fo lca, y nada mis ojos de las intenciones de Goethe ‘due esta especie de literatura mundial homogeneizada conta la que auverta Erich Auerbach en un influjente ensayo de 1952, raducilo por vez primera al inglés por Edward Said y Maire Janus a finales de In década de los afcs sesenta." Es fil estar de acuerdo en que n0 puede existr una culuta puramence global totalmente separada de as fradiciones loales, Nitampeco que pueda exstr una cultura pura Ineate local asada de los efectos de lo global. La metzopoi nacional ‘de hace leno y pico de alos era ya un lugar apto para gue reprodu- jeran estos encuentro transnacionales y su espectacular mis-en-scine cn as Frias de muestas en las exposiciones universales. Pero 2qué formas cultural pueden etguetarse hoy de lobales, Smo esti de- terminadas por las fueraas del meteado, por les prictcas de trade ‘én y por los medios de comunicacion, yeémo cireulan nacional y transnacionalmente?:Qué tenia el modernism de global, si es que te- ia algo? Es posible imaginar pricticas cultuales que sean de algin ‘odo glabales pero que no cicolenglobalmente? 2Es la nocién de lo ‘glocal, un concepto acufiado por Ronald Robersoa, algo mis que ‘unl cliché para referee a la obvia mezcolanza que se da entre lo slobaly lo loal?™ A mi me parece que el actual debate presta poca ltenciGn a Ins miles capasy jerarqoias exstentes en el send del ineercambio cultural wansnacional. Acasosglocal» noes un término demasiado global para referee alos procesos de mezcolanzacaltaral, ' las apropiaiones ya la citaseimitacionesreciprocas? Fspecialmen- te si consideramos gue demasiado a menudo se entiende por itera ‘global principalmence na lteraturaesria en inglés y destinada 3 tun mercado mandiale, Es precsemente aqui donde el hecho de po- ner el foco en ls modemismos alternativos podria apoyar una mayor ‘oportunidad histérie ¥ un mayor rigor wéeco ala discus. v CClaamente, la globalzacién proporciona hoy el horizonte para una nueva iavesigacion sobre los movlernismos compsratives, pero eam big plantea una serie de problemas priticos y metodegcos fosmi- ables, La tarea es hacer Ia transicin desde fas a menudo anodinas ‘onsderaciones de lo global que Jo ven o bien como un espectco ame nazador o bien como una mano invisible benlica, hasta el estudio de Jas geneslogis clturales de lengua, medio e imagen en las transfor rmaciones qe sufren bajo la peesin de los procesos de inercambio ‘ransnacionlts. En este contexto, el hecho de aplicar el foco en las ‘evgrafiae modernisas me sugire una segunda imagen, més abstr ty de la organizacion espacial, muy diferente de la primera nds lie- rai, pero fandamenral para rai argumento sobre los vinculossublimi- nals existentes hoy entre el moderismoy Ia globalizacion El espacio cultural ocupada por el modernise exaba dvidido en uu nivel superior y un nivel inferior, una cultura de dey una emer fente cultura de masts cada Yer mis comercializads. El modernismo fae, en un sentido amplio, un ineeno de irgir el radicional postula- docropeo dea ata xtra contra l propia rain, y cea ina Sie cataracts neva que abrse ozone wtpics de 245 So soc y polio, esd a decada de 1980 sea avanzado ma- SRE elena de cm low atts modernists yvanguandisas stesparom de ls formas y tos contenidos dela cultura popula y de sls elabordndsow en propo inter, Hala a dada de 1920, se chara esa vanguard, por un indy os eves medios 4SShmuncacin y I wenolgi, pore or, bo felso opas Stctendeun upo de curs de asas altermativo capaz de ci {Circe del copa (Breht, Benin Tetyakow) y que SSqE Gur sr pela de un nucvo mando, Dad I ier de as Tic de los imaginatissceea de fauro, nies y después del Baus Coerr, patron ser utopias modems en Is derecho, em Tenguisda yen cer eral Peo las dfrencias edraueas ex ticity af culture petanederonen genera za inamovibles om ls propas visions soils, “Gum qe exe modelo de aka y bai elu, que po ce sone ne rons do preatrnes OS pt ioe Shuts carats porl posmodemismenoemericans, a {oteviasvir de pueaigns pare analiza lov odenismos ake Scvos yas elt slobtzadoas, La cvs atfajo debea ‘Sldectse al como una forma de eee aun conan mucho en fiero especial sobre eraturs mala! de la seita Modern Philogy (nay de 2003) y Chestopher Prendergast e), Debating World Litorseare, Landes, Verse, 2004, 13. 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UA NOSTALGIA DE LAS RUINAS® Fl diccionario Webster define snostalgis como homesickness 0 lon ging for far away or long ago, La palabra esti compuesta por nastos ‘hogar y alga (péedida, deseo}, El significado primari dela palabra ‘eonte la ireversblidad del tempor algo en el pasado que ya no se puede aleanzar. Desde el siglo =v europeo, con la emergencia de un ue sentido de la temporalidad, caracterizado cada vex més por la raclealasimecra de pasado, presente ¥faruro, la nostalgia como de~ seo de un pasido perdido se ha tansiormado en un mal modern0.) Este senvido predomiaantemente nezaivo de la nostalgia en la modes~ nidad tiene una explicacon: la nostalgia se opanea las nociones linea- Jes de progres y las corre, tanto las que zesponden a la dialéctica de Ia floofia de la historia como la modemizacién socal econémica. El deseo nortigico por el pasado es, siempre, desco de owo lugat Por ‘io le noragia puede ser una especie de uropa invertida. En el deseo nostlgica se unen la temporilidad y la espacialidad. La ruina argui- tecténica despierta Is nostalgia porque combina de modo indisoluble los deseosremporals yexpacales por el pasado. Por eso la euina fue 1Ysigu siendo tn impulse poderoso dela nostalgia El culto de as ruinas acompan, de una u otra forma, ala modet- sidad oosidentalenolas que se sucedicron desde e siglo XVI. Pero en fos limos quince afioe una extafia obsesibn hacia las ruinas se ha de strrollado sobre todo en paieseuropeos, como parte de un discurso iis extenso abe la memoria yel trauma, el genocidioy la guerra. ‘ME hipstesis esque ea obssién cia las euinas encube a nostalgia ‘or una etapa emprana de Ia modernidad, cuando todavia no se ha- bia desvanceida a posbilidad de imaginar ouos Fraros. Est en jue {go una nostalgia por una modemidad que, después de las eatistoies + Trade yor Beanie Susi. 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