GERARD GENETIE
ARTE Y SOCIEDAD 3
ESTRUCTURALISMO
Y
CRITICA LITERARIA
Editorial
UNIVERSITARIA
de Cérdoba28 GERARD GENETTE
Habla— por medio de los libros y parafrasearemos
nuvamente o, LéviStrauss diciendo que, “sin lograr
totalmente su proyecto, [el eritico] pone siempre algo
‘de € mismo”.
En este sentido se pitede considerar a la eritica
‘wtoraria como una “actividad estructuralista” (6) ;
‘pero sélo ee trata, como bien se ve, de un estructa-
valismo implicito y no reflexivo. La cuestién plantea-
a por la orientacién actuil de ciencias humanas
‘como la lingiiistica 0 la antropologia, es saber si la
critica no esté amads a organizer explicitamente
‘su vocacién estructuralista en método estructural.
Aqui sélo se pretende preciser el centido y la pers-
ppectiva de tal cuestibn, indicando las principales vias
mediante las cuales el estructuralismo se enfrenta con
al objeto de Je critica literaria y puede presentarse
ante &ta como un procedimiento fecundo,
EI lenguaje literario-
Teniendo en cuente que la literatura es en prin-
cipio obra de lenguaje y'que ol estructuralisao es,
por su lado, un métado lingiistico por excelencia, ef
encuentro més factible deberia realizarse en el terreno
del material Lingtifstico, Sonidos, formas, palabras y
frases constituyen el objeto comiin del Tingiiista.y
del fildlogo, tal punto que fue posible, en los pri-
meros inomentos del movimiento formalista ruso, de-
finir @ le Iteratwra como un simple dialecto y en-
carar su estudio como'un anexo de la dialectologia
general®, Y precisarente el formalismo ruso, al que
5B, Tomachevsky, “La nouvelle école d'histoire
linéraire en Russie”, Revue des Eudes Slaves, 1928,
p. 281, Sobre cl-formelismo ruso en general, ef. V,
Etlich, Russian Formalism, La Haya, Mouton, 1955.
Una antologie de textos formalisias rusos he sido
publicada en 1965 por Edit. du Seuil (coleccién “Tet
Qiel”) bajo el cuidado do'T. Todorov: Théorie de le
Euérawure, Paris, 1965.30 GERARD GENETTE
s@ considera con todo derecho como una de las ma-
trices de In lingiistica estructural, en sus origenes
no fue otra cosa que el encuentro de eriticos y line
glistas en el terreno del Lenguaje postico (7). Esta
‘asimilacin de la literatura a un dielecto provoca
objeciones demasiado evidentes como para ser toma-
da literalmente. Si la literature fuera un dialecto, se
‘ataria de un dialecto translingiistico, que provoca-
ria en todas las lenguas un cierto niimero de trans-
formaciones, diferentes en cuanto a sus procedimien-
tos pero anélogas en lo que respecta # su funcién,
tal como Tas diferentes jergas parasitan de manera
diversa de las distintas Iengues pero se asemejen por
su funcién parasitaria. Nada semejante puede arries-
garse sobre el tema de los dislectos, y sobre todo,
Ja diferencia que separa Ia “longue literaria” del len-
‘guaje comin reside menos en los medios que en los
fines. Excepcién hecha de algumas inflexiones, el
escritor utiliza la misma lengua que los otros usuarios,
pero ao la utiliza de la misma manera ni con la mis-
ma folencién: material idéntico, funcién dislocada,
Y¥ eeis status es, exactamente, inverso al del dialecto.
Comc/otros excesos del formalismo éste, ein embargo,
tendria un efecto catartico: al olvido del contenido,
la reducctén provisoria del “ser literario” de In li
teratura‘, a su ser lingiistico, tban permitir re-
visar algunas viejas evidencias condzrnientes a la
4 SE] objeto del estudio Titerario no és Ia lite:
ralura en su totalidad, sino su literaturided (litera.
turnast), es decir, aquello que huse de ui eiorily an
bre lteraria™. Esta frse eseita ‘por Takobwon et
1921 fue una de Tes consignas del formalismo ruso.
ESTRUCTURALISWO ¥ cRirica LITERARIA 31
“verdad” del discurso literario y estudiar més de eer.
ca el sistema de sus convenciones. Durante demasiado
Niempo se habia mirado @ Ja literatura como un’ men-
saje sin cédigo como para que se tornara necesario
mirarla un instante como un cédigo sin’ mensaje,
EL método estructural rompe'el cascarén forma-
lista en el momento preciso en que se vuelve a en-
contrar el mensaje bajo'el eédigo, o mejor ain, en
€l cédigo, como impueste por la estructura del eédigo
¥ 0 ya presupuesto por rutinas ideolégicas, Este
momento no podia tardar mucho®, pues la existencia
del signo, en todes los niveles, reposa sobre el enlace
de Ia forma y del sentido. Asf es como Romen Ja-
Kobson, en sz estudio dé'1923 sobre el verso checo,
descabri
ima relacién entre el valor prosédico de un
rasgo {nico y su valor significante, tendiendo cada
Jengua a der mayor importancia prosédica al sistema
de oposiciones mas pertinentes sobre el plano semnti-
co (diferencia de intensidad en ruso, de duraciéa en
riego, de sltura en servocroata). Este pasaje de lo
fonético a lo fonemético, cs decit,
: de la pura sustan-
cara a las primeras inspiraciones forma.
Tistas, a la organizacién de esa sustancia en sistema
significante (0 por lo menos, epto para Ia significa-
ein) no interesa sélo al-estudio de la métrica ya
que ha de verse en él, y con justos titulos, una an-
ticipacién del métedo fonolégico. Representa bastante
bien Jo que puede sor el eporte del estructuralisino
al conjunto de los estudios de morfologia literaria:
8 “En mitologia. como eu lingifstica, el anilisis
formal plantea inmediatamente la cuestion sentido”,
LevisStrauss, Anthropologie structurale, p, 266,
i32 GERARD GENETTE
poétjca, estilistica y composicién. Entre el formlis-
‘mo piro, que reduce las “formas” literarias a un
taaterial sonoro finalmente informe puesto que es no
significante®, y el realismo clésico, que concede # cada
forma un “valor expresivo” auténome y sustancial,
el andlisis estiuétural debe permitir establecer la xe-
Icién que existe entre un sistema de formas y un
Sistema de sentidos, sustituyendo término por térmi-
no la‘bisqueda de las analogias por Ie de Tas homo-
logis globales (8).
Jn’ ejemplo: simple servird probablemente para
precisar Ins ideas sobre este punto. Uno de los rom-
pevabezas tradiéionales do Ia teoria de la exprosivi-
dad es I cuestién del “color” de las vocales, cuestién
iie se puso de moda a partir del soneto de Rimbaud.
los partidarios de la expresividad fénica, como Jes-
pérsen o Grammont, se esfueizan en atribuir a cada
fonema un valor sugestivo propio, que habia impues-
to en todas lis lenguas la composicién de ciertas pa-
labrés, “Otros han demostrado la fragilidad de estas
hipdtesis™ y particularmente, en lo que concierne al
color de las ‘vocales, los cuadios comparatives que
proporciona Etiemble® ponen de manifiesto de me-
* Cf en paola Is ertenrelzds por Eichen-
baum, Jakobson y Tinianov de los métodos de mé-
soncridades de un poema como si estuviera escrito
én'YinaTengua totalmente desconoeida. Cf, su critica
resumida eh Erlich, p: 187:
1 Una sintesis de estas criticos puedo verse en
P. Delhouille, Poésie et Sonorités, Paris, Les Belles
Lettres, 1961.
8'Le Mythe de Rimbaud, 11, pp. 81-104.
ESTRUCTURALISMO ¥ critica LITRRARIA 33
sera que no admite.réplice alguna, que los partidasios
de la audicién coloreada no se ponen de acuerdo so-
bre ninguna, atibuciéa'. Sus adversarios: coneluyen
obviamente que In-audiciSn voloreada es un aito,
en cuanto hecho natural nada mas que un mito.- Sin.
embargo, la discordancia de les cuadros-individuales
no invalida Ie autenticidad de. cada’ unov-de ellos y
cl cstructuralismo puede:adelantar aqui un-comente-
rio que tenga en cuenta a la vez lo arbitrario-de cada
relacién vecalcolor y: el sentimiento tau comin de
vn cromstismo vocélico: Es cierto que ninguna vocal
evoca natural y aisladamente un eolor,-pero también
fs cierto que la distribucién de los colores ea el es
Pectro (que es, por otra parte, como To han. demos:
trado Gelg y Goldstein, tanto un hecho de lengusje
como de visién) puede encontrar su correspondencia
en Ia distribuciéa de las vacales de una determinada
Tengua. De aqui Ia idea de una tabla de concordancia,
variable en sus detalles pero constante en su fancién,
hay un espectro de voceles como hay un espectzo de
solores, Jos dos sistemas se evocen y se atreen y la
homologia global crea leiusién de una anelogia que
cada uno realiza a su manera mediante un acto de
motivaciéa simbélica comparable al que pone en evi-
dencia LéviStrauss a propésito del totemismo. Cada
motivacién individual, objetivamente atbitraria pero
subjetivamente fundada, puede considerarse pues co-
mo el indice de cierta configuracién psfquica. La
ipétesis estructural, en este caso, traslada a la est.
* “Todos Jes eclores han sido atribuidos por lo
‘menos una vez a cadla una de las vocales". Delbouille,
p. 248.a CERARD CENETSE
Ystita del sujeto lo que toma’ de la estilistica del
objeto.
De tel modo, nada obliga al estructuralismo a
Iumitarse a los andlisis “de superficie”, muy por el
contrario, aqui como en cuelquier otra parte el ho-
rizonte de la tentativa estructuralista es de orden se-
mantico (9), “En principio, el verso es siempre ine
dadablemente una figura fénica recurrente, pero aun-
= ¢a es sélo'eso.., Le férmula de Valéry —el poera,
prolongada vacilacién entre el sonido y el sentido—
es mucho mas realista y ciontifica que todas Jes for-
mas de aislacionismo fonético”, La importancia
‘eoncedida por Jakobson, a partir de su atticulo de
1935 ‘obre Pasternak, a los conceptos de metifora
¥ metonimis tomados de la retériea de los tropos, es
caracterfstica de esta orientactén, sobre todo si se
plessi que uno de los eaballitos de batalla del primer
foriialismo-ere el desprecio de Tas imagenes y In des-
valorizacién de los tropos como indices del lenguaje
pottico. Jakobson mismo insistia todavia en 1936,
4 propésito de un poema de Puschkin, sobre le exis
tencia de'una poesia sin imigenes"!, En 1958 retoma
‘esta’cuestién'con’un sensible desplazamiento de acen
to: “Los manuales creen en le existencia de pocmas
Aésprovistos de imégenes, pero en los hechos la po:
bre-a de tropos lexicales esti contrabalanceada por
st: ‘htosos tropos ¥y figures gramaticales” =, Los tro-
ik: como es sabido, son figuras de significacién
3® Roman Jakobson, Essais de Linguistique Géné-
rale, Paris, Edit, du Minuit, 1963, p. 233.
1 Erlich, op. cit, p. 149, >
% Jekobson, op. cit,, p. 244.
ESTRUCTURALISMO ¥ CRITICA LITERARIA 35
adoptando le metéfore y la metonimia como polos de
su teoria del lengusje y dele literatura, Jakobson
rrinde no sélo un homenaje a la antigua retérica, sino
que ubica las cetegorias del sentido en el corazén
del método estructural
El estudio estructural, del “lenguaje poético” y de
las formas de le expresién literaria en general, en
efecto, no puede negerse a anelizar las relaciones en-
tre cédigo y mensaje. La exposicién de Jakobson s0-
bre “Lingiifstica y Poética”, que epcla 2 la compe
tencia de los téenicos de Ia comunicacién y a poetas
como Hopkins y Valéry 0 a eriticos como Ransom 0
Empson, lo demuestra de manera explicita: “La am-
bigiedad es una propiedad intrinseca, inalienable, de
todo mensaje centrado sobre A mismo, o més bre-
vvemente dicho, es un corolario cbligado de Ia poes
Nosotros zepetizemos con Empson, que las maguina-
ciones de la ambigiiedad estén en las raices mismas
de ta poesia”, La ambioién del estructuralismo no
se limita a contar Ios pies o poner de relieve las
repeticiones de fonemas, debe enfrentarse también
‘con los fenémenos seménticos que, como s¢ see des-
ae Mallarmé, constituyen lo esencial del lenguaje poi
tico, Una de las tareas del estructuralismo es proba-
Dlemente constituir esa “nueva retérica” que reclamaba
Francis Ponge y qué todavia nos falta (10).
8 [bidem, p. 288, Se encontraré una ilustracién
del método de Jekobson en materia de anilisis poi
fico en el estudio escrito en colsborecién con Lévi-
Strauss: “Les Chats de Baudelaire”, L'Homme, enero-
abril de 1962.