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FACTOR DE COMERCIO sobrevive a los cambios de los elementos reales y personales quc la integran, como se deduce del contenido del articulo 290 del Codigo de Comercio cuando dice que los poderes conferidos aun factor se estimarin subsistentes mientras no le fueren expresamente revocaclos, no obs- tante la muerte de su principal o de la persona de quien en debida forma los hubiere recibido. Todo ello en oposicién al numero tercero del articulo 1732 del Cédigo Civil, conforme al cual el manda- to se acaba por muerte, declaracién de prodigalidad o por concurso o insolven- cia del mandante 0 del mandatario. La segunda de las caracteristicas especificas es la de amplitud, desde el momento que la representacién que ejerce el fac- tor es amplisima, como expresién de apoderamiento tipico, dotando la norma- tiva legal al factor de una extension fija, de modo que todo tercero pueda saber, sin necesidad ce particular indagacién, en qué medida queda obligado el comer- ciante por su factor, y de tal manera que viene a ser el "alter ego" del comerciante, estableciéndose una especie de dogma de Ia ilimitabilidad del poder, en tanto ‘no consten establecidas limitaciones. Del juego combinado de los articulos 281, 282 y 283 del Cédigo de Comercio se puede deducir que el factor es un apoderado general autorizado para admi- nistrar, dirigir y contratar sobre las cosas concernientes a la empresa © estableci- miento; tratindose por tanto de un auxi- liar del comerciante que hard el trafico en su nombre y por su cuenta, lo que exige que tenga la capacidad necesaria para obligarse con arreglo al Codigo de comercio y el poder de la persona por cuya cuenta haga el trifico; presenténdo- se en definitiva como una persona auto- rizada para actuar en el trifico del mismo modo en que lo podria hacer el princi« pal, como si fuera él mismo. Quien con- trata con el factor contrata con el empre- sario (con su principal). En el comercio maritimo el Cédigo de Comercio refiere la especial figura det "Sobrecargo’, estableciendo que los so- brecargos clesempefiarn a bordo las fun- ciones administrativas que les hubieren conferiio el naviero o los cargadores; lle- vvarin la cuenta y raz6n de sus operacio- nes en un libro que tendré las mismas circunstancias y requisitos exigidos al de contabilidad del capitin, y respetarén a éste en sus atribuciones como Jefe de la cembarcacién. Las facultades y tesponsa- bilidades del capitan cesan con la presen cia del sobrecargo, en cuanto a la parte de administracion legitimamente conferi- da a ésie, subsistiendo para todas las ges- tiones que son inseparables de su autori- dad y empleo. Sern aplicables a los so- brecargos todas las disposiciones conte- nidas en el Cédigo sobre capacidad, mo- do de contratar y responsabilidad de los factores. Ml, REGLAS ESENCIALES DEL CODIGO DE COMERCIO SOBRE ELFACTOR 1. Forma de contrat Dice el Cédigo de Comercio que los factores negociaran y contratarin a nom- bre de sus principales, y que en todos las documentas que suscriban en tal con- cepto expresarén que lo hacen con po- der 0 en nombre de la persona o socie~ dad que representen. Contratando las factores en los términos que previene el atticulo precedente, recaerén sobre las comitentes todas las obligaciones que contrajeren. Cualquier reclamacién para compelerlos a su cumplimiento se haré fective en los bienes del principal, esta- blecimiento © empresa, y no en los det factor, a menos que estén. confundidos con aquéllos. El contrato hecho por un factor en nombre propio, le obligaré di- rectamente con la persona con quien lo hubiere celebrado; mas sila negociacién se hubere hecho por cuenta del princi- oass 4g7T FACTOR DE COMERCIO. pal, la otra parte contratante podré diri- gir su accién contra el factor 0 contra el principal. 2. Prohibicién de competencia o limi- tacién de trafico Los factores no podrin waficar por su cuenta particular, ni interesarse en nombre propio ni ajeno en negociacio- nes del mismo género de las que hicie- ren a nombre de sus principales, a me- nos que éstos los autoricen expresamen- te para ello. Si negociaren sin esta autori- zacién, los beneficios de la negociacién serin para el principal, y las pérdidas, a cargo del factor. Si el principal hubiere concedido al factor autorizacién para ha- cer operaciones por su cuenta 0 asocia- do a otras personas, no tendré aquél de- echo a las ganancias ni participara de las pérdidas que sobrevinieren. Si el princi- pal hubiere interesado al factor en algu- nna operacién, la participacién de éste en las ganancias seri, salvo pacto en contra- tio, proporcionada al capital que aporta- te; y no aportando capital, seri reputado socio industrial 3. Delegacién de facultades y respon- sabilidad frente al principal Sin consentimiento de sus principa- les, ni los factores ni los mancebos de co- mercio podran delegar en otros los en- cargos que recibieren de aquéllos; y en caso de hacerlo sin dicho consentimien- to, responderin directamente de las ges- tiones de los sustitutos y de las obligacio- nes contraidas por éstos. Los factores y mancebos de comercio serin responsa- bles ante sus principales de cualquier Perjuicio que causen a sus intereses por haber procedido en el desempefio de sus funciones con malicia, negligencia 0 infraccion de las érdenes 0 instrucciones que hubieren recibido. Como contrapar- tida, las multas en que pueda incurrir el factor por contravenciones a las leyes fis cales 0 reglamentos de administracién pliblica en las gestiones de su factoria, se haran efectivas desde luego en los bicnes que administre, sin perjuicio del derecho del principal contra el factor por su cul- pabilidad en los hechos que dieren lugar ala multa, 4, Subsistencia del poder Los poderes conferidos a un factor se estimaran subsistentes mientras no le fucren exp-esamente revocados, no obs- tante la muerte de su principal o de la persona de quien en debica forma los hubiere recibido. Los actos y contratos ¢jecutados por el factor seran validos, respecto de su poderdante, siempre que sean anteriores al momento en que Ile- gue a noticia de aquél por un medio legi- timo la revocacién de los poderes 0 la enajenacién del establecimiento. 5. Dependientes singulares Los comerciantes podrin encomen- dar a otras personas, ademés de los fac- tores, cl cesempefo constante, en su nombre y por su cuenta, de alguna o al- gunas gestiones propias del trafico a que se dediquen, en virtud de pacto escrito 0 verbal; consigndndolo en sus reglamen- tos las compafiias, y comunicéndolo los particulares por avisos publicos 0 por medio de circulares a sus corresponsales. Los actos ce estos dependientes o man- datarios singulares no obligarén a su principal sino en las operaciones propias del ramo cue determinadamente les es- tuviere encomendado; aplicéndose a los mancebos (ahora dependientes) de co- mercio que estén autorizados para regir una operacién mercantil, 0 alguna parte del giro y tréfico de su principal. I ESPECIAL CONSIDERACION DEL "FACTOR NOTORIO" El articulo 286 del Cédigo de Comer- cio dice que los contratos celebrados por el factor de un establecimiento 0 empre- 4878 @ciss FACTOR DE COMERCIO sa fabril 0 comercial, cuando notoria- mente pertenezca a una empresa 0 so- ciedad conocidas, se entenderin hechos por cuenta del propictario de dicha em- presa © sociedad, aun cuando el factor no lo haya expresado al tiempo de cele- brarlos, o se alegue abuso de confianza, transgresion de facultades o apropiacién por el factor de los efectos objeto del contrato, siempre que estos contratos re- caigan sobre objetos comprendidos en cl giro y trafico del establecimiento, o si, aun siendo de otra naturaleza, resultare que el factor obré con orden de su comi- tente, 0 que éste aprobé su gestion en términos expresos 0 por hechos positi- vos. Esta es la figura del lamado factor notorio, persona que se presume ha sido colocada por el empresario al frente de tn estahlecimiento, motivo por el cual la ley reacciona presumiendo a su vez que tiene concedido poder de representa- cién y puede contratar por él y que esos poderes son suficientes para desarrollar el gito 0 trafico del establecimiento. La Sentencia de la Audiencia Provin- cial de Madrid de 28 de septiembre de 2005, con referencia a la del Tribunal Su- premo de 28 de febrero de 2002 concep- ttia al factor notorio como "la figura clé- sica del empleado que, piiblica y cons- tantemente, realiza actos de giro 0 tréfi- co mercantil en favor de su empresa a la que sirve sin tener facultades expre- samente reconocidas e inscritas, en cu- Jas circunstancias, y para proteger la ‘buena fe det que contrata con el factor, sus actos se imputan al empresario sin perjuicio de la relacién interna entre ‘ambos’, siempre que concurran los pre- supuestos del articulo 286, es decir, que el firmante © interviniente pertenezca notoriamente a una empresa, entendién- dose hechos por cuenta del empresario siempre que los contratos suscritos por aquél recaigan sobre objetos comprendi- dos en el giro 0 tréfico del establecimien- to; y todo cllo en defensa de los terceros de buena fe y en garantia de la seguridad juridica, protegiendo la confianza alber- gada por los terceros hacia la apariencia de representacién provocada por el do- minus, que es precisamente quien sittia al factor en ¢sa posicién publica de re- presentante notorio. Es necesario ademés distinguir la f- gura del factor notorio de otras que se le asemejan. Ast, por lo que se refiere al ad- ministrador de hecho, la Sentencia del Tribunal Supremo de 22 de marzo de 2004 dice que el administrador de hecho de las sociedades andnimas se presenta a veces como actuacién de apoderados- gestores, aunque carezcan de poderes, 0 como fuctor general o singular del articu- Jo 286 :lel Cédigo de Comercio y simila- res, observandose la diferencia més clara cuandc la sociedad carece en efecto ad- ministridor legalmente nombrado, ya que no resulta posible la existencia de 6rganos sociales previstos con caricter imperaivo en la Ley reguladora de las mismas. El apoderado no tiene el ca ter de administrador, al cual aparece vin- culada la responsabilidad exigida por la Ley de Sociedades Anénimas, ya que su articulo 133 se refiere como titulares de 1a responsabilidad que en él se establece a los "administradores’ (0 "miembros del rgano de administraci6n"), cualicad que s6lo ostentan los nombrados como tales por la Junta General, y los administrado- res de hecho (expresamente a partir de 1a Ley 26/2003), es decir, quienes, sin os- tentar formalmente el nombramiento de administrador y demés requisitos exigi bles, ejercen la funcién como si estuvie- sen legitimados prescindiendo de tales formaliades; que se distinguen de los que actiian regularmente por mandato de los administradores © como gestores de éstcs. La caracteristica del administra- dor de hecho no es la realizacion mate- oass 4879 FACTOR DE COMERCIO. tial de determinadas funciones, sino la actuaci6n en la condicién de administra- dor con inobservancia de las formalida- des minimas que la Ley 0 los estatutos exigen para adquicir tal condicién. Fl ad- ministrador de hecho es el producto de la ausencia 0 del vicio de alguna de ellas. Ahora bien, lo que sucede es que en ocasiones se wata interesadamente de confundir entre una y otra figura, lo que sucede cuando el verdadero administra- dor, el administrador de hecho, se pre senta como apoderado o factor de la so- ciedad, siendo los administradores que han delegado en él meros testaferros co- locados para hacer frente a las responsa- bilidades que a los administradores se exigen. Algo parecido sucede en el supu- esto contemplado por la Sentencia del Tribunal Supremo de 22 de mayo de 1998, que comienza diciendo que siendo claros los términos de las inscripciones registrales de la sociedad, y las actas de las Juntas, en las que se tomaron los acuerdos base de las inscripciones, se ha de estar a su tenor literal no pudiendo tener por administrador de la sociedad a quien, segéin los citados documentos congruentes con la intencién de las par- tes, s6lo es un apoderado general que en Derecho Mercantil recibe el nombre de factor. Sin embargo, tras analizar la prue- ba practicada y los actos ejecutados por el que aparecia como mero factor mer- cantil lega a la conclusién de que se est en presencia de un verdadero adminis- trador, aunque fuere sdlo de hecho. Respecto de la contrataci6n, si quien actia en calidad de factor notorio no aparece al tiempo inscrito como apode- rado en el Registro Mercantil se han de aplicar los efectos previstos en el articulo 286 del Cédigo de Comercio. La inscrip- Gi6n en el Registro Mercantil no tiene ca- ricter constitutive, no es esencial nit de ella depende la validez del apoderamien- to, de forma y manera que si el comer- ciante colcca al frente de su estableci- miento a ese factor se convierte en noto- rio sin que se pueda exigir al tercero que contrata conocimiento de ningtin tipo de limitaci6n en la capacidad para contratar del factor, por mas que en el Registro Mercantil pudieran aparecer los apodera- mientos de otros factores. Fl problema de mayor importancia se suscita cuando el que actia como factor notorio aparece inscrito como factor 0 apoderado cn el Registro Mercantil, y cuando de los po- deres que han sido objeto de inscripeién resultan limitaciones al giro o tréfico que puede realizar el factor. En ese caso nos encontrariamos ante un factor notorio que conforme al articulo 286 del Cédigo de Comercio hace responder a su princi- pal en todo contrato que recaiga sobre objetos comprendidos en el giro y tréfico del establecimiento, pero que esta limita- do en sus facultades, siendo esa limita- cién objeto de publicacién por mas que en el Boletin Oficial del Registro Mercan- til solamente se anuncie Ia inscripcién pero no su contenido. Tradicionalmente se ha sostenido que existiendo esa publi- cidad, cuyo fin es precisamente que los terceros nc puedan después de contratar alegar desconocimiento de lo inscrito, habrian de prevalecer las limitaciones al poder que hubieran sido inscritas frente a los efectos que para el factor notorio sostiene el articulo 286. Frente a esa posicion, e! Tribunal Su- remo, en sentencias de 14 de mayo de 1991 y 31 de marzo de 1998 sostiene ya la proteccién de los terceros que contra tan de buena fe, sefialando que "Si bien es cierto que la figura del factor mer- cantil requiere, en punto a su actua- cién correcta en el mundo negocial, de la previa existencia de un apodera- miento escriturado otorgado por su principal, como vienen a reconocer los articulos 281 a 284 del Cédigo de Co- mercio y 1280.5 del Cédigo Civil, ast co- ‘mo acomorlar su actividad a las facul- 4880 eciss FACTOR DE CONTINGENCIA EN DISENO ORGANIZATIVO tades conferidas en el poder o directri- ces marcadas por su mandante, no lo es menos que en su comportamiento frente a terceros tiene vital importancia Ta apariencia juridica que rodea su ac- tuacion, de manera que cuando el que- hacer que realiza, por su propio conte- nido transcendente y representativo, transmite al tercero ia creencia racio- nal de estar contratando con un verda- dero apoderado, la consecuencia que origina es la vinculacién entre la em- presa y dicho tercero, pues de lo contra- rio quebraria el principio de seguridad jaridica’. (Cisak Marrinez Diaz, FACTOR DE CONTINGENCIA EN DISENO ORGANIZATIVO Contingency factors in organizational design |. CONCEPTO « IL EDAD ¥ TAMARIO « I. EL SISTEMA TECNICO « IV, EL ENTORNO « V. EL PODER 1. CONCEPTO No podemos decir que exista una es- tructura idénea que garantice el éxito. La estructura y su validez dependerin de los factores de contingencia y de la elec Gién de pardmetros de disefio que haya realizado la empresa. Los factores de contingencia son planteados por Mintz- berg como aquellas variables no contro- lables por la organizacién que condicio- nan los parémetros de disefio (si contro- lables por la organizacién) y por tanto, en tiltima instancia, la estructura organi- zativa. Accste respecto, y buscando este tipo de ajustes entre parimetros de disco y factores de contingencia, Mintzberg defi- ne las llamadas "hipotesis sobre la efecti- vidad estructural’: HipOtesis de la congruencia: la orga- nizaci6n efectiva (aquella eficaz y efi- ciente) requiere que los parimetros de disefio se ajusten adecuadamente allos factores de contingencia Hipétesis de la configuracién: la or- ganizacion efectiva requiere de con- sistencia interna, es decir, ajuste en- tre los distintos parametros de dise~ fo Hipotesis de consistencia ampliada: la organizaci6n efectiva requiere una consistencia o ajuste adecuado entre los parimetros de disefio entre si y entre los parimetros y los factores de contingencia Vecmos a continuacién los factores de contingencia més ampliamente anali- zados en la literatura. EDAD Y TAMANO: La edad de la organizacién: Hipotesis: cuanto més antigua sea la organizacion, mds formalizado estar el comportamiento. La experiencia permite aprender del comportamiento anterior, traducien- do en reglas y normas el aprendizaje de la organizacién, y por tanto, ten- diendo a formalizarlo. Seria la tra- diuecién organizativa de la popular creencia de que con los afios la gen- te consolida sus habitos Hipétesis: La estructura refleja_ la €poca en que se fund6 el sector. To- da organizacin depende de la época cen que se funds, ya que el entomno de esa época determiné sus parime- oass 4881 FACTOR DE CONTINGENCIA EN DISENO ORGANIZATIVO tros de disefo. Esos pardmetros no son sencillos de cambiar a lo largo del tiempo (inercia organizativa), por lo que su esencia puede obser- ‘varse en cualquier organizaci6n, aun- que hayan ido adaptindose a los tiempos nuevos. El tamafio de la organizaci6n (cuan- do hablamos de tamafto organizativa- mente nos solemos referir al ntimero de trabajaclores): + Hipétesis: cuanto mayor sea cl tama- fio de la organizacién, mas compleja sera su estructura, es decir, més ¢s- pecializadas estarin sus tareas, més diferenciadas sus unidades, y sus mecanismos de coordinacién serin mas complejos (adaptacién mutua, supervisin directa, normalizacién) + Hipétesis: cuanto mayor sea la orga nizaci6n, mayor sera el tamaio de la unidad media. A més tamafio ms es- pecializacién, se homogeniza mas el trabajo, se diferencian las unidades, se da mas normalizacién, y ello im- plica un mayor tamafio de la unidad media Hipétesis: cuanto mayor sea la orga- nizacién, més formalizado estaré su comportamiento, Asi como la organi- zacion més antigua formaliza lo que ha visto anteriormente, la organiza- cin de mayor tamafo formaliza lo que ve a menudo. Ill, EL SISTEMA TECNICO Podemos definir el sistema técnico como instrumentos colectivos que utili- zan los operarios para realizar su trabajo. El sistema técnico es especialmente im- portante en €l nticleo de operaciones, ya que ejerce una gran influencia sobre el disefio de esa parte de la estructura. La ptimera dimensi6n importante de la tec- nologia de una organizacién abordada por la investigacién hace referencia a su carécter mis o menos regulador: la regu- laci6n describe la influencia del sistema técnico sobre el trabajo de los operarios. Es decir, la medida en la que estos se ven condiciona:ios a la hora de desarrollar su. trabajo por el sistema técnico que utili- zan. Asi, por ejemplo, un boligrafo es un sistema téenico mucho menos regulador que una maquina de escribir, ya que per- mite al usuario mucha més libertad de accién, Del mismo modo, casi todos los instrumentos que un artesano utiliza pa- ra desarrollar su tarea son menos regular dores que .os que se utilizan en una fac- toria para producir el mismo producto no a través de produccién artesanal sino en cadena de montaje. La segunda dimension importante del sistema técnico es su sofisticacién, que hace referencia a la complejidad in- trinseca, y por tanto a la dificultad de comprension de su funcionamiento. No debe confundirse esta dimension con la complejidad de uso del sistema técnico. Asi, por ejemplo, un conductor de auto- bas aprence con relativa facilidad el uso del sistema técnico (aprende a conducir el autobiis), pero en raras ocasiones co- noce a la perfeccién la sofistificacién in- tera del sistema técnico, ya que no sabe como se disefia, construye y funciona por dentro el autobiis que maneja. Los sistemas técnicos sofisticadas normal- mente requicren de importantes staffs que se encargan de su disefio y manteni- miento, y ccalizan una labor intensa en las organizaciones simplificando el uso, de tal modo que los trabajadores del ni cleo de la organizacién tengan una com- plejidad de uso del sistema técnico sofis- ticado baja. Mintzberg formula tres hipotesis rela- tivas al sistema técnico: + Hipotesis: cuanto mas regulador sea el sistema técnico, més formalizado resultaré el trabajo de operaciones y 4882 eciss

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