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FABLULAS pe TAMALAMEQUE: Los gaunetes HABLAN DE Kae a " : Manuel Zapata Olivella FABLULAS pe TAMALAMEQUE: LOS ANIMALES HABLAN DE PAZ Manuel Zapata Oliveila ILUSTRACIONES CLGA LUCIA ALDANA VILLAMIL = GRUPO EDITORIAL S educar INTROPLUCCION Ps: todos los nifios es conocida la afirmacién de quc los autores de fabulas se valen de los animales para instruir al hombre. Desde tiernpos inmemoriales, cl fabulista se acogié a este reino de la naturaleza para que los seres humanos obtuviéramos sabiduria y aprendiéramos a vivir. En todas las civilizaciones y culturas, el fabulista broté de la entrafia popular de la misma manera que el trovador, el curandero y el artesano. Esopo, Fedro, Samaniego, Iriarte, Andersen; entre nosotros, Pom- bo, Ricardo Carrasquilla y Marroquin son algunos de los mas renombrados autores de fabulas cuyas obras han dado més de una vez la vuelta al mundo. La costa atlantica colombiana, territorio fértil para las narraciones, dulcemente invasora del pais a través de su arteria vital, el rio Magdalena, cs el es- cenario de estas Fébulas de Tamalameque, escritas por el reconocido novellsta Manuel Zapata Olivella, quien recrea la imaginacién de los nativos de esa zona y, haciendo gala de su talento creador, nos en- sefia a vivir a través de los deliciosos c interesantes cuentos de Tia Tigre, Tio Conejo, Tio Perro, Tia Vaca, Tia Paloma, Tio Grillo y Tio Alacrén. Estas fabulas, ademas de constituir un deleite es- piritual y un emocionante recorrido por el universo de la ficcién, representan para los nifios una buena y agradable manera de aprender a vivir. José Luis Diaz Granados Los ANIMALES HABLAN be PAZ Tio Tigre mataba a cuanto animal Podia, de- cidieron acabar con sus crimenes. Convocaron @ una reunion a la media noche en casa de Tia Lechuza. A la hora fijada, el Primero en llegar fue Conejo. Golpeé tres veces la puerta, segtin lo convenidu: —iTac! iTac! iTac! — Tio Tigre solt6 una carcajada escandalosa. Al escucharlo, Lechuza, desde lo alto, le grité: —Tigre no quiere la paz porque vive de la guerra. Escandalizado, escondiendo las ufias, éste replicé: —iEsa es una calumnia! Conejo, levantando la tapa de Ia olla, le dijo: —

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