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Muy buenas tardes a todos los presentes:

Hace ya casi cuatro aos llegu a este lugar, lleno de convicciones y, a la vez, con la
inseguridad de saber si esas convicciones podran verse realizadas.

Recuerdo esos primeros das, cuando conoc a un grupo de pequeos nios llenos de
potencial, de talento, de sueos; pero tambin llenos de inseguridades, al igual que el profesor
que tenan junto a ellos.

Entonces comenc a aprender de ustedes, a conocerlos y compartir sus das, hasta casi
convertirme en un compaero ms.

Con el tiempo se fueron sumando otros, hasta completar el grupo maravilloso en que se
convirtieron.

En estos cuatro aos hemos crecido juntos. Seguramente ustedes, mis queridos estudiantes,
no tienen ni idea de cunto me han enseado. Aprend que una escuela s puede lograr que
sus nias y nios sean autnomos, que sean amigos, cmplices, compaeros; que no hay un
mtodo pedaggico ms efectivo que el cario y la alegra.

Estoy convencido que, con el paso del tiempo, ustedes pasaron a ser un ejemplo para toda
esta comunidad, sobre todo para los ms pequeos, que hoy tienen un camino seguro para
transitar, porque la meta ser llegar a ser como ustedes, un hermoso grupo de compaeros
que hoy nos deja para seguir creciendo y, seguramente, convertirse en personas ntegras, de
las que siempre estar orgulloso.

No tengo nada que pedirles, con verlos hoy me basta para saber que este grupo de verdaderos
amigos, hermanos como ustedes dicen, seguir unido siempre.

Siempre sern mi curso.

Hoy, inevitablemente deben dejarnos, pero todo lo que ustedes nos han enseado
permanecer para siempre en este lugar.

Finalmente la educacin slo tiene sentido cuando permite que cada nia y nio pueda
sonrer, amarse a s mismo y a quienes caminan junto ellos. Ese ha sido, para m, la enseanza
ms valiosa que me han dejado. Ante eso no tengo ms que agradecer a cada uno de ustedes.

Siempre recordar sus risas estruendosas, su creatividad, su liderazgo, su madurez y ese


espritu de ver la vida como un juego que debemos disfrutar, en lugar de asumirla como una
carga y una obligacin; Porque cuando la carga se volva pesada, ustedes me ensearon que
siempre habr alguien dispuesto a ayudar.

Para finalizar, quiero ser egosta y hacerme un regalo: Tener por ltima vez el orgullo y el
privilegio de poder decir sus nombres, esos nombres que jams olvidar:

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