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& ARYAINSARHSAINSARHeAIN= (7) 2D OO Ged 015512 So 3 x os dela ENAH ve Ses i eee Eyra Cardenas Barahona ° D6 3B 6O. lniversario Instituto Nacional de Antropologia e Historia Lic. Maria Teresa Franco y Gonzalez Salas Direcci6n General Escuela Nacional de Antropologia e Historia Antrop. Soc, Alejandro Pinet Plasencia Direccin Coordinacién general Eyra Cardenas Barahona Recopilacién de materiales Rosalia Alonso Disefio editorial y formaci6n Rocio Yolanda Padilla Medina Disefio de portada y fotografia Jesica G. Coronado Zarco y Ligia Mauleén Ventura Correccién de estilo Victor Cuchi Espada Escuela Nacional de Antropologia e Historia Periférico Sur y Zapote, s/n, Col. Isidro Fabela, cp. 14030, Tlalpan, D.F. Impreso en los talleres de Ediciones Navarra Teléfono 5593 6787 Primera impresin de 1000 ejemplares Indice A manera de presentacién Eyra Cardenas Barahona Inauguracién Conmemoracion del 60 Aniversario de la eNaH Alejandro Pinet ....» Pensar y discutir la antropol logia desde la Escuela Nacional de Antropologia e Historia Margarita NolASC0 A. ono La Escuela Nacional de Antropologia sus tradiciones y su adaptacén a nuevas condiciones Jaime Litvak King La antropologia, la ensefianza. Balance y rexpectativas en los 60 aftos de la Escuela Nacional de Antropologia e Historia Raymundo Mier Patrimonio y cultura Patrimonio cultural Lorena Mirabell... oe En el 60 aniversario de la Escuela Nacional de Antropologia c Historia Julio César Olivé Negrete .. 7 Patrimonio cultural y sociedad civil ‘Ana Maria Salazar Peralta... La defensa del patrimonio intangible ¢ en lingtifstica (Ou Schumann G. Patrimonio tangible e intangible Protecci6n y difusién del patrimonio cultural Luciano Cedillo Alvarez, Patrimonio tangible e intangible Catherine Héad on. one La enan y el patrimonio intangible Hilda Iparraguirre 31 37 ol 9 3 8 La comunidad académica de la eNaH en la década de los sesenta. Algunas remembranzas Carlos Serrano Sanchez... 101 Los bienes y monumentos arqueolégicos Problemas de investigacion y docencia Gianfranco Cassiano . 107 Del patrimonio cultural al museo imaginario Saul Milldn u7 Ensenanza e interrelacion entre escuelas de antropologia Experiencias pasadas y presentes. La Facultad de Ciencias Antropoldgicas (uaby) y las escuelas de antropologia Francisco Ferndndez Repetto Contexto y retos para la ensefianza en la antropologis social Rafael Loyola Una propuesta alternativa para ‘la ensefanza de la antropologia en la Universidad Veracruzana René Cabrera Palomec, Federico Colin Arimbula y Sergio Vasquez Zérate La licenciatura en antropologia social de la Universidad Auténoma Metropolitana-Iztapalapa Margarita Zérate Vidal o.oo La Escuela Nacional de ueapaléges e Historia y la configuracion de Ja antropologia contemporanea en México Andrés Medina .. “ms Sesenta aios y desafios pendientes José Luis Gonzdlez Martine: sind w= 125 131 143 157 161 185 Poblacién civil, museos y centros comunitarios como promotores del patrimonio cultural Los monumentos-museo: un caso de distorsién del mensaje arquitecténico Hugo Arciniega Avila. Del asombro al descubrimiento. Ideas para desarrollar la reflexion de los nifios en el museo Ana Graciela Bedolla Giles Museos comunitarios y la conservacion del patrimonio cultural: el caso de Oaxaca Teresa Morales Lersch y Cuauhtémoc Camarena Ocampo 189 199 207 Mi trabajo en el Museo Nacional del Virreinato Maria del Consuelo Maquivar 217 El patrimonio, mirada institucional y juridica Existencia juridica de la Direccién del Registro de Monumentos y Zonas Arqueoldgicas Pedro Francisco Sanchez Nava... . Patrimonio cultural: aspectos juridico ‘ social José Antonio Contreras Ramirez El patrimonio cultural y las instituciones. Una aproximacion Bolfy Cottom El patrimonio cultural Angel de la Guardia Cueto La oportunidad de lo posible Luis Alberto Lopez Wati0 wean uu proteccién juridica La formacién del antropdlogo en México Los afios noventa: reflexiones sobre nuestra formacién antropoldgica Marina Alonso Bolaiios, Karen Polakoff Lipman y Mette Marie Wacher Rodarte... Notas para el estudio de la historia del comportamiento curricular de algunas generaciones de arquedlogos: 1939-1964 Fernando Lopez Aguilar y Agustin Menchaca ATTN 385 Nodos y Nadas. La suspensa historia del ematxitivismo» en la arqueologia mexicana Ignacio Rodriguez Gareia 305 En torno al Museo Nacional y ya profesionalizac n de la antropologia mexicana Mechthild Rutsch 319 Personajes en la antopologe m mexicana José Roberto Gallegos Téllez. 331 Testimonios e historia de la enan La Escuela Nacional de Antropologia e Historia.En los afios cincuenta Beatriz Barba de Pia Chan... z Ee 347 Tejiendo historias: memoria y Testimonios orales a los sesenta aiios de la ENAH Rodolfo Coronado Ramirez 353 Disciplinas y planes de estudio en la enau de los afios setenta a la fecha Roberto Flores c a) Museos y la exaw un camino compartido Julieia Gil Elorduy... 371 «La Guerra Fria» en la vat de los serenta Gustavo Vargas Martine”... 377 Conferencias Patrimonios culturales. ¢Qué seria bueno inaugurar para el afio 2000? Néstor Garcfa Canclini ul 383 La politica del lenguaje Leopoldo Valifias 393 pe y pueblos José del Val. Otra manzana de la discordia Xabier Lizarraga Cruchaga 419 Patrimonio arqueoldgico, su administeacon y manejo ‘Alejandro Martinez Muriel y Cipactli Bader Renter. 433 Arqueologia mexicana: en busca de México Eduardo Matos Moctezuma La interpretacion tematica y lac conservacion del patrimonio cultural Manuel Gandara Cuando el trabajo se ‘vuelve capital. La cultura laboral como patrimonio Luis Reygadas wo 453 La interpretacién tematica y la conservacion del patrimonio cultural! Manuel Gandara A manera de introduccion Hace un par de afios se discutié activamente en el Congreso de la Unién hasta donde las actuales politicas e instrumentos legales de proteccién y uso del patrimonio son suficientes, adecuados y eficaces. Curiosamente, y para sorpresa de la comunidad profesional relacionada con la conservacién, hubo muchas voces de protesta en rela- ciéna la labor que realizan las instituciones relacionadas a la conservacién, asi como en contra de la actual Ley de Proteccidn de Zonas y Monumentos de 1972. Hubo intervenciones que insinuaron la posibilidad de que, ante la incapacidad presupuestal y de recursos humanos y materiales de la que se quejan las instituciones oficiales, sea la iniciativa privada la que administre y use el patrimonio, u organizaciones estatales, regionales y locales que demandan el poder beneficiarse de Ja llamada «puesta en valor» del patrimonio. Lo sorprendente no es la intencién de la iniciativa privada de «liberalizar» y «desregular» el uso del patrimonio cultural, fundamentalmente el arqueoldégico: esa es una vieja pretensién que fue derrotada por primera vez precisamente cuando la actual ley se aprob6. En esa ocasién, los coleccionistas y traficantes de artéfactos lucharon por obtener sancién legal en favor de sus operaciones mercantiles con el patrimonio. Afortunadamente, la comunidad antropoldgica y de conservacién logré * presente trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo decidido del Departamento de Antropologia de la Uni- versidad de las Américas Puebla, donde el autor lleva a cabo un proyecto sobre «Nuevas estrategias y tecnologias para Ja difusi6n del patrimonio cultural. Ha sido importante también el interés de los alumnos del curso de Arqueologia y Museos (1470, 1998) yl colaboracién, en particular, de Mariana Sugawara, Mi interés en la interpretaciOn tematica se Jo debo a una invitacin de Gus Pantel a Puerto Rico, que fue la oportunidad de enterarme por primera vez sobre este campo; por su lado, Nahtim Noguera ha sido un elemento clave para que estas ideas se incluyan dentro de las estrate- gas més generales de manejo de sitios, temdtica en que Gloria Anis précticamente ha sido pionera a partir del proyecto original de sefializacion del max. Finalmente, he encontrado que Nelly Robles no solamente sigue siendo una de las figuras lideres en la restauracién de monumentos arqueol6gicos, sino que es hoy dia la persona més compenetrada con los problemas tedricos y précticos de! manejo de sitios, los que conace de primera mano a partic de su trabajo en Oaxaca. A todas ellos, y 2 José Rodriguez, mi amigo e incansable «mano derechae, muchas gracis. 453 454 ‘Manuel Gandara reunir en torno suyo suficiente apoyo politico y consenso a través de los medios, como para evitar que se aprobaran disposiciones que fomentaran el saqueo o el tr- fico de piezas. Asi, el intento de convertir el patrimonio en mercancia sujeta a las leyes de la maximizacién de la utilidad no es algo nuevo. Lo que result6 sorprenden- te fue que esta vez, aunque finalmente se logré que no se reabriera la discusién so- bre la ley ni se introdujeran reformas potencialmente desastrosas, el tono generalizado fue mas bien de critica a las instituciones responsables del cuidado del patrimonio, e incluso a la propia ley por impedir la participacién mas activa de la sociedad ci Extraoficialmente, se oyeron comentarios del estilo «Si el ivaw no puede, que se lo deje a Televisa o a Fundacidn Cultural Banamex. Pareceria, en consecuencia, que ademés de los agentes que pudieran conside- farse como los enemigos tradicionales de la conservacién del patrimonio, en esta ocasién se hizo aparente que estamos perdiendo (si es que no lo hemos perdido ya), un aliado potencial: el publico. Si los debates (asi como otras lineas de evidencia) son una indicacién de algo, es de que ya no es obvio que nuestras instituciones, nuestras ei ¢ instrumentos ee cuentan con ae social isin le i presente oe caren contribuir precisamente a este esfuerzo, sefalan- do una estrategia que, al centrarse en el public, nos permite mostrarle a los visitan- tes de sitios y museos por qué el patrimonio es importante, como pueden disfrutarlo sin destruirlo y cémo pueden colaborar en su conservacién. ntar a favor de tres tesis Para lograr este objetivo, he organizado el trabajo en tres secciones: a) éreal- mente se entabla una batalla por el patrimonio —o ya se perdié—?; b) équé es la interpretacion tematica y, en general, eso de la interpretacién? (asunto que consti- tuye el punto central de este articulo); y c), ¢cémo puede ayudarnos a conservar el patrimonio en México? La interpretacién temdtica y la conservacién 455 La batalla...” Quiza la mejor manera iniciar la ott sobre si existe 0 no una batalla por el patrimonio cultural, y particularmente el arqueolégico, es conveniente recordar las dimensiones de este patrimonic Es importante notar que en esta estimacidn pesan de manera significativa los sitios con arquitectura de cierta magni- tud, dado que los criterios seguidos en los proyectos de registro tomaron como cri- terio originalmente el poder detectar sitios con fotografias aéreas de escala amplia, lo que implica que sitios con monticulos menores a dos metros son dificiles de visualizar. Compensando por efectos de terreno y vegetacion, y por el hecho de que los sitios preurbanos dificilmente tienen monticulos muy grandes (la excepcion se- rian los «choncheros» 0 «chonchales»), es probable que esta estimacidn hubiera que multiplicarla cuando menos por dos o tres veces para llegar a una cifra mas realista. Ello arrojaria no menos icanedio millén d€ stig, De éstos, estén abiertos a la visita (y, en consecuencia, tienen alguna forma de vigilancia permanente), menos de dos- cientos (esto es, menos del 1% de los 200 mil oficialmente reconocidos). Para atender este patrimonio en el sentido de investigar, conservar y difundirlo, ademés de preparar a otros profesionales), existen menos de dos mil arquedlogos — de hecho, al parecer la cifra de arquedlogos titulados no llega siquiera a mil. Esto implica que si cada arquedlogo estuviera simplemente encargado de «patrullar» si- tios, asumiendo dos mil arquedlogos, cada uno tendria que visitar diez sitios al mes. Esto es mds dificil de lo que suena, dada las distancias y la dificultad de acceso entre sitios. Pero, m4s grave ain, estas inspecciones serian simplemente para detectar y evitar saqueo 0 destruccién —sin opcién a una investigacién real, de mediano 0 lar- go plazo—. Finalmente, si consideramos que el ntimero real de arquedlogos de cam- po es mucho més reducido, cada uno tendria que atender no menos de un par de sitios por dia, lo que es a todas luces imposible, sobre todo si se recuerda que prac- ticamente la cuarta parte de los arquedlogos de campo ya estan ocupados con pro- yectos de salvamento y rescate, 0 de mantenimiento y administracién de sitios abiertos al publico. 2 Bstaseccion desarroll ideas presentadas por primera vez en una conferencia en el Foro Sindical Sobre Conserv2- cién del Patrimonio Cultural; Manuel Gandara, La cba por el patrimonio: quiénes son los verdaderos enemigos, quié- znes son aliados, ponencia en el Foro Sindical cobre Conservacién del Patrimonio Cultural, ews, México, mayo de 1996 * Alejandra Martinez, Comunicacién personal, Oaxaca, septiembre de 1998. 456 ‘Manuel Gandara Evidentemente, la premisa cuestionable en el escenario anterior es que el papel de los arquedlogos sea el de fungir como policias/inspectores. A su vez, esto nos remite a una premisa adicional: que la responsabilidad de proteger el patrimonio es fundamentalmente de los propios arquedlogos o del naz como institucién (GAMA De otra manera, la batalla est4 perdida de antemano Quizd ello explica que, entre los arquedlogos, a veces uno recibe la impresion de que la batalla ya esté perdida y no hay mucho mas que hacer; que el ejército es Pequefio, y que esta cansado, entre otras cosas, de lidiar con la propia institucién; y de que la moral esta demasiado abatida para enfrentar al enemigo. Pero antes de tocar a retirada, habria que recordar que, en esta enemos como aliado El caso Xcaret Esta ultima consideracién nos lleva a la cuestién no solamente del publico y su dis- frute del patrimonio, sino del «uso racional» del mismo. Para ilustrar las complejida- des de la definicién de criterios d@Q@SONMGIOND, baste recordar el caso de Xcaret Mediante un mecanismo que por fortuna ha sido finalmente aclarado, una empresa privada administra y explota un sitio arqueolégico que, de acuerdo a la ley, es pro- piedad federal. Lo grave no es que funcione como equivalente de una concesién pri- vada, que ahora tiene reglas mucho més claras y aporta sumas importantes para la conservaci6n e investigacion en esa drea:‘ lo mas grave es que una buena parte del puiblico (si no es que la mayorfa) encuentra la experiencia de la visita a Xcaret mucho més atractiva que la de otros sitios. Mi propia visita al lugar, hace ya varios afios, inicié con la sorpresa de que se me nego el acceso al sitio, no solamente como visitante normal, sino incluso como per- sonal acreditado mediante una credencial del ivan. Se me informé que tendria que pagar el costo de admision al parque y no hubo argumento alguno que funcionara en ‘ Adriana Velazquez, comunicaci6n personal, Ozxaca, octubre de 1998. Agradezco a Adriana el haber aclarado ‘muchos puntos sobre el asunto Xcaret durante el Diplomadlo de Manejos Culturales, Espero que este breve tratamien {0 del tema haga justicia a sus observaciones sobre la nueva politica del nant en torno al parque. La interpretacién temdtica y la conservacién 457 otro sentido: la empresa tenia que asegurarse de que si yo entraba no iba a usar su infraestructura y como eso no era posible, el pago era imprescindible.> Asi que deci- di entrar como visitante normal al conjunto del parque, pagando mi entrada. Entre las novedades que pude observar, esta el que los «duefios» ampliaron un sistema de corrientes subterraneas que comunican cenotes, para crear un «tio subte- rraneo» que se navega mediante chalecos flotadores; el rfo, junto con un acuario, una caleta en la que se puede nadar con delfines y, por supuesto, los propios monu- mentos arqueoldgicos, constituyen los atractivos principales del parque. La expan- sidn del sistema de corrientes subterréneas tuvo algunas consecuencias no previstas, como el derrumbe de parte del borde de uno de los cenotes, afectando indirecta- mente el contexto de los edificios prehispdnicos inmediatos. Otros edificios ahora estan rodeados por instalaciones modernas, lo que impide entender el conjunto, o bien han sido selectivamente conservados, con otras partes de la evidencia sdlo visi- ble de manera parcial. Por otro lado, debe reconocerse que los edificios visitables estan en buen estado de conservaci6n y, al menos por lo que pude observar en esa y en otra visita subsecuente, es claro que reciben mantenimiento y atencidn constan- te’ —no necesariamente como una gentil consideracidn de los concesionarios, sino seguramente también como resultado de la propia supervisidn por parte del Centro Regional Quintana Roo del 1nai—. El parque ofrece asi la aventura del rio subterraneo, ademas del atractivo de la caleta, que también fue modificada, para convertirla en una «playa» mas convencio- nal y dar cabida al area de los delfines. El visitante tiene suficiente para mantenerlo ocupado y divertido durante el dia, e incluso puede observar de noche un «rito maya» en el espectaculo en que actores y bailarines «recreane la mitologia prehispanica (que 1no tuve 4nimo para presenciar). Al final del dia, el parque despide al visitante con un recorrido por su exposicién de maquetas de sitios mayas, oportunamente inmediata ala tienda de recuerdos, completa con todo tipo de mercancias, en plena congruen- cia con la idea de parque de diversiones. Fue precisamente ya camino a la salida que tuve oportunidad de oir las conver- saciones de varios grupos de visitantes, que comparaban lo divertido que se la ha- + Hoy dia esta situacion se ha corregido, con la instrumentacién de una entrada especial para aquellos que sola- mente quieren visitar el sitio arqueol6gico y no el resto del parque, que opera mediante el formato de una visita ‘uiada, lo que satisface la preocupacién de los concesionarios de que los vsitantes no utilicen esa opcién para entrar sin pagar al parque ‘Esta observaci6n plantea una interesante paradoja: por un lado, el uso comercial del sitioes responsable de su afectacién parcial; por otro lado, aquello que se preservé probablemente tiene mejores probabilidades de sobrevivir que si el sitio no hubiera sido afectado, 458 Manuel Géndara bian pasado contra lo aburrido de las visitas a lo que llamaron «los sitios del 1Nak». Curioso, me atrevi a pedirle a una familia que comentara mas al respecto. La respues- ta: «ahi no hay nada que hacer, no hay ni donde sentarse o protegerse del sol y, lo peor: las pirdmides estan hechas unas ruinas... Ojalé pronto los duefios de Xcaret hagan lo mismo en Xelh4, que parece que también ya le compraron al INAH». Lo que me parece notable de esta respuesta no es el que los visitantes confun- dieran compra con concesion (aunque creo que més valdria que el 1a aclare perfec- tamente ante el publico la relacion que tiene con la empresa que explota Xcaret, a fin precisamente de evitar este tipo de interpretaciones), sino, mas bien, que los ar- quedlogos hayamos fracasado a tal grado como para que no podamos haber comuni- cado al ptiblico que los sitios arqueoldgicos son, en efecto, iruinas! Y que es precisamente su cardcter de ruinas, su sentido de vestigios histéricos y no de esce- nografia actual, lo que los hace particularmente valiosos. es la batalla en la que realmente estamos enfrascados, y la que me temo que, sin un cambio de estrategia, perderemos pronto si es que ya no la perdimos: el que el publico, al no alcanzar a entender la naturaleza o la importancia del patrimonio ar- queoldgico, llegado el momento, lejos de protegerlo, se una al proceso de su ‘uC cién y su sustitucién por fabricaciones comerciales supuestamente mas rac 2Ser4 que el publico es el problema? Algunos colegas, ante la narraci6n anterior, reaccionan sin inmutarse: «el problema es el publico: son ignorantes, no se preparan para entender lo que van a visitar; son unos vandalos, quieren todo facil, no les interesa aprender los datos que se les pre- sentan, etcétera. Llegan en sus autobuses, estan una hora en el sitio y se van sin entender nada. No es ese publico el que queremos» Aunque no tengo estadisticas,’ me atrevo a conjeturar que la mayoria de los visitantes no es precisamente la que se prepara durante semanas antes de visitar el * Es indicativo de nuestro interés por el piiblico el que no existen, hasta donde tengo conocimiento, estudios sobre los visitantes a ls sitios. Parece, en consecuencia, que opera fm a la realidad Estamos lejos legar al nivel a que han Tlegado los, por demas también recientes, estudios de publico de los museos;, Hooper-Greenhill, Los museos y los visitantes, Trea, Madrid, 1998. Mas allé de los datos sobre total de visitantes, de alguna informacién sobre procedencia y nacionalidad, y a veces datos aislados sobre sexo y edad, no sabernos mas. Creo que urge aplicartécnicas etnograficas al estudio de visitantes a sitios (ver Gary Machlis, «Ethnography asa Research Tool in Understanding Park Visitors» en Machlis y Donald Field (eds.) On Interpretation, Oregon State University Press, Corvalis, 1992. Utilizando también la técnica de «mapas conductualese, en que se registea la trayectoria seguida por los vsitantes, asi como en qué pone su tiempo y su atencién; David Prince,+Approaches to Summative Evaluation» en John Thompson (ed.), Manual of Curatorsbip, Butterworth-Heinemann, Oxford, 1992, p. 699, nota 10. La interpretacin tematica y la conservacién 459 sitio, compra los videos respectivos, lee libros y llega armado de sendos y sesudos tomos para apoyar su visi S\_Elpiblcopromedio mis bien se limita a subir bla pirkmids, es « cs, sin duda, es una contribucidn de la arqueologia mexicana a la salud cardiovascular mundial: lo que he llamado@@etODICOSM@EqUEDIOBIEOS>. Este publico, aunque les sea dificil creerlo a mis colegas, no encuentra terriblemente interesantes nuestras tan arduamente logradas y doctamente expuestas explicaciones sobre secuencias cerd- micas 0 constructivas; prefiere las historias fantasticas que cuentan muchos guias, en las que cuando menos los ovn1's o la Atlantida logran darle un sentido a lo que el visitante ve; un sentido que los profesionales de la arqueologia generalmente no al- canzamos a provocar, al menos no con nuestro enfoque usual centrado en periodos y tipos, migraciones y estilos, detalles de técnica constructiva, dimensiones y des- cripciones de edificios, 0 arcanas menciones a la iconograffa de atin mas arcanas dei- dades prehispdnicas. No se me malinterprete: no estoy diciendo que la informacién arqueoldgica per se no es interesante para el publico, o que podamos prescindir de los datos que pre- cisamente le dan sentido al patrimonio; lo que sefalo aqui es que, al menos para el conjunto del publico, la manera en que comunicamos esta informaciGn aparente- mente no esta teniendo el resultado que esperabamos 0 nos gustaria que tuviera. Por desgracia, el publico promedio (si es que tiene sentido hacer tal promedio), mas bien acaba muchas veces solamente cansado, insolado, muchas veces aburrido y en ocasiones incluso harto.® Es solamente el valor estético de los sitios el que normal- mente salva el dia, y lo que permite que cuando menos esa dimensién del patrimo- nio sea apreciada parcialmente, provocando una sensacién de asombro, respeto, admiracién e incluso de reverencia y orgullo. Creo que més que declarar incompetente e impreparado al publico hay que em- pezar a preguntarnos qué sucede en la experiencia de la visita a un sitio y como mejorar la eficacia de lo que hacemos para comunicar los valores del patrimonio. Patrimonio éde quién? Por ultimo, un punto crucial es que el ptblico no siente el patrimonio como suyo no solamente porque tiene dificultad en establecer la liga entre presente y pasado, sino por razones mucho més pedestres pero mas vitales: no siente que derive algin be- ® sta es, por supuesto, una generalizaciOn; los arquedlogos hacemos también muchas cosas exitosas, tanto en sitios como en museos. En cualquier caso, se requieren estudios de publico para ver en qué proporcién nuestras iniciativas realmente cumplen sus objetivos. 460 Manuel Gandara neficio inmediato de él. Este problema es particularmente acucioso en las propias co- munidades vecinas a los sitios (0 que estan literalmente encima de los sitios). Estas comunidades muchas veces no obtienen beneficio directo de la puesta en valor de los sitios, que més bien acaba canalizada hacia las grandes empresas turisticas, los opera- dores de viajes, hoteles y restaurantes, mismos que, cuando mucho, emplean a los ve- cinos en trabajos menores. En otras ocasiones, respetar un sitio puede implicar sacrificar tierras agricolas, acceso a materias primas y recursos del bosque, 0 a terrenos de bajo costo sobre los cuales fincar su habitacién (Ham y Sutherland contrastan entre las pro- porciones de tierras y reservas federales y otros tipos de propiedad en Estados Unidos y en otras partes del mundo).’ Por otro lado, esté el dilema de preservar el pasado o permitir el paso al futuro, como cuando hay que construir una presa hidroeléctrica que beneficiar4 a millones, a costa de destruir toda una region arqueoldgica. En estos casos, el argumento del arquedlogo de que «hay que respetar el patri- monio» no solamente suena curiosamente hueco, sino que enfrenta a la comunidad ante el espectéculo muchas veces de cientos de hectdreas protegidas en las que, a Sus ojos, no pasa nada ni se beneficia nadie. Estos agentes sociales han sido muchas ve-ces menospreciados por los grandes proyectos de desarrollo arqueoldgico, con las consecuencias que eran de esperarse y que, a todas luces, mds bien dan la impre- sion de que lejos de mejorar, empeoraran. Las comunidades empiezan a reclamar una participacién mds activa en la explotacién de lo que ellos consideran «su sitio» (Robles presenta una excelente discusidn sobre este problema, especialmente en re- ferencia a la tenencia de la tierra, ilustrado con casos de Oaxaca)." Aunque en oca- siones mas que las comunidades en si los mas vocales reclamantes sean grupos organizados de gente externa a la comunidad, lo cierto es que el problema existe y se ha presentado con particular virulencia en lugares como Teotihuacdn o Tulum.” Locales 0 extrafios, los habitantes y en muchos casos los «poseedores» (por la via de los hechos) de los sitios arqueolégicos, cada dia quieren més participacién de las ganancias que genera la arqueologia. Y lo mismo puede decirse de las autoridades loca- * Ham y Sutherland, «Crossing Borders and Rethinking the Craft - Interpretation in Developing Countries» en Machlis, Gary and Fiels, (eds.), op cit, pp. 251-274. "Nelly Robles, £! manejo de los recursos culturales: el caso de Oaxaca, cnca-inat, Oaxaca, 1998. "De hecho, como he propuesto en otro momento (Géndara, «La lucha por el: patrimonio....), quizd el papel central de ia arqueologia hoy dia es menos la produccién de conocimiento cientifico que la produccién y destruccién de valor en el sentido capitalista. Creamos valor al participar en la apertura de sitios y museos que se convierten en productos» que son el eje de toda una industria de servicios, particularmente los turisticos; destruimos valor cuando ~onificamos dreas yrestringimos su uso, abatiendo el precio de lo bienes raices, por ejemplo. Esta idea es objeto de otro texto actualmente en preparacién, en el que se trata en detalle.) La interpretacion temdtica y la conservacién. 461 les, municipales y estatales, que no solamente han reclamado, sino que, de hecho, han instrumentado ya, como en Yucatan, sistemas de doble tarifa de ingreso (una para el INAH, otra para el estado). De esta manera, no solamente contribuyen al mantenimiento e investigacion de los sitios, sino que obtienen algdn beneficio marginal que apoya otros proyectos y necesidades locales y regionales. La preocupacién es que esta pre- sién continua por usufructuar los sitios vaya eventualmente en su detrimento, al preva- lecer el aspecto mercantil sobre el de conservacidn. En este sentido, el papel del iva como regulador y responsable de la normatividad adquiere una importancia vital. éLa moraleja? Me parece que podemos concluir esta seccién sefialando que, en efecto, se lucha una batalla por el patrimonio; que ésta se recrudecerd, a medida que la iniciativa privada, por un lado, y las comunidades locales regionales y estatales, por el otro, reclamen sus derechos a explotar el patrimonio a su favor. Porque el tamafio del patrimonio hace utdpica e ilusoria cualquier defensa que descanse solamente en manos de los arquedlogos y las instituciones oficiales. Y el unico y quiz4 mds podero- so aliado que tenemos en esta batalla es la propia sociedad civil, el pdblico. Pero si el publico no disfruta su visita, si las comunidades inmediatas no partici- pan de los beneficios, lo mas probable es que en el futuro no haya sitios que conservar, © que se hayan transformado muchos de ellos en parques de diversiones estilo Xcaret." De ahi la moraleja de esta seccidn:| De ahi también la raz6n de ser de este * GaSe er re DRS SOITESMaALCRD éCual de todas? Lo primero que hay que sefialar es que el término «interpretacién» es, por supuesto, un término con miiltiples significados. En arqueologia no nos es ajeno, dado que se usa en articulo} "No se me malinterprete, no se propone que Xcaret carezca de méritos. De hecho, es un exitoso parque de diversiones que realmente aporta algo al vsitante. El problema es diferente: es uno de autenticidad y de impacto sobre los recursos culturales. 's Esta idea, centrarnos en el pilico, fue presentads por primera vez en el Diplomado de Museologia dela ena, coordinado por Marcela Montellano, a quien agradezco la invitaciGn, Hasta donde sé, ésta fue la primera mencién de la interpretacion tematica en México; Enfoques centrados en el visitante: la interpretacion temdtica, conferencia durante el Diplomada de Museologfa de la enatt, México, 1992. 462 Manuel Gindara contraste con el término «descripcién», aunque rara vez se defina o se aclare qué impli- ca lograr la «interpretacion». De manera mas reciente, y sobre todo como influencia de las corrientes posmodernas impulsadas desde Inglaterra por autores como lan Hodder," se ha aproximado més este término al sentido que tiene en la corriente hermenéuti- ca," en que interpretar es desentrafiar el significado de un texto y, por extensién, de un evento 0 proceso. Usado asi, el término se relaciona al objetivo cognitivo'’ de . (HICEPRCMaE Seta tMagUCInUSMUNNGIOMAlaIOEED Ser este sentido del término el que utilizaremos en este ensayo. La diferencia es importante, dado que, de otra manera, el término se presta a confusiones. Por ejemplo, algunos arquedlogos podrian sostener que ellos han in- terpretado toda la vida sus materiales. En efecto, quiz lo hayan hecho en el primer sentido del término (el de desentrafiar el significado), pero no necesariamente en el segundo, de traduccién, que enseguida definiremos.” Por supuesto, ambos signifi- cados estan relacionados, pero mientras que uno se deriva explicitamente de la tra- dicién académica hermenéutica, el segundo tiene un origen més mundano, conectado “Jan Hodder, Interpretacién en arqueologta, Critica-Grijalbo, Barcelona, 1994. * De manera informal, podemos definr ala hermenéutica clisica como la disciplina que se ocupa de los proble- mas de la interpretacién de textos; sus origenes se remontan 2 la interpretacién de la Biblia, pero cuando menos @ pattir del siglo xx se extendieron sus procedimientos y técnicas hacia la interpretacin de otro tipo de textos — incluyendo documentos histéricos y literarios— y, a partic de la incorporacién de este enfoque en las ciencias «de! cespirtue, como llamaba Dilthey las que hoy conocemos como ciencias sociales, se extendié a la interpretacion de las acciones y productos sociales. "En el sentido de «objetivo del conocimiento, es deci, del tipo de conocimiento que se busca obtener. Para una definicion més detallada, ver «EL analisis de posiciones tedricas: aplicaciones a la arqueologia socials, en Boletin de Antropotogia Americana, volumen 27, 1993, pp. 27-28. Estas una de las razones por las que prefiero el término sinterpretacidn temiticar, porque el calificativo adicio- nal evita confusiones. Por otro lado, como se ver la interpretacién temitica afade ciertas restricciones 0 requisitos @ una interpretacién en el sentido que nos interesa aqui a interpretacién vemdvica y la conservactén... “ss a las tareas practicas de los guias en parques, sitios, bosques i i terrenos fede estadounidenses, y enfatiza el aspecto de la traduccién. ques y federales Freeman ae os i la interpretacién como: actividad educativa orientada a revelar los significados yy las relaciones a través del uso fe objetos originales, experienctas de primera mano y medios ilustratives, mds que el simple- mente comunicar informacion fac En esta primera definicién, el sentido del término es mas parecido a su acep- cién hermenéutica normal, de desentrafiar el significado. Nétese que s¢ contrasta, desde este momento, con la operacion de simplemente ofrecer datos, y que de en- trada se le asocia a una actividad educativa apoyada no en conferencias, sermones 0 doctos tratados, sino en experiencias de primera mano. En el resto del libro es claro: que la labor del intérprete del patrimonio histérico y natural es la de un traductor, 0 la de un facilitador de la traducei6n; Debemos recordar que el visitante est4 finalmente viendo las cosas a través de sus propios ojos, no los del intérprete, y que esta siempre traduciendo, lo mejor que puede, las palabras de éste 2 cualquier cosa que pueda referirlo a su experiencia y ‘conocimientos intimos. Pongo la frase lo mejor que, puede, en itdlicas, para enfatizar asi la importancia de facilitar esta traduceién tanto como sea posible. Palabras como dendrocronologia, fotosintesis y biota, asi como las excursiones a la taxonomia en latin no solamente no le ayudan al visitante, sino que lo detienen...* La interpretacién tematica Sam Ham, uno de los herederos y continuadores de la obra de Tilden,” ha definido con més precisi6n la idea de interpretaciOn en el sentido que nos interesa aqui, ade- més de imponer requerimientos adicionales para que algo califique como lo que él lama interpretacion «ambiental 0 tematica: s+ tatradocei dtingls de vodas us has tesrues cla, reeman iden Interpreting our Heiage, Useiny of North Carolina, Chapel! Hill, 1977, p. 8. * Ham teabaia, 1 oven ln interpreaci de recast, aunque su enfoque se wa antsy © asilo destaca en su libro— en iba a Tos ecrsos cares. De ab qe coninuament haga referencia P09 ambiental. 5 eal aba de aetancay ela rani de aise, as oS ‘sito de que la buena | ie ene demi o pun cena que perme habla dees ~ de que ene teri emi pr sini gel de nerprcacn abies Meni Fae an sun dela eqs fedancte e buen interpre, 464 Manvel Gindana a traduce de yoria de la gente la concibe como el proceso a través del cual una pet | un lenguaje a otro lenguaje, por ejemplo de espaol a inglés o de inglés a espafol En su nivel mds bisico, eso es exactamente lo que es la interpretacion, traduccion. La interpretacién ambiental involucra la traduccion del lenguaje técnico de alguna ciencia natural o campo relacionado, hacia términos € ideas que personas que No sean cientificos puedan entender facilmente. E implica el hacerlo de manera tal que sea in- teresante y entretenida para esas personas.” Como puede apreciarse, el énfasis sobre la traducciGn es muy claro en esta cita. El intérprete del patrimonio natural o cultural traduce a un lenguaje coloquial, in- teresante y entretenido, las ideas y conceptos de los expertos. Su propdsito no es transmitir informacién, sino los puntos centrales y los significados, ideas y relacio- nes més que ciftas y datos; y es eso «...lo que distingue a la interpretacién de la instruccién convencionals;® en 1a interpretacién «los datos cuidadosamente selec- cidnados pueden apoyar, ilustear e iluminar, pero nunca son un fin por si mismos»."* De ahi el requerj i A este punto regresaremos. Un poco de historia La interpretacion surge de la necesidad, detectada cuando menos desde fines del siglo pasado, de proteger bosques, parques naturales y sitios histéricos y arqueold- gicos a través de una participacién activa del publico. Para ello, era imperioso, pri- mero, que el publico pudiera entender la importancia de estos recursos. El problema es que esta importancia, patente para los especialistas que se dedican al estudio de dichos recursos, no es obvia para los visitantes 0 el publico en general. Es necesario «interpretarlos» para que el puiblico los aprecie y los proteja. Tan no es obvia esta importancia que la mera contemplacién ¢s insuficiente.* Los fundadores del movimiento ecologista moderno se dieron cuenta de esta proble- matica. Por ejemplo, si para que una persona aprecie la complejidad y fragilidad de Bn el sentido de eenfoque. 2 Ham, Enviromental Interpretation, Noch American Press, Golden, 1992, p.3, » biden. * idem, bidem. ie ciara, Museo espacis, nuevas eateias nueas lenolgias, Yelecursos, Cento Mukimedia wer Eost jode 1998, La interpretacin temética y la conservacion. 465 los ecosistemas de un bosque fuera suficiente con que esa persona contemple el bosque, bastaria con hacer carreteras llenas de obstdculos («topes», retenes 0 simila- tes, 0 quizd observatorios) a través de los bosques y ipresto!, se habria logrado una comprensién adecuada. Por supuesto, esto no es asi. La mera contemplacién, que sin duda tiene muchas ventajas y efectos positivos, no es por si misma capaz de ilus- trarnos sobre el significado de un ecosistema o de un sitio arqueolégico. De ahi la necesidad de «guiar» al visitante, ya sea en persona o mediante otros medios, y tra- ducir ese significado de forma que pueda ser captado por el piblico Este es el origen de los programas de interpretacién que instrumentaron desde hace ya décadas las agencias mencionadas (nPs, Nfs, BLM). En un principio, se llamaba «naturalistas de campo» 0 «guias de la naturaleza» a las personas encargadas de faci- litar la comprensién de los visitantes; con el tiempo fueron conocidos como «intér- pretes naturales», precisamente porque no solamente «guiaban», es decir, conducian y ofrecian narraciones de sus respectivos recursos, sino que «traducian» para el pu- blico el sentido e importancia de esos recursos. Asi, para la segunda década de este siglo se contaba ya con intentos de sistema- tizar los principios de la interpretacién. Enos Mills publica en 1920 Adventures of a Nature Guide and Essays in Interpretation,” que condensa la experiencia obtenida cerca de veinte afios de trabajo en parques nacionales. Este trabajo es el precursor inmediato del que, para muchos, es la figura mas importante de la interpretacién: Freeman Tilden. Originalmente dramaturgo, Tilden trabajé de cerca con intérpretes en el nes, aprendiendo de ellos y a la vez nutriendo los esfuerzos de éstos con la sensibilidad, erudicién y amplitud de horizontes facilmente apreciables en su obra. Quiz4 el hecho de que fuera un hombre de teatro y no un bidlogo 0 arquedlogo le dio una frescura de enfoque que es més dificil de encontrar en los especialistas.” Cuando menos le facilité no perder de vista la importancia del publico y sus intere- ses y necesidades. Tilden intent sistematizar y teorizar el trabajo de interpretacién en su libro clasico Interpreting our Heritage (originalmente publicado en 1957). Presenta ahi seis principios de interpretaci6n que, en su opinidn, son la base del trabajo practico, o cuando menos son capaces de orientarlo en el sentido deseado. El libro de Tilden ha sido reeditado dos veces; la ultima edicién aparecié en 1977, e incorpora, incluso, Douglas Knudson, Ted Cable y Larry Beck, Interpretation of Cultural and Natural Resources, Venture Publishing, State College, Pensylvania, 1995. ™ En México tenemos la fortuna de contar con algunos casos de colegas que conjuntan varias habilidades sin ‘menoscabo del resultado final. Quiz4 el ejemplo més notable sea Carlos Navarrete, el mds literaio de los arquedlogos. 466 Manuel Géndara comentarios premonitorios del autor en cuanto al creciente uso de la tecnologia en la interpretacion,? El momento siguiente en esta secuencia de autores centrales es, en mi opinién, Sam Ham. Este naturalista retomd la herencia de Tilden y la enriquecié con otras con- tribuciones: notablemente, con ensefianzas derivadas de los avances de la psicologia cognitiva (que apenas se iniciaba cuando Tilden escribié la primera edicién de su li- bro), elementos de la teoria de la comunicacién y una plétora de sugerencias prdcticas. De hecho, el titulo entero de su libro es Environmental Interpretation. A Practical Guide for People with Big Ideas and Small Budgets.® Como el lector recordard, es la definicién de Ham la que hemos adoptado, y su posicién basica la que guia nuestro trabajo, como interpretacién temdtica. Ham retoma los seis principios de interpreta- cién de Tilden y afiade premisas y ejes fundamentales para convertir precisamente la interpretacién en interpretacién tematica. Regresaremos a estos elementos. Durante esta década se ha visto una proliferacién de titulos que han comple- mentado, extendido y profundizado la obra de estos autores. Se cuenta ya con varios manuales generales incluso para apoyar la docencia en contextos formales académi- cos (de los que destaco Interpretation of Cultural and Natural Resources) *! Estos autores incorporan nuevos elementos, que aunque aparecian ya en la literatura, par- ticularmente en la de museos, son retomados de manera integral, como la pedagogia constructivista derivada de Piaget, elementos de psicologia dindmica de Maslow y teorfas sobre la persuasién.” Se posibilita asi una nueva sintesis, que retomando toda esta herencia intenta producir una integracién mas amplia, y convierte los seis principios de Tilden, las premisas de Ham y los aportes de esta década en quince principios de interpretacién para el siglo xx: me refiero a la obra Interpretation for the 21 Century. Fifteen Guiding Principles for Interpreting Nature and Culture, que aparecié cuando este articulo entraba en su fase final de preparacién, por lo que aunque se haré mencién a algunas de sus propuestas, queda para otro trabajo el hacer un comentario mas amplio de los aportes de estos autores. *Tilden, op cit, Cap. xm. % Ham, op cit; aprovecho para reconocer mi deuda eterna con Gus Pantel, Kent Schneider y el National Forest Service, Regién Suroeste/Puerto Rico, gracias alos que me enteré de la existencia de este libro, cuya lecturatransfor- mé por completo mi vision sobre la difusién de la ciencia y me inici en el campo de la interpretacién temitica. Cable, Knudson y Beck, op cit. ® Ibidem, caps. 4, 5,7, por ejemplo. » Beck y Cable, Jnferpretation in the 21tb Century, Sagamore Publishing, Champaign, 1998, 1a interpretacién temdtica y la conservacién. 467 Los principios de la interpretacién Los seis principios de Tilden son el punto de partida de las teorizaciones posterio- res. A continuacién los enumero con algunos breves comentarios. ropa experienc person ses que a interpretacon ha de ene Exton gat logia, pedirle a la gente que entienda automaticamente la importancia de que un edificio sea «postcl4sico temprano, costa oriental de Quintana Roo», es pedirle de- masiado si no conectamos antes ese dato de manera significativa con algo que se vincule con Ia experiencia vital del visitante. De otra manera, 0 el dato sobra o el intento «sera estéril>, La interpretaci6n «revela», en el sentido de mostrar lo que estaba oculto, de ocasionar una sensacidn a la vez de sorpresa y de asombro ante algo que se est «descubriendo». Por eso, no es lo mismo que aportar datos. Los datos son la materia prima de la interpretacidn (y por ello investigacién e interpretacién son parte de un mismo ciclo basico, de un circuito intimamente conectado). La investigacién es la base de la interpretacién. Pero interpretar es mas que reportar los avances de la in- vestigacidn: es traducirlos, «revelandolos» para el piiblico. No es lo que normalmen- te hacemos en arqueologia.* IIL La interpretacién es un arte, que combina mucbas artes, ya sea que los materiales pre- sentados sean cientificos, bistricos 0 arquitectonicos. Cualquier arte es basta cierto grado «ensenable».” El titulo del capitulo es, en este caso, quizd mds instructivo que el propio prin- cipio «La cosa es la historia» —en el sentido de «el cuento» o la enarracién» (the story Tilden, op cit, p. 11. > Ibidem, p. 18 % Una excepcién notabilisima es Pifla Chan, que fue capaz de conmovernos hasta ls lagrimas con su extraordina- rio relato de las aventuras y desventuras de Quetzalcéatl-Kukulcén cuando tomamos clase con él llé por 1970-1971 en larva » Ibidem, p. 26. 468 Manuel Géndara is the thing )—. El arte tiene la virtud de presentarnos con unidades significativas, tal como sucede en un buen relato. Esta capacidad de integracidn del arte hay que retomarla en la interpretacidn. Por otro lado, no se trata de hacer de los intérpretes poetas, ni todos seguramente tendremos talento para hacer de nuestra interpreta- cién obras memorables, aunque, como el principio dice, es posible entrenarse para mejorar. Es un principio que nos da esperanza como arquedlogos. . iEsta es una idea que debiera generalizarse incluso a los contextos escolares! Ham la convertira, mas tarde, en uno de los ejes de su propuesta. La gente no va a que le den clase cuando visita un sitio o un museo. Nuestra tarea no es reproducir el tedio del salén de clase en el sitio, sino, por el contrario, provocar, fomentar el espi- ritu de busqueda y descubrimiento, retar, inspirar. Aunque inicialmente suene un tanto criptico, Tilden aclara: Es definitivamente preferible que el visitante (...| se leve con él una o mas imagenes de una totalidad en su mente, que con una mélange de informacién que lo bace dudar in- cluso sobre la esencia del lugar, e incluso en duda sobre para qué, de entrada, es que se preserve. De hecho, el principio en cuestién alude a dos tipos de totalidades: la que Presentard el intérprete al visitante -y que Ham retomara precisamente como el «tema» 0 «tesis» de la interpretacién; y a la totalidad del visitante mismo, que no es solamente capaz de razonamiento, sino también de emocién.*! Este es quiz4 uno de los puntos mas débiles de los programas actuales de difusidn de la arqueologia: presentamos muchas veces datos aislados que no logran constituir totalidades en el sentido de «tesis» 0 «narrativas» capaces de mover emocionalmente a nuestro ptblico. % Ibidem, p. 32. » Ibidem, p. 40. © tbidem, p. 41. “Este Gltimo sentido del principio coincide con pronunciamientos pedagégicos recientes en torno a la llamada sensefianza a la totalidad del cerebro», es decir, no solamente a la corteza superior, en que residen las facultades logicas, sino al cuerpo reptileano, en donde se alojan la pasién y otras emociones; Renate N. Caine Geofitey Caine, Teaching and the Human Brain, asco, Alexandria, 1991. La interpretaci6n temdtica y la conservacion. 469 Este principio nos recuerda que los nifios no son «adultos chiquitos», ni retrasa- dos mentales; dependiendo de su grado de desarrollo, tienen facultades particular- mente receptivas para una interpretacion que los provoque, los rete y los inspire. Y, de hecho, este principio podria aplicarse igualmente a otros segmentos de edad, como el de la tercera edad, y es parte de las ideas de «acceso total», en que se busca que la interpretacion llegue a todos los publicos, incluyendo el de los discapacitados (es el principio vi de la propuesta de Beck y Cable, @HPSEpretaclon|paralel|lapsoyroralydeyla> vidas. El libro de Tilden es demasiado rico como para intentar sintetizarlo; es, ade- més, un libro altamente disfrutable y muy lefble, asi que detendré aqui mi relato sobre sus principios, para centrar la presentacién en la forma en que Ham retoma estos principios y los complementa y enriquece con su propuesta de interpretacién tematica. Como se sefialé antes, Ham presenta su propuesta en su obra Environmental Interpretation, y aunque el grueso de este libro son sugerencias de orden practico para emplear recursos interpretativos de bajo costo y alta efectividad, la primera par- te del libro es una auténtica joya de claridad teérica.® Ham contrasta la comunicacién que ocurre conforme a un enfoque interpretativo de aquélla centrada en simplemente transferir datos, sefialando cuatro «calidades» basicas que la hacen diferente, y que, en conjunto con otras tantas premisas, consti- tuyen el centro de la propuesta temdtica.* En mi propia sintesis y version gandaresca del asunto, se pueden resumir de la siguiente manera, empezando con las premisas:” * Ibidem, p. 47. © Beck y Cable, op ct, p. 69. “Ham utiliza explicitamente el término; «...cuando la interpretaciGn tiene una tesis tiene un mensaje. A esto le llamamos “interpretacién tematica’s; Ham, op cit, p. 33. * Ibidem, pp. 1-44 « ibidem, pp. 8. © 4 diferencia de Tien, que explicta sus principios, en el caso de estas premisas Ham simplemente las incluye ‘en su texto, Por ello, esta formulaci6n es mi propia interpretacién —Ham es inocente en caso de que este recuento no ‘sea leal a su intencién—. 470 Manuel Gindara @z publico visitante no es un auditorio cautivo; se puede ir cuando quiera y prestar o no prestar atencién. I puiblico va a divertirse y de paso aprender, y no a una experiencia esco- lar, rigida, formal y aburrida. A diferencia de la escuela y otros contextos formales, en un contexto interpretativo el publico no esté obligado a tolerar discursos aburridos. iErgo, no vino a oir clase, ni a leer «cédulas-libro», ni esta obligado a soportar los «rollos» téc- nicos de los especialistas! | publico responde de acuerdo a las capacidades y limitaciones caracteris- ticas del aparato cognitivo® bumano. Esta es el rea en que Ham mejor enriquece la propuesta original de Tilden: incor- pora los hallazgos de la psicologia cognitiva para proponernos un perfil de las limitacio- nes y capacidades reales de los visitantes. Por ejemplo, recupera de Miller el hallazgo de que tenemos una capacidad de atencidn y retencién limitada, «el magico mimero siete»: Miller encontré que nuestra memoria de corto plazo, con la que operamos normalmen- te, no puede retener mas allé de siete mas o menos dos elementos, independiente- mente de la naturaleza de éstos. Por ejemplo, tenemos dificultad de recordar secuencias de numeros més alld del séptimo. Pareceria que conforme esta zona de memoria se satura, los datos se empiezan a borrar para dar cabida a datos nuevos, limitandose asi nuestra capacidad de retencién. Una forma de superar esta limitante es la de «agrupar» (en inglés chunking, hacer trozos) en segmentos més pequefios y digeribles, que re- duzcan el numero total de elementos que ocupan la memoria de corto plazo. De ahi que sea mas facil recordar «618-20-9%» que «6,1,8,2,0,9,9»: nuestra mente organiza en un numero menor de elementos, dandole de paso una estructura a la informacién. Las implicaciones practicas de éste y otros hallazgos son que el publico no re- tendra més alla de un namero limitado de ideas, y que este numero se incrementaré a medida que el publico encuentre cémo reacomodar esas ideas en grupos organiza- dos y significativos. Otra idea, en este caso explorada con mayor profundidad por otros autores, es a del «switch interno-externo»:® la inmediata habilidad de nuestro aparato cognitivo para dejar de atender al mundo externo si lo que sucede en éste es menos interesan- te 0 atractivo que lo que sucede en el mundo interno. Este fenédmeno es, por desgra- cia, demasiado conocido en el medio escolar y académico: la atencidn del publico se *Y yo agregaria ey fisiologicos © Ham, op. cit, p.8. La interpretacién temdtica y la conservacién... 47 vuelca al interior de la mente cuando la presentaci6n es aburrida (resulta mds intere- sante preguntarse «pero, realmente me querr el objeto de mi deseo”, o «ésubira el délar’», que oir los fascinantes detalles de una cronologia ceramica). Este switch opera de manera practicamente automatica, es normal y, en consecuencia, no es que el pu- blico sea descortés, no tenga interés o sea mal educado: simplemente responde como nuestro aparato cognitivo est disefiado para responder. Ham recomienda «perso- nalizar» la interpretacion para lograr que la atencidn se sostenga.” \drfamos ampliar estos comentarios a la necesidad de tomar en cuenta los efec- tos de la fatiga, la insatisfaccién de necesidades basicas y otros elementos que afec- tan la eficacia de la interpretacién; factores que los expertos parecemos olvidar a ratos. Pero el pblico esta constit después de todo, por seres bumanos, com- pletos, con todo y estas imac Ham insiste en que los sitios y parques son contextos diferentes no solamente en cuanto al tipo de experiencia y de publico, sino porque ofrecen precisamente oportu- nidades educativas y comunicativas Unicas: el poder conocer objetos, espacios y paisa- jes de primera mano. Otros autores destacan precisamente el poder de los objetos como mecanismos didacticos, su capacidad para apoyar el aprendizaje en estilos mas ligados a la experiencia directa, a lo concreto.® Por eso es que la invitacin a participar es una de los mejores recursos. Adicionalmente, la gente va a sitios y museos no sola- mente para aprender, sino, como sefialamos antes, para disfrutar, compartir, asom- brarse e incluso reverenciar. La interpretaciOn tiene que ser respetuosa de todas estas modalidades. Pasemos ahora a las «calidades» de la comunicaci6n interpretativa,* que yo pre- fiero llamar «los ejes de la interpretacion tematica»: » Los pedagogos han destacado desde siempre que hay una relacién entre motivacién y atencién; y aunque sin dduda hay gente que padece de sindromes como el de atencién reducida, el pablico normal es capaz de mantener su atencin lo suficiente como para captar la «gran ideas, etesis» 0 «mensaje» de nuestra presentacién, 51 Ham, op. cit, pp. 13-14 * Ibidem, pp. 56. ® Susan Pearce, Archeological Curatorship, Smithsonian Institution Press, Washington, D. C., 1990; Hooper- Greenhill, op. cit. + Ham es claro de que este tipo de comunicacién no se limita al trabajo de los «intérpretes ambientales»o stemati- cose, sino que es un enfoque comunicativo comin incluso en la vida cotidtana (Ham, op. cit, p 34), para no hablar de su ‘empleo en los medios, como la television o la prensa. Una buena comunicacién sucle ser temica en este sentido, y por «ello noes privilegio exclusivo de la interpretacin, Por otro lado, hay interpretacién no necesariamente temética—como cuando se prvilegia l descripcién de algo, més que la creacién de un sentido mas completo en el usuario. oe Manvel Gandara 1. La interpretacién es placentera.® La interpretacién debe ser entretenida; es informal y no escolar; usa adecuada- mente el humor, y yo agregaria que no por ser seria debe ser solemne. 2. La interpretacion es relevante.* La informaci6n relevante tiene la cualidad de ser a la vez significativa para el que la recibe y ser personal. Significativa, porque se conecta a algo que ya existe en nuestro cerebro, de forma tal que podemos darle sentido (algo que la terminologia especializada y obstrusa impide en vez de ayudar); se trata de ir de lo conocido y familiar a lo desconocido, en un movimiento en el que los ejemplos, la analogia y las comparaciones son de gran utilidad. Por otro lado, es personal, dado que se liga no solamente a algo que la gente sabe, sino que a la gente le interesa, la mueve, le pre- ocupa. Cuando este requisito se cumple, la informacion puede producir nuevas re- flexiones y efectuar un cambio en los que la reciben.®” La atenci6n se concentra mejor en lo que atafie al escucha, por lo que la personalizacién, la comparacién «auto- referencial> (* 1a llamada «ley de Schramm» propone que si la gente tiene que poner atencién no lo hard si tiene que esforzarse demasiado. Este principio fundamental ha influido mucho en el desarrollo de materiales de entrenimiento masivo. Aplicado a la interpretacion, resulta en que la buena interpretacién debe ser muy entretenida y facil de seguir. Es decir, que la recompensa debe ser mayor al esfuerzo si queremos que la gente se in- volucre. La facilidad de seguir la informacion, a su vez, depende de que esté claramen- te expuesta y organizada, y que esta organizaci6n sea evidente para el que la recibe.® Precisamente, es crucial que el mensaje gire en torno a una idea central o tesis; tam- bién es importante que el nuimero de ideas subordinadas a esta idea central no supere siete mas menos dos (aplicando el «mégico siete» de Miller). La interpretacion tematica tiene una estructura clara y perceptible, tiene un orden que facilita su retencidn, Ibidem, p. 9. *bidem, p.12. 5 Ibidem, p.13. * Ibidem, p.19. * Ibidem, p. 20. La interpretaci6n temdtica y la conservacién 473, @u interpretacion tiene una tesis, punto o mensaje (theme).” La buena interpretacién tematica recupera los elementos de un buena narrati- va‘ (principio, desarrollo, fin y mensaje); como proponia Tilden, la cosa es el cuen- to, la historia. ¥ es esta idea central o tesis la que permite seleccionar qué materiales se usan, en qué secuencia y ante qué ptblicos son los indicados. Otros autores le llaman a este theme de manera més directa, thesis, que es el término correspondien- te al nuestro, de tesis, o bien la «gran idea» 0 «idea-fuerza».? Aqui, por desgracia, no nos ayuda la ambigtiedad del término «tematica». Pero si recordamos que «tema» se entiende en sentido de «tesis», las cosas se aclaran. Otra manera de verlo es notando la diferencia entre «t6pico» (que es uno de los sentidos de «tema») y «tesis». Por ejemplo, «ciudades abandonadas» es un t6pico: «todas las ciudades sufren cambios a lo largo de su historia; algunas son incluso abandonada»; «es importante entender por qué...», es una tesis (que quiza fuera relevante a mu- chos sitios arqueoldgicos). «Cholula» es un tépico o tema; «Cholula erz el lugar don- de se investia a los emperadores aztecas, tal como lo hacfa en Europa durante mucho tiempo el Vaticano», es una tesis. Es la tesis la que permite articular el resto del discurso y proponer una totali- dad que el visitante puede Ilevarse consigo al final de su recorrido por el sitio o el museo. Quiz el visitante no recuerde las fechas precisas en que Cholula fue impor- tante, o el nombre o dimensiones de sus edificios; pero si alcanza a recordar que una parte de su importancia, al menos al final de su historia, se relacionaba con el papel que desempefié como legitimadora del poder, entonces logramos algo. Si, ademés, aprende que es posible hasta cierto punto conocer cémo era Cholula prehispanica gracias a que se ha preservado la evidencia, y al trabajo de los arquedlogos e institu- ciones que los patrocinan, entonces logramos mucho més. Si logramos que sienta y sepa que él 0 ella puede contribuir a esta conservacién, y quiera hacerlo, entonces, como se dice en mi escuela, «ya la hicimos». * La formulacion original de Ham es «interpretation bas a themes, pero theme en espafol se puede confundir con «temas, en el sentido de contenido —y la propuesta de Ham implica mas bien theme en el sentido de «idea rectora, tesiso mensaje. Por esto, cuando pregunto el tema de una interpretacidn temética, no es legitimo contestar Cholule, +Yagub, 0 cualquier otro contenido, dado que ése es un sustantivo (y tema o t6pico en el sentido castizo), pera no tesis o mensaje en el sentido temético que propone Ham; ibidem. p. 21 ©! Véase Kieran Egan, Teaching as Story Telling, University of Chicago Press, Chicago, 1986. Para una excelente discusion sobre la fuerza didactica de la narrativa. © Beverly Serrel, Exbibit Labels. An Interpretative Approach, Altamira Press, Walnmut Creek, 1996. De hecho, existe un un enfoque, derivado del de Ham, que se llama explicitamente «:bests-based interpretations (propuesto por Lundberg en 1977, citado en Cable y Beck op. cit., pp. 62-63). La idea es hacer énfasis en la diferencia entre tema y tesis ama Manuel Gandara Es precisamente la tesis la que organiza a la interpretacién, en concordancia con el eje que establece que la interpretacién debe estar organizada. Normalmente, en el documento de planeacién de la interpretacién tematica de un sitio (el llamado «plan de interpretacion») se incluye una tesis central y otras subordinadas, preferiblemente no mas de siete, considerando las limitaciones cognitivas mencionadas. Entre estas te- sis pueden incluirse mensajes sobre el trabajo arqueoldgico y de conservacion y, si las instituciones han hecho una labor realmente loable, entonces es no solamente legiti- mo, sino de justicia, que ése sea un mensaje mds. A su vez, es comun que el plan de interpretacién sea un componente del plan mayor de manejo de sitio. ‘A primera vista, la idea de que la tesis organiza y coordina, y que no es lo mismo que un tépico, es de una simplicidad tal como para rayar en el perogrullo. Pero baste recordar muchas ponencias que se han tenido que soportar en congresos, 0 las tipicas conferencias de las cuales uno sale y se pregunta

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