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Cy Martin id Seoane Cm Las heladas aguas del SA Atlantico Sur fueron testigo bic pete de uno de los conflictos i> Pie TMU acxe) [hose Malet f0} aca DTH siglo, La maquinaria militar seine britanica formo la mas EL ash Me vinos Tue en eae £2] Ta Va | Opérativa desde la Segunda Cen me ele UMC La My Fuerzas Armadas argentinas por un problema colonial tan indigno como el de Gibraltar. Baty i Prue er TW er en PS PRS en TCE ee Los autores: Peery rates Pero anus osc rr ecrey ainerres aU reared SSCRecoe aie Sete Eaten Menge Comers Ota Pe eee a Rete ey al ec Ejeroto de Tier (FAMET), Co Gears REO Mune Ncn ae Ceara rn Reina acco peer oe eric eames Peers Peep erence ter ERLE alec PaucMasseat = RW sa eeeltcne erg Cyto ecie=ts Earnest races plemtado en Carros de Combate Peete ee wa Eero bee Persea cd Bree eae! la campafia (MEM nar WALT) lacampofia — | de las malvinas Francisco dala Ayuso, | Manuel Martin Anguera y | Santiago Pérez-Seoane Alvarez de Toledo By Saburo Sakai SEP-2016 Las fotografius de este libro proceden de: Revista Aerondutica y Astrondutiea, Revista Defensa, Revista Fjército, Fuerzas Armadas Argentinas, Diario Vasco, Agencia Efe, British Acrospace, Revista General de Marina, Revista Medios Pesados, Westland y Eletironi Copyright © EDITORIAL SAN MARTIN, 8.L. Difusion: Libreria San Martin Puerta del Sol. 6 28013 MADRID. Impreso en Espafa - Printed in Spain por Grificas Lormo - Isabel Mendez, 15 - 28038 Madrid Depésito Legal: M. 16517-1985 ISBN: 84.7140-233-5, SpA. 14 140 152 159 Vieja historia de tensiones Motivos para una guerra El mundo conmocionado De las palabras a los hechos Argentina abandonada por el mundo Esfuerzo logistico y fuerzas en el teatro de operaciones Primera sangre San Carlos Hacia la rendicién incondicional a¥ ahora que? Bibliogratia Prologo Cuando el dos de abril de mil nove~ cientos ochenta y dos, todos los medios de comunicacién mundial daban la noti- cia de la recuperacién por parte de la Repiiblica Argentina mediante una ope- racién anfibia de su soberania en las islas Malvinas, Georgia del Sur y Sand- wich, el mundo comenzé a preguntarse si las razones de esta trascendente it ciativa respondia a una fundada exigen- historica o era simplemente un reto al caduco colonialismo de nuestro tiem- po, y del que los ingleses —y Espana sabe mucho de ello— hacen odavia pro- fesién de fe. De todas formas era o iba a ser una contienda «extraiian, que sur- fa también de una manera extrafa y en Ja que la «iltima ratio», fundamento de toda conflagracién no aparecia definida de un modo terminante 0 decisorio. ‘Los argumentos de la Republica Ar- gentina en apoyo de su reivindicaciones son ampliamente conocidos. Las islas Malvinas por su origen y situacién son parte constituyente & irtenunciable del territorio patrio. Pertenecian al Virrei- nato espafol del Rio de Ia Plata y en 1810 —fecha del establecimiento det 6 primer gobierno argentino— pasaron a integrarse en la mueva naci6n. Los derechos de 1a indiscutible soberania sobre las islas, le correspondfa a la Re- publica Argentina como heredera legiti- ma de Esparia, Se sucedieron expedicio- mes y se reafirmé esta soherania de modo formal, pero en enero de 1833, la corbeta Clio, integrante de la flota briténica, por un acto de fuerza y sin sustento juridico invocable, invadié la isla y desaloj6 a sus pobladores. Fue por fanto un acto ilicito que no podta generar derecho alguno y s6lo produjo tuna posesién de hecho ilegal. Desde entonces se sucedieron las re- clamaciones diplomaticas. por parte de Buenos Aires para recuperar su sobera- nfa en aquellas islas, apoyadas moral- mente con las Resoluciones de tas Na- ciones Unidas acordes al proceso de descolonizaci6n, pero ya se sabe que los ingleses maestros en argucias, dilaciones y artimafas diplomticas, mantuvieron su presencia en. las mismas sin que las reclamaciones argentinas y las exhorta- ciones mas 0 menos imperativas de la ONU, les hiciesen variar de postura, Uns imagen con afforanzas de un colonialism decimonés La fulminante reaccin de Gran Bre- tafia ante la recuperaci6n argentina de las Malvinas, con el envio a la zona de tuna importante fuerza operativa, que logr6 no sin pérdidas costosas y eleva- das recuperar las islas, reponiéndose también el orgullo briténico del duro golpe asestado y sin que las soluciones politicas 0 diplomaticas en una primera aproximaci6n de urgencia fuesen tenidas en cuenta para un arreglo inmediato del conflicto, han podido evidenciar que las fauténticas y actuales razones del con: tencioso argentino-briténico, van_mas alld de los condicionantes hist6ricos 0 la pugna de intereses contrapuestos, y de ellas nos dan una exposicion objetiva, documentada y veraz los autores de este libro, que con auténtieo rigor doctrinal desentrafian las causas y motivaciones que Ia originaron, algunas de ellas no tan proximas a nosotros y desde luego casi siempre complicadas y oscuras. No se trata por tanto de un trenzado relato de sucesos —por otra parte brillante mente conseguido— sino de algo mucho mas importante; de su valoracién y al- cance tanto en las causas como en los efectos. Colonialismo trasnochado pero sujeto 1 importantes intereses econémicos, y sentido historieo de integracién nacional parecen ser los principales factores de esta singular campafia que ha concitado en su torno valoraciones de_distintos signos, sin que dejen estar presentar tampoco los aspectos estratégicos. y tecnoldgicos con las tiquezas petroli- feras y minerales de Ia plataforma de las Malvinas y la proximidad antértida como telén de fondo; pero campaiia también donde honor y_patriotismo, valor y_abnegacién han alcanzado un primordial protagonismo. Digalo si no, la hermosisima carta del soldado Néstor Roberto Estévez, acertadamente inclu a en el libro por los capitanes Bendala ‘Ayuso, Martin Anguera y Pétez Seoane, cuya lectura pone un nudo en la garganta ‘a todo hombre de bien y en cuyas Iineas se condensa la expresidn de los mas altos valores humanos y castrenses, expo- nente de una raza que no desmiente su onigen JOSE CERVERA PERY Vieja historia de tensiones en unle- jano inhéspito paraje continuamente azotado por el viento y el frio, han sido protagonistes del acontecimiento bélico més sorprendente de los tiltimos aio, sin embargo, si se revisa su desarrollo historico, desde su descubrimiento en 1520 hasta nuestros dfas, se puede ob- servar que la reciente lucha por sti do- minacién no es otra cosa que un eslabén més de una larga cadena de tensiones, reclamaciones diplomitticas, sucesivas ‘ocupaciones y enfrentamientos armados de distinta consideracién. Las. Malvinas son descubiertas el 9 de noviembre de 1520 por el portugués, al servicio de Espaiia, Esteban Gomes, quien al mando del buque San Antonio y tras desertar de la expedicién que mandaba Hernando de Magallanes, pro- cedia a regresar a su puerto de partida. Si bien el citado navegante no desem- barea en ellas, sf procede a situarlas mi- nuciosamente en su libro de navegacién, por-lo que aparecerfan ya en las cartas nduticas espafiolas de los aftos 1523, 1529, 1541 y 1545 con el nombre de San Antén 0 San Son, como légica deriva 8 cin del nombre de su barco. Pocos atios después y hasta su definitiva ocupacién por los briténicos, éstos las reclaman como suyas adjudicéndole su descubri- miento al corsario de esa nacionalidad Richard Hawkins; sin embargo, esta teoria esti hoy totalmente rechazada in- cluso por los propios briténicos, debido, entre otras cosas, @ que st navegante no dda claras referencias de las islas en sus, ya de por sf, contradictorios relatos de sus viajes y porque no aparecen en nin- ‘win planisferio inglés hasta el de Ri- chard Hakluyt, en 1599, cuando ya el descubrimiento por parte espafiola es hecho suficientemente conocido. La primicia del descubrimiento de las islas es también reclamada en cierto mo- ‘mento por Holanda, quien lo atribuye a su navegante y aventurero Sebald de Weert; sin embargo, este holandés ha- bia dado el nombre’ de islas Sebaldes 0 Sebaldinas a tres diminutas islas que, si bien forman parte del archipiélago ‘de las Malvinas, no son tas que hoy se co- ‘ocen por este nombre, encontrindose situadas al Noroeste de ellas. En 1675 se produce el incuestionable etter 2 eR = AR nS ee, Louie A. Saint Louie en | scolanizadar de los descubrimiento de las islas Georgias del Sur por el espaiiol Antonio de la Roca que da el nombre de San Pedro a la ma- yor de ellas, nominacién que atin hoy conserva. De igual forma, en 1775, el in- ¢1és James Cook descubre y toma pose- sion de las Sandwich del Sur. Mientras tanto, ef nombre de Falk- land es dado al estrecho que separa las ds islas mayores de las Malvinas por el inglés John Strong, que lo descubre y atraviesa, en memoria de su difunto protector Lord Falkland, en 1690. Mis tarde, con las islas en poder de los brits nicos, este nombre se haria extensivo a todo cl archipiélago. Sin embargo, hasta el momento las islas permanecen desha- bitadas. No’ serfa hasta el 2 de febrero de 1764, cuando arriba a las isas el francés Louis Antoine de Bougainville, proce- dente del puerto de Saint Malé situado en la costa atléntica francesa, cuando contarian éstas con sus primeros habi- tantes que no serfan espatioles ni ingle- ses, Sino pescadores franceses que fundan Port Saint Louis, en Ia actual isla Sole- dad, para que les sirviera de base en sus faenas pesqueras por aquellas aguas. El navegante francés design6 a las islas con el nombre de Malouines (derivado de Mal6) que con el uso de los espafioles posteriormente pasaria a ser Malquinas y Malvinas. Por su parte, los briténicos toman conciencia de ta ini geografica del archipi se desplaza hasta las islas el comodoro Byron, abuelo del que serfa famoso poeta inglés, fundando en 1765 Port Eg- mont en la otra gran isla del archipiéla- go, la Gran Malvina o Malvina Occiden- tal, tomando al mismo tiempo posesion de todas ellas. ‘Conocidas ambas fundaciones por Es- pafia, ésta siente que la soberanfa y el dominio de lasislas se le empieza a esca- par de sus manos, por lo que inicia una intensa campafia diplomética para reco- brar sus derechos exclusivos sobre el ar- chipiélago, aduciendo en su favor y ante su amiga de aquel entonces, Francia, la «Bula Inter Coetera Divinis Majestati> del Papa Alejandro VI publicada en 1498 y porla que se concedia a Espatta to- das ls tierras por descubrir al Oeste de las Azores y a Portugal las tierras al Este de dichas islas. Ademés, Espafia esgri- mia el Pacto de Familia de 1761 por el que Espafia y Francia se comprometian 2 respetarse todo tipo de territorios es- tuvieran donde estuviesen, Como resul- tado de sus gestiones, el gobierno fran- és oblig6 a Bougainville a abandonar las islas, recibiendo de Espafia, en con- cepto de indemnizacién, 618.000 libras, 13 sueldos y 11 dineros. Si bien los fran- ceses cumplen fo pactado saliendo inme- diatamente del archipiélago, los briténi- cos se niegan a cumplimentar el requeri- miento espafiol de desalojar Port Eg- mont. Como consecuencia de la inflexible actitud briténica, en 1770 una pequefia 9 flota espafola, procedente de Ja colonia de Rio de la Plata, bombardea y ocupa dicho puerto. Sin embargo, ante las pre~ siones briténicas y la amenaza de guerra vertida por esta nacién, Espafa opta pot devolver el puerto. La decadencia espaiiola comicnza ya por entonces a dejarse sentir. ‘Mis adelante,cuando en julio de 1816 fo que seria con el ticmpo la actual Ar- gentina, obtiene su independencia, las Malvinas, como herencia de Espaiia, pasan a depender de ella. De esta for- ma, argentinos y briténicos, asentados en diferentes islas, se imitan a coexistir ignorindose mutuamente hasta que el 10 de junio de 1829 toma posesién como Gobernador General del archipiélago el argentino Luis Vernet, quien a pesar de las agrias pratestas briténicas prohibe la pesca en toda Ia zona y detiene en 1831 a la golcta norteamericana Breakwater por no respetar dicha ley. La reaccién horteamericana es contundente ya que ese mismo afio, la goleta de esa misma nacionalidad Lexinrong provede al bom- bardeo y saqueo de la colonia que fun- dara Vernet al hacerse cargo de las isla. Sentado este precedente, el 2 de ene- ro de 1833 y contando con la inhibicién de los Estados Unidos, arriban a Puerto Soledad, procedentes de la estacién na- val britsnica del Brasil, las fragatas bri- ténicas Clio y Tyne al mando del capit de fragata Oslow, quien tras un intensi- vo bombardeo obtiene Ia rendicién de sus habitantes. Seguidamente se trasla- dan a Port Egmont donde se encontraba la fragata argentina Sarandia, cayo co- mandante, el teniente corone! de Mari- na José Maria de Pinedo, debe renditse ante su. manifiesta inferioridad, sicndo obligado a embarcar con toda la colonia argentina y dirigirse al continente. El argantine Luis Vernet, que toma posesién jslas Malvinas como Gobernador 1829, Result6 un personaje clave Gran Bretana, que funda entonces Port Stanley, se hace de esta forma con el control de las islas, dando comienzo entonces la larga ¢ infructuosa lucha di- plomatica entre ambas naciones, uno de ‘cuyos hechos mas significativos sucede ‘cuando Argentina se reserva, al firmar en 1945 Ia Carta de Fundacién de la Oganizacién de las Naciones Unidas, el derecho a la soberanfa sobre as islas, as{ como a su recuperacisn. Por su parte, Gran Bretaiia procede a incluirlas en su larga relaci6n de territo- tios de Ia Corona a desvolonizar y ha- ciendo caso omiso de diversos mandatos de la correspondiente comisioa de la ONL, como la resolucién 1.514 para la descoionizacidn de todos los territorios atin bajo dominacién extranjera, pone coma condicidn esencial para abando- iar las islas Ia de contar con la expresa peticién de sus habitantes previo refe- endum, segura de que esto nunca ocu- tira. De esta forma, contando con la in- quebrantable voluntad de los habitantes de las Falklands de seguir bajo Ia tutela britdnica y poseyendo el derecho al veto ten el Consejo de Seguridad de las Na- ciones Unidas, Gran Bretafia sélo nece- sita, y es lo que hace, negarse a discutir la cuestion de la soberania de tas islas con Argentina, asunto en ef que sin ‘duda ésta tiltima posee toda la Historia a su favor. Ahora bien. 2Qué poseen estas islas dio deshabitadas, ademds del interés histérico por su. dominio, que provoque tan largo pleito diplomético entre dos naciones de corte netamente occidental y-con amplias relaciones entre ellas ¢ in- ‘luso haga que las dos leguen a dar por su dominio la vida de sus hijos y buena parte del dinero de sus arcas? n Motivos para Anilisis geogréfico de las istas Malvinas Las Malvinas no constituyen sino una porcién de esta zona que, por su situa- cin y abundancia de recursos naturales, posee un elevado valor geoestratégico y econémico: el Atlintico Sur. Comencemos por situarnos. A unos 800 ktm de la costa argentina, frente a la entrada oriental del Estrecho de Maga- Hanes, al Noroeste del Cabo de Hornos, se extiende un conjunto de doscientos islo- tes: Las Malvinas-Falkland, Se trata de unos 12.000 km? de superficie esparci- dos sobre 193km en el mar. Son islas de litoral muy dentado, que ofrecen numerosos y buenos fondeade- 105. La superficie es generalmente acci- dentada, excepto en la mitad meridional de Ia Malvina del Este, Los puntos més al- tos son Monte Usborne (705 m) en la del Este y Monte Adam (700 m) en la del Oeste, Gran parte de la tierra alta tiene relativamente poca vegetacién y consta de turba erosionada, masas de cantos Todados, glaciares rocosos y rios de pe- druscos angulares de cuarcita, Los drbo- les escasean debido al clima y la vegeta- 12 cin natural es pastizal con algunas es- pecies de brezos y arbustos naturales enanos. La variedad de aves y mamfieros ma- rinos (Ansares, pingliinos, aves marinas y focas) es extensa y se mantiene relati- vamente en su estado natural. No exis- ten mamiferos terrestres indigenas. El clima €s ovednico, caracterizado por una temperatura media de 5,6°C, pluviosidad bastante baja distribuida uniformemente durante todo el aio, nu- bosidad frecuente y vientos muy fuertes con una velocidad anual media de 28 kilé- metros se registran nevadas todos losme- ses del afio con excepeién de febrero, pero la nieve rara vez permanece mucho tiempo en el suelo, EI mimero de habitantes, segin un censo de 1980, es de 1.813, De ellos 302 nacidos en Gran Bretafia, La mayoria se remontan al siglo XIX. A pesar de ha- ber aleanzado un maximo en 1931 de 2,392, el mimero de habitantes no ha ce- sado de disminuir. La capital de las Jas, y inica ciudad es Port Stanley, en la Malvina oriental 0 Soledad, con’1.050 habitantes. El mayor micleo rural es Goose ii Green, también en Ia isla oriental, con 95 pobladores. El idioma de los islefios, esel inglés En Port Stanley y sus alrededores hay unos 14 km de carreteras, de los que casi 10 estan asfaltados y el resto consis- te en cantos rodados. Casi todos los po- blados y caserios estén unidos por cami- nos sin firme, cuyos usuarios utilizan por reglal general vehiculos ligeros todo terreno, motocicletas 0 caballos. segtin las condiciones meteorolégicas. En el territorio hay unos 1.000 vehiculos de motor. No existen ferrocarriles ni cana- les navegables. Port Stanley cuenta con una red tele- f6nica a la que estin conectadas casi to- das las explotaciones agrieolas de la isla Soledad, y existe un centro andlogo en la Gran Malvina con sede en Fox Bay. El trafico entre las islas principales y el contacto con caserios en las islas mas pequeiias se efectiia por radioteléfono, En los afios sesenta se terminé de construir una central eléctrica que sumi- nistra energia a Port Stanley. Casi todas las explotaciones agricolas disponen de sus propios. grupos electtégenos. Una central de filtracién y depuracién produ- ce agua potable para Port Stanley, La dependencia de las Malvinas ‘A1.290 km al ESE. de las Malvinas se encuentra la isla Georgia del Sur 0 San Pedro, y a unos 760 de ella y en ali- neacién con las anteriores, las islas Sandwich del Sur. Son terrenos suma- mente montariosos, incluso de actividad volednica y clima précticamente antérti- co riguroso. La poblacién de Georgia del Sur se li- mita al personal de ta estacidn antértica briténica King Edward Point; en 1980 era de 20 personas. Las islas Sandwich, de desembatco practicamente imposible durante el invierno, no tienen poblacién permanente ‘Ambos terrenos son sometidos a la administracién del gobierno de las Ma vvinas. La Antértida El extremo austral de nuestro planeta Jo ocupa un continente circumpolar, ‘muy aislado por la gran distancia que lo separa del resto de los continentes y por Ia tortuosidad de los mares que lo ro- dean: la Antértida ‘Ocupa un quinceavo de la superficie terrestre, con 14 millones de Km’ de ex- tension. Tiene una altura media de 1,050 m debido a la existencia de largas cordilleras con cumbres que sobrepasan los 4.000 m y al espesor de ta capa de hielo que cubre permanentemente el continente. Si todo el hielo antértico se derritiera, provocaria un aumento de vel de alvededor de 70m en todos los mares del mundo. Si todas las ciudades del mundo se aprovisionaran de agua derritiendo el hielo antértico tendrian asegurada, al ritmo actual de consumo, una reserva de por lo menos un millén de atios. Valoracién geoestratégica de las istas Malvinas Pero, ;serfa l6gico pensar en un con- flicto por 12.000 km* de tierra pobre, repartidos en la mitad del océano? La situacién de las islas Malvinas las hace poseedoras de un alto valor geoes- tratégico, bajo dos aspectos principales: su situacién con respecto a los continen- tes americano y antértico y su papel de posible puente o enlace entre ambos, dada su cereanfa al cabo de Hornos y al estrecho de Magallanes. El continente americano to constitu- yen dos enormes masas de tierra unidas por una estrecha franja, América Cen- tral, en la que el hombre ha construido el més corto y seguro paso entre los 13 BASE AERONAVA PENINSULA DE SAN us DousLas FORT SAN ARLOS TEAL INLET ESTRECHO DE BERKELEY PENINSULA DE PORT HOWARD, MONTE KENT—— BLUFF COVE e SAPPER HILL MONTE. TUMBLEDOWN, MONTE HARRIET FOX_BAY e we (SUA soLeDAn N oO E Ss - E,1:1,000.000 APROX ISLAS MALVINAS ‘océanos Atlintico y Pacifico: el canal de Panama. La gran densidad del trafico 4que lo atraviesa y lo problematico de la zona en que se encuentra, inmerso entre paises de conflictividad como Hondu- fas, El Salvador, Guatemala, Cuba y Nicaragua, lo convierten en’ objetivo primordial en aso de conflagracién. Su Gietre ofreceria una tnica alternativa: la latga y peligrosa travesfarpor el cabo de Hornos; las terribles condiciones clims- ticas y de corrientes maritimas hacen que la tinica via accesible de enlace en- tre océanos sea el canal de Beagle, foco de tensiones entre Argentina y Chile. Las Malvinas asumirfan por lo tanto, en caso de cierre del canal de Panama, el importantisimo papel de vigilante y con- trolador del tréfico entre ambos océa- nos. Por su proximidad al continente an- tértico constituyen Ia nica plataforma para una futura reclamacién britinica de un sector determinado de dichas tie- rras, en razén de su. proximidad territo- rial, as{ como una base para vuelos tran- santarticos, camino mas corto de acceso a tietras de la Commonwealti tales como Australia o Nueva Zelanda o, in- cluso, al Extremo Oriente. Economia de Ia zona ‘Atlintico Sur Tradicionalmente, el Atléntico Sur fue escenario de captura de mamiferos marinos, focas y ballenas, que rindieron colosales ganaiicias hasta mediados de este siglo. Hoy dia la atcncién se dirige hacia tres recursos principales: — La fauna ocednica: pesca, algas y, especialmente, el Krill. — Los minerales del fondo marino y del continente, principalmente los hi drovarburos y fos metales. — El hielo. La plataforma continental argentina ofrece excelentes posi 16 ras. En ella habitan del orden de 300 es- ecies de peces y 1,500 de invertebra- dos, de las que sélo se explotan 45 de peces y 12 de invertebrados. La captura posible seria de 2,7 millones de tonela- das anuales, mientras que en la actuali- dad tan s6lo se extraen 400,000 tonela- das, Pafses como Rusia, Polonia, Ale- ‘mania Oriental y Rumania, han efectua- do pesca selectiva en la zona dejando ciertos sintomas de depredacién. Las algas constituyen la vida vegetal en el mar. Se utilizan para la formacién de alimentos y obtencién de geles y fer- tilizantes. Con 1.000 toneladas anuales, Argentina ocupa el cuarto lugar en la produccién mundial, estimindose posi- ble la obtencién de 200.000 toneladas anuales. EI krill es un crustéceo con aspecto de pequefio camarén, de unos 3 cm, de longitud. Constituye tina de las mayores fuentes de proteinas que Ia naturaleza ofrece. Es uno de los principales recur- sos naturales con posibilidad de ser ex- plotado a corto plazo y sin peligro de ex- tincion. Se estima entre 40 y 90 millones de to- id de pesca sin peli- para el ecosistema. El método mas usado para calcular la captura potencial sostenible de krill en los mares antérticas se basa en el consu- mo que de él hacfa la hoy disminuida poblacién de ballenas. La gran disminu- cién que éstas han experimentado deja un excedente no consumido por ningin otro grupo de animales que podria basar tuna industria pesquera de krill. La zona del archipiélago de lus Malvi- nas goza de dos cualidades principales: concentracién del recurso y proximidad 4 lugares poblados que permitirian su almacenamiento y explotacién. Por lo que al petrdleo se refiere se es- tima que para dentro de unos pocos afios el 40 por ciento de Ia produccién ‘mundial sera obtenida fuera de la costa, Se han obtenido muestras de agua del mar que revelan el contenido de hidro- carburos de petréleo, si bien existe in- certidumbre acerca dela cantidad y cali- Gad del mismo. Con excepcién de un anillo en la plataforma occidental de Tierra del Fuego, todos los demi se lo- calizan junto a las costas antartices. Debe considerarse que al sur del pa- ralelo 40° Sur el mar es mas grueso por Jo que la explotacion seria, sin duda, mas dificil y costosa, EI mar es también una fuente de ob- tencida de minerales, De la demanda actual, que se supone triplicada para el ao 2000, s6lo el 2 por ciento se extrac del mar, AL SE, de las islas Malvinas se en- cuentra uno de los nédulos de mangane- so de mayor densidad de la zona; contie- nen en general manganeso, hiertD, co- talto, nfqucl y cobre. Se supone ademas {que en la Antértida existen grandes re- servas de oro, hierro, cobre, plata, mo- libdeno, cobaito y niquel La ONU, no obstante, aprobé una moratoria para la explotacion de los né- diulos de manganeso en tanto m0 se re- suclvan los problemas jurfdicos del mar. EI hielo constituye la mayor reserva mineral de la Antarttta, Dada la escasez hidrica que padece el mundo, empieza a pensarse en el transporte de témpanos desde el continente antirtico hacia 70- nas dias, Por otfa parte, se estima que, para el ano 2000, la demanda de energfa se hax bra tiplicado, En. los préximos quince anos el consumo de energéa sera igual 0 mayor que el de los éltimos ciento trein- {a aiios, El encarecimiento de los com- bustibles lleva al mundo a la basqueda de nuevas formas de obtener energfas el mar puede hacerlo de tres fuentes — Las olas, cuya energia cinética es cincuenta veces mayor que la que hoy consume el mundo, — Las maroas, cuyas variaciones pueden accionar turbinas hidroeléeti cas. — Los contrastes térmicos, aprove- chados mediante usinas térmicas, 18 Recordemos que los 28 millones de Km! de agua de la Antartida represen tan un 90 por ciento del total del hielo en el mundo, Por tiltimo, 1a explotacién de focas y cetdceos, fue la primera actividad eco- némica desarrollada en el Antartico. La primera factoria costera se establecio en Georgia del Sur en 1903. Se llev6 a cabo buscando la maxima ganancia y sin to- ‘mar en cuenta la preservaci6n del reeur- so, cuya cantidad disminuy6 hasta el punto de amenazar la superviven varias especies. En poco mis de cien afios se captura- ron més de 20 millones de toncladas. Hoy dia las existencias no aleanzan ni la décima parte de esta cifra. Existen act tualmente restricciones encaminadas a ‘una recuperacidn de la poblacién bal nera para el siglo proximo, ‘Las especies mis afectadas han sido la ballena azul, de cuys grasa pueden obt nerse 9) bartiles de aceite, y el cachalo- te, muy apreciado en perfumeria y cos- de las istas| Malvinas Ademas de los recursos citados con anterioridad, es interesante resaltar cu ‘tro puntos en la aplicacién conereta de las islas Malvinas: — La economéa de las Malvinas esti fundada casi por completo en ta indus- tria del ganado lanar, 650,000 ovejas y bovino, con 12,000 cabezas, y varios mi- Tones de pingdinos. Pose una reducida industria lanar y de cucro. — Su situacién fronteriza con la An- tirtida la capacita como estupenda base de balleneros. — Se espera poder crear un sector tu- ristico basado en la abundancia de fau- ‘— Sin una solucién politica que ga- rantice una seguridad, seri dificil per- suadir al sector privado para que invier= ta en la economia de las Malvinas, de- ‘Aum on pésimas condlciones moteorologicss log Westland Commande demostraron ou alte voreatiidad, clarar unos limites pesqueros de 200 mi- lias o realizar prospecciones o explota- ciones petroliferas La soberania de la Antértida: un conflicto cereano Desde que en 1820 la descubriera el navegante ruso Bellinghausen hasta la firma del Tratado Antértico en 1959, fueron constantes las controversias por las reclamaciones de diversos pafses cu- yos aventureros e investigadores habian explorado el mas host de los cont tes: entre 1908 y 1942, Argentina, Aus- tralia, Chile, Estados ‘Unidos, Francia, Gran Bretafia, Noruega y Nueva Zelan= dda exhibicron sus derechos sobre estas tierras por razones de proximidad geo- srafica 0 derivados de su exploracién El afo geofisico internacional de 1 8 abri6 los cauces para Ia materializa- ‘in del Tratado Antartico al que se ad hirieron posteriormente otros. patses, entre ellos Espaita, que a finales de 1983 ha enviado un buque laboratorio a esas tierras. El acuerdo firmado entt6 en vigor en 1961 para un periodo de treinia atios y establece que a partir del paralelo 60 de latitud S, se crea una zona desnucleari- zada, abierta a la cooperacién cientifica internacional exclusivamente. Sin que queden extinguidas las reivindicaciones existentes, se prohiben otras nuevas y se fija que las acciones desarrolladas du- rante los treinta aos de vigencia no podrin nunca esgrimirse para ratificar sobera- nia sobre estos territories. A medida que se aproxima cl 22 de jumio de 1991, fecha en que caduca lo acor- dado, se suscitan mayores presiones para ocupar lugares de privilegio, no S6lo porque se trata del futuro aprove- chamiento de unas siquezas no renova bles bajo su suelo y otras renovables bajo su agua, sino porque los miembros del Tercer Mundo han protestado ante la ONU sobre pretendidos derechos de ciertos paises, arguyendo que las rique- 2a del sexto continent no son pivl- gio de unos pocos, sino patrimonio de ka humanidad. A Es preciso sefialar que el scetor recla- mado por Gran Bretatia se superpone a Jos que aspiran Argentina y Chile que, a su vez, se solapan, 19 e El mundo Si el 2 de abril de 1982 la opinion pa- blica mundial habia sido sorprendida ppor las noticias procedentes del Atlanti- o Sur hasta el punto de llegar al asom- bro, la mafiana del 3 de abril esa misma opinién mundial qued6 conmocionada al contemplar las imagenes de la ingente ‘manifestacién popular que se desarrolla- ‘ba delante de la Casa Rosada de Buenos ‘Aires, sede de gobierno de la Junta Mi litar argentina. Reunido bajo el intenso flamear de numerosas banderas blan- quiazules ¢ iluminado por un esplendo- +0s0 Sol argentino, el pueblo, olvidando recientes y violentas protestas, aclama- ba a los miembros de la Junta Mi testimonindoles de esta forma su in- condicional apoyo porsu reciente actua- ‘ci6n bélica, al tiempo que ahogaban la vida cotidiana de la nacién. Por eso, y aunque todos los allf presentes conocfan la noticia, cuando el Presidente de la Junta, General Leopoldo Galtier, dio a conocer oficialmente el hecho de que «... Argentina ha recuperado para siem- pre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich...», la ovacién atroné el es- pacio durante largos minutos. 20 Efectivamente el 1 de abril y ante ef conocimiento por parte briténica de que una flotilla de la Armada argentina, for- ‘mada por el portaaeronaves Veinticinco de Mayo, los destructores Santisima Trinidad y Hercules (de la Clase 42.y fabricados en Gran Bretafia) y los también destructores, Seguin y Comodoro Py (ambos ex-norte- americanos), asf como el transporte de ataque Cabo San Antonio y un reducido grupo de buques de apoyo navegaban rumbo a las Malvinas y ante la imposibi- lidad, debido a la inmensa distancia que separa el archipiélago de Ia Gran Breta- fia, de enviar refuerzos a los escasos se- tenta infantes de marina que guarnecian Port Stanley, su capitén, procede a ra- diarles un laconico mensaje en el que se les ordena el prepararse a rechazar un posible intento de desembarco por fuer- as argentinas mientras que se ordena al patrullero polar Endurance, de vigilan- cia en las Georgias donde habfa desem- barcado dias antes cierto personal civil argentino, que se dirija a Port Stanley para observar e intentar impedir cual- quier accién hostil contra sus habitan- tes La guarnicion briténica procede pri- meramente a inutilizar los equipos de control de vuelo del acrédromo. asi como las ayudas.a la radionavegacion del propio aerddromo y del faro situado cn la punta del cabo San Felipe, para se- guidamente establecer posiciones defen- sivas de entidad pelot6n en las inmedia- ciones de cabo Pembroke, cuya punta domina la entrada a la bahia de Port Stanley, en dos casas desde las que se ominaba la entrada Este de la ciudad, en los alrededores de aerddromo, en tomo alla casa del Gobernador de las Is- las Rex Hunt, situada en la entrada Oes- tc de la ciudad y en una colina de nom- bre Sapper Hill situada al Sur de Port Stanley y desde la que podian observar toda la bahfa. En sus cuarteles, que se encontraban a 10) km al Oeste de la ca- pital, en un lugar llamado Moody Brook, s6lo permanecia un redueidi mo niimero de hombres. Es entonces ‘cuando el Gobernador de las hasta ese momento islas Falkland radia un comu- nicado a los habitantes de las islas para advertirles de la inminente invasion que iban a suftir por fuerzas argentina. ‘A las 20.00 horas del 1 de abril, y sin que al Endurance le diera tiempo lle- gar a la zona, el jefe de la fuerza de de- sembarco argentina, contralmirante de Infanterfa de Marina Carlos Busser, res- paldado por una palpable mejorfa de la situacién climética del lugar, pone en es- tado de alerta a los casi quinientos hom- bres que, pertenecientes al 2.° Batallén de Infanteria de Marina, al Grupo de ‘Comandos Anfibios de la Armada y al Grupo de Comandos del Buzo Tictico, como a una Seccién del Regimiento de Infanteria n.* 25, cuyo jefe, el tenien- te coronel Mohamed Ali Seineldin, de- sembarcarfa con ellos, formaban las fuerzas encargadas de realizar el Opera- tivo Rosario, nombre clave de Ia opera- cién cuyo fin era recuperar las Malvinas. A las 21.00 horas desembarcan desde lanchas neuméticas elementos del Gru- po de Comandos Anfibios dela Armada El goneral Leopoldo Fortunato Gali nunca al pueblo argentine Ie ecuperacion de las Malvings. que desalojan a los britinicos de cabo Pembroke permitiendo el acceso a la bahia y posterior desembarco; también desde lanchas neumiticas se produce el 2 ‘Margaret Thatcher durante une entrevista que mantuvo con Rex Hunt, que entonces (Gobernador do ls isis Malvinas, desembarco de unos cien comandos més en una pequefia playa situada a 8 kms. de Moody Brook dividiéndose en dos grupos. Uno se dirije a los cuarteles de Tos infantes de marina briténicos y el otro hacia la easa del Gobernadc ppados los cuarteles después de una sigi Tosa y agotador ‘campo a tra- éste grupo se encamina a reforzar al que ya se encuentra cercando la casa del. Gobernador, donde se ha encontrado ‘con intensa resistencia. Al ras del 2 de abril unos fantes de marina e infantes argentinos desembarcan, utilizando vehiculos anti- bios y lanchas de desembarco, al Norte jel aerédromo, cuya guarnicin es ripi- damente reducida, encamindndose, las, fuerzas argentinas, a continuacién, ha- ia Port Stanley. Al mismo tiempo que a Tas 09.30 horas el Gobernador britanico de las islas, Rex Hunt, procede a rendir éstas y sus defensores, comienzan a ate- rrizar en la recién despejada pista del serddromo de Port Stanley. ya bautiza- do como Puerto Argentino, los prime- 105 130 de la Fuerza Aérea argentina tran: portando al resto del Regimiento de Tn- fanteria n.°25 asi como numeroso mate~ rial de guerra y suministros. El Operati vo Rosario terminaba de esta manera con el saldo de un capitin y tres solda- dos argentinos muertos y ninguna baja por parte briténica, cumpliéndose en esta segunda parte el expreso deseo de Ja Junta Militar argentina. En la mafiana de este mismo dfa 2 de abril se helitransporta una seccién de in- fanterfa a Goose Green, con la mision de ocupar principalmente su aerddro- mo, y otra seccién a Fox Bay en la Mal- a Oriental. Elportaeronaves Veindcinco ce Mayo, rumbo 9 las islas Malvinas 2861 Tay eb 2 OINVSOY OAILVHSdO AND ISLANDS INDUSTRIES Al dia siguiente, 3 de abril, el trans- porte polar Bahia Paraiso escoltado por las fragatas de construccién francesa Granville y Drummond llegan a aguas de las Georgias del Sur. En la zona se fue suspendida ante su manifiesta impo- sibilidad de llegar a tiempo a dicho puerto y que, sin embargo, si habia po- dido desembarcar en Grytviken, capital de las Georgias, parte de su dotacion de infantes de marina, con lo que la guarni- 28 cidn de esta ciudad ascendia a cuarenta y cinco hombres. Al Endurance se le conmina a rendirse por radio desde Ia flotilla argentina, proposicién que es re- chazada, por lo que opta por alejarse de fas islas ante el temor de ser hundido, i- ‘itindose a enviar en vuelos de recono- cimiento sobre la zona de actuacién ar- gentina a su helicéptero Wasp, al que se Te pinta totalmente de negro para evitar que se descubriera su procedencia. Por su part, la fragata Granville rea- liza una audaz y arriesgada acci6n al in- troducirse en la bahia de Grytviken y ‘comenzar un furioso bombardeo de las posiciones briténicas para cubsir con su fuego el helitransporte de los infantes de marina que se inicia minutos después. El combate que se entabla entre ambos contendientes adquiere enseguida ma- yor intensidad que el producido en la toma de Port Stanley, de tal forma que ‘un helie6ptero Puma argentino que tras- ladaba municiones es abatido por el fue- g0 de las ametralladoras briténicas y la propia fragata Granville resulta tocada Port Stanley versus Puerto Argentino. por un proyectil contracarro disparado desde un Carl Gustav, cain sin retro- eso de 84 mm, fabricado en Gran Bre- taiia bajo patente succa, y por otros dos proyectiles de lanzagranadas de 60 mm, Sin’ embargo, los defensores briténicos no logran hacer abortar el helitranspor- te argentino y terminan por capitular, ‘excepto un reducido grupo de infantes de marina que se interna en Ia isla sien- o capturados dias mas tarde. Tanto los prisioneros britdnicos hechos en Grytvi- ken, como los efectuados en Port Stan- ley, con su Gobemador al frente, son répidamente repatriados a Gran Breta- ‘ia via Montevideo. EI resultado de esta aventura bélica que, como se veria después, no habia hhecho mas que comenzar, es que des- pues de casi ciento cinciienta afios de dominio briténico sobre las islas, los ar- gentinos volvian a encontrarse en ellas. Sin embargo, la teaccién briténica, como se sabré més tarde, habfa comen- zado ya el 1 de abril y alcanzara en po- ‘cos dias una proporcidn jamés esperada por la Junta Militar argentina, La opinién piiblica, parte de Ia cual, desconocfa hasta enfonces el nombre de las Malvinas, no dejaba de pre- guntarse como Gran Bretafia se habia dejado sorprender de forma tan clara por una invasién militar 0 el motivo exacto por el que Argentina habia to- mado tal decision. {Es que el plan se ha- bia Ilevado en forma tan secreta que ‘tampoco era conocido por los Estados Unidos? By Saburo Sakai SEP-2016 29 rere ae ena EY en De las palabras alos hechos No existe un solo motivo 0 error ca- ppaz de justificar plenamente la recupe- racién de las Malvinas por Argentina, sino que sus motivaciones, causas y ‘efectos se deben buscar en una larga, compleja y, en algunos momentos, ca- sual sucesidn de hechos a veces distan- tes, no sélo en el tiempo y en el espacio sino también en sus protagonistas. ‘Asi, cuando el 22 de diciembre de 1981 accede a la direccién de la Junta Militar el general del Ejército Leopoldo Fortunato Galtieri, se corona el aglut hamiento de una serie de nombramien- tos y hechos que van a favorecer la pre- icidn de los acontecimientos. veni- En 1974 se llega a un acuerdo entre Argentina y Gran Bretafia por el que la primera se compromete, a cambio de sustanciosos ingresos de divisas tan ne- cesarias para su maltrecha economia, suministrar a las isas artfculos de prime- ra necesidad como carburantes, alimen- (os y medicinas ademas de abrir una su- ‘cursal de Aerolineas Argentinas en Port Stanley faciliténdose el intercambio tu- ristico entre las ilas y el continente; si embargo, dicho acuerdo s6lo suponia para Gran Bretaia y los isleios una for- ‘ma de abaratar el costoso mantenimien- to de las islas y no un cambio en su acti- {ud respecto a dar una solucién definiti- va al espinoso problema de la sobera- ‘nia. Un detalle significativo sucede al afio. siguiente, cuando es nombrado agregado naval de Argentina cn Lon- dres el que més tarde seria almirante Anaya, quien ya desde entonces es uno de los mais fervientes instigadores de la claboracién de un plan para la répida e incruenta recuperacién de las islas. Este plan, desempolvado afios mas tarde, to- marfa el nombre de Operativo Rosario. Por su parte, en 1982, Gran Bretafia ‘no podia alegar sorpresa ante una posi- ble actitud bélica por parte de la Argen- tina, ya que en 1977, sin duda la primera ‘mas atenta y la segunda menos precavi- da, ante los informes altamente preocu- pantes que llegaban de Buenos Aires, el Gobierno briténico opt6 por enviar a la zona una fuerza naval compuesta por el submarino de propulsidn nuclear Dread- nought y las fragatas Phoebe y Alacrity, junto a dos buques auxiliares, que con el a1 ‘Ariba. El destructor lanzamisiles Sant ima Trinidad. Después det hundimiento del General Belgrano permanccié en puerto hasta | final da las hostidades. Jequierde: El gobernante briténica Rex Hunt {on su esposa junto # su raeidencia de Port Stanley en 1981, Eran otros tiempos. pretexto de realizar unas maniobras, justifican su presencia en aquellas iguas, lo cual es suficiente para calmar las supuestas aspiraciones bélicas argen- tinas. ‘Tras el incidente relatado, las conver- saciones celebradas en Roma ese mismo aio, en Nueva York al aiio siguiente y ima en 1980 obtienen el mismo fructuoso resultado que todas las ante- Gran Bretafia comete su primer error de apreciacién cuando no toma en cuen- {a llegada a la Junta Militar del almi- ante Jorge Isaac Anaya, tal vez el com- pponente més radical de ella y sin duda tlotado de un ardiente desco hist6rico por recuperar las islas, sobre todo pu- ido él ser uno de los protagonistas, mn desde los primeros dias de su hombramiento pone en marcha una sc- tie de medidas para dotar y preparar a lis fuerzas armadas de lo necesario, sin que ellos lo supieran, para que pudieran hhacer frente a las operaciones que ten- drian que desarrollar. Sin embargo, Gran Bretaia no supo ver, por ejemplo, en el elevado costo de estas medidas en proporcién con la dificlisima situacién ‘econdmica de Argentina un indicio de que algo estaba cambiando, Asi, se encarga a Alemania Federal la fabricacion de varias fragatas de la clase Meko de rapida construccién y que du- ante la guerra serian embargedas. Se adquieren en Francia y para la Infante- tia de Marina 26 autoametralladoras Panhard del sltimo modelo ERC-90 S Sagaie, as{ como 14 aviones Super Eten- dard para la Armada, cinco de los cuales hhabian sido entregadios antes del co- mienzo de las hostilidades siendo em- bargados el resto y cierto ntimero de mi- siles aire-buque del modelo AM-39 Exocet. En Italia se compran 14 aviones ‘Aermacchi MB-339 y otros del tipo Learjet. Al mismo tiempo se completan estas compras con la adquisicién de gran ‘ndmero de equipos electrOnicos de verso tipo, principalmente en la propia Gran Bretatia, Por otro lado, se hace participar a la armada en numerosas ma- hiobras. De esta forma, del | al 11 de agos- tode 1981, el portaaeronaves Veinticinco de Mayo, losdestructores Héreules, Como: doro Py, Piedra Buena ¢ Hipdlito Bow 33 Ls eorbate Guerrico. Su participacion en umorosee meniabras on roparé 2 chard, asi como el transporte de ataque ‘Cabo San Antonio y el submatino Salta, participan junto a unidades dela Marina estadounidense en las maniobras Ocean. Venture en aguas del Atléntico Sur efectuando ejercicios de lucha antisub- ‘marina, defensa antiagrea y control del ‘réfico marftimo. Del 16 al 25 de sep- tiembre, estas mismas unidades, excepto cl Veinticinco de Mayo, toman parte en las ‘maniobras Unitas XXII, en las mismas aguas y realizando ejercicios parecidos. ‘Més tarde, el 4 de octubre y en aguas Drasilefias, el destructor Hércules y las corbetas Drummond, Granville y Gue= ‘rico, ast como el submarino San Luis y ‘otros buques de apoyo desarrolian, jun- to a unidades aéreas y navales de Brasil, los ejercicios Fraterno III con simula ros de ataques aéreos, deteccién radar y defensa antiaérea, Se produce entonces el nombramien- to del general Galtieri como jefe de la Junta Militar, quedando claro para los “observadores internacionales, asf como para Gran Bretaiia, que esta designa- cién se ha producido en un momento ‘muy delicado para Argentina, por lo 34 que su materializacién se debe, sin duda, a razones muy justficadas. La Junta Militar, venfa siendo sometida: desde hacia varios meses a tres frentes: de presién cuya fuerza iba en aumento, debido fundamentaimente al cansancio) del pueblo argentino para con el tipo de régimen que les gobernaba, y, sobre: todo, a la falta de soluciones eficaces 4 corto plaz0. Uno de los frentes de pre~ sin, tal vez la mas importante, era la imparable y febril cafda de la economia argentina, que a pesar de ser uno de los: paises més ricos del mundo en recursos) naturales, posefa una inflacién galopan- te con una moneda cada vez. mas deva- Tuada, lo que provocaba astronémicas: subidas de precios, a veces en cuestién, de horas, con la consiguiente disminu- cin del nivel de vida, Otro de tos fren~ tes de presiin era la cada vez més vio: lenta campaiia de desacreditaci6n intet- nacional a que se veia sometida la Jun- ta, debido sobre todo a su actuacién en Ia represin de la subversi6n, siendo al- tamente explotado este punto con la cuestién de los «desaparecidos», El ter- cer frente de presion era netamente in- terno, aunque alentado desde el exte- rior por numerosos exiliados, e iba en: caminado a precipitar la cafda del régi ‘men autoritario y su sustitucién por otro El transporte de ataque Cabo Son Antonio ron terminado ol Operativa Rosario. de cardcter democtitico. A la vista de todo fo anterior, queda claro que la si- tuacién de la Junta era realmente asfi- xiante, alo que habia que afiadir las cada vez més acusadas y numerosas de- savenencias en su interior. De forma que para sustituir al general Viola, se busca alguna figura militar cuya proyeccién exterior fuera lo sufi- cientemente amplia y atrayente como para permitir la consecucién de ta tan hnecesaria ayuda internacional, especial- mente la de Estados Unidos, cuya acti (ud hacia Argentina se mantena un {o ambigua, ya que si por un lado habia levantado en 1978 la prohibicién de ven- a de armas y permitia un estrechamien- (ode la coopetacién militar entre ambas haciones, entrenando a numeroso per- sonal argentino, por otro lado exigia una mayor claridad en las actuaciones de la Junta en fo concerniente al respeto por los derechos humanos, a lo que su- editaba parte de su ayuda econdmica. Sin duda, no existia persona més indi- ‘cada en estas condiciones para ocupar la jefatura de la Junta Militar que el recién nombrado general Galtieri a quien se le podfa considerar el hombre de Estados Unidos en Argentina o el hombre de Argentina para Estados Unidos, debido a sus prolongadas estancias en este pais, a sus buenas relaciones con numerosas ¢ inflayentes personalidades norteameri ccanas y a estar considerado como un fe viente anticomunista. Ademis, su relati- ‘va juventud le aseguraba,un pran porve- nir al frente de Argentina, a lo que unia ‘el no haber estado profundamente im- plicado en la represion de la subversion durante los afios de mayor agitacién, Su 45 [Malvinas argentinas, Port Stanley. nombramiento pretendfa ser una inyee- cién de moral para la propia Junta y el medio de que ésta cambiara de imagen ante el pueblo argentino, asf como una deferencia para con los Estados Unidos donde se recibié el hecho con amplias y nada contenidas muestras de aproba- ion, El tercer hombre en la Junta era el ‘géneral de aviacién Lami-Dozo, de ca- récter més acomodaticio, abierto y me- ‘nos dogmatico, quien, sin embargo, de- ‘mostrarfa su capacidad de decision Hle- vando a la batalla, atin cuando ésta esta- bba ya perdida, a los valerosos hombres y materiales que de él dependian. Sin duda, el propio general Galtieri era consciente de que su permanencia al frente de la Junta, e incluso la vida de Esta, dependia de las decisiones de éxito que pudiera tomar a muy corte plazo, por 1o que enseguida surge la necesidad de intentar, mediante una destumbrante actuaci6n, ‘el aunar los sentimientos y ‘esfuerzos del pueblo en torno a su nue vo jefe y conseguir por ello la tan nece- sarla revitalizacion del prestigio de la Junta tanto en el interior como en el ex- terior. Por tal motivo, la palabra «Mal- vinas» escapa casi a un tiempo de las bo- cas de los tres hombres, aungue con mis, fuerza de la del almirante Anaya. La de- mn es del toclo Idgica como veremos. La recuperacién de las islas Malvinas, cconstitufa un hecho que afectaba a la so- beranfa y al honor de toda la Argentina yy sobre cuya legitimidad evalquier ar- ‘entino, independientemente de su filia- cidn politica, estarfa de acuerdo. Por otto lado, la Junta estaba plenamente convencida de que Gran Bretafa, al en- contrarse de la noche a la mafana con el hhecho consumado, se limitarfa a levan- tar una polvareda diplomética sin llegar a més, segin afirmaba el ministro de ‘Asuntos Exteriores, Nicanor Costa Méndez, a quien se consideraba una au- toridad ‘en el conocimiento de Gran 37 Bretaiia, Este importante detalle pare- cfa confirmado por la aparente falta de interés de la Sra, Thatcher por las is ya que por ejemplo, no se habia devi nado sustituto para el Endurance, tnica representacién briténica en la zona y que en breve plazo seria retirado del servicio activo. Respecto a la posible ac- titud norteamericana, parecfa claro que esta nacién se mantendria al margen 0 por lo menos no se tomaria el asunto como algo que le afectara de forma di recta. Sia lo anterior unimos que no e: taba lejos la conmemoracién del ciento cincuenta aniversario de 1a toma de las islas por los britanicos y que el hecho se- ria una extraordinaria demostracién de fuerza para con Chile, que desde ese momento deberia ser mis cauto en sus reclamaciones sobre el canal de Beagle, la recuperacién por Ia fuerza de las Mal- Vinas era algo urgente e incuestionable para Ja Junta, Una vez tomada la decisién, tos miembros de la Junta Militar la manten- dran en secreto de tal forma que, si bien consiguen Hlegado el momento un alto grado de sorpresa tdctica y estratégica, hard por el contrario que la nacién no pueda prepararse para una situacién de ‘guerra, lo que repercutiré de forma més grave todavia en Ia economia y en el sentir de la nacién Argentina, Si Gran Bretaila no habia sabido de- tectar un cambio sustancial en la actitud anterior y en los momentos inmediata- mente posteriores a la toma del poder de la nucva Junta, tampoco iba a saber valorar los claros indicios que se produ- jeron hasta la realizacién del Operativo Rosario. El 24 de enero de 1982, el diario la Prensa de Buenos Aires, publica un ar- téculo en el que hace una clara alusién a ‘una pronta solucién del problema de las islas. Este artfculo es inmediatamente apoyado por una amplia campafa de prensa a medida que st acerca el dia 26 de febrero, fecha sefialada para una nueva ronda de conversaciones en Nue- 38 va York. El didlogo fracasa y el gobier- ‘no argentino emite una dura nota de protesta, ‘Mientras tanto, el agregado naval ar- gentino en Londres, obtiene autoriza-_ cién para visitar el campo de instruccién de los infantes de marina briténicos en Lymstone, donde también se entrenan los hombres del Special Air Service. El 4 de marzo, instructores de la Royal "Navy dirigen ios ejercicios de adiestra- miento en el tiro con misiles antiaéreos desde el destructor argentino Santisima Trinidad en aguas de las Malvinas. El 6 de marzo, un Hereules C-130 de la Fu za Aérea argentina simula una averia ¥ permanece durante dos horas en el 2¢- s6dromo de Port Stanley. partiendo Iue- go sin mas impedimento por parte brité- nica, después de haber observado de cerca las posibles defensas del aers: dromo. EL 8 de marzo visita al ministro Costa Méndez un alto cargo del Ministerio de ‘Asuntos Exteriores briténico que es des- Pachado con evasivas. Durante estos das, siguen legando a Londres nume- 10505 informes del Servicio de Inteligen- cia briténico en Argentina de cardcter claramente alarmante que, sin embargo, zo son correctamente valorados, De todas formas, el detonante que aprovecharia la Junta para desencade- nar su operacién surgirfa de forma ca- sual. El 19 de marzo desembarcan en Leith Harbour (pequefia ciudad de las Georgias), treinta y cuatro operarios pertenecientes a una empresa argentina, cuyo propietario era cl Sr. Davidoff Este habja conseguido un permiso del gobierno de Londres para desmantelar tuna antigua factoria ballenera alli exis- tente, con cuya chatarra pensaba hacer ‘un no muy fructifero negocio, debido a que el precio de este material de deshe- cho habfa descendido sustancialmente en el mercado internacional durante la travesfa de sus chatarreros hacia la isla, en donde desembarcan e izan la bandera. argentina. Inmediatamente y tomando como pretexto, debido a la violenta reaccion britanica, la necesidad de dar proteccién a estos ciudadanos argenti- mos, el gobierno de esta nacién desplaza ‘la zona al transporte polar Bahia Pa- ‘aiso que desembarca el 26 de marzo un reducido grupo de infantes de marina, ndose luego mar adentro. embargo, y atin cuando se conoce 5 de marzo la salida de Argentina de luna fuerza naval, Gran Bretafa sigue sin tomar conciencia de lo que est ocu- rriendo, limitandose a segregar, el 29 de ese mes, de las maniobras Springtrain ue se estén celebrando en aguas del es- irecho de Gibraltar, alos submarinos de propulsiGn nuclear’ Conqueror y Spar- ‘an, haciendo que se dirijan al Atlantico Sur. Lo que no es obice para que el 30 de marzo el Ministro de Defensa brité- nico emprenda viaje a Israel como si nada ocurriera. El pueblo briténico va a despertar asi, de forma brusca y repentina, humillade por una nacién a la que tradicionalmen- te el carécter y sentir anglosajén infra- valora y por tanto desprecia, lo que pro- vocard una furibunda reaccién de colera contra el gobierno conservador de la Sra. Thatcher que, sin embargo, sabré esgrimir este sentimiento para conseguir Ja carta blanca que tanto aftora y que va a poner en sus manos los poderosos re- sortes militares, financicros y diplométi- cos que el sistema democrético nicga en situacion normal a cualquier gobernan- te. By Saburo Sakai SEP-2016 39 Argentina El dia 22 de diciembre de 1981 el des- tino de las islas Malvinas cambiaba de rumbo, Ese dia el teniente general Leo- poldo Galtieri, asumia la presidencia de Ia Repiiblica Argentina y mantenfa su puesto en la Junta Militar como jefe del ejército; relevaba, de esta forma, en el mando, al general Viola. De dicha Junta formaban parte asimismo el almirante Anaya y el brigadier del ejército del aire Lami Dozo. Es curioso constatar, y se ha especula- do mucho al respecto, que el general Galtieri realiz6 una visita a los Estados ‘Unidos a primeros de noviembre duran- te la cual se entrevist6 con hombres im- portantes del Departamento de Defensa norteamericano encargados de la con- uccién estratégica de las actividades es- tadounidenses en Centro y Sudamérica. Si a esto unimos el hecho de que las ve~ Ieidades demoeraticas del general Viola y el aumento creciente de las relaciones ‘econémicas entre Argentina y ta Uniga Soviética no eran bien vistas por los Es- tados Unidos, quizés no resulte tan des- cabellado cl pensar que el relevo produ- cido fue en uno w otra modo impulsado 40 por la Administracién Reagan. Al me- nos, y €s0 sf es seguro, fue favorable- mente acogido. La contrapartida hay que buscarla en un compromiso de apo- yo moral y material a la politica de Rea- gan en Centroamérica por parte de la nueva Junta Militar argentina, Sin Tugar a dudas la idea de la recupe- racién de las istas surgis répidamente en ‘este triunvirato y desde el primer mo- mento se constituys en cuestién priori- taria, En este sentido ef ministro de Asuntos Exteriores, Costa Méndez, re- cibié claras instrucciones de volver a in- sistir por la via diplomitica pero adop- tando una postura de mucha mayor fir- meza que la seguida hasta el momento. No vamos a extendernos més en el con- junto de razones que movieron a la Jun- ta a emprender Ia accién de recupera- cién, pero si merece In pena recordar un hecho que era perfectamente patente: imagen de los militares, tras casi se afios de gobierno (Isabel Martinez de. Perén fue derrocada el 24 de marzo de 1976), se encontraba muy deteriorada y cl clima politico, econémico y social de: a nacién estaba al rojo vivo. Sirvan. El porusno Javier Péoz de Cust Gonorl do las Naciones Unidas. como muestra los siguientes datos: a deuda exterior rondaba los 35.000 millo- nes de délares, el indice de inflacién del fio 1981 se habfa establecido en un 150 por ciento, la tasa de paro sobrepasaba 1 13 por ciento y la lucha contra la gue- rrilla arrojaba un saldo de 15.000 muer- {os y 10.000 prana, dos radares para control y direccion de tro, un reder de nevegscién, un soner y liverios ‘quips de coniramedidassloctronicas. ANTELOPE (Fragata Clase 21). 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Gran Brotaia, Entié en servicio en febrero de 1981. — Desplazemiento 4.200 Tm. ~ Velocidad 30 nudos. — Tri- pulscion 270 hombres. — Armamenio, un helicoptero Lynx MK.2 de lucha antisubmarina, un lan Endor doble do miles See Dart supartice aire, un carn se 118:m, dos eaftones de'20 mm y sole {ubos lanzatorpedos para torpedos Mk46. ~- Equipos, un radar de vigilancia, un radar de alerta ‘emprana, dos radares para la direecién de tro, un radar de navegacion, un radar de control aéreo, dos sonar y diversos wquipos de contramedidas electrénicas, ademas de medios de comunicscién i satelite 88 ea PUMA HC.1, Argentina, ‘Aerospatinie. — Dos turbines Turbomeca ‘Mokile 1A de 1.785 hp coda una. ~ Rowr principal cuatripsia, — Carga maxima 3.500 kg 6 20 hombres con equipo. — Velocidad ‘mama 265 kmh. ~ Autonom(s 345 h. & (628 km, — Armament, pusda montar mish {es do varios tipos, caidn do 20 mm 6 amet Hadoras de 7 62 min BOEING VERTOL CH-47 CHINOOK. Gran Brotaia-Argontina. Boeing Vertol, — Ode turbinas Lycoming TP56L-11 A de 3.760 shp cada uns. ~ Dor ratores principals cuatripslas. ~ Carga mx ‘ma 8.000 kg 6 44 hombres con equipo. ~ Ve. Tocicad maxima 304 km/h. — Autonoma 655k. Armament, puede montar eano- hes de 20 mmo ametalledoras de 7.62 mm, Aunque sa empleo ee para carga y transporte, SEA KING.MK 50 Gren Bretafa. Westland Helicopters. — Dos turbings Rolls Foye H-1.400-1 de 1.590 shp cada una. — Rotor principal de cinco palas. Carga maxi- ma 25,000 «9 6 28 hombres con equipo, Ve. Tocidad maxima 290 km/h. Autonomia 3,45 h. 6.870 km, — Armamenta, dotado para In lucha angubmarina von radi, Boyes Ss6nicas y cargas de profundidod. 90 91 inca eeorer GEM-41-1 de 1.120 shp cads Re oh Hetzopten,— Oot bins Rls Royce GEM! de 1.120 sho on une, — Roto rn etn Ome cs aebnina 2 B20 kp Valgsed mano $20 kmh auiongs 3h Se enn a cas ies fous Ses Shun 8 S12 dos rpadoe Mics cares de profundided. WESSEX. Gran Bretafa, eh estiand Hellcoptes, — Une turbine Rolls Royoe 161 de 1,600 shp.— Rotor prneinal cuatripala, Were teotime 2300 bg. Valocided mnixime 210 kmh. — Autonom’a 3 f 6 680 km. ~ Arma mento, cuatro mises ae/buque AS-11-eaRon de 20 mm, ametaladoras de 7,62 rr 6 lanzadores ‘multiples de cohetes, 92 Ss RAPIER. Gran Brotatia, Aisi auperticiesire, — Peso 42 kg.~Alcancede 0 a7 km. ~ Lanzador cuddrupte. ~ El sste nia eonsta do un lanzador y un romolaue on 5 que va un radar de bdsaueds y adquisicson de lances, un sistema de identificacion am ‘p-enemigo, un equipo de comunicaciones Dor microondas y un compuzador Febrleado en Gran Grats, SEA WOLF. Gran Brotaha, Misil superficieaire. ~ Disparado desde lanza ores sextuples gratorios Viewers Mik 25, ~ Paso 84 kg, — Aleance 5 km. — Carga expos. va de alto explosive ¥ espalata de impacto 0 proximidad, ~ El sistema de ormss lo comao. hve lanzador, un radar de viglancia Mk 967 Yotro Mk 968, un radar secundario 0 de iden ficacién emigo-enemigo, un dh ‘computarizado y un radar de gi Fabricada en Gran Bretana, ROLAND. Argentina. Sistema antiasreo contra eviones 2 bsja 0 me ta altura, ~ Puesto de tira con dos lanzado: fs, = Aleance 6.000 m, — Aleanes maximo Vertical 6.000 m— Adquisielgn megionee radar.~ Seguimiento y guiade mediante radio, Tad Optica, ~ Maniaje sobre ve feulo aru 3. — Fabsicado en Francia <3 SHRIKE AGM-45. Gran Greta ‘Mist antivadar, — Peso 177 kg, — Alesnoe 16 lem. Carga explosiva de fragmantacién y alto explosivo, ~ Guiado mediante un buscador pasivo de ondas de redar.—Fabricado en Gran Brotana, y utllizeda desde viones Vulcan ogg SEA SKUA CL.844, Gran Bretafa, Misilaire-superfiie, ~ Peso 200 kg, — Alean- 2 16 km. — Corge exolosiva de 35 kg de alto explosive, — EI helicoptero que lo mont est Sotado de un radar Ferranti Seespray, El finel del misil so realiza medisnte su semiactiva y ol radioaltimetro TRT do ‘ue va cotado. ~ Fabrieada en Gran Bret Cool T> CARL GUSTAV. Gran Brotafa, Caiién sin retroceso ontracarro laero. — Dis sefho sueco. — Fabricado an Gran Bretafia. Peso 9,2 kg. — Alcance 2 km, ~ Cabeza explo. ‘iva de. carga huses, — Sistema de punterta ‘mediante mira Sica EXOCET AM39, Argentina Misi! airesuperticie, — Peso 735 kg. — Alcan- ce de 5 2 40 kin. — Carga explosivg 165 kg de site explasivo, — Altura sobre nivel el ‘qua antra 5) 1D m.— Gulado mediante ra iealtimetro y cuntral inereial, — En los th ‘mos 10 km det recorrido #0 activa su ojive uscadora. ~ Fabricacio en Francis, 93 a Bate ate eee es cel meen ee Beaten hdc ane Pn ea eee Rn ee et eae ee crenr ns SANT ESTRELA. Argentine. Bate objetivos fteos volando @ muy baie cota, ~ Gule infraroja, ~ “Alesnoe B ke. — Peso 18 kg. —Lonaitud 1,5m,—Febrieado en a Union Sveti, SEA CAT. Gran Bretai Misil superficie-sve, ~ Peso 68 kg, ~ Alconce 5 km. ~ Corga axplosiva de alto explosive y fxpoleta de proximidad. — Guisdo mediante Un director éptico GWS-20 © mediante radar GWs-21-24, — Fabricado en Gran Breve, | SIDEWINDER AIM.9L. Gran Bratt Mit areairePesoG6 Alans 204m ‘on xpleniva de ito sxplosvo snulr yd ffaumantacén. = Siteme de guado hese Teebe te adacién’infraroje, Bostanc Tat producidos por a fimo poe alczar Spit. © Peptic por Etadon Us Sa SEA DART CF 200, Gran Bretafs [Mist superficie aire, — Paso 5EO kg, — Alcan: 62,80 len, — Cargs explosive de io explo iva y fragmentacién, - Puesto de tro con tos lanzadores,~ Gulado meaiun tn rader fuminedar dl blsneo y un equipo Buscador semiaetivo on ol propio mis. — Fa- Dricado en Gran Bret, =| SEASLUG. Gren Brotafa. ‘Mist superfcie-aie.— Alcance 45 km.—Carga txplosiva de alto explosivo ¥ espoleta de pro- Ximidad — Mil fabrieaco por Gran Bretaha ende 1961 a5 TIGERCAT. Argentina. Misilsuperfici-ira, ~ Peto 68 ko, — Aleance 5 km, Carga explosiva de alto explosive y fspolete db proximidad, ~ sistema de gulad por redio y eaptacion del blanca por rader © Sitema ptica, Lancedor tiple. Fabricado. or Gran Bretafa, uunradary | El alto mando militar argentino no se sorprendié cuando recibi6 el informe, procedente de un Boeing, 707 de la fuer: 7a aérea que se encontraba sobrevolan- do la flota briténica en misién de reco- nnocimiento, segin el cual se habia ob- servado como un reducido grupo de bu- ‘ques se desgajaban de la cerrada forma- cin de combate adoptada por los brité- nicos y ponfan proa, casi con toda segu- ridad, hacia la isla de San Pedro, la pri ipal del archipiélago de las Gcorgias. Efectivamente, tanto la toma de dichas islas para los briténicos como su pérdi da para los argentinos, que las habfan ‘ocupado mas como simbolo que por ne- cesidad, era cuestién evidente casi des- de el comienzo del conflicto y sobre todo una vez visto el cariz que iba to- ‘mando la batalla diplomética, la cual terming cuatro dias después de que la «Unién: Jacke flameara de muevo en Grytviken, capital de las Georgias. EI plan para la toma de estas islas, he- cho que teunia para los briténicos una setie de factores de extrema importan- cia, habfa sido elaborado ya en los pri- eros das de abril y su puesta en mar- Primera sangre cha solo esperaba el momento més id6- ‘neo, que serfa elegido por el gobierno de Londres. Desde el punto de vista téctico, las Gorgias constituian un objetivo limita- do (ya que s6lo existian fuerzas én Gryt- viken y Leith Harbour), aislado (pues se encuentra a 2.16) kms. del continente americano y a 1476 kms. de las Malvi- nas), sin posibilidades tle ser reforzadas or aire o mar, poco defendidas (ya que sélo existfan fuerzas escasas que apenas egaban a una compaiiia) y de facil ac- eso. Desde el punto de vista estratégico constitufan una posible base donde po- der instalar, previo su acondicionamien- to sin duda costoso, un refugio seguro para tropas y servicios en caso de que la previsible guerra se alargara excesiva- mente. Y por ttimo, desde el punto de vista moral e informativo, la toma de es- tas islas, totalmente segura, fécil y pro- bablemente inctuenta contribuiria a afianzar cl prestigio de las fuerzas brité- nicas, a aumentar Ia confianza’del pue- blo briténico en ellas y a demostrar al mundo y sobre todo a Argentina, que la Sra. Thatcher en particular y Gran Bre 95 |. GEORGIAS DEL SUR. ‘mina también estrellandose y aunque no hay vietimas, combatientes y tripulacio- ‘nes quedan abandonados a merced de Jas duras condiciones climatol6gicas. El ane (ercer heliedptero que se envia es un FORTUNA _ Wessex de lucha antisubmarina, dotado “de radar, del Antrim, que con gran peri cia logra la evacuacién de todo el perso- “pala aslado De todas formas, la imperiosa neces dad de contar con observadores y co- [rreetores del tiro naval desde tierra, a que en la noche del 23 al 24 de , se intente de nuevo la operacién dc infiltracién, esta vez.a cargo de cle- ‘mentos del Special Boat Service, los ‘cuales, en niimero de quince, utilizan como medio de transporte lanchas neu- iméticas, To que causa algunos desapare- cidos debido al mal estado de la mar. ese a esto, la operacién alcanza el éxi- tafa en general, estaban dispuestas a todo para reconstruir su orgullo humi- lado y sus intereses en la zona momen- ‘tdneamente neutralizados. Ademés, proporcionaria al mando britdnico y @ sus subordinados una muestra més real del equipo, material y armamento con el que se tendrian que enfrentar, asf como de la clase de instruccién y moral de combate que posefa su, hasta ose mo- ‘mento, relativamente desconocido ene- "Be esta forma, durante los dias que iba a durar el traslado hasta las Georgias y las operaciones en ellas de las fuerzas ‘encargadas de realizarlas y que estaban formadas por la fragata de la clase 22 Brilliant y el destructor de la clase County Antrim, la fragata de la clase Rothesay Plymouth y el petrolero Tides- pring, que habia sido acondicionado para el transporte de material y hom- bres y dotado de dos helicépteros Wes- sex, a los que se unitia el Endurance, el mando briténico ordené al submarino Conqueror que patrullara la zona para prevenir cualquier intento argentino de teforzar las islas, cosa poco probable, ‘Al mismo ticmpo se incrementaron los 96 ‘yuelos de reconocimiento estratégico, a 1, ‘cargo de aviones Vulcan y Nimrod re- postados en vuelo, entre las Georgias y el continente americano para detectar fa Un heli también improbable aparicién de avio- | nes argentinos. ‘Cuando el 21 de abril la pequefia fuer- | za operativa se encuentra ya en las frfas inguietas aguas de las Georgias, el plan britinico, sencillo y muy ortodoxo, como serfa la ténica general més adelan- te, se pone en marcha. Esa noche & pe- sar de que las condiciones climatolgi- ccas son pésimas, debido a que la visibili dad es escasa, el frfo intenso, el mar ‘esti encrespado y existen vientos ra cheados de hasta 100 km/h. desde el bu- que insignia para la operacién, ol An- | ‘rim, su comandante, el capitén de na- | vio Young, da la orden para que un re- ducido grupo de hombres del 22 Regi- | ‘into del Special Air Service sean heli ‘ransportados al glaciar Fortuna, exten- sa lengua de hielo situada al Norte de Leith Harbour. Sin embargo, el helicop- tero capota, por lo que se envia un se- ‘gundo aparato a rescatar a los coman- dos, pero debido a la ventisca de nieve jf ‘en la zona, este segundo helicéptero ter- | on la recuperacién da ls Isles Georges. En la mafiana del 25 de abril, mien- tras la flotilla briténica permanece a la cexpectativa de una mejoria de las condi- iones climatol6gicas, hecho que ya se estaba produciendo, y a la espera de la valoracién de los informes que los co- mandos radiaban casi de continuo desde ‘sus escondidos puestos de observacién, el helicéptero Wessex del Antrim, que al igual que los demds pertenecientes a los distintos buques involucrados en la operacién, se encontraba en misi6n de reconocimiento, divis6 al submarino ar- gentino Santa Fe a unos 9 kms, del puerto de Grytviken del que intentaba alejarse, posiblemente para levar a cabo alguna accién contra los buques briténicos. El ataque contra el submari- ‘no comenz6 inmediatamente con cargas de profundidad desde el citado helicép- tero, produciéndosele algunas averias que impidieron su inmersién hasta que liego al lugar el helicoptero Wasp del Endurance. Este, le disparé un misil ‘AS-12 de fabricacién francesa, que atra- ves6 de lado la torreta del submarino. Un Vulean brténico despegando d La dotacién del navio argentino consi- ‘guid, pese al acoso briténico, el drigir el submarino a Grytviken, en cuyo puerto fueron abiertas las exclusas de admisién de agua, hundiéndose la nave répida- mente. [a tripulacién del navio lo aban- doné y se incorporé a la guamnicién de la capital. Debido a la anterior accién y para aprovechar la probable confusiOn pro- ducida en los argentinos, el mando bri- ténico decide desencadenar, sin pérdida de tiempo, la totalidad de su plan, co- menzando con un furioso bombardeo naval de las posiciones argentinas que es ‘ficazmente corregido desde tierra por Jos comandos.infiltrados. Al mismo tiempo, son helitransportados a los pun- tos tacticamente més importantes y cer- ‘eanos a Grytviken, diversos componen- tes del Special Air Service, que ocupan posiciones desde las que cubren con sus fuegos el desembarco de una compa, (ciento veinte hombres) de Infanteria de Marina. Tras un corto, intenso e in- cruento intercambio de fuegos en el que 98. {os briténicos no tienen ninguna baja los argentinos tan s6lo tres, el coman: dante de la guarnicién argentina, capita Alfredo Astiz, decide la rendicién de islas, haciéndose efectiva cuando des:| pués de algunos momentos de vacila idn, los infantes de marina argentinos “(cerca de veinte) que defendian Leitht Harbour, se rinden a las fuerzas briténis cas alli trasladadas desde Grytviken. La operacién briténica se cierra con la firma en el puente de mando del An: trim, por parte del capitan Astiz y ant el comandante Young, de la primera de: las dos rendiciones que los argentinos firmarian durante este conflicto, El total de prisioneros efectuados por los brité- nicos se eleva a 90 soldados argentinos, 82 marinos de la tripulacién del Santa Fe: y 34 civiles de los llamados «chatarre- Tos», todos los cuales, excepto el capitan Astiz, son repatriados tras su interroga. torio. Con el final de esta accién comienza tno de los numerosos montajes que for: ‘marian la compleja y eficaz accién sico- Iggica y de propaganda que Gran Breta fia venta realizando desde el mismo dia de su expulsi6n de las islas y cuyo fin era El capitén argentino Alfredo Asti rind las Georges lo briténieos. Ja manipulacién de la opinién interna y ‘mundial para situarlas plenamente a su favor. De esta manera, el capitn Astiz, nada més ser identificado es trasladado a Gran Bretafia donde se difunde su su- Puesta participaci6n en la tortura y ase- to de na stibdita sueca y otra fran- cesa en 1970), cuando era elemento activo de la contra-infotmacién en la lucha an- tisubversiva'de entonces en Argentina. Si bien los cargos no fueron suficiente- mente probados, asi.como la justicia briténica no parecfa poseer la suliciente jurisdiccién para juzgarie, ademas de que les extradicciones solicitadas por Francia y Suecia fueron denegadas, el gobierno briténico si logré convencer a ciertos sectores de la opinién ptiblica propia y extraiia de que ademés de en dlefensa de sus intereses en la zona, la suya era también una lucha por la liber- tad y en contra de un ejército cuyos mandos eran famosos. torturadores. violadores de los derechos humanos. Conciuida la toma de las Georgias, tanto argentinos como briténicos, fuer- zas combatientes como pueblos, al igual gue la expectante opinién mundial, en- tran en un perfodo de tensa ealma en el que se mezclan la febril actividad por ‘evaluar el significado de os fracasos 0 Exitos obtenidos, con la reorganizacién, de sus respectivas fuerzas de acuerdo con las conclusiones elaboradas. Todo ello encaminado a tratar de mejorar sus respectivas posiciones de cara al seguro enfrentamiento armado que se aproxi- maba. Ast, cuando el 30 de abril los Es- tados Unidos hacen publica su intencién de prestar su apoyo moral y material a Gran Bretana, esta hace despegar est misma noche de la isla de Ascension a una eseuadrilla de bombarderas estraté- zicos Vulcan que después de ocho horas. 99. Dos Daggor en Rio Grande antes dle salir para ‘una mistén, de yuelo y tras ser repostados tres veces, en vuelo, dejan caer, en la madrugada del I de mayo, sobre et aerédromo de Port Stanley, verdadero cordén umbili- cal de las islas con el continente, su car- 0, esta operacién de dieciscis horas de vuelo y enorme gasto de combustible, no darfa el resultado apetecido, ya que como se demostraria después, los erite- res que aparecfan cn Ia pista del acro- dromo, en las fotograffas tomadas en in- ‘mediatos teconocimientos aéreos, eran en realidad cfrculos de tierra dispuestos por los propios argentinos para engafiar a los briténicos. La eficacia de los Vul- can en el bombardeo a gran altitud y con bombas de caida inercial qued6 to- talmente en entredicho. El ataque de los Vulcan fue completa- do esa misma mafiana por la primera de Jas numerosas incursiones aéreas que los Sea Harrier realizaron contra las islas y que para este tipo de avién suponia su bautismo de fuego y su debut en el arte de la guerra. Desde este momento se constituyeron en el centro de atencién de los observa- dores militares de todos los paises del mundo, ya que por su modertia y revo- lucionaria concepcién como avién de despegue y aterrizaje vertical, asi como por poseer otro tipo de innovaciones ‘Acriba: El sofisticado equipamionte electrénico de los Nimrod no siompre alert con la suficionte antolacién ala flotebriténies del inicio de los ataques argentinos. Abajo: Un Nimrod en misién {de reconocimiento, este evién se caracteriz6 poral elevado némero de horas en vusle durante Iacamparie. ga de 21 bombas de 450 kgs. Sin’embar- - tecnol6gicas, sobre todo en cuanto a los equips electrOnicos se refiere, consti- tufan por sf mismos un nuevo factor a introducir en los ya miltiples a tener en ‘cuenta en el planeamiento y desarrollo de las operaciones de un conficto de ca- racteristicas tan peculiares y complejas, como el que se iba a desarrollar. De esta forma, varios Sea Harrier y Harrier GR3, escoltados por Sea Ha- tier armados con misiles aire-aire AIM- 9 L Sidewinder, efectuaron varias pasa- das a baja cota dejando caer sus bombas. de 450 kgs. sobre el acerddromo de Port Stanley y también contra el de Goose Green. Sin embargo, dicha accién no Cobtuvo los resultados esperados, debide fundamentalmente a a intensa actividad antiaérea desarrollada por las unidades de artilleria, agregadas al despliegue de- fensivo del 25 Regimiento de Infanteri encargado de la defensa del citado aeré- dromo, y que de ninguna manera era es- perada’ por los pilotos briténicos. Tan desagradable fue la sorpresa que, atin- ue sélo resultaron ligeramente dafados algunos aparatos, en lo sucesivo este tipo de operaciones tendrian que ser planeadas con mas detalle y tomando mayores precauciones, guaylando el respeto debido al denso despliegue an- tiaéreo argentino, que contaba con sis- temas de armas como el Tigercat, fabri- cados en la propia Gran Bretaiia En la tarde de este mismo dia 1 de mayo, se produce el primer combate 103 avion-avion, entre una patrulla de Sea Harrier y otra de Dagger argentinos. El desarrollo y resultado de este encuentro result6 ser de gran trascendencia para ambos contendientes, a pesar de que la vvaloracién del mismo hubo de ser, como es I6gico, diametralmente opuesta. La dutacién del combate fue de pocos se- gundos y los aviones no legaron a en- trar en contacto visual en ningsin mo- mento. Una vez que los radares de los ‘Sea Harrier detectaron a los Dagger, los pilotos, introdujeron en sus direcciones de tio los datos necesarios y esperaron a estar a unos dos mil metros de distan- cia para disparar sus Sidewinder. En po- cos segundos los Dagger se convirtieron en inmensas bolas de fuego. La valora- El destructor brténico G/aspow que resulta ina bombs do 450 leg on ‘mayo durante un bombar- 400 do Skyhawk A-40, cién por parte briténica fue inmediata, tuna vez conocido el acontecimiento, al comprender que el dominio aéreo se en- contraba a su alcance utilizando el bino- mio Harrier-Sidewinder AIMIL, Este es un misil de fabricacion norieamerica- na dotado de alta tecnologia, que se con- duce al objetivo por las radiaciones in- frarrojas de sus motores o simplemente por la reducida emisién calorifica del fu- selaje del mismo, por lo que no te es ne- cesario al avidn atacante el maniobrar para colocarse a la cola de su enemigo. En cambio, para los pilotos argentinos ‘quedaba claro que al carecer sus avio- ‘nes Dagger, dc fabricacién israeli, de tos equipos clectrdinicos de deteccién y de- cepcién necesarios para neutralizar a los misiles de los Harrier, ya que al comprar Jos aviones los israelitas no incluian en ellos sus complejos y modernfsimos apa- ratos de guerra electrOnica por conside- ‘Arriva: Primer plano de un Lynx armado con un misil Sea Skua. Absjo: A pesar de encontrerss ‘on faso experimental | misil Saa Skua s© mostré notablemonte eficaz como arma antibuque. Gt Ga a «6 ¢ Fee fet Arribo: El destructor Shetfild ardiando, Lae flachasindican at redome del sstame de comunica- ‘lones via satélita y las antenas de los equipos de guerra electrOnica, Ajo: La fragata Arrow intents deserperadamenta rofocar el Incendig en el Sheffield mediante el bombeo de agus. 4 DESPLIEGUE ANTIAEREO EN PORT STANLEY de 225 ke que formeré parte del armamento de un avign Skyhawl rarlos secretos, y como tenfan que ac- ‘uar debido a la distancia, al limite de su autonomfa, por Io que tampoco po- dian utilizar la post-combustin de sus aviones, debido al considerable consumo de combustible requerido a esta técnica, (otalmente necesaria para obtener la suficiente velocidad y capacidad de ma- niobra que el combate avidn-avién re quiere, lo mejor de ahora en adelante serfa eludir en lo posible este tipo de en- cuentros, como asi lo hicieron: Al mismo tiempo que se producia este clarificador combate aéreo, la flota briténica acereé a Port Stanley un des- tructor y dos fragatas que iniciaron el primero de los varios bombardeos nava- les que suftirfan las posiciones argenti- nas en tomo a la ciudad: Sin embargo, la aparicién de dos bombarderos argen- tinos Canberra, hizo que el caioneo na- val perdiera eficacia resultando tocada la fragata Arrow, aunque al final uno de 108 los Canberra fuera abatido por un Side~ winder disparado desde un Sea Harrier. Esta accidn aérea de los Canberra. era {an s6lo una de las numerosas misiones hasta un total de cincuenta y seis, que la Fuerza Aérea argentina desarroll6 este ia contra la flota briténica, inaugurando asf lo que iba a ser desde entonces una constante en su valerosa actuacién. Ter- minaba asf, junto al derribo de varios helic6pteros ‘briténicos que intentaron heliportar varias unidades de comandos a las cetcanias de Port Stanley, el pri- mer dia de combate propiamente dicho y los primeros encuentros entre los hombres y materiales que durante un mes y medio iban a sostener una dura ‘pugna por hacer prevalecer sus razones, Para los argentinos quedaba claro que los briténicos venfan bien equipados y conocfan su oficio, Por su parte, la de- fensa antiaérea argentina y las citadas cincuenta y seis salidas de su fuerza aé- rea en ese primer dfa, demostraron alos britinicos que aquel «...paseo mili- tar.» que profetizara el almirante ‘Woodward no iba a ser posible. + Un Mirage Il on la Bate Aéras de Rio Gallegos preperdndos pr tuna mision. Al dia siguiente, domingo 2 de mayo, se conoce el hundimiento del crucero ar- gentino General Belgrano por el subma- Tino de propulsién nuclear Conqueror. La opinién mundial reacciond de forma casi unénime Henando el nombre de Gran Bretata de improperios. Nadie comprendia el motivo del hundimiento de un buque que, aunque de guerra y cenemigo, se encontraba fuera de los li- mites dela Zona de Exclusion Total, cu- yas dimensiones habfan sido fijadas de forma unilateral por la propia Gran Bre- taiia, Cuando as noticias comienzan a fluir con més intensidad y junto a la ele- vada cifra de bajas argeatinas se conoce que el hundimiento se realiz6 previa or- den de fa Sra. Thatcher, la indignacién aumenta y parece que el complejo y ef caz montaje propagandistico briténico, tan met6dicamente desarrollado desde el primer dia del conflicto, va a desmoro- arse con este s6lo hecho que ya ha sido calificado como de «tipica accién de pi- rateria briténica». Sin embargo, desde cl punto de vista briténico la accion es del todo Iégica. Hasta el momento, el flamante nombre de Zona de Exclusion Total dado a un trozo de mar y aire por los britanicos, no ha pasado de ser més que eso, un nombre, ya que a Port Stan- ley han estado legando barcos argenti- ‘nos que, navegando generalmente solos en parejas, han conseguido llevar algu- nas toneladas de suministros a su guar- nicién a pesar de que a mayoria y los mas importantes abastecimientos lo han hecho por via aérea. Gran Bretaita va a poner remedio de forma facil y sin ries- {20 a tan desprestigiosa situacion la tarde del 2 de mayo, consiguiendo por afiadi- dura dos objetivos que a estas alturas le resultaban moralmente prioritarios. De esta forma, cuando el Conqueror detec- ta la presencia del lento, viejo y mal ‘equipado crucero General Belgrano que navegaba escoltado por los destructores Hipdlito Bouchard y Piedra Buena debi- do a que el citado crucero carecia de los adecuados equipos de deteccién anti- submarina, a unos 60 kilémetros fuera de la Zona de Exclusién Total, pone el avistamiento en conocimiento ‘de Lon- dres mediante el empleo de sus potentes medios de comunicacién via satélite y espera hasta que recibe la orden de hun- dir al navio argentino cuatro horas des- pués de haberlo detectado. A las 16.00 horas, el capitin del Conqueror ordenael disparo de un torpedo MK-8 que hace bianco en Ia sala de méquinas del cruce- 10, quien tres minutos después vuelve a cestremecerse al ser alcanzado por un se- ‘gundo torpedo esta vez en la proa, lo que provoca una inelinacién hacia estri- bor de 10°. Fuertemente escorado, el viejo superviviente de Peat! Harbour, es abandonado por sus escoltas ante el te- ‘mor de ser hundidos ellos a su vez por el 109 Personal argentino de sorvicio on tierra pr: parandlo las eintas do municion para el eaion {40.20 mmde un Mirage indetectado submarino enemigo. Des- pués de una larga e interminable hora de agonta a fo largo de la cual no ha de- jado de ser azotado por las frias aguas del Atléntico Sur, el General Belgrano se hunde definitivamente llevindose consigo a 324 de sus 1.050 tripulantes. Los objetivos briténicos son alcanza- dos. Por una parte, sin duda la més im- portante, la Armada argentina com- prende que ef Atléntico Sur es britini- £0, ya que excepto dos destructores de Ja moderna clase 42 briténica, el resto de sus efectivos navales eran casi todos viejos buques comprados a los Estados Unidos 0 ala propia Gran Bretaia como era el caso del portaaeronaves Veinticineo de Mayo. Asi que de ahora en adelante no se aventuraré ni lo més minimo por aaquellas aguas. Por otro lado, si la flota argentina pudo suponer en algin mo- ‘mento una amenaza para la fuerza naval briténica, opinién en ia que se bas6, se- gtin Ia Sra, Thatcher, su decision de hundir el crucero argentino y que como 0 hemos visto era del todo discutible, esto iba a dejar de ser asf. Con un hecho na- val nada meritorio, dada la enorme dife- rencia de caracteristicas de ambos con- tendientes, pues el General Belgrano ca- reofa de equipos para la deteccién sub- marina, su velocidad era muy baja y su armamento antisubmarino casi nulo, ademds de no ir lo suficientemente es. coltado, mientras que el Conqueror es uno de ios submarinos mas modernos de la Royal Navy, dotado de alta velocidad incluso sumergido, asi como de sofisti- cado armamento y equipos electrénicos consiguicron climinar a uno de los tres @jércitos que componfan las Fucrzas Ar madas argentinas. E13 de mayo, la Armada argentina sufre otro revés. Si bien no de Ia impor- tancia del hundimiento del General Bel- grano, no por ello deja de ser menos dramético y desde luego altamente valo- rable para los briténicos. Cuando los pa- trulleros argentinos con base en Port Stanley, Comodoro Somellera y Alférez Sobral se encontraban rastreando una zona en busca de posibles pilotos argen- tinos supervivientes de la jornada de combates aéreos del dia anterior, son detettados por un helicdptero Sea King del Hermes que se encontraba en misién de reconocimiento y alerta temprana, el cual da la alarma inmediatamente. En pocos minutos acude a la zona un heli- céptero Lynx, perteneciente al destruc- tor Coventry, armado con cuatro misiles ‘Sea Skua aire-buque. Este misil, con el ‘que fueron dotados algunos helicépteros de la fuerza aeronaval britanica, de for- ma un tanto precipitada, antes de su sa- lida de Gran Bretatia, ya que atin se en- contraba en periodo de evaluacién por los técnicos de Ia Royal Navy para de- terminar la conveniencia 0 no de incluir- lo en su arsenal, iba a pasar de forma brillante, la pracba més dificil para cuval- quier arma experimental: una accién real. ‘Nada mas llegar el Lynx a la zona de- signada y tras adquirir con su radar el primero de sus objetivos, no tardé més, {que unos segundos en disparar un pri- ‘mer misil enyo impacto en el casco del Comodoro Somellera hizo que éste se hundiera répidamente. Por su parte, el (laminillas de plomo y aluminid, cuyas dimensiones equivalen a determinadas longitudes de onda, por lo que engafian ‘con falsos ecos a los radares cuyas fre- ‘cuencias trabajan en esas mismas logitu- des de onda) confiando en poder decep- cionar al radar del Exocet, 10 que se consiguié. El misil termind estreliéndo- se contra la superficie del mar. Después de intentar remolcar hasta Gran Bretafa para su estudio, el esque- leto de lo que fue buque orgullo de la. Armada briténica, el Sheffield se hundio diez dias después al no resistir los golpes ‘de un mar cada vez més furioso. ‘Argentina consigue con esta sola ac- cién una enorme victoria moral sobre Gran Bretaiia y una gran inyeccién de -confianza en. sus propias fuerzas arma- das y en la opiniGn piblica. Al mismo tiempo, la flota briténica dedice abrir su despliegue, con la consiguiente dificul- tad para su aprovisionamiento entre los buques y alejarse de las islas, limitando cn parte la actuacién de sus aviones y helic6pteros al aumentar las distancias de sus vuelos. También quedaba claro que la guerra se iba a recrudecer y que tanto uno como otro contendiente s6lo podian salir airosos de aquel conflicto consiguiendo una clara victoria militar y desde luego que por lo menos la Fuetza ‘Aérea argentina debfa ser tenida en cuenta, ya que el valor de sus pilotos y la capacidad de destruccién de sus avio- nes y misiles era considerable, Por su parte, la Sra. Thatcher no apareceria en Ia television briténica hasta después de la Batalla de Goose Green. E19 de mayo es bombardeado por aviones Sea Harrier el pesquero argenti- no Narval que es capturado y acusado de estar efectuando espionaje electréni co en las proximidades de la flota brité- nica, Este mismo dfa, se realiza un in- tenso bombardco naval de la isla Sole- dad con el objeto de suavizar posiciones y tratar de desmantelar diversas instala- Ciones y redes argentinas de mando y comunicaciones. Esta operacién puede por tanto considerarse como una de las primeras de las encaminadas a preparar y facilitar el ya cercano desembarco de San Carlos. Sin embargo, y como ya ‘ocurriera el | de mayo, la Fuerza Aérea argentina aprovech6 la necesaria con- centracién de la flota briténica para lan- zar un elevado nimero de aviones sobre ella, formando esta vez el grueso del ata- que aéteo argentino los Skyhawk A¢-Q, resultando el destructor Glasgow con una bomba de 450 kgs. alojada en su in- terior que, si bien no explosion, sf re~ quirié la retirada del buque mat adentro para la desactivaci6n de tan peligroso artefacto, lo que se consigui6. También resultaron tocados por fuego de caiién otros buques aunque los desperfectos no fueron comparables a los del Glasgow. us. San Carlos El dia 22 de mayo la opinién piblica mundial recibia la noticia de que la Fuerza Operativa briténica desplazada al Atlntico Sur estaba intentando esta- blecer una cabeza de playa en una zona denominada bahia de San Carlos, situa- da al Noroeste de la isla Soledad y que se estaban librando importantes comba- tes en la misma, Pata quien hubiera se- guido con interés el desarrollo de los ‘acontecimientos y tuviera ciertos con ‘imientos de estrategia y de téctica mil tar, dicha informacién no podia consti {uit una sorpresa, pues a esas alturas del conflicto era realmente la Gnica solucién viable que le quedaba al gobierno brita- nico para recuperar el control de las is- las. Bien es verdad, que el lugar elegido para la realizacién del desembarco sf que era una incognita. El plan de acuerdo diplomatico pre- sentado por el Secretario General de las. Naciones Unidas Javier Pérez de Cué- Tar, estaba destinado al fracaso desde el primer momento, cosa que acabé suce- diendo el 18 de mayo, no por su conte- nido, (que no diferfa mucho del presen- tado por Alexander Haig o del intento res realizado por el presidente peruano Be- launde Terry) sino por el momento ele- gido. En realidad, a esas alturas de la crisis, cualquier acuerdo de paz. que n0 llevara consigo la inmediata retirada de todas las fuerzas argentinas desplegadas en las islas, no interesaba a los briténi- cos. Hay que tener en cuenta que cuan- do el dia 2 de mayo fue presentado a ambas partes ya habfa que contabilizar las acciones briténicas contra Port Stan- ley y las que condujeron a la recupera- cidn de las islas Georgias del Sur y por parte argentina las realizadas por su fuerza aérea contra la Fuerza Operativa britanica. Los posteriores hundimientos del crucero argentino General Belgrano y del destructor britsnico Sheffield deja- ban bien clara Ia afirmaci6n en sus pos- turas de ambos gobiernos. Tanto la Jun- ta Militar argentina como la sefiora ‘Thatcher habfan conseguido convencet 1 sus respectivos pueblos de que se tra- taba de una cuestién de honor, y en par- te lo era, y en consecuencia no podian presentar las bajas sufridas hasta el mo- mento a cambio de nada. Por lo tanto, las acciones citadas no s6lo no les hicie- oe ron sentarse a la mesa de negociaciones, sino que les reafirmaron en sus respecti- vas posturas y las declaraciones y comu- nicados oficiales se tornaron, si cabe, ms duros y belicistas, Desde que el dia 5 de abril el grucso dle fa Fuerza Operativa britinica zarpaba del puerto de Portsmouth, el gabinete de guerra britfnico se traz6 tres posibles Ifneas de accién a seguir en funcién del futuro desarrollo de los acontecimien- tos, teniendo las tres en comin el deseo de que quedara patente su firme resolu- ide poner de nuevo las islas bajo bandera briténica. La primera consistia en efectuar el traslado del destacamento de fuerzas a velocidad

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