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en Bolivia. Freya Schiwy y Nelson Maldonado-Torres. | Introduccion de Walter Mignolo t Coueccton: Et DESPRENOIMIENTO: PENSAMIENTO CRITICO Y GIRO DES-COLONIAL IWTRODUCCION GENERAL DE WALTER D. MIGNOLO Ediciones del 222. — LA TOPOLOGIA DEL SER Y LA GEOPOLITICA DEL SABER. MODERNIDAD, IMPERIO, COLONIALIDAD? Nelson Maldonado-Torres* Abstract Este ensayo de Nelson Maldonado-Torres examina la conjuncién de raza y espacio en el trabajo de varios pen- sadores europeas. Se enfoca en el proyecto de Martin Heldegger y su bisqueda de rafces en la civilizacién occidental. Este proyecto de la bisqueda de rafces esta siendo desenmascarado como cémplice de una vision cartogréfica imperial que crea y divide las ciudades de los dioses y las cludades de los condenadas. Maldana: do-Totves identifica concepciones parecidas en otros pensadores occidentates, mas destacadamente Lévinas, Negri, Zizek, Habermas y Derrida. Al proyecto de ta bts: queda dé raices y sus trasfondas racistas, opone una vir sién critica fanoniana que subraya el caracter constitutive de ta colonialidad y el racismo para el pro- yecto de la modemidad europea. Concluye con una proclama por la diversidad radical y por una geopolitica descolonial del conocimienta. j “Es Profesor Asistente de Estudios Js Etnicos en UC Berkeley. cos Comparativs en el Departamento de Fst 1 Preseaté une version ddd del ser” ena Reunion Anual de la Asociacion de Es Dallas, Texas, el 29 de marzo de 2003, Me gustaria agradecer» lo 6 al En adel Centro: lo ents, lo comtingente aves del Centro puda ser reeo- iminaddor. Tota la Eaten, un Centra por el (Agustin T. dela Riga?) Ha llegado a ser 1a verdad pedestre reconocer que 1a teoria soctal en general ha tomado un giro espacial para~ leto al gito linguistico de la filosofia occidental. Reflexio- nes acerca de como las ideas sobre la espacialidad han dado forma al pensamiento filossfico también estan reve- Etice Dialog y Cosmopolitismo Crtico en ix Universidad de Duke contexto maravilloso para poner a prueba nuevas ideas alternativas ‘ radical. Tambien quisiera agradecer n Eduarco Menche os sobre la segunda version del ensayo y por sus cruciaes Me gustaria dedicar este enseyo 1s presentan de forma explicit al y presents 1oy le topologia de} Ser que seran investigadas eriticamente en este ensayo, En ses un testamento de una geopolitics tan probleratica que su obra haya permanceido deseonocida por tanto tempo. 2 de la Rega. AT. (1973) America fuera del centro: del privilegio y dela culpa en Aras y otros, .216. Hee ‘ 64 tHeLson MALDoNApO-ToRRES Jose en el campo de la fiosofia, Durante mucho tien po, fa disciplina filosdfica procedié como si Ia ubicacion sgeopolitica y las ideas sobre el espacio {ueran caracteris- licas contingentes del razonamiento filosofico. Evitando correctamente el reduccionismo de la determinacion geo- grifica, los filésofos han tendido a considerar el espacio demasiado simple para ser filoséficamente pertinente.> Con seguridad, hay otras razones de pertinencia para ex- plicar ia alergia al espacio como un factor lilossfico si ficante. Las preguntas sobre el espacio y las relaciones gcopoliticas socavan la idea de un sujeto epistémico neu- {ro cuyas reflexiones solamente responden a Jas criticas « lo in-espacial del terreno de lo universal, Ademas, hacen Ulegar ala luz las maneras en las cuales los filésofos y pro- fesores de filosofia vienden a afirmar sus raices en una re- gidn espiritual siempre descrita en términos geogrilicos: Europa’, La ausencia de reflexiones sobre Ia geopolitica y 3, Por supuesto,existen excepiones a esto. Quizés la mas obvia es Fiegeh, quien ‘combing la temporalidad y Te espactalidad en su version del Espiritu, Segura- Incnte, tal Espirita habia llegado a sn climax en Europa y tenia a América co- tno hovizonte futuro, Ver Hegel, G.WE (1991) The Philesophy of History, wad. J ibree, Blfalo, NY; Prometheous Books. Para un anlisis crttico de las opinio nics de Hegel sobre América vea Casall, M, (1892) America en el pensumiento de Hegel edmiracién y rechazo. Buenos Aves: Caralogos. Para una version alterna: tiva de ls historia mundial desde uma (1995) The Invention of the Americas: Eaipse of ddemity, trad, M.D. Barber. Nueva York: Continuum. 44 Hay otras modalidades de esto. Con una percepein aguda del compromiso ‘que sostiene la disciplina de la filosofia con Evropa como sitio epistémico, un grupo de filosofos latinosmericanos jOvenes se reunieron en Argentina en fos 70 para hablar de la pertinencia del espacto pars I ilosofiay la postbili- ‘ad de basa la telleniomfilosofica en Latinoamérica, no en Eutopa (ver Apun- te D. De forma parecida, los filosofos estadounidenses a fines de los aos 80 recurrieron al pragmatismo como maners de articslar une fi stadoum 6s Le tonowata ort sen v ua GEOPOLITICA DEL SABER. MODERINDAD, IMPERIO, COLONIALIOND la espac cn la procduceién del conocimiento funcio- a la fata de reflexi6n critiea en cuanto al compromiso de la filosofia occidental y los filésofos con 10 epistémico privilegiada Europa como En tanto que kt introduccién de la espacialidad como un en la comprensisa de la filosofia es un jclante para la disciplina, seria wn limi- si promoviera Ia reafirmacién de un nuevo sujeio epis- {éimico neutro que puede (razar por sf solo el mundo y sociaciones entre el pensamiento y el espacio 5 un riesgo no solamente para fa filosolia sino sam- a la teoria social. La idea no es cambiar supues: lidad del fildsofo con la de la igualmente mitica imagen del cartégrafo cientifico neutto. La introduccion de Ia espacialidad como un factor significante en la com- prensién de la [ilosofia y en la produceion de la teorta so- cial puede Hegar a ser el nuevo sitio para la idea de un observador imparcial que solamente puede examinar las relaciones complejas entre el conocimiento y las ideas del espacio, porque esta mas allé de tales relaciones. Al final dense, Mientras estas ds proyectos comparten con ti fo particular a bu ido a see ms we en la obtade Enrique Duss. El grupo latinosenericano ta ico del liberalism que sa equivalent estadounidense. Yo discut algunos dees sen ‘Envisioning postealonial philosophies in the Americas: the cases of the Latin Americsn liberation thoughe, presentado en ln Sesin ia dela Sociedad para el Desarcllo de la Filosofia Americana, Denver, Colo 5 de marzo de 2003. Algunas de las ideas presentadas esti incluidas en rnado-Tavres, N, (de proxima sparicion) ‘Teward a critique of continental ea- [Alricane studies std the decolonization of tnperal earvographies in che Ame= reas’ en LR, Gordon y 1A. Gordon (eds.) Companion 9 African-American studs, ‘Cainbridge, MA: Blackwell pragmatis alo, 66 i i Neison Ma.sonavo-Torees me gustaria sugerfr que esta eteeneia en Ia neutralidad tiende a reproducir la ceguera, no en el aspecto del espa- cio como tal, sino en relacién con las maneras no curo- peas de pensar y con la produccion y reproduccion de la relacion imperial/colonial, 9 con lo que me gustaria mar, siguiends el trabajo del socidiogo peruano Anibal Quijano, fa iad Este ensayo tiene que ver con lo que yo lamaris el elvido dela coloniatidad tanto en Ia filosofia cecidental como en Ia teoria social conterporénea. Por supuesto, en este sntexto sélo puedo ofrecer breves anilisis que por fortu- ra hardn suficientemente ¢laras tanto mi critica de las tendencias modernas y contempordneas en la Filosofia y como mis sugerencias de cémo superar estas eoria soci wites. En la primera seceién del ensayo analizo critica mente a los pensadores que influyen en el giro linguisti- co, Me enfoco en la relacién entre la ontologta de Martin legge y la étice metalisica de Emmanuel Lévinas. Mi meta es mostrar que mientras la ontologia de Martin Hei- tlegyer y la ética metafisica de Emmanuel Levinas dieron un fundamento s6lido al giro linguistic y suministraron maneras ingeniosas para superar jos limites de la idea oc- idental del Hombre, sus filosofias seguian siendo com- ices de las formaciones espaciales imperiales y estén matcadlas por el olvide de la coloniatidad. En fa segunda seccién oftezco un relate te6rico de la colonialidad refe~ inte al concepio de la modernidad. Distingo esta pers- pectiva critica de teorfas criticas que conciben to global como una red posimperialista de relaciones, muy espe- cialmente Michael Hardt e Imperio de Antonio Negri, En Ta tetcera y dltima seccién ofrezco una alternativa a la po- litica occidlentai de identidad, como esta expresada en el LU rorotoata oe. Ste Y LA GEOPOLITIC DEL SABER: MODERNIOAD, LAPERIO,CLONIALIAD @ proyecto de la brisqueda de raices en Occidente, En vez dle legitimar la bitsqueda de raices europeas y estadouni denses y su vinculo con un punto de vista supuestamen- te universal, defenderé una nocién de la diversidad radical. La diversidad raclical es un andlisis critico de rat- ces que revela tanto le colonialidad como el potenci cpistémico de epistemes no eutopeas. Entre Atenas y Jerusalén: Heidegger, Levinas y la biisqueda de raices El trabajo de Martin Heidegger ocupa un lugar centval en la lista de fildsofos cuya obra ha sido inflayente en la reacion y propagacién de la perspectiva generalmente conocida como el giro lingaistico, particularmente en sus Alprinci- io Heidegger recibis notoriedad internacional al cambiar los fundamentos de la filosofia desde la. epistemologia ha- cia una forma de reflexién ontologica que oftecie nuevas perspectivas para pensér acerca del sujeto, del lenguaje y toricidad®. La pregunta por el sentido del Ser re- prosenté para él el rescate de un punto de partida radical que cayé en el olvido en la tradicion de la metafisica oc- cidental, Este punto de partida proveys los medios pata responder a la crisis de la mocernidad al proponer una posician filoséfica que sefalé las maneras alternativas de ser y comportarse. Heidegger no estaba pensando espe ética cuando consideraba las maneras al- varieclacles hu enéuitica y desconstruccionis de lah ternativas de ser que desafiaban 10s pardmeiros de la Time: A Translation of Sein und Zeit, era. J nannies Baa bi Ne1son Macoonaoo-Tornes modernidad, Sus obras mas bien intentaron formular po- siciones tematicas no inspiradas por la primacta del suje- to ni el modelo de ser humano dominante en la modernidad, el det Hombre. La clave para evitar los electos problemiticos de la meta- fisica y fa concepcién moderna del Hombre, lo que pata Heidegger fundaba el ideal de la vida moderna en térmi- nos del desarrollo tecnolégico, resida en cambiar la refle- xién filosofica de preguntas epistemolégicas @ preguntas ontol6gicas. Esto no significa que Heidegger no tuviera nada que ver con la epistemologia; la idea es, en cambio, que en vez de proponer la epistemologia como filosolia primera, exploré las preguntas epistemolégicas en térmi- nos del horizonte de interrogacién abierto por la pregun- ta acerca del sentido del Ser. Mientras los primeros esfuerzos de Heidegger en esta direccién dieron una im- portancia central a la antropologia filoséfica, su andlisis critico de la epistemologia y de Ia idea del Hornbre ~el su- jeto de la epistemologia europea moderna— lo Hevs a cambiar de una perspectiva que tomaba la existencia hit- mana como Ja apertura del Ser al lenguaje mismo y la apertura al lenguaje como el sitio de reflexion ontologica, Después de Ia presunta Kelire de Heidegger, el gito onto- logico represent decisivamente un giro lingasstico.® El lenguaje, legs a afirmar Heidegger, es Ia casa del Ser, y los seres humanos, mas que sus amos, son sus pastores. Al volverse al lenguaje de esta manera, Heidegger penso que habia encontrado una apertura que le permitiria arti 6. ward York Press eh jones sobre el gto de Heidegger, vea Risse, J (1999) tieldegger To. essays onthe Work of the 1930s, Albany: State Univessity of New La torotosta 02 st2 y Ua GEOPOLIOA DEL SABER. MoDERMORD, iPESIO, COLONALDAD los seees humanos se convirileran en prisioneros de sus propias creaciones. Como ottos lilésofas occidentales an- tes que él, Heidegger creta que se enfrentaba a un mo- trascendente y que las perspectivas filosoficas ian un papel fundamental en sostener las ideas y pro- yectos historicos que definfan ese momento, El momento n cuestién era para él la crisis de Europa que encontrs expresion en el nihilismo occidental y et cosmopolitismo desarraigado de los modetos liberales det estado-nacion disehados en el contexto de Ia revolucién [rancesa.? Charles Bambach ha examinado cuidadosamente los vin. culos entre el pensamiento de Heidegger y los cérminos con los cvales definio e intents responder a lo que conci- bio como la crisis ée Europa. Una breve investigacién de las tesis de Bambach con respecto al discurso y al proyec- (o filoséfico de Heidegger dara una idea de como los gi- tos ontoldgico y ingaistico no pueden ser entendidos completamente sin percibir un giro geopolitico en su tra- bajo, que dio una nueva base al racisimo. La obra de Bambach, Rafces de Heidegger, analiza el traba- {ilésofo aleman en ef contexto de los debates inte- 5 y politicos sobre la crisis de Europa. Esta [ue concebicla por varios pensadores conservadores en Ale- mania, no como ka crisis de Europa per se, sino como una crisis del centro de Europa$ Pata ellos, en el centro de Europa se encontraban Alemania y el Volk aleman. La eri- 7, Bambach, €. (2003) Greeks, 96. hues, NX: 8 bid. p. 137, idegger’s Roots: Nietsche, National Socialism, and ell University Press. re Nexsow MaLoonavo-Toraes sis de Europa legs a ser entendida, de esta manera, como tuna crisis del Voile aleman y el ambiente rural en el cual machos de ellos vivian. En este contexto era importante cl mito ateniense de la autoctonia, segin el cual el funda dor de Atenas, Erichthonius, se auto-generaba de fa tie- ra? Erichtonius tenfa una relacién indigena con la tierra y el paisaje ateniense. La vision del mito esta clara: le grandeza de Atenas dependia de una relacién intinna sitni- lar entre los ciudadanos de Atenas y su tierra. Muchos pensadores en Alemania concibieron la crists politica de su pais en términos parecidos. Solamente la alirmacion de raices en la tierra podia aguantar la fuerza del nihilismo y del cosmopolitismo desatraigado de la thustracton france- sa. Y tales rafces fueron encontradas precisamente en el mundo de los griegos. Bambach comenta que: “En una época donde la cultura alemana se desarro- llaba sin el marco de un estado nacién unificado, un grupo de fil6sofos y escritores afirmaron sus propios ideales nacionales en términos que tomaron presia- dos de sus visiones de la antignedad. Dentro del con- texto de esta helenomania alemana, intensificada por la invasion de Napoleén en 1806, Fichte, Hegel y sus contemporaneos llegaron a hacer uso del mito de tuna tinica afinidad greco-alemana arraigada tanto en el lenguaje como en el Heimat.“10 Uno de los puntos centrales de Bambach es que el giro ontologico y lingiistico de Heidegger representa una art calacién original de Ia busqueda de un hogar o patria 9. Ibid, p. 52. 10. tbid, p16. Us ToroLoci De See ¥ LA EOPOUITIA DEL SABE. MODERMIDAD,IMPERIO, COLD Mientras que Erichtonius sigue siendo e] mo- lo pars el mito politico de rafces en la tierra, Heidegger propone que el pensariento presocratico, “surgié del ar- che del Ser como tal", como fa raiz auténtica del pensa- mente “una manera de pentar que contrasara marcadamente con la m la epistewn - a neialisica y la epistemologia occi La localizacién de un arche en Grecia respaldé ef esfuer- zo de hacer que Alemania (el idioma y el Volk alemanes) artiera en el nuevo arcke de Europa, La geopo ion intima entre la gente, su idioma y su tierra. La geopoiitica es tanto una politica de la tierra co- itica de exclusién. Alemania deberta proteger- itu francés de la llustracién y de la latinidad culturas tanto gética como catélica romana”.!3 La tica también llega a ser para Heidegger una politi- ca de racismo epistémico y de imperiatisio. El racismo epistémico y el imperialismo no son una nueva modali- dad en ef mundo de Heidegger. De algin modo, formaron 1, La versiin de Bambach de le metafisice Heim vision ee ln espa de Heidegger contrast con Ta iad y la existencia que segin Alejacdo Vallegn puede vbicarse que historico o arqueoldgico. Sin embargo, couside de Bambach para ty coneepelb heldeggeriana de mde espacto en ultima instancia no es ncisia de Heidegger, Yea Vallega, A, (2003) Heidegger ic Grounds. University Park: Pennsylvania ch, Heidegger’ Roots, p. 112, 13, bid, p17 n {Nelson MaLoonAvo-Torees ‘una parte intrinseca de la modernidad occidental y prece- den a los excesos de la tecnologia que Heidegger encon- tro tan problemitica en Occidente. Al dar cuenta de la crisis de Europa en términos de nihilismo y tecnologia, y ro en términos de racismo epistémico, se sinti6 justifiea- do on la aventura de hacer a Europa lo que Europa habia hhecho al resto del mundo: la subordinacion epistémica Su entrevista en Der Spiegel lo deja claro: Spiegel: Es exactamente el mismo lugar donde el mundo tecnolegico se origind, que debe, como usted piensa... ened Heidegger: ...ser transcendido [aujgehobe sentido hegeliano, no dejado a un Indo, sino trans- cendido, pero no a través del hombre solamente. 5: jAsigna usted en particular una tarea especial a los alemanes? Hi: Sf, en el sentido del didlogo con Helderlin, s: gCree usted que los alemanes tienen ura ca} cién especial para este cambio total? Hi Estoy pensando especialmente en la relacién in- terna del idioma aleman con el idioma de los griegos y con su pensamiento. Esto me ha sido confirmado ‘otra vez hoy por los franceses. Cuando empiezan a pensar, hablan aleman, seguros de que no podrian hacerlo en su propio idioma, S; ¢Esta tratando de decimos que es por eso que us ted ha tenida tanta influencia en les paises roman: ces, los franceses en particular? i; Porque ellos ven que no pueden seguir en ol mando 73 La Torovocia 0 SER Us GEOFOLTICA DEL SABE, MoneRMIORD,MPERIO, COLONIALIDAD contemporineo con toda su gran racionalidad cuando se trata de er rider c] mundo en el origen de su ser ta idea de que la gente no puede ser capaz de pasar sin los logros tedticos y culturales de Europa es uno de los pr jorios de la modernidad. Esta logiea se ha mundo colonial por sigios. Heidegger se en- frent6 con esta tradicion pero la cambio de una manera cual, a través de sit germanocentrismo, é! podia ha- cet al resto de Europa lo que Europa habia hecho a una gian porcion del mundo, Este giro epistémico no es sor- prendente cuando uno considera que no muchos afios a tes de que Heidegger hiciera estas alirmaciones los alemanes se habian apoderado de Paris. De algin modo, como observé acettadamente Aimé Cesaire, los alemanes intentaron hacer politicamente con Europa lo que Europa habia hecho con el wundo colonial. !3 Heidegger continus este proyeeto pero en forma mas estrictamente Ciertamente, la interpretacién epistémica del proyecto no fo hace ni me: losdfica. Habia antecedentes del gesto nazi y heideggeriano hacia Europa. Entre fines det siglo XVI y ef siglo XIX, los fran- ceses y fos ingleses habian establecido una linea entre el norte y el sur de Europa.16 La diferencia surgio paulatina- 1, Heidegges, M. (1993) “Only a gad eam save us": Der Spegels ncerview with idegger (1968), on R, Wolia (ed.) The Heidegger Controversy: A Critical xp. 113, Cambridge, MA y Londres: MIT Press 16, Pa una elucldacion de la diferencia imperial entre el norte y el sus de Europa io, W, (2000) Local HistoresGlebat Designs: Colonia, Subalters Know- Princeton, Nf: Princeton University Press NELSON MatoonaDo-ToRres mente por la propagacion de la Leyenda Negra, el presti- gio de los logos tecnolégicos y la afirmacion del control imperial en Africa y el, sudeste de Asia. Las revoluciones -aciones adiciona- acién de Espana y Portugal de francesa ¢ industrial proveyeren ju les para la may toria de la modemmidad. La aparicion de disc evas en la modema universidad occidental en el siglo XIX y stt expansion continua en el siglo XX solamente lie- garon a concretat la posicién subaltema de Europa del sur. El giro lingistico de Heidegger repite algunos de es- tos patrones. La diferencia es que donde otros pusieron I: ly otros pensadores conservadores alemanes propanen la rmetalisica de Mitteleuropa, Para Heidegger, el nuevo co- nzo esta en el centro, Y el centro es precisamente lo 1e est siendo amenazado primero por Tos ideales fra ceses y luego por fuerzas exteriores. Los pensadores con- servadores alemanes insistieron enseguida en la amenaza francesa a la Kultur alemana, Como se- nbach, Heidegger no solamente compartia esta postura sino que ademas Hamé la atencion sobre Ia ame- di tre el norte de Europa y el sur de Euro raza de dos poderes emergentes: la Unida Sovitica por un Jado, y los Estados Unidos por ¢l otra La Union Sovietica se habia convertido en una fuerza po- Ivica importante desde la Revolucion Bolchevique en 1917, Después que Hitler violo el Tratado de Versai cn los atios 30, Francia hizo un pacto con Ja Unisn Sovié- tica, Seguramente, el objetivo era aislar a Alemania en el contro. Percibiendo una alianza entre la Francia cosmo~ a, Heidegger polita sin raices y la asiatiea Union Sovi afirmé en 1936 Nuestro hist6rico Dasein experiments con creciente an ~ UcroroLacia ot see GEOroLlTiCA DEL SABER, MoDERMIDAD, IER, COLORIALIDAD gustia y claridad que su futuro es equivalente a un ofo: 0 el rescate de Europa o su destruccién. La posibilidad de tescate, sin embargo, demanda dos cosas: La preservacion europeo contra el asidtico. La superacion de su propio desplazamienio y fragmentacién. Sin esta supera- cidn, no se puede realizar tal preservacion."!7 Aunque Heidegger sostuvo st germanocentrismo hasta el slad6 algunas de las ideas centrales de esta pas- ura la forma mas difundida del eurocentrismo, Segura- ene stl cuirocentrismo todavia presuponia un fuerte germanoce Iguana manera, la defensa de Eu- extension de su ropa se conv) riba con el pensamiento francés sobre a quién le pertenecia el legada de Europa, El pacto de Francia con la Unién Sovietica in- dicaba justamente cudn no-europea podia ser. Es muy desconcertante que haya sido fa reaccién de Francia a la violacién del Tratado de Versailles de Hitler, y ao su antic 10 y sus politicas imperiales, lo que, segin Hei- eget, represento la amenaza mas peligrosa para Europa Heidegger tambien fue muy claro sobre fa amenaza de Es- tados Unidos, En 1942, después de la entrada de Estados idos en la Segunda Guerra Mundial, escribis: “sabe- tos hoy que el mundo anglosajén del americanismo ha resuelto aniquilar a Europa, es decir, a la patria [Heimat], yy e50 quiere decir: el comienzo del mundo occidental”.!8 Bambach resume la postura de Heidegger sobre América como sigue M, (1993) "Europa tnd die deutsche Philosophie, en HLH, Gan- die Philosophie, p. 31. Frankfurt: Klosterman, Citado en Bar hack, Heuleggers Roots, pp, 167-168 18, Heidegger, M. (1995) Holdertins Hymn he Is Uni ‘wad W. MeNelll,p. 34, Bleo- y Pres, Chado en Bambach, Heideggers 7 6 NeLson MaLooNaoo-ToRses “Apoydindose en ia base de pronunciamientos de He- gel. Burckhardt, Nietzsche, Scheler, Jtinger y Rilk cenire otros, Heidegger considers a América (con lo ‘cual quiso ‘lecie Estados Unidos) una tierra sin. his- (oria, una cultura sin raices, tna gente sostenida en el amortiguador aniquilante de movilizacién total, preocupada por el tamano, la expansién, magnitud y cantidad... Leido dentro del contexto de su version xeoliloséfica de la Mitteleuropa, e] americanisme simboliza la falta cle rafces, el desplazamiento, la pér~ dida de Ia awtoctonia y de cualquier conexion tras- sto cendente con la tierra La geop loséfica de Heidegger era aml grandiosa y racista, Como observa Bambach, mientras Heiclegger se oponia al racismo bioldgico de los ideélogos Nazis. todavia sostenia una forma de racismo.2° Su racis- mo no es ni biolégico ni cultural sino epistémico. Como toda forma del racismo, el epistémico esta vinculado con ia politica y In socialidad. El racismo epistémico hace ca- so omiso de la capavicad epistémica de ciertos grupos de gente. Puede basarse en la metalistca o en la ontologia pe- ro, sin embargo, sus resultados son los mismos: la evasion del reconociipiento de los demas como seres completa~ mente humanos. El racismo de Heidegger era muy claro en su percepcion de los judios y la tradiciém hebrea, En una carla a un co- lega en 1929, alirma: 19, Bambach, Heidegger Roots, p. 163, 20, Mbt, p. 5. ” LUctopoLocin ats see YU GEOPOLTCA DEL SABER MODERNDAD, PEED, COLONIALIOAD “Me gustaria decir més claramente lo que solo podia refer te en mi informe. Esta en juego nacla menos que la consideracién urgente de que nos -ccion: o suministrar a nuestra tana vez mas las fuerzas gent nas y educacloras atraigadas en lo nativo e indige mente entregarlo a la creciente judi ficacion. jones de Heiclegger sobre los judios estaban funda- das en la ontologia nacionalista de ta patria (Heimat). La cia del éxodo y la diaspora hizo que los judios fu mente para él sujetos sin arraigo.22 Los cor naza para la pat bana en ver de ri Tenfan una identidad Estos deambulantes cesaliaban el que hablaban aleman todavia representa menaza al Volk aleman. Que Heidegger debiera aratitud a su profesor Edmund Husserl no representa una io. Heidegger no se preocupaba tanto por ino por la “creciente judeificacién”, iene que ver. no con su relacién con aigiin judio en. f, sino con su actitud sobre la influencia judia co- al en Alemania. Con toda cerveza, eb racis 10 epistémico de Heidegger no escap6 a ser desaliado, Uno de los criticos més virulentos de Heidegger, si no ¢! mas virulento, era un antiguo estu- diante de Edmund Husserl en Freiburg quien tambien a a las conferencias de Heidegger: Emmanuel Lévi- nas. Toda Ia obra madura de Levinas intenta subvertir ef 21, Citado en Bambach, Heidegger’ Roots, p53, 22. Lambach, Heldegger Roots, p. 93. 7 acti eines ater nonmetal Mstson MaLDONADO-ToRaes pensamfento de Heidegger. En su primera gran obra, Io ity*, Levinas describe la ontologia como Glosofia de poder.2> Contra la ontologia heidepgeriana Levinas propuso Ja étiea como filosofia primera. Y esta ti ca estaba fuertemente basada precisamente en aquello en lo que Heidegger no podia encontrar valor: fa tradicion hhebrea, Mientras la critica de Heidegger a Occidente se ba- sa en el supuesto olvido del Ser, la de Levinas se funda- menta mas bien en el olvido de lo hebreo en ef pensamiento occidental, Lévinas encontré en fuentes ju- Hidad dle articular una metaisica ética que im- ideas cristianas y liberales sobre la autonomia del sujeto. Las fuentes judias también le daban a Levinas pistas para desarrollar una version de la corpo- ralidad muy diferente de las logicas raciales de los Nazis 24 El giro ético de Lévinas en la filosofia rescata la pertinen- cia epistémica del judaismo mientras también sostiene el legado de fos gricgos. Como Husserl habia hecho ante- riormente, fo que él coms y elogié de los griegos no era el mito de la autoctonia, sino la idea de la universalidad. Lé- vinas insistia en que esta idea de universalidad era muy compatible con tas fuentes judias. La filosofia para él se convirtié precisamente en la fusidn cteativa de las fuentes aptiegas y judias. Para él, Atenas y Jerusalén no eran ‘opuestos de principio sino co-habitaciones de lo univer- sal en lo humane. “N. del T: Totalty an infiny,E, Levinas, Hay trad. cast: Ttelided e 23, Levinas, E. (1969) Tatality and Infinity: An Essay on Exlerority rad. A. Lins ‘gs. Patsburgh, PA. Duquesne University Press 24, He desnrzollado este punto en mi mmanuserite mo publlcado “Against war views from the underside of modernity Us ToraLaGiA DE SER LA GEOPOLIFICA DEL SADER, MaDERNIORD,INPERIO, COLONIAUDAD Lev I excluidos de Europa o de Occidente a raiz de supnestas diferencias epistemicas. La experiencia hebrea y el cono- cimiento basado en una combinacién de las tradiciones de pensamiento hebrea y griega eran asf no extraocciden- tales, sino de alguna manera paradigmaticamente occi- as respondié ager. Intent mostrar que los judios no podian ser rectamente al racismo epistémico de olencia y aclararia la pertinencia epistemica del ju- La geopolitica filossfica de Lévinas era diferente de la de Heidegger. Podia imaginar a Atenas y Jerusalén, una al la~ do de la otra, como base de Occidente. La cuestion es el grado al que este matrimonio respondia satisfactoriamen- lea los desafios enfrentados por otras regiones y ciudades cn ef mundo, Mientras Heidegger se aferra al terruno o la tierra del ambiente rural, al mito de la autoctonta griega y al aleman como el idioma det Volk en el centro de Eu- ropa, Li ‘mo de la experiencia urbana, pero solamente piensa en el ariego y cl hebreo coma idiomas legitimos para el pensa- . solamente Atenas y Jerusalén se destacan 0 ciudades del conocimiento en st obra. De alguna nera, Lévinas escribe como si la inclusion epistémica ndaismo en las dinamicas internas de occidente fue- ra suficiente pata diigir la exclusin epistémica en todas partes, Por lo tanto, mientras Lévinas defiende exitosa- enie a los judivs y el judaismo del racismo epistémico leygeriano (dle hecho, de un racismo epistémico endé- nica en muchas de las filosofias oecidentales moderns), as abraza mas decisivamente ef cosmopolitis- aan slg en SRT eee hinted aati oy Neison Maiaonavo-ToRaes no escapa a la Iigica de Heidegger de buscar raices o a su inelinacion a pensar en a epistemologéa solamente en 1e- ferencia a los logros del mundo occidental. Como judio europeo, Levinas busca raices en Occidente, y asi trans- forma la idea hegeménica del Occidente para poder enca- jar et ella, Peto solo viola el discurso de Heidegger parcialmente, Todavia esta preocupaclo por buscar raices y defender la idea de Europa (¢ Israel, seguramente) co- mo proyecto. De esta manera, su geopolitica esté limitada por su fuerte deseo de buscar raices en Europa {Donde se puede encontrar una respuesia mas radical al proyecto de Heidegger? Lévinas responde criticamente a sus opiniones antisemitas. Sin embargo, el racismo epi temico de Heidegger, como e] de muchos fildsofos euro- peos, va mucho més allé de ese ambito. Heidegger no era escéptico solamente con respecto a Jerusalén. Como he. mos visto, tambien eran Roma, Asia Menor, Rusia y Amé- rica las que estaban en cuestién. Heidegger articulaba su sofia en un contexto en el que el imperialisma euro- peo estaba siendo rebatido en muchas direcciones. Te- niendo en cuenta este contexto geopolitico mas gramie, Bambach contrasta los esfuerzos de Heidegger de bisque da de raices en Occidente con aquellos del psiquiatra y fi- lesofo de Martinica, Frantz Fanon..29 Fanon, quien tuché conta los alemanes en la Segunda Guerra Mundial y lue- g0 contra el imperialismo frances en la guerra Franco-ar- gelina, tenia en mente no solamente la opresisn del judio en e] Holocausto, sino tambien a las otras vietimas del ca- acter racista europeo ¢ imperial en otras partes del mun- do, especialmente en el mundo colonial. La experiencia 25, Bambach, Heldegger$ Roots, pp. 177-178 & LU rorotosia DE SER Y LA GFOFOLIFICA BEL SABER. MODERNIDAD, IMPERIO, COLORIALIDAD ico Ievaron a Fanon @ histéviea y et compromise poi cnunciar, ew notable contraste con Heidegger y Levinas: Por (in, el juego europeo ha terminado; tenemos que en- contrar igo diferente... Durante siglos, {los europeos) han teprimide a casi toda la humanidad en. nombre de una su- puesta experiencia espiritual. Mirenlos hoy, balanceandose entre la desintegeacion atomica y espiritual... Europa aho- ra vive con un ritmo furioso e imprudente que se ha aleja- do de todo consejo y razén... Es en el nombre del espiritu, cn el nombre del espiritu de Europa, que Furopa ha ustr- pado, ha justificado sus erfmenes y legitimado la esclavicud cx la cual retiene a cuatro quintos de la humanidad. St, et espiritu europco tiene raices extratias."26 El comentario de Bambach sobre este texto es iluminador: Ci no Fanon, Heidegger entendié que Europa estaba ‘ca- abismo’. Pero mientras el primero en- tendié Ia necesidad de la diferencia, Heidegger buscé Ta salida de la crisis al autorizar una forma de identidad més estrechamente consirenida”.27 Fanon propuso na dislo- cacién radical de Europa y sus rafces, frente a una viola- cién que no es relativa dnicamente al proyecto de Heidegger de buscar raices en Ia patria alemana, una vio~ lacidn y un racismo que se habfan mostrado por siglos & personas colonizadas en diferentes regiones en el mundo, La modernidad/nihilismo aparecié a Fanon como otra ex- presion de la modernidad/racismo, la segregacion repug- 26, Fanon, F (1991) The Wretched ofthe Barth tad, C, Farrington, p. 312, Nueva York Grove Press, Citado en Bambach, Heldeggers Roots, p. 178. ' | i wimp i aaa Nevson MALoONADO-ToRaES nante y demancla por la superioriclad de Europa sobre t0- is las otras personas de la Trerra.28 La geopolitica filo- solica de Fanon era transgresora, descolonial y cosmopolita. Queria descubrir lo que habia sido invisible por siglos. Reclamaba la necesidad del reconocimiento de la diferencia ademas de ia necesidad de ix descotonize- 1n como un requisito absoluto para cl reconocimniento aclecuado de la diferencia humana y el logto de wna for ma de humanismo poscolonial y poseutopeo.29 El cosmopotitismo descolonial de Fanon se basabs er la lucha de la descolonizacion del pueblo argelino. Su cos- mop local; en vez del cosmopolitismo como tal, quizés st pro- smo no sacrificaba el compromiso con la lucha cto debe caracterizarse como un intento de dar expre- sidn a una conciencia descolonial consecuente. Segiin ta descolonizacién no se trata solamente del fogto de fa liberacién nacional. Se trata de la creaciéa de un evo orden simbélico y material que toma en cuenta el espectro completo de la historia humana, sus logros y fra~ casos. Este aspecio de la historia es lo que ni Heidegger ni Levinas podian vero no querian ver. Su biisqueda de cai- ces eucopeas los cegé a esta clase de geopolitica descolo- nial, En vez de dar primacia a la busqueda de raices en Europa o en otras partes, ia conciencia descolonial de Fa- non aspira a dislocar al sujeto a través de la respuesta a aquellos que estin encerrados en posiciones de subordi- nacién. En vez de intentat buscar rafces en la tierra, Fa- non propuso responder responsablemente al condenado de Fanor 27 Bambach, Heidegger Roots, p. 178 28, Yeo, sobre este punto, Fanon, F (1968) Blact Shin, White Masks, wad, CL ‘Markman, Nueva York: Grove Press, 29, Vea Fanon, F (2965) A Dying Colouialim, wad. H. Chevalier, Nueva Yorks Grove Press, Fanon, F (1988) Towand the Avican Revolution: Political Essays, lead, B, Chevalier Nueva York: Grove Press. ee 8 Lara F010 oft SEB VLA GEOPOLITICAL SABER MODERMIOND, &y -a descolonial de Fanon ofrece una josolico de Heidegger y a las pers- pectivas limitadas de aquellos que, como Lévinas, aunque cos de algunos aspectos de ese proyecto, de algu- nna manera son sus complices. hernativa al racismo El racismo de Heidegger y la ceguera de Levinas rellejan 9 que en su volintad de ignorancia se puede tradueir par- cialmente como el olvide de lenacidn. El olvide det condenado forma parte de la enfermedad auténtica del Gecidente -una enfermedad que podria parecerse aun es. tado de amnesi cion y a una volwntad epistémica de poder- con buena concicacia. La oposicién a In modernidad/racismo tiene que dirigirse a esta amnesia y a la invisibilidad del conde. nado, Para esto, sc necesita una vision histdrica que com ime tanto el espacio como el tiempo. Un grupo de becatios en Latinoamérica y Estados Unidos ha estado janclo cn una perspectiva geopolitica que tescata lo ca de la colonialidad. La referencia que conduce al asesinato, a la destruc- que ellos aman a 16 a.esta logica permite que uno se refiera no solamente « fa opresion ontoldgica sino a [a colonialidad del Ser. En el esfuerzo de encontrar un camino critica mas radical que los abiertos por los proyectos (ilosoficos de Heidegger y Lew elaboraciones tedricas y resultados que van en esta direc- yen una parte importante de lo que se 's Fanonianas.30 as, presentaré en la préxima seccion algunas de Ins cion, Ellos const podia Hamar meditaci lode mt proyecto en marcha i isd ie aii mr tn Sel acer antiline! NetsoN Matoonaoo-Tonts La modernidad, Ia coloniatidad y la colonialidad del Ser Et concepto de la colonialidad del Ser emergio en las con- versaciones entre un grupo de betarios en Latinoaméri y Estados Unidos sobre la relacion entre la modernidad y In experiencia colonial.3! Al darle nombre al término, si guieron el ejemplo de becarios como Enrique Dussel y el socidlogo peruano Anibal Quijano, quienes presentaron una versin de la modernidad y una concepeidn del po- der que estin ligados intrinsecamente a la experiencia co- lonial.32 A primera vista, parece haber un desajuste entre el teara de la modernidad y ta relacion innperial/colonial Un concepto se refiere al tiempo (lo moderna) mientras el otro hace referencia al espacio (expansionismo y con- trol de las tiertas). Pareceria que la moderniclad estaria involucrada en a colonizacién europea del tiempo. es de- la creacidn de las etapas en la historia que condu- jeron al advenimiento de la modernidad en la tierra caropea. Sin embargo, los vinculos mismos entre la mo- dernidad y Europa en los discursos dominantes de la mo- dernidad no pueden no referirse a Ia localizacion geopolitica, Lo que hace el concepto de la modernidad es esconder ingeniosamente el significado de la espacialidad 31. Los becarios que han formado parte de estos debates inchayen a Santi Castro-Gemez, Fernando Coronil, Enrique Dus Grosfoguel, Edgardo Lander, Eduardo Mendi no, Ana Margarita Cervantes Rodriguez, Jost David Satdivar, Freya Schiwy y Catherine Walsh, entre otros. Walter Mignolo sugité originalmente el concep: to de ta colontalidad det ser. No todos los participantes en ls conversaciones necesariamente comparten el misino entusiasmo con el concepto. 32, Vea Dassel, E. (1996) The Underside of Modernity: Ape, Ricoeur R Philosophy of Liber Arturo Escobar, Ramon nolo, Anibal Qui es 8 La ToPoLOGiA DEL SERY LA GFOPOLIICA DEL SABER, MODERKIOAD, IMPERIO,COLOMIAUDAD produecién de este discurso, Por este motivo, jue adoptan un discurso de la modernidad tien: den muy a menudo a adoptar una perspectiva universal que se deshace del significado de la localizacion geopol tica. La huida del legado de la colonizacion y ta de- pendencia son suministrados para muchos por la modernidad, © modernidad como tal no hubiera estado intrinsccamente ligada a la experiencia colonial. Los problemas cle la modernidad sobrepasan los excesos astrumental, Su remedio, si lo hubiera, “Esta proposicién del vacio hace una serie de afirmacio- da una superpuesta a fa otra: (1) Una regidn no eu- ti vacia 0 casi vacia de gente (por eso, la por europeos no desplaza a ninguna perso- ) La regién esta vacia de gente cotonizada es son méviles, némadas (por eso Ta coloniza~ Gion europea no viola ninguna soberanta pol los nomads no reclaman terrizorio). (ii) Las cultaras de esta regidn no poseen un entendimiento de la propiedad ada es d\ regisn esta vacia de derechos propie- laries y alirmaciones (por eso, los ocupantes coloniales dle Habetmas er Habermas, j (1987) The Philo- ve Lectuns, tad. F Lawrence. Cambridge, MA Neto MaLoonaoo-TorRes pueden dar libremente el territorio a los pobladores ya que no pertenece a nadie). La capa final, aplicada a todo el sector externo, es un vacto de creatividad intelectual y valotes espirituales, a veces desctito por europeos... co- mo una ausencia de ‘racionalidad’ "34 EI discurso de la modernidad no ha permitido a sus fir- ‘mes partidarios explorar las maneras en que las concep- cones imperiales del espacio han sido formadoras de la ‘experiencia moderna, {Cusles son las relaciones entre las lendencias instrumentalistas y monolégicas de la moder- idud y el mito del vacto de las tierras y de gente racional en ellas? ¢Cémo puede uno comunicarse gon sujetos que son a priari sospechados de carecer de razén? Para poder dirigitse a estas preguntas se necesita introducir un con- cepto de modernidad que toma seriamente en cuenta su telacién con las relaciones geopoliticas. Esto es parcial- mente lo que el grupo colonialidad en los Estados Unidos y Latinoamérica ya ha estado intentando hacer durante un par de aiios. Como Walter Mignolo ha sefialado, una de las maneras tmas eficaces de mantener a raya las preguntas sobre el pa~ pel de la experiencia colonial en la modernidad ha sido proponer el fin del siglo XVII como el nacimiento de Ta era moderna? Es verdad que los estudios poscoloniales han Hevado a la vista preguntas sobre la espacialidad y la Jonialidad. Sin embargo, muy a menudo los becarios de estudios poscoloniales suponen la auto-definicion de la History, p15. Nueva Yorke The Guildford Press, JM. (1993) The Coloizer’ Model ofthe World: Geographical Difusio- 86 & auc eat ania RIS Sin etic eal laa ier a TorOLOGTA OE. SER Y LA GEOPOLITICA BEL SABER, MODERWIDAD, PERIO, COLOMALIDAD modernidad en términos de sus comienzos en ef fin del siglo XVII y principios del sigio XIX, Por lo tanto, mien tras pueden ilustrar las maneras en que las aventuras imn- periales de Bretafia y Francia en el siglo XIX eran constitutivas de la modemnidad oceidental, pierden de vis- ta los viejos ~y atin vigentes~ patrones de la dominacion ye entender los fotae coloniales.39 No es posible, por ejemplo, os entre la modernidad y el mito difusio- vacio que discute Blaut, sin tener en cuenta el presunto descu Por esta razén, Quijano y Wallerste: tral a la “americanidad” en su versi miento y conquista de las Américas dan un papel cen- de la modernidad: “En las Américas... haba una difundida destruccién de las poblaciones indigenas, especialmente entre las pobla- ciones de cazadotes y recolectores, y tanta importacion difundida de una fuerza laboral, que el proceso de ‘peri ferizacién’ involucré menos la reconstrucci6n de las ins- icas y politicas que su construccién ilo en todas partes (salvo quizés en las zonas mejicanas y andinas). Por es0, desde el principio, el modo de resistencia cultural a las condiciones opresivas cra menos en las afirmaciones de la historicidad que en la tayectoria hacia a ‘modernidad’. Las Américas eran el ‘Nuevo Mundo’, un simbolo y una carga asumidos desde el principio. Sim embargo, con el paso de los siglos, el virtualmente & Netson Macpowaoo-Tornes Nuevo Mundo se coavirt en el patrsn, el modelo del sistema del mando entero Plantear la cuesti6n de la relacién entre la modernidad y la experiencia colonial en Latinoamérica y en otras partes de las Américas, especialmente por sujetos esc ante las promesas de la modernizacion y las cual de lo que Quijano y Wallerstein Ilaman el largo siglo XVI a produccisn de la modernidad, Mientras fas aventuras impetiales del siglo NIX introdujeron sin duda nuevas técnicas de subordinacién y control colonial, y por es0 rearticularon de maneras originales fos lazos enire la mo- dernidad y a experiencia colonial, la logics que animé los proyectos imperiales no era tan diferente de los patromes que emergieron en el contexto de Ix conquista de las Ainéricas. Efectivamente, seria imposible entender esta {ogica sin referencias a ellos, Una conciencia de los siem- pre perroanentes patrones de racializacién, dominacion y dependencia que fueron sometides a prueba y aprobados en el contexto de Ja conquista de las Américas (pero defi- famente no restringidos al territorio americano) 3 lo {que ha Ievado a algunos becarios latinoamericanos y es- tadounidenses, inclusive gente involucrada en las luchas Wigenas en América del Sur, a entrar en un dialogo crt tico con perspectivas como las de Quijano y Wallerstein, {quienes identifican patrones de largo término de relacio- nes de poder en Jo que hemos llegado a llamar Ia moder- 356, Esto es verdad de Edward Said, Gayart Spivaley Homi Bhabha, entre otros. Exe 1 algunos de los Innites de la erica poscologlal en Maldonado-Torces, N. (le proxim aparicion) ‘Secularism and religion im the modernfcolontal world-system: from secchir posteolonalty to posiseculartraasmaderity, en M. Mavala, C, Jaws regal y E, Dussel (eds.) Lage 37, Quiiano, A. y Wallerstein, 1, (1992) ‘Amerianity asa concept or the Ame: 549-550. 7 89 | | | | ; f | Ua torotosia DEL see cA GEOPoLiica et SAMER MODERHDAD, HAPERIO,COLONIALIDAD fad. Mientras la teoria poscolonial ha hecho tina con- tribuct6n tremenda al entendimiento de la modernidad cen swt relacion con la experiencia colonial y con ta disto- cacién del estado nacién como la unidad de andlisi, cepciones de una perspectiva del sistema mundial que todavia no son asumidas por completo, también es un iesgo dar por seguta la narrativa de la modemidad: con su fijacion en el laicismo, su analisis critico de la tradi ion y su representaci6n de los imperios de Espatia y Por- yal y sus maitiples sujetos como precedentes insigni ia modernidad o¢ci La idea es que mientras es verdad que “la Bretana moderna fue pro- ducida junto con la India moderna’, es imposible justifi- car por completo la *modernidad” de estas naciones sin hacer referencia a un marco mas grande que descubte las experiencias de los pueblos colonizados en las Américas y en otros lugares, por lo menos a partir del siglo XVI" Como insiste Silvia Wynter, también es particularmente pertinente la relacién del sur de Europa primero, y el nor- te de Europa después, con Africa”? La relacién europea con Africa es constitutiva de la primera y segunda moder- niidad. icantes de 8, Las refecencias a Bretaha y Ta India modemnas aparecen em Van der Veer, (2001) Imperial Encounte: Religion and Maderity in India and Brite, p. 7. Pio ceton, NJ Princewon University 39, Vea Wyter, 5, (1995) "1492: a new world view’ en V. Lawrence Hyatt y R. Net- Discourse, and ‘Amencas: A New World View thsonian Institution Press; Wynter, 5. (2000) “Afrea, the e analogy of culture: che cinematic text after man en |. Glvatal (ed) rativestafrican Cinema. Londes: Brzsin Fil fastiute, Vea tambien Mualimbe, VV. (1988) The tnvention of Africa: Gnosls, Philasoplny and the Onder of Kose, Bloonsington e Indianpelis Indiana University Press; Londres: James Curey | | | eison MaLDoNApo-TorRes Segtin Wynter y Anibal Quijano, to que emerge en el si- lo XVI es una nueva manera de clasificar a la gente en el warido.1° Mientras el 1di medieval se convier- te en Orbis Universal s, hay un cambio tras- cendente en Ins concepciones de los pueblos y el espacio. ntras los mapas fueron dibujados, las poblaciones y las quistados fueron establecidas, surgié un nuevo modelo de poder. Para Qi cs entre el conquistador y los con- “Dos procesos histéricos asociados con ia produc- cion de ese espacio/tiempo convergieron y esteble- cieron los dos ejes fundatnentales del nuevo modelo de pode. Uno era la codificacién de las diferencias enue fos conquistadores y los conquistados en Ta idea dle ‘raza’, una estructura biolégica supuestamen- te diferente que colocé @ algunos en una situacion de inferioridad respecto de ottos... El otro proceso era Ja constitucion de una nueva estructura de control de trabajo y sus recursos y productos. Esta nueva es- 40. Mientras ls concepeiones de modernidad, raza y poder de Wynter emergent de fa tadicion de WEB, Du Bois y Frantz Fanon, laterizacion de Quijano de ‘stor conceptos puede ser emontada ala teria Latinoamericana de dependen: cia y ls obra ile Jose Carlos Mariauegul. Wynter y Quilano son “heréticos” del arxismo, respectivamente. Se necesita mas debate sentido en que slack Prophets: Radical las obras de Quijano y Wyn wer, y Wynter, 1492. Referencias adictonales al surgimiento de fa raza en siglo AVI pueden encontarse en Mignolo, W. (2003) ‘Second thoughts on The Darker Side ofthe Renaissance: aterword to the second edition’ en Darker Side ofthe Renaissance Literacy, Terioriality, and Colonization, pp. 428493. Ana At- bot: the Univeesy of Michigan Press. 9 Ls rorotosin ot Sek Lk GcOPaLTICA BE SABER MOBERIIDRD, APERIO, COLONIALIDRD tructara era una atticulacién de todas las historica- ie conocidas estructuras antertores de control trabajo, la esclavitud, Ia servidumbre, Ie produc- jon pequefia ¢ independiente de materia prima y la procidad, juntas, alrededor y sobre la base del ca- el mercado mundial.”# idad del poder. La “colonialidad det poder” es n modelo especificamente modetnto que vincula ta for- con el control de trabajo, el estado y la pro- i6n de conocimiento.#? Pero el cardcter constitutive ido de la experiencia colonial y la colonialidad esta pe la version de la modetnidad, que descarta Ia trascen- dlencia de las relaciones espaciales en la aparicin del mundo moderno, Para dirigirse a esta situacién Mignolo troduce el concept del mundo modemo/colonial. nto y periodo moderna tet prano tienden a borrat la trascendencia de la espacialidad y la colonialidad. Para Mignolo: Conceptos como el renac “La expresién madernofcolonial aventaja al. periode moderno temprano en que introduce una dimensién espacial que a este siltimo le falta, El periodo moderna 4. Quijano,‘Colonialty of power’, pp. 332-533, 42. Ver Quijano, A. (2001) ‘Globalizacion,colonialidad y democraci’, en Institute ey nai i iS i ini i ld NELSON MaLoowAD0-Tonnes presupone una narrativa lineal que asciende desde la antigiedad a la edad media, [a modernidlad temprana, la moderniclad y la era contemporinea. Es- pacialmente, semejante macronarrativa sc limita al Le- rritorio que se extiende al este y al norte del Mediterraneo hasta el Atkéntico Norte, y presupone el Occidente como un marco global. En cambio, ef mu o modernoicotoniat lleva el planeta entero a la vista, simulténeamente, la aparicion y la n del citcuito comercial allantico, su trans- formacion con la Revolucion Industrial y su expan- las Américas, Asia, y Africa, Ademas, el mundo torias no solamente desde fa perspectiva cle lo 'moder- no’ y sit expansidn externa sino desde ta perspectiva de To ‘colonial’ y st constante posicién subalterna."4 La *coloniatidad del poder” Heva a la vista la espacialidad y demanda un concepto de lo moderno que refleja el rol cons- vo de la colonialidad en la idea de lo mod: Mignolo expresa en otro contexto: La “colontalidad del po- der abre una puerta analitica y critica que revela el aspecto més oscuro de la modemidad y el hecho de que nunca hu- bo, ni puede haber, modernidad sin colonialidad "44 43, Mignolo, W. (2002) Jose de Acosta Historia natural y moral de las Indias ‘World, and the Colonial Difference’, en Indies, por José de Acosta, Ed. Jayne E. Morgan, . 452, Durham, NC: Duke University Pres. (tlie en el origin). 44. Mignolo, W. (2003) "Os esplendores eas miséras ds. “citncia" colonial 4e, geopolisiea da conhecimento e pluri-versalidade epistemic, en Boaventura ‘de Sousa Santos (ed) Conecinento Prudente para uma Vida Decente: Um Discur- 0 sabre es Ciencias revistado, p. 632, Porto, Portugal Edlgdes Afrontamen, 93 Latorotocia ost sek ¥ tA GEOrOLiTICA DEL SABER, MODERNIDAD, IMPERIO, COLOMIALIDAD Esa partir de estas reflexiones de la moderaidad, colonia- ad y mundo moderno/colonial, que surgio en primer lugar el concepto de la colonialidad de Ser. La relacion centre el poder y el conocimiento condujo al concepto del ser. Y si habia una colonialidad del poder y una colonia- idad del saber, luego, surgis Ia pregunta sobre qué seria la colonialidad del set.#9 Mignolo articulé concisamente la relaciom entre estos términos al argurnentar: “La‘ciencia’ (el conocimiento y la sabidurfa) no pue~ de separarse del lengaaje: los idiomas nto son sola- mente fenémenos ‘culturales’ en los que la gente encuentra su ‘identidad’; también son fa focalizacién donde se inscribe el conocimiento, Ademis, como los Ienguajes no son algo que poscen los seres huma- nnos sino mas bien algo de lo que son los seres huma- nos, Ja colo colonialidad del poder y det saber.” Como Heidegger, Mignolo relaciona el set con el lengua- jc. Sin embargo, a diferencia de Heidegger. quien glo: 6 un Lenguaje en especial y adopts una fuerte forma de racismo epistemico, Mignolo senala el sitto de la colonia- iad del ser como et ser colonizado que forma el aspecto mas oscuro de las reflexiones de Heidegger. Este ser colo- nizado surge cuando el poder y el pensar Hegan a ser ex- clusionistas del modo en que lo.eran las propuestas de Heidegger. Seguramente, el ser colonizado no ¢s el resul- tado de la obra de un solo autor 6 filésofo sino el produc- 445 Para exploraciones dela colonalidad del saber, vea Lande, E (ed) (1993) La fad del saber: eurocenrisimo y cencias sociales. Buenos Aites: Claes 46 Mignolo, Os esplendores. p. 633. 90 Netsow MatoonADo-TorRes, to de Ia modernidad/colonialidad en su f con la coloni ma relacion dad del poder, la colonialidad del saber y la colonialidad det ser misma Siguiendo a Fanon, el ser colonizado podria interpretarse por otto lado como el danmé o el condenado de ta tierra Los damnés son aquellos encontrados tanto en las tierras vacias de imperios como en paises y grandes ciudades que iegan a ser imperios pequeios para ellos mismos —pot ¢j “fabelas” en Rio de Janeizo, “villas miseria” en Buenos Ai- res, los sin hogar y comunidades extremadamente pobres en ef Bronx, Nueva York. Estos son los territorios y ciu- dadles mas ignorados en diatribas filosoficas sobre ta loca~ izacién del saber. Esto Io hemos visto en la seccion anterior. Heidegger privilegio a Atenas y ta Selva Negra Levinas desalio este germanocentrisma al localizar ta [ilo- sola verdadera (la “sabiduria del amor”) en Atenas y Je- rusalén, El coniraste entre Heidegger y Lévinas, hasta cierto punto se reduce a que, mientras Heidegger estaba atormentado por la judeificacién de Europa, Levinas vio ‘en la filosofia la oportunidad de combatir el amtisernitis- mo epistémico y, por lo tanto, legitimar la presencia de los judios en Europa y sus contribuciones epistémicas a la lizacion occidental. El problema con el proyecto de Levinas es que en el proceso de interpretar la tradicién hebrea como una raiz significativa del Occidente-Atenas y Jerusalén como las dos fuentes mas trascendentes para el pensamiento occidental Levinas se alvida 0 descatta la pertinencia de la experiencia colonial en las reflexiones sobre ser y la modernidad. Por esta razén, no pudo diti- gitse a Ia cuestién del aspecto colonial del Ser. Elolvido de la colonialidad en las reflextones sobre el Ser tno es exclusive de la tradieién fenomenolégica. Lo en- 95 La ToroLoaiA DEL SE¥ LA GEOPOLITICA DEL SAAER MoDERMIDAD, IMPERIO, CLOMALIOAD contramos, como sugeri anteriormente, en muchas otras -as de Ia modernidad que Uenden a inter- pretar las dialécticas de ilustracion exclusivamente en ter minos de la razén instrumental o la aparicién de tarios. Estas interpretaciones pueden lisis critico de los excesos del Ser qua regimenes. tot condu como colonizadores. Un pasaje de una obra recientemen- te publicada en francés y en espaiol, de Antonio Negri, muestra claramente lo que quiero decir aqui mente violentos o hasta como genocidas pero no “Porque el Libro de Job no es solamente una provo- cacién contra la seduccién de la razon, sino tambien el descubrimiento fenomenologico y la declaracion metalisica del desastre al que conduce la coherencia de la razén instrumental. La tragedia siti al Ser y el dolor se introduce en sus fibras mas (ntimas. Lo des- mesurado no puede nombrarse, y si uno intenta ha- corlo, ta razn, encerrindose sobre si misma, se confunde y enloquece. La tragedia no puede ser vivi- wucho menos manipula todas las perspectivas, bloquea todas las vias day do de escape, demuele todos los instruments de salva- cidn. Esto es lo que le sucede a Job y se trata de un ob: que se renuieva incesantemente en ta historia, exas- perado por el presente: ;como creer en la Tazén des- pués de Auschwitz e Hiroshima? ¢Cémo continuar ista después de Stalin?”*7 ji dominada, pues iculo realmente dificil de superar. Un obstaculo siendo com “47. Negri A. (2003) Jae a eran del escavo, rac. A. Bix, p. 33. Buenos Aires Poids. si i i be Sl i i an hyn a eine ompR Netson Mawwowavo-Toawes Fn concordancia con un tema que lleg6 a ser corriente en cl trabajo de la Escuela de Frankfurt, Negri explica la ta- gedia de la modernidad considerando la coherencia extre- ma de la racionalidad instrumental. Como indican sus referencias a Auschwitz, Hiroshima y Stalin al final de la cita, claramente su texto hace lugar a una geopolitica, La tragedliaa fa que se reliere Negri es el fracaso mis eviden- te (para un europeo) de tres proyectos de la modernidad: el Fascism (Auschwitz), el Liberalismo (el bombatdeo estadouttidense de Hiroshima) y el Comunismo (Stalin en la Unién Soviética), Aqui, Alemania, los Estados Unidos y la Unidn Sovietica aparecen no como sitios de salvacion © amenazas, como en Heidegger, sino como sitios geopo- liuicos de crisis. Negei empez6 a escribir su libro sobre Job en 1982-83, cuando ya estaba en la cércel y sélo podia in- tentaraceptarla derrota. Igual que Heidegger, quien man- tuvo su base en Alemania a través de sut elaboracién de los contactos entre lo aleman y lo griego, Negri cultiva sus rafces en el Occidente en épocas de crisis a través de la reflexion sobre fuentes jucleocristianas, en este caso, el Libro de Job, De alguna manera, el material crucial para estos pensadores cs mantener viva la modernidad occi- dental. Esta forma de politica de identidad hegeménica no seria tan problematica si no asumiera que la critica de la razén instrumental es suficiente para justificar la logi- ca de la colonialidad. En muchos pensamientos criticos ‘existe la tendencia a reconocer un pensamiento coms eri- tico solamente cuando usa Iés téttninos del debate que derivan dle la consideracién de ciertas coordenadas, tipi- camente Tocalizadas en los espacios eruciales para la pro- duccién de ideologias modernas’ y posmodernas. Las geopoliticas de Negri no incluyen reflexiones serias sobre la condiciones de racismo y sexisto como se mostreban 7 Ua torotocin ft seh Y 4a GEOPOLITICA DEL SABER. MODERNE, INPERIO, COLOMIALIOAD en la relacién entre Occidente y sus colonias. Las trage- ias de los siglos de las incursiones occidentales, genoci- 10s, imposiciones y segregacién de la mayor parte del planeta parecen pasar inadvertidos en su version del mal, Es como si sélo tomaran un rol secundario, considerando las expresiones maléficas més obvias (para un europeo) de las ideologias modernas. Conttariamente a este gesto, Fanon intento llegar 2 aceptar las formas det mal como se presentaron en Auschwitz y en Alger, en Hiroshima y el Caribe francés, en la Unisn Soviética y en todo lugar don- de las vidas de algunos seres humanos parectan prescin- dibles para otros. Desde esta perspectiva, el mal no aparecia como un evento que interrumpiera las aguas tranquilas del ser, sino como sintoma del ser mistno. Co- mo Levinas, Fanon dejé entrever la idea de que el ser mis- mo podria tener un aspecto malvado, que el mal wtismo podria ser el producto del exceso del Ser.t8 Fanon hizo esta conexion atendiendo a los procesos largamente sos- tenidos (colonialidad) que hacen que las comunidades colonizadas se sientan atrapadas en un mundo donde Dios mismo a veces aparece como el enemigo.? Levinas ofreci6 fa idea del aspecto malvado del ser, pero ro lo asociaba con la colonialidad: {Qué es Ia estructura det ser puro? gFs la univer- salidad que le confiere Aristételes? Es el fondo y 13 He tabajado ev el concepto de los limites y e]exceso del ser en relacion con el foclusin de mi tess doctoral. Maldonade-Torres, N. (2001) Thinking, ‘Levinas, Fanon, Dussel and the *Cry of Ethical Revolt”, tesis de doctorade en flosoia, Brown Univers 49, Vea Jones, WER, (1998) fs God a White Racist: A Preamble to Black Theology. Boston: Beacon Press. 98 Seat dein ciel tsinun arith nina ct em ca il Merson Maroowavo-Tonses ic de. nuestras preocupaciones, como piensan ciertos filésofos modernos? gEs, al contrario, nada mis que el sello de cieria civilizacion, que se insta- la en ef hecho consumado del ser y es incapaz de salir (partir, escapar, evadir) {d'en sort Para Levinas, la enfermedad de la civilizacién occidemal puede ser asociads a una inversion en el Ser hasta tal me- dida que el Occidente ha Hegado a ser atrapado por ella, Esta nocién del acto de atrapar en un terreno sin limites (ambién aparece, interesantemente, en una de las obras is recientes ¢ influyentes de Negri. Compare la concep- ion del problema det Ser de Lévinas con la concepcién de Tmperio de Michael Hardt y Antonio Negri en la obra del mismo téaslo, El Imperio “se caracteriza fundamentalmente por una carencia Principalmente, entonces, el coneepto de Imperio propone un regimen que rodea eficazmente la total mundo “civilizado”. Ninguna frontera territorial lie mita su dominio."5! En cierta forma, el Imperio da expresién constante a la re- presentacidn del Ser de Lévinas. El Ser y el Imperio estin jmamente vinculados en el sentido de que ellos ponen los limites en vez de ser limitados. Dan expresién ontolé- ca ¥ geopolitica a los imperativos para la expansién, el poder y el control 50. Levinas, E. (1982) De Fevasion. Fata Morgana, p. 99, (Las htlieas son mis) S51. Hardt, M. y Negri A. (2000) Empire, p. xiv Cambridge, MA: Harvard Unie versity Press Us rorouocta nex see vx GEOFOLITICA DL SABER MODERNIOAD,IMPERID, COLOMALIDAD 52. Hard y Ne} A diferencia de la tematizacién temprana del Ser de Hei- degger, la asociacién entre la ontologta y las formaciones imperiales hace destacar la pertinencia del espacio en la ontologia. Sin embargo, el espacio sin es del Ser es apenas uno que admite diferenciaciones coloniales, lo cual le hace imposible justificar el cardcter selectivo de la violencia ontological postoderno. Esta ¢s una de las dificultades con la con- cepcion de Imperio de Hardt y Negri. Uno de los rasgos caracteristicos de su propuesta es que en cierta forma el Imperio es un no-lugar. Para ellos: jperial en el mundo moderno y “El espacio “estriado” de la modernidad construys ares que constantemente eran involucrados y fun- didos en un juego dialéctico con sus afueras. El es- pacio de la soberanta imperial, en contraste, no tiene aristas. Puede parecer libre de las divisiones binarias de estriacidn de las fronteras modernas, pero esta en- trecruzado por tantas lineas de falla que solamente aparece como un espacio continuo y-uniforime. En este sentido, la bien definida crisis de la modernidad code a una “omni-crisis” en el mundo: imperial. En este espacio sin arisias del Imperio, no hay ningun lugar de poder ~esta tanto en todas partes como en ninguna. El Imperio es un ou-topia, o mas bien dicho san no-lugar "52 Al juntar a Levinas con esta concepcién de Imperio, pate- ceria que el See ample con su destino imperial en la for~ macién dei no-lugar del Imperio. Sin embargo, aqut de nuevo la concepcién del Ser que surge en las obras de ~p- 190, i i { | | 4 | i | ‘ | i i \ Newson Matponapo-Tosres pensadlores arraigados en el Occidente es diferente de ta que surge en pensadores que toman en cuenta mas cen- iralmente la manera en que diferentes sujetos con dile- rentes historias y recuerdos experimentan la modernidad y Fesponden a sus legados en el mundo contempardneo ‘Teorizando en la tradicién de WEB. Du Bois, en el fin del siglo que Du Bois concibié como el que dramaticamente enfrentaria el problema det “color-line”, la linea de divi- sidn racial, Sylvia Wynter argumenta que et problema del “color-ine” no es solo un problema det siglo XX, sino de la modernidad misma, inclusive sus titimas expresiones mas globales. Como dice Wynter: En ningdn lugar mas pronunciado [hoy] que en la todavia subordinada y en gran parte empobrecida si- titacién de los descendientes de los idélatras/Otros Humanos, indigenas 0 de ascendencia africana o afro-mestiza ex-esclava, estas desigualdades estan graficamente expresadas en la ilogicidad de la pre~ sente proporcidn de 20/80 de la distribueién global de los recursos mundiales. Esta proporcién, como vio Du Bois, tuvo y tiene correlacion causal con el *color-line” como el problema del siglo XX."53" Hardt y Negri, al contrario que Wynter, limitan el ané de Du Bois al siglo XX y argumentan que, “en contrast mirando adelante, quizés al siglo XI, [el racismo impe- vial] depende del juego de diferencias y del manejo de ‘micro-conflictos’ dentto de su dominio continuamente 53. Wynter, 1492, p. 40, +N. del Es yComo se core la linca de division la pigina sigulente, ¢Coando se plantés un nosotros? ~ sal? Ver la cta de Fanon en La roratosia oe ste ya Gtorotl -A BEL SABER MODERNIOAD, IMPERIO, COLONIALIDAD npliado™ 5 La cuestién obvia aqui es si la creciente de- sigualdad en los recursos mundiales -una desigualdad que en muchos aspectas parece seguir un horizonte mo- derno de significacién referente 9 quien es humano y gnien no es ent el “juego de mente kumano~ puede explicarse pot encias” y “manejo de este énla: cro-contlictos ejemplo de Du Bois y Wynter, ine gustacia su gerir que desde las perspectivas de los grupos repetida- mente racializados de la modernidad, particularmente indigenas y gente de ascendencia africana o alto-mestiza ex-eselava, pero también judios y mus: cepto del Ser establecido en lo que a menudo se refiere como las la modernidad y la nacién, y sw upuesta superacién por la aparicién de fa soberania m= perial o Imperio, pierde el cardcter no-dialéetico de ta condenacion. Es decir que lo que para tiuchos son cam- smaba los ialécticas ds las a quienes Frantz Fanon 1a parecen ser reconstrucciones per- versas de una logica que por mucho tiempo ha militado contra ellos. E} espacio, pata ellos, nunca llega a ser sin jos no se puede entender a atistas, y el prejuicto contra través de un “juego de diferencias” o un -conflictos™. El no-espacio del Imperio, mientras des- cubre una dinamica importante en la estructura de la soberania en el mundo posmoderno, también puede cum- plir con un motivo ideol6gico. Esconde de la vista la co- lonialidad o Ja logica moderna de Ia condenacisin. ‘manejo de ‘ini 54. Hardt y Negri, Empl. p. 195 sz 5 4 t 4 £ 4 Netson MaLooNavo-ToRkes La colonialidad hace referencia a la raza, y por tanto, al espacio y la experiencia. Los espacios pos odernos pr es decir, mas alla 'scriticas de la relacién entre el imperia y las colo- pero esto no significa que la raza ni la colonialidad hhayan sido representadas con menos poder. Podria haber, ahora, hasta cietto punto, un Imperio sin colonias, pero tno hay Impetio sin raza o colonialiadad. El Imperio (has- ta’el punto de que existe alguno) opera dentro de la logi- ca generat o la liligrana de fa raza y la colonialidad. Es por esia razon que Jas paredes y fronteras del Occidente si- guen reforzandose con tanta facilidad en tantos lugares ve del mundo moderno: tambien es por esta razon que los Estados Unidos pueden referirse explicitamente a al- gunos paises como malos y por la que, por ejemplo, hoy cn dia vemos una caza de brujas contra los critieos mu- manes del nuevo detecho en paises como Francia.2 Elaboraré algunos de estos aspectos hacia la conclusién de este ensayo, El punto que quiero destacar aqui es que la concepeion del espacio invita a ta reflexién no sola- mente sobre el Set, sino mas espeeificamente sobre su as- pecto colonial, el que hace que los seres umanos sientan que el nundo es como un infierno ineludible. den definisse en un modo poscolonii de 59, Bl caso de Tariq Ramadan es pertinente aga. Vea, entre otros reclentes, a= \eas en el proyecto de oiros pensadores judi fra jaentes en Le Monde, 23 de eiciemie de 2003 y Seishin E. (2003) naveau philosophies" como Bernard-Hen= nen anos aspectos, reproduce alganas de las caraeterfsiess mae ses, como Lev 103 La torovocia 021 see ¥ 18 GEOPOLIICA DEL SABER MODERNIDAD, MPERIO,COLONIALIOAD De alguna manera, la colonialidad del Ser sugiere que el Ser milita contra [a existencia misma de uno, Levinas, un sujeto racializado y perseguido, hizo una insinuacién dentro de esta realidad. El Ser no era algo que le abris el terreno de la significacion, sino algo que parecia hacerlo el bianco del aniquilamiento. Es esta experiencia racial la que explica en parte por qué lo que para Nietzsche, hijo de un ministro protestante en Alemania, se exptesaba co- mo la mitificacién ascética, pata Levinas, un indo de Li cuania, aparece simplemente como ¢] mal y Ta violencia i Eee un spect diferente de las modalidades occideniales del ser. Sin embargo, aunque Levinas empie- za a alejarse radicalmente de las concepclones europeas del Ser, sur compromiso con Tas de Occidente como un proyecto de civilizacién y como wna formacién epistémi- ca finalmente lo disuade de articular una opinién del ser que explique la légica de la condenacién, Es por eso que su visin del Ser parece derrumbarse tan facilmente en tuna concepeisn como la de Hardt y Negri i version del Ser de Lévinas salen clara. bien respondieron eriticamente a los ideales occidentiles Jesde In perspectiva de subjetividades racializadas. En su elisico gs Dios wn racista blanco? William Jones argu rmenta que el sufrimienta de la gente negra legitima fa in- troduccién de la cuestion del racismo divino. Es decir, la ‘enormidad, la forma no catastrofica ni natural, y sobre o- do la mala distrbucion det sufrimiente deben levarlo 2 uno a preguntarse si Dios mismo es un racista blanco, El sentimiento de estar atrapado en un paradigma de vio- ‘56, Vea Janes. fs Gada While Recist? 104 Newson Matoonapo-Tomses lencia de hace siglos y la experiencia de ver como los cambios para todos no representan cambios para uno ni para su comunidad, naturalmente conduce a la pregunta de si el ser es inherentemente colonizador o si Dios #5 ra- cista, Ahora bien, hay una diferencia importante entre es- tas dos preguntas. Mientras Dios puede, a través de su. agencia y autonomia, seleccionar el objeto de su prejuicio divino, no esté clara cémo la violencia del Ser como tal puede estar enfocada en un grupo o pueblo en particular. Resumiendo, mientras le violencia ontolégica puede le- var al Imperio, es decir a una forma impersonal y trasna- ional de la soberania, no esta claro como esta vinculada al colonialismo y al racismo. Lo que no encontramos aqui es una explicacion del cardcter preferencial de la violen- cia: que mientras el Ser es opresivo, no es igualmente opresivo con todos. Podriamos, entonces, hacer refeten- Cia a una violencia ontoligica en general, pero no necesa- riamente a la coloniatidad del Set. La colonialidad del Ser tendria que referirse no solamente a tun evento originario de violencia, sino a un despliegue de la historia moderna en términos de una logica de la colonia- idad.>¥ Yo sugiero que para poder hacer esto necesitaria- mos seguir a Heidegger en la conexion del Ser con la historicidad y la tradicién -un movimiento que sostiene mucha de Ia hermenéutica de Gadamer. La diferencia con Heidegger y Gadainer seria que en vez de la historicidad y la tradicién, lo que mejor explicaria el despliegue y la colo- pialidad del Ser seria la diferencia colonial y la logica de la colonialicad. Es decir, yo sugiero que el Ser es para la histo- tia y la uadicién, lo que es la colonialidad del Ser a la colo- 57. Deb cl concepto de la logiea de la colonialidad 3 Welter Mig 05 La orotocin bet Sek LA Georotirica O& SAUER. MODERN! 2A, IAPERIO, COLORIALIORD 1 poder eal proceso tn que el sentido comin y icin estan mareados por las dindmicas del poder que son preferentes en ¢ y se dirigen iddades. El caréeter preferencial de la violencia pue- (er diseriminan 2 la gen trol del sexo y el monopolio del conacimiento, ¥ los asocia storia colonial moderna.5® Entonces, ésta es ini suge- ‘mos Seg teras y perspectivas eurocéntricas. Necesitariamos introd- ideas que surgen de la experiencia de Ia colonialidad y la de diferentes subjetivicades. La colonialidad del Ser podifa llegar a ser una posible manera de teorizar los Lundamientes bisicos de las patologies del poder imperial y que uno hicie- late nal persecut sencia de la colonialidad, Perm el espacio y la historia, q tan en las versiones heideggerianas y que se per que apareeetia no solamente como alternative al Dasein de Heidegger sino al concepto moderno de “pueblo” y al con- cepto de Hardt y Negri de la “multitud”.5 Aunque no me es posible desarrollar estas ideas aqui, st quiero dedicarme a of Powe del Ver del mismo ator su ariclo Jo: Elctoes del sino, Be 2000 compare ent In puso” ya det 7 and democracy’, en S. westanc 108 oe NeLson MaLnonabo-Tonnes la cuestion de por qué Lévinas, quien reflexionaba mente sobre Ia ontologta con tanta originalicad cid, no se dedicaba al earnino que acabo de mencionar.® Esto me lievara a explorar la cuestion de las conexiones en- lie la busqueda de raices étnicas (en Atenas) y la busqueda de raices religiosas (en Jerusalén) Entre Nueva York y Bagdad o la ceguera ala condenacion: el ‘istianisino el judaismo y la bisqueda renovada de raices Me gustaria empezar esta seccién con la pregunta de :por qué Levinas no se sentéa obligado a justificar el carécter complejo pero selective de la violencia que se maniliesta en el colonialisimo? De alguna manera, por lo menos, la res- puesta a esta pregunta se encuentra en que mientras Li has era muy suspicaz sobre la bondad europea, especialmente cuando ésta se basaba sélo en términos libe- rales, no estaba nj interesado ni consciente de los legaclos de imperios europeos liberales y no liberales, y mucho me- nos de la togica de la condenacién que sostiene la moder- nidad. Repasando muchas de sus obras, se hace claro que el anslisiseritico de Lévinas de la ontologia se basa més en su experiencia como judo europeo y su interés en repre- sentar el valor epistémico del judaismo, que en los vincu- los entre su postura y las de pueblos colonizados Interesados en les proyectos sobre ls descolonizacién y en la anticulacion de cosmopolitismos descoloniales. Es decir, al proyecto intelectual de Levinas se encuentra pesadamen- te cixcunserito por su interés en mostrar la pertinencia de 60, Eisboro estas ideas en ‘On the colonility of Bing’ una conferencia ao pu ula cal en el Cento de Estudios Globales en las Humanicades en la Uni de Duke el 5 de noviembre de 2003. LU rorotacia ot ste Y LA GLOPOLITICA OEL SABER, MODERNIDAD, MMERI, COLOMALIDAD fuentes judias al pensamiento occidental, y al demostrar las raices ontologicas del antisemitisino. Levinas lo hace muy bien. Sin embargo, a la hora de mostrar como la se predispone contra muchos otros pueblos coloniales, Levinas responde simplemente sosteniendio a idea de que estos ottos son las victimas del mismno antise- mnitismo, el misine odio del Otro hombre.*! Para Levinas, el judio clenota tanto la posibilidad de transformacion epis- mica como la categoria mas general de opresién. En su sulriniento y marginalizacién, todos los colonizados son judios. Ahora bien, gpor qué la civilizacién occidental per- sigue a los judios? La persecucion esta conectada con la re- ligidn y Ia posibitidad de transformacion epistémica, Lo que introduce el judfo en la cultura occidental es para Lé- vinas Jo que fo hace tinico como judio, es decir, una ética de maxitna responsabilidad para con los ottos seres hurna- nos, El judio ha sido elegido por Dios pata servir a los de- nds, y por lo tanto para recordarles a Jos demés su responsabilidad hacia otros.6? Para Lévinas, el problema acion occidental no reside en el olvido del Ser, cién occident con lac sino en la persecucion conta los judos. Tal persecucién es natural en un contexte donde las demandas por la preser- vyacion y conservacién eclipsan las de la ética y Ia respon- sabilidad radical pata con el otro, o asi argumenta Levinas. Ai Tinal, por lo tanto, Lévinas se dirige a la selectividad de la dominacién, pero su versiGn esta severamente limitada G1. Vea ia dedicatoria en Levinas, E, (1988) Otherwise than Being or Beyond Essen ce, tad. A, Lingls Pittsburgh, PA: Duquesne University Press (raduccign de Autie- ment ‘Aucdela de essence, 1979), 62, Vea Levinas, F (1990) Nine Talmudic Readings. Bloomington: Indiana Univer: sity Press. 208 e1sow MaLoonabo-Tonnes, tanto por su visisn [ilosofica y religiosa como por la preo- cupacidn més 0 menos exclusiva por la identidad de los judios, particularmente los judios europeos y los de Is- rael.© Lamentablemente, la afiliacion étnica y el compro- miso religioso reemplazan el anslisis socio-historico cuidadoso, Hay una fuerte inversién en la idea del Occi- dente que ciega a Lévinas frente a las diversas formas de opresion, experiencias coloniales, legados imper ios'de lucha y cambio epist es, si: 0, Seguramente, esta ce- guera no es exclusiva de Lévinas. Yo sugiero que ¢s mejor entendida como una caracteristica constitutiva de la mo- sdernidad y la posmodernidad como tal. Por esta razon, no es sorprendente ver una légica parecida en ottos textos que he discutido, como Job de Negri e Imperio de Negri y Hardt La busqueda de respuesias de Negri en El Libro de Job y su particular interpretacién del texto muestran cémo un compromise con el Occidente, en este caso a través del cristianismo occidental, puede cegar a un intelectual con respecto a la légica de la colonialidad, En la intraduccion a Job, Negri escribe: *Ahora bien, Spinoza comienza donde termina Job: comienza viendo a Dios, es decir, en el punto en que Job termina su recorrido. Se trataba, pues, de insistir ‘en un cuerpo a cuerpo semejante al que Job habia te- nido con Dios, ya que nosotros eramos, en efecto y nhuevamente, como unos Jobs que fuchaban contra 63, Alcernativas a ests tendencias exclusivistas se encuentran en los proyectos Ge iguras dias del Caribe, Latinoamérica y los Estados Unidos come Jane Aue ina Gordon, Lewis Gonton y Santiago Slabodsky. 109 La rorotosia oe. sen LA cEOPOLITICA DEL SABER. RoDERNEDAD,ImPrRIO, COLONIALIDAD Jos poderes que dominan el mundo y lo esclavizan, contra la misctia a In que lo someten los mandatos Ge los mds fuertes y los més erteles. Bien se com- prende entonces hasta qué punto fue importante la prefiguracion de Cristo que los Padres Cristianos de amtighedad reconacieron en Job: también él, sotros, atravesé el desierto a fin de reconquistar la vida en un nivel mas elevado, en una redencion ab- mente materialista, lo cual significa la alegrta de revolucionar el mando." iar de este pasaje es la manera en que Negi sus- preciso “nosotros” por sujetos que estan en posiciones ineluckbies de suftimiento como Job. Este ges- to comirasia agudamente con otras interpretaciones de Job, que ven cn las respuestas de Job a Dios un descubri- miento de fa inocencia del suftimien compromiso con la situacién de aquel lar condenados por una situacién que no crearon ni pi- jicron.°9 En su compromiiso con Hardt y Negri, Timothy ian también ha seftalado la tareza y la peculiaridad 11 de este impreciso “nosotros” de cierte cuiropeo abandonado, por sujetos en miiltiples posiciones ee subordinacien: de los otros y un 3s que parecen es- “Cada vez que alguno de los nuevos italianos habla de los trabajadores, ve una imagen de sf mismo, aun- que esa imagen esti necesariamente borroneada den ‘. vex Gute, (87) Oh Jobs Gabel al te sefing of Real HY Osh Boo: New Leis 988 Jb ea B ese Unies es TNeLSON MALOONADO-ToRRES tro de construcciones que trascienden a los trabaja dores mejicanos por dia, repartidores de comida ra- ida, seer automss arias, mucaimas y mecénicos de les. Esa clase de especificidad desacredita ¢l aura de la ‘multitud? -un término evocador det Nuevo Testamento, abrazado por los autores por evadir el propésito culpable de la clase trabajadora Pero el término multitud traiciona una teleologéa i versa, como lo era, una etiologia cuya forma es rel giosa: su designada ‘multitude fidelium’ (429). En este contexto, vale mencionar la formacién politica ¢ intelectual de Negri en el radicalismo catélico en It fia en los anos 50, aunque no ha recibido casi ningiin comentario, La mayorfa de los criticos no han tenido mucho que decir sobre sus inspiraciones tempranas en el radical mo catélico ~algo relacionado con Ia armonia universal de su vision posterior.” 8° Como en Lévinas, en la obra de Hardt y Negri hay ana a el lugar de una cuidadosa ela ddes de luchas y condiciones exis- tenciales de sujetos con legados imperiales diferentes, cosmologias diferentes y aspiraciones diferentes para ransformacién mundial y del ego. El caso de Lévinas es el mas interesante, porque mientras desafia las criticas del cahén filosélico occidental, y por tanto reactiva las lec- clones del Talmud y la Biblia hebrea de forma critica, ne alcanza a obse:var la activa colonialidad del saber. Por consiguiente, no conecta de forma trascendente su lucha con la de muchos otros sujetos racializados de la moder- T. 2003) ‘The empleeS new clothes, Cs I Laquicy 29, p30 a roPalncia et ste A GEDPOLITICA DEL SABER. MODERNIDAD, INPERIO,COLONIALIDAD niidad. Estos son sujetos cuyos cuerpos y contribuciones epistémicas han sido marcados, como Levinas, por el mal el racismo. Los becarios especializados en Levinas sue- len enfocarse en sus contribuciones al giro linguistico, in- Lerpretandolo en dialogo con Heidegger, Derrida y otras figuras de la filosofia continental, Al abordar Ia obra de Levinas, estrictamente con relacion a la genealogta y la disciplina de la Filosofia occidental, tienden a dejar fuera de sus reflexiones las cuestiones sobre la espacialidad y la colonialidad. Por tanto, tienden a repetir el mismo tipo de problemas que uno encuentra en la obra de Lévinas. La cespacialidad iad y Ta fucha por la diversidad epistémica tambien son dejadas a un lado en la concep- tualizacién de Hardt y Negri del Imperio y la formacion de la “multitud”. Las visiones como la de Levinas y la de Hardt y Negri no reconocen la necesidad imperiosa de iversalidad epistémica y ética en el mundo, Una razon para esto es que las metanarrativas del judaismo y el ctistianismo estan fuertemente privilegiadas en sus es- ccituras. Mientras Lévinas identifica el racismo corel an- ‘sino, Hardt y Negri (mas Negti que Hardt, seguratrente) sélo pueden encontrar a San Francisco de [Asis como el ejemplo mas adecuado de un militante co- tnuinista.67 De alguna forma, Hard y Negri quieren vindi- car a Roma (una representacién [catslica] romana de la utopia comunista), cuando otros insistian en la Selva Ne fra, y otros mas en Atenas y Jerusalén, la coloni jr la esperanza comunista al cristianismo deci- ig6 a ser muy importante para el europeo aban- 657. Hardt y Net a0. 1 Nevsow Macoonaoo-Torres donado después del derrumbamiento de la Union Sovie- (ica, Sin poder encontrar un hogar en la Unién Soviética ni en el tradicional partido comunista, no habia muchas opciones para mantener vivo el proyecto comunista. Por tanto, era necesario reconciliar [a izquierda marxisia eu- ropea con Europa y con ¢l cristianismo occidental. Para cuando lege la hora en que tal necesidad se hizo urgen- te, la misma idea de Europa habia sido calurosamente dis- cutida por becarios que, siguiendo la percepeién de Fanon sobre las raices de Europa, recurrieron a criticar fuertemente el proyecto de la civilizacién europea. Como cualquiera en una busqueda desesperada de raices, la iz- ‘quierda ha tenido que hacerse crecientemente reacciona- Fla, hasta e! punto de abrazar la ortodoxia como emblema de critica.68 E] marxista lacaniano Slavoj Zizek represen- ta la expresién mds alta de la ansiedad de raices que ha caracterizado el proyecto de izquierda en Europa y tam- bien en los Estados Unidos.6 Su busqueda de raices no cs toralmente diferente de fa de Heidegger. Como en Hei egges, hay en el proyecto de Zizek un anslisis eritico ex- tremo de la modernidad occidental e igual intente por salvar a Occidente al mismo tiempo. La diferencia es que mientras Heidegger se volvié al fascismo y al germano- 68. Vea ci capitulo ‘The “Theilling Romance of Orthodoxy" en Vitek, S. (2003) The Puppet snd the Dwauf. The Perverse Core of Christianity, pp. 34-51. Cambrid 6. MA. MIT Press Las perspectiv de 27k sabre Is ortodonia estan relacions- clas con sus conversaciones con John Milbank y otros pensadores del proyecto de la ortodoxia radical. Para una perspectiva general del proyecto de la ortodo- ‘xia taical ves Milbank, Plekstock, C. y Ward, G. (eds. (1899) Racal Or Inodaxy: A New Theology, Londres: Routledge 69, En los Estados Unidos ha habide mas patioti {que ha servido como base para los liberals prag distas como Richard Rotty y Cornel West. Vea que cristianismo en cos con tendencias aqui partteutar Row, R. (1998) 453 La torotocia vet ste La GFarotiica DEL SABER, MoDERRIDAD MFERIC,COLONIALIDAD centrismo, el marxismo, el eurocentris- versién ortodoxa del cristianismo occidental 7” ia solamente se basa en Ia comu- e Heidegger y Zick: su racismo epis- ntras Heidegger no podia pensar en la losofia gemuina fuera del idioma alemsn, Zifek no puc- calismo politico fuera de la diada marxista~ he Dwarf (El itere y ef cnano) we soy umm mate ia la meédula, y que la semilla subversiva det 0 también es accesible a un acercantiento ; mi tesis es mis fuerte: esia semilla es accesible ra un acercamiento mat ista dialéctico autenti on ca =y viceversa: pa- jegar a ser un materi uno debe pasar por la experiencia cristiana El conservacionismo de Zizek es radical, y por eso desa- la autosatisfaccida, tanto de los conservadores como de los no conservadores. No obstante, el radicalismo no century America, Cambridge Press; West, C. (1989 Evasion of Philosophy 2 of Pragmatism, Madison: The University of Wisconsin Press, Analizo mente esta tenvdencias en Maldonado-Tortes, N. (de proxima aparic te African Cambridge, MA Blackwel ce, Fidel, S, (2000) The fragile Absolute or Wh (1998) "A le isthe Christian 5 ple for “Euro- ry Vol. 24 ret aid the Disa. p- 6, Esta tess complement ls ideas que Zizek ‘Alain Badiou as eae ogy, pp. 12 ‘ys habia explorado en 7! fer of Paul, The Ticklish 170, Londres: Verso a4 Neison MALDONADO-ToRRES esconde la carga de racismo epistémico; como los analisis insinuantes de Heiclegger del problema de la tecnologia y el nihilismo tampoco lo escondian, Este racismo es evi- dente en el pasaje arriba transcrito. Como no aparece en la obra de Zizek que podrian exist opciones potiticas verdaderamente radicales mas alla de los horizontes del materialismo dialéctico, entonces sigue que el cristianis- mo es la unica fuente del auténtico radicalismo, Esto ex- plica, entre otras cosas, su opinién sobre el buclismo. Las opiniones de Zidek sobre el cristianismo y la izquierda le dan la libertad de involucrarse en una nueva forma de orientalismo que no tiene fronteras. Después de una gitas cedicadas al andlisis de alirmaciones de unos budis. las zen y una porcién del Bhagavad G suficiente autoridad como para observar Zigek asume “Esto significa que la Compasion absoluta budista (0 hin- di, si vamos a eso) tiene que estar opuesta a la intoleran- cia cristiana, el Amor violento. La postura budista es fundamentalmente ce Indiferencia, de apagar todas las ppasiones que aspiran a introducir la Diferencia, Ia separe- cion en el orden det ser, para privilegiar y elevar un obje- to # costo de otros."72 Zizek cosifica el budismo y el cristianismo y luego les asigna logicas intrinsecas que ayudan a discriminar uno del otto tan facilmente como Heidegger podia diferenciar centre lenguajes filosolicos y no filosoficos. Para Zizek, la espiritualidad oriental es indiferente al mundo, y su logi- ca de la no distincién hace que sus partidarios Heguen a ser cémplices de los poderes militares, si no incluso a a La Toroosia 08 sem Y LA GEOPOLIICA DEL SABER, MODERNIDAD, YPERIO,COLONIALIDAD obarlos abiertamente, Los monoteistas son, en cam- bio, o tolerantes de las diferencias o intolerantes del amor.73 La busqueda de raices imbibe la capacidad para la vestigacion cuidadosa de las maneras en que aquello que llamaremos teligion nunca opera en un vacto, El ex- tremismo del racismo epistémico de Zizek se manifiesta ‘en que, mientras descarta la “espiritualidad oriental” por sus su santuario, aunque Hegel sigue siendo uno de los parti- darios mas [uertes de la guetta en el mundo occidental. cones con el militarismo, mantiene a Hegel en. Contrariamente a Zikck, quien intenta discriminar entre ceniidades dierenciadas, llamadas religiones, y espirituall- clades, yo sugeriria que ios problemas con intelectuales como Lévinas y Negri, quienes invierten fuertemente en visiones religiosas, no son tanto las visiones religiosas por si solas sino también, y quizas mas ftmdamentalmente, su cleseo de arraigarse en el Occidente. Es un impetu y un proyecto, en vez de una fuente religiosa e ideolégica dife- renciada, lo que los ciega al aspecto més oscuro de la mo- dernidad. Las referencias a la ética de la primera filosofia 73. Zeéek escribe que “Los monotestas verdaderos son tolerances: para ‘otros no sen objetos de edo, sino simplemente gente que, aunque mo esta ds por la ereencia verdadera, sin embargo debe ser respetada ya que no es inheren- {eowente alvada” (2izek, The Puppet and the Deve, p27). 74. El dob estindar de Z4Zek sobre su anliss citico del “Oriente” yet ratarlen {oliviang de figuras como Hegel legan aaclararse en las eiexones sere el buds: so zen en The Puppet and the Dwarf y su defensa de Hegel en Ziek, 5. (2002) 1 plead guilty -but where is the judgment, Nepantla:vews from South 303) pp. 379 583. Vea tsbien Tos compromisos entices de Willam D. Hat con ZtZek en Har (2002) ‘lavo} Zizek and the imperiaVeolonial model of region, Nepanta Views fom Saath 303) pp. 353-578, Vea tambien. la réplica de Hart en Hart, WD. 5003)

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