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Rev Psiquiatr Urug 2010;74(1):22-37

El cerebro violento. Sobre la psicobiología de la violencia y


los comportamientos agresivos
Trabajos originales

Autor Resumen Summary

En la construcción de una vía interpretativa para As an attempt to understand individual violent and
Federico Dajas la comprensión del fenómeno de la violencia aggressive behaviour an assessment of present
a nivel individual, se revisó evidencias sobre evidences on the psychobiological dimension
Médico Psiquiatra, Jefe del el componente genético, el rol de los neuro- of these conducts has been done. A review of
Departamento de Neuroquí- moduladores cerebrales y datos clínicos de la the literature allowed confirming the existence
mica, Instituto de Investiga- neuroimagenología estructural y funcional, en of a genetic dimension of aggression and the
ciones Biológicas Clemente una integración psicobiológica de los compor- involvement of central nervous system neuromo-
Estable, Uruguay. tamientos agresivos y violentos. Se ha podido dulators such as serotonina and noradrenaline.
demostrar la existencia de un componente Structural and functional neuroimaging studies
genético, el involucramiento del metabolismo de have provided evidence for the contribution of
neurotransmisores, principalmente serotonina y the cerebral cortex, particularly a thinning and
noradrenalina y la participación de estructuras functional dysfunction of the prefrontal lobe,
cerebrales corticales, especialmente regiones del in its orbitofrontal and lateroventral regions,
Correspondencia: lóbulo prefrontal (orbitofrontal y lateral ventral) as well as limbic regions such as amygdala
fdajas@iibcee.edu.uy y el sistema límbico (amígdala e hipocampo and hippocampus. A comprehensive model to
y corteza temporal). Se propone un modelo show the functioning and connectivity of these
interpretativo del “cerebro violento” que reúne structures (the “violent brain”) is provided as
las diferentes regiones cerebrales involucradas a final and comprehensive integration of the
y su interconexión. concepts reviewed.

Palabras clave Key words

Violencia Violence
Neurotransmisores Neurotransmitters
Genética Genetics
Lóbulo frontal Frontal lobe

Introducción las ideologías que los sustentan, con un nivel


cada vez mayor de deshumanización, masividad
La historia escrita del hombre es, mayormente, y desarrollo técnico de los instrumentos de
el relato de los hechos guerreros, violentos, de destrucción. Definida como la partera de la
los pueblos que han predominado en forma historia, la violencia aparece también ligada
sucesiva a lo largo de los siglos sobre otros pue- a cambios positivos del desarrollo humano:
blos. Desde los faraones egipcios a la Alemania finalización de la monarquía como sistema
nazi o a los EE. UU. y su “coalición” en Irak, absolutista, abolición de la esclavitud, gene-
la violencia ha servido para hacer prevalecer ralización del sistema democrático frente al
en cada período histórico intereses grupales y fascismo, etcétera.

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Junto a esta violencia colectiva ha existido presentan una preponderancia de lo violento-
y existe una violencia individual, impulsiva, agresivo en su conducta. Trabajos originales
a veces precipitada por situaciones asociadas
con emociones como rabia o miedo. Es claro
que hay individuos en cada sociedad que
actúan violentamente, en forma agresiva, La dimensión experimental, genética y
contra sus conciudadanos y expresiones de neuroquímica
ello nos llegan todos los días desde los medios.
La Organización Mundial de la Salud comu- 1. La influencia genética
nicó recientemente datos de un estudio que
muestran una estimación anual mundial de
un millón y medio de personas que mueren Evolutivamente, han existido y existen
por violencia auto infligida o interpersonal, conductas agresivas que podemos llamar adap-
con un número no fatal mucho mayor1. tativas, en el sentido de que son funcionales a * Por similares razones no se
La búsqueda de respuesta a esta presencia la sobrevivencia del individuo, la transmisión trata de una revisión del tema, un
de sus genes y la sobrevida de la especie. Estas objetivo que superaría con creces
cotidiana de la violencia y los actos agresivos los límites del presente artículo.
en sus formas individuales o colectivas, ha son conductas agresivas –implican la violencia Por ejemplo, no se incluirá una
llevado a plantearse si los individuos violen- física sobre un oponente– ligadas a la mater- revisión de las extensas series
tos y agresivos poseen unas características nidad y la defensa de la cría, el dominio de las de estudios que relacionan
fuentes alimentarias o del territorio que las lesiones y/o tumores cerebrales
psicobiológicas que los predisponen para con alteraciones violentas del
su conducta alterada y, en una forma más aseguran. No abarcaremos en este trabajo esta comportamiento.
genérica, si existe en la especie humana una violencia y agresión ligada a conductas instin-
predisposición natural a la violencia. tivas maternales o territoriales. Tomaremos la
**Aunque el lector comprobará
violencia como un comportamiento agresivo
En un marco contextual de la violencia fuera de contexto y de un control inhibitorio,
que, ineludiblemente, algunas
veces tendremos que recurrir a
como un complejo acto humano multicausal, que ha perdido su función adaptativa en la ejemplos de agresividad territorial,
resultado de fuerzas y situaciones familiares, comunicación social2. En otras palabras, una maternal o individual.
sociales, económicas, políticas, neurológicas y forma desadaptada de conducta agresiva**.
psicológicas, en este artículo encararemos un
análisis de sus posibles bases psicobiológicas, Los muy numerosos estudios experimen-
es decir, el posible marco genético, molecular tales sobre los comportamientos agresivos,
y/o estructural cerebral de las conductas realizados en diversas especies, han apuntado
agresivas. Como el lector puede imaginar, a la elucidación de las áreas cerebrales invo-
no aspiramos a proporcionar una respuesta lucradas, sus componentes moleculares y sus
final y acabada a preguntas que subtienden posibles determinantes genéticas. Para señalar
la evolución del hombre y solo trataremos de la importancia del componente genético en la
proporcionar elementos para la discusión, génesis de las conductas agresivas, N. Popova3
intentando avanzar en una hipótesis holística toma el ejemplo de la domesticación de los
que permita ordenarla, desde este particular animales que pasaron de la vida salvaje a
punto de vista*. Exploraremos los rasgos integrar el hogar humano y a colaborar en sus
propios de la psicobiología de la agresión y tareas. Para ello fue necesario la eliminación
la violencia, los cuales pueden ser parte o de conductas originariamente agresivas hacia
rasgo común de varios trastornos psiquiá- el hombre, posiblemente mediante la selección
tricos (trastornos de personalidad, psicosis), y reproducción de los individuos más dóciles,
sin considerar la constelación psicobiológica proceso realizado por nuestros ancestros hace
propia de cada uno de ellos, lo que trasciende miles de años. Estudios contemporáneos rea-
el propósito de este trabajo. En parte de los lizados con la domesticación de lobos salvajes
artículos que se revisará se incluye individuos permitieron comprobar los procedimientos
que nosográficamente sin ser psicóticos o con utilizados, ya que, seleccionando y reprodu-
déficit cognitivo, podrían ser definidos como ciendo los animales salvajes más dóciles, se
portadores de trastornos psiquiátricos, como, logró su domesticación3.
por ejemplo, personalidades psicopáticas, En sentido contrario, numerosos grupos de
aunque estos se seleccionan entre quienes investigación han obtenido líneas fenotípica-

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mente agresivas (TNS, NC900 y LAL)4 por el Se ha logrado a nivel experimental inducir
Trabajos originales cruzamiento de ratones salvajes y domestica- comportamientos agresivos provocando estrés,
dos, logrando tipos experimentales agresivos. aislamiento social, enfrentamientos intra e
Estos estudios han permitido confirmar que inter específicos, estímulos farmacológicos,
la tendencia hacia los comportamientos agre- lesiones cerebrales, tratamientos hormonales,
sivos es heredada, involucrando múltiples etc. Sin embargo, una crítica general reciente
genes, algunos de ellos en el cromosoma Y. de toda esta perspectiva de trabajo apunta a
Sin embargo, la expresión del componente que los comportamientos agresivos así obte-
genético en el comportamiento de estas lí- nidos representan un aumento cuantitativo
neas de roedores agresivos depende también de la agresión normalmente adaptada de las
de factores ambientales que van desde el especies estudiadas, en condiciones extremas,
entorno maternal al tipo de rival con el que no representando un cambio cualitativo en
* La necesidad de focalizar el se enfrentan4. cuanto a la generación de conductas agresivas
análisis y, una vez más, los
límites del artículo, nos impiden Aunque se reconoce la influencia genética en espontáneas, fuera de contexto y contenido,
analizar los cambios producidos el comportamiento agresivo, las mutaciones no adaptadas como respuestas específicas
en genes que determinan, por inducidas no han logrado generar un patrón a estímulos nocivos o desconocidos. Estas
ejemplo, el grosor y la estructura críticas mantienen que al estudiar especies
de la corteza cerebral y que, genético específico vinculado directamente a
relacionados con el control de la las conductas agresivas, sino que los genes se domesticadas (rata, ratón, etc.), estas, tal cual
apoptosis, estén posiblemente expresan, entre otras formas, a través de una fue ejemplificado previamente, han modificado
involucrados en los cambios u otra proteína (receptores, recaptadores) en la genéticamente su potencialidad de generar
estructurales corticales que conductas agresivas desadaptadas. De Boer
veremos más adelante. cadena metabólica de los neurotransmisores,
moduladores últimos del comportamiento et al.2 han planteado un modelo alternativo
agresivo*. que en los últimos años está revolucionando
el campo de los modelos experimentales. De
Por otra parte, es importante destacar que
Boer recorre el camino inverso a la domes-
los estudios genéticos y neurobiológicos en
ticación: toma ratas salvajes y selecciona de
animales de experimentación, como la rata,
entre ellas las espontáneamente agresivas (un
tienen su valor desde que el genoma huma-
12%) y las reproduce, obteniendo conductas
no y el de la rata muestran un 85 a 90% de
agresivas espontáneas, desadaptadas, en
homología5. La mayor parte de los mamíferos
aparente correspondencia con los comporta-
tiene aproximadamente el mismo número de
mientos humanos violentos. Entre otras cosas,
nucleótidos en sus genomas –unos 3 millones
comprueba el reforzamiento positivo de las
de pares de bases– y, aproximadamente, el
conductas (el modelo “ganador”). Sumándose
mismo número de genes. Por supuesto que
a otras evidencias experimentales, De Boer
no sabemos aún cómo esas similitudes ge-
demuestra así que al componente genético
nómicas cuantitativas se reflejan en el muy
se agrega el aprendizaje –por refuerzo posi-
diferente tamaño cerebral, por ejemplo. Ello
tivo– en la determinación de las conductas
se vincula a un fenómeno único de la violencia
agresivas. Contribuyendo a la concepción
y agresividad humana, que es la posibilidad
multifactorial del fenómeno de la violencia
de la conciencia del acto agresivo. A pesar del
demuestra que a la carga genética se suman
enorme valor de los resultados experimentales
los agentes epigenéticos.
en animales, este es un límite que debemos
considerar en cuanto a su valor explicativo de Como dijimos previamente, la información
la experiencia humana. Es muy importante genética determina la expresión de proteínas de
destacar a este nivel de nuestro análisis, que neurotransmisores que son los que finalmente
la construcción psicobiológica que presen- modulan las respuestas agresivas y pueden
taremos y la integración de las diferentes ser a su vez modulados por circunstancias
dimensiones, moleculares y estructurales, ambientales. Tratando de ejemplificar esto
no suponen ni un determinismo biológico ni desde el punto de vista experimental, es in-
la pérdida o debilitamiento de la conciencia, teresante citar los estudios realizados en la
o sea, en último término, de la libertad para mosca de la fruta (Drosophila melanogaster)
elegir nuestra conducta, lo que nos caracteriza que, más allá de la aparente distancia evolu-
como humanos. tiva, constituye un modelo biológico simple

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para analizar estas múltiples variables*. La en relación con las conductas agresivas se ex-
mosca de la fruta muestra conductas agre- presa a través de los neurotransmisores. Todos Trabajos originales
sivas relacionadas a instancias territoriales, los neurotransmisores sufren cambios durante
alimentarias y sexuales asumidas en general la expresión del comportamiento agresivo9
por machos dominantes. La manipulación del como expresión, en la mayoría de los casos,
genoma de la mosca ha permitido cambiar de su participación funcional, indirecta****.
comportamientos masculinos dominantes, con También se expresan durante comportamien-
gran expresión de agresividad, en comporta- tos particulares en localizaciones específicas,
mientos pasivos sometidos en efectos media- como el rol del GABA, en el área septal en
dos por neurotransmisores. Estos resultados la agresión materna de defensa de la cría10.
se obtuvieron por deleción del gen fruitless Las dificultades para describir los efectos de
(FruM), el que se relaciona con la expresión neurotransmisores como directos o indirectos, * Para quienes, como el autor,
de la octopamina**. La supresión de FruM por quedan ejemplificadas por la noradrenalina. en primera instancia duden de la
interferencia de RNA en solo tres neuronas Aparte de un neurotransmisor cerebral, la nora- validez de estas aproximaciones,
recomendamos un material
que expresan octopamina logra que machos drenalina es una hormona y el neurotransmisor que muestra lo ingenioso y la
usualmente dominantes pierdan su rol *** 6,  7. del sistema simpático11, 12. Su rol periférico es solidez de los experimentos
La expresión de los cambios que provoca la clave para la expresión del comportamiento realizados: www.jove.com,
deleción de fruitless depende de la interacción agresivo, desde la movilización de glucosa a JoVe: studying aggression in
Drosophila (fruit files). Por otra
de las neuronas donde se expresa este gen con la vasoconstricción y la respuesta cardíaca. parte, existe más de un 50%
el resto de las neuronas cerebrales. Centralmente, la noradrenalina focaliza la de homología entre el genoma
Como un ejemplo de lo complejo del análisis atención, disminuye el nivel de dolor, aumenta humano y el de la mosca y el
61% de 289 genes mutados
de las influencias genéticas en los comporta- la memoria y por las vías noradrenérgicas que
en enfermedades humanas
mientos agresivos, Moffitt, en una revisión de terminan en la amígdala-corteza prefrontal, tiene su correlato en genes
20058, describe cómo la violencia parece ocurrir constituye el primer sistema de alarma que de la mosca.
en familias. Algunos estudios han mostrado activa la respuesta agresiva. Aunque un aumento
que el 10% de las familias está involucrado de noradrenalina facilita el comportamiento ** Equivalente a la noradre-
en el 50% de los actos de violencia en una agresivo, los experimentos farmacológicos y nalina, en la mosca.
misma comunidad. Sin embargo, aunque ello los resultados en diferentes especies no son
se podría interpretar como debido a un gran homogéneos, habiéndose comprobado que no *** La mosca tiene “solo” 80
peso de lo genético, también se puede decir está elevada en el sistema nervioso central neuronas octopaminérgicas.
que es debido a la transmisión de conductas durante el acto agresivo mismo13. Esto lo
antisociales en grupos familiares. Moffitt realiza hemos podido comprobar midiendo los niveles
**** No se analiza los cambios
un meta-análisis de más de 100 estudios de de noradrenalina en líquido cefalorraquídeo de todos los neurotransmisores
mellizos homo y heterocigotos, que crecieron en casos de autoagresión suicida14. En suma, durante las conductas agresivas,
en ambientes adoptivos o biológicos diferentes, aunque la noradrenalina es imprescindible lo que sería propio de una
revisión. Nos hemos limitado
una excelente base en la que compara el peso para la expresión del comportamiento agresivo,
a aquellos sobre los cuales dis-
de las variables genéticas y ambientales en disparándolo y preparando al organismo para ponemos de mayor información
la generación de la conducta violenta. Des- la tensión del enfrentamiento, las evidencias y que las evidencias científicas
cribe cómo la causalidad genética da cuenta de su involucramiento directo no son homo- identifican como los principales
actores en la modulación de
del 50% de la variabilidad poblacional para géneas, incluso en relación con el rol de sus
los comportamientos violentos.
conducta antisocial y la violencia asociada a receptores a y b. Por ello tampoco se analiza los
ella, mientras que los factores ambientales cambios hormonales.
parecen responder por prácticamente el resto
2. b. La serotonina
(un 30%), lo que le proporciona una base para
asumir que existe una propensión hereditaria –Vías, metabolismo, sinapsis y receptores
a la violencia. La serotonina es un neurotransmisor evo-
lutivamente mantenido desde los peces al
hombre, donde se la encuentra en varias partes
2. Los neurotransmisores del organismo como la sangre o el sistema di-
gestivo. En el cerebro, la serotonina forma un
2. a. La noradrenalina sistema muy distribuido con neuronas cuyos
Se acepta en general que la dotación genética axones se originan en el rafe y se distribuyen

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luego en áreas claves de la corteza límbica Las terminales de la serotonina en sus áreas
Trabajos originales (hipocampo, amígdala, hipotálamo) o senso- blanco son los clásicos botones sinápticos con
rial-cognitiva (frontal, prefrontal, temporal, vesículas, mitocondrias y especializaciones
parietal) (Figura 1). Dada esta distribución, postsinápticas (Figura 2 a).
no es de extrañar que a la serotonina se la La enzima que comienza la síntesis de se-
relacione con estados clínicos que implican rotonina es la triptofano hidroxilasa (TPH)
la pérdida de un tono modulador central que representa el paso limitante. La seroto-
como la depresión, la ansiedad o la psicosis. nina liberada de las vesículas en la sinapsis

Figura 1 | Vías serotoninérgicas cerebrales

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es recaptada por el recaptador de serotonina A, B, C, o 1, 2, etc., en algunos casos)15. Estos
(5HTR) y en parte metabolizada por la mono- receptores, excepto el 5HT5, activan segundos Trabajos originales
aminooxidasa, sobre todo la forma A (MAO mensajeros como la adenil ciclasa, que a través
A), que da como resultado el metabolito 5 de otras kinasas fosforilan señales intracelu-
hidroxi indol acético (5 HIAA). A su vez, en el lares que finalmente se traslocan al núcleo y
espacio postsináptico la serotonina actúa sobre activan genes que aumentan la expresión de
receptores de los cuales se ha identificado ya enzimas o factores de crecimiento, generando
14 tipos diferentes (5HT 1 a 7, con subtipos cambios plásticos cerebrales (Figura 2 b).

Figura 2 | Esquema de una sinapsis serotoninérgica

a:: Presinapsis

b:: Postsinapsis

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De esta rápida síntesis queda clara la di- la síntesis de serotonina, la 5HTP, la enzima
Trabajos originales ficultad de comprender las funciones de la de degradación, la MAO A o por el agonismo
serotonina de una forma única y global. Los de un tipo de receptores, los 5HT1A18.
múltiples receptores permiten una regulación El cambio de un solo aminoácido en el gen de
muy variada y a su vez localizada y específica la 5HTP modifica las tendencias agresivas en
de diferentes regiones cerebrales, lo que se animales de experimentación18 y ratones a los
complementa con la activación de señales que se ha modificado la expresión del receptor
intracelulares particulares para cada receptor. 5HT1B son más agresivos17. En particular, el
El metabolismo y la distribución de la sero- receptor 5HT1A parece estar particularmente
tonina permiten una regulación múltiple y involucrado en la modulación de las conductas
simultánea de variadas funciones cerebrales. agresivas17. Estos estudios no son más que
una pequeña parte de los numerosos trabajos
–Las proteínas intermediarias del metabolis- que confirman la influencia decisiva de la
mo de la serotonina y las conductas agresivas modulación de proteínas del metabolismo
intermediario de serotonina en la regulación
de las conductas agresivas, como resultado de
Sobre principios de la década de los ochenta, cambios del genoma.
el grupo de investigación de M. Asberg en el
Instituto Karolinska, en Estocolmo, estu-
diando la psicobiología del suicidio, separó 2. c. El caso de la MAO A
un grupo de pacientes con intento violento de A comienzos de la década de los noventa se
autoeliminación (IAE), observando que estos describió una familia holandesa con una mu-
tenían menores concentraciones de 5-HIAA en tación en el gen para MAO A cuyos miembros
líquido cefalorraquídeo, proporcionando una masculinos mostraban un patrón de compor-
fuerte evidencia para la hipótesis de que las tamiento criminal, violento e impulsivo, por
conductas violentas cursan con un metabo- generaciones19. Más recientemente, Caspi et
lismo reducido de serotonina16. Se demostró al. demostraron que niños maltratados con un
luego que individuos encarcelados por agre- genotipo que resultaba en una mayor expresión
siones violentas, por ejemplo, mostraban el de MAO A, desarrollaban menos problemas
mismo cambio metabólico. El uso de modelos de violencia antisocial en la adolescencia que
animales en monos macacos o rhesus apoya un grupo control19.
esta asociación entre actividad serotoninérgica Meyer Lindenberg et al.20 analizaron las
disminuida y agresión en animales estudiados diferencias fenotípicas que ocurren como
en campo abierto9. consecuencia de las variaciones del gen de la
Inversamente, estrategias farmacológicas enzima. El gen de MAO A tiene un alto po-
experimentales que aumentan los niveles de limorfismo que influye marcadamente sobre
serotonina con el uso de precursores, la inhi- la eficiencia transcripcional: la enzima tiene
bición del recaptador o el uso de agonistas de una alta expresión en el caso de 3,5 ó 4 alelos
receptores 5HT1A y 5HT1B, han logrado reducir (MAO A-H), siendo su expresión baja en el
la agresividad en roedores17. caso de 2 ó 3 alelos (MAO A-L). Estudiando
Una vez que se comenzó con el uso de las una muestra de voluntarios sanos que solo se
técnicas biotecnológicas utilizando la su- diferenciaban por la presencia de la forma H
presión de genes (knock out), se ha podido o L de la MAO A, se encontró que aquellos
demostrar que la serotonina es el mediador que poseían la variante de baja expresión
privilegiado de las conductas agresivas en –previamente asociada con riesgo aumenta-
áreas cerebrales donde los cambios genéticos do de comportamiento violento– mostraban
inducidos se expresan en las proteínas ligadas reducciones de volumen en el sistema límbico
a su metabolismo. Se ha demostrado experi- y la región amigdalina, con un aumento de
mentalmente que la genética de los fenotipos la respuesta durante estímulos emocionales
agresivos puede ser mediada por alteraciones (hiper-reactividad de amígdala e hipocampo).
de los genes que codifican para la enzima de Esto se acompañaba de una reactividad dis-
minuida de las regiones prefrontales regula-

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torias (Figura 3). El valor de este trabajo es trar la correlación inversa entre la actividad
que muestra claramente la influencia gené- de la enzima y rasgos agresivos21. Dado que Trabajos originales
tica en el tamaño y la fisiología de regiones la MAO A es la enzima de degradación de
cerebrales involucradas en el control de las la serotonina, un aumento de su actividad
emociones, proporcionando una base para la (genotipo MAO A-H) se traduce en menores
comprensión de diferentes reacciones frente a niveles de serotonina, por lo que estos datos
situaciones estresantes o agresivas del entorno. sobre el genotipo de MAO A coinciden con
Justamente, en otro trabajo de imagenología los estudios que miden directamente los
funcional, Alia Klein et al. pudieron demos- metabolitos del neurotransmisor (5-HIAA).

Figura 3 | Imágenes funcionales del cerebro

A1 A2

B1 B2

Diferencias de actividad en el sistema límbico al memorizar recuerdos penosos para individuos con alta y
baja expresión genética de MAO A.
A: Activación de la amígdala (A1) en un grado de intensidad dado por la escala y representado en A2 en
toda la población estudiada, mostrando la diferente activación entre los individuos con baja y alta expresión
de MAO A (LOW y HIGH).
B: Similar que en A, pero en hipocampo. Tomado de Meyer-Lindenberg et al.20.

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3. Las áreas cerebrales involucradas proveían evidencias del involucramiento de
Trabajos originales en los comportamientos agresivos. los lóbulos frontales en los comportamientos
Evidencias de la imagenología y los agresivos y ni siquiera el advenimiento de
estudios funcionales cerebrales la tomografía computada había permitido
mostrar cambios estructurales.
La imagenología estructural y funcional
Visto el peso del componente genético en modificó esta situación identificando áreas
las conductas agresivas y el rol que juegan los cerebrales prefrontales involucradas en el
principales neurotransmisores, cabe pregun- comportamiento violento. En una reciente
tarse si en los individuos con comportamientos revisión se realizó un meta-análisis de 43
violentos y agresivos es posible identificar áreas trabajos de imagenología que incluían 789
cerebrales con estructura y funcionamiento individuos considerados antisociales o psico-
diferentes a la media poblacional. Ello hoy páticos con un claro componente agresivo22.
es posible dado que la resonancia magnética El estudio aporta evidencias firmes de la
nuclear (NMR) y los estudios funcionales con disminución estructural y funcional cortical,
emisión de positrones (PET) han demostrado específicamente prefrontal, en los individuos
que es posible identificar –con una razonable estudiados. Los cambios se observan en la
base de seguridad– áreas cerebrales determi- región orbitofrontal (OFC), dorsolateral pre-
nadas para funciones psicológicas o cognitivas. frontal (DLPFC) y cingular anterior (ACC)
Antes del advenimiento de la moderna ima- del lóbulo prefrontal (Figura 4).
genología, solo los estudios neuropsicológicos

Figura 4 | Áreas afectadas en individuos con comportamiento antisocial violento

Área dorsolateral de
corteza prefrontal
(10,9,46)

Área cingular anterior (24,32)

Área orbito
frontal (12,11)
Tomado de Yang y Raine22

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Otros estudios confirman estos resultados, Esto quedó demostrado por los tests reali-
agregando que la región prefrontal dorsal zados a JP, un individuo que nació con age- Trabajos originales
parece estar involucrada en la expresión de nesia prefrontal y que fue exhaustivamente
la agresión física y las regiones orbitales en estudiado.
la desinhibición motora que la acompaña23.
Estudios con PET han revelado, asimismo,
“Carece de los mecanismos esenciales para
el déficit del control inhibitorio del impulso
el desarrollo normal y la diferenciación de las
agresivo24, 25 o la violencia antisocial26.
funciones del ego. Este déficit se manifiesta en
Por lo tanto, numerosos estudios confirman sus ajustes sociales por el fracaso en aprender,
la importancia de una disminución de la es- tanto positiva como negativamente, de sus
tructura y función de las regiones prefrontales experiencias sociales.
anterolaterales y orbitofrontales del cerebro * Diferente situación serían, por
No aparece como peligroso o antisocial, es,
humano en los comportamientos agresivos o ejemplo, las lesiones tumorales
más probablemente, asocial. Es la caparazón
en individuos considerados como antisociales frontales.
de un ser humano capaz de manifestaciones
y psicopáticos con un marcado componente
superficiales de desenvoltura, simples modales
agresivo.
sociales de alerta y de fluidez verbal.”

3.1. El lóbulo prefrontal


Estos conceptos han sido confirmados en
Al lóbulo prefrontal se atribuyen funciones grandes series de individuos leucotomizados
que nos caracterizan como humanos, como son o lesionados prefrontales y aportan a nuestra
el pensamiento creativo, la planificación de aproximación al tema dos conceptos importan-
acciones, la toma de decisiones, la expresión tes: por un lado, el rol esencial de la corteza
artística y aspectos claves del procesamiento prefrontal en el comportamiento social y
emocional, la memoria, el lenguaje y el com- por otro, la demostración de que aunque la
portamiento motor26. Los antropólogos no violencia y la agresión se correlacionan con
dudan en identificar al lóbulo frontal como la disminución de la función prefrontal, la
un área clave en el proceso de aumento del pérdida de esta, por sí misma, no la genera*,
tamaño cerebral que multiplica por más de sino que para ello es necesaria la alteración
tres el cerebro de los primitivos primates, de circuitos que tienen en el lóbulo prefrontal
pareciendo el lóbulo prefrontal desarrollarse un núcleo de relevo importante, pero incluyen
desproporcionadamente en relación con el otras áreas cerebrales. Otros componentes fun-
resto de las zonas corticales27, 28. Existe amplio damentales de la regulación de las conductas
consenso en que no es solo un cambio volumé- agresivas en el cerebro son las áreas límbicas y
trico lo que separa a las líneas evolutivas que subcorticales basales (ganglios basales, núcleo
terminan en el Homo sapiens, sino un complejo accumbens, substancia nigra, etc.).
proceso poligénico que dio como resultado un
Cambios en áreas del sistema límbico como
enorme crecimiento de los procesos asociativos
la amígdala y el hipocampo (junto a áreas tem-
posibilitados por el extraordinario desarrollo
porales) han sido detectados frecuentemente
del conexionado y las particularidades neu-
en las conductas agresivas32, 33. Amígdala e
ronales prefrontales29, 30. Es el resultado de
hipocampo son cruciales en la reactividad
este proceso el que nos hace humanos. Nos
frente a contextos nuevos en función de la
parece pertinente en este análisis tomar un
biografía del individuo. Por ejemplo, la reac-
concepto formulado por Halstead –y citado
tividad amigdalina es mucho mayor frente a
por Ackerly en 195031.
rostros agresivos en individuos con conducta
antisocial violenta. Se puede entender que
“Se postula que particularmente en el cerebro una reactividad anormal frente a claves del
anterior residen las posibilidades de desarrollo entorno es un antecedente natural de un
y elaboración de conceptos sociales y antiso- comportamiento desadaptado.
ciales, actitudes e impulsos y, sin el cerebro La amígdala es, además, el gran integrador
anterior, el hombre es, predominantemente, de las señales de estrés y se ha demostrado
un individuo asocial.” que cuando este último es prolongado o par-

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ticularmente intenso, interfiere con el funcio- da e integradora de múltiples núcleos en la
Trabajos originales namiento normal prefrontal, alterando, por función. Esto significa que la función no se
ejemplo, los procesos cognitivos34. El estrés encuentra en uno u otro núcleo de las áreas
originado en situaciones que son percibidas del cerebro involucradas, sino que viene dada
como no controlables es particularmente por la circulación de la activación simultánea
importante en la alteración de la función en el conjunto.
prefrontal34. Las catecolaminas juegan un En este modelo, las áreas corticales, parti-
rol primordial en este proceso y se activan cularmente las zonas prefrontales, tendrían
señales intracelulares (diferentes kinasas) un rol regulatorio “descendente” modulando
que producen cambios plásticos prefronta- la expresión de las conductas motoras a tra-
les, como crecimiento dendrítico, que llegan vés de conexiones recíprocas con los ganglios
a alterar la función modulatoria prefrontal basales –n. accumbens o substancia nigra,
* Aspectos del funcionamiento en forma permanente. Este proceso iniciado por ejemplo– o el sistema límbico. A su vez,
global del modelo están tomados
y mantenido por el estrés puede acelerarse el “complejo límbico-amigdalino” (amígdala,
de Siever9.
o incrementarse a partir de alteraciones accumbens, hipocampo) procesaría la integra-
en la expresión de proteínas de receptores ción de la información sensorial del ambiente
** Así como la integración de noradrenérgicos en la amígdala, de origen
las respuestas hormonales a y su tono afectivo, generando la reactividad
través del hipotálamo, que, como genético. Por otro lado, los niveles elevados ascendente y activadora prefrontal. La reac-
dijimos antes, no se integran al de noradrenalina en amígdala provocados tividad amigdalina es a su vez modulada por
modelo en el momento actual. por el estrés son claves en los procesos de la información y las aferencias del hipocampo
consolidación de memoria y en alteraciones que aportan la memoria del individuo y por las
plásticas permanentes de la reactividad propia aferencias de los ganglios basales (Accumbens,
amigdalina35. Este contexto permite explicar S. Nigra) que proporcionan el contexto motor
cómo un estrés psicosocial crónico infantil y la expectativa de recompensa o beneficios
y/o adolescente, por ejemplo, puede generar de las respuestas motoras (A, Figura 5)**.
cambios plásticos receptoriales permanentes
del mismo sentido y en las mismas estructu-
ras que generan la predisposición genética La disfunción prefrontal de los individuos
a la violencia y que ambas circunstancias se con conducta antisocial o psicopática y ten-
pueden potenciar recíprocamente. dencias agresivas resultaría en una falla de
la inhibición regulatoria de la activación
límbica-amigdalina y abriría la posibilidad de
4. Un modelo de la participación cerebral respuestas motoras desinhibidas e impulsivas,
en los comportamientos agresivos y la sin adecuación al contexto. Las alteraciones en
violencia el metabolismo intermediario de la serotonina
serían la expresión de esta falla modulatoria.
Circunstancias sociales prolongadas de gran
Finalizaremos esta visión sobre la psicobiología
estrés psicofísico, en etapas críticas del desa-
de las conductas agresivas tratando de agrupar
rrollo del sistema nervioso como la infancia o
las evidencias reseñadas en un modelo de las
la adolescencia, al sobrecargar las aferencias
conexiones y actividades corticales cerebrales
límbico-amigdalinas al sistema prefrontal-
en el comportamiento agresivo que incluya
cortical, favorecerían la formación de los
las deficiencias observadas. Las estructuras
cambios plásticos adaptativos que dejarían
proporcionan un campo de acción para los
al sistema con más labilidad para respuestas
factores epigenéticos. Es una propuesta ten-
motoras desadaptadas. Genética y/o epigené-
tativa, para ordenar y fomentar la discusión
ticamente se generaría un contexto cortical
del tema y esperamos sea sujeto rápidamente
prefrontal “violento”, tal como lo hemos
a cambios y sugerencias*.
descrito previamente, que daría una mayor
Es un modelo multicéntrico, con algunas labilidad y un menor “nivel de disparo” de las
estructuras jerárquicas o de funcionamiento conductas violentas (B, Figura 5).
“descendente”, otras de activación “ascendente”
y un espacio asociativo basal y de conexión,
que dan al conjunto una naturaleza distribui-

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Figura 5. Estructuras límbicas implicadas y modelo del conexionado de las estructuras
Trabajos originales
Estructuras límbicas implicadas en el comportamiento agresivo (fig. superior) y modelo del conexionado
de las estructuras prefrontales y límbicas en las conductas agresivas. A, normal; B, cerebro violento.

Presentado el modelo, cabrían algunas corticales y subcorticales. Es la función dis-


precisiones: tribuida simultáneamente entre esas zonas lo
que define una función cerebral o su patología.
Así, en la esquizofrenia los trastornos prefron-
1. La disfunción prefrontal no sería es- tales se relacionan con áreas temporales, en
pecífica o propia de los comportamientos los trastornos obsesivo-compulsivos con los
violentos, ya que alteraciones prefrontales se ganglios basales, etc. Los del cerebro violento
han encontrado en esquizofrenia, depresión se relacionan preferentemente con el sistema
o trastornos obsesivo-compulsivos, solo para límbico amígdalo-hipocámpico. Puede existir
mencionar los más importantes. solapamiento de funciones en una misma
Como se explicitó precedentemente, el lóbulo estructura, en la medida que el circuito de
prefrontal posee numerosas sub-regiones que la función en su conjunto abarque áreas de
se vinculan prioritariamente a otras áreas procesamientos diferentes.

F. Dajas |Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 1 Agosto 2010|página 33


En este sentido, un aspecto clave de la ral ventral, que no son las únicas áreas que
Trabajos originales psicobiología de las conductas agresivas es la reciben inervación serotoninérgica. Existe
similitud de las áreas cerebrales involucradas una importante inervación por serotonina
con aquellas relacionadas con la construcción del hipocampo, la amígdala o el hipotálamo,
de los juicios morales. Ello no sería de extra- por ejemplo, que tendría efectos propios en
ñar, ya que es de conocimiento cotidiano la caso de un aumento del tono serotoninérgico,
relación de las fallas morales con las conductas con lo que el resultado es una suma global
desadaptadas, agresivas, en los trastornos de de inhibiciones y excitaciones de diferentes
la personalidad. Así: áreas y circuitos, que no permite predecir
el resultado de un aumento general de los
niveles de serotonina.
a. Aunque la zona orbitofrontal prefrontal
en su conjunto está relacionada con los com-
portamientos agresivos, es la parte media 3. El modelo proporciona una base para la
de ella la vinculada a la comparación de los generación de modificaciones cerebro-corticales
contextos actuales con la experiencia pasada en tres dimensiones fundamentales de inter-
en la generación de respuestas moralmente vención: evolutiva (sobre la base genética),
adaptadas34. histórica (el desarrollo del individuo de la
b. La zona polar ventromedial prefrontal, infancia a la edad adulta) y coyuntural (el
también ligada a lo agresivo, se ha vinculado estrés psicosocial crónico). Cualquiera de ellas
a la pérdida de la adherencia a normas so- puede culminar en similares cambios estruc-
ciales establecidas en la construcción de las turales y funcionales y cada una interactúa en
conductas morales. forma independiente con las otras. Por ello,
el modelo aporta una visión realísticamente
c. Las zonas temporales anteriores (surco
optimista: intervenciones tempranas y globa-
temporal superior) proporcionan las claves
les sobre la reactividad receptorial cerebral
para la percepción social del contexto en el
con medicación, sobre las valoraciones de
juicio moral.
sí mismo y del contexto con psicoterapia y
sobre el entorno social-familiar propiciando
En suma, próximo a nuestro modelo del un cambio, pueden producir modificaciones
cerebro violento se inscribe el cerebro mo- de las poblaciones de receptores, la reactivi-
ral, con un aparente solapamiento de áreas dad amigdalina o las vivencias sensoriales y
cerebrales. Una adecuada construcción de las activaciones corticales al (y del) sistema
sus relaciones es un déficit actual del modelo, límbico que, en conjunto y aplicadas durante
sobre todo en el contexto de la violencia en su un tiempo adecuado, pueden cambiar un
conjunto, incluyendo los aspectos predatorios contexto de labilidad por otro de estabilidad,
que se mencionarán más adelante. desarrollo y maduración. Para ello deben ser
intervenciones tempranas y globales (es decir,
incluir todas las dimensiones de las conductas
2. El modelo da una importancia fundamen-
desadaptadas), ya que hay un punto de no
tal al conexionado descendente inhibitorio,
retorno en que los fenotipos o los cambios
modulado por serotonina. Esto daría como
epigenéticos se consolidan y ya no será posible
resultado que los inhibidores de la recaptación
lograr modificaciones, sino solo atenuar la
de serotonina, al elevar el tono serotoninér-
expresión de las disfunciones establecidas.
gico, tendrían un gran efecto antiagresivo y
En este contexto debemos admitir que los
podrían ser usados con éxito en individuos
resultados y el modelo presentados en este
violentos, lo cual no es totalmente así.
trabajo son estadísticos y expresan el com-
En la introducción sobre el rol de la sero- portamiento de poblaciones. Puede ocurrir
tonina, se describió cómo no es imposible que el fenotipo de un individuo con una fuerte
interpretar cambios en el metabolismo inter- expresión génica, por ejemplo, sea imposible
mediario de esta en forma lineal o única. El de modificar por más intensas que sean las
modelo plantea un tono inhibitorio originado terapias que se intente.
en las áreas orbitofrontal y prefrontal late-

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Debemos concluir reiterando que nuestro Estos conceptos todavía tienen un com-
modelo del funcionamiento del cerebro vio- ponente especulativo en una discusión que Trabajos originales
lento se refiere a individuos con conductas sin duda involucra a la psicología social y
desadaptadas, con expresiones de violencia la sociología. Por esta misma complejidad
fuera del contexto de la convivencia social debemos reconocer que el análisis de esta
normal. Porque así como Leakey postula forma de violencia trasciende los límites del
que la humanización se afirma por lo social, presente trabajo y será motivo para otra
esta no descarta las conductas agresivas, instancia de análisis, con un mayor encare
adaptadas al entorno en cuanto a que se de- social. Deberíamos abordar en ese momento
sarrollan, evolutivamente, en un contexto de la explicación del rol de individuos “normales”
rivalidad territorial y/o sexual por el dominio en la violencia predatoria. Parte de ese debate
de poblaciones de hembras o el alimento. O sería el análisis de los procesos por los cuales
sea que, como resultado evolutivo, el cerebro las construcciones sociales de la cultura que
lleva en sí las estructuras y las conexiones han permitido, evolutivamente, modular las * En el concepto de evolución y
cerebrales que posibilitan la violencia, mo- conductas agresivas desadaptadas, pueden desarrollo social tomado como
base de este artículo.
duladas por la socialización y su producto perderse para generar una nueva construcción
principal, la cultura humana. Situaciones cultural que las posibilita y potencia.
extraordinarias, económicas, sociales o polí-
ticas, al flexibilizar la modulación cultural,
facilitarían –y/o promoverían– la expresión
de comportamientos agresivos. Esto llevaría A modo de conclusión
a otra forma de violencia, que definimos al
principio, la violencia social, predatoria y Evidencias genéticas, experimentales y
guerrera. En estos contextos, individuos con clínicas permiten presumir, con un alto grado
mayor susceptibilidad para las conductas vio- de certeza, que existen áreas corticales (pre-
lentas pueden aparecer incluso como líderes y dominantemente prefrontales) y alteraciones
prototipos, pero las poblaciones que participan en el metabolismo intermediario de algunos
son grupos de individuos normales. Junto a neurotransmisores (predominantemente se-
las formas más antihumanas* del fenómeno rotonina), que constituirían vías privilegiadas
agresivo, en que la acción predatoria se escala para la expresión de conductas desadaptadas,
hasta la violencia genocida que propicia la con una especial labilidad para los comporta-
destrucción total, masiva y sádica del otro y su mientos agresivos y violentos. Estos circuitos
descendencia, esta violencia requiere de otro formarían parte de alteraciones más complejas
marco de análisis. Mucho se ha analizado este en los casos de los trastornos de personali-
tema por la brutalidad de fenómenos que van dad o la esquizofrenia. La complejidad del
desde el holocausto a los genocidios servios conexionado prefrontal y de los receptores
o de Rwanda. Las similitudes de los cambios de neurotransmisores que estarían en la base
psicobiológicos detectados en individuos psi- de estos trastornos, daría, a su vez, un gran
copáticos que incluyen y amplían el modelo potencial para inducir cambios plásticos por
acá descrito35, así como en otros trastornos intervenciones terapéuticas tempranas y
de personalidad36, muestran la cercanía de los globales. Nos afirmamos como humanos por
cambios que ocurren en estas patologías con las construcciones psicológicas y sociales de
aquellas áreas involucradas en la generación nuestro cerebro que desarrolla, evolutiva-
de la conciencia moral, como mencionamos mente, la extraordinaria y única capacidad
previamente. Ello ha llevado a postular tipos de pensarse a sí mismo y, por lo tanto, capaz
participantes en las acciones genocidas como de regular y modular su propia estructura,
de maldad banal, en la cual el bloqueo de las su entorno y las conductas que lo modifican.
relaciones córtico-estriatales con el sistema
límbico permitiría llegar a comportamientos
como de “razón sin emoción” o de maldad
sádica en casos de disociación límbico-frontal
(pasión sin razón)37-39.

F. Dajas |Revista de Psiquiatría del Uruguay|Volumen 74 Nº 1 Agosto 2010|página 35


Agradecimientos tes maternal aggression in mice. Behav
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Se agradece la lectura crítica del manuscrito 11. Haller J, Makara GB, Kruk MR. Cate-
por las doctoras Pilar Bailador, Felicia Rivera- cholaminergic involvement in the control
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