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Yo siempre me he sentido prisionero

en esta soledad de mi destino,


cruzando torpemente mi camino
en loco devenir triste y austero.

Las huellas de dolor de mi sendero


son negras como el fruto del endrino.
Me siento un desdichado peregrino
que nunca he conseguido lo que quiero.

Y en este divagar hacia la nada,


en pleno frenes de mi locura
siento la soledad y el alma rota.

Ya le queda muy poco a mi jornada,


completa de dolor y de amargura,
y admito plenamente mi derrota.

La noche

La noche est fra como el hielo,


adems de fra, est sola.
No tengo la compaa que anhelo,
Noche quieta y sola que me ahoga.

Me ahoga el recuerdo de no tenerte,


as como esta noche muda
y de soledad inclemente,
que poco a poco me tortura

Me tortura porque el amanecer


se torna lento atormentndome,
y me recuerda un no puede ser.
Pena que va matndome.

Matndome de inmensa tristeza,


porque te fuiste una noche,
y as, en cada una tendr pena,
que no ser fcil que se borre

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