Está en la página 1de 11
La calle y la oficina: dos fuentes de identidad Richard Sennett Hentidadesy relatos Mi qué, joven?s, repli una vieja dama de Boston cuando le ped que dfiniera si identidad, a bocajaro, mientras tomaba- rman tS en el Somerset Club, Yo era todavia tan joven e inexpesto, ‘como hombre y coma investigador, que refa que Ia emboscada frontel era la mejor forma de extract infermacion de la gente Exo ocuria en 1966, y el sociglogo David Riesrean acababa de asignarme mi primers labor de investigacin, Interrogar a mien. bros del clase alta de Boston sobre su identdad en la ciudad ‘Mi informadora tenfa una clara imagen de af misma y de corras bostonianas eristocrdticas, © imagenes igualmente claras dea gente que estaba por debajo de ella en la eseala social. Son to que ea latin se lamaba personae, es deci, representaciones de nototros mismos y de los demas que nos Mentifican de forma jnstantnes; en el caso de aquella dama, su propio personsie Constituia tna méscars que ella levaba sin vacllaciones, Una ‘dented implica cl relato de wna vida, mas que una imagen fj de nosotros insmos —Te expigué amablemente citando a Erike Sony Freud, y el reconacimiento de que las vidas ajenas inter- Fieren en auestra propia identdad, Ella, también muy amable, hho sep trag6; «Cala uno love a su manera, queridos, Tampoco triunfé mucho con un ako cargo de un banco en Ia Harvard Society of Fellows, qe declaré «8¢ perfectamente lo que quiere Gecir con "relatos. Me most pacientemente la genealogia de si familia, con la insinuacion, 2 medida que nos acercdbamos al presente, de que algunos parientesvvos alos que se referia eran personas que yo tenia que haber conocido, En realidad, yo me aT habia criado en unas viviendas de proteecién of pero le habia caido bien Ta caltura modema esté lens de frases sobre la Identidad, especialmente sobre identidades marginales, subaltemas, tan sgresoras u oprimids, pero lo que ae relicren, en realidad, es a las personae, a ests imagenes y mascaras, oa burdas historias de ‘eGo desculn Ia persona que soy en realidad. Toda esta pala- ‘ret sobre Ia identidad no sive demasiado para commprender Ia ‘ida personal en la economia global de hey, porque una realidad {de mercado externa y en constante transformacton pert Iae Imagenes establecidas del yo. Fl nuevo capitlismo, por ejemplo, hha cambiado radicalmente a experiencia personal del trabajo, ‘Las empresas pasun de ser burocraciae plramidales dense, menudo rgidas a ser redes mas flexibles on un estado eonstante de revision interna. En el eapitalismo flexible, la gente trabajo en tareas a corto plazo, y cambia de empress’ con freciencia; el empleo para toda le vida en una misma compalia es una cos. del pasado. Como consecuencia, las persons no pueden identi ‘are con un wabajo concreto o un empresario determinado, Esta frustrados, sein he descublerto, mientras eseriben un ‘ato ininterrumpido de su vida basado en rus esfuerzos. El nuevo capitalismo también ha trastomnado las identidades ‘asus en el Iga. exa sensacign de chogar, de pertenecer aun sitio conereto en el mundo, La perturbacién se produce, sobre todo, en los lugares en los que se leva a cabo el nuevo tipo de trabajo, cindades que son, cada vee més, el hogar de la elite mur dial y'los inmigrantes més pobres. Un banguero de inversiones, ‘en Nueva York se identifica mucho mas eon sus colegas de Lon- ‘des y Frankfurt que con ots neoyorguinas; el encargado que lumpia su despacho, seguramente iene asu made en Patarnd y lun hernpano en Buenos Aires. zAdonde pertenece esa gente, nde esta su hogar? Camo Unies, nocesitan alguna orentacion para su viaje vial En cuestén de traumas, la globalizacion no festa a la altura de la guerra: hasta ahors, no parece que nadie {st dispuesto 2 morir por ella. Pero cusiguier gran cambio ex perturbdoc. Alzunos analistas opinan que la gente intenta prote fers reafirmando valores cultural aparentomenteestables can tra la indiferencia camalednica de la economia: se produce el de Chicago, 28 conficto entre un hogar idcalizado y las realidad Jaboraes, el Jugar contra el trabajo. £1 sociélogo Manuel Castells describe ese confi de esta farina: +E una identidad defensiva, una ident- sad de retirada ante lo desconocio freate a la imposiblidad de predetr To dexconocldo y lo incontrolables. Las personas se en- ‘nentran indeensas, de pronto, frente a un orbelino rindi, se aferran a sf mismas: cualquer ensa que tuvieran, cslquiee ‘cosa que fueran, se convierte en su identidad. EI conser sueba ‘con st granja abandonada en Panama, el banquero, tal Ye, cot Yorkshire, donde la gente parecia tener més vafces. roo que la ‘experiencia real es, mas bien, la contratia. Las complejdades de In globellancion son més fells de digerir en la ciudad que en el abajo, Auague las cludades modernas sean cada ver 248 cos: _mopolitas, la fente sigue buscando una version de s chose en el trabajo. La importancia de ls contoras ‘Como normalmente pensamos en imagenes, sara una Inge nuldad preecindir por completo de las imagenes para compren: der la identided. La ideatidad, como historia en evolucién, pro code precisamente del conficto entre cémo nes ven los demas y ‘céme nos vemes nosotros mismos. Las dos imagenes no sacle coincidicy a las personas no eucle importaries que no coinckan, [porque estén cémodas consigo misma, como las vijas damas 4e Boston, Pore contrario, la yente Uende a centrarse en lo ae Podrian lamarse los contornos de la dentidad, en la forma en ‘que podefan encajar esas dos imagenes como las piezas de un rompecabezas. Timaginemes, por ejemplo, # una mujer pobre de Boston sue Geclara: «Soy tna madre negra y lesbianas. Aqui, madre lesbia- nae podria ser un factor més importante de su identided que ‘madre negrac; 2 concentraria mae en lor dos aapectos desu experiencia que, de acuerdo con eriterios convencionals, no podria encajar ala perfecckén Intentara justficarye. La justi cacién es una de las cosas que la gente Intenta llevar a cabo al ‘constr la narracin de ss vida, 29 En In vida real, las personas no tienen el contol de los acon- tecimientos y de otres personajes que posce un noveliss. Por ‘consiguient, necesita rehacer Ia narracin desu vida Sin cesar & Jo largo de su experiencia tenemos que estar consiantemente sustficandonos. Pero la capactdad de rehacer la hstora de nies: ‘a vida no nos sumerge, nl mucho menos, en un abismo subjet- v0, Sino que es na seial de uerza respecto al mundo exterior ‘Del mismo modo, sa identided dabil significa aferrarse « ‘una imagen rigida del yo, Ia incapacidad de revisarla cusndo Jas crcunstancias lo quieren. Muy a su pesa,Incluso mis soho- 12s de Boston tenien que hacerlo: los inmigrantes judiose isla deses que habfan aacendlido en la ecala social se incorporaban 3 sus clubes, se exsaban con sus hijs y se quedaban con sus taba {os lo cierto es que los WASP* reclaboraban constantemente el ‘Simnificado que teafan estas perturbaciones para ellos: tenfan que fencajar todas las piezas del rompecabezas. ¢Como narrar lo {que ocurre en los contornos, cuanéo estamos irtentando encalar plezas que no ccinciden? Exe es el eto de autores modemos de Ficcion desde Joyce hasta Salman Rushdie, que han ensamblado historias a partir de hechos que no tendian a avanzar y person jes que no tena ninguna relacidn lopea entre s. Me sorprendié encontrar algo similar entre trabajadores manuales y entre los Sévenes de las clases altas los que empecé a entrevstar en Bos ton hace caarenta aes, Manifestaban lo que podria considerarse tuna capacidad para -cruzar referencias entre experencias my dispares. ‘Un.abogado principiante, por ejemplo, desribia a los persona Jes principales de su aistoerstica y tradicional firma de Boston: estaba onpulloso det Tinaje familar de ss jefes pero, al mismo tiempo, desribia con detalle su incompetencia profesional. Me encontré com miembros dela clase obrera de Boston que mostra- ban incongruencias semejantes en sus propia familias, que pre ssunfan sobre los trunfos de los hijs ales que hablan enviad @ Ta universidad a base de sacificar sus pequetios shores, mien- i Wt An Soe reas ean ei Seine cee mt ne oP 250 tras lamentaban que cos jovencitos con fafulas, muchas veces, acabaran avergonzindose de sus origenes families el scrifcio yyla train eran inseparables en sus narraciones, Tales referen- ‘as son como examinar el indice de un libro, bajo Ia palabra ‘memorias, encontrar la acotacidn «véase ‘ncompetencian, ©, bajo esacrficios, vease eclipses. Al hacer referencias de este tin, Jn gente intena fund expertencias discordantes, Desde el punto de visa peicoldgic, tn aspecto importante aunque inesperado— de las referencias es que pueden fortale- ‘er el sentido de identidad de una persona. Ealasenirevistas en Jas que las referencias se vuelvn importantes l principio, el s+ jo suele empezar por mantoner catagéricemente apart las per ‘fonas 0 las hechos dspares; a medida que transcurre la seal, y Lsujeto se va involucrando, va aceredndclos cada vex més, Este ‘acto de compres crea el «contormo, en cl sentido que le estoy endo a esa palabra, e imparte peso y densidad ala narracién de su vida, Un conserfe que slente orzullo e indignacién de clase respecto a su hijo tlene una identidad de una densidad determi- nadia; Jo mismo que un joven abogado que slente afectoy solids. ‘dad por unos jefe alos que, dosde el punto de vista profesio- nal, no respeta. Estas transacclones Wenen una consecuencis, ‘imple pero importants. Durante los tltimos cincwenta aos, los ‘studios paicoligeos del fenémeno de Ia aciscrepancia cogniti ‘var han documentade diversas formas que tienen los mamiferos superires de sentir apego precisamente por las expetiencias mis dlifeles, que carecen de simetria y conformidad, Las personas, ‘como las gallinas 0 los hémsters, welven una y otra vez a las escenas o los problemas que les desconcierta: Ia ambigtiedad In dificult les hacen imvolucrarse, El ecoatorno> es una zona en donde compromterse, pero n0 ‘de manera inevitable. Fn el laboratori del pscslogo, ls manera fen que el investigndor disponga las condiciones ambientales ‘determina silos mamileros van a participaro 4 retraerse. En el ‘caso de los hurnanos, la pregunta es: ccudlos son lag condiciones de vida social que pueden convertir el eontorno en una zona de ‘compromiso similar? Puede parecer que la moviidad y la incest lumbre de la econcima politics setal deberfan proporcionar ese laboratorio huinano y empujar a la gente a revisar constante- 2st mente la nervacién de su vida y a xenovar sus justifcactones: Ea realided, cl capitalisme global deberia ser un magnifico caldo de caltive de a diserepancia copntiva: en un medio tan dinsmico, x peligroso retroceder ante la atenciény el compromlso. ‘Sin embaryo, el mundo moderno no funciona ast, «Apeo» no es una categoria funcional en el mercado de trabajo; los empl fos sfenten poca lealtad hacia unas empresas camalednicas y fseasa Integracién colectiva entre ellos mismos; mas en general. Ios traba{adores alos que he entrevistado en companiasflexibles y de vanguardia (lenen muchas diicultades para elaborar narra Clones viables sobre mi trabajo rehacer esas historias a medida ‘que combien les circunstanciae. Precisamente en este Punto se hha abiero una brecha entre el trabajo y el lugar. La accién de crear una narracicn fluida, con frecueneia, consiste en actos \erpretaivas mucho mnds enérgios, sobre todo entre urbanitas atrapados en la poderosa comiente de la globalizacion, que se ‘cenraa en los econtomnos» de la experienc en la cudad y que Incluyen umerosas referencias cruzadas entre fenémenos des- cconcertantes, Tales narraciones dan ple a un fuerte apego a la ciudad en Blescenario dela lucha Pam comprender por qué ocurre as, es preciso que nos pre- _zunterioe sobre oo tpico, el de las rafces, La imagen de echar "ales en un lugares una forma corriente de medir la identidad ‘comunitaria, pero es intrinsecamente equiva: las plantas no andan. y la gente st Fl t6pico confunde la inmoviidad con la Sensacion de pertenecer 2 un sitio concreto en el mundo. En vez {de quedarse en un siti, las personas se orientan en el espacio ¥ fl tiempo concibiendo las cludades como escenarios necesarios ten Jos que deben luchar con las oportunidades y las difcultades {el mievo orden econémico, ‘La mejor forma de explicarlo es tn ejemplo prosaico. Desde dhace varies a6os, acudo a una lavanderia en Nueva York, que pertenece @ una familia coreana. Empezaron lavando camisas y Calcetines,huego se extendieron a la limpieza en seco y a cont 252 rnuasién incorporaron a ua sasie permanente: un joven de as- pecto agradable, vestido como para ir a ls oficina; ahora, la Tavanderia ha empezado a vender gemelos, paaritas y pafaclos de seniors. Se dria que Toe coreanos han decidido quedarse en "Nueva York, pero ellos no estin de acuerdo, El patasn me conf {Nosotros no somos inmigrantess. Por qué n0? El matrimonio ‘de mediana edad que puso en marcha la lavanderia er en otro tiempo, de clase media: vinleroa a Nueva York como exiliados politicos de Cores, en Tos malos tempos. Como coreanos, han Sufrido en la ciudad, Es sabido que, en Nueva York, la comuni- dad negra y la asitica no se evan bien; al principio, la fara ‘oreena silo pda encontrar alojamiento en tun artabal negro en tl que tena que pelearse a diario con sus vecinos. Sus veinos Blancos de clase media le leran por tras raz0- res, menos violenas. Alas quojas habituales sobre el individua- Iisino norteamericano y la falta de cohesignferilir, en la chudad hhay que aladir un exceso de ienes materiales y un abandono de las posesiones que les ingwietan: los hombres descuidados con sus gemelos 0 las mujeres que compran pafuelos para una sola ‘temporada yon sighos de una poblacion mimada por la abundan- cia, para estos extraneros que antes eran pobre y cuyas posesio- res siguen slendo unos cuantos objetes que conservan con todo ‘cuidado, Si, desde el punto de vista etnico, su experiencia tne ‘aspector difciles, la historia de sus propias iuchas tampoco pare- ‘ce tener una gran coherenci " Por ejemplo, el dinero que han acumulado lo han dedicado a ar estudios universtaios a sus hijos; resulta que el sastre de laspecto agradable es uno de elles, que estudia ingeniria electro fica por ie noches, Tonle la intencién de volver a Corea nada nds acabar los estudios: ahora yaa terminado, pero se ha que dado en Nueva York. Tambien sus padres me dicen con frecien- ‘ia que tienen la intencion de errar el negocio y volver a su pals para retrase, pera acaban de comprar otros dos locales y estin {rabsjendo mas que nunca. Ex mi opinion, sus hichas son prec Simente, en parte, Ia razén por la que se han quedado. Han brad tn combate contravuna cultura extranjera 3, con el tiem- po. han llegado a estar profundamente involucrados en dicho ‘combate 253 or esa misma razén, el padre rechaza Ia identided de cinmi- srantes, porque esia etqueta suglere una trayectoria de absor- ‘idn y nigga le Iucha que han mantenido al mismo tempo que ‘conservaban su independencia. Nueva York cs el escenario en el {que ve ha representado el gran drama de sus vidas: exo, pobee- 1 Fenovacién. Si se fueran, el reato de su vida se acabarfa; {stin eenralzadoss, sies que tenemos que usar esa palabra, en lucha. ‘Cuando comenzs la globalizacion de la economia politica, se ecia. a menudo que el lugar tba a perder importancin, Sin em- barge, 2 pesar de las modernas tecnologas de In informacisn as empresas punteras se apifan en ciudedes como Londres y Nueva York, Hay varios motivos muy simples para ello Le densidad y la ‘compresién en el tereno agudizan la comparacién y le compe- tencia, Loe encuenttos sociales al azar en bares ofestas generan seguramente mas oportunidades que unos planes formales de empresa difundidos a través de la red interna de la ofc. Pero fen las cudades globales lo importante no son slo ls grandes negocios mundiales, Son lugares abiertos a los pobres que eri- fran por razones econdmicas, gentes que, como ha demostrado Saskia Sascan, soln tener una mente emprendedora © lnguleta ten sus patses de orien. Incluso unes coreanos que eran exliados politicos muestran ese esprit y aprovechan una oportunidad ea. In economia de servicios de Nueva York. En clerto modo, el ro- pio término splobalzaciéns nos impide vincalar lo mares. de ‘emigrantes econémieos con la enorme expansin de la economia {de servicios que, en todos los niveles, se ha producido en cluda- des como Londres, Berit, Nueva York, Sao Paulo © Tel Avy, en actividades tan prosaicas como las de los fomtaneros o elecriis- tas en la construccién,o en el surinisro de bienes ¥ serviclos a Ja industiaturstca, que, tanto en Londres como en Nueva York. cs la categoria mas amplia de servicio de trabajo urbano. El sec- tor de les servicios en las cludades es anarqico,sumido‘en cons fates luchss por el terstoro, oporunidades y Ia busqueda de nuevos mercados; Jane Jacobs ha afirmado que estos dramas ‘competitivos constituyen la savie de las ciudades y que una clue ddad que depende de los servicios y etd abiorta a la inmigracion renace a Ia vida. Ademds, la competencia que promucven esa 254 ciudades abiertas noes slo econémica. Los habitantesrivalizan ‘or plazas en is escuctas, el uso de la calle, la huellaen espacios {e ocio como parques ¥ bars. Son los salvales contornos socta- Jes dela ciudad. unos contomos que poseen um cardeter de clase concreto. Bl émbito urbane en el que se desarrllan ess conie- tos y discrepancias entre extratos ha quedado wabandonado> en ‘manos de la clases medias y baja, ‘Uso la palabra sabandonado» porque ol rasgodistintvo de la nuova elite de estas cludades es que se ha retirado del érabito piblico, Dicho sbandono seve, sobre todo, en la wansformacion el centro urban, el lugar geogratico, dentro de la ciudad, al que ‘mds ha afcctado la nueva eeonomia. Los enormes ingresos de las fgentes que ocupan los escalones superiores han expulsado a la tase media y bea del centro de ciudades como Londres y Nueva York por muy deteriorado que esté un barto, se puede evacuar toda velocidad y vuole a ccuparse gracias al impulso del abur- _muesamiento, Esta transformacidn me resulta patente a diario en el barrio londinense de Clerkenvell, donde vivo en Ia actualidad. Cerken- wll, en eto tiempo, ea hogar de impresores y pequetos fabri ‘camte ahora se esté convirtiendo en un barrio de loft para jé venes financioros que tabgjan en el vecino centre financier, 0 para mandos intermedios en el eiército del diseao fico, Ia moda y ls publicidad que ha invadido Londres. Lo que ha ocur- ddo.en Clerkenwell no es exactamente como el aburguesamlento ‘que experiments el Soho de Nueva York, ott antiquo distito de fabrcas en el que yo be vivido, proximo al coloso de Wall Suet Ciercemll pass de la desolacin a estar de moda sin una etapa Intermedia de oeupacién por artistas pobres como la que se pro ddujo en el harro necyaraino, ‘Aun ass, ambos higarestonen Ia impronta de una nueva elite _Bobal que vive en la ciudad pero se retrae del émbito publice. El huevo dinero utiliza la ciudad, pero dedica pocos esfuerzos a gobemarla Es deci este grupo selecto no se parece « los hon bres nuevos del Pers de Balzac, En la Comedie Huonsine, s6 205 muestra los hombres (y mujeres) nuews,lenos de empuje, que ‘uleren srrebuiar el control de la cludad a una clase divigente arraigada. Quleren gobernarellugaren el que ven, Rastignac 0 235 Vautrn se imaginan Ubres del pasado, pero la verdad es que st! historias muy antigua: trata de Fidelidad, surisién y obedien- cia, Bra la historia del poder y el ambite pablic ea las comunas Imedievales italianas; era la esencia de la Burgerich Gesellschaft cen ls chudades hansesticas del norte. Y en Estados Unidos, es la historia de las viejas damas de Hoston, que intentaban dejar s ‘hucla en as escelas las bibliotecas, los hospiales Ios parques dela ciudad, ademas deen sus empresas En cambio, a nueva elite de Londres o Nuova York manda en pisos y restaurantes, pero ha mostrado excasos deseos de gober- far esos hospitals, erouelar, bibliotecae y otras facetas publicas de la ciudad, De hecho, uno de los grandes dramas que e dese: rrollaen In actialidad en Nueva York es la crisis fnaaciera que ‘= ha producido como consccuencia de que la nueva dite e haya apartado del émbito pablico; las nuevas clases adineradas, sobre todo en los sectores de la informacion y li alta tecnologia, 20 than proseguido ese tipo de hepemonta etvca cue, en la historia reoyorquina, se extendia desde la epoca de los holandeses, = principios dl siglo vm, asta la legada de los italianes,ilande. Sey judios alas clases dirigentes de la ciudad, doscientos cin ‘cuenta aftr mas tarde YY ése va a ser también, me temo, el destino de Londres como , la rmayoria de las transfermaciones empresariales son ca6tcas: los planes organizasvos surgen y desaparecen, se despide 9 estd completamente eX. ‘Pues, pero su sentido dela herramienta es escts0. ‘Algunes analistas, como John Kotter el uri de la Harvard ‘Business Schoat, creen que estas experiencias de traeion indican Ja Incapacidad de les trabaladores para adaprarse & un mundo Jaboral que no admite narracionss, al menos no esas que parscen, argos novelones victorianes. Su opinién implica que la secrets ‘a se equivocsba al eoncebir st deatidad laboral como una his toria sostenida con un desenlace on el que lavierte tiempo y esfuerzo y recibe, por lo menes, la minima recompensa de con sera el puesto, Segin Kotter, esa historia se ha quedado anti ‘suada; no tenia que haber albergado tales experanzas. Pero paces persoras pueden dedicar el empo que exige Ia econcmla moder faa y hacer frente asus tensfones creyendose sencilamente cama leones y considerando que su trabajo no ofrece mas que tna serie inconexa de tress. Las acciones de Ia herremienta perso- zal, la experiencia de recortary dar forma, distancistsey resist © juzzar con sentido practico, estan ausentes en muchos relatos laborales modemnos, El motive estérelacionsdo con el propio ‘rasp, ms que con un facasoemotoalo itll os empleados, 261 Una identdad, como hemos visto, se forma a través de Is interaccién social de personas en los contomos de sis persons jes esa superaci6n de los limites entre so y el otro, Pero en el lugar de trabajo modero, el otro —encarmado en la persona de luna figura de autoridad- suele estar nusente. Como en el e280 ‘de la chudad, los diectivos de la empresa prefieren estar ausen- tes de la interaccign diaria con le masa de empleades; en la of tina, esta hulda del compromiso deja los trabajadores sin un fantagonistanecesario, trabajo sin reconocimiento ‘La ausencia de autoridad en la ofcina es una consecuencia de Tos cambios en a forma burocrdtica del nuevo capitalsmo. La empresa moderna ha querido eliminar capas de burocr lactuar a través de equipos y eélulas de trabajo, pero en pocas ‘ceasiones esas empresas reformadas se converten en terrens de {ego nivelades. En todo caso, el esfuerzo de crear una organiza- ‘lan ms flexible centraliza el poder en la cima, Gracias lau ‘acisn actual de las tecnologias de la informacion, es posible transmit érdenes desde este nicleo central ripkdamente y a {odo ¢) conjunto, con menot mediacion ¢ inerpretacion a lo Tago de la cadena de mando que en las burocracias piramida- Ie de viejo esl. La direocién puede ademas calcular los resul- tados de forma instantines y sin ayuds, gracias a a informatiza- ‘lon de los datos erapresariles, En estas empresas Rexibles se abre una brecha entre a fun ‘ion de mando v la de respuesta Ello significa que hay un ndcleo ‘ental que establece los objtivos de produccion o de beneficis, dda Tas drdenes necesarias para Ia reorganizacion de determi- nnedas actividades y lego deja que ls células o los equipo, als- Tados dentro de la red, cumplan esas directrices lo mejor que pueda cada grupo. Alas que no pertenecen al cuerpo direeiv0 3: Tes dice lo que deben conseguir, pero no como conseguir. La separacién entre la orden y la respuesta aparece, muchas veces, fn fos momentos en los que una empresa intentarenovarse ytan- {cars camino hacia otro tipo de estructura 262 En Microsoft, en 1995, les dieron de pronto los programs- ores de categoria imermedia: »Pensad en Internet, sin muchas pistas de qué podia suponer eso en la practia, Esta orden expre- Sa'una mtenclan mis que una accion; de esa forma, Microsoft tuasladaba el peso de la responsabilidad hacie abajo, a los cua ‘dros medios que intentaban descfrar qué hacer exaciamente ‘sobre las intenciones de sus jefes. Hoy en dia, empresas como IBM practican esa divisién entre Jn onden y la respuesta y ee trstado dela responsabilidad haci Abajo como un rasgo permanente de Ia vida institucional: una Dréctica que supone tn mareado contraste con Ia cadena de ‘mando paternalisiay estrctamente organizada que he gobernado Ja empress durante Ia mayor parte ée la historia. El economista ‘Bennett Harrison caracteriza la division como una concentracion ‘del mando sin ceatralzacion de la ejecucson. El eufemismo para esto, en la Jenga del nuevo laborismo, es sdesregulacion del Migr de trabajo. En realidad, consste nun regimen de indierencia. Las ordenes no han desaparecido, ni tarpoco la rigurosa valor cin de los resultados. Ha disminuide la dedicacion al proceso real do trabajo, ast como esa picdra angular de la autorided que representa la disposicion m hacerse responsable de las grdenes aque se dan. Hay que decir que las necesidades de ls economia Aenble obligan reuchas veces al jefe a acuuar como ain devs abs conditus. “Todos somos victimas del tiempo y el gars, decla lun consultor, al observarlcadticasitacién de una empresa en plena reorganizacion Como es natural, dado que era uno de os arquitectos del cambio, al decir esa rehute su responsabilidad personal. Pero Ja desregulacion « un término més oportuno de lo que creen iuchos de sus apéstoles; el consultor comprendia. que las empresas mis flesibles caminan al bord de la desorganiracién y son muy poco estables; de forma que se prtegsa desapareciendo fen la guarida nitzscheans en la que el gobernante no pretends sere amo del destino [La misma desaperii6a se produce en la imagen preferida por la empresa flexible para hablar del esfuerzo colectvo: el equipo. El trabajo de equipo en la empresa flenible es creacion de las Industrias faponesas det automévil y la elecernica: cuando se 263 ‘exporta, sobre toda s Gran Bretana y Estados Unidos, svete ‘modificar su eatdcter. Los diectvos japoneses suelenesiar en la Plania y discuten (0, para ofdos occidentale, gritan) con los Inlembros de varios eqipos, mientras que, en su variedad expor- tada, cl equipo tee maicha menos relacién con el jefe. Es un ‘enttenadars, como en el deporte, que anima alos jugadores del ‘equipo pero no participa personalmente en el juego. En las for- ‘nus anglosmericanas de trabajo de equipo, cada grupo conside fa cada persona responsable de los resultados colectives, con tina excepcién habitual el jfe-entrenador. sios equipos no son Yerdaderamente autonomos: el grupo resuelve la manera de "umpli las exigenclas de fabrcacion o produccin que, « mens do, la diceccin fa Rado, @ propésto, demasiado arriba: su jefe {nediato no trasinda ests exigencias ala accion —y. en mi expe Fenela, posas veces se arieaga a defender la legitmidad de Tas Grdenes de aribe--, sino que sfacllitas la discusién sobre co tan « obedecer los. trabajedores. Como consecuencia, el trabajo {Se equipy en Occidente se carocteriza mucho ms por la reerimi inacinfrelernal que el esuerzo japonés. ‘Ales trabajadores que se encuentran en cl lado de la brecha| cencargado de cjecutar as Ordenes, lo que ms les preocupa —he ‘escubierto— es que pierden lo que podria denominarse un est {0 labora. El empleado trabaja en el vacto, incluso en les equl> pos de eso acldental, e interioria la carga de inteniar dar sen Fido a su trabajo. Pedra parece, desde un punto de vista Vogico, ‘Que cso dejarfa al indvidue Hbertad para airibuir el significado {Que quiera a su labor. En realidad, sin wn testigo que reaccio- fe, gue dude, que defienda y est dspuesto a acumir la responsa- Billed por el poder al que representa, la capacidad de interpre: tacién de los rabajadores se queda paralizada. ia desaparecido una cualdad esenclal de la diserepancia cognitiva productva: la relacign con otros en el entorno, de forme que se puedan volver a desentraftar las difcultades, as discrepancies y las diferencias, La consecuenela es que muchos fempleados crean tna version idealizada del chogars en sus cabe- ‘as: qué harfan si fueran verdaderamente libres, cul era e tra ‘ajo perfecto que hiiera uso de sus capacidades. Se produce una cecclelin en la conciencis del tempo de manera tal que, por un 268 Jado, lay na crdnica pura de ls acentecimientes 3, por e otro, tuna imagen de Jo que tenia que se. sta imagen idealizada de e5mo tendrta que ser el trabajo no interactta con la cronica. Se retvae al émbito del ws. BL wenieo informatica me decta: «Si pudiera consegul un poco de dinero ‘pars empezar, unis cantos millones, podria crear una gran ‘empresas, Pero sabe que las posbilidades son minima. De hecho, slo cl 4 por ciento de las empresas que comienzan ‘en Estados Unidos encuentran capital inversorextero, y esas firmas, mas del 90 por eiento quiebran antes de tres afios. Por tanto, cl suefo de una idenidad laboral en la que el indvidio tiene ocasion de ser él mismo se convierte on el sccreto del cempleado, En Jerga de socidlogos, Ia falta de un testigo disminuye el poder de la herramienia. Recurro a este lengusie hibrido para Subrayar que lo que provoca el deblitariento de Ia herramienta sun fallo social, no una debilidad psicologica. El reconocimien- to, pedriamos pensar. debe tener resultados: una promocién, una subida de sveldo- ‘Sin embargo, el proceso real de trabajo —es decir, el tempo ‘quo oe dedies trabajar tiene otra Logica de reconocimiento: ol fempleedo necesita estar en contacto con alguien que encarne el poder institucional y est dispuesto a hablar en sts nombre, e8- peciaimente cuando las cosas salen mal o cuando las exigencias resultan imposibles de cumplic: Pero la brecha entre In orden y la cjecneion significa conservar el poder al tempo que se cede In autoridad Conetuston (Mi argument, por tanto, se reduce a esto: prlemos vivir sin auoridad en lo que se refiere a nuostro sentido del lugar, pore n0 fen lo que se reiere al trabalo. El lector avispado tendra objecio- nes, sin dds, pero esta abstracelém mezcla dos tipos de per- ‘Los inmigrantes coreanos posefan un pequetio negocto de ‘ipo muy tradicional, el téenico informstico vive en Ia afueras 268 Pero esta objecin no hace sino acentuar In pregunta que deseo plantear:Zqué nos jugamos personalmente en el capitalismo Be- ‘ble, global? Parece una perograliada deci que todas las perso- nas tienen identidades compuesas, es deci, diferentes tip0s de historias que cventan para justifiars, segun qué parte de aque- las aspire a explicar ‘Mi anciano banquero del principio, que ers homosexual, twazé un relto muy distinto, de exclusién'e inclusion en la $0- ciedad de Boston, cuando empezamos a hablar de sexo; ls co- reanos eontsban otra historia de confleto personal cuando hablstemos de politica internacional, en Ia que Nuc York era un elemento secundaria. EI topico de la identidad compuesta aadquiere mas peso cuando se distingue @a identidad de nuestra propia imagen pers; la identidad es el proceso de superar nues- tra propia imagen en el mundo, por muy interna que ses y ste tipo de actividad diplomatica suele desarrollarse al mismo tiem= poen muschos frentes, En el captaliemo modemo, estat medidas de superacién se than venido abajo en el frente laboral. El régimen de poder tiempo en la empresa moderna supone graves obsticulos para poder extracr una identidad partir del trabajo. Cuando los fempleados sucumben a este régimen, le resulta difcl incompo- ‘ula experiencia laborl ala eomposicidn dela identdad. En cierto modo, distingut el lugar y el trabajo podria ser stil para los defensores de Ia globalizacién, al menos en parte, La Dromesa de Ia plobalizacidn es una tayectoria vital desregula- ‘da, mévilyconstantemente reelaborada.Fsto evoca una realidad ‘contempordnca indudable eon auténtion valor personal: pero no ‘enla estra social en la que se sipone que debe ocuri. {Lo que el neoliberalismo quiere conseguir en el ambito del trabaje es mas facil de lograr en los lugares —scbre todo las ciu- ddades— en los que vive la gente globalizada. En mi opinién, sin ‘embargo, hacer esta diferenciaién ayuda a agudizar la estica de la globalizacin. Las luchas de las gents globalizadas para fabs ‘came ‘un espacio propio en el trabajo ponen de relieve lo que falta en el corazén econdmico del sister global Hay un régimen de poder que actia guiindose por un princi plo de indiferencia hacia aguellos que esta en sus galras, un 266 égimen que pretend evadir; en el lugar de trabajo, Ia responss- Dilidad por sus actos. La evencia dela politica dela globalizacién es encontrar maneras de responsabilizar a ese regimen de indie rencis. Si fracasamos en este esfuerzo polio, sufriremos una profinda herida personal 267

También podría gustarte