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LA CIENCIA DE LOS FILOSOPOS, 1996, pds. 199.722 LA TEORIA DEL NUMERO EN NATORP Y CASSIRER (1898-1910). (Una contribucién histérica al estructuralismo mate- miatico y a los origenes del «semantic turn»)' Mario Ariel Gonzalez Porta. Pontificia Universidad Catélica de Sio Paulo : El neokantismo desarrolla una concepcién logicista del nimero que con todo se diferencia claramente de la fregueana en su inspiracién estructuralista. En la-base de la misma no se encuentra sino una aplicacién consecuente del método transcendental. Asi, el andlisis de la polémica del logicismo neokantiano con el fregueano conduce a una comparacién de los presu- puestos metédicos de la filosofia transcendental y del «giro semntico». “Abstract: Neokantism offers a logicist definition of number that clearly differs ~in its. structura- list inspiration, from that of Frege. On its base there lies a consistent application of the transcen- dental method. Thus the analysis of the controversy between Frege’s and Neo-kantians’ logicism leads to a comparison of the methodological assumptions of transcendental philosophy and those of the «semantic turn». 1. Introduccién El «método transcendental» constituye el nucleo vertebrador del neokantia- nismo. La filosofia no es otra cosa que reflexién sobre el «Faktum» de la ciencia dirigida al establecimiento y explicitacién de sus condiciones de posibilidad. Si se toma en serio este programa se comprendera que los neokantianos no podian ser sin més «kantianos». En el siglo XIX el desarrollo de las matematicas ha colocado la filosofia frente a un nuevo «Faktum» que, como tal, debfa ser reflexionado. La filosofia neokantiana de las matematicas esta centrada en el concepto de namero. El surgimiento de nuevos sistemas numéricos conduce a la pregunta por la naturaleza del numero y la respuesta a ésta habra de exigir una elucidacién de las relaciones entre matemiticas e intuicin. El punto principal que el neokantia- nismo habra de desarrollar, contra Kant, sera: la fundamentacién del nimero debe ser proporcionada por el pensamiento, esto es, en el marco de la légica y sin apelo a la intuicién? ' Debo valiosas eriticas y sugerencias para este articulo al Prof. Dr. M. Schirn (Miinchen). 2 Es recién por atencién a este contexto que el tratamiento neokantiano de las geometrlas no ceuclideanas puede ser adecuadamente comprendido. La filosofia neokantiana de las matemiticas no es en primera Iinea una defensa de Kant frente a las geometrfas no euclideanas y, ni siquiera, propiamente tuna reaccién contra ellas, 200 Mario Gonzilez Porta El surgimiento del «logicismo» fue acompajiado por la critica de la filosofia de las matematicas kantiana, la cual aparece como definitivamente refutada y superada.> Esta critica no permanecié sin respuesta y pensadores de primera orden, como Poincaré, asumieron la defensa de Kant.’ Sin embargo, la oposicién de inspiracién kantiana contra el logicismo y a favor de la intuicion, es caracteris- tica del neokantianismo francés, pero no del aleman. En Alemania el logicismo de Frege y Russell enfrent6 resistencias por parte de los neokantianos.> Pero la discusién no se desarrollé en el sentido de una polémica entre logicistas e intui- cionistas, sino entre dos variantes o formas del logicismo. Ambos logicismos comparten la conviccién negativa de que el numero (y las mateméticas como un todo) no pueden ser fundados en la intuicién y la positiva de que el nimero (y las matematicas como un todo) deben ser fundados en la légica. Pero ambas concepciones discrepan en el sentido de esta tesis, o sea, en la naturaleza misma de la légica y su contenido y, en consecuencia, en el sentido de esta derivacién. De esa dis iscrepancia se seguiran dos concepciones diversas del numero: la una, la fregueana, seguin la cual nuimeros son objetos ldgicos (abstractos), la otra, la marburguesa, segiin la cual ntimeros se disuelven en sistemas de relaciones. Quien crea descubrir en esta oposicidn similitudes con aquella que décadas después sera colocada en el centro de la discusién en torno a la filosofia fregueana de las matematicas por Benacerraf,’ esta en lo cierto. Y esto es un signo claro de la ier sa de la filosofia neokantiana de las matematicas y de la necesidad de su estudio. * Compare Frege, G.: Die Grundlagen der Arithmetik. Hamburg, 1986. (G) § 5, 12, 88, 89, 108; Couturat, L.: La philosopbie dés mathématiques de Kant. En: Les principes des mathématiques. Paris, 1905 (Repr. Hildesheim, 1979) (PM) y Russell, B.: The Principles of mathematics. London, 1903 (1964), § 432ss. (PM), etc.. Laé letras en paréntesis después de la primera referencia a un texto, indican el modo cen que sera citado con posterioridad. * Véase Bowne, G. D.: The philosophy of Logic (1880-1908). London, 1966. * He hablado del Neokantianismo por comodidad, pero fuera de algunos rasgos muy generales y casi siempre de naturaleza estrictamente programatica, existen pocas doctrinas (0 ninguna), que se encuentren en todos los neokantianos sin excepcidn y que se mantengan inmodificadas través del tiempo. Esto vale también para el dogicismo». Este es dominante en Ia Escuela de Marburgo, pero contradice la orientacién mayoritaria de la escuela de Baden. Compare Rickert, H.: Das Eine, die Einbeit und das Eins. Bemerkungen zur Logik des Zablbegriffes. Tubingen, 1924, Su critica del logicismo es también una eritica de los marburgueses. Referencias polémicas entre ambas escuelas, casi siempre, sin citarse expresamente, son numerosas. Compare ademés Hnigswald, R.: Die Grundlagen der Mathematik Berlin, 1910; Odebrecht: H. Cohens Philosophie der Mathematik. Diss. Erlangen. Berlin, 1906; Gawronsky, D.: Das Urteil der Realitit. Diss. Marburg, 1910; Gérland, A: Aristoreles und die Mathematik. Marburg, 1898 y Cohn, J.: Voraussetzungen und Ziele des Erkennens. Untersuchungen itber die Grundfragen der Logik. Leipzig, 1908 (Véase la severa recensién que le dedica Cassirer en Deutsche Literaturzeitung, Nr. 39, XXXI Jahrgang, 24 September 1910, 2437-2445). © «What Numbers Could not be». Philosophical Review, 74 (1965), 47-73 (también en Benacerraf, P. y Putnam, H: Philosophy of mathematics: Selected readings. Blackwell, 1964). Véase ademds sobre el tema: Wright, C.: Frege's conception of numbers as objects. Aberdeen, 1983; Resnik, M.: Frege and the philosophy of mathematics. Ithaca-London, 1980; del mismo: «Mathematics as a Science of Patterns: Ontology and Reference». Nous, 15 (1981), 529-550 y Dummet, M.: Frege’s Philosophy of mathematics. London, 1991. Le teorta del ntimero en Nartop y Cassirer 201 2. La filosofta de las matemdticas en Coben La filosoffa de las mateméticas marburguesa toma su punto de partida en Cohen y se concentra en una teoria del infinitesimal. Esta goza de una difundida mala fama debido a que es, por una parte, exasperantemente oscura y confusa y, por otra, desactualizada para su época, dado que no considera adecuadamente el replanteamiento del tema en Dedekind y Weierstraf” Hay cuatro puntos, sin embargo, que merecen ser considerados. Se trata de convicciones centrales de Cohen que marcarn el desarrollo del neokantianismo: 1, Cohen nunca concibié la matematica como ciencia formal,* sino en su relacién y en su orientacidn a la fisica. Para decirlo en el jargon marburgués, la matemiatica es «Método», 0 sea, no propiamente una teorfa, sino un instrumento de objetivacién de los fendmenos.” 2. Si se atiende a esta circunstancia se comprendera que la doctrina del infini- tesimal, que constituye el aporte principal de Cohen a una filosofia de las mate- maticas, no esta en primera linea interesada en el mismo como objeto puramente matemitico, sino en su aplicacién a la fisica. 3. La tesis principal del Principio del método infinitesimal es de naturaleza eminentemente epistemoldgica y se inscribe en la tradicién idealista. El objeto de la fisica es el producto, no de la percepcidn, sino de la concepcién, esto es, no la resultante de una datitud, sino de una actividad constructiva y espontanea del pensamiento. La prueba de tal tesis toma la forma de establecer una linea de continuidad entre el objeto de las matematicas y el de la fisica, siendo el camino para ello la asimilacién de la cualidad o magnitud intensiva al infinitesimal.’ 4. En 1902, con la Logik der reinen Erkenntisse, Cohen propugna una teoria critica que, eliminando una estética transcendental auténoma, una intuicién pura autosuficiente y un dado de la sensacién irreductible, se comprenda a s{ misma como «Logik. Si la posicién coheniana alcanza toda su radicalidad hacia 1902, no es dificil ver como ya desde Das Prinzip der infinitesimalen Methode... la intuicién pura pierde poco a poco su autosuficiencia y la estética transcendental su autono- mia, para disolverse en el «reines Denken» y en la «transzendentale Logik»."! Son ” Véanse las recensiones de Frege (Zeitschrift fiir Philosophie und philosophischer Kritik, 87 (1885), 25 (también en: Frege, G.: Kleine Schriften, v. 1. Editado por Angelelli. Darmstadt, 1967, p. 99ss.; Cantor (Deutsche Literaturzeitung, V. Jg., Nr. 8. Berlin, 23.2.1884, 266ss.) y Russell (PM, § 318). Comparese Schulthess, Peter: Introduccién a Hermann Cohen: Das Prinzip der infinitesimalen Methode und seine Geschichte. Hildesheim, 1984. p. 7*-46*. "El rechazo de la idea de una ciencia formal, que se extiende por igual a la Iégica, fue un factor decisivo en el modo de recepcién de ésta. * Cohen, H.: «Einleitung mit kritischem Nachtrag» a la Sta. edicién de Lange, F. A.: Geschichte des Materialisrans, 1896, Repr. Hildesheim, 1984. "© Claro estd, este programa contiene e implica una critica y revisién de la posicién kantiana que asentaba el objeto fisico en las intuiciones puras del espacio y del tiempo y, por ello, lo constitula ‘inicamente como magnitud extensiva o mera relacidn, sin dar cuenta de aquello que se encuentra en Ia relacibn. Espacio y tiempo pueden fundar el objeto como magnitud extensiva o sistema de relaciones, pero no pueden fundar el contenido del mismo, el quale o cualidad, el cual aparece en consecuencia como alégico.. ™ Un andlisis detenido de este punto se encuentra en Holzhey, H.: Cohen und Natorp. Ursprang und 202 Mario Gonzilez Porta varios los motivos que juegan un papel en este proceso, entre ellos los propios principios basicos del método transcendental y Ia lucha antipsicologista, que llevan a que debamos invertir las relaciones entre intuicién y matematicas. Dado que sdlo en las matematicas y como reflexién sobre las matematicas puede discu- urse el significado transcendental de Ja intuicién pura, no debemos fundar las matematicas en la intuicién sino, por el contrario, la intuicién en las matematicas. Hacia 1900 el pensamiento de Cohen corre inercialmente por carriles preesta- blecidos. Si en Das Prinzip der infinitesimalen Methode... Cohen estaba desactuali- zado, la Logik der reinen Erkenntnisse ya no se encuentra ni siquiera dispuesta a una discusion seria con las nuevas tendencias. Ella cierra un desarrollo, antes que abrir algo nuevo. «El sistema» deviene la preocupacién principal y el motivo decisivo. Muy otra es la situacién en Natorp. Este se encuentra en la cumbre de sus posibilidades intelectuales y desenvuelve una intensa actividad cientifica. Atento a las nuevas tendencias tanto en el campo de las matematicas como en el de los fundamentos de ésta, Natorp abre la escuela a una recepcién critica de las mismas, colocando su filosofia de las matematicas sobre nuevas bases. El concepto de relacién sustituye al de infinitesimal como concepto Have de la epistemologia marburguesa de las matematicas y sdlo en el marco de aquél habra ahora de encontrar este su tratamiento adecuado. 3. En la senda de Gauss: Dedekind y el logicismo no fregueano en Alemania Independientemente de Frege, ¢ incluso con anterioridad a él, existe en Alemania en la segunda mitad del siglo XIX una tendencia logicista creciente!” que, de una u otra forma, hunde sus raices en Gauss." Reconstruir esta evolucién es ciertamente una tarea interesante y necesaria, pero que excederia en mucho los limites impuestos a este articulo. Sin embargo, dado que la reflexién neokantiana tomard en esta tradicién su punto de partida, y esta constituye su marco de fondo presupuesto, algunas observaciones al respecto son absolutamente imprescindibles. Einheit. Die Geschichte der Marburguer Schule als Auseinandersetzung um die Logik des Denkens. Basel, 1986. 2 vol. Se trata de una tendencia, y no propiamente de una escuela. Véase por ejemplo Grafimann, H.: Die Wissenschaft der extensiven Grosse oder die Ausdebnungslebre, cine neue mathematische Disziplin dargestellt und durch Anwendungen erlautert. Erster Teil: Die Lineale Ausdebnungslebre. Leiprig, 1844. A fines del siglo XIX y debido a la reedicién de la «Ausdehnungslehre» promovida por Felix Klein, Grafmann, que tuvo en vida a Hamilton como nico interlocutor, comienza a ser recepcionado. En tal sentido ser4 decisiva la retomada de ideas fundamentales de Graffmann por Whitehead (Algebra. A treatise on Universal Algebra with Applications, Cambridge, 1898). Via Husserll (véase la correspondencia Husserl-Natorp en Husserliana: Husserl-Dokumente. Bd. V: Die Neukantianer. Dordrecht, 1994) es estudiado con atencién por Natorp, quien le dedica un rico comentario («Zu den logischen Grundlagen der neueren Mathematik». Archiv fiir systematische Philosophie, VIL (1901), 77-209 y 372-382). Frege conocfa a Grafimann, a quien cita en los «Grundlagen» {86 y 18) y, de un modo sumamente interesante, en el articulo «Booles rechnende Logik und die Begrifischrifts, p. 38 (En: Frege, G.: Nachgelassene Schriften. Ed. por Hermes, H., Kambartel, F. y Kaulbach, F., Hamburg, 1969 (pp. 9-52)), en donde alude a la Iégica de GraSmann, que era parte esencial de su programa logicista (véase Grafimann; H.. Begrifflebre oder Logik. Stettin, 1877). Le teorta del nsimero en Nartop y Cassirer 203 Con tal objetivo tomemos como centro de referencia de nuestra:exposicin a Dedekind, quien sin duda constituye un punto culminante en este movimiento."* En Was sind und was sollen Zahlen'* Dedekind propone y ejecuta el programa de una fundamentacién puramente Idgica del numero, esto es, absolutamente independiente de las intuiciones de espacio y tiempo, Los ntimeros son libres construcciones del espiritu, productos espontineos de las leyes del pensamiento puro, el cual no es otra cosa que la capacidad de establecer relaciones."* Sobre esta tnica base debe ser fundada la ciencia del numero. Las matematicas no son otra cosa, T aquella parte de la légica que trata de la teoria del nimero (GMW, II, 335ss.). La estrategia de Dedekind para definir Idgicamente el mimero no consiste en partir de nuestra comprensién intuitiva y guiarse y justificarse por esta, sino en definir un cierto objeto, el «sistema simplemente infinito» (ssi) para, a continua- cién, pasar a afirmar la tesis de la identidad del mismo con el numero. Seguir paso a paso la construccién que Dedekind efectiéa del ssi requeriria un articulo para si. Pero, para que un lector contemporaneo reciba una idea adecuada y suficiente de ella, alcanzara con dos observaciones: 1. Un ssi no es otra cosa que una serie o clase ordenada de infinitos miem- bros. El concepto fundamental para definir ésta es el de proyeccién de una clase en si misma. El caracter ordenado y el cardcter infinito de la clase remiten al concepto de un primer miembro, que tiene su imagen en un otro miembro de la clase, pero que no es imagen de ninguno. 2, Importa no pasar por alto que, si el concepto definido por Dedekind es hoy usual en cualquier manual de Idgica, no asi el modo en que Dedekind lo define, ya que el no dispone de una ldgica de predicados y de relaciones. Su punto de partida es propiamente la , presuponiendo simplemente la identidad de ambas. Sin embargo, si consideramos la situacién en el marco de los presupuestos de Dedekind, y no los negamos dogmiticamente, vemos que existe coherencia. Ciertamente, y_esto es decisivo, Dedekind tiene otro concepto de Idgica que Frege, fijando el mismo en el marco del distingo —eminentemente epistemoldgico— entre pensamiento ¢ intuicién. ‘Légica es la doctrina de las leyes del «Denken». Pero, se preguntara, gno es esto psicologismo? Propiamente no. «Denken» no significa aqui otra cosa que la capacidad de establecer relaciones (por oposicién A ences capacidad de darse objetos) y la connotacién noética, que atin podria contener un tal concepto, y_ cualquier discurso sobre actos mentales, es claramente prescindible. El «Be- ziehen» se disuelve en la «Beziehung» en su sentido puramente objetivo. Légica, como teoria del «

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