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an “LA PALABRA-SEMILLA EN LA POESIA DE CECILIA VICUNA” Gabriela Jerez Garcés Al mirarlo no lo vemos, se llama Germen. Al escucharlo no lo oimos, se llama Sutil. Al palparlo no lo sentimos, su nombre es Pequeno. s imposible separarlos porque juntos forman Uno. Lao Tse, Tio Te King, XIV El presente trabajo propone una indagacién en la poesia de Cecilia Vicufia motivada inicialmente por uno de sus signos mas atrayentes: la semilla. Este, se sabe, constituye un elemento muy significativo en el ejercicio artistico y politico de la escritora chi- lena. Desde un punto de vista material, se puede recordar de manera inicial que el afio 1971 Vicufia vislumbré la importan- cia que tiene la proteccidén de esta particula de la vida natural y alimentaria. Ese ao propuso al entonces presidente de Chile, Salvador Allende, que se celebrara en el pais un dia de la semi- Ila, instancia en la cual se pudiese dedicar tiempo a difundir y reflexionar sobre este elemento. Mucho tiempo después, en una entrevista del afio 2000, la autora rememoré esta invitacion y declaré: le propuse a Allende que e hiciera un dia de la semilla que es- tuviera dedicado a recoger y a amar semillas. De manera que la gente de todo Chile saliera a plantar semillas y convertir a todo Chile en un almécigo. Eso yo ya lo hacia, hacia almé- arbolitos se repartian en las poblaciones callam- cigos y 1 pas, que ahora se llaman poblaciones marginales. Yo queria que eso se hiciera a nivel nacional, pero Allende dijo: si, muy bien, pero para el afio 2000 —se cagé de la risa. Es que en esa época ni Allende ni nadie en Chile captaba la crisis ecolégi pero yo ya sabia, porque la crisis ecolégica se venfa hablan- do en la comunidad cientifica desde los sesenta. Ya captaban que el planeta se dirigia a una total autodestruccién y yo ya trabajaba en eso. La invitacién que durante el gobierno de la Unidad Popular en Chile realiz6 Cecilia Vicufia resulta visionaria, pues muestra la capacidad que tuvo la escritora de prever la crisis que en el siglo XXI experimentan los sistemas agricolas. La poeta vislumbra la precariedad de la simiente en un contexto ecoldgico gravisimo de erosién de los terrenos de siembra, asi como de importantes conflictos de aguas. Décadas después, vivenciados ya la dictadu- ra militar, el exilio y la censura chilena a sus trabajos poéticos, Cecilia Vicufia permanecié protegiendo las semillas, y su accién vital se concretiz6 en el hermoso proyecto del afio 2000 titulado Semiya | Se mi ya (2000). Este trabajo, presentado como una exposicién en el Centro Cultural Gabriela Mistral de reuni6 diversos elementos orginicos como simientes y tejidos. Una reflexién actual sobre dicha instalacién se veria impelida por antiago, el complejo contexto de las semillas transgénicas' y los conflictos que su utilizacién plantea hoy a los campesinos y a los pueblos indigenas. Por ello es que el proyecto hace visible también la ca- pacidad visionaria de la poeta, pues, como sefiala Concepcién Bados, en Semiya se desarrolla activamente la conviccién de Vi- cufia sobre el hecho de que el poeta “esta capacitado para oir y tocar semillas; también para nombrarlas, y asi revivirlas, recupe- rarlas y guardarlas” (9). De tal responsabilidad se hace cargo la 1 Como es de conocimiento general, [a semilla transgénica se origina gracias a la intervencién de la semilla con genes de diversas especies para que se torne resis- tente a condiciones cambiantes de temperatura y humedad, lo que, por cierto, Promueve su homageneizacién y expansién en detrimento de las semillas y culti- vos no intervenidos 2 escritora: proteger con el lenguaje la particula de vida mas pre- caria. En coherencia con su amplia presencia en el pensamiento poético de Cecilia Vicufa, yo quisiera mostrar algunas figuracio- nes y sentidos de la semilla que pueblan, al menos, importantes poemas de PALABRARmas (1984), La Wikura (1990) e I Tu (2005). Me parece que estas figuraciones pueden llegar a confor- mar una isotopfa*, cuya observacién permite mostrar este signo formando parte de diversas identificaciones, muy especialmente, la identidad semilla-palabra. Pienso que, entre otras lecturas posibles, esta identificacién expone el principio de complementariedad que subyace a la poesia vicufiiana, ya que en su manifestacién concreta la palabra-semilla contiene también lo no manifestado 0 potencial concebido como su inverso y su complemento. En el imaginario de la poeta, el sentido de la complementariedad se nutre de la tra- dicién del taoismo concebida a partir de sus lecturas del Tao Te King asi como del pensamiento andino. Ambas fuentes colaboran en conformar una visién del lenguaje poético que promueve es- pecialmente formas nuevas y ancestrales de convivencia humana, basadas en la complementariedad y el sentido comunitario afian- zado en el amor. 2 De acuerdo con A. J. Greimas (1976), el térming isotopia expresa las reiteracio nes semanticas presentes en un texto. La isotopia constituye un plano de sentido compartido que se genera por la repeticién de categorias semnanticas que subya. cena los signos lingiisticos. 3 El TaoTe King es un libro de sabiduria chino que data posiblemente del siglo VI a.C. El fildsofo y traductor chileno del Tao Te King, Gastén Soublette, sefiala que el texto “fue escrito en una época crucial de la historia de China, siglos de deca- dencia del antiguo Imperio, y mas exactamente, de la civiizacion creada por la dinastia Tehu (1222-255 a.C.) (3). La autoria del texto se atribuye a Lao Tsé o Lao Zi, nombre que se traduce comunmente como “Viejo chino”. El Tao constituye un clasico de la tradicién filoséfica del taoismo. Su proposicién fundamental es que el Tao “es el sentido de! mundo presente en toda cosa y en todo-acontecimiento” (Soublette 9), y ese sentido corresponderia al “principio Unico, el Uno, que se sitda antes del mundo manifestado y su dinamica bipolar” (20). Palabrar mas y la germinacién. La semilla del Tao Para abrir esta lectura, comentaré algunos aspectos del libro de 1984 titulado PALABRARmas, editado en Buenos Aires y reeditado en Santiago el alo 2005*, El titulo de este texto se explica mediante su lectura en dos partes: “palabra” y “armas”, o bien, entre “palabrar y “mas”, Ambas divisiones sobre el lenguaje que también apunta al contexto histérico del poe- xpresan un ejercicio poético y reflexivo mario, un periodo de conflicto a causa de la dictadura militar en Chile (1973-1989). En la primera explicacién las palabras pueden ser “armas” que acuden para perturbar el mensaje de la guerra; en la segunda, “palabrar” unido a “mas” expresa la necesidad de didlogo, totalmente ausente en la sociedad chilena del periodo. También, por cierto, el titulo promueve una concepcidn del trabajo de la poesia como un armado y desarmado de palabras, si se piensa que en la divisién “palabra” y “armas”, el segundo elemento expresa una accin y no un objeto. Sin privilegiar nin- guna, pienso que la ultima puede ser la mas coherente con lo que desarrollo en la presente lectura, por razones que intentaré demostrar. En ella, el primer poema del libro parece ser clave para concebir la escritura poética como un ejercicio del germinar. Cito algunos de los versos de “Primero vi...”: Primero vi una palabra en el aire sdlida y suspendida mostrindome su cuerpo de semilla 4 Trabajo con esta edicién. 275 Se abria y deshacia y de sus partes brotaban asociaciones dormidas. (33) Cuerpos celestes cada una en su movimiento Estructura cudrzica al ofdo y al tacto interior Musica corporal sus formas transforman nacen y mueren y se solazan en la unin. Espacio al que compenetramos (36) Lo que en este poema se expresa como la apertura 0 division de una palabra se presenta en el imaginario de Vicufia como una visin experimentada el afio 1966, durante lo que puede sefialar- se como un momento fundamental de la escritura de este libro. La poeta explica, en el texto que inicia la reedicién de PALA- BRARmas, que en su pieza observé una palabra en el aire, y que esta se desarmé y bail. En el poema, esta experiencia se transfor- ma en el motivo de los versos. La poeta ve abrirse una palabra, y esta palabra esta metaforizada como una semilla. El desarme o divisién de la palabra-semilla permite que “broten” de ella contenidos no evidentes, que forman parte de lo potencial que cada palabra contiene. Entendamos el componen- te ‘potencial’ de una cosa bésicamente como aquello que “puede 276 suceder o existir, en contraposicién de lo que existe” (RAE). Asi, del mismo modo en que una semilla contiene una vida dormida siempre posibilitada para nacer, y contiene también un espacio interior en que la vida se desarrolla, la palabra-semilla vicufiiana integra palabras posibles originadas de sus fragmentos, y también condensa el proceso de creacién intuido en el momento de la fragmentacin. Son estos elementos: palabras y proceso, los que yo llamo potenciales de la palabra-semilla, Es posible identificar este elemento potencial con aquello que Vicusia llama el “inverso verbal”, y por eso, también es posible sefalar que lo potencial es complementario de la palabra inicial. Las palabras nacidas de la semilla no son sentidos nuevos creados, sino que son palabras descubiertas que ya estaban contenidas y condensadas en la se- milla. Se trata, como dice el poema “Primero vi...”, de formas que “nacen y mueren” y “se solazan en la unién”. Muchas son las expresiones que en otros poemas de PALABRARmas Vicuna util za para denominar el conjunto de la semilla y su potencial su “doble naturaleza”, una “luz y sombra organizada”, o una “ten- sién interna de la comparacién” que “permite el crecimiento y la asociacién” (88). EI proceso de creaci6n, tanto el que se intuye sobre la pala- bra-semilla, como el de descubrimiento y manifestacién de pa- labras potenciales, ocurre en un espacio interior. En él acontece, por ejemplo, el discernimiento de la etimologia. Vicufia llama a este espacio el “hueco, el espacio fecundo entre son y son donde nace el silencio y la asociacién” (PALABRARmas 12). Este lug: potencial reafirma la isotopia de la palabra-semilla porque privi- legia la semantica de la fecundacién, y refiere una zona oscura, interna donde se produce el acto creativo o germinacién. Conviene, para cerrar las apreciaciones sobre el poema “Pri- mero vi”, reparar en la bella imagen de la palabra-semilla en cuan- to esta posee una “estructura cuarzica’, ya que, como es sabido, el cuarzo posee una estructura molecular tetraédrica. Conservemos esta imagen para un momento posterior de esta lectura en que 7 el ntimero cuatro ser4 relevante para comprender la cosmovi én andina que acoge la poesia vicufiana, y por ahora digamos sola- mente que los inversos de la palabra, sus complementos, pueden ser mas de uno, como bien demuestran muchos de los textos de PALABRARmas, especialmente aquellos pertenecientes a la sec- cién de palabrarmas que comentaré més adelante. En los diversos textos del libro encontramos juegos y adivinanzas de lo verbal basados en dividir una palabra para permitir que se manifiesten de ella sus palabras-brotes, que pueden ser su(s) par(es) y que siempre la complementan. En el entendido de que palabrir puede comprenderse bajo la metdfora de la germinacién, yo sostengo que puede haber, entre multiples posibilidades, un antecedente que provee a Vicufia de la relacién entre el lenguaje y la semilla. Me refiero a su lectura del Tao Te King, texto tradicional que ella ha declarado como integrante de sus innumerables lecturas*. Propongo establecer un didlogo intertextual de la poesia con el Zo porque observo en ello un fundamento del lenguaje vicufiiano, que busca el esta- blecimiento de nuevas formas relacionales para la humanidad, organizadas desde el discernimiento dual hacia la complemen- tariedad. 5 Las espiritualidades orientales han tenido mucha importancia en la creacién artistica de Cecilia Vicu‘ta. Ella misma lo hace ver en el prélogo de PALABRAR: mas. Alli, la poeta hace referencia a su vinculo con el grupo denominado “Tribu No", colectivo de poetas chilenos nacido en la década de 1960, entre los cuales se cuenta a Claudio Bertoni y Marcelo Charlin. Durante su permanencia en este grupo Vicufia sefiala haber tenido cercania a la tradicién oriental del taoismo y declara que en ella encontraria uno de los fundamentos de su postica precaria, llegando incluso a sefialar su intencién de generar una especie de “taoismo chileno” (17). Para un conocimiento mas cabal de la Tribu remito al lector al im- prescindible capitulo dedicado al colectivo en el estudio de Soledad Bianchi, La memoria: modelo para armar: grupos literarios de la década del sesenta en Chile (2995). Me parece que la concepcidn de la palabra como semilla y el palabrir como germinacién puede tener un sustento isotépico directo con la lectura vicufiana del Tao. Cito del Tao Te King el capitulo XXI: El contenido de la gran VIDA procede enteramente del SENTIDO El SENTIDO origina las cosas de una manera tan cadtica, tan oscura. Cadoticas y oscuras, son las imagenes que contiene. En sus insondables tinieblas se esconde la Semilla Dicha Semilla es absolutamente verdadera, segura, no falla. Desde los tiempos mas remotos hasta hoy, jams se ha podido prescindir de los nombres para entender las cosas. ¢Como puedo conocer la naturaleza de la creacién? Por ella nifetna, (Lao Tke'67) Sobre el Tao, Richard Wilhem explica que la Vida, o Te, corresponde a aquello que “lo que los seres reciben para vivir” (30), en otras palabras, es la naturaleza o fuerza que los seres hu- manos poseen. El Sentido corresponde al Tao, y este representa un contenido inexpresable que se ha entendido como la Verdad siempre inaccesible. En el texto citado, la semilla seria una figura para la actuacién en el mundo que vincularia ambos concep- tos y, dice Wilhelm, “ocupa una posicién intermediaria entre el mundo de las Ideas y el mundo de los cuerpos materiales. Segtin el capitulo XXI la semilla forma parte de la realidad, y gra ella se establece la conexién con el mundo exterior” (41). Afia- jades ‘jas a de Wilhelm que a partir de esta derivacién aparecen dua tualidad del Tao como la del Cielo y la Tierra. En efecto, la espi 279 establece en su camino hacia el Sentido la existencia en la reali- dad de pares contradictorios que, enmarcados en la Unidad del ‘Tao, se complementan y son interdependientes. Aqui hablamos de una dialéctica cuyos pares constituyen “contradictorios condi- cionamientos” (Preciado 71), pares complementarios que orga- nizan la realidad. En el caso de este texto, dice Wilhelm, “el Cielo representa las energias espirituales, mientras que la Tierra se sitvia mas proximo a lo material, o sea, a una mayor enajenacién del Sentido” (42). Asi, yo considero que la semilla que el capitulo citado del Tao Te King puede leerse como una representacién del lenguaje humano, ya que el texto relaciona la semilla con los nombres de las cosas, imprescindibles para conocer y transitar su camino de sabiduria. La consideracién del lenguaje como una zona de comunicacién entre dos ambitos impone una reflexién sobre él que atienda no solo a su manifestacién primera, sino que considere sus posibilidades no inmediatas. Es en este punto que, sostengo, e: idad de ver ste la posibi en la figuracién de la palabra como semilla en la poesia de Vicufia una relacién con el Tao Te King. Mientras que en el texto de Lao Tse el lenguaje-semilla es una bisagra entre el cielo y la tierra, la palabra-semilla de Vicufia, al ser sometida a su apertura, permite el ingreso a esa zona dormida, potencial, que cada palabra posee, tal como el Tao propone ingresar o reflexionar sobre el Sentido no manifestado. La palabra es también una bisagra que une su manifestact sn conocida con aquello que guarda como potencial, stico del lenguaje. Pero lo, el Sentido o aquello y que se manifiesta solo en el ejercicio ar mientras que en el Zio lo potencial, el € que permanece, es algo que nunca serd nombrado a cabalidad, para Vicufia lo pot ncial de la palabra es aquello que duerme en su interior, pero que puede germinar con la poesfa y si puede ser manifestado, complementando la manifestaci6n conocida. Como dice la poeta en otro texto de PALABRARmas. “la palabra pone al lado lo conocido y por conocer” (87). Gracias a la lectura del Tio, Vicuiia puede también proveer de un espacio interior en 280 la palabra, un vacio creador, 0 como ella misma sefiala, un “es- pacio negativo como la fuente del crear” (PALABRARmas 13)°. Pienso que en el ejercicio de la palabra-semilla y la toma de conciencia de sus palabras-otras también puede verse una mo- tivacién esencialmente ética. Los ejercicios de palabrarmas que estan contenidos en la segunda parte del libro que comento, ha- cen evidente una toma de posicién de la poesia vicufiana. Aten- diendo al contexto sociopolitico de este poemario, vale decir, los dolorosos procesos posteriores al Golpe militar en Chile, tam- bién puede pensarse que si estas palabras-semillas fueron hechas germinar en un momento asfixiado por el odio, la represién y el silenciamiento, la apertura de sus partes complementarias logra hacer visible contenidos silenciados, convirtiéndose en sefiales de luz para la comunidad. Trabajamos con aperturas llenas de vida, que proponen una salud porque promueven formas sagradas de revisar las relaciones humanas a partir del poema. Frente a todos estos aspectos, conviene comentar una de las palabrarmas fundamentales, que cito a continuacién: comun unica accién (67) 6 — Cabe dejar establecido que yo estoy proponiendo una lectura que se circunscribe a la espiritualidad china y su texto tradicional Tao Te King, pero, por cierto, la rel- acién de Vicufia con Oriente no se reduce a estas fuentes. Recordemos por ejem- plo que el ejercicio del palabrir encuentra, de acuerdo al prélogo de la reedicién de PALABRARMmas que ya hemos citado, un antecedente oriental en el método postico del nirukta o explicacién de las palabras, ejercicio presente en la elabo- racién verbal hinds. Otras lecturas posibles podran dar cuenta, por ejemplo, dela presencia del I Ching. Libro de las Mutaciones, otro texto tradicional muy presente enla obra de la poeta chilena. Sugiero, por ejemplo, el importante vinculo entre el sistema de escritura hindi conocido como sutra, que quiere decir literalmente “hilo”. A mi me parece que este nombre esta relacionado con la ya estudiada rel- evancia de lo textil en la obra de nuestra escritora, 28: Considerando lo que hemos establecido como el procedi- miento de germinar-palabrir, observemos, en primer lugar, que la palabrarma se sittia desde el punto de vista grafico en solitario dentro de una pagina. Esta conforma, por tanto, una zona vacia en que puede constatarse un proceso de derivacién léxica, que a Vicufia le parece el valido. Al palabrirse, la palabra integra varios elementos potenciales gracias a sus particulas basicas, proponien- do un contenido basico como la nica accion posible: lo “co- muin”. Abierta, germinada, la palabra “comunicacién” enfatiza una de sus partes fundamentales, “com”, porque esta porta un contenido vinculado a la dualidad que el Tao permite a Vicufia verificar en la conformacién del lenguaje, pero también porque la particula constituye un lexema de la colaboracién y la com- plementariedad. La palabra-semilla ha permitido, entonces, un vinculo entre lo manifestado: la “comunicacién”, y sus sentidos potenciales: “lo comin es, o deberia ser, la tinica accién”. Por cierto que esta seleccién de lo potencial guarda motivaciones éti- cas: Vicufia opta por la fraternidad, la generosidad, el retorno a la hermandad. Insistamos, para cerrar este apartado, en que la particula mas enfatizada en este sembrado de palabra es una que tiene una importancia transversal en la poesia de Vicuia: el ‘com’. La particula complementa en este caso la palabra inicial, pero va a ser, como intentaré demostrar en lo que sigue, la semilla primordial del pensamiento vicufiano. La Wik’‘ufia y su “mujer que brota”: La semilla andina Ademis de que, me parece, el palabrir-germinar se proyecta en él, las semillas pueblan en varios sentidos el libro de 1990, La Wikuna. Denominan, en primer lugar, mediante procedimien- tos metaféricos y metonimicos, otros seres o caracteristicas de estos, por ejemplo, en poemas como “Iridesce”, que refiere un rebafio cuyos integrantes poseen “piel de semilla” (11), 0 en “La 282 Wik ufa”, en el cual el animal también es una “pepita de aji” (24). En segundo lugar, existe una cadena de sentidos que vin- cula la semilla y lo germinal con la piedra y con el agua, presente en importantes textos como “Inkamisama”, “Broto” y “Ollanta- ytambo”. En el primero, la piedra andina tiene un nacimiento de orden vegetal. Desde luego, el sentido del brote en este texto es hermanable con el brotar de las aguas. Un aspecto equivalente aparece en el poema “Broto”, que desarrolla la serie germinal de “brote”-“cogollo “macollo”-“retofio”, identificindola también con el proceso del agua. Finalmente, en el poema o fragmen- to de La Wik'uia “Ollantaytambo” encontramos la vinculacién semilla-piedra, enfatizada esta vez por el influjo de los rayos del sol. Hay en estos tres poemas una comprensién de los elementos naturales que indica que todos ellos han nacido y son semillas, es decir, han tenido un origen y una llegada a la vida gracias a la luz, lo que, por cierto, desplaza de la semintica del texto la separaci6n occidental de los reinos naturales. Estamos, se sabe, en presencia de una cosmovisién distinta, en la cual el reino mineral es sa- gtado y vivo. Este sentido queda claramente descrito en la carta que Vicufia incluye en el libro que comento, dirigida a Francisco Zegers, cuando la escritora sefiala, refiriéndose a la Inkamisana, que “los brotes de piedra que asoman, como los pequefios boto- nes de una planta, son las germinaciones de la roca que responde como una semilla al sol. Piensa que es una sociedad que adora la luz y sus reflejos, porque de ellos depende la vida, la germinacin de las semille (107) asf como en las palabras de “Gratitud nales, en que Vicufia refiere su agradecimiento a las “metaféricas piedras en germinacién” (109) de César Paternosto, el escultor y pareja de Cecilia Vicufia, cuyas investigaciones son contempors- neas al proceso creativo de La Wik'ufa y dialogan con sus poemas en el sentido sagrado de las piedras andinas. En tercer lugar, también es posible sefalar la presencia de una identificacién del ser humano con la semilla, por ejemplo, en el mismo poema “Broto”, si se considera que este juega con el doble valor que posee el titulo, tanto un sustantivo simil de “bro- te”, como la conjugacién en primera persona del acto de “bro- tar”. De tal manera que en este poema la propia hablante seria la que brota, asi como sucede en el poema que inicia con uno de los epigrafes de Maria Sabina, la conocida curandera mexicana’, cita que sirve a la hablante para indicar de si misma “mujer que brota soy” (93)*. En cuarto lugar, y en este aspecto es en el que quisiera de- tenerme, en conexién con el ejercicio ya descrito del palabrir, existe una identificacién entre la semilla y la palabra. En el tex- to citado se despliegan, gracias a vocablos de lengua quechua aymara, relaciones entre el ejetcicio del habla y la expresién de procesos vegetales: “hokyani: brotar, reventar, abrirse la flor / simictahokyachicuni: descubrir lo secreto, / soltarse las palabras sin querer” (93). Vicufia repara en la cercania etimoldgica de los términos ampliando con este énfasis su propio imaginario sobre la relacidn entre la palabra y la semilla. Vemos nuevamente que el trabajo con el lenguaje es vivenciado como un procedimiento que descubre secretos, tal como se devela la flor al brotar. Los versos siguientes establecen una relacién entre el saber y el crecer: “yacha: saber | yachacuni: hacer crecer como sementera” (93), lo que, ligado a los versos siguientes, “a7taria (aymara): recordar / 7 Anciana muy respetada por su conocimiento ancestral sobre los hongos curati vos. Desde luego, mucho tiene que ver este conocimiento con a isotopia vegetal que estoy sugiriendo leer en los poemas de Vicutia 8 — Solamente para enriquecer esta bella identidad sujeto-semilla desde la cosnov- isin andina, cito a Bidaseca y Gigena, quienes en su anilisis de los significados hegeménicos que se han otorgado a las momias indigenas desde la cultura oc- cidental, explican que las mornias halladas en Llullaillaco no son, para sus habi- tantes, el producto de sacrificios, sino que para el indigena “los nifios no son*mo- mias’, son ‘mallkis’ (drbol o semilla), es decir, ‘semillas dormidas” (4). Desde esta perspectiva se puede explicar la profanaci6n que esta detrés del descubrimiento arqueolégico, dado a que constituye una interrupcién de la vida tal como se la entiende en dicha cosmovisién. 284, amuthata, amu: botén de la flor” (93) establece una serie de iden- tificaciones de lo vegetal que concluye, pienso yo, en la identifi- cacién del sujeto que habla como un sujeto capaz de hacer crecer su saber ancestral, mediante el brote de su oralidad. Gracias al surgimiento y crecimiento de la palabra poética se puede saber, descubrir lo secreto y también recordar. L ancestrales provocara un “andar vacio”, que es “no recordar / no muerte de las lenguas tener ‘flor adentro” (93), Quiero aclarar que, me parece, este “andar vacio” refiere mas bien una condicién existencial y no se relaciona con el vacio como espacio creador al que he hecho mencién en otro lugar de esta lectura, ambito que ampliaré mas adelante. El vacio de este poema constituye mas bien una alerta ante el peligro de subsumir en el olvido la lengua indigena. La isotopia de la semilla vinculada a la palabra poética en este texto devela con claridad su importancia a través de las “Tres no- tas” que cierran La Wikia. Cito de estos textos un parrafo ilumi- nador: “Una palabra ignota, una forma desconocida comenzaba a vivir. Nacia en la tierra la convivencia y la conmocién. El com brotaba como un frijol. Com-partir, com-prender, moverse juntos en una u otra direccién” (105). Como anunciara en el apartado re- ferido a PALABRARmas, vemos aqui enfatizada la misma particula de la palabrarma ‘comunicacién’. La semilla es ahora la particula “com”, la misma de PALABRARmas, que ahora se complejiza por su resonancia en el pensamiento andino de la complementariedad. Este principio, también conocido como pensamiento pari tario, constituye una de las leyes de la cosmovisién andina. tetiza Javier Lajo que para el hombre andino todo objeto real o conceptual tiene imprescindiblemente su par, siendo asi que el paradigma principal del hombre andino es que todo y todos hemos sido paridos, es decir, el origen cosmogénico primigenio no es la unidad como en occidente, sino es la paridad ... En el mundo andino no hay, no existe un “todo uno” ni menos un “todo dos”, ... sino un “todo par”. (Qhapagrian: La ruta 81) Puedo postular entonces que la particula ‘com’ puede leerse esta vez renovada por la comprensién que la ley que explica Lajo, porque esta expresa la base de la cosmovisién andina: los sujetos, los seres y el cosmos son paritarios, y tienen siempre su comple- mento. Veamos como e¢ tos aspectos se manifiestan en algunos versos de “La Wik'ufta”: Union complementaria, paridad La extrema fuerza y la debilidad El colibri y el jaguar La wik’una y el zorro La presa y el predador Nacer y morir Dar Reciprocar, el fundamento de la igualdad. (97) recibir Cada sujeto 0 elemento propuesto se ve inmediatamente acompafiado, se presenta uno con otro. Cecilia Vicufia introduce literalmente en sus versos las verdades del pensamiento andino y las refleja en su seleccién de elementos. En este texto la forma paralela de entregar los signos, asi como la estructura contrapun- tistica refleja el “punteo y tuntuneo”, y “el explicatorio quebrado (reflejos)” que la poeta explica en las “Tres notas” (La Wikuria 105) otorgando un ritmo que complementa el sentido. Como se puede observar, Vicufia desarrolla en la poesfa la importancia de la ley de la complementariedad y utiliza para hacerlo signos y procedimientos de contrapunto. Resulta iluminador, en el contexto isotépico que vengo de- sarrollando, volver a citar a Lajo cuando resefia uno de los modos en que la Escuela de Sabiduria Qhapac Kuna? enseiia esta ve 9 Nombre que solidariza también con nuestra isotopia, pues quiere decir ‘semil- lero’ 206 La forma cémo diferencian la Cultura Occidental de la Cul- ura Andina los comuneros en mi tierra [es diciendo] que el ‘misti’ o “Wiracocha’... u ‘o idental’, es como un fruto que tiene s6lo una semilla en el corazén. Cuando uno [, andino,] parte un durazno encuentra s6lo una semilla, pero cuando se parte una manzana se encuentran semillas pares, a veces cuatro. (Qhapagpian: La ruta 184) Es decir que en el pensamiento andino el sujeto, su confor- maci6n interna, siempre es dual, como las semillas al interior de una manzana. Cada indi iduo integra a otros en su propia definicién. Diferente es el sujeto occidental, que se piensa como un durazno, poseedor de un interior unitario y cerrado que se enfrenta a toda alteridad. Esta verdad dota a la poesia de Vicufta de su contenido més fundamental, pues la complementariedad es la base de su lenguaje. Lo que ya hemos intentado establecer en relacién con el inverso verbal presente en PALABRARmas, ahora queda expresado mucho mds claramente en relaci6n con su aspecto ético. Cito, para mostrar estas apreciaciones, algunos versos de “Ollantaytambo”: se contaban pensandose entretejidos cuatro partes unidas entre si (La Wik'uria 86) Para comentar estos versos, quisiera antes recordar un as- -” de PALABRARmas que dejé su- gerido en su anilisis. Retémese la idea de que la palabra-semilla pecto del poema “Primero vi pose una estructura cudrzica y que, como se sabe, esta est ba- sada en el ntimero cuatro. Obsérvese, como ejercicio intertex- tual, que un eje posible para ambos poemas es el ntimero. En la visién andina, el cuatro origina lo que se conoce como el pen- samiento cuaternario, que esti en la base de uno de sus simbo- los fundamentales, la Cruz andina, ya que esta sefiala los cuatro puntos cardinales. El pensamiento cuaternario lleva al extremo el 287 pensamiento paritario porque expresa la conciencia de un sujeto sobre su conformacién integral, dirigida simulténeamente hacia cuatro direcciones. Esto, por cierto, despeja la confusién que puede darse entre el pensamiento dual andino y el occidental, que no tienen mucho que dialogar. El dualismo andino, mas que centrarse en la dicotom(a, tiende a una visién més integral!®. Esto es lo que expresa Lajo con el simil del fruto y sus semillas, y es lo que Vicufia promueve en los versos de “Ollantaytambo”, en que los sujetos del poema reflexionan sobre su propia conformacién, de cuatro secciones o instancias, asi como toman conciencia de que estan unidos a otros. Lo mismo puede iluminar ahora la comprensién del poema “Primero vi...”, la palabra-semilla pue- de tener cuatro complementos, en ellos esta basada su estructura semejante al cuarzo. Anotemos, para finalizar este acercamiento a La Wik'uia, que el principio de paridad complementaria, como el fundamen- to de la cosmovisién andina, estarfa, siguiendo a Lajo, en la base de la construccién andina del llamado QhapaqNam o Camino de los Justos. En este se encuentran diseminados los templos y su inmenso conjunto de simbolos incluida la Cruz ya mencionada. Recorrer este camino promueve el conocimiento de las verdades del cosmos. En la poesia de Vicufia también cobra relevancia la capacidad del camino para motivar la sabiduria. Como se lee, por ejemplo, en estos versos del poema “La Wikufa”, la pregunta se genera relacionada con el traslado guiado por los puntos cardi- nales: 20 Asi, por ejemplo, se piensa que los seres humanos tenemos cuatro corazones, dos para expandir y dos para contraer, y estas funciones vinculan al ser humano con el mundo externo e interno de forma permanente. Remito una vez mas alos estudios de Lajo para conocer otros ejemplos de la estructura cuaternaria 288 2A qué te soy Wikufar y pastar Mover el pelo al Norte y al Sur 3A qué flaquita? Pepita de aji cA qué has venido? (24) Estos versos también conservan la distribucién paralela que describimos en otros textos, por ejemplo, en los pares wikufar- pastar y Norte-Sur, asi como su ritmo contrapuntistico. La se- milla o “pepita de aji”, que para mi refiere tanto al sujeto mismo como a su lenguaje, se desplaza también en el conocimiento de la paridad. Este movimiento esta siempre determinado por la ternura y la suavidad como fundamentos del andar en la tierra, virtudes que percibo en el uso de los diminutivos. I tu: Germinar la union En PALABRARmas y La Wikuia he realizado una lectura motivada por el signo semilla como figuracién de la palabra, tratando de establecer vinculos de esta con determinados conceptos orientales y andinos. En PALABRARmas la semilla metaforiza la palabra como dadora de vida a nuevos sentidos potenciales en ella, manifestados a partir de un vacio interior que se concibe al palabrir y descubrir el inverso verbal. Este ejercicio da lugar a palabras y particulas-semillas, espe Imente, a la particula ‘com’, sintesis de la complementariedad. En La Wik'uia también existe la identificacién entre la semilla y la palabra como la semilla primordial, porque expresa el mismo contenido la particula ‘com’ adquiere renovada importancia complementario, pero queda mucho mas vinculado a su sentido ético desde la fuente andina que la nutre. Quisiera mostrar ahora el modo en que, me parece, el libro del afio 2004, Z tu, hace confluir estas fuentes de pensamiento, pues en este libro-dibujo muy arraigado también en lo oral, la particula ‘com’ encuentra su zona mds clara. Ya desde el titulo el hablante alude a su complemento, si “I tu” es leido como un ‘y ti’ transversal mente inclusivo. Para comentar este texto sera vitil retomar la idea de camino, recordando su importancia en la cultura andina y su presencia en La Wikuna. El camino como lugar de sabiduria es un tépico muy relevante pues, como descubre Lajo, aporta un punto de confluencia entre las tradiciones en cuestién que resulta fundamental. Describiendo el pensamiento paritario, el autor propone que: a lo largo de la Cordillera de Los Andes tenemos una espe- cie de Tao andino (valga la innoble comparaci6n). Como se sabe, el Tao asidtico, como disciplina paradigmatica de la sa- bidurfa oriental, significa ‘camino consciente’ en el entender vulgar, 0 ‘sentido’ en el habla culta de los filésofos chinos”. (Qhapag Nan: La escuela 79) Posteriormente, el autor establece una relacién entre los simbolos puquir inka de la paridad y el conocido simbolo del ying-yang del Tao asiatico, ya que ambos demuestran la complementarie- dad. Desde su labor creativa Cecilia Vicufia también descubre estas relaciones. El afio 2010 la poeta sostuvo: El Tao para m{es el libro mas impresionante. Los principios complementarios que se muestran en la pelicula KonKon y la visién que da lugar al Tao son equivalentes. El Tao para mi es un libro andino. O el Andes es un reflejo de su visién. La primera vez que lef el Tao reconoct lo que habia visto aca. No 3g0 en la cultura chilena superficial de las ciudades, sino en la cultura profunda, de la gente."! Pienso que esta fundamental aseveracién de Cecilia Vicufa colabora en mi esfuerzo por establecer un transito del principio de complementariedad en su poesia. Es posible, a partir esta cita de la poeta, considerar que ella establece puntos de equivalencia entre lo dual taofsta y lo complementario andino para dar cabida a una reflexién ética que acoja el sentimiento de lo otro, de los otros seres y del cosmos, como integrantes de su propia identidad. Pienso también que estos aspectos estan develados en J tu gracias a la semilla ‘com’, lo que veo, por ejemplo, en algunos versos de la seccién “Fabulas del comienzo y restos del origen” que cito a continuacion: Abriendo palabras llegué a una inmensidad. El vacio entre silencio y sonido. El abra del juego, la imagen del sonido. Dialogar con lo que no es palabra al interior de las palabras crea la unién El espacio com un El ser del com 11 KonKonesun cortometraje de Cecilia Vicuria que se presenté en Chile el afio 2010. En términos generales, el documental consiste en mostrar el retorno de la poeta a un lugar relevante de su trayectoria como artista, Concén, que es una ciudad de la costa chilena actualmente muy contaminada, especialmente sus playas. En este regreso la escritora rememora canciones y tradiciones orales, las que une a su poesia, junto con recrear algunos bailes de origen oriental. Considérese en el titulo el juego con el nombre de la ciudad y el intento de asimilarlo ala escritura china. Considérese, para nuestros propésitos, la aparician doble de la particula ‘con’, cercana a nuestra "com', que también es un pary un reflejo una de la otra. Reparemos una vez mds en la particula-semilla com y encontraremos tanto ecos de la sabiduria del Tao como de la sabidurfa andina. Si palabrir es germinar, este proceso esti también presente en / 7, pues el lenguaje también atiende aqui a aquello no manife: ado en la palabra misma. Y lo ‘comin envuelve en este poema no solo una actitud frente a lo otro separado del sujeto, sino que es su forma de ser, pues, para Vicufia, ser es con otros, Alli radica su verdad, en “el ser del com”. Los territorios del vacfo son propiciosen la sabiduria oriental, porque promueven una distancia de la primera impresién de lo que se observa, para discernir su amplia naturaleza, que siempre tiene un par. El ejercicio del palabrir se produce en el “vacio entre silencio y sonido”, alli se hacen germinar los potenciales de esa primera manifestacién, las otras palabras. Notemos ahora un aspecto que se dejaba entrever en otros momentos de explicacién de lo germinal, y que ahora puede develarse: en el vacio creador los procesos no tienen un orden cronolégi tiempo pues este espacio se asemeja a la experiencia andina del tiempo, es “un espacio-vida en que no hay separacién” (Lajo Qapaqnan: La ruta 59). Vicufia lo comprende asi. Dice ella o. La palabra sale del también en la seccién “Fibulas...” de J tw: “El tiempo despierta al interior del hablar. Un no-lugar para el encuentro, la palabra se esfuma y queda la conexién un continuo desplazamiento, una transformacién”. Este no-lugar es, para mi, el mismo espacio negativo de PALABRARmaas, pues alli la poeta lo define como el “meollo de la cosmovisi6n andina” también surgido en “el pensar que en Asia dio lugar al taoismo y otras visiones poéticas” (13). Este lugar, que anula la separacién de tiempo y espacio, también hace nacer en J tla particula-semilla del ‘com’. Cito de la seccién “del diario”: 292 Fui gravitando hacia una atencién, un modo de ver el lengua- je que insistia siempre en la unién. Vi que volvia a los poemas centrados en un conato, como en una fugacidad, buscando en ellos el fundamento de una otredad. Un modo de ser en la lengua, atendiendo a la lengua dentro de la lengua, una sintaxis comunal. El punto del cruce del com y el tin. Ahi estaba la sede / semilla de nuestro hablar, Su di sonancia total. No la negacién del individuo, si no su doble realizacién. El trabajo poético, este “ir gravitando”, puede ser concebido en general como el trabajo que hace germinar al escribir porque va “atendiendo a la lengua dentro de la lengua”. Su objetivo es el hallar una “sintaxis comunal”, una forma de pensamiento que exprese que los seres humanos somos solamente un “punto de cruce” con todo lo que nos rodea. Nuestro modo de realizacién es doble, pero el otro no nos eclipsa sino que nos devuelve a nuestro sentido mas verdadero: lo comunitario. Esto busca Vicua en la lengua: patentizar lo comtin, esto encuentra en el ‘com’, la “sede / semilla de nuestro hablar”. Anotaciones finales Las obras aqui comentadas pueden ser leidas bajo la nocién. de la semilla, que como signo y como metéfora, expresa una concepcién pat ular de la palabra poética. La reiteracién de este signo conforma en la escritura de Vicufia una isotopia que he intentado hacer evidente en tres de sus obras poéticas, y que expresa fundamentalmente el principio de complementariedad presente en la obra de la poeta chilena. En PALABRARmas hemos visto el modo en que la palabra-semilla puede dar vida a nuevos sentidos a partir del logro de su vacio interior, cuya concepcidn consideramos acompafiada por la visién del Tao en el pensamiento vicufiano. En La Wik'wia la figuracién palabra-semilla también se desenvuelve, y su conformac esta renovada por el pensamiento andino acogido en el poemario. En ambos textos se verifica como principio fundamental la complementariedad, que stas es tanto una visién de mundo como una propuesta ética, dos vertientes estan siempre acompasadas por las espiritualidades ya mencionadas. El principio mencionado alcanza su esplendor en una propuesta de lenguaje poético acogedor de lo otro- complementario, desarrollado y actualizado en el libro J tw, el cual propone la conformacién de una sintaxis comunitaria, “com-unal”, que dé cuenta de una renovada conformacién de las relaciones humanas. La bella filigrana que estos tres textos conforman esta tejida con la semilla del ‘com’, particula que hemos hallado en las tres obras. El ‘com’ prefigura y concretiza la importancia del principio de complementariedad en la obra de la poeta chilena, cuya plena conciencia posee indefectibles implicaciones éticas y ecolégicas. Los poemas vicufianos proponen, a través del ‘com’, una renovacidn relacional, un proceso de germinacién nuevo para otras convivencias humanas, que estén concebidas siempre en relacin con la totalidad (paridad) del cosmos, En un contexto de peligro y manipulacion transgénica, la semilla de Vicufa, impalpable como dice nuestro epigrafe del Tao, precaria como diré la poeta, sigue anunciando y protegiendo su suefio, el que quizds leemos sintetizado en la seccién “del diario” de I tu: la palabra, la poesia, se abre y se escribe “imantando” sus propios genes, por ejemplo, “el gen de una futura posibilidad”. Aquella posibilidad bien puede ser la de “imaginar la vida y no la destruccién’, y también la de “actuar por un instante como un ser in dividual | comunal”. 294 Obras citadas Bados, Concepcién. "Cecilia Vicuiia: Poesia visual y afirmacién de la identi- dad”. Casa del tiempo. 2. 19 (2009). Difusidn cultural UAM. Web. 24 mar- 20 2013. 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