Está en la página 1de 78
Traduccién de Nesror Micuez CONSIDERACIONES SOBRE EL MARXISMO OCCIDENTAL por PERRY ANDERSON x siglo veintiuno editores, sa de ov EEL AOU 2 OL EDIE COPENH UBRCD, OF siglo veintiuno de espatia editores, sa (CPEADA MAD 3 EBA siglo veintiuno argentina editores, sa siglo veintiuno de colombia, Itda ‘Ab 7a PRMER Po, BOOTA DE COLOR portada de anhele hemandoz primora edici6n on espatiol, 1979 siglo xxi de esparia editores, 3.0. 3éplima edicion en esporiol, 1967 € siglo xxi editores, 5.0, de c.v. ISBN 968-23-1105-5 primera edicién en inglés, 1976 ©new lelt books, Itd., londres fitule original: considerations on western marxism derechos reservados contorme « la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE PROLOGO |, LA TRADICION CLASICA 2. EL ADVENIMIENTO DEL MARXISMO OCCIDENTAL 3. CAMBIOS FORMALES 4. INNOVACIONES TEMATICAS 5. CONTRASTES Y CONCLUSIONES EPILOGO INDICE DE NOMBRES PROLOGO se Son necesarias unas pocas palabras para explicar la oc sidn y el caracter de este breve texto, Escrito a principios de 1974, pretendia ser una introduccién a una coleccién de ensayos de varios autores sobre los tebricos recientes del marxismo europeo. Por circunstancias fortuitas, la editorial Cducativa que habia encargado esta antologia dejé de exis. tir un mes mas tarde, La anulacién del proyecto privé al texto de su propésito original. Estas circunstancias expli can algunas de las anomalias del trabajo que aqui presen: tamos, aunque no las excusan necesariamente. En efecto, el ensayo aqui publicado trata de las coordenadas generales Gel «marxismo occidental» como tradicién intelectual co mtn; no contiene un anélisis especifico o una evaluacién comparativa de ninguno de los sistemas tedricos particule: tes a que hace referencia. Esta iba a ser la tarea de los estudios cuyo predmbulo iba a constituir. Estos debian ser tuna serie de exposiciones criticas de cada una de las escuc: las o teéricos principales de esta tradicién, desde Lukécs hasta Gramsci, desde Sartre hasta Althusser, desde Mar- cuse hasta Della Volpe, El presente texto, centrado en las estructuras formales del marxismo que se desarrollé en Occidente después de Ja revolucién de Octubre, se abstiene de formular juicios sustantivos sobre los méritos o ouali- dades rclativos de sus principales representantes. En reali- dad, por supuesto, éstos no han sido todos equivalentes 0 identicos. Un balance historico de la unidad del marxismo occidental no excluye la necesidad de estimaciones discri- minatorias sobre la diversidad de los logros alcanzados den- tro de él, El debate sobre ellos, imposible de efectuar aquf, es csencial y fructifero para la izquierda. ; Perry Anderson Si, més allé del momento particular de su redacciér, este texto fue inspirado por preocupaciones mas perdura. bles, lo cual permite su publicacién actual, ello se debis que reflej6 ciertos problemas hallados en el curso de la la bor realizada en una publicacidn socialisia, la New Left Re- view, a lo largo de afios. En un ensayo escrito a fines del decenio de 1960-1970 para esta revista, habia tratado de delimitar y analizar una Particular configuracién de la cul- tura nacional surgida en Inglaterra desde la primera guerra mundial '. Uno de sus temas principales era que la cultura inglese habia carecido esencialmente de toda tradicin de «marxismo occidental» en esta epoca, ausencia registrada en una perspectiva inequivocamente negative. Mucha de la labor de la New Left Review en este periods estuvo dedi cada al intento consciente de remediar de algiin modo esta deficiencia, publicando y discutiendo, a menudo por pri- mera vez en Gran Bretafia, la obra de los mds destacados teoricos de Alemania, Francia e Italia, Este programa, se- yuido metodicamente, estaba llegando a su fin a principios de la década de 1970-1980, Logicamente, se necesitaba un balance final del legado que la revista’ habla tratado de dejar en una forma-organizada. En esta perspectiva se des: arrollaron por primera vez los temas aqui considerados. Ast, este ensayo sobre una tradicion «continental europea €s en parte una continuacién de la exposicién anterior so- bre el caso «insular» de Inglaterra, Fue el producto de una conciencia cada vez mayor de que la herencia de la cual habia carecido Gran Bretafia, en detrimento suyo, faltaba también en algunas de las caracteristicas clasicas del mate- rialismo histérico. Una consecuencia tacita de esto fue una mayor equidad de juicio al evaluar las variaciones naciona- les y el destino internacional del marxismo en esta época Retomando uno de los puntos centrales de interés de la revista, el texto fue discutido y criticado por colegas de la New Left Review desde una gran variedad de puntos de t sComponeats of the national cultures, New Left Review, $0 julio: agosto, de 1968 (La cultura represiva: elementos de la cultura naconel britdnica, Barcelona, Anagtama, 1972). Algunas partes de cate escrito hoy serian sometidas @ modificaciones 3 Prélogo i és de que se abandonara la «antologia» nak eo ESbin sido coerito. Al revisar el texto, para fu Publicacidn, he teatado de tomar en cuenta esas reflexiones ¥ criticas, Tambien lo he modificedo alli donde era posible jorar la argumentacion y dar referencias de desarrollo: ile seen eect Say én la medida en que lo permite su forma intrinsea. Sin embargo, desde su redaccion inicial, me parece que al ee - de los puntos subravedos plantean problemas que no adm: ten ura solucin facil denteo del text. Estas dudas no son superables mediante ninguna OS lel ae sayo. Por lo tanto, son remitidas a un epilogo ane € pan otras cuestiones a las que no se ha dado respuest Ps servir a una investigacién sobre el futuro del materialismo. histérico. T Las notas entre corcketes son las que se refieren a tecos © sucesos pesteriores a esie ersavo Una acertada teorfa revolucionaria sélo se forma de manera definitiva en estrecha conexién con la ex: periencia prctica de un movimiento verdaderamen- tc de masas y verdaderamente revolucionario, LENIN Pido al vulgo, ya aquellos que tienen pasiones simi. lares a las del vulgo, que no lean mi libro, antes preferiria que lo ignorasen completamente a que lo interpretaran seguin su costumbre. SPINOZA 1. LA TRADICION CLASICA ‘Aan esté por escribirse la historia del marxismo desde su fnacimiento hace poco mas de un siglo. Su desarrollo, aun- que relativamente breve, ha sido complejo y movido. Las Sisas y las formas de sus sucesivas metamorfosis y trans: ferencias se hallan todavia sin explorar en gran medida, El tema limitado de las consideraciones que aqui expondre- mos sera el «marxismo occidental», expresion que en sf tmisma no indica ningén espacio o tiempo preciso. El ob- jetivo de este breve ensayo, puss, sera situar histéricamen- te cierto cuerpo de obra tedrica y sefialar las coordenadas estructurales que definen su unidad; en otras palabras, que ja constituyen, pese a las divergencias y oposiciones inter- nas, como una tradicién intelectual comin, Esto requiere ciertas referencias iniciales a la anterior evolucién del mar- Sismo, antes de la aparicién de los tedricos aludidos, pues Salo de este modo podremos discernir la novedad especift ta del modelo que ellos representan. Desde lucgo, una ex posicién adecuada de toda Ja historia anterior del materia- lismo historico exigiria un tratamiento mucho mas exten- so del que podemos ofrecer aqui. No obstanie, un esbovo Tetrospectivo, incluso resumido, nos ayudaré 2 ver con mas claridad los cambios posteriores. Los fundadores del materialismo histérico, Marx y En- gels, nacieron en Ie primera década posterior a las guerras fapolednicas. Marx (1818-83) cra hijo de un abegado de Tré- veris; Engels (1820-95), de un fabricante de Barmen; am bos eran renanos de origen, provenientes de prosperas familias burguesas, de las regiones mas avanradas y occi- dentales de Alemania. No necesitamos detenernos aqui en su vide y su obra, recordadas por todos. Es bien sabile 10 Perry Anderson desigual y mediat fa: raramente hubo una coincidenci: aes incidencia di- recta entre ambas. La complejidad de la articulacion obje se* ¥ aciencia» en este peri in prac camente sin estudir) se reflejs, a su ee aa ack ice pein de los mismos escritos de Marx. En eecsh, le limites del movimiento obrero de la época pusi : ; la época pusieron cic onaciones ala obra de Marx y Engels, Bete oucde oa nos: en la recepcidr us ts ca ce, Ia ifluenca tevien de Marsan Sees Cosa ae relativamente limitada durante su vida, La conor Tae #5 corlos al menos las tres cuartas partes de ellos, esa ineitos cuando muri y fe ave Keble mathe ba lsperso al azar en una serie de tee) legee ae Ls et lisponerse del conjunto de esos escritos en naeoae ¢ aca ‘. Iba a transcurrir otro medio siglo antes d Pale s public: Pura conocer todas sus obras principales — Ke Rion de oa _poblcecito péstuma iba a formar una central en las vicisitudes posteriores del marxismo Bi registro 6 = Pabl recone de Marx durante su vida un indicador de las barreras a la difuston de sa niento entre la clase a la que estaba dirigido, pero, reek Procemente, Ia Inexperincia del proletariado de la époce a mita¢ camino entre cl taller artesanal y la brica, farente en gram medida incluso de otganina ‘on sin y as de conquistar cl poder en Darle de Europa sivunseribs lo lites etc del mismo pensamiento de Marx. Fundamentalmente Mt lejO una la econdmica coherente ‘ag a de ana score politea semejante de las estructuras del tado burgués © de la estratcgia y la tactica de la Tu secilstarevoluctonaria por un aartdo obrera para desro lo. A lo sumo dejé unas pocas previsiones cripticas en tun a ai i da comet, ot Guinier) Teri sobre ty paar UNIVERSIDAD DE BELGRANO” BIBLIOTECA u el decenio de 1840-1850 y algunos principios lacénicos en el de 1870-1880 («la dictadura del proletariado»), ademas de Sus famosos andlisis covunturales del Segundo Imperio. ‘A este respecto, la obra de Marx no pudo ir més de prisa en la invencién de los instrumentos y las modalidades de su gutoemancipacién que el ritmo histérico real de las masas. ‘Al mismo tiempo, y ésta era una laguns més obvia para sus contemporaneos, Marx nunca elaboré una exposicion gene- tal extensa del materialismo historico. Esta fue la tarea que jsumid Engels a fines de la década de 1870-1880 y durante Ja de 1880-1890, con el AntiDithring y las obres que le st muieron, en respuesta al surgimiento de nuevas organizaci- hes obreras en el Continente. Porque la paradoja final de la relacién histérica entre la obra tedrica de Marx y Engels } las luchas pricticas del proletariado reside en la forma Garacteristica de su internacionalismo. Ninguno de ellos sche raices en un partido politico nacional después de 1848. Establecides en Inglaterra, donde permanecieron en grant medida al margen del escenario cultural y politico local, ambos decidieron conscientemente no volver a Alemania en el decenio de 1860-1870, cuando hubieran podide hacerlo. ‘Aungue se abstuvieron de toda intervencién directa en Ja construccién de organizaciones nacionales de la clase obre- ra en los principales paises industriales, aconsejaron y guiaron a militantes y dirigentes de toda Europa y Norte- américa. Su correspondencia iba sin esfuerzo de Mosca a Chicago y de Napoles a Oslo. La misma debilidad ¢ inma- durez del movimiento obrero de la época les permitio rea- lizar, a cierto precio, un internacionalismo més puro que el que iba a ser posible en la fase siguiente de su desarrollo. La tradicidn cldsiea El grupo de teéricos que sucedieron a Marx y Engels en la generacion siguiente era aiin pequefio. Estaba forma- do por hombres que, en su mayoria, legaron al materia: lismo histérico en un momento relativamente tardio de su desarrollo personal. Las cuatro figuras principales de este periodo fueron Labriola (nacido en 1843), Mehring (nacido en 1846), Kautsky (nacido en 1854) y Plejanov (nacido en R Perry Anderson 1856)’. los fs By zou ellos provenjan de las regiones oriental meridonales més atrasadas de Europa, Nehring era ‘hie ‘er de Pomerania; ejanov, ie de Tambow! Labvoly dun tocatelans ie Soe Kautsky, de un pintor de Bohemia, Después de ue Gees db actividad clandestina como narodinik, Flefénov se con virt6 al marxismo en el exili, en Suiza, en ol doce ie de 12601890; Labriola era’en Roma ‘un conocido filésofo he li se pasé al marxismo en 1890; Mehrin a enido una carrera més larga como demicrais Teel 2 pubicista en Prusia antes de inorporarse al Partido So. rata Alemdn (srp) en 1891; sdl 2 un pasado premarxista, pues abi in wee a oe eee como periodista socialista a sus ve ntipeee . Ninguno de estos intelectuales iba a dese: open Bapel central en la direcciin de los partidos naclgndlee a ises, pel stuvieror i er i ads a suri pole © Holuia y eanaee coe eae fatter Lae Sonne a cl Partido Socialista Italiano *, Plejanov, de pués de contribuir a fundar ef Grupo para la Emancip: ‘on det Trabajo, {fae miembro del equipo editorial de Islay di ral del Partido Obrero Socialdemocrata de Rusia elegido en el II Congreso, Kautsky fue diedor de Bie Neve Zett que se conviti en el principal Srgzano ted sp, y redacté el programa oficial del partido Congreso de Erfurt. Nehring fue un dentacat colatoeeicr le Die Neue Zeit, y Labriol: i Traneés, Le Devenir Social. Los caatro hombres matatoree es a rrespondercia personal con Engels, quien tivo una nae ia formativa sobre ellos. De hecho. pucd: cién principal de su labor como unalcontineeeién dal ee, 7 Beresiein (801939), tet is Barsein OES 2%) ivetecttmente una Higa secundaria, ze oe mis sneracon, Mori (HL) "eur cond gail bs det grupo uve cha mayor importer, pero, Injustamte 90 TO ce tabiola Aabig"uridg = Tart Is crane ao a ee 2 Halla, segin el modelo alemn, pero timo momento deedia ne Partkipar en ol congreio de furdacion del ost, ceebraga en Goins 2 iS Teservas con respecto a su clarided eclosion, La tradicién eldsica 13 redo final de Engels. En otras palabras, se ocuparon, de diferentes maneras, de sistematizar el materialismo hist6- ico como teoria general del hombre y la naturaleza, capaz de reemplazar a disciplinas burguesas rivales y drindar al movimiento obrero una visién amplia y coherente del mun- do que pudiera ser captada facilmente por sus militantes. Esta tarea les Hlevé, como habia sucedido con Engels, a una doble actividad: elaborar los principios filoséficos genera- Jes del marxismo como concepcion de Ja historia y exten der éste a dominios que no habfan sido abordedos direc tamente por Marx. La semejanza de los titulos de algunos de sus escritos principales indica sus preocupaciones co- munes: Sobre el materialismo histérico (Mehring), Ensayos Sobre la coneepcién materialista de la historia (Labriola), EI desarrollo de la concepcién monista de la historia (Ple- janov), La concepcién materialista de la. historia (Kautsky)* ‘Al mismo tiempo, Mehring y Plejénov escribieron ensayos sobre literatura y arte (La leyenda de Lessing y El arte y ia vida social), mientras Kautsky realiz6 un estudio de la religion (Los origenes del cristianismo), temas todos que Engels habia sondesdo brevemente en sus tiltimos afios El sentido general de estas obras fue el de completar, mas que desarrollar, la herencia de Marx. El comienzo de le publicacién erudita de los manuscritos de Marx y del es: tudio biografico de su vida, con la intencién de recuperar- los y publicarlos en su totalidad por primera vez para el también es de esta generacion. En s libros serundo y tercero de El idité las Teorias sobre la plusvalia; aboré en la publicacion de la y al final de su vida eseré Marx’. La sistema- movintiento socialista, gels habia publicado lo capital; Kauisky luego ¢ Mehring posteriormente col Correspondencia Marx-Engels, bid la primera biografia importante de TH enswo de Mehring fue publicaco en 1693 el de Pleiémow, en 1495, y et de Labriola en 186. EI tratado’ de Kautskr, mucho mas vasto, fue Publicndo muy posteriormente, en 1927 Eats textos fueron escritos, tespectivamente, en 1893 (Mebring), 1508 (Kautsky) ¥ 11218 (Plejéney! TEL libro 11 de ED capital a ras sobre ta phusvaiia, en 190810; Ia Correspondencia, Ge Mehring, en 1918 jparecié en 1885, y el Ibro 1: en 18%, Teo: fen 1913; Karl Mars, “ Perry Anderson tizacion y recapitulacién de una herencia atin muy recien- te y cercana a ellos fueron las metas predominantes de estos sucesores. Pero mientras tanto estaba cambiando todo el clima in- ternacional del capitalismo mundial. En los vltimos afios del siglo x1x se produjo un pronunciado auge econémico ca los principales paises industriales a medida que el pro- ceso de monopolizacién se afirmaba en el interior y la expansién imperialista se aceleraba en el exterior, dando comienzo a una tensa época de impetuosas innovaciones tecnoldgicas, tasas de beneficios en ascenso, creciente acu: mulacion de capital y una rivalidad militar cada vez mayor entre las grandes potencias. Estas condiciones objetivas eran muy diferentes de la fase relativamente tranquila de desarrollo capitalista durante el largo receso que hubo de 1874 a 1894, después de la derrota de Ia Comuna y antes del primer estallido de conflictos interimperialistas ea la gucrra anglobéer y la hispano-norteamericana (pronto se guidas por la guerra ruso-japonesa). Los herederos inme- diatos de Marx y Engels se habian formado en un periodo de relativa ealma. La generacién siguiente de marxistes llegé a la madurez en un ambiente mucho més turdulento, cuando e! capitalismo europeo comenzé la carrera hacia la tempestad de la primera guerra mundial. Los teéricos ce esta generacin eran mucho més numerosos que sus pre- decesores, y confirmaban aun mas dramaticamente un cam- bio que ya habia comenzado a percibirse en el periodo an- terior: el desplazamiento de todo el eje geografico de la cultura marxista hacia la Europa oriental y central. Las figuras dominantes de la nueva generacién provenian, sin excepcién, de regiones situadas al este de Berlin. Lenin era hijo de un funcionario de Astrakén; Luxemburgo, hija de un comerciante en madera de Galitzia; Trotski, hijo de un granjero de Ucrania; Hilferding, de un agente de seguros, y Bauer, de un fabricante de tejidos de Austria. Todos ellos escribieron obras de importancia antes de la primera gue- rra mundial. Bujarin, hijo de un maestro de Mosc, y Preo- brazhenski, cuyo padre era un sacerdote de Orel, se dis- tinguieron luego, pero pueden ser considerados como i" AD DE BELSRANO ySLIOTEC 15 La tradicién cldsica productos posteriores de la misma formacion, La dtacion fstribucién geografica del desarrollo Ge la teo r See eeresie punto, pues, puede ser tabulada de Ia si guiente manera: 1818-1883 Tréveris (Renania) ee 1820-1895 Barmen (Westfalia) i 1843-1904 Cassino (Campania) Nehring Teagtoi9. Schlawe (Pomerania) “1359-1938 Praga (Bohemia) pees 1855-1918 Tambov (Rusia central) Plejanov Lenin 1870-1923 Simbirsk (Volga) Luxemburgo 1871-1919 Zamosc (Galitzia) Hilferding 1877-1941 Viena i ss ss 1879-1940 Jerson (Ucrania) Preobrazhenski 1886-1937 Orel (Rusia centr Bujarin ... ... +: 18881938 Mosc Précticamente todos los miembros de 1a genasen mit j ‘ic iban a desempefiar un Pal joven de team de sus respectivos partidos nacionales, pa pel mucho més importante y aie Soe rec alds ‘supuesto, fue el crea eaten sia, Leerburg, fue el intelecto Testor re} Part idemdcrata de Polonia y lucgo inda- el PA ee stack del Partido Comunista de en fia. Trotski fue una figura importante en las sana Hf ‘democracia rus, y Bujarin, facefones en el sone ¢S nso de Lenin, antes de a primera fquerra mundial, Bauer encabez6 el secretariado de} sop” parlamentario del Partido Socialdemécrata Austiaco, Mig tras Hilferding Meg6 4 ser ua, prominenic Spots i ata Aleman. Una cx Reichstag por el Partido Socialder & Reichstag Por iin a todos los miembros de este upo seetsordinaria precocidad de su desarrollo: cada una 16 Perry Anderson de las figuras que acab: amos de mencion: tne obra tedrict fundamental antes de lee taste ase wn les eran las nuevas orientaciones que. representa an sus cscritos? Determinadas por la aceleraci6! el ritmo histérico desde principles de siglo, sus prescos Giones apuntaban esencialmente hacia dos direcciones tue vas. En primer término, las evidentes transform: 5c del \ ss Ural laciones del todo de produccidn capitalista que habian sido creel das por el monopolio y el imperialismo exigian un anal y una explicacién econémica constantes. Ademas, por pri- ee la obra de Marx era objeto de critica profesional te de economistas académicos*. E/ capiial ya Bodie see defendido sencillamente: debia ser desarrcllads, el primer intento en esta direccién fue emprendido cae mente por Kautsky, en su obra La cuestion agraria, ce 1899, una vasta exploracién categorial de lox cambios en Ia agricultura europea y norteamericana, que mostrabe a ae BY como ed pieabed a la vieja generacion mas sen- necesidades de la situacién contempordiea y rasta su autorjdad entre los marxistas maa’ ovenei ‘uego, el mismo afio, Lenin publicé El p 2 5 publicé El desarrollo del capi. talismo en Rusia, soliéo estudio de una economia rural cuya inspiracién formal ere muy eercana a la de La cues tién agraria, pero cuyo objetivo fi : especifico era mis audaz y més novedoso. Esta obra, en efecto, fue la primera apli- cacion seria de la teoria general del modo de produccién capitalista, expuesta en El capital, a una formacién so- cial concrete que combinaba varios modos de produccion Ge une totalidad hist6riea articulada, Ast, la investigecion rnin sobre el campo zarista representé un avance de- aan ene le Bh Pare SoBe hier aan etre WEL eee see ur oP roe ne rei See Seis ae Woe Eee nace carte Sap i le te ee pe 2a ree arnt a ni oh La tradicion clasica 7 cisivo para el materialismo histérico en su conjunto. Tenia Veintinueve afios cuando lo termind, Seis afios mas tarde, Hilferding —que se habia dado a conocer en 1904 con una cficaz respuesta a In critica marginalista de Marx realizada por Béhm-Bawerk— terminé su fundamental estudio del Capitatismo financiero, a Jos veintiocho afios. Publicada en 1910, la obra de Hilferding fue més alld de una aplicacién , enjer- Be are aan] del comunismo. Bn esia obra sintetizaba jas lecciones histéricas de la experiencia bol evique en Rusia para 10s socialistas del exterior, y por primera vez comenzaba a abordar los problemas de la estrategia mar- ta en medios sociales mas avanzados «ue el del impene sia en los que el parlamentarismo hucgués era mucho f ctieformisma de la clase obzera mucho mas war 28, Perry Anderson profundo de lo que él habia pensado antes de la prints guerra mundial. Por primera ver, también, | Sitardlion de-ia.ghra te Lents hteyiie eee milter : 1 alos militantes de toga) wore como un em teorico organizado, | 7 un repentin« sscubrimic ara miles fue como un repentino descubrimiento yolitico pra iis fusion y la fertlizacion tatern : fetilizacién internacionales de la wort recia la garantia de su vinculo material e: hha ee refs Ta ganar de rial con las hichas stil Balle esta povopetiva eenaparei sipiduren Los brutales yolpes asestados pot el imperialismo a |e volucion russ babien dezsado & la clase obrera sovist sum en melo dew toi mia wre as fuwas Dik a eivil. Despuds de 1920, no cabia esperar Ringesis ajuda imcediare de los pases: rice ceorrsclecse de Buropa. La URSS ss vio condenada al aislamien: industria estuba arruinada, su proleiariade deb titan, sn agriculmwsa asolada y sir curnpesinads se. mostin3a host al réyimen. La estahilizacidn capitalista as habia nites Europa central micntzes. Resin estaba veperada do ell restablecié el comtact cop el esto de: continents, Esiado swidtico —eah fo al abstéculo del atraso ruso y sin ayude polities de exterior— comenzé a tencr dificuliades inte: PE uauee pacién cada vez mas enduvecida del poder por partido, la rigida subordinactén de la clase obrera Jas condiciones para ta di 5. Dat ust io del ta ane fea en agcense del chovinismo oficial » ines Gbrias para pcm Lenin, dérss te cues ios eel cation de Sor ins oon seed articule sobre Ia Rabkin hes ‘ oe considevarse como un desesperade inte: ari ie c i ie ths formas que permitiesen ui reoacer d prictica politica de macas, copaz de di mo del nuevo Estado savigtico y restaurar lo un uubre, - ct orks, vale By bb ia, Cordoba, Arye Sind iar ae ina, Cuadernos de Peasts y Presentn La tradicién cldsica 29 Lenin murié a principios de 1924, 4 Ios tres affos, la victoria de Stalin dentro de! rcus sells el destino del socie- igino, y lel marxismo, en Ia URSS darante las décadas fur tums, El aparato politico de Stalin suprimié activamente las précticas revolucionarias de mases ea la mising Ruse. ab desalento o las saboted de manera creciente fuera de ja Union Sovidtica. La consolidacién de un estrato durocratt- Go privilegiado, por encima de la clase obrera, quedé ase: Seda por un régimen policial de creciente ferocidad. En ree, ondiciones, se desiruyé ineluctablemente la unidad fevolucionaria entre teoria y practica que habfa hecho po- Tihie cl belchevismo clasico, Las masas fueron reprimidas, y su autonomia y espontancidad eliminadas por lz cesta bu y vatica que habia usurpado el poder en el pals. El par- Txdo fue pradualmente purgado de los ultimos comparicros TS Lenin, Toda labor tedrica seria cesd en lar Unién Soviéti- oe Tespude de la colectivizacion. Trotski fue enviado al ext $e Set1a00 y asesinado en 1940, Riazanov fue despojade de tee cargos en 1931 y murid en an campo de trabaios For sus Ca¥" 930. Bujarin fue silenciado en 1929 y fusilado weato38, Preobrazhenski fue destrozado moralmente en 1930 S\nurié en la catcel en 1938, Cuando ta dominacion de Sta. Ts iend a su apozeo, ef marxismo quedo en gran medida vin Seo a un recuerdo en Rusia. El pais mis avanzado del eras an cl deanrrollo del materialisma histérco, que ha Trnsentajado a toda Europa por la variedad v el vigor de cus tedricos, se convirtid en diez afios en un péramo inte Te cal solo impresionante por el peso de Ia censura y la tos: quedad de su propaganda, ‘Entre tanto, fuera de 1a URSS, mientras el estalinismo ere wtina mordaza sobre la cultura sovietica, Ia fisono yolitica de! capitalismo europeo adquiria caracietss sos. La clase obrera habia cae Neotada en todas partes en la gran crisis revolucio sete de posguerra, pero seguia siendo una temible are Tare grav ioa burguesias de toda Europa central y meridie: bas Peteveacién de la ITI Internacional y el desarrollo. de partidos comunistas diseiplinados que agitaban ta bandera aa eees amo iaspiraban temor a todas las clases domi- m1 vada vez mas violenios y convul » Perry Anderson nantes de los epicentros de 1918.20. Ademas, In recupers cin econémica del imperialismo que haba logrado y ese- gurado la nueva estabilizacién del orden de Versalles de- mostré tener corta vida, En 1929 se abatié sobre el conti- nente la mayor quiebra de la historia del capitalismo, pro- pagando el pare masivo ¢ intensificando la lucha de clases La contrarrevolucion social se movilizé entonces en sus for mas més brutales y violentas, eboliendo la democracia par- lamentaria en un pals tras otro, para eliminar todes les orgenizaciones auténomas de la clase obrera. La: dictadu- ras terroristas del fascismo fueron la solucién histérica del capital s los peligros del movimiento obrero en esta restién estaban destinadas a suprimir todo rastro de resistencia © independencia proletarias, en una coyuntura internacional de crecientes antagonismos interimperialistas. Italia fue el primer pals que experimenté plenamente la fuerza de la represion fascista: en 1926 Mussolini habia puesto fin a toda oposiciéa legal dentro del pats. El naziemo se apoderd del poder en Alemania en 1933, después de que In Komin- tern impusicra un rambo suicida al KPp. El movimiento obrero alemén fue aniquilado. Un afto més tarde, el fascis- mo clerical lan26 en Austria un ataque armado que destru- y6 las fortalezas de loz partidos y sindicatos de la clase obrera. En Hungrfa se habia instalado desde hacia tiempo una dictadura bianca. En el Sur, un golpe militar en Espana dio origen 2 una guerra civil de tres aftos que termino con el triunfo del fascismo espafiol, ayudado por su vecino Portagal y sus alidos de alia y Alemania, La década ter ‘miné con Ia ocupacion y el control nazi de Checoslovaquia y Ia cafda de Francia, {Cual fue, en esta época catastréfica, el destino de la teorla marxista en la regién de Europa central, que habia decempefiado un papel tan importante en el desarrollo del materialismo histdrico antes de la primera guerra mundial? El pensamiento politico leninista, como hemos visto, ape- nas se habfa difundido fuera de Rusia cuando fue ester zado por la estalinizacion de la III Internacional, que su- bordiné progresivamente la politica de sus partidos consti- La tradicion clasiea 31 tuyentes a los objetivas de la politica exterior de le URSS- TTampoco los partidos soctaldemécratas 0 centists aicns a i ralmente, dicron cabida a ic Sino onteanien aaaelnigmo: Asi, dentro del Ambito de foe orpanizaciones obreras de masas de ests regiGn, la tc” ia marxista susuancial en el poriodo comprendico entre “@s dos guerras mundiales se limitd principaimente al anilisis ce nsmico, en una linea que descendia directamente de los franies debates de la preguerra. En la Republica de Wet cree se cred, en Francfort, en 1923, un Instituto de Tnvestigar Man Social sndegendiente, subvencionado por un acaudalar con soe roionte en cereales, para promover los estudios nerfentro de un marco casi académico (el Instituto SHforenalinente vinculado a le Universidad de Franc- fora). Su primer director fue el historiador de Derecho | Grinberg, quien habia ocupado una catedra en la Uni Sersidad de Viena antes de ta primera guerra mundial, Nav Jo ca Transilvania en 1R6L, Grinberg era un mle 6 de la vieja generacién de eruditos marxistas - “leo aly able fundado y driido el primer periodico importante de historia del trabajo en Europa, el Archiv far Tne Geschichte des Sozialismus und der Arbeiterbeweguna, {jue lucgo trashdé a Francfort. Este distinguide represe! sew ie de ta tradicion austromarxista constituyé en 10 suce- ses an puente para la generacin nds joven ée intelectua- ‘Memania, Durante el decenio 1920-1920, T inetituta de Investigacion Social que él presidio conte a eetfialipg con comunistas y soetaldemdcratas y manti or Sina welacién regular con el Instituto MarcEngels te Moca, cnviando material de archivo a Riazanoy para 16 MGmera edicién cientfiea de las obras de Mars y Engels. 6 Pe famien inietal de la Mars-Bngels Gesamtausgabe (MEG), worrteto, fue publicado en Franefort, en 1927, bajo los Guspicios conjuntos de Tas dos instituciones no Ba el mismo periodo, e! Instituto también patrocin les socialisias de Save tos ignes den or, sles of estes 9 er for, eee 2 apna pp. PD ss. (ba magna mPa, 575) roto ce Tovestigacién Socal de. Franc: ste ho de Movs Jay, The, diatectical taléetcn, Me Bea Perry Anderson la principal obra de teort teoria econémica marxista de los afios comprendidos entre las dos guerras, la de Henryk tee mann, ott a otro emigrante de les tierras orientales del conti ee Nacido en 1881 en Cracovia, hijo de un eri de minas de Galizia, Grossmann tenia ‘a misma edae que auer y era sicte aiivs © Bujari i mayor que Bujarin; en otras pala. bras, pettenecta a la descollante generacién que habia al re alee alturas antes de 1914. Grossmann, sin em- argo, habia evolucionade mas lent; te: en WI ‘ > ntamente: en un prinelpi discipulo de Bohm-Bawerk en Viena, se habia afiliado al Partido Comunista Polaco después de la primera guerra Imani» ocupado an kta de csoornl ea Univer sidad de Varsovia, En 1925 la represién 6 sién politica le le Polonia x Alemania, y en 1926-27 dio una serie de ee cias en el Instituto de Francfort que fueron lue; c1 para formar un extenso volumen titul Tod iesen ado La ley de la ac Imutacion y del derrumbe del sistema captilista Publi cada ol wisn ao de Ia bran depresion de 192 la obra de irossmann resumia los debates clasicos de la pre; O- bre ag leyes del movimiento del modo de peed eeiOa! = pitalisia en el siglo xx, y adelantaba el mé : italisia. , y adelantaba el més ambicioso y sistemitico intento de deducir su colapso objetivo de la Togica de los esquemas de la reproduccién de Marx, Sus tess centrales; que parecan tan oportunas, fueron jam jiatamente puestas en tela de juicio ce le por el joven econo: mista Frit Sternberg, socialdemocrata de izquierda, La obra de Sternberg EI inperiaisme (1826), que era en gran medida una seformulscion de la perspeciva de Lusembur go complemencada con un nuevo analisis de las func! funciones fas fluctuaciones del ejgtcito de reserva del trabajo en el ca: Bellen, habia sido antes atacada por Grossmann. Ambos, @ su vez, fueron criticados por una marxista de orij ; : is igen polaco, Natalie Moszkowska, en un breve libro sobre la teorlas mo- lernas de las crisis, escrito después de que los nazis se adue- Die Akkumulations- und. Zusammenbruchy Spee, Lei 9 rend Tranetort on ti ea Oy ae Mmulactin el derrimbe del sistema wapitalista Mexico, Siglo XX! La tradicién oldsica 33 faran del poder en Alemania”. Al afo siguiente, Bauer publicé su uitima obra tedrica, proféticamente titulada ¢En- Tre dos yuerras mundiales?, en su exilio checosiovaco®. En cate tastamento politico y econdmico, el mas valioso expo- hente de la escuela austromarxista perfeccioné la expert Inentacién de toda una vida con los esquemas de la repro- Guccion de Marx para consiruir la argumentacién més compleja expuesia hasta entonces @ favor de una teorfa sub- consumista de las crisis capitalistas; registré su desilusién final con el reformismo gradual que él mismo habfa prac ticado durante largo tiempo como dirigente de partido, y Mamé a la reunificacién de los movimientos socialdemécra- tay comunista en la lucha contra el fascismo. en 1938, Bauer murié en Paris, poco después de que el pacto de Munich le obligara a abandonar Bratislava. A los ocos meses estalld Ia segunda guerra mundial, y la inva; Bion nari de Europa cerré una época del marxismo en el Continente. Fn 1945, Hilferding perecié en Parfs a manos Ge la Gestapo. Las posdatas a la tradicion que cllos habian Enearnado solo podian escribirse ahora en el campo de ba- talla. En 1943, Moszkowska publicé en Suiza su obra ditima y mas radical, Sobre la dindmica del capitalismo tardio* Mientras tanto, en los Estados Unidos, el joven economista norteamericano Paul Sweezy reconstruyé y resumnié toda In historia de los debates marxistas sobre las leyes dinami- cas de! capitalismo, desde Tagan-Baranovski hasta Gross- jan, y suscribié la ultima solucién que dio Bayer al pro~ Bien del subconsumo, ea una obra de ejemplar claridad: Teoria del desarrollo capitalista®, Sin embargo, en su libro, escrito en el lima del New Deal, Sweery renunciaba implt- Citamente al supuesto de que las crisis de desproporciona- idad 0 subconsumo eran inevitables en e] modu de pro- Guccién capitalisia y admitia la potencial cficacia de las W Baw Krittk modemer Krieenthzorien, Praga, 1988 (Coniribucién a la critica de las teorias modernas de las. crisis, México, Cuadernos de Pasa, ayrtca ge a Pagis). Mosexowska acid en Varzovin on 1866». emisr6 Sey cn 108, donde vivid en Zurich hasta sw muerte, en 18. Se Shen Zwel Welvkriegen2, Brotidlava, 1036 2 Zur Dananik des Spitkapitalismus, Zurich, 193 2 Seen tens trcinta y dee aos cuando fue publicads, en 182 UNIVERSIDAD DE BELGRANO BIBLIOTECA 4 Perry Anderson intervenciones keynesianas sntick asegurar le estabilidad interna integracién final del capitalisimo [ue asignads, ra vez, a un determinate puramente ot bes res logros ecunsmicos de la Unidn Soviétien y fas pr Jos que podia esperorss gne 1 la guerra, logros cuyo una amplia radicalizacion entre los intelectueles en el pe- riodo camprendido entre las dos guerras, pero la masa de Is clase obrera permanecié fiel al reformismo socia demo- cate, En Espaiia, ¢) proletariade dernostré ser de tempers: mnento mas revolucionario que cnalquier otra clase obrera del continerte durante los afios treinta, pero hubo muy po- sto obrero. Ninguno de es tos paises produjo nada de importancia en la teorfa mar xista durante este periodo ‘ © ET caso expacl, ne obstante, sigue importante exiginn histanies. ZPor que Espana punea dio un Fabriois 0 un Gramsci, pose Ih eatrnoedinaria combatividad de ou peoletariady 9) 1 eampesinaco, aria thayor aie Ja de Ttlia, y a une Rereucia cultural det cielo 2%, que, 3 ist cettamente menor que & de Teal, estaba isos de si dapnciatte? Seria menester dedicar Una wnveaizacén « fondo a este complejo. pre Meme.'Su tolucién seria Inpotiente pars un andlisis mde aul tral ° fone Mart Som saya. de Sartre ern ia teedicion de Aden Arable te Peal Nisan, Paris, 1961, armbos eran intinos amigos #0 Perry Anderson tres afios despus de su conclusion, fue recibida con recelos oficialmente"s; por su tono y sus preocupaciones, se la pue de sitar entre la obra anterior de Lukécs, de caricter di recto, con sus pelaciones explicitas a la «historias, y le obra contemporines de Horkheimer, de caracter evasive con sus apelaciones cada vez mas escurridizas a la eteorie critica». Lefebvre, aunque lelde por Benjamin (con ouier cempartia la simpatia hucia el surrealisana) en Paris ™, p mianecié internacionalmente aislado a fines de los afos fons dere ein aoe La ocuposiin alemane de 19404 trasternd todo el uni verso politico y cullurai de la Li! Republica, y por primere vex ered las condiciones para a difusion’ del. marosme como producto tedrica corriente en Francia. 2 mcr, que habia Ilegado a ser un partido de masas —con mas de 300.000 miembres— en fos iltimes altos del Frente Pop lar, se convirtié en la fuerza popular dominante de la Re sistencia desde 1941, y surgié de la guerra enurmemente fortalcido. Después’ de 1943, su supremacin organvvalive deniro de la clase obvera francesa era abrimadors. Fi sultado de ello fue un répido crecimiento de su poder ‘de recluamleno y ttacldn jutlesuabs,Polter habia mer to en la Resistencia: Nizan habia perecido en Dunkerque Lefebvre siguid send el Thosalo rads distinguide'» poli fico del partido durante la década siguicnte, Ea cleete, © este perfodo, el incremento en la masa de intelectwates Ile vados al eck dio una obra teérica relativamente escasa, por gue se vio on gran medida newtraivade por ia extrema in- tensificacién de los controles culturales dentro de! partide al comenzar Ja guerra Iria y el viclento rciorzamiento det zhdanovismo por la direceién del pct. Asi, et principal Tex nomeno nuevo de la primera década posterior a te eusrra fue la influencia del marsismo en los medios existeucialis- ta narracién sutabiogréties do. Lefebvre Advenimieato del marxismo occidental st tas ave habjan surgido durante la ocupacién y que adqut tieron una gran Wradiacién cultural después de ella, con las obras de Sarite, MerleauPonty y De Beauvoir, Esta in- fluencia fue mediatizada por Kojtve, el primer filosofo aca- démico que introduje sisteriticamente a Hegel en Francia antes de ls guerra y cuya interpretacion «existencialy de La jenomenologia del espirite brinds a Sartre y Merleau-Pon- ty un pucnts indirecto hacia el marxismo *. En. 1946, fimdaron un periddico secialista independiente, Les Temps Modernes, cuya aimplia gama de contribuciones [ileséficas, politicas, literarias, antropolégicas y psicoanaliticas répida. mente [0 convirtid en la revista tedrica mas influyente del pais. Ni Merleaw-Pointy ni Sartre se sintieron tentados a Entrar en el PCr, pero arnbos trataron sucesivamente de mantener ung actitud revolucionaria activa junto a él, ar- ticulando ideas politicas que el partido mismo se negaba a admitir, pero sin oponerse @ él ni atacarlo, Esta ambigua felacion, basada en la creeacia de que la masa de la clase Dorera fisnecsa cstaba inconmeviblemente organizada por un partido que sofocaba la labor intelectual dentro de él, Condujo finalmente al extraordinario intento de Sartre, en 1952-54, de realizar una teorizacién directa de la practica politica del ice desde fuera, en la serie de ensayos titulados Jos comunistas y la paz". Naturalmente, se demostré que tal sexeéntrica» unidad de tcoria y practica no era posible, La revuelta hingara de 1956 lievo a Sartre a une espectact: Jar ruptura con el PCF; a partir de emtonces desarrollé su obra tworiea fuer ce todo marco de referencia organizati Yo como fildsofo y publicists particular declaradamente bin contgcto con las masas. Mientras tanto, dentro del par- fido comunista, las repercustones del XX Congreso del Pcus y Ia rebelidn hangara finalmente habian Hevado a Lefebvre ar cages de a preuerra de Kojtve fuerof: publicadss en 1917 con ait oisioducrdn a ta tecture de Hegel, Acxandre Kojtve (Kozhev- ea ee Ruin en 152 y estadld fhosofia en Atemanic de 1921 3 TEP hate te innuencia we Jaspers y Heidewwer Lucwo pisd a Fra donde “Alesand’e, Koyté, otro emigrado ruso, dirigié su irterés. a Hege Code et irs, Rojtve dio clases sobre Hegel en la Ecole Pra Tae des tHausee Buaces desde 1534 hasta Te serunda guerca mundial monte en traduccion inglesa, Looe, 196. O pubtiades reste 2 Perry Anderson a la oposicién activa, y en 1958 fue expulsado del partido. En esos afos la pasivided politica del ror llegé su punto culminante durante la guerra de Argelia. Sin embargo, la limitada liberalizacion del régimen in- terno del partido en los aiios sesenta reveld que nueva fuerzas intelectuales habian estado gesténdose dentro de i calladamente. Ya la publicacion por entregas de la bio- gratia de Marx y Engels cde Cornu, desde 1985, habia sefia- lado el paso a Francia de la tradicion erudita de Mebring, y Riazanov". Pero fue la aparicion de la obra de Louis Althusser, de 1960 a 1965, lo que supuso un cambio decisi vo en el nivel del debate intelectual dentro del partido. Por primera vez sc habia articulado un importante sistema tedrica dentro del marco organizativo del comunismo fran- cés, sistema cuyo valor y originalidad fueron reconocidos hasta por sus mas decidides oponentes. La influencia de AF thusser se difundis muy répidamente despues de 1965, tanto dentro como fuera de las filas del pcr, dandole una posi- cion Gnica en la historia del partido”. Sin embargo, la paradoja de este ascendiente ha sido su desarrollo en sen ido contrario a la evolucién politica de} pcr. La acentuada moderacién del comunismo occidental en los afios sesenta, en efecto, alcanzé su expresion mas desarrollada en el pro- grama del partido en pro de una «democracia avanzada» en Francia, mientras internacionalmente el pcr se distin- guia por su alto grado de hostilidad hacia China y su adhe- sidn a la postura rusa en el conflicto chino-soviético. Por el contrario, la obra de Althusser se defi itamente como antihumanista en una época en que la doctrine of cial del partido francés alababa las virtudes del humanismo como vinculo comin entre socios contractuales (comunis tas, socialistas y catélicos) en la edificacién de una demo. cracia avanzada, y el partido soviético proclamaba «todo para el hombre» como lema de masas; al mismo tiempo, ia exph Althusser apenas disimulabs sus simpatias hacia Caina. Auguste Como, Kerf Mors et Friedrich Engels, Paris, 195570; hasta ahora, han spareciin euatro vokimenes, ve legs Haete a6 Las ds obras rinetpales de Althisser, Pour Marx y 1 ct parecivon 4 pacus meses te distancia uma de otra, en i 33 Advenimiento del marsismo occidental una mareada tirantez en la rela- i ie se antes ia entre teoria y partido en el PF: mientras cue antes site ultimo habia impuesto estridentemente la «ortodoxin crn. inelinacioaes «liberales» de la primera, ahora ree se invertin, yl prirgra reclamaba silencioss- mesie-el rigor Frente a ia laitud del segundo. Pero en J Me Seuacida, la misma liberalizacion del pcr, destinads "Cuncuilizar asus aliados ¥ asoeiados, se combiné con Ia tstadiada cautela personal de Althusser para evitar todo Shoque frontal. A este respesto, la posicion de Althusser flentro. del partido francés Heed a asemejarse a ta de Lu kas en el partide hingaro despues de la intervencion = ice de 1980. Tis amon cavos, importantes inteletuales con un profundo vinculo personal con el movimiento . Aaaron # abandonarlo © a romper con él, se fobre la politica propiamente dicha, si su obra teorica (cua, era que Iinplicaciones practicas Tinale lesquiera 9M< iwnnente intacta, La vizhitidad de esta mur Tox acomodacion preseponia un considerable prestigio 1p jependi séricos, lo que hacia po- dopendiente por parte de ambos tedricos, lo ave hacia po- ihe una coesistencia téctica que la organizaciin del par ia jnterés en no dar por terminada, La ambigticda side tere eivtkeremtes a este tipo de azo no eran menos buidentes, particularmente en el caso de Althusser, ause fe restrieciones coercitivas en el rer. de a fale de tesirie ceeala y velocidad de la aifusién del aia después de la liberaeién, que no s6l0 mo también del Pst Asf, una vex mas, habia marsismo en Vt Trunaaifests en el crecimiento del rer. si se manifest or res ni organizados de Ja intclectoalidad, Yo tuvo paralclo en ningan otro pats enrapeo Sumads al seein que en la posrucrra se dio al materiaismo hi lallep. en Francia, hizo que el eje nincipal is la colt a 7 eeouds de 1945. pasara en Buropa de ka zona per ara esp oe primera ven on el siglo. Pero cl dts grey del aresme ila ita a sei a seme lemente diferente del seguido por el marxisie: rances te ne a das siguientes. Talia habia pose ido una tri Ji irsista nativa que se remontaba a la, epoca de Engels, Perry Anderson a fines del siglo x1x. Ea obra de Labriola habfa sido here dada y continusda en la generacion sigsiente por Mondolfo, otro filésofo ex hegeliano que a su ver habia cjercido ura influencia directa sobre la gencracién de Gramsci”. Luego, en dl largo interludio del fascismo, se incubaron en la pri- sién los escritos de Gramsci, que fueron deseublertos y publicados por primera vez en 1947-49. Su efecto fue eno me, tanto dentro dei pet como fuera de él, La preseacia ce a herencia marxista nativa que culmind en Is gran obra emprendida por Gramsci ayudé, pues, a inmunizar al co munismo italiano contra los mayores estragos de la guerra fria: el pcr resistié al zhdanovisrno en mucha mayor mz- dida que el pcr. La direccién del partido, ain compuesta en gran parte por hombres que hablan sido contempor’- neos y colegas de Gramsci, atenud lo peor de la represién cultural tipica del periodo de la Kominform y permitié cier- ta libertad de expresién intelectual dentro de la organiza. cidén, siempre que estuviese segregada de la antividad po't tica del partido. Por otro lado, la canonizecion péstuma de Gramsci, paradgjicarnente, sirvié para esterilizar ta vital dad de su legado tosrico al marxismo italiano. La figura de Gramsci fue convertide en un icono ideol6gico of partido, invocado en todos los actos 4x i escritos eran manipulados u olvidados: veint pués del fin de la guerra, el pci no habia publ cién critica seria de sus obras. Asi, los mezclados aromas de incienso y polyo que rodearon a los Cuadernos de ‘a prision dieron el inesperado resuliado de que ia principal tendencia teérica que se desat del marxisiro itafiano después de la sepunda gue y cién contra toda Ia ascendencia filoséfica desde Labriolaa Gramsci El fundador de la nueva escuela era Galyano Della Volpe, un filgsofo afifiacio al ner en 1944 que ese obras influyentes de 1947 a 1960. Della Voipe, como a mayoria de los intelectuales académicos itatianos de la pres bis Sobre el papel de Mondolfo, wase Christian Recher, Gramsci. Marsisons in icauen, Branetors, 3900, PY. 2-21 Antors Advenimiento del marxismo occidental 35 querra, habia aceptado el fascismo, Formalmente absuelto Ge su pasado por su adhesion al pct después del golpe de Badoglio, con todo, sus antecedentes le impedien adquirir tuna autoridad politica dentro del partido, mientsas que los inismos rasgos personales que antafio le habjen Ievado a gceptar y justificar el Estado corporativo, posteriormente Ie inclinaban a una consecuente conformidad con la polit ca de la direccién del ret. De este modo, si bien la orien: tacidn tedrica de Della Volpe divergia claramence de la or todoria prevaleciente en el partido, su obra carveia de toda carga politica autdnoma, Aunque era el mds ewinente Fild- sofo profesional de! partido, tambicn era en muchos aspec- tos el mas inarginal a él. No hubo ninguna fr:ccion seria entre Della Volpe y el partido en el transeurso de las dos décadas de su pertenencia a él; pero también, el aparato cultural del partido le rindié escaso homenaje, Sin embar- 0, bajo su influencia surgio un grupo de jovenes intelec- oe la escuela mas coherente y productiva dentro cel per: Pieteanera, Colletti, Rossi, Merker, Cerroni Fotros. De estos, el mas dotado y agudo era Colletti, quien Jeunid al partido a los veintiséis aos, en 1950. Después del XX Congreso del pcus y de la rebelion hongara, Ia revista teorica del re1, Socictd, fue ampliada en su equ.po editorial tn 1957 mediante Ia inclusién (entre otros) de Della Volpe ) Pietranera, a los que se sumé Colletti al aio. siguient fin este periode, los temas filoséficos de Te escuela empe7 sas a adquirir vesonancias politicas entre algunos de los iwlembros mas jovenes del grupo. En particular, se podia Interpretar que la insistercia filoséfica en la importancia de In sabstraccién cientifien determinada» caracteristica de Ja cbra de Della Volpe, implicaba la necesidad de un and. iis de la sociedad italiana en términos de las catezorfas apuras» del capitalismo desarrollado, con unos objetivos politicas correspondientemente wavanzados» a persegult por Ie clase obrera. Esto se hallaba en oposicién cgn la ortodo- xia del per, que subrayaba el cardcter historicamente atra- Jado ¢ hibride de la sociedad ttaliana, lo eual exigia r Vindicaciones més limitadas, de tipo «democraticor mas tuales que formare 56 Perry Andersoa que socialista, politicamente mas adccuadas", Las tensic nes teéricas dentro de Societa provocason finalmente la st- presién de la revista por el pct a principios de 1962, sexui por un debate filesdfico en gran escala en el semanacio del partido, Rinascira, donde aparecié una acusacién contra la escuela de Nella Volpe, a la que Colletti respondid acremen- te. Dos afios mas tarde, disgustado por el Fracaso de toda democratizacion real dentro de fa URSS 0 de los partides comunistas occidentales desde 1956, Colletti abendond 2] per, Su obra principal durante la década siguiente fue escrita fuera de todo marco organizativo Asi, de 1924 a 1968, el marxismo no se «detuvor como iba » afirmar Sartre més tarde, pero avanz6 mediante un interminable rodeo lejos de toda practica politica revolw cionaria, Este divorcio estuvo determinado por toda la épo- ca historica. En el plano mis profundo, el destino del ma xismo en Europa fue regide por ia susencia de grandes levantamientos revelucionarios después de 1920, excepto en la periferia cultural de Espafta, Yugoslavia v Grecia. Tam bién fuc, insoparablemente, un resultado de Ia estalinizy cién de los partidos comunistas, herederos formales de “a revolucién de Octubre, lo cual hizo imposible una genuira labor tedrica dentro de fa politica aun en ausencia de todo levantamiento revolucionario, lo que, a su ver, contribu a impedirlo, Asi, la caracteristica oculta del marsismo o> Wisse Franco Cassino, comp, Marsan « fllestia tm tall, Ba von Sosa TES ah Hae velo contine tn testo det pe aie tchates tebricos dentro del rer en fox afte cincuenta y sesentay imu contowerna ge DE a gu oy flerremon ma ldarte cement de yess atonal propio rest de Colt ¢A p> tical ane philogorhieal imerivws, New Left Review, 86, jullorasesto ae ee ae aM ge as Luck’ Collie Zone abler, 4190) Bate notable texto ss de Bran importancla para coda una serie de problems a ee a epee dase: Ee cieice omen Leer Pou oh alalares sigur (cs ue aq prescamos, ate Sib Mutt tpn aren on, Segoe eect Io didn del tarsiao oceldental "ha mostra ante Fe eee eh eng ak ie ore Colon Ex imc SS a hay avn so pore sup ae ete $Euil'e che acini hn ica de ee Advenimiento del marxismo occidental 37 cidental en su conjunto es que se trata de un producto de a derrota. El fracaso de la revolucién socialista fuera de Rusia, causa y consecuencia de su corrupcién dentro de Rusia, es l trasfonde comun a toda la tradicién tedrica de este periodo, Sus obras principales fueron creadas, sin &x- excepeién, en situaciones de aislamiento politico y desespe- tacion, Historia y consciencia de clase (1923), de Lukacs, fue excrita en el exilio, en Viena, mientras el terror blanco rei: faba en Hungria después de le supresién de la Comuna hungara, Los Cuadernos de Gramsci fueron escritos en la prision, cerca de Bari, después de la definitiva represion Gel movimiento obrero italiano por el fascismo triunfante. Las dos cbras mas importantes de la Escucla de Francfort se publicaron en el momento culminante de la reaccién po- Iitica en Alemania Occidental y los Estados Unidos después de la guerra: Minima moralia (1951), de Adorno, en el afio fn que se inici en Alemania Occidental el proceso formal de proscripcion del xvo; Eros y civilizacion (954), de Mar Guse, durante la histeria del macartismo en Norteamérica En Francia, la Critica de la razén dialéctica (1960), de Sar- tre, fue publicada después del golpe gaullista de 1958 y en ei momento mas algido de la guerra de Argelia, cuando la masa de la clase obrera francesa —conducida por el per— perinaneeia paralizada e inerte, mientras los ateques terro Betas de la oAs golpeaban a los pocos individuos que se Sponian activamente a la guerra. Fue también en esos afios Bondo Althusser comenzé a_claborar sus primeros. y mas Griginales estudios: Contradiccién y sobredeierminacion (1962), el mas finportance de Estos, coincidlié con Ta instal cién autoritaria del gobierno presidencial directo y la ple ‘$a consclidacion politica de la V Republica, Esta serie tnir- ferrumpida de derrotas politieas —para In clase obrers, para el socialismo— no pudo por menos de tener profur- Yos efectos sobre la naturaleza del marxismo de esta epoca «Al misme tiempo, la estalinizacién de los partidos creados por la III Internacional, desde fines de los afios veinte, buro- Eraticamente organizados ¢ Ideoldgicamente subordins Ja politica de la URSS, dejé en el marxismo otro sello distin tivo. El resultado de la segunda guerra mundial, como he- mos visto, sefialé ux cambio profuundo en ef exguema geo grafico del marxismo como cultura activa en Europa, cor a practica desaparicién del comunismo como {nzrza’ vive en la clase obrera de Alemania Occidental y com el surgi miento y el predominio de partidos comunistas de masat en Francia ¢ Italia, Estas diferentes situaciones originaror ue variedad de respuesias al problema de cémo rela la teoria marxista con la politi woletaria ex fas region alata, pero jullale soluslon. La incorporecion foc mal a partidos obreros (Lukécs, Della Volpe, Sitwsser), CE eee etn y Caley, a élegs tne con ellos (Sartre) © la renuncia explicita a toda con con, ellos (Adornu Marcuse) resultaron ser actitudes to- das ellas incapaces de vincular ia teor irsista con la lu che de masas, Podria decirae que para todos estos tebricos a movimiento comunista oficial era el pole central o unico de la relacitn con Is oii sosalisa onnizad, 1 seep ran © lo rechwntrw Deno del marco de esta relecidr habia dos opciones generales, Ei tedricn podia : porarse aun partido comunista y aceptar ef rigor de su discipling En este caso, podia mantener cierto contacto nominal cor la vida de la clase obrera nacional (a la que, pese a todo, el pactido estaba blemente ligado) y una continuidae al menos filoldgica con los textos clasicos de! marxismo y el leninismo (cuyo estudio ere obligatorio dentro del pi tido). El precio de esta cercania, por relativa que fuese, & s realidades de la lucha cotidiana de la clase obvera ere silencio sobre su conduccién real. Ningin intelectual (© cabajador) do un partido comunisia de mases de este pe Hede que no formase parte de su direccién podta hacer Te jnener declaracion independiente sobre problemas: politicos importantes, excepto en la forma mas oracular, Lukics y Althusser ejemplifican esta opcién. La opcién opuesta ere permanecer fucra de toda orgenizacién de partido, come intelectual independiente. En este caso, no habia ningtr contiol institucional sobre las formas politicas de expre sign, pero, en cambio, tampoco habia ningtin arraizn er la clase social en cuyo beneficio la labor tesrica marxiste Uene sentido en definitiva, Sartre y Marcuse representan. Advenimiento del marxismo occidental 59 de diferentes maneras, variantes de esta postura. El prime- fo mantuvo vna serie inigualada de intervenciones persona. Jes por la causa del socialismo internacional, al escribir im- portantes ensayos sobre Francia, Hungria, Argelia, Cuba, él Congo, Vietnam y Checoslovaquia, pero sin un conecimien- to intimo de la herencia clasica de} marxismo y sin influen- tia sobre el movimiento obrero de su propio pais. El se- gundo poseia una formacién superior en las anteriores tra- Giciones. marxistas y escribié extensos libros que trataban, ‘a su manera oblicua, de los Estados Unidos y la URSS (El hombre unidimensional y El marxismo soviético), pero ¢la- bord tina teoria que negaba a la clase obrera industrial todo potencial socialista activo. Una iiltima alternativa era abary Eonar toda adhesion y toda referencia a la polisice: fue la actitud Adorno en la Alemania de posguerra. La consecuencia de tal estancamiento fue el meditado silencio del marxismo occidental en los campos més impor- tantes para las tradiciones clasicas del materialism histo- Heo: el examen de las leyes cconémicas del movimiento Eel capitalismo como modo de produccién, el andlisis de In maquinaria politica del Estado burgués y la estrategia de la lucha de Clases necesaria para derribarlo, Gramsci es fn tinica excepcion a esta regla y éste es el sello de grande- aa que lo distingue de todas las otras figuras de esta tradi- Hon, Es légico que asi sea, pues sdlo él encarnd en su per sona la unidad revolucionaria de teoria y practica, tal como fa definia la herencia clasica, La experiencia de la insurrec- Gon de los obreros itulianos en 1919-20 y de la direccién organizativa del pci de 1924 a 1926 constituyeron las fuen- tee creadoras de st pensamiento durante los largos aflos de carcel que le protegieron contra las consecuencias inte- lectuales de la estalinizacién fuera de Italia y que le mata: Konientamente. Pero aun sus escritos revelan las rupturas {los limites en las luchas de la clase de la cual nacieron, “si como las circunstancias materiales de su cautiverio. Después de Gramsci, ningin otro marxista de Europa oc Hdeatal lograria realizaciones similares. La reduecién del Gmbito para la labor teorica a las restringidas alternativas ae ig cbediencia institucional o el aislamiento individual 60 Perry Anderson suprimié. toda posibilidad de une relacién dindmica entre el materialismo hisiérico y by lucha socialista ¢ impidié todo desarrollo directo de los temas principales Gel morxis- mo clisico. Dentro de lor partidos comanistas, todo oxa- men de las economias imperialistas de posguerra, de I sistemas estatales de Occidente y de la conduccion ests gica de la lucha de clases quedd esiriciamente reservado a Ia cispide burocrdtica de esas organizaciones, condicio nada a su vez por la subordinacion general a lay posturas oficiales soviésicas. Fuera de las files del comunismo or- ganizado, no habia ningxin panto de apoyo dentro de la nasa de la clase obrexs desde cl cual desarrollar un andlisis © una estrategia revolucionarios iateligibles, o bien 2 causa del predominio comunista en el proletariado local (Francia, Hialia), © bien « causa de sus abrumadon formisias (Memenia, Estados Unidos), La tedricos formedos en Ia doble experiencia del foscistua y Ja segunda guerra mundial quedé marcada po ode esperaron totalmente dc [a clase obrera (los alemanes, que no tuvieron una Resistencia) o le iden! ron inevitable mente con st representacisn comunista (los franceses o los italianos, que tuvieron una Resistencia). Probablemenie sea significative que el micmbro mas joven del grupo aludido, Colletti, ef tinico cuya formacién principal fe posterior al fascismo y a la Resistencia, fuese tambitn cl unico tedrico de este tradicién capaz de escribir sobre probleinas politi cas y econdmicos de la posmiesra con liberiad intelectual ¥ rigor profesiona’ desde su zlejamiento del ri, Pero aun as contribuciones de Colletti han sido esencialmente reca pitulaciones expositivas del balance ce los debates elisicos, inas que innovaclones sustanciales por deved pio. Du rante mas de veinie aiios despuds de la segunda geet mun- dial, el registra intelectual del marxismo occidental en nbras de teorfa econémica o politica propiamente dicha 7 pr B Veanse, en particular, sus cnssvos “The question of Stile, on Hew Left Resiew, 61, mayo ‘unio de 970; ¢ slairoduziones, en C. Napeleon 7 Collett, compey Hf futuro dot eapitatieinar evollo @ svllape? Vari, 197, padi fateh La! eneaton de Sra, Baresons Araaina, 977 abn Freshucciine, en £T mersisma » of rerrumbe del capitalisnre, Mexlen, St lo XX1, 1978). Advenimieato del marxismo occidental 61 en In produccién de obras importantes en cualquiera de los dos campos— quedé practicamente en blanco. Las trabas institucionales representadas por los efectos de] fascismo o Jas restricciones de! comunismo de posgue- 7a, sin embargo, no fueron en modo alguno la unica razén de la esterilidad de la teoria marxista en esos dominios en el escenario de Europa occidental. Porque ésta fue también Ja época de una consolidacién objetiva sin precedentes del capital en todo el mundo industrial avanzado, Econémica- mente, el dinamismo global del prolongado auge de los aiios cincuenta y sesenta fue mayor que el de cualquier pe- riodo anterior en la historia del capitalismo. Fl crecimiento, general y masivo que se registré en este periodo inicid, en efecto, una nueva fase en el desarrollo del modo’ de produc Gién como tal, desmintienda aparentemente las prediccio- nes clisicas de su inminente decadencia o crisis y plantean- do problemas radicalmente nuevos al andlisis cientifico, Le tradicién de la econemfa marxista que hellé su términe en la Teoria del desarrollo capitalista, de Sweezy, en 1942, fue relegada al pasado al final de esta ‘obra, a cause del visible Gxito de la renovacién keynesiana en la economia de Esta dos Unidos. Cuando Sweezy y Baran volvieros al tema yeinte afios mas tarde cn una catensa obra, El capital mo- nopolista, remmciaron ep gran medida al mares ortodoxo de las categorias econémicas marxistas *. La escala y el vi WE} bien conocido el abanviono por Baran y Sweery del concepto de pie ee near aeular de i? cepttay, de Mars. Sin embarm, To que Peeeyien Monopoly eepifal (Nueva York, 1968) no es tanto estudiar ¥ re Decen coptar como el de phisvalor @ el de compasicién orsanicn del hore SMueciante une critica directs, como apartarse técitamente de ellos caviar anclowias més. vages, a rhenudo de un cierto cerdcter Keyne- Peeine En este sentido, dieha obra se situa eh gran medida fuera de os Sere nev los pracedimmientos del marzismo clésico. Debe recordarse que Bemis esslage Igo) de formaciot en el ambiente del Tmstituio de Talostibaciga ‘Sucial de Ftancfort; fas titimas seeciones de £1 capital mo- reve reat Kevelan signos evidentes de ou influencis. Sweesy por su parte Hereiitayads ecientemente que ne covsidera que Ia nocién de vexceden a ae? de ET capital jmondpolisfe ests en contradiccién con la de puusvalors {stplas-atue] de Et capitel, Vease su declaracion directa 3) sete Mlauiity Review, eneto de 1974, pp. 3132. En general, puede epee Ee desde la pubicacion de El capital monopotiste (Baran, muric see ston) low andlicix de Sweery del capitalismo estadouridense Roniniy ‘Review en side més ortodoxos en su terminologi 62 Perry Anderson gor de la expansién imperialista de las fuerzas de produc- cién, tanto en la regién atléntica como en la del Pacifico, presenté un formidable desafio te6rico al desarrollo del ma- terialismo histérico: la tarea, en todas sus dimensiones, nunca fue Ilevada a cabo dentro de la tradicién del mar- xismo occidental *, Al mismo tiempo, después de la segunda guerra mundial se produjo el establecimiento, por primera ver en la historia de la dominacién burguesa, de la demo- cracia representativa basada en el sufragio universal como estructura normal y estable del Estado en todos los prin- cipales paises capitalistas: Alemania Occidental, Japén, Francia, Estados Unidos, Inglaterra € Italia. La novedad de este orden politico como sistema perdurable y uniforme a escala internacional 2 menudo se olvida en el mundo an- glosajén, debido a la relativa antigiiedad de sus tradiciones locales en Inglaterra y los Estados Unidos *. Puede verse B Ia enigmaticn carrera de! polaco Michal ‘Kalecki constituye guiss el ‘caso més cereano de interes del marxismo europes de esa spoce por as principales transformaciones del capitalismo avarzado, Navido en Lodz en 1898, Kalecki —ingeniero de formacidn, sin tituios formales en econo- ‘mia st anticipd a la mayorta de las ideas de Keynes en su obra Estudios Sobre Te teoria. de fos ciclos econdmicos, de 1933, dos afos antes de 1a Dpublicacién de la Teorta general de la ocupacidy, el interés y el dinero, Emigro a Inglaterra + traves de ‘Suecia en 1985, y fue uego ! primer economista que predijo el sistema de posguerra de gestién anticclice de fa demanda ‘en_Occldente, en su articulo «Toe polltied wapects of full employments (The Poitical Quarterly, 4, 1943). En 1985 volvio a Polonia, ees Ce Pies eee a eh es eas rae Scie de gu muons, ccurrda en 190. La ambigiedad as obra de Ke Ear oT taardtme Sete uetensio' shen i veetgtein Moyen fas en la Polonia semidictatorial de los coroneles, en los. afos tein a, Kalecki parece haber sido criticado por el re polaco por lusem- Burguismos, ‘a causa de su preocupacion por ‘los problemas "de. a demands efectiva y les niveles de inversi6n, En Inglaterra y Norteamé. fee, su obra wiiinea formulas en categorise marsistas clasicas fue tomada como una forma de keynesianismo de izquierda. Alin 10 se ha pronuncado un eredico final. La obra de Kaleck! plantea le cuestin Ge sino ha exisiido una tradicion especificamenie polaca de economia Inariste en este siglo, que dosconderia de Luxomburge, y ala que Grossmenn, Moszkowska ¥ Kalecki, de diferentes maneras’ habrian per tenccida oblicusmente "En la misma Inglaterra, 1s implantacién del sufragio universal s6lo dats de 1928, En Francia, Ttalia y Japén fue introducide por prmera ver en 1945. ‘Advenimiento del marxismo occidental 63 esto en Ia ausencia de toda teorizacién importante © convin- Cente sobre él en el marxismo clisico: el Estado democra- ticoburgués en s{ nunca fue objeto de una obra importante de Marx, quien no vivié para ver su realizacién, mi de Le nin, cuyo enemigo era un tpo de Estado completamente distinto, el de la Rusia zarista. Asi, los problemas implici- tos en la elaboracion de una teoria politica capaz de captar analizar la naturaleza y los mecanismos de la democracia representativa, como forma madura del poder burgués, no fueron menores que los planteados por a rapido avince ae ‘ia capitalista mundial, durante las . weenie Gguiontes a la guerra. Tambien ellos constitulan una laguna dentro de la corriente principal de la obra mar- xista en Occidente. eagont DE BELGRANO or OTEC. A 3. CAMBIOS FORMALES El progresivo abandono de las estructuras econémic politicas como puntos de interés de la teoria fue acompa, ado por un cambio bésico en todo el centra de gravedad dl marximo europeo, el cual se desplaz6 hacia I jiloso- fee poe ae sorprendente de toda la tradicion que va de Lukécs a althasser y de Korsch s Colletti es la abruma~ dora preponderancia de Ios filésofes profesiorales dentro cialmente, este cambio signified un emplazamien- to académico creciente de le teoria elaborada en la nucva Pap chad ogee wtsky, por iuual, se habfan burlado de los Kathedertocia listen, los ssocialistas de cétedra», que enseeban en las universidades, sin ningun compromiso de partido, Los inte. lectuales marxistas de la generacién anterior a la prime: guerra mundial munca se incorporaron a los sistemas uni. versitarios de Europa central u oriental ded poten entre la ieora ¥ la préciea Que elles Semrecn: taan era incompatible con cusiquier posicén académica in cambio, era habitual que enseiiaran en est Hide @ volntarias pera dbrerne come und Sevidaet oe le una vida de militancia, Hilferding nung nse: Haron economia pollen cn In escuda del ans ore Bene, mientras Lenin y Riazanov dieron clases a obreros bolche. viques en Longjumeau, y Bauer dio cursos en el cei del spp en Viena. Los primeros teéricos del marsicaaee cidentalsiguieron este tradicién, Lukées ensen en el Chrew Rad doee ee durante la primera guerra mundial; Korach dio clases en la escuela experimental Karl Marx de boshtin ne see e creacién del Instituto de In- ién Social de Francfort —institucion independ pero adherida a la universidad local ‘del Estado werd Cambios formales 65 una fase de transicién en la Reptiblica de Weimar. Pero al final de la segunda guerra mundial, la teorfa marxista ha- bia emigrado de manera practicamente total a las univer- sidades, lugares de refugio y exilio al mismo tiempo de las juchas politicas del mundo exterior. En este periodo, Lu kécs, Lefebvre, Goldmann, Korsch, Marcuse, Della Volpe, Adorno, Colletti y Althusser ocuparon todos cargos univer- sitarios con rango de profesores'; Sartre, que habia inicia- do una brillante carrera docente universitaria, la abandoné después de triunfar como escritor. En todos los casos, Ja disciplina que easeiaban era la filosofia. Los determinantes externos que impulsaron el desplaze- miento de los focos principales de la teoria marxista de la cconomia y la politica hacia la filosofia y su traslado for- mal de las asambleas de los partidos a los departamentos ieadémicos, se inscribfan en la sombria historia de este pe- Modo, Pero este cambio nunca habria sido tan general y completo de no haber existide un poderoso determinante ‘nterno en Ja misma cultura marxista. El suceso decisivo fue la tardia revelacién de los trabajos tempranos mas impor- tantes de Marx: los manuseritos de Paris de 1844. Estos fue- ron publicados por primera vez. en Mosct. en 1932. Su in- fluescia inmediata fue acallada por la victoria en 1933 del narismo en Alemania, el pafs donde —por entonces— era probable que su resonancia fuese mayor, y por el comienzo fe las purgas en Rusia, en 1934. (Riazanov, que habia pre- parado los manuseritos para su_publicacién en la edicién tritica de las obras de Marx y Engels, fue destituido del Instituto de Mosca antes de que aparecieran.) Sin embar- go, cavsaron una profunda y perdurable impresién en tres pensadores de la época, independientemente. En su exilio En Mosci, Lukacs trabajé bajo la direccién de Riazanov en el desciframiento de los manuscritos en 1931: esta experien- Cia, segiin su propia declaracion, transformé de manera per- T Lukics en Budapest, Korsch en Nueva York, Marcuse en Brandeis y La Jolin Letbvre, Goldmann y Althusser en Paris, Adorno en Francfort Darle Volpe en Mesina y Colletti en Roma. Sélo Gramsci y Benjamin, eens cite del fascism, permanecieron ajenos a toda universidad, 66 Perry Anderson manente su interpretacién del marxismo', En Berlin, Mar- cuse celebré su publicacién con un ensayo de 1932 en Die Gesellschaft, que empezaba con Ja resonante declaracién de que los manuscritos «daban una aueva base a toda Ia teoria del ‘socialismo cientifico’»; y subrayaba en particular su opinion de que demostraban la importancia fundamen- tal de los cimientos filosoficos del materialismo histérico en todas las etapas de la obra de Marx’. En Paris, Lefebvre fue autor de las primeras traducciones de los manuscritos a una lengua extranjera: su primera edicién de ellos, pre: parada en colaboracién con Guterman, aparecié en 1933; la primera obra teérica importante que expuso una recons: trucciéa del pensamiento de Marx como un todo a Ja luz de los manuscritos de 1844 fue El materialismo dialéctico, de Lefebvre, escrito en 1934.35', Pero fue en el periodo pos- terior a la segunda guerra mundial cuando se hicieron sen- tir dentro del marxismo contemporaneo los plenos efectos del descubrimiento de las primeras obras de Marx y Su in corporacién al estudio de su pensamiento, En Ttalia, Della Volpe inicio su entrada tedrica en el materialismo dieléc- tico con la primera traduccién y examen en italiano de los nuevos textos del joven Marx, no sdlo de los manuscritos de Paris, sino especialmente de la Critica de ta filosojia del Estado de Hegel (1947-50)*. También en este caso, toda la versién que ofrecia Della Volpe del marxismo —que llez6 a inspirar a una gran eseuela— se basé en una scleccién y una interpretacién particulares de los primeros escritos fi- 7 Véase Ia entrevista Lukes on his life and works, New Left Rev view, 68, julicagosto de 1571, pp. S657; y el prefacio de 197 a History and class corsctousness, Londres, 1991, p. xxxvi (Historia y consciencia ide cluse, México, Grijaibo, 1969) S'Vease Marcuse, Sindies in critical philosophy, Londres, xia, 1972 paginas 34 "ciyo primer ensayo e una waduccion’ de este texto funda Mental, que leva a ia de srarezae, ta de einautenticidade ala de «serialidad=, la de inestabili. ten-sfo a la del «grape en fusiéne". Pero, al dad del «pars iafluencias £on amplamente demostradas en ot ensaye de Gar yenE Fee marsism of the carly Lukicse, New Left Re tibetsenore det Wer nanan esona 9 C0 iuikees pntes de la primera quer munca elas antes de Pa cedar de Gramsct Marla Croce y st eta caoporin de fete ee [a sister 2eo- 1 co eee oe debla ser teinada camo ut, earon emptied» ee eign flarcas elas Hl mavratiano orca, tui, 186 eae a” Gensel commaca snlwo a Croce con Lek, cme ce ne nde ela ue cata uno 4 Su aes, Tchasaron i ee iiroina ®t (lof de Benedetto Misene Vision, 187). ° smehnnzas concentuales entre El Groce, Buenos Mr ‘ina eaposeten completa de las ver y in note 9 ia Critiee de Ie raxor Mluteutica se Hallas ™ Perry Anderson mismo tiempo, las dos principales fuentes anteriores del original sistema existencialista de Sartre siguieron influ yendo activamente en su pensamiento posterior: les ref= Tencias © alusiones a Husserl y Heidegger abundan en su largo estudio sobre Flaubert, publicado diez afios des- pués de la Critica de la razén dialéctica. Althusser concib 6 Su obra como una polémica abierta y radical contra sus principales predecesores, sobre todo Gramsci, Sartre y La acs, Pero también su sistema teorico debid muchos de sus términos organizadores a tres dispares pensadores idealis- tas: las nociones de «ruptura epistemologicay y de «pro- blematicar fueron tomadas de Bachelard y Canguilhem, un filésofo y un historiador de la ciencia, ambos de pronun- ciada tendencia psicologista; las ideas de «lectura sinto- maticas y «estructura descentrada» proventan de Lacan, wn psicoaralista que combinaba la ortodoxia freudiana con re: sonancias heideggerianas; mientras que la acufacion cel fermino wsobredeterminacién*, claro esté, fue importa directamente de Freud", Estas respectivas correlaciones culturales —que igen la posicién topografica del pensa- miento de Lukécs, Gramsci, Marcuse, Sartre y Althusser— son solo las mAs importantes y destacadas de tales series en la tradicién del marxismo occidental. Relaciones simila- tes pueden encontcarse en casi todos sus representantes *. El papel central que desempeié en la obra de Goldmann la psicologia de Piaget (con quien trabajé en Suiza durante lo Pactra) es un ejemplo tipico. Aun fuera del marco de esta fradicién propiamente dicha, tiende a aparecer la misma bie cowla de Frederic Tameton, Marxism and form, Princeton, 147 Pginas 231-74 que es con mucho ‘el mejor analisis critico det tema i gure Tas nropias declaraciones de_ Althusser en torno, a sus deulas con Batkclard, Canpuilvem y Lacan, vease For Mars, p. 25 y Reading eee aera (pare leer aEl capitaim, Mexico, Siglo XX1, 1968). Bache {ard dinigis ly tess doctoral de Althusser See cipal exeepeidn es ta escuela de Della, Volpe en Talia, El mismo Delle Volpe Tomo muchos clementos de la linghfstica de Helms ras sts teoria esteliea en la Critica del gusto, pera Ia escuela en su ey Pare SMeamaineld elativamente Hbee de influencins no marxistas, en cao scibn con sus homblogas de otras partes. Esta ousencia proba Samra eiee eo. etacignada con ta falta de innavaciones, temiticas tov ponantes que tambien la distinguid, como se verd mas adelante Cambios formales 5 regla: Ia relacién de Sweezy con Schumpeter en Ia teorfa econémica es un ejemplo de esto. Reciprocamente, la in- fluencia de un solo pensador idealista puede extenderse a varios tedricos marxistas. Bachelard, por ejemplo, no sdlo inspir6 a Althusser, sino que también fue admirado por Le: febvie, Sartre y Marcuse, quienes extrajeron conclusiones muy diferentes de su obra". Freud, sobre todo, fue un des- cubrimiento comin, no sélo de Adorno y Marcuse, sino también de Althusser y Sartre, aunque, nuevamente, cada uno de ellos adapté o interpreié su legado en muy diver- sas_direcciones ", Esta constante confluencia con sistemas de pensamiento contempordneos ajenos al maferialismo his- torico, y a menudo declaradamente adversos a él, fue algo desconocido en la teorfa marxista antes de la primera gue tra mundial, Fue una novedad especifica y definitoria del marxismo occidental. La serie de relaciones entre importantes teéricos de esta tradicién y pensadores modernos del campo cultural no Véase The theory of capitalism development, p. ix 1h Yesce La comme et le reste, pp. 14248 Being and nothingness, Lon area, aS go. S008 UE ser la nada, Buenos Aires, Losada, 1966)! Eres SNe dvtizarton, Londres, 1984, pp. 106 y 209 (Eros y civiizacion, Barce: te Bn arial 18), » Oneutimensional man. Londres, 1964, pp. 249-50 tel hombre unidimensional, Barcelona, Seix Barral, 1968), Esios autores (El pttioron atraides esencialmente por la poética de Bactelard, més ave por su episteralogta. Tate védorno. «Sociclogy and psychology», New Left Review, 464 noviembre de ‘Os)ebrero de 1968; Marcuse, Eros and civitearton, passim; welleasee, Sfecud and tacane, on Tein and philosophy and other essays, faeces oS lon (ered y Lacan, "Barcelona, Anagrama, 1970); Sart Berween) existentialism anid’ marxise, Londres, sts, 1974, pp. 38-42 tat ietlueneia. del darwinismo en la época de lx TT’ Interacional es ia el ‘equivalente, més cercane. Sin embarge, la autoridad del evolr LA eee te una clencia natural. que no incidia direciamente en Sen ee ocial eel. materlaliema histérieo, Por ello, podia ser aproba- Fora sein wna verdadera medificacion interna de éste, Aun Be ae nutsks, probablemente cl te6rico mas sensible a la influen: 11 es0 GS neitmo! Ine importaciones directas no son earacteristicas de Sk Sincipal obra’ de ia preguerra. Un caso mas extremo de esta espede suePlin dada, ef atractivo de Mach sobre ciertos intele:tuales, bolchev- soe. tn particular Bogtanov, que insto a Lenin a escribir Maceriallsme Pekpiriccriticsmo. ‘Tambien’ agul fue el desarrollo de las cencias fis serra Gercio una atraceion —transitorla~ sobre ciertae tendencias G00, Ta cuardismo. Sin embargo, ningura figura imporcante de la ter- denteo sctaciin de. inatxismo clisico sufrié su influenci. 6 Perry Andersor marxista fue, por ast decir, el eje horizontal de referenci: intelectual para el marxismo de Occidente. Pero al misma tiempo, éste se distinguio también por un eje vertical de referencia de un género en gran medida extrafio también @ las anteriores tradiciones marxistas: fue su invariable cons truccion de un linaje filosofico que se remontaba més allé de Marx. Todos los principales sistemas teérieos del mar xismo occidental revelan, a este respecto, el mismo meca- nismo esponténco. Sin excepeién, han apelado a filesol premarxistas para legitimar, explicar o completar la filoso fia de Marx. Este regreso compulsivo més alla de Marx, eu busca de un anterior punto de vista vertajoso desde el cual interpretar el significado de la obra de Marx, fue tambi un indicio sugestivo de la situacion historica basica en que se hallaba el marxismo occidental. El novedoso predominio de los filésofos dentro de le tradicién fue, como hemos vis to, uno de los signos del cambio general que suftié la cuk tura marxista después de 1920. Las lineas verticales de dee cendencia que reivindicaba ahora el marxismo occidental, para Marx y para si mismo, obedecian en buena medida a ese ascendiente profesional dentro de él, pues et mismo Marx no habia dejado ninguna obra filosilics sistemtica ‘en cl sentido clasico. Tras sepultar sus primeras tesis file- s6ficas en manuscritos inéditos, en su madurez nunca s: aventuré de nuevo en un terreno puramente filosofico. Aun sa mds importante trabajo posterior sobre el método. la introduccién de 1857 a los Grundrisse, quedé en forma dz fragmento programatico, munca terminado ni preparady para su publicacién, El carécter latente y parcial de la pre- duccién filoséfica de Marx fue compensado por los escritos tardios de Engels, y sobre todo el Anti-Diihring, para sus sucesores inmediatos. Pero esos escritos cayeron en general descrédito después de 1920, cuando se hizo cada vez mas obvia la incompatibilidad de algunos de sus temas centr: Jes con los problemas y los hallazgos de las ciencias nature les. En efecto, el marxismo occidental iba a comenzar cor un doble y decidida rechazo de Ia herencia filosofica de Engels por Korsch y Lukaes en Marxismo y filosofta y er Historia y consctencia de clase, respectivamente, En ade- Cambios formales 7 lante, la aversién a los ailtimos textos de Engels iba a ser comiin practicamente a todas las corrientes en presencia, de Sartre a Colletti, de Althusser a Marcuse™. Pero una vez des- cartada la contribucion de Engels, la limitacién del legado de Marx se hizo més evidente, y més acuciante la necesidad de completarlo. E] recurso a anteriores autoridaces filoséfi ‘cas del pensamiento europeo para tal fin puede ser consi derado, en cierto sentido, como una regresion con respecte & Marx. No es casual que la perentoria frase con la que Marx ajusté cuentas con sus antepasados intelectuales «Los filésofos no han hecho mas que Interpretar de di Yersos modos el mundo, pero de lo que se trata es de trans- formarlo»— haya encontrado poco eco en el marxismo oc- dental, cuyos fildsofos quedaron legalmente desembare- zados de la unidad revolucionaria entre teoria y préctica que exigia la onceava tesis sobre Feuerbach. Por otro lado. tna sola frase no puede suprimir siglos de reflexién. La meta afirmacién de Marx nunca podia hastar pare propor- Gonar una filosofia al materialismo_historico, ni incluso para hacer un balance de las viejas filosoffas anteriores a @. Ademés, la propia cultura filoséfica de Marx no era en modo alguno exhaustiva. Basada esencialmente en Hegel y Feuerbach, no se coracterizaba por su conocimiento intimo de Kant 0 Hume, Descartes o Leibniz, Platén 0 Tomés de ‘Aquino, para no hablar de otras figuras menores. Asi, otro sentido, una regresién cronolégica més allé de Marx no era necesariamente una reincidencia filoséfica, precisa jnente porque Marx nunca habia evaluado o superado toda la ética, la metafisica o la estética anteriores; ni siquiera Dia tnlea excepcisn a esta regia es cl marnist,aiano Sebastiano ara oe psa iiore Sed materatiom, Pisa, 1970, pp, 112 (Pra So Iratettisnno 3 estructuralismo, Barcsiona, Fontanel, 173). La ar ld oe er ge marco oeddental en eta poe. Sn ro te Stade dir gida tan expresamente contra todas Is otras es Sm iro de este altima, y representa usa postura tan divergenie, see*e, “Simple incusion aqui podria parecer gratuita. No obstante, nt aa Waee bea intransigentemente origral ha escapado a cerias deter siquRlonee comunes del marxismo occidental. Véase mds adelante, cap. 4, ota 4 B Perry Anderson habia abordado muchos problemas basicos de la filosofia clsica. En otras palabras, habia cierta legitimidad en los sucesivos intentos hechos dentro del marxismo occidental para establecer un linaje intelectual que se remontara mas allé de Marx. Porque todo desarrollo creador de la filoso- fia marxista inevitablemente tendrfe que pesar por una re consideracién de la compleja historia cognoscitive que ¢! mismo Marx ignoraba 0 evitaba. Los puntos de partida exis tentes cn la obra de Marx eran demasiado escasos y dema. siado estrechos para que esto no fuese necesario. Al misme tiempo, no es menester subrayar los riesgos implicitos er un prolongado recurso « las tradiciones filoséficas premar: xistas: es bien conocido el peso abrumador de los motivos idealistas y religiosos en ellas. La primera reinterpretacién importante del marxismo que hizo un uso fundamental de un sistema premarxista para construir su propio discurso tedrico fue el enfoque que de Heyel hizo Lukécs en Historia y consciencia de clase. Hege nunca habfa sido muy estudiado en la II Internacional: po- Jo general, sus principales pensadores le habfan considera do como tn precursor remoto, pero ya sin importancia, de Marx, de menor entidad que Feuerbach”. Lukacs invirtio radicalmente esta apreciacién, y por primera ver elev6 a Hegel a una posicién absolutamente dominante en la pre historia del pensamiento marxista, La influencia de esta reevaluacién de Hegel iba 2 ser profunda y duradera para toda la tradicién posterior del marxismo occidental, coinct dieran o no con ella los pensadores posteriores. Pero el re curso de Lukacs a Hegel fue mucho més alld de esta atri- bucién genealégica, pues dos de las tesis tedricas bisicas d2 Historia y consciencia de clase provenian de Hegel mis qu> de Marx: la idea del proletariado como el «sujeto-objeto idéntico de la historias, cuya conciencia de clase superaba por ello el problema de la relatividad social del conoc Bi Véanse los propios comentarios de Lukées en History and class conscousness, p. xi, La principal excepcin fue Labriola, quiex hab. {Jo"un fldsof: hegellano antes de su encuentro con ci marxisino. De EN a repentina revelacion del sdescubrimientow de Hegel por Lenia, después’ del deserésito ce 1a II internacional en 1916 Cambios formales ny miento, y la tendencia a concebir la «alienacién» como una objetivacién externa de la objetividad humana, ciiya reapro- piacién seria un retorno a una pristina subjetividad interior, Jo que permitia a Lukacs identificar el logro por la clase obrera de una verdadera conciencia de s{ misma con la rea lizacién de una revolucién socialista. Cuarenta afios més tarde, Lukacs iba a describir esas tesis distintives de Histo- ria y consciencia de clase como «una pluscuambegelizscién de Hegel» #, Sin embargo, la reevaluaci6n de la importancia de Hegel para el marxismo, que inicié Historia y conscien- cia de clase, hallé rauchos sucesores. El mismo Lukées mas tarde traté de redescubrir categorias fundamentales del pen- samiento de Marx en el de Hegel, més que de introducir categorias hegelianas en el marxismo. Su estudio de El jo- yen Hegel (1938) fue un esfuerzo mucho més erudito para establecer tna continuidad directa entre Hegel y Marx, ba sado en la lectura por Lukacs de los manuscritos de 1844, en Mosci, y en el papel de conceptos econémicos como el de trabajo en los primeros escritos de Hegel ®. Tres afios mas tarde, Marcuse publicé Razén y revolucién en Nueva York, con el subtitulo de Hegel y el surgimiento de la teorta social, primer intento de efectuar un andlisis mar. xista de todo el desarrollo del pensamiento de Hegel, en to- Gas sus fases, como preparacién y condicién para la obra de Marx. La fidelidad de Marcuse a este concepto de Hegel munca vacil6, Adorno, mucho més critico que Lukées o Mar- cuse del idezlismo objetivo como «filosofia de la identidad» bas6, sin embargo, su importante obra en los procedimien- tos de la Fenomenologta del espiritu: «El método de Hegel —declaré— inspiro el de Minima moratia» ®. En Francia, en cambio, aun admitiendo la importancia fundamental de He- gel en ia formacién de Marx, Sartre iba a invertir su eva- luacién y a exaltar la contribucién antitética de Kierke- gaard como correctivo filoséfico a Hegel dentro del marxis- mo, Si bien sostenia que el mismo Marx habia superado la B History and class consciousness, p. xxii (D. X20) & Der ange Tegel no tue publicado hasta 18 a cause de la guern. 2 Minima moral, Londres, Nia, 19%, p. 16 (Minima moralia, Caracas, montzavila, 197).

También podría gustarte