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Carta A Una Colegiala

Para leer esta carta


baja hasta nuestro ro.
Escuchars, de pronto, una cosecha de aire
pasar sollozando en la corriente.
Escuchars la desnudez unnime
del agua y el sonido.
Y el rumor del minuto ms antiguo
formado con el tomo de un da.
Mas, de repente, escuchars, oh bella msica femenina,
la catarata inmvil del silencio.
Entonces, te hablar desde las letras:
Era enero. Salimos del colegio.
Veo tu blusa de naranja ilesa.
Tus principiantes senos de azucena,
y siento que me duele la memoria.
Bella aprendiz de cartas y de melancola,
con los ojos cerrados y las bocas unidas,
tomamos esa tarde una leccin de idiomas
sobre el musgo que hablaba de la cartografa.
Cmo has pasado estas vacaciones?
Sientes alguna vez entre los labios
ese azcar azul de la distancia?
Maana son dos aos, siete meses.
Te conoc con toda mi alma ausente;
sufra entonces, por la primavera,
un bellsimo mal que ya no tengo.
Recuerdo: producas con los labios
un delgado chasquido de violeta.
Pienso en la estatua de aire de tu olvido
mirndome de todas las esquinas,
mi colegiala ma, msica femenina.
T, en el divino campo. Yo, en la ciudad terrestre.
La calle pasa con su algaraba.
Un fraile. Unas mujeres de la vida
Un nio con un cesto de hortalizas
Un carro lento dividido en siglos
Maana entramos ya en el mes de junio.
Flotarn en su cielo de anchos aires
objetos de uso azul como las aguas;
y una lejana inquietud de rosas
habr en el horizonte de la tarde.
En este claro mes de agua plateada
te conoc. Entonces yo sufra
una enfermedad de primavera,
un bellsimo mal que ya no tengo

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