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Traduccién de Nesror Micuez CONSIDERACIONES SOBRE EL MARXISMO OCCIDENTAL por PERRY ANDERSON x siglo veintiuno editores, sa de ov EEL AOU 2 OL EDIE COPENH UBRCD, OF siglo veintiuno de espatia editores, sa (CPEADA MAD 3 EBA siglo veintiuno argentina editores, sa siglo veintiuno de colombia, Itda ‘Ab 7a PRMER Po, BOOTA DE COLOR portada de anhele hemandoz primora edici6n on espatiol, 1979 siglo xxi de esparia editores, 3.0. 3éplima edicion en esporiol, 1967 € siglo xxi editores, 5.0, de c.v. ISBN 968-23-1105-5 primera edicién en inglés, 1976 ©new lelt books, Itd., londres fitule original: considerations on western marxism derechos reservados contorme « la ley impreso y hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE PROLOGO |, LA TRADICION CLASICA 2. EL ADVENIMIENTO DEL MARXISMO OCCIDENTAL 3. CAMBIOS FORMALES 4. INNOVACIONES TEMATICAS 5. CONTRASTES Y CONCLUSIONES EPILOGO INDICE DE NOMBRES PROLOGO se Son necesarias unas pocas palabras para explicar la oc sidn y el caracter de este breve texto, Escrito a principios de 1974, pretendia ser una introduccién a una coleccién de ensayos de varios autores sobre los tebricos recientes del marxismo europeo. Por circunstancias fortuitas, la editorial Cducativa que habia encargado esta antologia dejé de exis. tir un mes mas tarde, La anulacién del proyecto privé al texto de su propésito original. Estas circunstancias expli can algunas de las anomalias del trabajo que aqui presen: tamos, aunque no las excusan necesariamente. En efecto, el ensayo aqui publicado trata de las coordenadas generales Gel «marxismo occidental» como tradicién intelectual co mtn; no contiene un anélisis especifico o una evaluacién comparativa de ninguno de los sistemas tedricos particule: tes a que hace referencia. Esta iba a ser la tarea de los estudios cuyo predmbulo iba a constituir. Estos debian ser tuna serie de exposiciones criticas de cada una de las escuc: las o teéricos principales de esta tradicién, desde Lukécs hasta Gramsci, desde Sartre hasta Althusser, desde Mar- cuse hasta Della Volpe, El presente texto, centrado en las estructuras formales del marxismo que se desarrollé en Occidente después de Ja revolucién de Octubre, se abstiene de formular juicios sustantivos sobre los méritos o ouali- dades rclativos de sus principales representantes. En reali- dad, por supuesto, éstos no han sido todos equivalentes 0 identicos. Un balance historico de la unidad del marxismo occidental no excluye la necesidad de estimaciones discri- minatorias sobre la diversidad de los logros alcanzados den- tro de él, El debate sobre ellos, imposible de efectuar aquf, es csencial y fructifero para la izquierda. ; Perry Anderson Si, més allé del momento particular de su redacciér, este texto fue inspirado por preocupaciones mas perdura. bles, lo cual permite su publicacién actual, ello se debis que reflej6 ciertos problemas hallados en el curso de la la bor realizada en una publicacidn socialisia, la New Left Re- view, a lo largo de afios. En un ensayo escrito a fines del decenio de 1960-1970 para esta revista, habia tratado de delimitar y analizar una Particular configuracién de la cul- tura nacional surgida en Inglaterra desde la primera guerra mundial '. Uno de sus temas principales era que la cultura inglese habia carecido esencialmente de toda tradicin de «marxismo occidental» en esta epoca, ausencia registrada en una perspectiva inequivocamente negative. Mucha de la labor de la New Left Review en este periods estuvo dedi cada al intento consciente de remediar de algiin modo esta deficiencia, publicando y discutiendo, a menudo por pri- mera vez en Gran Bretafia, la obra de los mds destacados teoricos de Alemania, Francia e Italia, Este programa, se- yuido metodicamente, estaba llegando a su fin a principios de la década de 1970-1980, Logicamente, se necesitaba un balance final del legado que la revista’ habla tratado de dejar en una forma-organizada. En esta perspectiva se des: arrollaron por primera vez los temas aqui considerados. Ast, este ensayo sobre una tradicion «continental europea €s en parte una continuacién de la exposicién anterior so- bre el caso «insular» de Inglaterra, Fue el producto de una conciencia cada vez mayor de que la herencia de la cual habia carecido Gran Bretafia, en detrimento suyo, faltaba también en algunas de las caracteristicas clasicas del mate- rialismo histérico. Una consecuencia tacita de esto fue una mayor equidad de juicio al evaluar las variaciones naciona- les y el destino internacional del marxismo en esta época Retomando uno de los puntos centrales de interés de la revista, el texto fue discutido y criticado por colegas de la New Left Review desde una gran variedad de puntos de t sComponeats of the national cultures, New Left Review, $0 julio: agosto, de 1968 (La cultura represiva: elementos de la cultura naconel britdnica, Barcelona, Anagtama, 1972). Algunas partes de cate escrito hoy serian sometidas @ modificaciones 3 Prélogo i és de que se abandonara la «antologia» nak eo ESbin sido coerito. Al revisar el texto, para fu Publicacidn, he teatado de tomar en cuenta esas reflexiones ¥ criticas, Tambien lo he modificedo alli donde era posible jorar la argumentacion y dar referencias de desarrollo: ile seen eect Say én la medida en que lo permite su forma intrinsea. Sin embargo, desde su redaccion inicial, me parece que al ee - de los puntos subravedos plantean problemas que no adm: ten ura solucin facil denteo del text. Estas dudas no son superables mediante ninguna OS lel ae sayo. Por lo tanto, son remitidas a un epilogo ane € pan otras cuestiones a las que no se ha dado respuest Ps servir a una investigacién sobre el futuro del materialismo. histérico. T Las notas entre corcketes son las que se refieren a tecos © sucesos pesteriores a esie ersavo Una acertada teorfa revolucionaria sélo se forma de manera definitiva en estrecha conexién con la ex: periencia prctica de un movimiento verdaderamen- tc de masas y verdaderamente revolucionario, LENIN Pido al vulgo, ya aquellos que tienen pasiones simi. lares a las del vulgo, que no lean mi libro, antes preferiria que lo ignorasen completamente a que lo interpretaran seguin su costumbre. SPINOZA 1. LA TRADICION CLASICA ‘Aan esté por escribirse la historia del marxismo desde su fnacimiento hace poco mas de un siglo. Su desarrollo, aun- que relativamente breve, ha sido complejo y movido. Las Sisas y las formas de sus sucesivas metamorfosis y trans: ferencias se hallan todavia sin explorar en gran medida, El tema limitado de las consideraciones que aqui expondre- mos sera el «marxismo occidental», expresion que en sf tmisma no indica ningén espacio o tiempo preciso. El ob- jetivo de este breve ensayo, puss, sera situar histéricamen- te cierto cuerpo de obra tedrica y sefialar las coordenadas estructurales que definen su unidad; en otras palabras, que ja constituyen, pese a las divergencias y oposiciones inter- nas, como una tradicién intelectual comin, Esto requiere ciertas referencias iniciales a la anterior evolucién del mar- Sismo, antes de la aparicién de los tedricos aludidos, pues Salo de este modo podremos discernir la novedad especift ta del modelo que ellos representan. Desde lucgo, una ex posicién adecuada de toda Ja historia anterior del materia- lismo historico exigiria un tratamiento mucho mas exten- so del que podemos ofrecer aqui. No obstanie, un esbovo Tetrospectivo, incluso resumido, nos ayudaré 2 ver con mas claridad los cambios posteriores. Los fundadores del materialismo histérico, Marx y En- gels, nacieron en Ie primera década posterior a las guerras fapolednicas. Marx (1818-83) cra hijo de un abegado de Tré- veris; Engels (1820-95), de un fabricante de Barmen; am bos eran renanos de origen, provenientes de prosperas familias burguesas, de las regiones mas avanradas y occi- dentales de Alemania. No necesitamos detenernos aqui en su vide y su obra, recordadas por todos. Es bien sabile 10 Perry Anderson desigual y mediat fa: raramente hubo una coincidenci: aes incidencia di- recta entre ambas. La complejidad de la articulacion obje se* ¥ aciencia» en este peri in prac camente sin estudir) se reflejs, a su ee aa ack ice pein de los mismos escritos de Marx. En eecsh, le limites del movimiento obrero de la época pusi : ; la época pusieron cic onaciones ala obra de Marx y Engels, Bete oucde oa nos: en la recepcidr us ts ca ce, Ia ifluenca tevien de Marsan Sees Cosa ae relativamente limitada durante su vida, La conor Tae #5 corlos al menos las tres cuartas partes de ellos, esa ineitos cuando muri y fe ave Keble mathe ba lsperso al azar en una serie de tee) legee ae Ls et lisponerse del conjunto de esos escritos en naeoae ¢ aca ‘. Iba a transcurrir otro medio siglo antes d Pale s public: Pura conocer todas sus obras principales — Ke Rion de oa _poblcecito péstuma iba a formar una central en las vicisitudes posteriores del marxismo Bi registro 6 = Pabl recone de Marx durante su vida un indicador de las barreras a la difuston de sa niento entre la clase a la que estaba dirigido, pero, reek Procemente, Ia Inexperincia del proletariado de la époce a mita¢ camino entre cl taller artesanal y la brica, farente en gram medida incluso de otganina ‘on sin y as de conquistar cl poder en Darle de Europa sivunseribs lo lites etc del mismo pensamiento de Marx. Fundamentalmente Mt lejO una la econdmica coherente ‘ag a de ana score politea semejante de las estructuras del tado burgués © de la estratcgia y la tactica de la Tu secilstarevoluctonaria por un aartdo obrera para desro lo. A lo sumo dejé unas pocas previsiones cripticas en tun a ai i da comet, ot Guinier) Teri sobre ty paar UNIVERSIDAD DE BELGRANO” BIBLIOTECA u el decenio de 1840-1850 y algunos principios lacénicos en el de 1870-1880 («la dictadura del proletariado»), ademas de Sus famosos andlisis covunturales del Segundo Imperio. ‘A este respecto, la obra de Marx no pudo ir més de prisa en la invencién de los instrumentos y las modalidades de su gutoemancipacién que el ritmo histérico real de las masas. ‘Al mismo tiempo, y ésta era una laguns més obvia para sus contemporaneos, Marx nunca elaboré una exposicion gene- tal extensa del materialismo historico. Esta fue la tarea que jsumid Engels a fines de la década de 1870-1880 y durante Ja de 1880-1890, con el AntiDithring y las obres que le st muieron, en respuesta al surgimiento de nuevas organizaci- hes obreras en el Continente. Porque la paradoja final de la relacién histérica entre la obra tedrica de Marx y Engels } las luchas pricticas del proletariado reside en la forma Garacteristica de su internacionalismo. Ninguno de ellos sche raices en un partido politico nacional después de 1848. Establecides en Inglaterra, donde permanecieron en grant medida al margen del escenario cultural y politico local, ambos decidieron conscientemente no volver a Alemania en el decenio de 1860-1870, cuando hubieran podide hacerlo. ‘Aungue se abstuvieron de toda intervencién directa en Ja construccién de organizaciones nacionales de la clase obre- ra en los principales paises industriales, aconsejaron y guiaron a militantes y dirigentes de toda Europa y Norte- américa. Su correspondencia iba sin esfuerzo de Mosca a Chicago y de Napoles a Oslo. La misma debilidad ¢ inma- durez del movimiento obrero de la época les permitio rea- lizar, a cierto precio, un internacionalismo més puro que el que iba a ser posible en la fase siguiente de su desarrollo. La tradicidn cldsiea El grupo de teéricos que sucedieron a Marx y Engels en la generacion siguiente era aiin pequefio. Estaba forma- do por hombres que, en su mayoria, legaron al materia: lismo histérico en un momento relativamente tardio de su desarrollo personal. Las cuatro figuras principales de este periodo fueron Labriola (nacido en 1843), Mehring (nacido en 1846), Kautsky (nacido en 1854) y Plejanov (nacido en R Perry Anderson 1856)’. los fs By zou ellos provenjan de las regiones oriental meridonales més atrasadas de Europa, Nehring era ‘hie ‘er de Pomerania; ejanov, ie de Tambow! Labvoly dun tocatelans ie Soe Kautsky, de un pintor de Bohemia, Después de ue Gees db actividad clandestina como narodinik, Flefénov se con virt6 al marxismo en el exili, en Suiza, en ol doce ie de 12601890; Labriola era’en Roma ‘un conocido filésofo he li se pasé al marxismo en 1890; Mehrin a enido una carrera més larga como demicrais Teel 2 pubicista en Prusia antes de inorporarse al Partido So. rata Alemdn (srp) en 1891; sdl 2 un pasado premarxista, pues abi in wee a oe eee como periodista socialista a sus ve ntipeee . Ninguno de estos intelectuales iba a dese: open Bapel central en la direcciin de los partidos naclgndlee a ises, pel stuvieror i er i ads a suri pole © Holuia y eanaee coe eae fatter Lae Sonne a cl Partido Socialista Italiano *, Plejanov, de pués de contribuir a fundar ef Grupo para la Emancip: ‘on det Trabajo, {fae miembro del equipo editorial de Islay di ral del Partido Obrero Socialdemocrata de Rusia elegido en el II Congreso, Kautsky fue diedor de Bie Neve Zett que se conviti en el principal Srgzano ted sp, y redacté el programa oficial del partido Congreso de Erfurt. Nehring fue un dentacat colatoeeicr le Die Neue Zeit, y Labriol: i Traneés, Le Devenir Social. Los caatro hombres matatoree es a rrespondercia personal con Engels, quien tivo una nae ia formativa sobre ellos. De hecho. pucd: cién principal de su labor como unalcontineeeién dal ee, 7 Beresiein (801939), tet is Barsein OES 2%) ivetecttmente una Higa secundaria, ze oe mis sneracon, Mori (HL) "eur cond gail bs det grupo uve cha mayor importer, pero, Injustamte 90 TO ce tabiola Aabig"uridg = Tart Is crane ao a ee 2 Halla, segin el modelo alemn, pero timo momento deedia ne Partkipar en ol congreio de furdacion del ost, ceebraga en Goins 2 iS Teservas con respecto a su clarided eclosion, La tradicién eldsica 13 redo final de Engels. En otras palabras, se ocuparon, de diferentes maneras, de sistematizar el materialismo hist6- ico como teoria general del hombre y la naturaleza, capaz de reemplazar a disciplinas burguesas rivales y drindar al movimiento obrero una visién amplia y coherente del mun- do que pudiera ser captada facilmente por sus militantes. Esta tarea les Hlevé, como habia sucedido con Engels, a una doble actividad: elaborar los principios filoséficos genera- Jes del marxismo como concepcion de Ja historia y exten der éste a dominios que no habfan sido abordedos direc tamente por Marx. La semejanza de los titulos de algunos de sus escritos principales indica sus preocupaciones co- munes: Sobre el materialismo histérico (Mehring), Ensayos Sobre la coneepcién materialista de la historia (Labriola), EI desarrollo de la concepcién monista de la historia (Ple- janov), La concepcién materialista de la. historia (Kautsky)* ‘Al mismo tiempo, Mehring y Plejénov escribieron ensayos sobre literatura y arte (La leyenda de Lessing y El arte y ia vida social), mientras Kautsky realiz6 un estudio de la religion (Los origenes del cristianismo), temas todos que Engels habia sondesdo brevemente en sus tiltimos afios El sentido general de estas obras fue el de completar, mas que desarrollar, la herencia de Marx. El comienzo de le publicacién erudita de los manuscritos de Marx y del es: tudio biografico de su vida, con la intencién de recuperar- los y publicarlos en su totalidad por primera vez para el también es de esta generacion. En s libros serundo y tercero de El idité las Teorias sobre la plusvalia; aboré en la publicacion de la y al final de su vida eseré Marx’. La sistema- movintiento socialista, gels habia publicado lo capital; Kauisky luego ¢ Mehring posteriormente col Correspondencia Marx-Engels, bid la primera biografia importante de TH enswo de Mehring fue publicaco en 1693 el de Pleiémow, en 1495, y et de Labriola en 186. EI tratado’ de Kautskr, mucho mas vasto, fue Publicndo muy posteriormente, en 1927 Eats textos fueron escritos, tespectivamente, en 1893 (Mebring), 1508 (Kautsky) ¥ 11218 (Plejéney! TEL libro 11 de ED capital a ras sobre ta phusvaiia, en 190810; Ia Correspondencia, Ge Mehring, en 1918 jparecié en 1885, y el Ibro 1: en 18%, Teo: fen 1913; Karl Mars, “ Perry Anderson tizacion y recapitulacién de una herencia atin muy recien- te y cercana a ellos fueron las metas predominantes de estos sucesores. Pero mientras tanto estaba cambiando todo el clima in- ternacional del capitalismo mundial. En los vltimos afios del siglo x1x se produjo un pronunciado auge econémico ca los principales paises industriales a medida que el pro- ceso de monopolizacién se afirmaba en el interior y la expansién imperialista se aceleraba en el exterior, dando comienzo a una tensa época de impetuosas innovaciones tecnoldgicas, tasas de beneficios en ascenso, creciente acu: mulacion de capital y una rivalidad militar cada vez mayor entre las grandes potencias. Estas condiciones objetivas eran muy diferentes de la fase relativamente tranquila de desarrollo capitalista durante el largo receso que hubo de 1874 a 1894, después de la derrota de Ia Comuna y antes del primer estallido de conflictos interimperialistas ea la gucrra anglobéer y la hispano-norteamericana (pronto se guidas por la guerra ruso-japonesa). Los herederos inme- diatos de Marx y Engels se habian formado en un periodo de relativa ealma. La generacién siguiente de marxistes llegé a la madurez en un ambiente mucho més turdulento, cuando e! capitalismo europeo comenzé la carrera hacia la tempestad de la primera guerra mundial. Los teéricos ce esta generacin eran mucho més numerosos que sus pre- decesores, y confirmaban aun mas dramaticamente un cam- bio que ya habia comenzado a percibirse en el periodo an- terior: el desplazamiento de todo el eje geografico de la cultura marxista hacia la Europa oriental y central. Las figuras dominantes de la nueva generacién provenian, sin excepcién, de regiones situadas al este de Berlin. Lenin era hijo de un funcionario de Astrakén; Luxemburgo, hija de un comerciante en madera de Galitzia; Trotski, hijo de un granjero de Ucrania; Hilferding, de un agente de seguros, y Bauer, de un fabricante de tejidos de Austria. Todos ellos escribieron obras de importancia antes de la primera gue- rra mundial. Bujarin, hijo de un maestro de Mosc, y Preo- brazhenski, cuyo padre era un sacerdote de Orel, se dis- tinguieron luego, pero pueden ser considerados como i" AD DE BELSRANO ySLIOTEC 15 La tradicién cldsica productos posteriores de la misma formacion, La dtacion fstribucién geografica del desarrollo Ge la teo r See eeresie punto, pues, puede ser tabulada de Ia si guiente manera: 1818-1883 Tréveris (Renania) ee 1820-1895 Barmen (Westfalia) i 1843-1904 Cassino (Campania) Nehring Teagtoi9. Schlawe (Pomerania) “1359-1938 Praga (Bohemia) pees 1855-1918 Tambov (Rusia central) Plejanov Lenin 1870-1923 Simbirsk (Volga) Luxemburgo 1871-1919 Zamosc (Galitzia) Hilferding 1877-1941 Viena i ss ss 1879-1940 Jerson (Ucrania) Preobrazhenski 1886-1937 Orel (Rusia centr Bujarin ... ... +: 18881938 Mosc Précticamente todos los miembros de 1a genasen mit j ‘ic iban a desempefiar un Pal joven de team de sus respectivos partidos nacionales, pa pel mucho més importante y aie Soe rec alds ‘supuesto, fue el crea eaten sia, Leerburg, fue el intelecto Testor re} Part idemdcrata de Polonia y lucgo inda- el PA ee stack del Partido Comunista de en fia. Trotski fue una figura importante en las sana Hf ‘democracia rus, y Bujarin, facefones en el sone ¢S nso de Lenin, antes de a primera fquerra mundial, Bauer encabez6 el secretariado de} sop” parlamentario del Partido Socialdemécrata Austiaco, Mig tras Hilferding Meg6 4 ser ua, prominenic Spots i ata Aleman. Una cx Reichstag por el Partido Socialder & Reichstag Por iin a todos los miembros de este upo seetsordinaria precocidad de su desarrollo: cada una 16 Perry Anderson de las figuras que acab: amos de mencion: tne obra tedrict fundamental antes de lee taste ase wn les eran las nuevas orientaciones que. representa an sus cscritos? Determinadas por la aceleraci6! el ritmo histérico desde principles de siglo, sus prescos Giones apuntaban esencialmente hacia dos direcciones tue vas. En primer término, las evidentes transform: 5c del \ ss Ural laciones del todo de produccidn capitalista que habian sido creel das por el monopolio y el imperialismo exigian un anal y una explicacién econémica constantes. Ademas, por pri- ee la obra de Marx era objeto de critica profesional te de economistas académicos*. E/ capiial ya Bodie see defendido sencillamente: debia ser desarrcllads, el primer intento en esta direccién fue emprendido cae mente por Kautsky, en su obra La cuestion agraria, ce 1899, una vasta exploracién categorial de lox cambios en Ia agricultura europea y norteamericana, que mostrabe a ae BY como ed pieabed a la vieja generacion mas sen- necesidades de la situacién contempordiea y rasta su autorjdad entre los marxistas maa’ ovenei ‘uego, el mismo afio, Lenin publicé El p 2 5 publicé El desarrollo del capi. talismo en Rusia, soliéo estudio de una economia rural cuya inspiracién formal ere muy eercana a la de La cues tién agraria, pero cuyo objetivo fi : especifico era mis audaz y més novedoso. Esta obra, en efecto, fue la primera apli- cacion seria de la teoria general del modo de produccién capitalista, expuesta en El capital, a una formacién so- cial concrete que combinaba varios modos de produccion Ge une totalidad hist6riea articulada, Ast, la investigecion rnin sobre el campo zarista representé un avance de- aan ene le Bh Pare SoBe hier aan etre WEL eee see ur oP roe ne rei See Seis ae Woe Eee nace carte Sap i le te ee pe 2a ree arnt a ni oh La tradicion clasica 7 cisivo para el materialismo histérico en su conjunto. Tenia Veintinueve afios cuando lo termind, Seis afios mas tarde, Hilferding —que se habia dado a conocer en 1904 con una cficaz respuesta a In critica marginalista de Marx realizada por Béhm-Bawerk— terminé su fundamental estudio del Capitatismo financiero, a Jos veintiocho afios. Publicada en 1910, la obra de Hilferding fue més alld de una aplicacién , enjer- Be are aan] del comunismo. Bn esia obra sintetizaba jas lecciones histéricas de la experiencia bol evique en Rusia para 10s socialistas del exterior, y por primera vez comenzaba a abordar los problemas de la estrategia mar- ta en medios sociales mas avanzados «ue el del impene sia en los que el parlamentarismo hucgués era mucho f ctieformisma de la clase obzera mucho mas war 28, Perry Anderson profundo de lo que él habia pensado antes de la prints guerra mundial. Por primera ver, también, | Sitardlion de-ia.ghra te Lents hteyiie eee milter : 1 alos militantes de toga) wore como un em teorico organizado, | 7 un repentin« sscubrimic ara miles fue como un repentino descubrimiento yolitico pra iis fusion y la fertlizacion tatern : fetilizacién internacionales de la wort recia la garantia de su vinculo material e: hha ee refs Ta ganar de rial con las hichas stil Balle esta povopetiva eenaparei sipiduren Los brutales yolpes asestados pot el imperialismo a |e volucion russ babien dezsado & la clase obrera sovist sum en melo dew toi mia wre as fuwas Dik a eivil. Despuds de 1920, no cabia esperar Ringesis ajuda imcediare de los pases: rice ceorrsclecse de Buropa. La URSS ss vio condenada al aislamien: industria estuba arruinada, su proleiariade deb titan, sn agriculmwsa asolada y sir curnpesinads se. mostin3a host al réyimen. La estahilizacidn capitalista as habia nites Europa central micntzes. Resin estaba veperada do ell restablecié el comtact cop el esto de: continents, Esiado swidtico —eah fo al abstéculo del atraso ruso y sin ayude polities de exterior— comenzé a tencr dificuliades inte: PE uauee pacién cada vez mas enduvecida del poder por partido, la rigida subordinactén de la clase obrera Jas condiciones para ta di 5. Dat ust io del ta ane fea en agcense del chovinismo oficial » ines Gbrias para pcm Lenin, dérss te cues ios eel cation de Sor ins oon seed articule sobre Ia Rabkin hes ‘ oe considevarse como un desesperade inte: ari ie c i ie ths formas que permitiesen ui reoacer d prictica politica de macas, copaz de di mo del nuevo Estado savigtico y restaurar lo un uubre, - ct orks, vale By bb ia, Cordoba, Arye Sind iar ae ina, Cuadernos de Peasts y Presentn La tradicién cldsica 29 Lenin murié a principios de 1924, 4 Ios tres affos, la victoria de Stalin dentro de! rcus sells el destino del socie- igino, y lel marxismo, en Ia URSS darante las décadas fur tums, El aparato politico de Stalin suprimié activamente las précticas revolucionarias de mases ea la mising Ruse. ab desalento o las saboted de manera creciente fuera de ja Union Sovidtica. La consolidacién de un estrato durocratt- Go privilegiado, por encima de la clase obrera, quedé ase: Seda por un régimen policial de creciente ferocidad. En ree, ondiciones, se desiruyé ineluctablemente la unidad fevolucionaria entre teoria y practica que habfa hecho po- Tihie cl belchevismo clasico, Las masas fueron reprimidas, y su autonomia y espontancidad eliminadas por lz cesta bu y vatica que habia usurpado el poder en el pals. El par- Txdo fue pradualmente purgado de los ultimos comparicros TS Lenin, Toda labor tedrica seria cesd en lar Unién Soviéti- oe Tespude de la colectivizacion. Trotski fue enviado al ext $e Set1a00 y asesinado en 1940, Riazanov fue despojade de tee cargos en 1931 y murid en an campo de trabaios For sus Ca¥" 930. Bujarin fue silenciado en 1929 y fusilado weato38, Preobrazhenski fue destrozado moralmente en 1930 S\nurié en la catcel en 1938, Cuando ta dominacion de Sta. Ts iend a su apozeo, ef marxismo quedo en gran medida vin Seo a un recuerdo en Rusia. El pais mis avanzado del eras an cl deanrrollo del materialisma histérco, que ha Trnsentajado a toda Europa por la variedad v el vigor de cus tedricos, se convirtid en diez afios en un péramo inte Te cal solo impresionante por el peso de Ia censura y la tos: quedad de su propaganda, ‘Entre tanto, fuera de 1a URSS, mientras el estalinismo ere wtina mordaza sobre la cultura sovietica, Ia fisono yolitica de! capitalismo europeo adquiria caracietss sos. La clase obrera habia cae Neotada en todas partes en la gran crisis revolucio sete de posguerra, pero seguia siendo una temible are Tare grav ioa burguesias de toda Europa central y meridie: bas Peteveacién de la ITI Internacional y el desarrollo. de partidos comunistas diseiplinados que agitaban ta bandera aa eees amo iaspiraban temor a todas las clases domi- m1 vada vez mas violenios y convul

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