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El nombre artritis reumatoide proviene del término fiebre reumática, una enfermedad que
incluye dolor de las articulaciones y que deriva del griego rheumatos (flujo). El sufijo oide
(parecido) completa la idea que la enfermedad es parecida a la fiebre reumática. La primera
descripción reconocida de la enfermedad fue hecha en 1800 por Augustin Jacob Landré-
Beauvais (1772-1840) de París.
Contenido
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• 1 Epidemiología
• 2 Etiología
o 2.1 Factores genéticos
o 2.2 Factores ambientales
• 3 Patogenia
• 4 Cuadro clínico
o 4.1 Articulaciones
• 5 Diagnóstico
• 6 Tratamiento
• 7 Pronóstico
• 8 Bibliografía
• 9 Referencias
• 10 Véase también
• 11 Enlaces externos
[editar] Epidemiología
La prevalencia de la artritis reumatoide es de un 1% aproximadamente, y varía
sustancialmente según el criterio de diagnosis utilizado[4] La incidencia es de
aproximadamente 3 casos nuevos cada año por cada 10 mil habitantes de la población. La
distribución de la enfermedad es mundial, no obstante hay zonas con mayor prevalencia,
como los indios americanos y zonas con menor gravedad, como el África subsahariana y la
población negra del Caribe.
Existe también una establecida variación entre géneros: razón varón/mujer de 1/3
aproximadamente,[5] probablemente por la influencia de los estrógenos.[cita requerida] La
variación disminuye con la edad. En las mujeres, la enfermedad suele iniciarse entre los 30
y los 50 años, mientras que en los hombres unos años más tarde y la prevalencia aumenta
con la edad para ambos sexos. Progresión temporal: datos recientes abogan por una
disminución progresiva de la incidencia.
[editar] Etiología
La causa de la AR sigue siendo desconocida,[6] por ende hay datos que indican que podría
ser desencadenada por una infección en individuos genéticamente predispuestos.
[editar] Patogenia
La patogenia de la artritis reumatoide consiste en que a través de la intervención de factores
humorales y celulares, particularmente linfocitos T CD4, se inicia un proceso en el cual las
moléculas mediadoras de la inflamación como las prostaglandinas, tromboxanos, citocinas,
factores de crecimiento, moléculas de adhesión y metaloproteasas, atraen y activan células
de la sangre periférica, produciendo proliferación y activación de los sinoviocitos,
invadiendo y destruyendo el cartílago articular, el hueso subcondral, tendones y ligamentos.
[editar] Articulaciones
Los movimientos suaves pueden aliviar los síntomas de rigidez en las primeras etapas de la
enfermedad. Estas señales sirven para distinguir la inflamación reumatoide de problemas no
inflamatorios de las articulaciones, a menudo referidos como la artrosis o artritis por
desgaste y desgarro. En la artritis de causas no inflamatorias, los signos de la inflamación y
la rigidez matinal suelen estar ausentes, además que los movimientos tienden a agravar el
dolor debido al desgaste articular. En la AR, las articulaciones se ven con frecuencia
afectadas en forma simétrica, es decir, afectando las mismas articulaciones del lado
contralateral del cuerpo, aunque no es una eventualidad específica de la enfermedad, pues
la presentación inicial puede ser asimétrica.
[editar] Diagnóstico
De acuerdo al Colegio Americano de Reumatología (ACR - American College of
Rheumatology), se establece el diagnóstico de artritis reumatoide cuando están presentes
cuatro de los siete criterios. Siempre y cuando del criterio número uno al cuatro, estén
presentes por al menos 6 semanas. Estos son los siete criterios:
Intenta remitirse desde fases tempranas ya que no es una enfermedad benigna y las lesiones
se producen ya en los 2 primeros años.
[editar] Tratamiento
Existen cuatro líneas de tratamiento:
[editar] Pronóstico
La artritis reumatoide es una enfermedad con un espectro muy amplio y variado, que abarca
desde las formas más leves de la enfermedad que precisan escaso tratamiento y compatibles
con una vida completamente normal, hasta las formas más graves de la misma que pueden
llegar a acortar la esperanza de vida del paciente, dado que, sobre todo en procesos de larga
duración, como en la mayoría de enfermedades crónicas que afectan al aparato músculo-
esquelético, existe probabilidad de que surjan complicaciones secundarias.
La expectativa de vida promedio para un paciente con este tipo de artritis puede verse
reducida entre 3 y 7 años y quienes presentan formas severas de esta artritis pueden morir
de 10 a 15 años más temprano de lo esperado. Sin embargo, a medida que mejora el
tratamiento para la artritis reumatoidea, la discapacidad severa y las complicaciones
potencialmente mortales parecen estar disminuyendo.