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hhablado y del espatiol escrito, puesto que a partir de dichas mani~ Cantroco 1 festaciones se inicia la cormunicacidn entre dos o més hablantes. I ‘La comunicsciéa oral y la eserita son dos modalidades Jengue que se sitian en planos dis chas formas de comunicacién verbal, utiizada por los hablantes de cual , se adquiere de La lengua espatiola sein aes park fscos (gest, caratlig retary cas y elipsis contextual. ‘ona constante imbrica- amplis las postbilidedes de 1.1. LA LENGUA EsRAROLA ¥ SUS HARLANTES .ctitud més reflexiva y Es obvio que la lengua espaiola —como. oar ce eng hae blada por los seres humanos— pertenece a como lengus materna inde elementos paralin | perfeccién normativa, puesto que es producto de un pro- ‘eso de elaboracién, No todos ios hablantes de una lengua utlizan Ia escritura con normalidad, ya que su pefctica exige un cierto gra- itura y un ejercicio activo y constant. ‘20 en las montafas, junto al mar o en el interior; haya ‘Madrid o en México D. F, en Sevilla o en Buen relacionar de forma conveniente el con- hombre o mujer) y desempesiemos e sida, el registro y el estilo clegidos ico, de periodista, de militar, de profesor, de abogado, de quimico in comunicativa y la tipologia del texto, y de apren- 0 el oficio de pa técnicas de revisiGn y correccién para lograr la re- icin exigidas en cualquier presentaciGn eserita, r de zapatero, de frutero, de albasil, (Por gjemplo, anu fa de entre los que hablamos espaiio, no sonidos sy ey asf pronuncian de igu lidad la conocemos con el nombr cara/caza. Dicha rea (consiste en pronun- i ‘como tna ese tanto la gratia ra case como la grafia 2 contenida en la palabra caza) en cl sielo (por en el cielo); en mu- 20 a ‘SABER ESCRIBIR cha menor extensiGn territorial, y con escaso prestigio social yeul- tural entre los hablances de espatil, se oye el ceeo que cOnsiste en: pronunciar, a diferencia de quienes ssean, como una ce tanto la grt fia scontenida en Ia palabra case como la grafiax dela palabra caza ‘voy-a caza (por voy a cara); también sc halla muy extendido entre Jos hablantes de espaiiol el fendmeno fonético y fonol6gico cono- cido con el nombre de yefsmo: consiste en la pérdida del sonido representado por as letras (a elle) que aparece en la palabra la- ve en favor de una variedad de sonidos representados por la letra asf se pronuncian de igual manera palabras escritas con bas eseritas con y (yo), se igualan, pues, en la pro- as graflas I! ey. pollo pasa a pronunciarse como /p0y0/ que nace del huevo de la galfin, que pase a pronun- ‘/gayina/) y poyo (banco de piedra, yeso'u otra materia.) —Mire usted —me deca el arrero, deteniéndose—: {Ve aquellalo- ‘que parece vega de puerco? Pues dearaito de ela 1. Ahora voli para all. Vel cej de aquel cer + volié para este otxo rumbo. Ve la otra exja que casino se ve de Jo lejos que esti? Bueno, pues so es la Media Luna de punta a ca- bo. Como quien dice, toda la terra que se puede abarcar con la mirada, ¥ es de él todo ese terrenal. El caso es que muestras madres ‘nos malparieron ea un petate aunque éramos hijos de Pedro Pérs- ‘ds chistozo es que él nos llevé a bautizaz. Con usted debe haber pesado lo mismo, jn0? No me acuerdo. —Vayase mute a carajo! —2Qué dice usted? —Que ya estamos llegando, sefior. ‘Juan Rulfo: Pedro Péramo, México, Fondo de Cultara Eeon6mica, 1955). Diferencias entre quienes hablamos espafiol también encon- ‘ramos —tanto al hablar como al escribir aunque no en demasta cen la norma estindar de la lengua, en variantes de uso perfecta- mente eceptables, por ejemplo, existe un némero ampli de ha~ blantes que no uiliza la posbilidad que ofrece el paradigm verbal entre el pretérito y el perfecto (xesta mafiana compré/ esta mala na be comprads) al elegie en todos los casos el pretérito (compré, ‘owos hablantes de espatiol cligen vor tenéren EEE lugar de ti simes o preferen lea lo en Ia expresi6n del idioma frente a otres xonas geogréficas que por lgica quedarfan exchuidas de dicho «buen Universidad configuran una determinada clase social con prestigio ingiistico y profesional —sea cual fuere su modalidad dc espa- iol, que fomentan determinados usos que se generalizan y se caltura lo suficientemente estandarizada para que todos nos po- damos reconocer en ella con nuestras particularidades. Las lenguas son instrumentos de comunicaci que la sociedad, varian, eso si el Quijote encontramos usos, que al ser utilizado ros eabe la menor duda que pertenecfan por caltura de entonces, como por ejemplo monest lecibn, efeto y efeato, rubre y octbre. as nétioa por lo que pazece que en la radiciSn ingiistica y calrutal-se.oforgaba ms prestigio a dicha variedad—, ‘el espaol sersal. Los graméticos no describen de acuerdo esencialmente 1a. Pero la Gramética dela Real Acs. Lengua, por su incidenci partir dela Ley Moyano io en la ensefanza pablica—, bre todo, con la implantaci6n jendo un aspecto en cierto 10-~ ‘una sistemética representa que sea una convencién, aceptada uciones posibles, impuso anduve spt en la norma «correcta» las formaciones parecen ensel Quijote) np ¥ Madrid una modalidad de 1,3. QUIEN 0 QUIENES DICTAMINAN LA NORMA DE CULTURA EN LA LENGUA, ra, desde la estruct plar, han coinei Te Lengua Callas, -ESPANOLA? zPoR QUE DECIMOS -CTO™, «B3TO NO ES CORRECTOn? tan las sucesivas ediciones de le Gramtia académica —acabo de indicar su indluencia en todo el émbito hispano en los dos—y en a de Bello (Andrés Bello, Gramética de la lengua caste~ presentaba com hablar y escribir correctamente la lengua», con el fin de generali- zareluso prescrito y desechar lo incerrean, lo que no cabia en el uso prescrito, De ahi proviene muestra conciencia lingtistica, de abi (en. Forma de escuela, de amigos y, sobre todo, de familia) odo aq mos al hablar o-escribir desde nuest ze decir que no ten} \inicamente que, por lugar de nacimient swsee escaran cas sigan diciendo que son usos que han de ser evitados: «la» por lew en «(la) regal del ejemplo anterior. teligencia y sano juicio. Perdi- los cultivados madrilefios ya a fina 1 hoy reside k pénico. Hay un i lengua de las grandes eiudades. Pero con lace habla de las personas educades, dotadas de cierto nivel cultural, ya is ces. Es decir, la norma propuesta por Cer- la de la persona cultz, aunque ir, en cuzlquier sitio donde se , todo lo que pertenece a la lengua: lo culto desde cualquiera de sus va- entido de pro- in debe de estar en el coche ahora —esté probable- dos estructuras perfectamente diferenciadas, Sin mente mencionadas, Es decir, la lengua, ante la confusién de uso ha climinado una de ellas, en este caso: Deber de, pero mantiene 28 Lacenova ezatoea 4s dos seatidos comunicativos. deambas estructura imposibilitar cesctitores de los sighs pasado. 10, el desconocimiento a adecuada de muchos 1.4, ¢CABE PREGUNTARSE SI LA LENGUA ES HOY MAS «POBRE» ‘QUE EN EPOCAS PASADAS? Es verdad que machaconamente se viene repitiendo dicha pregan- ‘entre quienes se erigen en guardianes de una pureza que la len- ‘gua nunca ha tenido ni, por supuesto, necesitado, Cabe, sin la pregunta y cabe la respuesta: no es verdad. La lengua esp xno es més «pobrer en la actualidad que la de otras épocas. Es otra, sociedad; ni mejor ni al ser un medio de comuni » que tiene el hombre— acomp: sdyasus selacionarse en todo momento. Por lo tanto, lo prime- ‘urbana y en ella se han establecido determinadas formas de vida ajenas a nuestra tradicién, popular (por ejemplo, en nuestra tradicién popular era normal t2- tar de «usted» a los padres, tfos y abuelos, aunque Zamora Vicente, descendie pejiguera, 0, por lo general, sm r pada, etc, van aduesiindose del vocabulario actual en detrimen- to de otras muchas expresiones que se van quedando en el camino ‘como ser una lombris, um Berge, un masguite, un percehe ante»). 9 Saonn seco Y con las actuales formas de vida y con las diversas maneras de pensar y de relacionarse los seres humanos, ademés del cono- cimiento de las diferentes culearas que se manifiestan en io, nos llegan a raudales las palabras que introdu- una lengua es siempre espejo de la formas de vida de la colectividad que la habla. Pc nadie se extrafia de entregar el cara (carnet) para formal ppoteca del cbalé (chalet) en una vrbanizacién de alto acodir a un mitin (meeting) vestido de spore, de ver un filme (film) en una sala con olor a spray barato, de supervisar un eslogan (slo- gan) en el tend, de servir un cde! (cocktail) en el que, ademés de vino, se sirva gis (whisky), de descubei el comps (complot) dis- feazado bajo un rafdo emmoguin (smoking) y con medias de nailon (aylon) en las piernas; en fin qué no diriamos de nuestros gustos por el deporte: golf, fitbol, esquiar, tenis, baloncesto, Jos rallys... ¥ de establecer los ranking de nuestras mejores empresas por erdvit de caja. Todo nos pertenece ya, como un di ‘nos empezaron a pertenecer palabras como [6n, tis, soneto, comediante, fantas sena, fragata, bréjula... Todo aguello que pertenece al colectivo lingiistico de nuestra memoria de forma no efimera se ha con- vertido en elemento esencial de nuestra vida en comtin; todo ello ¢s, pues, necesatio para poder explicar el pasado y, por consiguiente, el presente 1.5, EL ESPANOL CUENTA CON UN ENORME CAUDAL DE PRESTAMOS LEXICOS, NO? El espaiiol, evidentemente, se ha enriquecido con todas ls cultu~ ras con las que ha estado en contacto en las diferentes parcelas del, ano. Alo largo de la vida del idioma, el espaiol ha reci- zalizado sus voces patrimoniales ni su estructura foai- gica ([éxicamente hablando), sino que han servido pa- undo cientifico, caltural y econiémico de su entorno. Por ello 2 nucstres voces patrimoniale (todas aquellas que provienen del lati jo) se han unido germanismas albergue, guardiin, arabiomos aleachofe, sjedzer, alcoba),galcismas(ardin, 30 Latenouaserasous ssumblea, conserj),ialtanimnos (novela, piano, bancarrota); apac- te de los vasguisnas (chabola, zamarra, pizarra), de los catalanismos (faena, mezead de los gelleguismor y lusiomos (morriia, azo, mejill6n), de los ndigenimnos (cacique, chocolate, pata) y de Jn profusién de anglcima de a esera dela gastronoma (biter, bar- ger); de la moda y vestidos (bikin, niki), de la cosmétca ( Took), de a vide social (hobby, intervis), de los Iugares de juegos (club, péquer), de Ie politica y economia (boi , Fock); alos que hay que afiadir los. provenientes del cine, de la televisin y de los especticulos (eSmic, show spot), del deporte (doping, cémner), de le estré), de las ciencias ‘ma; partir de la segunda mitad del sgl cexpafiol, como en ls dems lenguas de! mundo, al imponer el mun- do anglosajn (esencialmente Estados Unidos) sus formas de vida ‘en muy amplias parcelas del vivir actual y de la ciencia. Lo importante para el corntin de los hablantes no consiste en discernix sobre el origen del préstamo, ni siquiera indagar sobre qué via ha realizado su entrada en la nueva estructura lingtistica, ni preguntarse el porqué de su presencia, sino hallar que la acli- smatacién o espafioizacin del préstamo tienda a ser uniforme en todo el ambito hispano con el fin de que apenas existan barreras, en la comunicacién. Tiene que encontrarse la solucién més acep- table, a ser posible, inica pare todo el mundo hispainico con el fin de que la comunicacién sea lo mis fuida posible y no se resienta Los medios de comunicacién social (prensa, radio y televisién) Asociacién de Academias de la Lengua deben velar por in de Ia norma (0 normes) de cultura més cominmente aceptadas, adem de velar por la unidad del éxico comiin en todas Jas parcelas de la vida actual que asi lo requieran:finanzas, econo- ‘mia, politica, banca, ciencia, eeenologia.. 1.6. QUE ACTITUD ADOPTAR ANTE EL EXTRANJERISMO? Frente a lo forineo, ni el casticismo ni la permeabilidad a ultanza son buenos consejeros en hechos de lengua El sistema lingtistico —como organismo vivo enraizado perfectaraente en la sociedad— se encargaré en cada momento de adoptar aquello que, venido de fers, le sea necesario, o de rechazar aquello otro que no le con- 31 Shan EscxIm, en el léxico del espafiol de Espafia ha tenido hasta tiem- 3s una influencia notable el francés por su scendencia 7 garaje...explicarian tal aser~ ‘espafol, al recibir los tér- con ejemplos que corroboran lo dicho, Pero, en cualquier , as sociedades no pueden vivie de espaldas a otras culeuras si no quieren suicidarsecolectivamente; y mas en el ‘es que a adopei6n de los términos léxcos (os neologismos y Jos extranjerismos) que condicionan y explican el mundo de los ne~ sgocios, de la banca, del ocio, de la economia, de la moda, de la lc la ciencia y de la tecnologia y de 2 o ms uniforme posible en Ia len~ Ia con el fin de que la comunicaci6n see fluids en el i hispénico. Los medios de comunicacién —radio y television, sobre todo—han obrado el milagro de tender puentes, 2 LaLENoCA neratoxa, gua de comunicacin internacional para tod lantes, sea ‘cual fuere su lugar de procedencia, en modalidades locales ni en cd digos restringidos, debemos pensar en la variedad (o variedades) de prestigio social, culearal y cientifico aceptada por la colectividad, sdemos por ra marcedamente literaria: novela, pot tro, Sin er ‘cho concepto lo hemos de ampliar a cualquier resufinalidad, que uli con precision y utllice con propiedad y variedad los recurso: lingifticos necesarios para que la comunicaci jozes condiciones posibles asus letores, La tradicién es fuente inagorable de soluciones aceptal encontramos con una lengua —la espafiola— con un nota vvo cultural a sus espaldas y una riquisim: hha sibido transmitienos tradic |, se convierten en portavoces privilegiados al difundir y pro- luciones, no siempre las ms adecuadas, para cada uno de los términos léxicos que el espafil incorpora a la lengua comin y general ‘orturs, Llenan la cabezas de una careatura de cena lings festa en el hablar, en escribir coa reccicud y soltura, gua al que agarrarse. No co- fag prima como no ea para La ortografa ace no sé qué lbertades. >, jbar qué plats, ‘Mientras as nuevas técnicas se sigan inventando y territorios de ozs lengus,teadremos que ape. digan en sa lugar de orjgen no estan bau :Nos perjudioé la enorme cantiad de gali= 3 b cismos que se nos eolaron por el Camino de Santiago? 2¥ en el si- No se arziesgeron por ma- 2? Dues la mayor parte desu léxico era de pausado y enérgico, crecié dia a dia, un mundo literario, el mis logrado de los pueblos modemos. (Blonso Zamora Vicente: La otra exguins de la lengus, ‘Madrid, Fundacién Antonio de Nebrija, 1995). ¥ ANTE LOS DESCUIDOS IDIOMATICOS, TE LAS INCORRECCIONES, QUE ACTITUD ADOPTAR? No es admisible en ningtin caso el descuido en el empleo de la lengua. Su aprendizaje, por tanto, es imprescindible, y debe ser pre~ ‘miado por la sociedad el buen uso que de la lengua hagamos. La s0- na —entendida ésta desde la Sptica de lo de comunicaciGn— se juega mucho en el empeio; los pro- rofesores no estamos exentos de nuestra parcela de responsi- Jo»); «La politica de nuestro partido es mejor a la de otros» (por «La politica de nuestro partido es mejor que la de otrosm); «Esta~ ‘mos muy segures de que esta sea la forma mds 6ptima de protestar> (por «Estamos muy seguros de que esta sea la forma Optima de pro~ ‘estar; « (por yaienes cuenten la pelicula de otra manera»); «En la ac- tualidad es de temer nuevas subidas de precio» (por «En la acruali- cad sen de temer nuevas subidas de precio»), y tantos otros ws0s que, en muestra sociedad, en Espafia, son sentides como poco acepeabes porque no se ajustan a la norma de cultura, ala norma estindar de prestigio social que nes hemos dado y, por tanto, hemos aceptado para nosocros, aunque respetemos que dichos usoslingisticos ten= gan lugar en otras sociedades del mundo hispénico. Asf, en general, en nuestra sociedad accual, en Espafia, son sentids como poco aceptables (es decir, tendrian que ser corregidos cen la escuela) usos como el deguciom (la adicién de la preposi- 34 LaLENGUA Espanola ign de en «Pienso de que..»); el quem (la falta de la preposicién de en «Me olvide traerlo...»); la pérdida del sentido de comparati- vo de origen latino del adjetivo major por parte de muchos ha- blantes de espafiol que lleva a preferir la preposicién a («mejor a la de otros») frente al gue introductor de la segunda parte de la comparacién (ais bueno que o mejor que), 0 « formular expre- siones comparativas como «més mejor, més peor» en donde mejor, ‘peor para nada son sentidos ya como auténticos comparativos en espalicl, Con la expresién «més 6ptimay de la frase antes citada (Gu la forma mds dptima de procestar») he ocurrido lo mismo, si bien dptimo/aes forma latina que nos in i no/a; «éptimo» ha perdido mo adjetivo positivo, de a ‘como us0s poco aceptables Jar falsat entre el verbo y cl sujeto: en «Habra quienes cuenten» la incorreceién consiste ‘en hacer concordado un verbo cuya formulacién es impersonal en cuanto als ico; y en la frase «es de temer nuevas subi- das», porque el sujeto en realidad es «nuevas subidas», de seha de decir «. om de temer nuevas subidas». La norma ‘igio, la norma calta, ha elegido en una determinada direccién, lo eval no quiere decir que no exist la otra vertiente de la lengua ¥s Por supuesto, su relacién social y culeural Cuando desde la perspectiva social una forma lingiifstic tie- ze prestigio, fomenta en Jos hablantes una actitud positiva que fa- vorece su uso en detrimento de ocr. La clase social de mayor pres- tigio cultural, politico y econémico, por su relevancia ante los demas ‘estratos sociales, caba imponiendo sus gustos y modas (los medios de-comunicacin social se encargan de propagerlas)y, por supues- 10, dictando el patrén de lengua de prestigio, aunque muchos de sus hallzzgos vengan de otros pardmetros sociales y, por consi- guiente, lingtisticos. {.1] Pero no'son los extranjerismoe el problema de mis envergadu- ra que debe afrontar quien habla o eseribe para el publica, sino la ‘denuncia de los desmanes que la vor pblica comete con nuestra Jen- gu por falta de instrucci6a idiom jotesy al sentido comin muchas ve sma en lo que se habla o se esc sirve indiscriminadamente, incluso de lo comiinmente admitido y las ocurrencias. Abundan tanto, que 35 suaen scare sdiografia desoladora sobre la apttud de mechos smo instrumento principal de trabajo para ‘El mars dardo en a palabra, ‘Madrid, Aguilar, 2003) 1.8, EXISTE UNA RELACION MANIFIESTA ENTRE LENGUA, SOCIEDAD ¥ CULTURA. {NO ES ASl? jere su dimensién cultural y comunic , es decir, en cuanto se inserta y se d sociedad componen unt engia en 5a oralidady en 5a gua como elemento de comuni- bios lingtfsticos asf como para 1 discurso y que, en su ma- \— los eambios operados en la sociedad y, por su- 3s explicita, ademés de describir los cam- io formando parte de nuestro diario vi- do afirmar que de mi vocabulario han 36 LaLexoua eeasoxa bir (posteriormen- cabar, de momento, no sin sob fancionamiento que le hecho de consttuir en si temas lingtisticos firmemente arraigados en sa cultara sean a largo del tiempo perfectamente equidistntes de otros por muy pro sximos que estén, salvo en los casos de digi Larelaci6n entre lengua y sociedad me permite explicar el uso intagmas «la primer ministro», ala primer ministra» 0 arpuiterta, notaria, médica, arbitra). El obsticulo ciedad, en [a tradicién cultural (no en Ja gramética, no ” iY ena forma) por eso, el uso dista de ser uniforme en los Siguiendo yantado en 8 zeguimos hal lage lo que tendrfamos que decir «la primer/ia primera» (corenel, fiscal, general, industria). 1.9, ES SEXISTA LA LENGUA ESPANOLA? La lengva n0 lo es. Ninguna lengua lo es. La lengua srve para nom: bias prs door, para enponet todo cuanto est alacance delet Jnumano, para expresar las relaciones que se dan entre los miem- bros de-una sociedad en un tiempo y en un espacio determinados. ‘La lengua, como es de dominio comin, no es sexista, silo es el pro~ ‘que ha llegado hasta nosotros en dicha direccién o en. isposicién social en que dicha sociedad se ha ar- ado, por tanto, la sociedad en que se ha susten present; no eabe duds de que los seres humane entacién fisica y nuestro ‘que el género masculino peetiva gramatical y en la tradicion culeura 38 Lavexova eepasoua servido) para expresar tanto a las personas pertenecientes al sexo rmascalino como al opuesto asf: «Mis querides amniges» incluye a per- sona o personas del géner 10 Ya persona o personas del gé- nero masculino; «He explicado la lecciGn a ls abunmnor» presupone tanto alumnos del sexo femenino como del masculino; dela misina manera: «El bombre esun ser racionab», maxima por excelencia del ., en Hispanoamérica) en estas construc- Ta politica de igualdad social en todos los émm- los puestos de zespon- runicacién al transmitir sunciar ¥, por lo tanto, ia lengua permite sobr asculino en plural expresa por consiguiente, «El hombre ala tercera de las frases. Ea 3d existe en Espafa una tendencia generalizada de hibitos ver- ue tienden # incrementar notablemente la percepeién de que ‘motivada a partir dela diferencia de sexo que esti presente -es humanos (por supuesto, también, en los animal ‘30 nos lleva a producir duplicidades como «at dores/as espaioles/as», «a los ciu yyiudadanas de este pais». Como pueden observar resent Ia tradicional cortesiahispé sombrar en primer lugar a las personas del sexo femenino 39 oT Sanen sscn00r8 or quienes usan de la duplicidad en tales formas: sbajadores y trabajadoras de la regisom». vex mas hemos de repetir que en espatiol el término no sgoria gramatical de género es e] masculino, 2sa- re para referirse a ambos géneros cuando no se qui diferencias encre ellos: «me refiero a todos» ex- globa a «todos» ya «todas», 1.10. EL IDEAL DE LENGUA EN UN PANORAMA LINGUISTICO COMO EL DESCRITO, vosotros/ ‘yeaunos agin ejemplo de v mel ieren muchas cas. Sin embargo, en ambientes populares y zonas rurales en donde el uso de ustedes ha sustituido rma vosotros/a3, se oye con frecuencia: Ustedesqueréis muchas ‘Dicha concordancia es considerada propia de wa registro de~ {ado informal o «vulgar» por lo que seria considerada incorrec- ‘Dor consiguiente, ssedes (Siempre concertado con Ja ter- cera persona del plural del verbo en la norma de prestigio) entre quienes no utilizan «wosotros> tanto para el tratamiento formal, de respeto, como para el tratamiento familiar: «Usteder (ti, vosotros, toda costa al estreno y no es posiblen; «ste des, nifios, cuiden las formas; «Ustedes, hijos mios, deben guardar ‘cama. Por supuesto, zstedes como forma de cortesia 0 de tratamiento 4 TaLENoua sseanoua formal en hgar de wear siempre concert coa a tercera persona del plural wl ez deca los acusadosreiteradamentescntense De odor mado fa pear al puerta con Talla y con calculista metido en una. vei th ‘alleando na solay via lise com sre entre sorprend ‘gue, aunque aparecen difundidos por doqui inelegantes, como incorrectos desde una visi6a normativa de tendidas por todo el émbito hizo famosa dicha constra: mada entré en el Congreso: espe sles digmndas 'n otro orden las graméticas de Ia lengua espatiola nos ex- las combinaciones de or pronombres , dicha forma debe preceder siempre a Espafia, por desgraca, se mn cuando una banda de gente az 45 Sansa escris pronombres: «El nfo ze me parece un poco, «Bl nifo st pa~ Fece mucho», por lo que es considerado un uso «vulgar» las cons- trucciones como fo me se parece un poco» ¥ «El nifo tse parece mucho>, “Es cffell que esta dltima opcién —que el pronominal s se pos- ponga como en «El nif tse parece mucho>— se dé entre las com- ‘ones del pronombre de tercera persona ni en los plurales:) En cuanto babia/bubo cantads son completamente intercam- biables,-ya que lo normal es que s6lo aparezca habia cantado por la desapariciGn en la manifestacién oral de la forma bubo cantado; al ‘margen queda la confusion en grandes éreas del espaftol entre Le cantado y canté. Es total la pédida (calvo areaismo literario) de las formas cantare/eubiere cantado que han sido desplazadas en el fol actual por las formas del presente de indicativo y del ccuamperfecto de subjantivo respectivamente: («Si bubiere alguna ‘carta ~ Si bay alguna carta») («Si bubiere llegado alguna carta —> Si bubiera/bubieselegado alguna carta»). Es general, también, la pau- latina reduccién de las formas del subjuntivo en favor del indica- a sagen escniin (¢ de otros recursos lingiistcos); quizé, porque el aspecto sub- sop decree arenes wa poe No creo que venga —> Creo que no viene») («Quizé, acas0 vaya “5 Igual, lo mejor vey») («Cuando tenga tiempo, te escribiré > Siengo tiempo, te escribir). ; ‘En ls expesion de la covtesia se da la neutrlizacin verbal rata, querria un poco de fruta, quibiera un po- smo en el par cantaba/eantarfe de las condicio ;perfecto participa de un valor de futuro («Me has dicho que vena a as inco) poe supuest Ia sendenci rincipio de economia lingiistica prima en las siguientes expre~ Sones Sisé que ests en a cama, no vengo> por «Si bubiora/ba~ biszesabido que estabas en la cama, no bubiera/bubiese/habria veni- den, «5i lo 6, no vengor en lugar de «Silo bubite sbide, no babria oli enumerar ls tendencias del espaiol actual. Si, en eee ese eee ‘mo lo es a sociedad a la que sirve de vehiculo de comunicacién— operan al mismo tiempo tendencias centripetas y centsifagas que originan opciones y variantes que estaban en a lengua, pero que no se explicitaban o, por el contrario, los medios de comunicaciéa I zan a los cuatro vientos variantes o formas que en la tradici ‘gistica estaban marcadas como vulgares 0 incorrectas por haber estado en dicha tradiciOn alejadas de las pautas del espafiol litera- so qu servi de modelo al buen decry mejor esrb la época, cada grupo social se identifican con un modelo siones, de esas variantes habladas ocasionales o marginales, algo pa- saa la lengua general ¢ incluso a la literaria, Siempre esas modas {os vienen excoltados de alguna circunstancia social que ‘sti exgiendo su atenciéa. Porlo pronto, siempre habré que tener ten cuenta que muchos de los

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