Está en la página 1de 8
fa xe: cocepoe y problamas esa misma complefdad, que determina su condiciin inevitablemente Conilictiva, hace neceserio quo se lo examine atentamente. Mis atin Convierte a ese examen en Una de sus partes. La ética est inoorpora- da al ethos iia presente obra mantiene su carter introductorio y, em tal sentido, spenas proporciona radimentos de ese examen. Pero est ter. fora edicion, que ve la luz diea aon después de la segunda, presenta, ltparte de namerosas correeciones y actualizaciones, extensos agreya~ ddos que permiten profundisar algunos temas. Particularmente el ca- pttulo Ven el que desarrollo con mayores detalles el decisivo proble mma de la fandamentacién, me permite, adomés, exponer mi propia propuesta de una *ética convergente". Bse capitulo resume el viejo proyecto que estuva anunciado en las ediciones anteriores del presen {libro y que, aunque no fue abandonado, ha seguido cursos distintos ‘dal plan originario,y fue erstalizando durante la pasada década en fnumerosos articulos ¥ varios libros: Voler @ la razén (Buenos Aires, Biblon 1997), La ética cuestionada (Buenos Aires, Almagesto, 1998) ¥ dos inditos: uno atin sin titulo definiivo, y tro, mds reciente, escrito fen colaboraciin con Oscar Ther, titulado Teoria y praxis de los prin- pio bieéticvs, Come trasfondo de estos trabajos contindo claboran- {fo, sin prisa pero también sin pausa, una extensa Etica convergente, ‘que no desospero de concur alin dia “Agradervo aqui las valiosas sugerencias quo, para esta tercera cio, me hicieron legar diversoe alumnos y colegas. De modo muy fespecial say deudor de las que me brindaron Gracicla Fernéndez y Tas Varela, quienes me proporcionaron asimismo insustituibles in- formaciones en temas espectfice, Y expreso reconocimiento y gratitud fami editor, Javier Riera, porque su confianza en Ia obra results un tstimulo deisivo en esta neva presentacién aumentada. Biblos se ha fanvertio en simbolo de la difusi flosdfica en la Argentina y Lati- hhoamérica, y como autor me siento honrado con esta nueva oportunt- Gad de participar en ella. Croo que el libro ha ganado no s6lo en am plitud, sino también en detalles tematicos aunque, ala vez, he proc Fado mantener un tono que To haga accesible a estudiantes y a lecto- es no espevalizados, Mie sentiria més que satisfecho si través de estas paginas lograra que algunas de ellos eompartieran las inquiet- dep que me llovaron a redactarlas. Ricardo Maliandi ‘Mor de Pate, abril de 2004 I. Etiea y ethos. La étiea como tematizacién del ethos LA. Consideraciones pretiminares [BI modo més genérico de definie Ia tica eonsste en desir que ella es la “tematisacion del ethos”. El vocublo “tia”, separado de todo con- texto, resulta ambiguo, ya que puede sor el sustantivo que designa tuna discipina, pero puede ser también la forma femenina del adjtivo “etico™. Este ultimo, a su ves, puede aludir tanta a la eualidad propia de ls elementos del ethos como ala de loa dela ética (en tanto disc pling). Queda elaro, entonees, que lo quo por de pronto tratamos de ‘efinir e el sentido de “étca” como un sustantivo ean el que se nom- bra una particular dissiplina. La tematizacién en que consiste ésta tiene, como s0 verd, caréctor reflerivo. La ética es, en efecto, una de las formas en que el hombre se autoobserva, una operacin consisten- teen dirigir la atencion hacia operacienes propias’ una intentioobli- ‘qua, Ask ceurre también, por ejemplo, con la gnoseologia, la antropole- i, Ia peicologa, ete, Pero en el caso dela étics, resulta que la role. iin on que ella ejerce es también parte constitutiva dal ethos, e€ decir, del objeto de tal reflexién. Bl ethos mismo no es indiferente a ‘que se lo observe 0 no, sino que consist dl mismo, al menos parcial: ‘mente, en su observacién, su tematizacén, su reflexin. Aunque hay, fin duda, reas del ethos extrareflexivas o prerreflexivas, ésias no cubren todo el fenémeno sui generis que se acostumbra designar eon ese nombre. El ethos (0 fendmeno de la moralidad) comprende tam- bign todo esfuerzo por exclarecerlo, lo cual da Tugar a In paradoja de ‘qe la ética, en cuanto tematizacion del ethos, resulta ser, la ver, te- ‘matizacion do si misma, No ee que “étiea” y “ethos” sean sinénimos. Por el eontrrio, es necesario distinguirls, y as lo ieemos hacienda, ‘La queocurre as que la ética so integra en cl ethos, se adhiere a él, en- igueciéndalo y haciéndolo més complejo. Bn el lenguajecorriente suele emplearso el término “étia” como ‘equivalent al término “moral”. En medioe intlectuales, y particular ‘mente en los flosficos y ~sobre todo dead hace algunos aios~ en los ita} 8 io: concept y peoblmns politics, se procura distinguir entre ambas expresiones, aunque sit Juida es frecuente que esto no pase de ser un propdsto, Digamos, por hora, que, si se attende ala etimologla,podrian considerarse en wfec- {come equivalentes: “état” deriva del vocablo griego "nos", y “m0 fal" del yoablo latino “moe”, que es la traduccién de aquél. Pero, por lina conven. bastante extendida, se tiende a ver en la *ética” la ‘Hsciplina la *tematizacion’) y en la "moral, lo "tematizado” (por tomplo, las eostambres, los eédigos de normas, et.) Sin embaryo, en ‘ain de lo que se ha considerado antes, es decir, de la inevitable inte {grain de la "ética” en el ethoe, nuevamente se acercan ambas sigmi- Fieacionea, y se advirte que Ia distineién no puede ser tan sencilla ‘Ena civunstancia explica por qué la étiea es peculiarmente dif cil: no porque su abjeto de estudio sea extra o inalito, sino ms bien jor lo eontrarie: paque no se puede salir de él, porque es demasiado Pereano, Bl apéerifo maestro de Antonio Machado, Juan de Mairena, onfesaba que, para é, esa difleltad se explicaba *por no haber sei ‘lomnunca, ni aun en suefoe, de exe laberinto de lo bueno To malo, de To qu estd bien y de lo que esté mal, de lo que estando bien pudiera fstar mejor, de To que estando mal pudiera empeoraree. Porque toda ‘isin requere distancia, y no hay manora de ver Ins cosas sin salirse {de elles"! La reflexion tea, al menos en algunos de sus niveles ~2o- fo voremos~> puede hacerse, sin embargo, sin “tome de distaneta". {Es en tal cabo algo més que una reflexion, ya que involuera uo com promise, una actitud practica, normativa. Pero también esto puede ‘atenderse en diversos sentdos, No es lo mismo un “‘moralista’,o pre- ‘ieador de normas, que un investigador de tales normas,esforzado en Jindamentarlas. Como decia Arthur Schopenhauer, en una frase que {ye se ha convertido en tpico, "predicar morales fécl; fundamentarla fs diel”? “Ant aparoce otro aspecto dela difculted: hay grados, y hay va- riantes cualitativas del compromico entrasiado en Ia reflexién éiea; fademds, una cosa es el compromiso como tal, y otra, su cumplimiento ‘fective, Como de hecho la reflexiin puode y suee ir acompanada de fncumplimiento y,viceversa, el eumplimionto puede y sucle Mlevarse a ‘cabo al mangen dela reflexén, los cuestionamientos, mas 0 menos && ‘aptioo, de la ética como tal se elaboran muy a menudo como denun- tas de tal ineongruencia, “No se puode disertar sobre ls mora”, decia 1A bcd, dua de Marne, Bote Aires, Lada, ed 196, £1.80 2a neo ncontaoiinaraonte nA Scopes, La ant nf a crete ites sini eee» “mace hr elmo ator, Lo dn era fandanenttr dela die, tt Blfundomento de a moral, Does Ae Ag Fer aStue apes en mas oun ge pojemplo, oa p19) 98 ‘hoy thn La de om eatin dl thas » Abert Camus. “He visto porsonasabrar mal con mucha moral y compruebo tos los din gan In onraer no nose rglas Th tunes por el eotraropiensan que st se puede disertar sobre mora, pero admin, omo B. Wiliams, que elle rrieegads", porque eo tineampo donde el dsertante se expone, mie queen otras ciples, ‘4 dejar al descubierto sus propias limitaciones, y porque existe el peli- so de que el disertante sen tomado en serio for los dems, quienes pueden at extraviarseen cestionesrements importantes ¢ Tas eras referencia, més 9 mence precisa al cempromisa? do quien disrta sobre cvertonse fea, oa infu que eon ello pu de ejereer sobre otras agentes morales, conducen la eonsideracion dt problema dl eardter "practi" o “normative” dea ica Be ta tna eorta de lo prdetico, oes realmente prtica ela misma La ex presi “fleolaprécica" suele usaee can la sgnifcacign genes {uo abarca la tie, a loon pltien yi ost dl derecho, ave cs tambien I lnfia de In economia mas rcintementa, la tora dele acisn, ete Incluso la entropologtailosfiea ha so vista, en los sino ein, mon and wt prt ew como una disepina con resonanciaa précticns Pero qu alos fa prictica” (Mera abservacidn de Ta prasis 0 también parte inte. santa de ln prazis? Ext puede ormularge asinismo eomo pregunta por la “ormatividad” de fa ica, La éticn trata sobre lo normativo, pero jes ell misma normatiea?s Es un prema que requere ae Inaizado sobre ta base de ua discriminacion to nivlea de rete in’ A su ver, una disriasnacién semejante presupone algunas ‘elaracones previa sabre el sentido genarl dec” y-ehos”. 12. Rl concepto de ethos La palabra “ethos” es un término téenico. Se debe ahora explic tar, al menos someraments, el contenido del correspondiente concep- {o, Si so rocurre para ello la etimologia del voeablo® surge ya una 1A Camus ltd Sta, ao As, eds, 2 85, p68 {C60 Wins Ira an, Madi Cate, 8p. 5. Ninn Haran tte ae pln a coma d a exena Bc a sm, Bi, erin, Wd Oran a0. ee wcs o ss eta de ana“ Sel a ees pie hs onion gana daria eros sees npc, prtlar “impertancia, en el punto i. cat 6s ben et ees ni ue rnd Je Lai Aangwren {eC JLU Angra, Rate Godot eb ehcp Te. a) » ie: eee y problems Aifcaltad, puesto que en griego existen dos palabras, 100s ¥eB0 e- She sentides, aunque mutuamente vinculados, no son equivalentes [Ambar podefan traducrse, en un sentido muy ata, como “costumbre ‘pin en'ndog es mayor la connotacién moral y e Io suele entender co- Mo “cardcter” Se alude asi a aquello que es fo mds propio de una per. Zona, de nu mado de actuar. El otro vaeablo, flog tiene en cambio el Centido de costumbre”o “habit” (Semejante a hex, del cul, sin em- Dargo, ampoco es sinénimo). En su grafia mederna, ethos suele cons orange como derivado de nog pero con frecuencia se tiene en cuenta atrrucson con e60g, elacion que, por cierto, habia sido ya elaramente ‘dvertida por los ilosofoscldsicas.7 Bn tal sentido, se sugiere, por ‘Siento, que el “earéter” se forma a través del “ito”, de modo que, eels deci, el marco etimolégieo encuadra una determinada coneep- ‘iin atico-psicolgia, ‘Enel lenguaje flosfico general, s0 usa hoy “ethos” para aludir al conjunto de actitudes, convieeiones, creencias morales y formas de Cotucta, sea de una persona individual ode un grupo social oétnico, crete este ultimo sentido, el termina es usado también por la sntro- Dologia cultural y la sociologia, Elethas es un fendmeno cataral (el fe- omeno de la moralidad), que sucle presentarse con aspectos muy di- ‘Tenses, pero que no puede estar ausente de ninguna cultura. Es, como teen luego, Ta factcidad normatioa que acompafsa ineludiblemente Sie vida humana. Cuando se quiere destacar el carécter concreto de Aus fucticiad,en oposicion ala "moralidad”(entendida entonces como Statracta 0 subjetiva), oe suele hablar, siguiendo en esto a Hegel, de sniided’ (Sitlichheit). Lo consideraremos més detalladamente en 1. ‘Bs interesante sefalar el hecho de que nOos ten‘a en el griogo ‘lésioo una acepeién més antigua, equivalente a “vivienda”, "moreda, ‘oede®, “lugar donde se habita”” Asi era entendido el termino, por ‘Gempio, en las epopeyas homéricas. Esta significacién no es total- creite extrafa ala stra: ambas tienen en comin la alusién alo pro ‘loo tntimo, lo endégeno: aquello de donde se sale y adonde se wucl- eo bien nguelo de donde salen los propios actos, la fuente de tales actos. Tl fragmento 119 de Heréclto dice textualmente: thos anthrd- poi damon, que Diels traduce: Seine Eigenart ist dem Menschen sin Bumon th sein Geachick). Bea traduecidn podria vertirse al espafiol proximadamente as: °Su cardeter propio es para el hombre su dai- ‘Mon (es decir, su destina)”. Ba otros términos: aquello que es en el Tumis lo més caracteristics, sa pecliaridad, es también lo que do 1L0¢ Pati, Lye, 72 Arial Be Nicogea, 1081718. Toy thas Lac com amatancin dl thon a Lrg den. at gu no: ene toe platat ‘etc in enbafgr colts interprets depo ihc erga ina Sh ate ied ea digas ce spss hen en por aeons senden aver la couneofra manera hn ingress Cara i ef nn nd eee eileen eee are {kt ragmentay payne abt iden qualia ce, o defn so oe mas que ontologie.* Segin Heidegger, Heraclito habria querido preci. See cepeees ee cores org, eto concepts ciniden en el hombre, La morada” el hom- Imac essen rs Sng ert eee dass ere feos Ewa eo el na ia interpretacién de Heidegger: Der Mensch woh, insofern er Mens it in der Nahe dee Gates? CEL hombre, nla media qu eh bre, habit en la veindad del dime’). En defonsa de su propuesta, re curre Heidegger a un texto de Aristételes (Sobre las partes de los ani- main, 0 80 a 3h, anda aorta evens oma Usa sina har pot ers acne eo ‘tandose junto al horno de cocer el pan y se quedaron muy sorprendi- ‘stds edna serene ae ‘ai etin psn tn Coens Hage er ee Se tice es Beer et ee {an sabi, se destunionaron al hallaro en una attud fan vlgar co Sciadecabjace del ate sean honptess arse ae con los demas hombres, y no en soledad, sumido en medita- Serene pam erick renee En ce momento Herdito le en sus Fotos i deceplonada crea Ende tine cus poe, cor pues eter a tue thane dated gdcna arn ede State somin Heidegger, nos muestra el 100¢ como esa morada o vivienda, Sin eend ond ene Medan eats ote Sed tone te Sheen ee SS fone sang wea pci ob cence na ‘nei nin ns as oe eee fur aiar nea rasa: tee tee neon Eta retainers rd OEM Hldegan Bri her dn Hunts, rast, Khe oS 7 rman A 10m, 40, 2 ue: ocapary problemas roi en la propia mora presenta también lo extroordinari, Io Trout. mie orgaheideggrina,sgnfen quel ser so manifista teamrada dt hore fragmento 9 yo pare Hele ‘Sa propetion dion sino ontogea. La verdaders ca es “ontlo- aa era pansar que atime le moradn de hombre enol er, 0 {Tavcotionequela verdad del sor o one hombre lo primero J més cy todo lo sugestiva que resulta la propuesta de Heidegger, hay aque apuntar reaps de asin, os eases. primer Inga, a inter Erotatin dl fragment ex dinetible ha si de hecho diseatide Flog clin y por histeiadoes de la Elva (dscusiones en Tar quelno corresponde entrar aq en segundo TEN, aun super nin qu la interprotaion fera correcta ex dei, que ela refgjara Inintencon dl propio Terdelto), lo indicat, ao sumo, que el fnnantonty ic en contig esti nose emonte Hera, ino ov en mas taro, Ea efecto, michos pisnaan que eamionza con So Critcn,ponsadbr poo gato mpugnatores dela ea, omo Nite ‘hao lcktgger Puro In priided conga de In ontaoga espeto Grin atca no prueba gue éxta tenga que reduces a aula, pli, on too cs, en ou carter de factcidad normative, e- nite siampre a datorminados cigos de ormas oa ambien deter Ininade) esterase valores, 0a sero tips de coneopsionesscbre Ip que ee moraly la quo na oes. Que hay ua plurlidad de tales figon estas o concepeions, ein hecho de expeienia, que pu disses nlmprecorborad, De ese hecho suse aranca el relative tec, guy om vt pace ua onan ete la ‘Nigenca'y Invalides” de las normas ode os principio "Por abora simplemente fence gue omar nota de esa pra dad. Ela perebita no slo por medio del observci metodo esaeede I tien entendida como diptina particular, sco tambien {nt ot os hombres, aus cn ant mayor aided cuanto ma a te let eae ae ec star et ee le Pp nicld aloe njeerp epee peer 1H. Usener, Gitternamen. Versuch einer Lehre vom der religidsen Begriffabildung, 2 ed. 11909, p. 190 en), Fo cuanto a In andcdota narrada por Aristtcls, a exhortacién de RES eaten mr fe seer natant arta ce ee eee eet enn yr es su experiencia en ol tiempo y en el espacio, os decir, evanto huyor es su radio de observacion espantnea. Hl vijero persibe esa hluealidad mejor que quien no se mueve de su aldea natal (aunque }wwdlan mencionarso al rerposte honrosss excepciones),y loa viejes la twreiben mejor que los jovenes. Esto tipo de experiencia puede, camo Aj, conduct al relativisme; pero es también el detonante de la refle ‘a ica racional, de Ia aplicacin de In razén a la censideracén de os tbrublemas normativos, de la “tematizacién del ethos". Cuando se ad- vierte que no todos opinan unénimementa sobre lo que “se debe hacer", vue la duda, la pregunta bésica acerea de qué se debe hacer, yen ‘aa de que se obtenga para allo alguna respueste— lade por qué se lo ‘le hacer, Con eso tipo de proguntas se ineia entonces la ética filo- nica, que representa la continuacign sistematicn de Ia tematizacién ‘wponténea: en ella se procura explicitar (reconsteuir) los prineipios te eigen la vida morales decir, se intenta fundamentor las normas, ‘Ahora bien, como la reflexion flosofica se eferta, a su Ves, se in dversos eitercs, también aise mantiene Ia pluralidad, y et ast tomo a determinados tipos de ethos les corresponden determinads ti Inde étiea. Aristteles, el primer fiésafo que establec6 Ia éica como Uiseiplingfiloséfiea auténoma, intenta con ella la fundamentacién del rilios de Ia “eudaimonia" San Agustin, en cambio, veré lo esencial ‘on ol amor eristiano, Los flésofas modernes ~Baeon, Hobbes, Desear- {os y otros~ tematizan el ethos de la “emaneipacion’, en el que se procura articular el orden césmico con el arden politico o civil. Kant inaugurard la tematizacidn del ethos stonomia"; Hegel, 1a del thos de la “ticidad eonereta’. Hay una historia dela étia, paralela a lator del ethos yen etrechacneién ung no Hen eble~ La éticaflosifica 0 “flsofia moral” se desarrolla como wn per: imanente esfuerzo por ponor claridad en un fenémeno sumamente ‘complejo, enya compleidad precissmente ella ha descubierto, La cla- ridad ee logra, por lo pronto, indagando la estructura general del ethos, quello que es comin a las diversas formas y a los divarvostipos de ‘thos. Bn esa estructura sobresalen, po ejemplo, certs dicatomias que ‘examinaremos después. Antes de entrar en ellas convendra que nos 4devengamos un poco més en el sentido dela éiea como "tematizacion Adel ethoe, 18. Arts negara x claramaot eardtaclan cutnda ws ex its as ht i raf, pr sng la el a ho ence robles 1.3, Sentido de la “tematizacin”” ‘se pueden dar, y se han dado de hecho, muy diversas definsio nea dient de Ins cuales pueden tomarse, al azar, Jos ejemplos que ree uioraSe vers, entonee, cimo, en Knens generates, esas dent ne aavetengen en un eoncepto: él dela ya mencionada reflexividad de Feegee ta es un modo do reflexidn que apunta principalmente a dot va stn a epi nar Bn apn 1 eal aeons et nar ge nro bn nS fa son cay ica tui Se Sar a, Stan, Kohan, 1097 Ui emer Cre mam aos me ne re symone am le gear on J) fn morl une ita nen cmon Ae, NE en nt dan a le ree tn ih aa lf ore ie Fre a sis geno = ried de = pte tempat mae Sele apn, ic een, ER OS cay ma a ae at ra eco NE gE nay one ern. 19 oe decree «ens isn 08 ha ea mln ncn ein Seeman ee one en camo que algae, medians refi fundamentdar See te ew rs rar cc “ayes Sr ie Feed, Pr eee emt ocean ‘pecan me ne er tend Tre, ae Sn a te ramen en he gece inn a le ein on nn “rae ea ara eh nen mai capi ane en nan dy ma en schon ag a rage ne 1 es en re i rl ems oy ts in 8 snc ci 7 et fen rin pe a a yet en le co coc Dems, Wane ah Se, rei a ca nor mg rom inn ye a ay orn densa yma Gan Se Pe er Chtdra, HE p10). Le ae st iplina fonda aoe eis ic Mt ee ee rte cn i i mor aD i, ns Bi ec eisina aol fe tho ain cone aman dl thas 6 1) a fundamentar las normas(o @ cvestionar presuntas fundamen: taciones), y 2) a aclarar lo mejor posible el sentido y ol uso de los términos pro- pias del lenguaje moral GGanamos as{ un grado més de determinacién en lo que sigoifica ta tematizacisn delethoe", Es una tematizacin reflexivg, con un do- bile aspect, que como luego se vers corresponde a dos niveles dere flexin (el de la “tien normativa®y el de la “metaética”) ‘Sin embargo, para entender qué es y eémo se desarrolla una te- satizacign, no basta con indicar que ella abarea,en el easo do la éti- a, dos nivclesreflexivos:!® se necesita también, ya antes del analisis (Be tales nivelesy de las diferencia y relaciones entre ellos, diserim far las eonnotaciones propias del neologismo “tematizacién”, Conver tir algo en “tema”, es decir, en el “asunto” sobre el que ha de wersar la ‘ca, puede hacerse mediante 1) Bxplicitaciones: otro neologiamo stl, que alude a tos procedimion- fos por medio de los cuales se procara dar expresin a lo que esta im- lteltootécto, En etic, la explictacin es la tarea de hacer hablar al ‘thos, y su forma especifiea mis importante ~a la que nos referremos eopues es la “reconatraccion normativa” 2) Problematizaciones: no 6lo planteamientos de problemas, sino tam- ‘len descubrimientos de ellos. Las problematizaciones son Io propio de Tnacttad ertien en el examen de un tema, Nicolai Hartmann hablaba de Ia “aporética’ como momento metodelogicy, consistente en deseu brit los problemas (las “aporias”). Ba la ctica equivale a asumir las Alfcltades de comprension de los elementos del ethos y de Las rela ‘ones entre ellos. Los problemas descubiertos exigen a la razén el es- faorzo de las invostigacionesy ns teorizaciones. 8) Investigaciones: esfuer209 por hallareoluciones posible a los pro- blemas, ba palabre “investigacido” tiene etimolégicamente, el sentido de “ponerse en la huella (vetigium)", © sea, “rastroar” algo, Solo se puede investigar en la medida en que uno se pone a “seguir” el paso [eotres, eunque el sentido de esto sea llagar aun més lejos. Bn filoso- fia 1a “huella" es el pensamiento ya pensado. Mientras el medio de tranemisiGn de ese pensaraiento soa la eseritura,“Iavestigar” equival- 15. Yaa ved que bs nivel de eles” me liad, est, yo Gas po Godel corteponden se ea been 6 ‘Bek: oeopany proloa

También podría gustarte