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EL EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS Le 1-9 vol. I Francois Bovon ~ BIBLIOTECA DE ESTUDIOS BIBLICOS ae 85 : Otras obras publicadas en la coleccién Biblioteca de Estudios Biblicos: — J. Jeremias, Teologia del NT (BEB 2) — L. Coenen (ed.), Diccionario teolégico del NT I-IV (BEB 26-29) — J. Gnilka, El evangelio segtin san Marcos I-Il (BEB 55-56) — H. Koster, Introduccién al NT (BEB 59) — X. Léon-Dufour, Lectura del evangelio de Juan L-Ill (BEB 68-70) — Ph. Vielhauer, Historia de la literatura cristiana primitiva (BEB 72) — U. Luz, El evangelio segiin san Mateo I (BEB 85) EL EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS Le 1-9 I FRANCOIS BOVON EDICIONES SIGUEME SALAMANCA 1995 Tradujo Alfonso Ortiz Garcia sobre el original francés L’évangile selon Saint Luc (1, 1-9, 50) @ Benziger Verlag, Ziirich-Einsiedeln-K6In 1989 Neukirchener Veriag des Erziehungsvereins GmbH, Neukirchen-Viuyn 1989 © Ediciones Sigueme, S.A., 1995 Apartado 332 - E-37080 Salamanca/Espafia ISBN? 84-301-1256c1 (obra completa) ISBN: 84-301-1257-X (volumen 1) Depésito legal: S. 818-1995 Printed in Spain Imprime: Gréficas Varona 4 Poligono El Montalvo - Salamanca 1995 vol CONTENIDO Prélogo Abreviaturas, comentarios y bibliografta general Introduccion El texto El plan y el estilo de la obra La lengua El género literario y la intencién Las fuentes . El autor La teologia . NavReRE COMENTARIO El prélogo (1, 2. El evangelio de la infancia (1, 5-2, 52) . a) El anuncio a Zacarfas (1, 5-25) b) La anunciacién (1, 26-38) c) La visitacién (1, 39-56) . d) El nacimiento de Juan Bautista (1, 57-80) . e) EI nacimiento de Jests (2, 1-21) .. f) La presentaci6n en el templo (2, 22-40) . 8) Jestis a los doce afios en el templo (2, 41-52) . La actividad de Juan Bautista y el bautismo de Jess (3, 1-22) La genealogia de Jestis (3, 23-38) . Las tentaciones de Jestis (4, 1-13) . La primera predicacién de Jestis en Nazaret (4, 14-30). El comienzo del ministerio en Galilea (4, 31-44) La pesca milagrosa (5, 1-11) 7 eS 13 27 27 28 32 34 35 39 42 7 140 164 194 219 235 266 275 293 310 325 8 Contenido 9. La curacién del leproso (5, 12-16) . 10. El paralitico de Cafarnatn (5, 17- 26) . I]. La vocacién de Levi y el banquete que organiza (5, 27-39) 12. Las espigas desgranadas en sbado (6, 1-5) . 13. La curacién de la mano seca (6, 6-11) 14. La eleccién de los doce (6, 12-16) 15. Curaciones antes del sermén en la Ianura (6, 17-19) 16. El sermén en Ja Ianura (6, 20-49) : a) Las bienaventuranzas y las maldiciones (6, 20-26) b) El amor a los enemigos (6, 27-38) . c) EI discurso parabélico (6, 39-49) . 17. El centurién de Cafarnatin (7, 1-10) 18. El hijo de la viuda de Nain (7, 11-17) 19. El testimonio de Jestis sobre el Bautista (7, 18-35) 20. Jestis y la mujer pecadora (7, 36-50) ... i 21. Algunas mujeres siguen a Jests (8, 1-3) 22. La pardbola del sembrador (8, 4-21) .. 23. La tempestad calmada (8, 22-25) 24. EI poseso de Gergesa (8, 26-39) .. 25. La hija de Jairo y la hemorrojsa (8, 40-56) . 26. La misién de los Doce (9, 1-6) . 27. EI desconcierto de Herodes Antipas @. 7-9) 28. El reparto del pan (9, 10-17) 29. La confesién de Pedro (9, 18-22) . 30. Seguir a Jestis (9, 23-27) . 31. La transfiguracién (9, 28-36) . 32. El muchacho poseso (9, 37-43a) 33. El segundo anuncio de la pasi6n. La disputa de los dis- cipulos. El exorcista (9, 43b-50) «2... eee ee Excursus Nacimiento virginal ¢ historia comparada de las religiones ... El diablo La palabra de Dios El perdén de los pecados 337 345, 358 377 386, 394, 40S 409 416 435 466 486 501 519 524 560 566 592 602 621 637 648 654 670 676 685 708, 721 PROLOGO ‘Si Lucas se las tuvo que ver con la historia del cristianismo naciente, hoy me toca a mi vérmelas con su obra equipado con mi propio saber y mis propias convicciones. Me gustaria tratar el evangelio de Lucas con la objetividad del investigador y la confianza del creyente, con la esperanza de que esta conjuncion dé paso a una verdadera comprensién. Y sé que esto no es posible si Dios no me conduce a su Palabra. Como exegeta, nunca me encuentro solo ante el texto. La larga serie de predecesores en esta tarea y la muchedumbre de lectores creyentes son aqui mi mejor compaftia. Tanto la expli- cacién como la recepcién del texto tienen su historia, que por lo demds tan sélo conozco de forma fragmentaria. Esta presencia simultdnea a mi lado de los padres y maestros de antafio y de los estudiantes y colegas de hoy es para mi un enriquecimiento. Pero el numero de exegetas y la masa de su produccién me asustan. Me esforzaré por tener en cuenta esta produccién, sin dejar que se imponga al texto, que es siempre el que tiene la autoridad. De todos los recientes trabajos sobre Lucas, los mds ilumi- nadores son los andlisis formales de las pericopas y la aportacién de sabios judios a los evangelios. He dedicado muy poco tiempo al estudio de los exegetas mds antiguos, los de la edad media, de la reforma y de la época moderna (1800-1950). Me he limitado a algunas obras de la época patristica y a los resultados de los estudios y monografias —desgraciadamente poco numerosas to- davia— consagrados a la historia de la interpretacién. Espero poder intensificar, en el segundo volumen, el didlogo con h historia de la exégesis y de la recepcion del texto a lo largo d& todo el pasado cristiano. Hay dos temas centrales que gobiernan mi trabajo de co- mentarista: 1. A pesar de su interés por la historia, Lucas sigue 10 Prologo siendo el tedlogo de la palabra de Dios, que sin embargo no es perceptible sdlo a través de la vida concreta y de la vida humana. 2. Lucas no elabora una cristologta separada de la relacién viva con Cristo. Semejante relacidn entre el pensamiento y la vida vale igualmente para la eclesiologta y la ética. Para Lucas, a través de las relaciones personales es como los hombres y mujeres participan siempre de la Iglesia y permanecen fieles a las exigencias del evangelio. Estoy convencido de que Lucas da el mismo peso a la Palabra que a la relaci6n. He de decir algunas palabras sobre el nacimiento de esta obra. Tengo que agradecer a mis colegas del Evangelisch-katho- lischer Kommentar y de! Commentaire du Nouveau Testament la motivacién, el estimulo y la ayuda que me han prestado en mi trabajo. Mi gratitud se dirige igualmente a quienes me han ayudado a perfeccionar la forma de este primer volumen; Eli- sabeth Hartmann y Emi Bétschmann, Albert Frey, Peter Strauss, Eduard Schweizer y Volkmar Hampel. Sin ellas y sin ellos nunca habria visto la luz este trabajo. Pueden estar seguros de mi mds viva gratitud. Durante diez aftos he podido discutir varias pericopas con mis asistentes, Denise Jornod y Marcel Durrer, y luego Emi Batschmann y Frédéric Amsler. Sin su colaboracién no habria tenido nunca acceso al conocimiento de los principales comen- tarios ni de una literatura secundaria casi ilimitada. Mi esposa ha estado siempre a mi lado para recordarme la actualidad que ha de asumir cada dia el texto btblico. Debo muchas sugerencias a los estudiantes con quienes he letdo el evangelio de Lucas. Mis asistentes actuales, Isabelle Chappuis y Eva Tobler, han tomado el relevo y me ayudan en la prosecucién de mi trabajo, Isabelle Chappuis-Juillard me ha ayudado a repasar las pruebas, asi como Elisabeth Hartmann y Marie Molina-Bovon. Les doy las gracias por ello. Me gustarta igualmente expresar mi gratitud a Janine Cherix que desde hace muchos afios descifra y pasa a mdquina mis manuscritos con competencia, eficacia y servicia- lidad. Mi agradecimiento se dirige finalmente al profesor Jean Zumstein, director de la coleccién Commentaire du Nouveau Testament, a la editorial Labor et Fides, y en particular a Serge Molla, su director literario, ast como al personal tan competente de la imprenta Atar de Ginebra. jEsta comunidad de trabajo le Prélogo WI habria agradado a Lucas! Para mi ha sido valiosa y enrique- cedora y se lo agradezco de todo coraz6n a estos colaboradores y colaboradoras, asi como a los amigos cuya impaciencia por ver finalmente aparecer este comentario —sobre todo en su ver- sién francesa— tanto me ha estimulado. Frangois Bovon ABREVIATURAS, COMENTARIOS Y BIBLIOGRAFIA GENERAL 1, Abreviaturas 1. Para las obras de la antigiiedad, a excepcién de la literatura judia y cristiana primitiva: las abreviaturas del Theologisches Wérterbuch zum Neuen Testament X, 1 (ed. G. Friedrich), Stuttgart 1978, 53-85. Si no se encuentra alli alguna abreviatura, cf. H. G. Liddell-R. Scott-H. $. Jones, A Greek-English Lexicon, Oxford 1940. 2, Para las obras judias y del cristianismo primitivo, para la revistas, diccionarios y Iéxicos: las abreviaturas de la Theologische Realenzyklo- pddie. Abkiirzungsverzeichnis (ed. S. Schwertner), Berlin 1976. 3. 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A propésito de las referencias bibliogrdficas abreviadas que fi- guran en las notas: los comentarios al evangelio de Lucas se sefialan con s6lo el apellido de su autor, sin inicial de su nombre, seguido inmedia- tamente de la indicacién de la pagina. Las otras obras y articulos se presentan con el apellido del autor, precedido de la inicial de su nombre, y seguido del titulo abreviado y la mencién de la pagina. Las referencias bibliogréficas completas se encontrarén bien al frente de la pericopa en cuesti6n, bien al comienzo de la obra en una de las dos listas que siguen. 2. Comentarios (Strack), H. L.-Billerbeck P., Kommentar zum Neuen Testament aus Tal- mud und Midrasch, vol. I-IV, Munchen *1969; vol. V-VI (Register, ed. J. Jeremias-K. Adolph), Miinchen *1963. Bossuyt, Ph.-Radermakers, J., Jésus Parole de la grace selon Saint Luc (2 vols.), Bruxelles 1981. Caird, G. B., The Gospel of St. Luke (PNTC), Harmondsworth 1963. Creed, J. M. The Gospel According to St. Luke. 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Incluso su admisién en el canon, que deberia haber protegido su integridad, la modificé: le confirié a esta obra un caracter sagrado que quizds no habria deseado el propio Lucas. Ademés, a partir de aquel momento, el evangelio de Lucas y los Hechos dejaron de ser los dos tomos de una obra unica. Ningtin manuscrito, ni siquiera el més antiguo, nos trasmite estos dos tomos en su concepcién y en su intenci6n inicial. La critica textual forma parte de la historia 28 Introduccion de la interpretacién, pero permite también, a través de esa his- toria, recobrar el tenor auténtico de la obra de Lucas. Su texto es bastante bueno a pesar de las numerosas variantes. La opinién de Marcién, para quien el evangelio de Lucas se habia estropeado con algunas interpolaciones judaizantes, esta lejos de imponerse, ya que constantemente vamos encontrando los mismos rasgos particulares de Lucas al hilo de los capftulos. Marcién conocia probablemente todavia una o varias de las fuentes de Lucas y se sirvié de ellas para justificar sus cortes y algunas «extrapolaciones». Se pueden distinguir tres y a veces cuatro formas del texto que co- rresponden no tanto a revisiones hechas de una sola vez como a trans- formaciones sucesivas. El texto egipcio (sobre todo P”, 8 , B y C) se constituyé en el siglo II. El texto occidental (D, antiguos testimonios latinos, una traduccién sirfaca [Cureton] y varias citas en los Padres de Ja Iglesia) es la misma época que el texto egipcio, Una tercera forma, atestiguada ya en el siglo IV, se encuentra en el manuscrito A para el evangelio: se trata del texto bizantino, que se impondra durante siglos (es el que imprimié Erasmo y al que se llama el textus receptus). Fi- nalmente, algunos creen en reconocer una cuarta forma, la del texto palestiniano. Las variantes dentro de la tradicién manuscrita se explican de varias maneras: despiste de los copistas, influencia de la tradicién oral o de los otros evangelios, sobre todo de Mateo, tendencias de la teologia en plena elaboracién o sensibilidad a los problemas eclesiolégicos. He aqui a titulo de ejemplo algunos problemas de critica textual planteados por Lucas. ,Cudl es la forma primitiva de la segunda peticién del Padre nuestro: «Venga tu Reino» o «que tu Espiritu venga sobre nosotros y nos purifique> (11, 2)? El corto didlogo de Jests con el hombre que trabajaba en sabado, jes original o secundario (6, 4 en D tnicamente)? genvié Jestis a misionar a setenta 0 a setenta y dos discipulos (10, 2)? En las palabras de la institucién de la cena, cual es e1 texto auténtico? gel largo o el breve (sin Le 22, 19b-20)? La aparicién del angel con- solador en Getseman{, zforma parte de la version primitiva 0 no (22, 43-44)? El «y fue Ievado al cielo» (24, 51) jes un afiadido posterior 0 no? (cf, ademas 5, 39; 9, 55; 10, 20.41-42; 11, 8.13.41; 12, 19.21.39; 16, 9; 17, 36; 19, 25; 20, 20; 21, 35; 22, 62.68; 23, 13.15.17.35; 24, 3.6.12.17.36.40-42.52). 2. El plan y el estilo de la obra Bibliografta: a) El plan: Bossuyt-Radermakers; Conzelmann, H., El centro; Fitzmyer, 1, 160-169 (bibliograffa, 178); George, A., Etudes, El plan y el estilo de la obra 29 15-41; L’Eplattenier; Morgenthaler, R., Geschichtsschreibung; Radl, W., Paulus und Jesus; Talbert; Talbert, C. H., Patterns. b) El estilo: Cadbury, H. J., Style; Id., Making; Fitzmyer, 1, 183-209 (bibliograffa, 209-211); Haenchen, E., Apostelgeschichte, 89-92; Tur- ner, N., The Style of Luke-Acts, en Moulton, J. H., A Grammar of the Greek New Testament \V, Edinburgh 1976, 45-63; van Unnik, W. C., Eléments artistiques dans l’évangile de Luc, en L’Evangile de Luc, 129- 140; Vogel, T., Zur Charakteristik des Lukas nach Sprache und Stil, Leipzig 1899 La obra entera comprende dos libros de la misma longitud (la longitud usual en la época, debida sin duda a razones co- merciales). El primero describe la vida de Jestis y el segundo la expansién de la buena nueva a partir de la actividad de los testigos principales. La obra comienza con un prélogo (1, 1-4) que expone, por un lado, la intencién del autor, o sea, elevar la tradicién evan- gélica al rango de obra literaria; y por otro, su método y su intencién profunda. Luego Lucas relata en una simetrfa des- equilibrada los acontecimientos que rodean el nacimiento de Juan Bautista y de Jestis (1, 5-2, 52). A continuacién, introducido por un sincronismo complicado y solemne, comienza el relato de la actividad de Juan, y luego de Jestis (3, 1-13). Lucas divide la vida de Jestis en tres grandes periodos: su ministerio en Galilea (3, 14-9, 50); su actividad, ensefianza y curaciones a lo largo del camino que lo conduce a Jerusalén (de 9, 51 a, probablemente, 19, 27); y finalmente, la actividad en Jerusalén: ultima ensefianza en el templo, la pasién, la muerte, la resurreccién y la ascensién de Jests (19, 28-24, 53). EI paralelismo entre Juan y Jests que caracterizaba el evan- gelio de la infancia esta ausente en el relato de sus actividades. Juan es una figura humana, con un pie en la promesa (es el titimo de los profetas) y el otro en el cumplimiento (es el primero de los predicadores del evangelio), y desaparece de la escena muy pronto. Lucas, que no tiene la intencién de escribir unas vidas paralelas, introduce en escena enseguida a Jestis, el personaje principal, al lado de Juan y luego detrds de él. Asi pues, hasta 4, 13 estamos en los preliminares. Lucas sefiala ademis el co- mienzo de la actividad de Jestis con el episodio ampliamente tratado de la predicacién en Nazaret (4, 14-30). 30 Introduccién La figura de Jests que nos dibuja en esta parte es la del Mesfas que cura (4, 14-6, 19) y ensefia (6, 20-49) recorriendo las ciudades de Galilea. La trasfiguracién (9, 28-36) prepara el viaje a Jerusalén. La conversacién de los tres personajes sobre la partida de Jests (eufemismo para indicar su muerte) deja en el espiritu de los lectores la conviccién de que la mesianidad de Jestis se caracteriza por el sufrimiento. Segtin la concepcién apo- logética de Lucas y de los cristianos de su tiempo, la pasién forma parte del plan de Dios (cf. Hech 2, 23). La entrada solemne de Jestis en Jerusalén (19, 28-44) inaugura légicamente el tercer periodo. Si se quiere ver un plan en esta segunda parte, quizds haya que sefialar las diversas alusiones al progreso del viaje (sobre todo en 13, 22 y 17, 11). Esto da una primera seccién que va de 9, 51 a 13, 21. El autor nos muestra qué es la existencia cristiana segiin 1a voluntad de Jestis (,qué significa hacerse discipulo? ,c6mo anunciar la buena nueva? jc6mo manifiesta Dios su amor?). Una segunda seccién, de 13, 22 a 17, 10, constituye formalmente 1a parte central del evangelio. Su prin- cipal tema es la generosidad de Dios con los que se han perdido, ge- nerosidad que no excluye sin embargo la posibilidad de un rechazo por parte de los hombres interpelados (cf. los invitados al banquete, 14, 15- 24, y el hijo mayor, 15, 25-32). Esta segunda seccién enumera los obstdculos para la salvaci6n: el amor al dinero —un dato que revela la composicién sociolégica de las comunidades cristianas en tiempos de Lucas—, la envidia del pueblo elegido y el relajamiento de los cristianos ante el retraso de la parusia. La tercera secci6n est formada por las parabolas orientadas hacia la escatologia (17, 11-19, 27) Lucas compone secuencias de cierta longitud y las encuadra dentro de unas perfcopas-gancho que determinan su orientacién y su significado (asi la predicacién de Jesis en Nazaret, que constituye un verdadero programa: 4, 16-30). Pero intenta ademas situar los puntos culminantes precisamente en medio de las sec- ciones y de las secuencias: la pardbola del hijo prédigo exacta- mente en la mitad del evangelio (15, 11-32) 0 concilio crucial de Jerusalén en la mitad de los Hechos (Hech 15, 1-35). Estos procedimientos de composicién y organizacién de los episodios sirven de restimenes programéticos y ofrecen una clave El plan y el estilo de la obra 31 de interpretacién para el conjunto de la obra (de manera parecida a lo que la critica literaria francesa, en nuestros dias, llama «la mise en abime»). Dentro de las secciones y de las secuencias, Lucas utiliza una técnica narrativa muy sencilla: alinea unas historias cortas que forman un todo y que estén destinadas a edificar y a conmover. Este procedimiento de composicién por episodios, por otro lado, ya se lo habian dictado sus fuentes, aunque él lo perfecciona insertando de vez en cuando breves sumarios que sirven de tran- sicién y de pausa para recuperar el aliento. Adem4s, esos su- marios permiten generalizar el alcance de los sucesos narrados. Mientras que los sucesos se relatan en aoristo (por ejemplo, el episodio de la pecadora, 7, 36-50), esos sumarios estan redac- tados en imperfecto (por ejemplo, la mencién de las mujeres que seguian a Jestis, 8, 1-3). Generalmente los episodios son més largos que los sumarios. Aunque Lucas dispone de una amplia cultura en muchos terrenos, se ha empefiado en ser sencillo. Evita las técnicas de persuasion de la retérica para adoptar el estilo de los libros his- téricos de la Biblia y mostrar asf la continuidad entre los Setenta y su propia obra. Su doble obra se sitéa en continuidad con los libros de la promesa, ya que narra su cumplimiento. Hace suyos muchos de los giros biblicos (por ejemplo, su forma de comenzar un relato: éyéveto 5€..., «sucedié», 1, 8), muchas expresiones tipicas (por ejemplo, év taic fépaic éxeivaic, «en aquellos dias», 2, 1), y desde luego la composicién por episodios. Sin embargo, su concentracién en una sola figura santa, en un solo portador de la voluntad divina, es menos biblica. En esto Lucas, como Marcos antes que él, se muestra heredero y continuador de la tradicién cristiana, influida a su vez por el estilo de la propaganda helenista y de la biografia antigua. Lucas cambia su estilo segdin los episodios. Sabe revestir los pensamientos y las preocupaciones de Maria con términos re- bosantes de solicitud maternal, proclamar solemnemente la fecha del comienzo de la actividad de Juan Bautista, adornar la pesca infructuosa de los discfpulos con términos técnicos, envolver la trasfiguracién de misterio, elegir un tono polémico para la dis- cusién de Pablo con los judios de Roma, o bien hieratico, como el de un icono, para la ascensién o pentecostés. El encuentro con 32 Introduccion Zaqueo tiene una expresividad impresionante, casi ingenua; el naufragio de Pablo es del mejor género novelesco, mientras que la predicacién de Pedro es totalmente kerigmatica y eclesial. Se somete a las reglas del pensamiento judfo para la predicacién totalmente exegética de Pablo en la sinagoga, y a los usos de la retorica juridica para la defensa de Pablo ante el tribunal. Esta diversidad de tono y de lenguaje no se debe a la variedad de las fuentes, sino a la habilidad de un escritor de talento. Justamente se ha considerado a Lucas durante siglos como a un pintor. En efecto, se distingue por presentar los aconteci- mientos en su aspecto concreto y visible. No cita ideas abstractas sin aclararlas con un ejemplo o una pardbola. Asf{ ocurre con el doble mandamiento del amor, que ilustra con la parébola del buen samaritano y con la conversacién de Jesis con Marta y Maria (10, 25-42). Lo mismo hace con los problemas teolégicos més dificiles, dandoles la forma de escenas que se graban en la memoria: por ejemplo, el nacimiento virginal bajo la forma de un coloquio entre Marfa y el angel (1, 26-38). Lo mismo sucede con los problemas eclesiolégicos y con las exigencias éticas, donde la argumentaci6n recibe una ilustracién y una respuesta en ejemplos concretos (asi, la acogida de los paganos en la iglesia se ilustra con el precedente del episodio de Cornelio, Hech 15, 8-9.11.14). Se ha dicho que Lucas reprime las emociones, sobre todo las de Jestis. Esto me parece falso, ya que, si no especula con los sentimientos, sf que trasluce los gestos que los expresan, como el exultante gozo de Juan en el seno de su madre (1, 41), el llanto de la pecadora (7, 38) 0 el gesto de Jestis inclinandose sobre la suegra enferma de Pedro (4, 39). El arte de la composici6n, el dominio tanto de la lengua como del estilo de los dos libros de Lucas, atestiguan una auténtica capacidad de creacién, tanto en el plano literario como en el teoldgico. 3. La lengua Bibliografia: Argyle, A. W., The Greek of Luke and Acts: NTS 20 (1973-1974) 441-445; Antoniadis, S., Evangile; Delebecque, E., Etudes; La lengua 33 Fitzmyer, I, 187-209 (bibliograffa, 129-131); Hawkins, J. C., Horae; Jeremias, J., Sprache; Perot, H., Etudes sur la langue des Evangiles (Collection de l'Institut néo-hellénique de I’Université de Paris 6), Paris 1927; Turner, N., The Quality of the Greek of Luke-Acts, en J. K. Elliot (ed.), Studies in New Testament Language and Text. Mélanges G. D. Kilpatrick, Leiden 1976, 387-400; Wilcox, M., The Semitisms of Acts, Oxford 1965. Lucas es un ejemplo de lo que se llama la koiné, o sea, el gtiego de la época helen{stica y romana, a medio camino entre la prosa dtica y el griego moderno. El griego que él escribe no es evidentemente el que se hablaba entonces. Busca su camino a igual distancia de la lengua popular (la de Marcos y la de las epistolas no literarias) y de la de los movimientos puristas del renacimiento (como la moda aticista del siglo II). Los pasajes que el mismo Lucas considera mds logrados desde el punto de vista lingiifstico, por ejemplo su prélogo, quedan superados a mi juicio por la conjuncién de los relatos, donde su sentido agudo y soberano de la lengua sabe cuidar y poner de relieve el punto més saliente. Lucas se esfuerza en mejorar el lenguaje rudo de Marcos. Asf, cuando Marcos escribe bruscamente que los discfpulos empezaron a caminar arrancando espigas (Mc 2, 23), él simplifica y precisa: sus discipulos arrancaban espigas, la frotaban con sus manos y se las comfan (6, 1). Se niega a llamar «mar» (Mc 1, 16-20; 4, 1-2) a lo que no es mas que un lago (5, 1-2). Evita las palabras hirientes para los ofdos cultos (re- cogida por Phrynicos Arabios, del siglo II, ha llegado hasta nosotros una lista de términos recomendables y de términos que hay que evitar) © para la sensibilidad cristiana (cf. 18, 25; 21, 22, 46 y sus paralelos en Mc). Da pruebas de un gran recato en el terreno de la sexualidad, a costa de la espontaneidad y de la precisién concreta: dice «hijos» donde Marcos dice «semilla» (Mc 12, 20 // Le 20, 29); no se atreve a decir adulterio, ni prostituta (prefiere hablar de una mujer de la ciudad que era pecadora, 7, 37). La cuestién del empleo de semitismos es delicada. Por un lado, Lucas se libera de numerosos semitismos de Marcos; por otro, da pre- ferencia en sus relatos a los giros semiticos, o mas bien biblicos. Sélo emplea los semitismos cuando le parecen admisibles, es decir, consa- grados por el uso de los Setenta. Finalmente, su libertad de estilo en- cuentra su limite en las numerosas palabras de Jestis, cuyo sentido exacto 34 Introduccion teme modificar. Lucas se encuentra un poco en la situacién de algunos publicistas de hoy que, para ser comprendidos, renuncian a ciertas ex- presiones anglosajonas que evocan el american way of life, a pesar de que desean propagarlo. Lucas cuida también su sintaxis. Sustituye siempre que puede las mondtonas parataxis de Marcos por hipotaxis, esto es, por proposiciones subordinadas. Por otra parte, siente cierta debilidad por las proposiciones participiales (cf. kai brootpéyavtec, «habiéndose vuelto», ...Kai na- padaBav abtovs, «, y en sentido amplio, «reproducir por orden», «seguir el hilo de los acontecimientos», «contar un relato». Si Lucas se sirve de este verbo, ins6lito hablando de un trabajo literario, mas bien que de ovvtaccea9at («componer)”, hemos de concluir que sus predecesores reprodujeron un relato quizés oral, consigndndolo por escrito. S<_ de Josefo: "Eneirjnep Kai "lovdai@v noAAol mpd gnod ta Ov mpoydvov ovvetdgavro per’axptBeiag («puesto que muchos antes de mi, entre los ju- dios, han compuesto con precisién la historia de nuestros antepasados»). 20. Cf. J. B. Bauer, HoARot. 21. Cf. H. J. Cadbury, Commentary, 492-493, muestra que nods es frecuente en Ios comienzos de los discursos o de las obras, pero que no siempre se utiliza para designar a los antecesores. Cf. Hech 1, 3; Heb 1, 1. 22. *Emyeipé: cf. Lagrange, 2, que cita la dedicatoria a Nerén de un médico de Tesalia, que escribe: nodAav émryerpnodvrav... rapadoivar (shabiendo intentado muchos entregar»). 23. H. J. Cadbury, Commentary, 493-494 percibe aqui una critica, mien- tras que G. Klein, Programm, 195-196, cree ver una alusién al carécter in- suficiente de los intentos anteriores. 24. Los otros dos ejemplos de émyeipém en Lucas tienen una conn negativa (Hech 9, 29; 19, 13). 25. Cf. G. Klein, Programm, 196. 26. Cf. Moulton-Milligan, s. v. 27. Auijynots para un relato hist6rico, ef. Carta de Aristeas, 8, 322; 2 Mac 2, 32; 6, 17; Diodoro de Sicilia, XI, 20, 1; Luciano de Samosata, Hist. Concor., 55; Polibio, Hist. Ill, 4, 1; Dionisio de Halicamaso, Ant. Rom. 1, 7, 4y Pomp., 3. Cf. W. C, van Unnik, Once More, 12-15 (y notas muy ricas). Varias versiones antiguas del nuevo testamento han traducido el verbo varécoea9at como si fuera sinénimo de cvvricseaGar. Ci. Bauer, ad loc. Le 1,1 57 Lucas no habria hecho el esfuerzo de redactar un nuevo libro si hubiera estado realmente satisfecho del trabajo de sus prede- / cesores. Pero su critica es discreta y totalmente implicita; no aparece més que en contraste con su propio propésito. 1. En- tonces los predecesores no siempre se preocuparon de remontarse a los orfgenes (&v@9ev, «remontandose hacia arriba», v. 3): ni Marcos ni Q comienzan por el nacimiento de Jess. 2. Y no Ilegaron suficientemente lejos: tanto Marcos como Q ignoran los acontecimientos que desencadené la resurreccién. 3. Ademis, su trabajo carece de precisién (4xpiBés, «minuciosamente», v. 3). 4. No han cuidado mucho el trabajo de redaccién y de composicién (ka9eEtg, «en orden», v. 3). 5. Finalmente, su estilo y sus procedimientos de escritura no se ajustan a las reglas del arte de escribir. Con «los acontecimientos que se han cumplido entre nosotros», Lucas designa el contenido tanto de las obras precedentes como de su propia obra (epi, «a propdsito de», es el término técnico para el titulo de un libro o de un capitulo)”. Por tanto, no tenemos por qué esperar ni una monografia cientifica, ni un tratado doc- trinal, sino un relato de acontecimientos. Ipéypa cubre un am- plio abanico de significados: «accién», «acto», «asunto». Aqui, el plural npd&ypata es probablemente el equivalente griego del concepto semitico de prjywata (O27), «palabras-hechos» de Dios (Hech 5, 32), esto es, los acontecimientos de la historia de la salvacién tal como Lucas los concibe: en donde Dios, por Ly palabra o por el mensaje de sus enviados, actia con los seres humanos”. Esta palabra es accesible al lector no cristiano, pero no en toda su profundidad*'. En todo caso, la connotacién his- térica del término, que incluso percibe el lector no advertido, estd contenida en la frase de Lucas. 29. Por ejemplo, el TMepi dpyav (De los principios) de Origenes. 30. Sobre esta colaboracién de Dios y de los seres humanos en el desa- rrollo de los mpdéypata, cf. F. Bovon, L'importance des médiations dans le Projet théologique de Luc: NTS 21 (1974-1975) 22-39 (= L’oeuvre, 181-203). 31. En el antiguo testamento, donde esta palabra puede tomarse en un sentido bueno o malo, cf. Is 25, 1, émoinoas Savpaota mpdypata («has hecho cosas admirables»). En el nuevo testamento, cf. Heb 6, 18; 10, 1; 11, 1. Lucas utiliza también Epyov para el proyecto de Dios realizado pot los hombres en la historia: cf. Hech 13, 2. K nv 58 El prélogo (1, 1-4) TIAnpoopém significa aqui «cumplir», «acabar» (el sentido habitual de «dar plena certeza» no puede aplicarse mas que a las personas, como por ejemplo Col 4, 12). Pero Lucas, mediante el empleo de este verbo complicado y poco usual’*, que ya habia entrado sin embargo en el uso cristiano de su tiempo, intenta hacer resonar una connotacién religiosa: los acontecimientos no «tuvieron lugar» simplemente, sino que se «cumplieron», con: tituyen un cumplimiento, son lo que Dios quiso que fueran’?, Si el término profano de rpé&ypa puede abarcar la vida, la muerte y la resurreccién del Mesias, el verbo nAnpogopém («cumplir» y «certificar>) puede muy bien referirse a la armonia que existe entre las promesas de la Escritura y la historia en que se realizaron™. “Ev tiv («entre nosotros») es impreciso, ya que los acontecimientos son en parte muy anteriores a ese «nosotros» (el ftv, «nosotros», del v. 2 es mas preciso y se dirige a la generacién de Lucas por oposicién a la de los apéstoles). Sin embargo, comparados con la amplitud de la historia del mundo o mas exactamente con el tiempo de los padres, esos acontecimientos son todavia recientes, y «cumplidos entre nosotros» significa entonces «realizados en la tiltima fase de Ja historia de la salvacion» (16, 16), que va de la primera aparici6n de Jesis hasta el tiempo de Lucas. Un historiador profano como Tito Livio acerca la fundacién de Roma a los lectores de su época insistiendo en el hecho de que un solo pueblo es portador de Ia historia’. La distancia crono- l6gica y la proximidad emocional son inseparables tanto en la historio~ grafia bfblica como en la profana. Nuestra identidad, nuestra misma existencia estén hechas por los acontecimientos que se «cumplieron». La fe y la memoria forman una sola cosa para Israe}. El v. 2, centrado en la transmisién del relato, implica una conciencia precisa de la historia. Lucas pertenece a una gene- raci6n en la que la memoria esta ya canalizada y legitimada 32. Cf. I. I. du Plessis, Once More, 263. 33. En contra de G. Klein, Programm, 198, hay que evitar decir que los acontecimientos de antafio encontraron hoy su cumplimiento entre nosotros, Esa opinién seria demasiado rebuscada. Ademds hay dos datos en contra: la ecuacién el «nosotros» del v. 1 = al «nosotros» del v, 2, y el uso del participio perfecto de xinpogopée (acontecimiento pasado con efectos en el presente). 34. Buen estudio de este verbo en Lagrange, 3-4, que reconoce cierta- mente el sentido profano del verbo, pero como una manifestacién histérica determinada cuyo valor es bien conocido. Cf. Bauer, s. v. (con bibliografia). 35. Ab urbe condita. Praefatio. Le, 2 59 por una tradicién. Su transmision se confié a un grupo de mayor peso que los «muchos» autores: a los que fueron desde el principio los testigos oculares y servidores de la Palabra. Mapadidop, «transmitir (el maestro transmite el saber a sus alumnos; los padres transmiten su memoria a la generaci6n siguiente), esta profundamente arraigado tanto entre los griegos como entre los judios, y, en tiempos de Lucas, el verbo esté ya en uso en la Iglesia®*, As{ es como se transmiten con seriedad y exactitud tanto las leyes como los mitos, tanto las doctrinas como los acontecimientos. Pablo habla de la transmisién de las tradiciones litirgicas, kerigmaticas y éticas; las epistolas pastorales hacen otro tanto’. En Lucas, por primera vez, es toda la historia de‘ Jestis la que es objeto de transmisién. Tapadide, corresponde en él a un trabajo de escritor y no de dogmatico**. Piensa en la tradici6n oral y subraya que los primeros testigos no solamente transmitieron los relatos, sino que los transmitieron debida- mente”. Ka%@c, «segin», demuestra que Lucas es consciente de que la tradicién podria ser falseada. Lo mismo que en el v. 1 evocé la historia de la salvacién sin mencionar a Dios y a Cristo, en el v. 2 Lucas recuerda a los apéstoles y a los testigos, sin mencionar sus titulos, para no asustar al lector profano con una jerga sectaria. El testimonio ocular tenia una importancia considerable para la historiograffa antigua. Se decia que valia mas haber visto que { oido*'. Para la fe de Lucas, los testigos no simplemente vieron \/ los hechos, sino que también son testigos de la historia de la /* salvacién de Dios. Son testigos no solamente de la resurrecci6n de Jestis, como reivindica Pablo (1 Cor 9, 1; 15, 3-9), sino de 36. Para el uso griego del verbo, cf. Bauer, s. v. 37. Bjemplo de uso judio en Carta de Aristeas, 148, 196; uso cristiano en Pablo, 1 Cor 11, 23; 15, 1-3; cf. 1 Tes 4, 1-2. 38, Sobre napadiSopt en los cristianos, cf. H. J. Cadbury, Commentary, 497. 39. Cf. Godet, 87 40. TlapéSocav es la forma dtica, més literaria que napédoKay, forma utilizada por el nuevo testamento, incluido Lucas; cf. Le 24, 20.42 (nédaxav); Hech 1, 26 @SoKav); 3, 13; 15, 30 (ExédoxKav). «The literary flavour of this form (napé8oav) is unmistakable», escribe H. J. Cadbury, Commentary, 497. 41. Cf. W. C. van Unnik, Once More, 13-14, we 60 EL prélogo (1, 1-4) la vida entera de Jestis. Es todo un programa, como indica Hech 1, 22-23. Que el testimonio empiece por el «principio» es propio de Lucas: se trata de colmar una laguna y de garantizar la certeza wv. 4)". Los testigos oculares son al mismo tiempo servidores de lay Palabra. Designados por un solo y mismo articulo (ot), son cier- tamente los mismos, en dos funciones diferentes“. Mas diffcil resulta saber si yevépusvor estd ligado solamente a brnpétar, «servidores», o también a abténtat, «testigos oculares», El pa- saje paralelo de Hech 26, 16 (Omnpétnv Kai paptupa, «servidor y testigo»), como el uso griego segtin el cual uno «se hace» testigo, implican que conviene escoger la segunda soluci6n: se han convertido a la par en testigos y en servidores*®. La tradicién cristiana, en tiempos de Lucas, se detenia en la vida de Jestis, mientras que para Lucas «los acontecimientos», los hechos de Dios, se prolongan hasta el tiempo apostélico. Lo mismo que avténtns, «testigo ocular, innpétns, «servidor», es accesible al lector profano. “Ynnpétn¢ designa en su origen a un «remero de la flota», a un «hombre encargado de un servicio», a un «agente», a un «servidor»**. Lucas piensa en la responsabilidad 4 de los apdstoles, obedientes a la Palabra y depositarios de la/ Palabra. A6yog («palabra») sin tod $eod («de Dios») tiene también un doble sentido: por otra parte, es tanto la palabra dirigida por Dios como el relato consagrado a la historia de Ja salvaci6n y consignado en dos libros (el primero y el segundo A6yoc, Hech 1, 1). El «yo» del autor es una novedad absoluta en la tradicién de los materiales evangélicos de la Iglesia primitiva. El autor habla con plena conciencia de si mismo*’. Declara que habla (meta- 42. Sobre el testimonio ocular, cf. G. Klein, Programm, 201-202. Cf Hech 10, 41; 13, 31. 43. 'Cf., sin embargo, en el mismo sentido In 15, 27 y 1. I. du Plessis, Once More, 266. 44. H. J. Cadbury, Commentary, 498, recuerda el mejor paralelo: Hech 26, 16. 45. Contra G. Klein, Programm, 204s. F. Josefo, Ant. Jud. XVII, 9, 5 § 342 y XIX, 1, 15 § 125 asocia yevopevog a aitémeng (otras referencias en Bauer, s. v. adténtng) 46. Esquilo, Prom., 954: Snnpétng Sedv («servidor de los dioses»). 47. Algunos manuscritos latinos afiaden: «Et Spiritui sancto» («y al Es. piritu santo»); cf. Hech 15, 28. Le 1,3 61 lenguaje): &o0€e Képoi («me ha parecido bueno, también a mi»), recuerda a Hech 15, 22.25.28, donde el arraigo en Dios de una decisién queda solamente afirmado. El autor esté orgulloso de haber tenido la feliz idea de escribir «para ti» este relato. El kai, «también», en K&pot , indica que Lucas, como los «mu- chos» autores, va a escribir. Lo tnico que ese «yo», a la vez orgulloso y modesto, nos dice del autor es la intencién con la que ha escrito su doble obra. Ese «yo» ha recogido los hechos desde el principio (rapnKoAovSyK6ti, «habiéndome informa- do»). La interpretacién de este verbo ha dado lugar a 4speras discusiones**, ya que se le puede comprender en el sentido propio de «seguir» o en el sentido figurado de «seguir con el pensa- miento», «investigar», «informarse». Esta ultima acepcién es aqui la més plausible: en primer lugar, porque el término es corriente en este sentido en la historiograffa antigua® y se refiere a los trabajos serios de preparacién de un autor (Lucas, como verdadero investigador, ha consultado todas las fuentes dispo- nibles); y ademas, porque el mismo Lucas sefiala en el v. 2 la distancia existente entre los acontecimientos y «nosotros», a sa- ber, la generacién apostélica. No hay que excluir ciertamente que desee sugerir, como hace Josefo*', un contacto directo que no tuvieron los «muchos» autores. En todo caso, convence alj lector de que est correctamente informado. TlGouv puede estar en neutro y referirse a los acontecimientos, o en masculino y designar a los predecesores 0 a los testigos. El neutro es més aceptable, en virtud de los paralelos 14 xévta o mévta, «todas las cosas», que aparecen con frecuencia en los sumarios de Lucas (Le 3, 19; 7, 18 y sobre todo Hech 1, 1, nepi navtwv... dv tpEato 6 "Incots, 48. A. J. B. Higgins, Preface, 79-82, defiende el doble sentido: encuesta para una parte de la materia; conocimiento més inmediato para lo demas (el final de los Hechos). 49. Referencias en H. J. Cadbury, Commentary, 501-502. Ejemplo: De- méstenes, De corona 18, 172; ef. W. C. van Unnik, Once More, 17. 50. En su Vita, 357, Josefo acusa a su adversario de falsear la verdad hist6rica por no haber podido asegurar Ia veracidad de sus palabras: a) habiendo participado en los acontecimientos; ) habiéndose informado cuidadosamente (xapaxo2.ov9i\cus); 0 ©) habiendo verificado la parte activa que otros tuvie- ron. Cf. W. C. van Unnik, Once More, 17. Sl. F, Josefo, Vita, 357: Contra Apién 1, 10, 53-55; ef. H. J. Cadburg, Commentary, 502. 62 El prélogo (1, 1-4) «a prop6sito de todo lo que Jestis comenzé...»). Pero para Lucas los acontecimientos no son comprensibles més que a la luz de la tradicién de los testigos oculares y de los narradores precedentes™. Los predecesores se contentaron con recibir la tradicién. Lucas tra- baja de manera distinta; trata como historiador de llegar a los aconte- cimientos primitivos*’. Estos dos acentos, en la tradicién o en la historia, se complementan: en efecto, no puede ignorarse la relacin que tiene la tradicin sinéptica con la historia ni el hecho de que Lucas no quiere sustituir la tradici6n por la historia, sino confirmarla (cf. v. 4). Volvemos a encontrarnos con las palabras din’ &pyfic, «desde el prin- cipio», y év@9ev, «a partir de los orfgenes», en un discurso muy cuidado de Pablo (Hech 26, 4-5). Queda por saber si Lucas emplea aquf estos dos términos como sinénimos 0 si distingue én’ apyiig como el comien- zo de la aparicién publica de Jestis y div@9ev como el comienzo de su vida‘. Para Lucas, los comienzos de Jess, apy1, son su bautismo (Le 3, 21-23; Hech 1, 22; 10, 37). Tal es igualmente la opinién de los primeros cristianos, en particular de los «muchos» autores (cf, Mc 1, 1). Quizdés sea demasiado rebuscado pensar que Lucas afiade con la palabra Givw9ev un comienzo anterior a los comienzos sindpticos®. Hay que decidir si dxpifac, «minuciosamente», tiene que unirse al «ha- biéndome informado» (xapnKoAov9NK6tt) que precede, o al «redactar> que sigue. Si el sentido favorece la primera solucién (la minuciosidad conviene al trabajo de investigacién)”, la sintaxis pide que un adverbio se relacione con el verbo siguiente. La familiaridad con el estilo de Lucas traeré quizds la solucién: Lucas tiene la costumbre de tejer relaciones simulténeas con el antes y con el después”. KaSe&tig es un término técnico en los prologos®. Su significado oscila entre «a continuacién>, © sea, «por orden», y «més tarde», «luego». Aqui, la nocién de orden 52. Contra G. Klein, Programm, p. 206-207, Lucas no se priva de la uadicién apostélica. Es verdad que la completa y 1 verifica mediante una investigacién de corte hist6rico. 53. «El tiende a sustituir el recurso a la tradicién por su propia investi- gacién de la verdad», escribe G. Klein, Programm, 206-207. Sobre el aspecto excesivo de esta tesis, cf. supra, n. 52. 54. Andlisis de divoSev y referencias a los autores antiguos en I. I. du Plessis, Once More, 267-268. 55. G. Klein, Programm, 208. 56. Cf. Dionisio de Halicamaso, Ant. Rom. I, 6, 1; W. C. van Unnik, Once More, 17, en la p. 18 muestra la relacién entre la «acribeia» y la seguridad correspondiente en un pasaje de Eunapio, Vitae Sophistarum I, 1, 3 57. Cf. H. J. Cadbury, Commentary, 504. 58. Ejemplos en H. J. Cadbury, Commentary, 504-505. Le 1,3 63 seguido® es la que se impone y puede referirse tanto al relato exhaustivo como al rigor cronolégico, al encadenamiento de Ia historia de la sal- vacién o incluso a la composicién coherente de la obra. En todo caso, este adverbio atrae la atencién sobre el acto de escribir y la calidad literaria. Tpdéyat designa el hecho de escribir del escribano. Lucas insiste en ello®. Esto es més digno de atencién por el hecho de que en pleno siglo Il los autores cristianos no se atreveran ya a publicar obras literarias sin reticencias ni excusas: escribir les parecia algo presuntuoso tanto frente a la tradicién oral como ante la proximidad de la parusia®'. «lustre Tedfilo»: Kpdtiotoc”, «excelente», «eminente», se encuentra en el nuevo testamento en Hech 23, 26; 24, 3; 26, 23, ido a personajes oficiales (y siempre en vocativo)®. Pero, Por otra parte, este adjetivo se utiliza a veces en las dedicatorias de obras literarias, cuyos destinatarios no son necesariamente personajes oficiales (al primer empleo del término corresponde el latin egregius; al segundo, optimus). El empleo de Kpdtistog en el v. 3, en una dedicatoria, no implica por tanto que Teéfilo fuera un alto funcionario™. Te6filo es un nombre frecuente, cuyo sentido primitivo estaba quizas presente todavia en el espiritu de los primitivos cristianos*; de origen griego, fue recogido por los judios. Aparte la mencién (discutida) en las Recognitiones Pseudoclementinae, segin la cual vivia en Antioquia, no sabemos nada de él. Sin embargo, debe tratarse de un personaje 59. Le 8 1; Hech 3, 24: 11, 4; 18, 23. 60. Primer sentido: «araiiar», «despellejar>; luego: «trazar signos para dibujar 0 escribin»: finalmente: «escribir». 61. Cf. L. Vischer, Die Rechifertigung der Schrifistelleret in der alten Kirche: ThZ 12 (1956) 320-336. 62. Se trata de un superlativo elevativo segdn los graméticos: cf. H. J. Cadbury, Commentary, 505. 63. H. J. Cadbury, Commentary, 505-507. 64. Cf. H. J. Cadbury, Commentary, 507: «The word may be merely an illustration of conventionally formal, friendly, or flattering speech (cf. Teo- frasto, Characteres, 5)». 65. Es lo que se deduce de la inscripcién Oedgui0g 1ho8E0v AauntpE- ¥c («Te6filo [= el que es amado por Dios 0 el gue ama a Dios], hijo de Filoteo [= el que ama a Dios] del demo de Lamptres»), IG IP, 788.8 (siglo IIL a. C.).. 66. Pseudoclementinas, Recognitiones X, 71. 4 El prologo (1, 1-4) histérico y no de un representante simbélico «de todos los amigos y amigas de Dios», como querian los Padres de 1a Iglesia”. El empleo literario del término Kpétiote, «ilustre», no impide afirmar que Tedfilo fuera un converso™. Una palabra todavia sobre el nombre de Lucas con el que la tradicién de la Iglesia y en particular los manuscritos identifican el «yor. Este nombre es probablemente un diminutive del nombre latino Aovx1os®. Un amigo fiel de Pablo, médico de profesin, lleva este nombre”, La tradicién eclesidstica piensa en él como autor de los dos libros. “Iva, «para que», introduce una proposicién subordinada que expresa la finalidad del autor, que no es ni su propia gloria, ni la apologfa de un pueblo, ni el andlisis del alma humana, sino un conocimiento (émyiv@oKw, «teconocer) para los lectores. Se trata de conocer exactamente”, después de que la atencién se haya dirigido a la persona 0 cosa por conocer; por tanto, un conocimiento 0 reconocimiento consciente, fundado, adquirido mediante un trabajo de pensamiento, mds que exhaustivo”. ‘H Gogdieua significa la «solidez», la «firmeza», y en sen- tido figurado, la «seguridad» que se puede tener en lo que se ha aprendido. Se encuentra este término en las obras histéricas, en el lenguaje de los tribunales y de la politica para expresar la confianza que se puede tener en una informaci6n, en una fuente, en un documento o en un dato. Esta palabra va muchas veces unida a émyiv@oKw, «reconocer, y a Yp&Ow, «redactar»”’. Asf, en Hech 25, 26, nepi od dooarés tt ypayat tH Kupio obkK #y@ («no tengo nada concreto que escribir al emperador sobre él»). Lo mismo que Pablo ante Festo, Lucas quiere reunir in- formes y pruebas para Teéfilo™. La palabra «solidez» esta su- brayada intencionalmente al haberse puesto al final de la frase’”*. 67. Klostermann, 3. 68. Contra Zahn, 57-58, y con Klostermann, 3. 69. Otras posibilidades: ‘abreviaturas de los nombres de origen latino Aovxiitog 0 Aovxavéc; ef. el excursus de Zahn, 735-738. 70. Col 4, 14; Fim 24, 2 Tim 4, 11. 71. Con Moulton-Milligan, ad loc, 72. Bauer, s. v. 73. Bauer, “Aogahtig, y H. J. Cadbury, Commentary, 509. 74. Cf. Hech 2, 36: dowahas obv ywooKéto nis vik ‘Lopatta («que toda la casa de Israel sepa con certeza»). Lucas introduce los hechos histéricos para apoyar su proyecto teolégico. Cf. I. I. du Plessis, Once More, 270. 75. Cf. H. J. Cadbury, Commentary, 509. Lel,4 65 Siguiendo a R. Bultmann, algunos han reprochado a Lucas querer sustituir la verdad de fe por el reconocimiento histérico, y la decisién de fe por el conocimiento basado en unas pruebas. Efectivamente, Lucas emprende, a diferencia de Mc y de Q, la tarea de escribir algo nuevo: quiere situar conscientemente, al lado de la predicacién, la preocupacién histérica, no porque tenga dudas sobre el kerigma, sino porque esti convencido —quizds de una forma un tanto optimista— de que la investigacién his- térica puede confirmar la verdad evangélica. Para Lucas, la ver- dad es una sola, y las pruebas son (para él y toda su época, a diferencia de nuestro siglo enamorado de la ciencia) argumentos retoricos destinados a persuadir mds que a establecer objetiva- mente la evidencia’*. La verdad y el mundo no son, como para nuestros modernos, racionales y reducidos a lo visible y a lo tangible. Es verdad que no se trata de Dios mismo, pero si de su voz, de su palabra y de su accién, que a través de sus enviados forman parte de esa historia a la que Lucas interroga con talento y con celo”. Por tanto, Lucas no es solamente un historiador, 4 sino también un evangelista y un testigo”. Se ha hecho necesaria una confirmacién por la historia en virtud de la lejanfa en el tiempo; se impone también en virtud de los rumores, discursos e informaciones contradictorias que circulan a propédsito de Jestis y de su movimiento; resulta final- mente necesaria en virtud de las primeras criticas dirigidas a la Iglesia y al mensaje evangélico (como se sugiere de nuevo en Hech 25, 26). La &ogdAeia, la «solidez», es por tanto al mismo tiempo profana y teolégica; porque, para Lucas, la salvaci6n tuvo lugar en la historia. Un lector como Teéfilo puede al mismo tiempo informarse exactamente y hacer suyo el contenido de la fe. Con su relato hist6rico, Lucas espera tanto convencer como confirmar y realizar una obra apostdlica”’. 76. Cf. en Aristoteles, Rh. I, 1, 1395b, 7-12.25-26, la busqueda de las pruebas para convencer. 77. Mi posicién teolégica esté cerca de la de I. I, du Plessis, Once More, 271, y de E. Samain, Evangile, 65. Este tiltimo insiste en el parentesco teolégico entre el proyecto de Lucas y Ia historiografia del antiguo testamento o él judafsmo: la historia no prueba la existencia de Dios, pero sirve para recon cerlo. 78. Cf. A. J.B. Higgins, Preface, 89-91. 79. Cf. W. C. van Unnik, Remarks, 13-15, insiste en la confirmacién de la verdad y en la rectificacién de los errores. H. J. Cadbury, Commentary, 510 subraya, por su parte, la defensa del cristianismo que emprende Lucas. 66 El prélogo (1, 1-4) Los esfuerzos gramaticales de los exegetas por desentrafiar las pa- labras nepi Sv Katnyr/9n¢ Adyov Ti &ogdAstav nos hacen sonreir™. El sentido primero de Katnyxé@, «hacer resonar» (t6 H}x0s, «el sonido») pas6 tanto a «contar», «comunicar de uno a otro», como a «ensefiar», «instruim (en pasiva, «oir decir», «enterarse»). Pablo lo utiliza para la ensefianza cristiana (1 Cor 14, 19; Gal 6, 6). También Lucas en Hech 18, 25. Mas tarde se convirtié en un término técnico para hablar de «catecismo» (2 Clem 17, 1). En Hech 21, 21.24, el acento recae en el sentido profano de «enterarse» de una noticia. Los 46you, «las palabras», pueden referirse tanto a los rumores que circulan sobre Cristo y los cristianos como a la predicacién de la palabra de Dios (Le 1, 2) o también a Jas palabras de Jestis"'. Frente a las incertidumbres de Teéfilo, pro- bablemente indeciso entre la ensefianza de Ja Iglesia y las observaciones crfticas 0 los falsos rumores, Lucas pone el acento no tanto sobre la verdad de los A6yo1 como en su solidez** Leyendo los dos prélogos de Lucas, nos convencemos de que la historia de Jestis es mas importante que la de los apéstoles (lo confirma Lc 1, 2), pero descubrimos que «los acontecimientos» se prolongan més alla de la ascensién. Lucas se propone también describir los primeros tiempos de la Iglesia como el tiempo de expansién de la Palabra (v. 3). Implicitamente, el prdlogo Le 1, 1-4 introduce no solamente el evangelio, sino la obra entera’*. Esto demuestra que Lucas es un escritor bien formado. Segiin el prdlogo de los Hechos, el evangelio de Lucas es el primer libro de la obra completa (Hech 1, 1). El término dujynotc, «lato», con el que Lucas define la obra de sus predecesores podria per- fectamente aplicarse a su propia obra, ya que puede designar también el trabajo de escritura de un historiador. Segtin Hech 1, 1, el primer libro relata toda la vida de Jestis (ijpéato... dypt..., desde el comienzo hasta la ascensién), aunque Lucas, siguiendo 80. Ya Godet, 90 sefiala tres construcciones posibles. Hech 18, 25 utiliza el acusativo de relacién después de Katnynpévoc, mientras que Hech 21, 21 recurte a nept. Cf. Bauer, Katnyéo. 81. W. C. van Unik, Remarks, 13. 82, Con W. C. van Unnik, Remarks, 13-14, que propone, por otra parte, la siguiente hipotesis: Te6filo ha encontrado la verdad ya conocida en la obra de los nohhoi. 83. Seguin G. Klein, Programm, 215-216, el recurso a la historiografia y el apoyo que se busca en los apéstoles van a la par desde que el apostolado ina sido demostrado por la historia, Hay un vinculo teolégico entre el prélogo de Lucas y el libro de los Hechos. Le 1, 1-4: Resumen 67 Ja tradicién de Ja Iglesia primitiva, sitéa en Hech 1, 1 y 10, 37 en el bautismo de Jestis el comienzo de su obra (jp§ato... noveiv..., «comenz6 a hacer...»). Por otra parte, la vida de Jestis se ca- racteriza, segtin Hech 1, 2, por la complementariedad de la accién y de la palabra (siguiendo el orden: hacer y luego ensefiar). Hech 1, 2 subraya también la importancia de los apéstoles, de su eleccién y de su instrucci6n: son ellos los que establecen el puente entre el tiempo de Jests y el tiempo de la Iglesia y aseguran la -estabilidad del mensaje. Hech |, 3-8 ofrece una perspectiva ge- neral del nuevo libro, y en el v. 8 es el mismo Resucitado el que anuncia su contenido. Esta ganancia en certeza teoldgica le cuesta a Lucas un alto precio en elegancia literaria. Después de un buen comienzo (uév, «por una parte», en el v. 1), se rompe el equilibrio y, en el v. 2 de Hech 1, Lucas se olvida de sus reglas estilfsticas (el periodo se interrumpe, el 5€, «por otra parte», no llega a aparecer y cojea la sintaxis de los v. 2-3). Resumen En un prélogo en el que declara abiertamente sus intenciones literarias, hist6ricas e ideolégicas, Lucas informa al mismo tiem- po de la distancia que lo separa de los acontecimientos y de su autonomia en cuanto autor. Mientras saluda y reconoce en su debido valor el papel de Jos testigos oculares en la transmisién, Lucas se distancia de los primeros redactores. Estd entre ellos, pero espera hacer algo mas y mejor que ellos. Los acontecimientos que forman el contenido de su obra son de dos Grdenes: las obras de Dios en Jestis y el testimonio de los apéstoles pertenecen tanto a la historia propiamente dicha como a la historia de la salvacion. Atafien tan de cerca a los cristianos contempordneos, que Lucas puede afirmar con toda razén que esos acontecimientos tuvieron lugar «entre nosotros». El autor quiere situarse entre los «muchos» autores, pero pretende afiadir al celo kerigmatico de sus predecesores la serie- dad de un trabajo de escritor y de historiador. Los aconteci- mientos, por consiguiente, pertenecen a la vez a la historia (mp&y- Hata, «los hechos») y a la salvacién (nenAnpogopnpéva, «cum- 68 El evangelio de la infancia (1, 5-2, 52) plidos», v. 1). Los apéstoles son a la vez testigos oculares y testigos de la verdad (v. 2), asf el conocimiento acompafia a la fe y el trabajo historiogrdfico apoya la tradicién kerigmatica de la Iglesia. De esta manera, los lectores que slo conocen la verdad parcial o deformada podrdn saber exactamente lo que ocurrié histéricamente y, ademds, su significado existencial. Lucas se muestra ciertamente modesto, si se le compara con el vidente de Patmos que aporta una revelacién nueva. Pero tiene también unas pretensiones muy altas: el orden de los hechos, la informacién digna de confianza, la preocupacién artistica, la interpretacion teolégica de los hechos. Porque la conciencia de la distancia respecto al pasado va acompafiada en él de la se- guridad de que la Iglesia de hoy, los testigos oculares y la re- velacién misma, forman un todo. 2. El evangelio de la infancia (1, 5-2, 52) Bibliografia: Anderson, J. G., Mary’s Difference. Gender and Patriar- chy in the Birth Narratives: JR 67 (1987) 183-202; Beauduin, A., The Infancy Narratives, a Confession of Faith (Texts from Lk 1): LV.E 39 (1984) 167-177; Beckwith, R. T., St. Luke, the Date of Christmas and the Priestly Courses at Qumran: RdQ 9 (1977) 73-94; Brodie, L. T., A New Temple and a New Law. The Unity and Chronicler-based Nature of Lk 1, 1-4, 22a: ISNT 5 (1979) 21-45; Brown, R. E., Naci- miento; Id., Gospel Infancy Narrative Research from 1976 to 1986. 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Tras el corto prdlogo (1, 1-4), con su metalenguaje excep- cional, Le 1, 5-2, 52 forma un conjunto total: los ciclos de la natividad del Bautista y del Mesfas, con un estilo, un género literario y unos temas parecidos. El evangelio propiamente dicho, en la tradici6n de Marcos, comienza en Le 3, | con el gran sincronismo y el mensaje del Bautista. Estos dos nacimientos milagrosos sefialan de forma narrativa el comienzo de una nueva intervencién de Dios. Es el preludio a la vida y al destino del Mesias. No se puede asimilar esta forma de relato a un midrash, ya que lo que define un midrash es la actualizacién de una revelacién anterior, mientras que aqui te- nemos el informe sobre unos acontecimientos nuevos provocados por la palabra de Dios. Sus autores no tienen todavia una con- cepcién estdtica del canon biblico y quieren enriquecer lo que ha precedido en materia de revelacién mediante el relato de unos hechos nuevos. En conjunto, el género literario que se emplea es el de la historiografia veterotestamentaria, por ejemplo el del 72 El evangelio de la infancia (1, 5-2, 52) libro de los Jueces, y para las pequefias unidades el de las leyendas de héroes biblicos y los himnos. Nos encontramos por tanto ante el fenémeno de la metatextualidad'. Esta misma tendencia es la que reina en el libro de los Hechos, que quiere ser una prolon- gacién del evangelio. Los dos capitulos estén organizados mediante determinacio- nes de lugar, tiempo, personajes y accién. A ello se afiade otro elemento estilistico y formal: los himnos se mezclan con los relatos. Estos himnos, gse han de entender como claves her- menéuticas para la comprensién del conjunto (A. Gueuret)’, o son interpolaciones debidas a un ultimo redactor (segtin varios exegetas)*? Todos los lectores habrén observado el paralelismo entre Juan Bautista y Jestis. Pero ;habré que ver en ello una simple simetria, al estilo de las Vidas paralelas de Plutarco*, o habra que cargar el peso en favor de Jestis*? No se puede apreciar este paralelismo a partir solamente de las observaciones estilis- ticas; hay que tener en cuenta ademas la importancia y la natu- raleza de las fuentes: los versiculos 2, 21-52 conservan ciertos detalles a los que Lucas no quiere renunciar, a pesar de que perturban el equilibrio literario, ya que ponen de relieve a Jests (cf. por analogia, el afiadido del capitulo 21 en el cuarto evan- gelio). Esta ruptura de equilibrio en favor de Jests no destruye sin embargo la armonia del texto®. Los episodios de la anunciacién y del nacimiento tampoco son completamente andélogos. Lucas ha coordinado el material que ha heredado sobre el Bautista y sobre Jestis, sirviéndose del encuentro entre Maria e Isabel, rompiendo asf la unidad de la leyenda del Bautista. Asf pues, Lucas no yuxtapuso las dos le- yendas, sino que las entrelaz6, de manera que las dos anuncia- ciones se hicieran paralelas, lo mismo que los dos nacimientos. Esta simetrfa se presenta en dos grandes oleadas (1, 5-25 // 1, 26-38, por una parte, y 1, 57-80 // 2, 1-40, por otra). La primera 1. Cf. G. Genette, Palimpsestes. La littérature au second degré (Poéti- que), Patis 1982, 11-12. 2. A. Gueuret, Engendrement, 295. 3. Cf. R. E. Brown, Nacimiento, 257. 4, Plutarco, Vidas paralelas, Barcelona 1983. 5. Esquema en R. E. Brown, Nacimiento, 254-256. 6. W. Wink, John the Baptist, 59. Le 1, 5-2, 52 73 concluye con la visitacién (1, 39-56) y la segunda con el triunfo de Jestis en el templo (2, 41-52). W. Wink, inspiréndose en R. Laurentin y M. Dibelius, estructura el texto de forma paradig- mdtica siguiendo la cifra dos, y siguiendo la cifra tres para la sintaxis. Esto da lugar a seis subdivisiones del texto, que se corresponden por parejas: A Anuncio del nacimiento del Bautista (1, 5-25) A’ Anuncio del nacimiento del Mesias (1, 26-38) B_ Encuentro de Maria e Isabel (1, 39-56) C_ Nacimiento de Juan, el Bautista (1, 57-80) a) Nacimiento (1, 57-66) b) Recibimiento (1, 67-80) C’ Nacimiento de Jestis, el Mesias (2, 1-40) a) Nacimiento (2, 1-21). b) Recibimiento (2, 22-40) D_ Jests en el templo (2, 41-52) Para la historia de las formas, estos dos capitulos pertenecen a las capas mas recientes de la tradicién sindéptica. Tanto la longitud de los pasajes como el interés que se pone en los elementos biograficos los clasifican entre las leyendas de héroes. Se trata de algo bien sabido. Al contrario, se ha observado muy poco su analogia con los ciclos del libro de los Hechos. Asi, Le I, 5-80 se relaciona por su estructura con la historia de Cornelio: a) Un justo anterior a la cristiandad recibe un mensaje divino (Le 1, 5-25 y Hech 10, 1-8). b) Un personaje «cristiano» recibe casi al mismo tiempo un mensaje divino (Le 1, 26-38 y Hech 10, 9-23). ©) Encuentro de los dos personajes y kerigma cristiano (Le 1, 39- 56 y Hech 10, 24-43). d) Cumplimiento del suceso anunciado y sus consecuencias (Le 1, 57-80 y Hech 10, 44-11, 18). Lo que es importante a mi juicio es que Lucas introduce nuevos materiales (aqui, la anunciacién y la visitaci6n; allf, la visi6n de Pedro) en leyendas que formaban un todo. También los himnos y los discursos estén tomados de otro sitio (aqui, el Magnificat y el Benedictus; alli, los dos discursos de Pedro: Hech 10, 34-43; 11, 5-17). 74 El evangelio de la infancia (1, 5-2, 52) Asi pues, podemos descomponer’ Lc | de la forma siguiente: —una leyenda personal sobre el nacimiento del Bautista; —una escena de anunciacién a Maria; —un encuentro de Maria e Isabel; —dos himnos. La funcién hermenéutica de los discursos 0 de los himnos no dice nada todavia sobre su origen: un material sacado de la tra- dicién, como el Magnificat y el Benedictus, se presta perfecta- mente a una funcién hermenéutica redaccional. En cuanto al origen de las dos anunciaciones por un dngel (1, 13-17; 1, 30- 33.35), lo precisaremos a lo largo de la exégesis detallada. Comparadas con las parabolas, con los relatos milagrosos y con los apotegmas evangélicos, las leyendas de Le | pertenecen a una fase posterior del desarrollo de las tradiciones cristianas. Su origen es diffcil de determinar. Los «semitismos»* que se han sefialado? —que son de hecho «septantismos» (del griego de los Setenta)— estan tan estrecha- mente mezclados con los giros estilisticos propios de Lucas, que hay que considerar al evangelista como el redactor definitivo de estos ca- pitulos, integréndolos en el conjunto de su teologia”’. No hay ninguna raz6n que obligue a postular un modelo semitico, ya que Lucas trabaja mas bien con fuentes griegas"', probablemente fuentes escritas, que presentaban ya una estructura fija y estilizada. El lenguaje imita a los Setenta, lo cual significa que el autor desea situarse en la continuidad legitima con las Escrituras. Para él no se trata de conferir actualidad a un relato de antafio (midrash), sino de continuar la historia sagrada recogiendo su estilo; de ahf las numerosas citas y los motivos sacados de los relatos de nacimiento del antiguo testamento’. Mientras que las leyendas de Mateo son de origen lingiifstico semitico, 7. M, Dibelius, Jungfrauensohn, 2 8. P. Benoit, Enfance. 9. Hebrafsmos més bien que aramefsmos, segin P. Benoit, Enfance, 171, 0. 4. 10. Con Ch. Perrot, Relatos, 35; A. Gueuret, Engendrement, 297; F. Bovon, Luc le théologien, 64 y 279, n. 5. 11. «Valfa la pena enumerar esos casos que se oponen a la hipétesis de un documento hebreo; son claramente ms numerosos que aquellos a los que se exige la prueba de tal documento» (P. Benoit, Enfance, 175). 12. Cf. P. Benoit, Enfance, 177. Sobre las citas formales, cf. el cuadro de A. Gueuret, Engendrement, 273-281, que compara cinco ediciones 0 tra- ducciones modemas. Le 1, 5-25 75 Lucas trabaja a partir de una tradicién judia en lengua griega. Este material relativo a Juan Bautista proviene probablemente, contra la opi- nién de P. Benoit y de W. Wink, del movimiento que surgié de su ministerio profético, ya que en nuestra leyenda no se rebaja en ningén momento al Bautista ni se reduce su papel al de un simple precursor. gSerd entonces la leyenda del nacimiento de Jestis una imitacién no basada en ninguna realidad hist6rica? Segiin la historia de las formas, hay que considerar las dos leyendas como entidades independientes en su origen. Fue Lucas el primero que las narré en paralelo, a la manera de Plutarco. Subrayo que la leyenda del Bautista no contiene m4s que unas huellas «cristianas» muy pequefias. Por tanto, la historia del nacimiento de Jestis no es una imitacién de la de Juan. Los discipulos de Juan y los de Jestis compitieron durante algun tiem- po entre si. Pero Lucas transformé esta concurrencia en concor- dia, haciendo aqui con Juan y Jests algo parecido a lo que haré mas tarde con Pedro y Pablo". Es dificil descubrir de qué «movimiento» cristiano proceden la anunciacién, la visitacién y la natividad. Lucas se sitéa en linea con Pablo y con los helenistas, mientras que Mateo se relaciona més con la tradici6n petrina. Los helenistas recibieron quiz4s estas tradiciones de circulos judeo-cristianos que gravi- taban en tomo a Santiago, hermano del Sefior. El que Lucas recibiera del apéstol Juan los recuerdos de Marfa (Jn 19, 25-27) es un dato novelesco y sdlo tiene un valor apologético. En cuanto a su estilo, los relatos de Le 1 y 2 pertenecen a la misma fase que algunos episodios y ciclos de los Hechos. Con razén se han admirado sus cualidades estéticas. a) El anuncio a Zacarias (1, 5-25) Bibliografia: Balz, H., Aevtovpyia «th., en EWNT II (1981), col. 858-861; Benoit, P., L'enfance de Jean-Baptiste selon Luc I: NTS 3 (1956-1957) 169-194 (= Id., Exégese et théologie IL, Paris 1968, 165- 13. Presentacién y critica de esta hipétesis en W. Wink, John the Baptist, 60-71 14. Cf. A. George, Le paralléle. 76 El anuncio a Zacarias (1, 5-25) 196); Berger, C., Die literarische Eigenart von Lk 1, 5-38. Zum Sprachstil der Evangelien (tesis Jena 1972), cf. ThLZ 98 (1973) 153- 156; Betz, O., Méyag xtA., en EWNT II (1981), col. 982-987; Brown, R. E., Nacimiento, 20-35, 263-293, Dibelius, M., Jungfrauen- sohn, 1-9; Dimer, M., Heil, 15-42; Dubois, J.-D., De Jean-Baptiste a Jésus, 15-42; Id., La figure d'Elie dans la perspective lucanienne: RHPAR 53 (1973) 155-176; Escudero Freire, C., Devolver, 55-66; Fearg- hail, F. O., The Literary Forms of Le 1, 5-25 and 1, 26-38: Mar. 43 (1981) 321-344; George, A., Le paralléle entre Jean-Baptiste et Jésus en Le 1-2, en A, Descamps-A. de Halleux (eds.), Mélanges bibliques. /Mélanges B. Rigaux, Gembloux 1970, 147-171 (= Id., Etudes, 43- / 65); Gueuret, A., Engendrement, 31-65; Hahn, F., Hoheitstitel, 371- 374; Hubbard, B. J., Commissioning, Stories in Luke-Acts. A Study of their Antecedents, Form and Content: Semeia 8 (1977) 103-126; Klaiber, W., Eine lukanische Fassung des Sola Gratia. Beobachtungen zu Lk 1, 5-56, en J. Friedrich y otros (eds.), Rechtfertigung. FS E. Kasemann, Tibingen-Géuingen 1976, 211-228; Laurentin, R., Enfance, 178-183 y passim; Id., Structure et théologie de Luc I-II (EtB), Paris 1957, 32-42; Leaney, R., The Birth Narratives in St Luke and St Matt- hew: NTS 8 (1961-1962) 158-166; Lohfink, G., Sammtung, 17-23; Pe- trot, C., Los relatos de la infancia de Jestis. Mt 1-2; Luc 1-2 (Cuadernos Bibl. 18), Estella 1978; Sahlin, H., Messias, 70-97; Sussarellu, B., De praevia sanctificatione praecursoris. Quaestio exegetica in Luc. 1, 15.41-44: SBFLA 3 (1952-1953) 37-110; Wilkens, U., Das christliche Heilsverstindnis nach dem Lukasevangelium, en P. A. Potter (ed.), Das Heil der Welt heute, Stuttgart-Berlin 1973, 65-74; Wink, W., John the Baptist in the Gospel Tradition (MSSNTS 7), Cambridge 1968, 58-86; Winter, P., Lukanische Miszellen I. Lk 1, 17 und Ben Sira 48, 10 Heb: ZNW 49 (1958) 65-66; Id., “Ott «recitativum» in Lk 1, 25.61; 2, 23: ZNW 46 (1955) 261-263 (= HTHR 49 [1955] 213-216). 5 Habia en los dias de Herodes, rey de Judea, un sacerdote lamado Zacarias, del grupo de Abias; su mujer pertenecia a las hijas de Aarén y se lamaba Isabel. 6 Los dos eran justos ante Dios y seguian todos los mandamientos y observancias del Sefior de una manera irreprochable. 7 Pero no tenian hijos porque Isabel era estéril y los dos avanzados en edad. 8 Llegé para Zacarias el tiempo de oficiar ante Dios segin el turno de su grupo; 9 siguiendo la costumbre del sacerdocio, fue designado por suerte para ofrecer el incienso dentro del templo del Sefior. 10 Toda la multitud del pueblo estaba en oracién fuera a la hora de ofrenda del incienso. 11 Entonces se le Le 1, 5-25: Andlisis 77 aparecié un angel del Seiior, de pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo, Zacarias se turbé y el temor se abatié sobre é1.13 Pero el angel le dijo: No temas, Zacarias, porque tu oracién ha sido escuchada. Tu mujer Isabel te dara un hijo y tu le pondrés por nombre Juan. 14 Tendrds por ello gozo y alegria y muchos se regocijaran de su nacimiento; 15 porque sera grande delante del Sefior; no bebera vino ni bebida fer- mentada y estard lleno del Espiritu santo desde el seno de su madre. 16 Reconduciré a muchos de los hijos de Israel al Sefior su Dios; 17 y marchar4 por delante bajo la mirada de Dios, con el espiritu y el poder de Elias, para hacer volver el coraz6n de los padres a sus hijos y conducir a los rebeldes a la prudencia de los justos, a fin de formar para el Sefior un pueblo preparado. 18 Zacarias dijo al angel: {En qué lo sabré? Porque soy anciano y mi mujer es avanzada en edad. 19 El Angel le respondié: Yo soy Gabriel, que estoy ante Dios. He sido enviado para hablarte y para anunciarte esta buena nue- va. 20 Mira, te vas a quedar mudo y no podrés hablar ya hasta el dia en que esto se realice, porque no has crefdo en mis palabras que se cumpliran a su tiempo. 21 El pueblo aguardaba a Zacarias y se extrafiaba de que se retrasase en el templo. 22 Cuando salié, no podia hablarles y compren- dieron que habia tenido una visién en el templo: les hacia sefias y permanecia mudo. 23 Cuando acabaron sus dias de servicio, volvid a su casa. 24 Después de aquellos dias Isabel, su esposa, qued6 encinta; durante cinco meses se oculté, di- ciendo: 25 Asi ha actuado el Sefior conmigo cuando se ha dignado borrar mi vergiienza ante los hombres. Anilisis Hay que recordar que el relato del anuncio a Zacarfas y del nacimiento del Bautista tiene su propia forma y su propio estilo, su coherencia y su gradacién. Las dos partes del relato (1, 5-25 y 1, 57-80) forman un todo y «constituyen una verdadera leyenda personal que explicita la importancia del héroe por medio de las circunstancias de su concepcién y de su nacimiento»'. 1. M. Dibelius, Jungfrauensohn, 3. 78 El anuncio a Zacartas (1, 5-25) Lucas reproduce practicamente sin error el marco judfo y los detalles de las ceremonias judias*. No se descubre ninguna critica al templo, ni al sacerdocio, tal como cabria esperarse si se tratase un relato de origen escnio”. Lo que viene del templo es una profecia renovada, caracteristica del movimiento salido de Juan Bautista. Como atestigua Mc 6, se habjan difundido una serie de leyendas sobre Juan Bautista as{ como sobre Jestis: en todo caso sobre su naci- miento, su bautismo, su mensaje y su muerte, Encontramos huellas de esto en F. Josefo y en la existencia de la secta bautista de los mandeos. Los discfpulos de Juan fueron los primeros guardianes de estos recuerdos y los primeros responsables del desarrollo posterior de esta tradicién*. Recojamos los elementos de esta leyenda: V. 5-7: Presentaci6n de los padres; la tensidn entre su santidad y su esterilidad deja prever una historia’, V. 8-12: Comienza el relato. Dios se sirve del encuentro ritual con su sacerdote para revelarsele de forma carismatica. A pesar de Is 6, esta escena no tiene equivalente en el antiguo testamento, pero si en la literatura rabinica®. V. 13-17: Mensaje del angel. A pesar de su forma ritmica, no conviene seguir a Nestle”* e imprimirlo como un poema’. V. 18-20: Zacarias pide un signo, tal como corresponde a los antecedentes veterotestamentarios*. Como su reivindicacién ex- presa una falta de fe, el signo se hace castigo. Esto es nuevo respecto al antiguo testamento. 2. Segiin Lucas, habfa un momento solemne en que el sacerdote oficiaba solo en el «santo» (parte que precedfa al «santo de los santos»). {Es exacto este detalle litirgico? Cf. P, Billerbeck, Ein Tempelgottesdienst in Jesu Tagen: ZNW 55 (1964) 1-17. 3. Hay que acabar de una vez con esta referencia obligada a Qumrén. No s6lo los esenios se retiraban al desierto. Cf. el movimiento bautista y Bannus (F. Josefo, Visa, 2, 11). 4. J, Gnilka, Marcos 1, 287, vacila en admitir un fundamento de Mc 6, 14-29 en la secta bautista. Pero su solucién (una fundamentacién en el pueblo) es muy vaga. 5. {Se puede comprender esta tensién inicial a partir de las categorias del cuento, por ejemplo una ausencia que colmar? Cf. V. Propp, Morphologie du conte... (Poétique), Paris 1970, 66-69. 6. Talmud de Babilonia, Joma, 39 y Talmud de Jerusalén, Joma, 5, 42c (resumidos por M. Dibelius, Jungfrauensohn, 35). 7. Nestle, 151. 8. Cf. Ex 4, 1-9 (Moisés) y Jue 6, 17-24 (Gedeon). Le 1, 5-7 79 V. 21-23: Papel importante del pueblo (A. Gueuret)? y vuelta alos v. 9-10. V. 24-25: Isabel entra en escena. Concibe a un hijo y se oculta. Las indicaciones de tiempo (v. 24.26 y v. 56.57) sirven de vinculo entre la leyenda y la interpolacidn de los v. 26-56. V. 57-58: Nacimiento de Juan Bautista y gozo del pueblo. V. 59-66: Durante la ceremonia litirgica de la circuncisién, ocho dias mas tarde, Juan recibe su nombre, un nombre ines- perado (escena simétrica a 1, 18-20). En resumen, Lucas sabe que Juan es el precursor. Recibe del movimiento salido del Bautista una leyenda de nacimiento, si- métrica a la de Jestis, y la combina en el estilo elaborado de las vidas paralelas con las tradiciones en curso de formacién sobre la concepcién y el nacimiento de Jests. La visitacién es la ex- presién narrativa de la relacién entre ambas tradiciones. En este paralelismo el acento recae sobre el que nace més tarde, sobre el Mesias, que es el Gnico que puede hablar de Dios como de su Padre (2, 49). Todo esto proviene de una etapa posterior de la tradicién sindptica, que después de haber afirmado la filiacién divina a partir de la resurreccién y luego a partir del bautismo, la descubre finalmente en la natividad”®. Explicacién Se da el marco del relato (v. 5)'': Palestina’? en tiempos de Herodes el Grande"®, La ausencia de un 8€ después de éyévet0, «habia», da al 9. A. Gueuret, Engendrement, 44-45, 54-55. 10. _Respecto al origen de los relatos de Le 1, 5-2, 52, Marshall, 47-49, resume bien las diversas hipdtesis e indica sus partidarios: 1. Lucas crea sin fuentes: 2. Lucas se apoya en un Proto-Lucas; 3. Lucas utiliza varias fuentes; etc. 11. No se precisa la fecha (Le 1, 5); pero esto no es una razén para decir que Lucas es infie! a su programa (Lc I, 3}, contra Fitzmyer, 1, 72. 12. Sobre el sentido amplio de “lovdaia que confiere a esta palabra el uso helenista frente al judio, cf. P. Benoit, Enfance, 174. 13. «Rey de Judea» fue el titulo que el senado romano confirié a Herodes a peticién de Antonio, Messala y Atratino, segin F. Josefo, Ant. ud. XIV, 14, 4, § 384: cf. Plummer, 8. Sobre Herodes, que reina desde el 40 (précti- camente desde el 37) a. C. hasta el 4a. C., cf. Godet, 96-97, y los diccionarios de la Biblia. 5-7 80 El anuncio a Zacartas (1, 5-25) relato un carcter muy semitico, después del prélogo compuesto al estilo griego'*. Lucas nos presenta brevemente y con precisién a una pareja, como haré mas tarde con Marfa y José (v. 27). A diferencia del Pro- toevangelio de Santiago", Zacarias no es sumo sacerdote ni tampoco miembro de una familia de sumos sacerdotes, sino un simple sacerdote'®. El grupo de Abjas es el octavo de los veinticuatro grupos sacerdotales; por tanto no ocupa un lugar muy elevado. Dos veces al afio le corresponde el servicio en el templo a un grupo sacerdotal, durante una semana’, Zacarfas vivia el resto del tiempo con su mujer en las montafias de Judea, fuera de Jerusalén (1, 23-39)'*. Isabel es igualmente de familia sa- cerdotal'?. La esposa de un sacerdote tenia que ser israelita y nacida legitimamente. Asi también la novedad, la profecia, surge en el marco sagrado tradicional. En el v. 6 Lucas nos describe, en el mismo tono biblico, a los padres de Juan como personas justas”, ya que, para él, Dios colabora con quienes lo aman. En el v. 6b la justicia de Zaca- rfas y de Isabel”! se formula en una frase muy bien equilibra- 14. "Eyéveto con un sujeto personal (cf. Jn 1, 6) no es griego (Lagrange, 9), como es semitica la expresién év taic hugpats (Plummer, 7; cf. Tob 1, 16 y Jue 1, 1, cf. Fitzmyer, I, 73). Algunos autores (cf. Marshall, 51) sefialan el cambio de estilo entre Le 1, 1-4 y Le 1, 5ss 15. Sobre Zacarias, cuya etimologia significa «Dios se ha acordado>, y las tradiciones relativas a este sacerdote (su martirio se nos narra al final del Protoevangelio de Santiago, 23-25), cf. JD. Dubois, L’apocryphe de Zacharie et sur les traditions concernant la mort de Zacharie, Paris 1978. 16. El sumo sacerdote no se sacaba a suerte y un sumo sacerdote no se designaria con las palabras {epevs ttc. 17. *Egnpepia designa, en su sentido primordial, la funcién diaria, luego el tumo respectivo, Iuego el grupo sometido a ese orden (Godet, 97). Sobre Ja historia de esta organizacion, cf. Bill. Il, 55-68 y Fitzmyer, II, 73. Cf. 1 Cron 23, 6; 24, 1-18; Esd 2, 36-39; 10, 18-22; Neh 12, 1-7; 13, 30. 18. Lucas affadiré en Le 1, 39 la nocién de nékic, ya que todo ocurre en él en las ciudades (cf. comentario de Le 4, 43). 19. La etimologia de Isabel, propuesta por Godet, 98, «Dios es mi ju- ramento», no es segura segin Marshall, 52. Los comentarios sefialan dos expresiones paralelas a «hijas de Aarn»: «las hijas de Dan» (2 Crén 2, 13; cf. Fitzmyer, Il, 74) e «hijas de Bilga» (Sukka 56b; cf. Bill, I, 71). Pero {quiénes podian’ ser estas «hijas de Aarén»? gno se trataré de un dato para causar efecto de realidad més bien que de un recuerdo hist6rico? 20. Este versiculo es una mezcla de lucanismo y de influencias de los Setenta (Nam 36, 13; Dt 4, 40; Gén 26, 5). P. Benoit, Bnfance, 172, habla de una copia muy bien lograda de los Setenta. 21. La tradicién manuscrita vacila entre &vavtiov y évimtov (Le 1, 6). Segin Marshall, 52, évavtiov, mds frecuente, ha sustituido a évamov. Dios Le 1, 8-10 8) da”: lo mismo que a Abrahén” y a Sara (Gén 18, 11)*, la edad y la esterilidad’* les impiden tener descendencia; la fe y la obe- diencia, por el contrario, son su garantia. Por tanto, la situacién es paradéjica y esta llena de tensién’*. Es el escritor Lucas”’ y no el especialista en liturgia el que describe a Zacarias en el ejercicio de sus funciones en el templo, ya que la exactitud litirgica cede en favor de la agilidad del relato. El evangelista concentra su descripcién del servicio en uno solo de los sacerdotes elegido a suerte”: Zacarias, el oficiante principal de aquel dfa. Deja de lado a los concelebrantes” y, por otra parte, conoce el orden del culto: echar suertes, entrada en el santuario, ofrenda®. Sabe que la ofrenda es de incienso” y que ese momento del sacrificio es peligroso: en efecto, en el santuario el sacerdote se encuentra frente al Dios eternamente presente**. Sabe también que el pueblo participa intensamente en sera designado como 6 Kuptog en el versiculo siguiente, como suele ocurtir en los textos mas «veterotestamentarios» del nuevo testamento (24 6 25 veces en Le 1-2). 22. Obsérvese la «amplitud ritmica de la frase» (Le 1, 6b; Loisy, 77): mopevdpevor al comienzo, Gyepntor al final y en medio los complementos que se refieren sin duda a los dos. «Caminar», en sentido ético, es frecuente en el antiguo testamento, en los Hechos y en las epistolas (mas raro en el evangelio), e «irreprochable» es un ideal de piedad (Gén 17, 1). 23. EI clasico Ka9drt (Le 1, 7) es propio de Lucas; cf. Godet, 99, que examina también la sintaxis de la ultima oracién del v. 7. 24, El év (Le 1, 7, ausente de los Setenta) no implica que Lucas se apoye en un texto hebreo (con P. Benoit, Enfance, 173): cf. Le 1, 5. 25. Esterilidad en el antiguo testamento: Gén 17, 17; Jue 13, 2; 1 Sam 1, 2.5.11; 2, 5. Cf. Grundmann, 49, Fecundidad: Sal 126 (127), 3 y Sal 127 (128), 3. 26. Cf. Jn 9, 3 (Marshall, 53). 27. F. Josefo (por ejemplo, Bell. Jud. V, 5, 7, § 228-237) intenta también hacer inteligibles a sus lectores paganos el sacerdocio y el ritual de los judios. 28. Aayydvw, seguido ordinariamente de un acusativo o de un infinitivo, esté acompafiado aqui del articulo tod mis infinitive. Cf. Bl-Debr-Rehkopf § 400, 3, n. 5. 29. Cf. supra, 78, n. 2. 30. La sintaxis de Le 1, 9 no es ni tan curiosa ni tan se! como creen algunos comentaristas. Cf. Loisy, 79. En cuanto a Kata 16 &90¢, puede re- lacionarse con lo anterior 0 con lo que sigue, o bien —manfa lucana— con los dos a la vez. 31, Sobre este sacrificio no sangriento (incienso, etc.), cf. P. Billerbeck, Tempelgottesdienst in Jesu Tagen: ZNW 55 (1964) 1-17. 32. Nads es el edificio mismo, tepév es el conjunto del espacio sagrado, Sobre el templo en Lucas, cf. Marshall, 54 y M. Bachmann, Tempel. 8-10 1-12 82 El anuncio a Zacartas (1, 5-25) este acto (v. 10). Estos ritos judfos cobran vida; si el v. 6 muestra la obediencia impuesta por la ley de Dios, los v. 8-10 nos hacen sentir la comunién cultual dada por Dios y establecida por la ofrenda. El pueblo esta delante de Dios; el rito realizado por el sacerdote est4 acompafiado y sostenido por su oracién™. El sacerdocio, lo mismo que la ley, representa el papel de in- termediario. En el v. 11, en pleno acto litirgico, Dios toma la iniciativa, sefialada por la aparici6n milagrosa del angel. En su narracién Lucas recoge un t6pico judio, del que sigue siendo un modelo la aparicién de los tres 4ngeles a Abrahan**. Los anuncios de nacimiento han sido siempre el signo de una iniciativa del Dios Salvador y, en cada ocasi6n, el milagro no se le concede sdlo al individuo, sino a todo el pueblo. Lucas no expone todos los detalles: zla ofrenda del incienso era la de la majiana 0 la de Ia tarde?’ «A la derecha del altar»: jla derecha de Dios 0 la de Zacarfas?”. Lo esencial es que se aparece un angel” y 33. En los momentos decisivos de su historia y de la historia de la sal- vacién, Lucas coloca a los personajes, como aqui al pueblo (Le 1, 10), en situacién de orar. Cf. L. Monloubou, Prigre, 61. Obsérvese la construccién, curiosa 0 rebuscada, ray 16 whi}Gog Hv Tod Lud Rpocevy6pevov. 34. Como Jn 18, 28-19, 16, Lucas juega aqui con el dentro y el fuera. 35. Cf. Gén 18; Jue 13, y 1 Sam 1; a) apariciones angélicas (cf., por ejemplo, Dan 8, 15-18; 9, 20-22; 10, 9-11) conjugadas con b) un anuncio de nacimiento milagroso (cf., por ejemplo, Jue 13, 3: Le 1, 26-39). Cf. supra, n, 25. Sobre las visiones junto al altar de los perfumes, cf. F. Josefo, Ant. Jud. X11, 10, 3, § 282-283 y Grundmann, 50. 36. Argumento en favor de Ja maiiana: el echar a suerte y el hecho de anunciarse un nacimiento; argumento en favor de la tarde: el paralelo de Dan 9, 21. Cf. Godet, 101; Loisy, 79; Marshall, 54. 37. Me parece que el punto de vista debe ser aqui el de Dios: el angel esté a la derecha del altar, o sea, a la izquierda del altar para Zacarias que esté enfrente. Manifestaciones divinas en el templo, cf. 1 Sam 3; Is 6; Josefo, Ant. Jud, XIII, 10, 3, § 282-283; ef. Marshall, 55. 38. Con Godet, 101-102. Aparte del coro de los angeles (Le 2, 13-14), se trata siempre en Lucas de la manifestacién de un solo angel, llamado a veces «dngel del Sefior» (Hech 5, 19: 8, 26; 12, 7). Aqui el angel lleva un nombre que lo distingue de los demés ngeles, cuya existencia se presupone por con- siguiente. Sin embargo, Lucas no desarrolla una angelologia. El angel es un instrumento de Dios por el cual, en su gracia, entra en contacto con su pueblo, con los més atentos de sus siervos que se encuentran a menudo fuera del circulo de los notables de la religién. Cf. Grundmann, 50; Godet, 102; Marshall, 55; I. Broer, "AyyeAog xth., en EWNT I (1980), col. 32-37 (bibliografia). Le 1, 11-14 83 que este Angel tiene un nombre (v. 19), que lo distingue de los demas Angeles. Por lo demas, Lucas renuncia a toda angelologfa desarrollada. “QOYn, literalmente «fue visto», en los Setenta y en el nuevo testamento, principalmente en el relato de pascua, tiene un sentido activo, intran- sitivo; se traduce por «se aparecié»””. El Angel esté all como mensajero de Dios*. Esta secuencia narrativa es tipica en su género y se conforma a sus modelos incluso en el empleo de las palabras: Zacarias se sobresalta ante la aparicién; el miedo se apodera de él; pero el angel le tranquiliza con su palabra‘! At6tt, «porque», adquiere su sentido cuando se restablece la frase entera que queda aqui recortada: No temas, Zacarfas, sino ten fe, porque he aqui... “H_ &£noig cov («tu peticién») no puede designar en la légica del relato mas que la peticién personal de Zacarfas. El angel le responde: la mujer infecunda del anciano dar4 a luz un hijo (yevvd, «engendrar», «producim, en lugar de tiktw, «dar a luz», no es excepcional en la lengua de la época, pero choca un poco). Esta acogida de una peticién individual responde a la stplica (rpooevy}) de todo el pueblo (1, 10) que aguarda la salvacién (1, 68), ya que Juan proclamaré realmente los tiempos nuevos para todo el pueblo (v. 16-17). Dios no da solamente un hijo, sino que lo da con un nombre™. La etimologia «Yahvé es generoso» se percibia todavia proba- blemente en los primeros tiempos de la tradicién (sobre el sig- nificado simbélico y profético de los nombres dados a los nifios, cf. Os 1, 2-9). Lucas no le da ninguna importancia (porque no lo comprende o porque no tiene interés en comprenderlo). Segin 39. Cf. G. B. Caird, The Glory of God in the Fourth Gospel. An Exercise in Biblical Semantics: NTS 15 (1968-1969) 265-277. 40. Sobre la posicién en pie (Ets), no la del juez sentado, sino la del mensajero, la del defensor, la del testigo 0 la del vencedor que, una vez llegado, sigue alli: cf. Hech 7, 55: Ap 5, 6. Cf. C. K. Barrett, Stephen and the Son of Man, en W. Eltester-F. H. Kettler (eds.), Apophoreia. FS E. Haenchen (BZNW 30), Berlin 1964, 32-38. 41. Cf. Le 1, 30; 2, 10; Hech 18, 9; expresién utilizada por Jestis en Le 5, 10 y 8, 50. En el antiguo testamento, cf. Gén 15, 1; Dan 10, 12. 42. Cf. Godet, 105. 43. Lucas presupone que Zacarfas habia pedido ya antes a Dios (mas que pedirselo en aquel instante) que le diera descendencia. 44. Kadéw 16 Svopa es un semitismo (cf. Gén 16, 11). Normalmente es el padre quien pone el nombre a su hijo. 13-1. 15 84 El anuncio a Zacarias (1, 5-25) la literatura rabinica**, los héroes biblicos recibieron su nombre antes de nacer**. El v. 14 habla del gozo que aguarda al padre y al pueblo. Raras veces se ha expresado con tanta claridad la complemen- tariedad del individuo y del pueblo, la eleccién del individuo para la salvacién de todos y su comunién*’. El gozo y la alegria no son actitudes profanas, sino que expresan la emocién de los creyentes ante la proximidad de Dios. TlokAoi, «muchos», tiene quizds una connotacién eclesiolégica como en la sentencia sobre el rescate (Mc 10, 45)” y en los textos de Qumrdn. Este gozo no est4 motivado por un nacimiento cualquiera, sino por el de un profeta®’. La prediccién del nacimiento del nifio va seguida de la de su porvenir (v. 15-17): serd «grande», péyac. Es este término un atributo divino? gde origen helenista? ;samaritano? ,judio? gy cémo diferenciarlo de este mismo titulo concedido a Jess (1, 32)? Yo lo entiendo segin la acepcién judia: Juan seré grande delante del Sefior’', es decir, sera un gran profeta. Es el titulo que se le da a Elias en Eclo 48, 22 y a Juan en Lc 7, 28 bajo la influencia de la tradicién de Elias. Lucas recogié probablemente este término de la leyenda, donde tenia una significacién es- catolégica (Juan el ultimo profeta, como Elfas, segin el v. 17). En el anuncio a Maria (1, 32), por el contrario, Lucas, plenamente cristiano, insiste y precisa que es Jesis, y no Juan, el «grande» 45. Cf. Plummer, 13. 46. El oot del v. 13 falta en algunos manuscritos. 47. Segiin Godet, 105, el gozo se haré nacional. 48. El sujeto de Eotat es yapd: cf. Lagrange, 66. 49. Cf. Le 2, 10; J. Jeremias, Das Lésegeld fiir viele (Mk 10, 45): Jud 3 (1947) 249-264. Para Godet, 105, por el contrario, sélo serdn los mejores. Cf. Marshall, 57, 50. En la tradicién manuscrita hay una oscilacién entre yéveots, «naci- miento», y yévvnouc, «generacién». 51. El texto es aqui poco seguro: bien éveniov xvpiov, o bien év@mov 106 Kupiov, o bien évedmiov tod Yeo0. Como é Kbptoc es aqui Dios; estas diferencias no afectan al sentido. "Evadttov como preposicién es un semitismo, segiin Plummer, 14. 52. Cf. infra comentario a Le 7, 28. 53. «No es creible que un cristiano, que habla esponténeamente, aplique el mismo adjetivo al Salvador y a su precursor. No se aprecia aqui ninguna inferioridad, més adn ni siquiera un punto de vista cristiano» (M. Dibelius, Jungfrauensohn, 4) Le 1, 15 85 en sentido absoluto (en este sentido «grande» es en los Setenta el atributo de Dios), a diferencia de Nemrod (Gén 10, 9) o de Elias (Eclo 48, 22), que fueron grandes delante de Dios™. EI pasaje sobre la abstinencia de vino esta mas cerca de Lv 10, 9 que de Ntim 6, 3; se trata por tanto de las prescripciones para la preparacién de los sacerdotes al servicio divino (jy de sus hijos!) mas bien que del voto de nazireato. En efecto, falta aqui la otra prohibicién del nazireato, la de no cortarse el pelo (mientras que en Sans6n, por el contrario, lo que falta es la prohibici6n del vino)**. Asf pues, la abstinencia tiene que preparar y acompaiiar a un servicio eficaz de Dios para la salvacién del pueblo. Puede ser que la tradicién haya relacionado la figura esca- tolégica del profeta con la figura del Mesias sacerdotal, ya que si el Testamento de Levi (TestLev 17-18 no esta demasiado in- terpolado en sentido cristiano, este texto nos ofrece varios ele- mentos de comparacién**: el sacerdote del primer afio jubilar se- ré grande en la consagracién (gig iepmobvnv péyac Eotat, TestLev. 17, 2) y el del ultimo afio (zel octavo?) recibir el Espiritu (nvetpa) de sabiduria y de santidad (TestLev. 18, 7). Esto podria explicar por qué el padre de Juan tenia que ser necesariamente sacerdote. El movimiento salido del Bautista, como la secta de Qumran, fue sin duda un movimiento reforma- dor con fuerte tendencia escatolégica, marcado por una aproxima- cién entre la profecia y el sacerdocio. Lucas redujo a Juan solamente a la funcién profética, ciertamente en el umbral de la Ultima fase de la historia de la salvacién. La idea de que el Espiritu puso su morada en el Bautista pertenece sin duda a la tradicién, pero los términos empleados son tfpicos de Lucas*’, que reduce 54. Con R. Laurentin, Structure, 36-37. Sobre péyas, cf. Fitzmyer, Il, 80; O. Betz, Méyac, en EWNT II (1981) 982-987; F. Hahn, Hoheitstitel (cf. el Indice). TestLev 17, 2 es un paralelo curioso (cinterpolacién cristiana?). 55. En Nim 6 se expresa el miedo de los israelitas ante todo lo que sale de la vid. Segin Loisy, 80-81, cixepa ="2¥, 0 sea, una bebida fermentada hecha con cereales o frutas. Cf. Jue 13, 4.7.14 56. Sobre este texto, cf. A. Dupont-Sommer, Le Testament de Lévi (XVI- XVIII) et la secte juive de l’Alliance: Sem. 4 (1952) 33-53. 57. En el nuevo testamento, mipmAnpi es casi exclusivamente lucano. Lucas utiliza este verbo para designar Ja presencia del Espiritu santo, Cf. P. Benoit, Enfance, 180, n. 1. 86 El anuncio a Zacarias (1, 5-25) esta inhabitacién al don de profecia, como en Isabel (1, 41), Zacarias (1, 67) y Simeén (2, 25-26). Pero sigue habiendo una tension, ya que segiin Lucas (1, 35; 3, 2; 4, 18-21), sdlo Jestis recibe el don de la profecia escatolégica, al que se asociaran los discipulos tan s6lo después de la ascensién (3, 16; 24, 49; Hech 1, 4-5.8; 2, 4)°*. La expresién «desde el seno de su madre» forma parte del estilo de los relatos de vocaci6n profética® y recobré nueva vida en el siglo I (cf. Gal 1, 15). “Ett, «en seguida», completa a éx, «desde »: Juan recibird el Espiritu desde antes de su nacimiento. La accién benéfica del Espiritu santo sustituye el efecto del alcohol, tal como se concebfa en ciertas prdcticas paganas de adivinacién (Ef 5, 18 recoge este contraste y hace el elogio de la sabidurfa que da el Espiritu). A primera vista, la misién del Bautista no es escatolégica, sino profética: Juan tiene que reconducir el pueblo a su Dios” «Muchos» tiene ante todo una connotacién exclusiva: «no todos» (no esta lejos la idea de endurecimiento), y luego inclusiva: «la gente». Por otra parte, el sentido de la responsabilidad individual es tipico de la teologia israclita de la época. La expresién «mu- chos» sirve para anunciar que la predicacién de Juan se dirige a los individuos. «Su Dios» no implica que Lucas se distancie de la fe judia al estilo del evangelista Juan, sino que subraya por el contrario la relacién entre Dios y los suyos. El v. 17 explicita la misién de Juan como precursor"! y el cumplimiento inminente de Mal 3, 23. Juan es por tanto el pre- cursor de Dios mismo. Tenemos aqui un material tradicional, del que Lucas se sirve para poner esta misién en relacién con la venida del Mesias. «Con el espiritu y poder de Elias» es una expresion extrafia”. ;Es Juan el nuevo Elias o no? La tradicién dice que si; el redactor tienen sus reservas, y nuestro texto es 58. Cf. F. Bovon, Luc le théologien, 217. 59. Cf. P. Benoit, Enfance, 180. Cf. Jer 1, 4-5. Este autor indica por otra parte (p. 180, n. 1) que la plenitud del Espiritu no es un tema veterotes- tamentario. 60. Sobre la formula de los Setenta xUptog 6 9eds, cf. G. Quell, Kbpios, en TAWNT III (1938), 1075. 61. La variante npooeAsvcetat, «ird hacia», que no tiene sentido, es un error del copista. 62. Cf. Grundmann, 51 y Fitzmyer, II, 82-83. Tvedua y Sévapig estén cerca el uno del otro en Le 1, 3: . 14y 1 QH7, 61 Le 1, 16-17 87 el resultado de un compromiso. Se sabe hasta qué punto era viva la espera de un Ultimo profeta en los movimientos de reforma del judaismo de entonces, bien se trate de un profeta como Moi- sés (segtin Dt 18, 15.18), del que prepara el camino (segtn Is 40, 3), o bien de un precursor y nuevo Elias (segtin Mal 3, 1.23-24)°. Mal 3 describe con gran fuerza el contraste entre el estado de pecado del pueblo y la esperanza de su vuelta a Dios. Es el anuncio de la tltima oportunidad antes del dia del Sefior y de su juicio destructor™. Lucas se contenta con precisar: el Bautista preparara al pueblo para la venida del Sefior, sin evocar expresamente el juicio final (el clima no deja por eso de ser apocal{ptico). La tradicién transmitida por los discfpulos del Bau- tista que se trasluce tras estos versiculos refleja la conciencia profética del Bautista histérico (3, 7-9). No es Lucas el que proyecta la imagen sindptica del Bautista adulto en el evangelio de la infancia®. Es extraiia la ausencia de todo anuncio del bautismo de Juan. La raz6n es proba- blemente el hecho de que los profetas del antiguo testamento no prac- ticaban el bautismo. Lo mismo que Jestis y algunos rabinos anteriores insistieron en el doble mandamiento del amor (el canon en el interior del canon)®, Juan exigira un doble arrepentimiento. La estructura es la misma que en el doble mandamiento del amor: el primero (v. 16) reconduce a los hombres a Dios”; el segundo (v. 17) los reconduce a la comunidad humana. El v. 17b es una cita libre de Mal 3, 24, que no depende ni de los Setenta ni del texto masorético™. Que los padres sean los primeros en reconciliarse con sus hijos corresponde a las esperanzas de Malaquias. ;Cémo interpretaron esto la leyenda y Lucas? Contra la légica habitual, son los padres los que dan el primer paso en la reconciliacién: es un signo de sabidurfa y de arre- pentimiento escatolégico. Quizds Lucas piensa en la tradicién deu- 63. Sobre este dltimo profeta, cf. F. Hahn, Hoheitstitel, 351-407. 64. Mal 3, 19.23. 65. Asi P. Benoit, Enfance, 181 y 194 y W. Wink, John the Baptist, 79- 82. 66. Cf. infra, comentario a 10, 25-29. 67, Sobre émotpéoa, cf. F. Bovon, Luc le théologien, 286-307. 68. Mal 3, 7. 88 El anuncio a Zacarias (1, 5-25) teronémica del pecado de los padres® y ve en los hijos a la joven generaci6n cristiana. Ms importante que el orden padre-hijos es el simbolo teolégico: una tradicién apocaliptica prevé terribles conflictos familiares en los dltimos dfas”. La tradicién, presente en nuestro texto, va todavia més lejos en el futuro y espera una reconciliacién suprema debida a los esfuerzos de todos. La frase de Lucas recoge con variantes algunas citas: —Le 1, 17b: Kai anetSeic”'... AaOV KateckevacpEvov. —Mal 3, 24: «Y ei corazén de los hijos para con sus padres», —Mal 3, 24 (LXX): kai Kkapdiav dvSpdnov npdg tov nAnoiov adtob, «y el corazén del hombre para con su prdéjimo». —Eclo 48, 10: kai Kataotijoa1 pvAa¢ “lax@B «para reconstituir a las tribus de Jacob». —Eclo 48, 10 (hebreo): «Y para conducir a las tribus de Israel a la lucidez»””. Le 1, 17b esté de acuerdo con el movimiento de los padres hacia los hijos (segtin Mal 3, 24 (TM, LXX]), pero afiade un toque eclesio- Iégico (segin el Sirdcida)”. No olvidemos que Mal 3, 24 es la tltima palabra de los libros proféticos. Asi pues, la tradicién y la redaccién cristiana estén interesadas en vincular la nueva alianza a la antigua, sirviéndose de la tipologfa”*. En tiempos de Jesus, la antigua ética basada en los actos ya no basta: el arrepentimiento, la vuelta a Dios, es ahora cuestién del coraz6n y la obediencia tiene su fuente en la ppdvnoic, esa disposicién del coraz6n y del pensamiento. Los justos son per- sonas que, como los que creyeron en tiempos de los patriarcas, aguardan a que Dios actte. Como el pueblo no esté preparado para ser visitado por su Dios, el ultimo profeta tiene la misién y la responsabilidad de 69. Cf. Le 11, 47-48 y Hech 7, 52. Grundmann, 52, piensa en el mo- vimiento hasidico, formado por j6venes, que rompen con la antigua generacién culpable, Cf. Jub 23, 25 y Henoc et. 90, 6-7. 70. Le 21, 16. 71. {Quiénes son los dnei9eig? {los jévenes o los viejos? Se puede considerar que las dos proposiciones centrales del v. 17 forman un paralelo (4ner9eic = padres), o por el contrario un quiasmo (aneieic = hijos). 72. Cf. P. Winter, Miszellen, 65s; Grundmann, 52. 73. P. Winter, Miszellen, 65s indica que el texto hebreo de Eclo habla también de una vuelta a la prudencia y saca de alli un argumento en favor de una fuente semitica detrs de Le 1, 17. 74. Marshall, 60, indica cuatro interpretaciones de este v. 17. Le 1, 18-19 89 preparar’> el doble arrepentimiento (v. 16-17). La preparacién, el equipamiento (katackevdto, «armar, «aprestar», «dispo- ner»)’® no consiste realmente mds que en el arrepentimiento y en la justicia. El cuidado de Dios por su pueblo es constante, pero los padres rompieron siempre las relaciones con Dios y con los demas hombres”. No se nos dice nada del estado animico de Zacarias, excepto que no est4 seguro” y que pide un signo”. En el antiguo tes- tamento aparece con frecuencia un signo trafdo por un 4ngel, pero exigir un signo es a veces la muestra de una fe demasiado débil®. Desde el punto de vista humano, Zacarias tiene raz6n para ser escéptico: su edad*! y la de su mujer remiten al v. 7 (jcon el cuidado que pone Lucas en evitar las repeticiones!); por respeto, Zacarias guarda silencio sobre la infecundidad de su mujer. Al contrario, desde el punto de vista del Angel, Ja situacién es muy distinta: el 4ngel no tiene nada que reprocharse. Ha cumplido con su misién con toda exactitud y correccién. A Gabriel —asi se presenta— le parece increible esta incredulidad. El mutismo tiene un doble sentido: es a la vez castigo y signo que pone fin a la incredulidad de Zacarias. El discurso del angel est muy marcado por el estilo de Lucas, Lucas ha lefdo mucho y se acuerda de Tob 12, 15 0 de otros textos andlogos (quizés también apocal{pticos)". El nombre de Gabriel"? estd atestiguado 75. Sobre écoysito, cf. G. Lohfink, Sammlung, 22-23 y comentario a 2, 31, infra, 209. 76. Sobre KatucKevdte, cf. H. Balz, Katacxevdtm, en EWNT Il (1981), col. 662. 77. G. Lohfink, Sammlung, sobre 2.06¢ en Lucas, cf. H. Frankemélle, ‘Aaéc, en EWNT IT (1981), col. 843-845. 78. Sobre el conocimiento en Lucas, cf. F. Bovon, Le Dieu de Luc, en L’oewvre, 235-237, y comentario a 1, 4, supra, 64. 79. ‘Sobre la nocién de onpetov en Lucas, cf. comentario a 2, 12, infra, 182s; cf. 11, 16.30. 80. Cf. Gén 15, 8; Ex 4, 3.6 (dos signos no pedidos); Jue 6, 36-40 (Gededn sabe que exagera); 1 Sam 10, 2-9; 2 Re 20, 8-11; Is 7, Il; | Cor I, 22. 81. Los exegetas discuten sobre si los sacerdotes se jubilaban al legar a cierta edad. Para los levitas el limite se sitta a los 50 afios: Nam 8, 25. Cf. Godet, 112. 82. Cf. Loisy, 82. 83. Sobre Gabriel, cf. especialmente el libro de Daniel (Dan 8, 16; 9, 21). Gabriel es el tercero de los siete angeles que estin en presencia de Dios. Cf. Hen et 40, 9 y Ap 4, 5. Cf. Grundmann, 52 y Fitzmyer, IT, 844 9 20 90 El anuncio a Zacarias (1, 5-25) y es venerado detras del de Daniel, lo mismo que su lugar ante Dios“ (pero el judaismo de entonces conoce siete Angeles de este tipo). Lo que caracteriza a un dngel es que ha sido enviado a anunciar. Como en nuestro pasaje se trata de buenas nuevas, Lucas emplea la palabra edayyediCopa1, «anunciar la buena nueva», «evangelizar», aunque to- davia en el sentido de Isafas y no ya en sentido cristiano®. Con ido el angel se refiere hacia el futuro préximo. El término positivo o.wm@v, «quedarse mudo», y el término ne- gativo ur Svvduevoc AaAou, «no poder hablar», son pura redundancia retérica, pero el primero implica quizds también la sordera (cf. 1, 62)*°. El castigo se anuncia claramente por dv9’dv, «a cambio de», «porque». Segtin Lucas —finalmente llega a emitir un juicio sobre Zacarias—, el sacerdote no crey6*’. El discurso del angel consiste en «palabras»**, que son promesas y que se van a realizar®. Todo esto es tfpico de Lucas, asi como su conviccién de que el designio de Dios no se desarrolla simplemente en el tiempo cronolégico, sino en el «cairolégico», de Kaipdg en Kaipdc”. 84. Cf. | Re 10, 8 (no para un angel), 85. EvayyeAiGouat aparece unas veinte veces en los Setenta; cf., por ejemplo, Is 52, 7. 86. En el v. 22 xeopdc puede significar sordo y mudo (cf. Le 1, 62). Para Godet, 114, uh dvvapevos Aodijoui = la causa, y clondy = el hecho. Casos de mudez en el antiguo testamento: Ez 3, 26 (la mudez como signo); 2 Mac 3, 29 (la mudez como castigo). Cf. Dan 10, 15-17. 87. Sobre la nictig en Lucas, cf. comentario a Le 7, 9. El evangelio de Jn hablaré del paso de una fe con signo a una fe sin signo Un 20, 29). Le 1, 20 va ya en esta direccién: cf. Grundmann, 53. 88. Sobre AGyot, cf. Le 1, 4. Oitives en lugar del simple relativo ot no es solamente popular como dicen las graméticas del nuevo testamento, sino también literario (a excepcién de los alicistas); cf. L. Rydbeck, Fachprosa, 98-118, 89. Sobre minpdw en Le, cf. H. Hubner, HAnpde xth., en EWNT IIL (1983), col. 259-260 90. Sobre Katpds y su sentido en el proyecto de Dios, ef. Le 12, 56: 18, 30; 19, 44; 21, 8.24; Hech 1, 7; 3, 20; 17, 26; cf. Fitzmyer, Il, 85. Le 1, 20-23 oO Este versfculo 21°! es mucho més que la descripcién de una impa- ciencia del pueblo”, ya que cada palabra esta cargada de significacién teolégica. El pueblo que aguarda es el pueblo elegido que espera la salvaci6n de Israel y se irrita por el retraso de Dios. Me gustaria sin embargo poner en guardia contra una hiperinterpretaci6n. Tenemos aqui una tensién, que no tiene nada de excepcional, entre el rito litirgico y el acontecimiento litirgico. La Misnd nos describe la angustia de los fieles cuando el sumo sacerdote se retrasa demasiado en el lugar santisimo el dia de la reconciliacién®, ya que es peligroso sufrir la presencia de Dios demasiado cerca y demasiado tiempo. Finalmente reaparece el sacerdote. El relato recobra la accién, pero Lucas carece de precisién y no nos dice si Zacarfas volvié acompajiado de los otros sacerdotes™. El pueblo se da cuenta de que se ha quedado mudo porque no pronuncia la bendicién, tal como deberia haber hecho. Y asf llega a la conclusién de que Zacarfas ha tenido una manifestacién de lo divino en el templo (cf. la repeticién év t vad, «en el templo», v. 21 y v. 22). Lucas, para mantener el ritmo del relato”’, explicita esta deduccién del pueblo mediante la frase complementaria «que hab{a tenido una visin en el santuario»”. Como Zacarfas no puede contar nada, el texto contintia, no ya con una explicacién del sacerdote, sino con una narracién; pero en vez de un desenlace, el lector se encuentra con una descripcién (v. 22b) que deja presagiar una continuacién”. 91. Al preferir év 1 xpovitew év tH vad adtdv, Nestle leva de- masiado lejos el principio de la lectio difficilior, ya que év 1@ xpoview adtév av t@ vad esté al mismo tiempo mejor atestiguado y mejor redactado gra- maticalmente. 92. El pueblo espera sin duda la bendicién de Aarén (Nim 6, 24-26), que se impartia «desde lo alto de la cornisa que rodeaba el altar de los holo- caustos en el atrio» (Godet, 115). Segtin Loisy, 83, la impartfan cinco sacer- dotes. 93. Misna, Joma 5, 1. 94. Para més detalles, cf. P. Billerbeck, Tempelgoitesdienst in Jesu Tagen. 95. Sobre éntacia en Lucas, cf. O. Betz, Die Vision des Paulus im Tempel von Jerusalem ~Apg 22, 17-21~ als Beitrag zur Deutung des Da- maskuserlebnisses, en O. Bicher-K. Haacker (eds.), Verborum Veritas. FS G, Siahlin, Wuppertal 1970, 113-123. 96. «En realidad, Lucas no da la mds minima indicacién [sobre cémo llegaron a comprenderlo], Sea como sea, la pregunta es absolutamente irre- levante para comprender el sentido del episodio» (Fizmyer, II, 86). 97. Avaveb@ y Kataveiw (Le 5, 7) presuponen que los signos son in- teligibles. 21 22 23 24 92 El anuncio a Zacarias (1, 5-25) E] servicio de un sacerdote* duraba una semana”, después de la cual volvia ordinariamente a su casa. El v. 39 presupone que Zacarfas no vivia en Jerusalén, sino en una aldea de las montaiias de Judea. Zacarias permanece en su casa después de su semana de servicio. Lucas deja que el milagro se realice en el 4mbito de la vida conyugal, al contrario de la concepcién de Jestis'. Pero gpor qué Isabel se oculta'®' durante cinco meses? Quizds se mantenfa oculta ya antes, debido a su vergiienza, y ahora espera que su gestaci6n sea bien visible. Pero esta indicacién de tiempo tiende, como hemos visto’, un puente a la tradicién relativa a Maria: Maria debe ser la primera en saludar esta gra- videz historicosalvifica de Isabel. “Ot, «que», no tiene en el v. 25 més valor que el de un signo de dos puntos'”; introduce el breve Magnificat de Isabel, con resonancias biblicas y soteriol6gicas. En Lucas, la accién de Dios esta vinculada tanto a la creacién como a cualquier liberacién'®'. La esterilidad se consideraba entonces una culpa de la mujer; por eso Isabel dice «con- migo» y no «con nosotros». La subordinada de relativo explicita la principal’, El verbo en perfecto nenoinxev indica el resultado y marca cémo el acontecimiento es central para Isabel. Con el aoristo énetSev la accién de Dios es la tinica que cuenta: su mirada concede la gracia 98. Aertoupyia aqui solamente en Lucas. Heb 9, 21 (cf. en 10, 11, el verbo) 1o utiliza, como aqui, para el servicio en el templo; la palabra aparece en los Setenta y en F. Josefo. Cf. Loisy, 84; Marshall, 61 y H. Balz, Acitoupyia kth., en EWNT II (1981), col. 858-861. 99. A diferencia de mAnpée (cf. supra, 90, n. 89), mipmAnut (cf. supra, 85, nota 57) no implica ninguna idea de cumplimiento de las Escrituras. Este verbo, frecuente en Lucas, puede estar asociado al tiempo, en Le 1-2, a diferencia del resto del evangelio. Cf. P. Benoit, Enfance, 175. 100. XvAAapPdvon, en griego profano y en los Setenta, puede designar la concepcién de un niiio, por ejemplo Gén 2i, 2. 101. TeptxptBo es un verbo tardio muy raro, construido a partir del aoristo fuerte de nepkpinta (nepiexpUfnv), verbo igualmente raro y tardio. Ni los Setenta ni F. Josefo lo utilizan. Significa «ocultarse por todas partes», es decir, «ocultarse con cuidado». Cf. Bl-Debr-Rehkopf § 73, In. 3. 102. Cf. supra, 74-75. 103. Sobre este Sz, cf. P. Winter, “Ott «recitativum», y Fizmyer, Il, 88. 104. Sobre el obrar de Dios en Lucas, cf. G. Lohfink, Gottes Taten gehen weiter. Geschichtstheologie als Grundvollzug neutestamentlicher Gemeinden, Freiburg i. Br. 1985, 15-43. 103. Ci. Le 1, 49.51 y en los Setenta, por ejemplo, Is 48, 3.6.11.14. Le 1, 5-25: Resumen 93 (nétese el prefijo nt, «sobre», aqui en el sentido de «en favor de»)'. *Agedsiv'” significa «quitary (cf. Heb 10, 4, «quitar los pecados»); Isabel habla un lenguaje biblico e imita a Raquel después del nacimiento de José: ’Agethev 6 Gedg pov 16 dveid0¢, «Dios ha quitado mi oprobio» (Gén 30, 23)'°%. La infecundidad’” se vefa como un sufrimiento y una hu- millacién en una cultura en que la maternidad era la razon de ser de la mujer (cf. la leyenda de Lia y Raquel), de forma que la intervenci6n divina se ve como la liberacién de un oprobio. Isabel habla no solamente un lenguaje biblico, sino también poético, en dos frases bien construidas. La supresién del articulo definido (KUptos, Sverdo¢) confiere a la prosa un sabor poético'’. Resumen Es més que una promesa lo que se eleva en el seno del judaismo y de su culto: es un comienzo nuevo dado por Dios. EI Dios que actué en los tiempos antiguos, el Dios de los padres (Abrahan) y de las madres (Ana), ha prometido y ha dado muchos hijos. «En aquel tiempo», sin embargo, permanecia silencioso e inactivo; pero ahora da un comienzo nuevo, un comienzo Ultimo. Escucha la peticién de un particular y, a través de él, como es un sacerdote, la oracién de todo el pueblo. Borra la humillacién de una sola mujer y, por ella, la humillacién de todo Isracl. Esta acogida de una peticién es el paradigma de una liberacién posible el dia de su célera, pero le corresponde al pueblo, a cada uno de los israelitas, aceptar esta gracia y hacerla suya. 106. "Eope aparece varias veces en los Setenta para referirse a la mirada de Dios a) a la que nada se escapa (Zac 9, 1; cf. Ez 8, 12; 9, 9), y b) que sabe ver al que es humilde (Sal 137 [138], 6). 107. Sobre Gpatpéa, cf. Bauer, s.v 108. *Eneiéev dgeAeiv recuerda también a Gén 30, 22 (LXX): "Envijo9n BE 4 Gedg tHe 'PaxIA, Kai Enr{KouseV adriIe 6 eds. 109. "Sobre dvet80g, cf. 1 Sam 17, 25 e Is 25, 8, Sobre esta palabra, cf. C. Spicg, Notes II, 623-625. 110. Godet, 115-116, indica varias interpretaciones de Le 1, 24-25. En cuanto a Loisy, 84-85, aplica una mirada redaktionsgeschichtlich al texto: Zacarias se calla, Isabel se oculta; s6lo Dios lo prepara todo y va a manifestar su designio a Marfa por medio del angel Gabriel.

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