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Althusser, L.; “La filosofia como arma de la_ revolucién", Ed. Cuadernos de Pasado y Presente; Bs. As.; 1988; Articulo “Ideologia y aparatos ideolégicos de estado pags. 97 a 141. AS eppirc | Ideologia y aparatos ideolégicos del estado (otas para una Investigaciénl a SOBRE LA REPRODUCCION DE LAS CONDICIONES De PRODUCCISN * prictica productiva. (en sf misma abstracta respecte. al proceso Re produccién), engrana de tal modo con nuestra “conciencia” fotidiana, que sesulta extremadamente dificil —por no decir casi Smposible— situarse en el punto de vista de la reproduccién. Siv embargo, fuera de este ‘punto de vista todo permanece abs- tracto (més que parcial: deformado) incluso al nivel de la pro- Guecién y, con mayor razin aun, en el nivel de la simple prictica, Traf€ hos de examinar metédicamente este asanto. ‘Para simplificar Ja exposicién —y si tomamos en cuenta que toda formacién social proviene de un modo dominante de pro- Guceién. podemos afirmar que el proceso de produccién pone en marcha las fuerzas productivas existentes bajo determinadas mnes de produccién. lo anterior se sigué que, para existir, toda formacién social ‘mismo tiempo que produce y para poder. producir— as condiciones de su produccién. Debe, entonces, }) Jas fuerzas productivas. 3} lar relaciones existentes de produccién. Reproduceién de los medios de produccién En Ja actualidad todo el muné mistas de lo que acontece en Ia empresa, es, sino totalmente, por Jo ‘menos casi enteramente ciega, y por una razin de peso: lo esen- Gia de Ta zeproduceién de le fuerza de trabajo acmtece foera je la empresa. Como se asogura la reproduccién de la fuerza de trabajo? Se asegura dindole el medio material para irse: me~ diante el salario. El salario figura en la contabilidad de toda empresa, pero como “capital mano de: obra”* y.no como condi cién de la reproduccién material de la fuerza de trabajo. No obstante, “acta” precisamente asf, porque el salario re- presenta s6lo ia parte del valor producido por el gasto de la indispensable para la reconstitucién de la fuerza de trabajo del asalariado (con qué alojarse, vestirse y alimentarse, en una. pa- labya con qué quedar en condiciones de volver & presentarss cada din ain puerta de Ia empresa); 7 agregamos: indispensable para Ja erjanza y educacién de los hijos en que se reproduce el , proletario (a x ejemplares: x puede equivaler a 0, 1; 2, etc.) Eomo fuerza de trabajo. a Recordemos que esta cantidad de valor (cl salario), necesaria para Ia reproduccién de la fuerza de trabajo, esté determinada no slo por necesidades dem sistema, “bioldgico necesidades de un mfnimo histérico (Marx subrayal ros ingleses necesitan cerveza y vino los proletarios y por tanto hist6ricamente variable. Conviene indicar, también, que este minimo es histérico en doble sentido: no esté definido por las necesidades histéricas de Ja clase obrera gue ha “reconocido” la clase capitalista, sino por proletaria (lucha de clases también dobli de la duracién del trabajo y contra Ia como tal. La fuerza de trabajo disponible debe ser “compe- tente”, es decir, capaz de participar en el sistema complejo del 100 F Ww proceso de produccién. El desarrollo de Ins fuerzas productivas Fel tipo de unidad de las fuerzas productivas .histéricamente Zonstituida en un momento determinada, prodncen este. resul- fado: Ia fuerza de trabajo debe estar (diversamente) calificada J, por tanto, reproducida como tal. “Diversamente’, es decir, fegin las exigencias do lp diuisién tecnicosocial del ‘trabajo en Sus distintos “puestos” y “empleos”. “ahora bien, ge6mo se asegura en él régimen capitalista esta reproduccién de la calificacién (Aiversificada) do la fuerza de Trabajo? A diferencia de lo que ocurria en las formaciones s0- Gales esclavistas y feudales, la reproduccién de la .calificacién Ge la focrza de trabajo tiende (se trata de una ley tendencial) Sv asegurarse ya no “en el montén” (aprendizaje en la produc- tign misma), sino més y més fuera y aparte de la producelén: ‘el sisterna educacional capitalista u otras instancias © instituciones. ‘Ahora bien, gqué se aprende avanza mis 6 menos en los estu wuestos de la produccién (una instruccién para Ios obreros, otra Para Ios técnicos, otra para los ingenieros, otra para los cuadros superiores, etc.). - Pero ademés-y paralelamente, al miso tiempo que estas téc- iva, del orden, establecido de, también, a “hablar bien res) se aprende a “mandar ideal) a “hablar bien” a los obreros, echo en Ienguaje més cientifico, diremos a fuerza de trabajo no sélo exige una .. sino, al mismo tiempo, la re- jos trabajadores a las reglas del que Ja repr reproduceién de su produceién de la su 101 ‘decir, de hecho (para los orden establecido, es decir, la reproduccién de su sumisién a Ta ideologia dominante, y una reproduccién de la capacidad de los agentes de la explotacién y dela represién para manipular la ideologia dominante a fin de asegurar, también “por la palabra” la dominacién de la clase dominante. En otras palabras, la escuela (pero también otras institaciones del estado, como la iglesia, u otros aparatos, como el ejército) ‘ensefian ciertos tipos.de “saber hacer”, pero de manera que ase Pero por este camino Hegamos a reconocer Ja presencia eficaz de una nueva realidad: la ideologia. ‘Vamos a hacer dos observaciones estas alturas de la expo- sicién, La primera, para precisar nuestro andlisis de la reproduccién. Acabamos de estudiar répidamente las formas de Ia reproduc: cién de las fuerzas productivas, es decir, de los medios de pro- duccién y de la fuerza de trabajo. error politico. Hablaremos de ello por Io tanto. Pero para hacerlo una vez mas necesitamos dar un gran rodeo. 102 La segunda observacién consiste ja estamos obligados ar €m que, para dar este rodeo, tna Sociedade * TPlantearnos Ia wiefa pregunta: aqué es INERAESTRUCIURA Y SUPERESTRUCTURA En otra ocarin hemes insttito cn ol canister sevdlocimarin ie concepeiin rida el cent revalcimario de le Ja ‘totalidad” hegeliana* Hemos dicho {y ests tecis sélo re clas": la juridico-politica (el derecho » el cxtaty (as distintas ideologias, religiosas, monlae fepagas eelosta arene »glas, religiosas, juridicas, politicas, ‘Ademés de su interés apreciar Ia ‘diferencia. qui Hegel), esta re- Presentacién ofrece Ja siguiente ventaja tedrica casita eae Isat ieee ah i hoes anal ra acerca sds ce Tespectivo de eficacia. Qué quiere ces, por objeto represen- eterminaelon en altima metif fora espacial fect, tein conocido por los famosos ‘lima instanda: Teo oe econdmica determina en aes contece en los “pisos” (de la, super, 103 A partir de este indice de eficacia “en ‘ltima instancia”, Jos “pisos” de Ia superestructura quedan afectados, evidentemente, tae ares ae ee ‘eQué clase de indice? e; que sia su modo ‘son determinantes ‘son en tanto que determinados por la Base. 7 ‘La tradicién marxista piensa en dos formas su indice de efi- cacia (0 de determinacién) como determinado por la determi- nacién en fitima instancia de Ya ase: 1) Jbiy wna “antonomia ramos que a partir de la reproduccién es pi Ho. pensar Jo que esenclalmente caracteriza la erstencin login desde te, punto de ests "Y mostraeanos, al mismo Gey. 0. lo que acontece desde el punto de vista do la prictien y de ‘produccién por una parte, y de la reproduccién, por otra. Acscriptive” 2° netoraleza del estado signe stendo um tanto gte> hasta Jas simples (y relativamente snodinas) intervenciones lescriptiva. a de una “censura” que prohibe La religiosa de Diderot o wna, ‘contradiccién”, un desarrollo de la or esto consideramos indi: ible desarrollar esta teo- ‘coria de tal modo que ésta supere Ia forma'de “esa (oO este consideramos indispensable para Hia descriptiva 'y convertirla en teorla a secas, es decir para Precisamos nuest fo pensamiento y volyemos a nuestro comprender los’ mecanismos del estado y_su funcionamiento, objeto: el estado, ” sonal ftgregar algo a la defincion clisea del ested oc sian? tfimamos que la “tcorla” marxista del estado, de la > Cat disponemos, es, en parte, “descriptive”, quae decir en primer’ descriptiva es, sin dda poubie [ue este comienzo. Lo esencial de la teoria marzista del estado de todo desa- del estado es aoe } 107 Pebemos avanzar aqui con pinx Sa subse ux . { de Jos clésicos del ieriesen ie Sobre wm terreno dand | Reeds ero tin afer ‘sistematizade omen ede temes, por el momento, conde iin Stade a las siguientes tastier Snumeramos no tiene significacion topes Sistema de las distintas iglesias); Los aparatos ideolégicos del estado (ATE) Hay \gregar otra cosa, a la “teoria marzista” del estado. y que aj 108 109 } 4 Los AIE, escolares (el sistema de Jas distintas “escnclas” péi- tras que los aparatos ideolégicos del estado funcionan con ideologtas. nar que esta determinacién del doble “fun- secund: Ja represién y de mos admitir que Ia misma clase dominante esté activa en los aparatos ideolégicos del estado en Ja medida en que, a través de sus mismas contradicciones, la ideologia doininante’ se realiza aparato ideclégico del estado a nivel de las escuelas para per- mit" que el proletrado ‘sovidtce, que babe maa poder del estado, asegurara el futuro de la dictadura del pro- letariado y el paso al socialismo.* La iltima observacién nos deja en condiciones de comprender que los aparatos ideolégicos del- estado pueden no solo ser la Piedra de toque, sino’ también el lugar de Ja lucha de clases y, a menudo, de formas encamizadas de la lucha de clases, La clase (0 alianza de clases) que detenta-el poder no dicta la ley con tanta facilidad en los ATE como en el aparato (represivo) del estado, y es ast no sélo porque las viejas clases dominantes Pueden conservar mucho tiempo posiciones fuertes en los ATE, sino también porque la resistencia de Ins clases explotadas puede encontrar alli medios y ocasiones de expresarse, sea utilizando las contradicciones que all{ existen, sea conquistando por Ia Iucha posiciones de combate en los AIE.2° Ordenemos nuestras observaciones. Si Ja tesis que acabamos de proponer es fundada, debemos retomar, precisindole un punto, la teorfa. marxista clisica del estado, Diremos que hace falta distinguir entre poder del estado (¥ su control por parte de) por un lado, y aparato del esta. do, ‘por otro. Pero agregaremos que el aparato del estado con: tiene dos cuerpos: el cuerpo de las instituciones que represéntan cl aparato represivo del. estado, por una parte, y el cuerpo de instituciones que representan el cuerpo de aparatos ideologicos del estado, por otra. Pero si esto es asi, y Jo es aum en él estado sumario de nues- tras indicaciones, no’ se puede evitar el planteo de la. siguiente ng, Podemos responder ahora a Ia pregunta central, que ba quedado fen suspenso durante tantas piginas: gc6mo 96° asegura. la. repro- duccién de las relaciones de produccién? : et estructura, supérestructura) se asegura, en gran parte, por la superestructura tiea © ideol6gica. . : como consideramos indispensable superar’ este lenguaje descriptivo, decimos: se asegura, en gran parte,-por €l ejercicio del ‘poder del estado en los aparatos del estado, en el aparato (represivo) del estado, por una parte, y en los apa- ratos ideolégicos del estado, por otra. Hace falta tener enc ‘mos en tres puntos: jona de modo preponderante tme- ‘que los aparatos ideolégicos del Ta ideologia. del. estado constituye un bros estén centralizados expresan, de modos Tos efectos de Tos cho- Gques enize Ta Tacha de clases cepitalistay Ia lucha de” clases proletara y sus formas subordinadas, 113. 3, Mientras Ia. unidad del aparato (represivo) del estado se ascgura mediante su erganizacion centralizada y wnificada, bajo Ta direceién de los representantes de las clases en el poder, que Ta reproduccién de Jas relaciones de produccién iguiente, de acuerdo con una especie de “divisién del traba} El roi’ del aparato represivo del estado, consiste esencialmente ‘en cuanto que aparato represivo, en asegurar por la fuerza (Fi- Sea ode otra especie) las condiciones politicas de la reproduc cién de las relaciones de. produccién (que en Gltimo témino son relaciones de explotacién). Ei aparato del estado no sélo se reproduce a sf mismo (en él estado capitalista hay dinastias Ge politicos, de militares, ete.), y también, y sobre todo, so ase- gura, mediante la represién (desde la fuerza fisica més brutal hasta las més simples i nis sura abierta o dist ; fl ejercicio de los aparato’ ideolégicos del estado. En efecto, éstos aseyuran en gran medida ln reproduccién de las relaciones de produccién bajo el “escudo” del aparato re- presivo estatal. Aqui se manifiesta decisivamente el papel de la Meologn dominante, (a de la clase dominaate, que detenta el poder). La “armonia” (a veces incompieta) entre el aparato Tepresivo del estado y los aparatos ideologicos, y entre éstos, se asegura por intermedio'de la ideologia dominante. Tiegamos de este modo a enfrentar la siguiente hipétesis, en la diversidad de aparatos ideolégicos del estado ‘con 4 papel nico y comin, sobre la reproducetén de Tax relaciones Gel" estado. querha sido. formalmente muy. semejante, 0 s6lo desde ls monarqulas absolutas sino desde los primeros estados conocides de la Antigiedad, al que hoy condcemos (aunque 4 fuera menor Ja cantidad de aparatos ideolégicos y menor tam- fg mepor a sani de apatos Weal Yee Pista’ Media, la iglesia (aparato ideolégico xeligioso del estado) & < t = g z - Fformactén conocieron indudable desarrollo y también Jos es- ecticulos (primero partes integrantes de 3a iglesia y més tarde independientes). a en hora bien, en, el periodo histérico precapitalista, que hemos extninado a grandes rasgos, es evidente que existia un aparato GWeoldgico (del estado) dominante, la iglesia, que monopolizaba iaectsle las fumciones religiosas, sino también Tas escolares,y bue- ha parte de las funciones de informacin y de “ealtura”~ Toda 32 Pah ideoldgica del siglo xv1 y del xv, después de la primera ulebra, de la Reforma, se concentré en Ja lucha anticlerical y fue ‘por azar: esto fue-asi en funcién de Ia antirrel “no re Bismnigante que entre 10s aparatos ideol6gicos del estado posicién domi fenfa el aparat ire cs nee ee eee ale no t ‘uso del aparato del estado durante mucho tiempo, (ipaz, enirs | pee Gelsbics de buena voluntad de la clase dominantel). 2 | ‘Renania ig cosas son aun is corprenetiis ons, Ss de 1a burmesia inp cnt expectacabeemente,en To Distr, Jo un aparato ideol6gico politico en. jankers impecial bao ret Fe erento su pokica Je sevian do seo y de personal dirigente. de persomfener, entonces, poderosas razanes para pensar que; trae te tages do su aparato ideolégica politico —que ocupa cl tiner plano de la escona— la burguesta ha situado como Sp primer Pigpios mnimero 1, es decir dominante, al aparato escolar lar el aparato ideolégico domi: pitalistas y c6mo funciona? Hoos del estado, cualesquiera que jo: la reproduccién de las re ‘de las relaciones capitalistas que integra ica los Jos célebres antepasados que m7 ek milagro griego, Ia grandeza romana, la ciudad etema,-y los temas del interés, particular y general, etc. Nacionalismo, mora- Hao y eomemiaas. No abstante, en te concierto, hay un aparato idealégico jue desempeta él papel dominante, ausque: akenas y' tars ace Sole escuche: es silencioso en grade sumo’ sefllawa ta conch escuela recibe a los nitios de todas las clases sociales deste Jo, la historia, Ias ciencias, la literatura) o simplemente la ideo- dominante en estado puro (moral, educacién civica, filo- | En algim momento, alrededor de los dieciséis afios, una ‘masa de nifios cae “en la produccién”: los trabajadores pequefios agricultores. Otra porcién de la juventud escola- continéa estudiando: tarde o tem provisién de cargos medianos: empleados, funcionarios, pequesos burgueses de todas clases. Un iiltimo sector llega a la cima, sea icesantfa intelectual, sea para convertirse, son, ens mayo ‘Gada sector masivo que se incorpora a Ja ruta queda, en Ta practica, provisto de la ideologia que conviene al spel que Sebe enmplir en Ta die clase: papel de expldtato. (on Evidentemente, gran cantidad de (modestia, resignacién y sumisién. por una parte, y cinismo, al- livez, seguridad, grandeza, es decir habilidad y’ buen lengvaje, 18 estas virtudes contrastadas or se renden también en Jas famikas, en Ta iglesia, en pga) so open ein os Fai, et ee ‘ i mente, wra_el régimen capitalista estén, natura mulados mediante tuna ideologia universalmente ‘ya que ésta es una de las formas esenciales aque, en condiciones expantosas le yer contra la ideologia, contra el sistema y cont tratan de volv: 1 ee pas aznas oe jon a mantener y-desarvollar una a de la escuela que la, convierte en algo dispensable —e ieluso benélica en opi nin de smporineos— como parecié indispensable y generosa la iglesia a nuestros antepasados ha ha reemplazado a Ia iglesia en el papel ‘dominante. Forma pareja con Ia. familia formaba pareja antafio con la familia. Se pue- nu de, entonce’, afirmar que la crisis, de profuadidad sin preceden- fe sostener ni demo! Sey irs say ei, Seabed ate rote. soselamede rece y ‘tantos estados —a menndo paralela a la crisis (ya anunciada en Ve ficar— si 90 decir, confinmar 0 rect stray Ghios mas profundes. 4 4 La ideslogia no Hene historia nes de produccién de um modo de produccién que la lucha mundial de clases mantiene amenazado. A pnopésiro DE LA DEoLocia y dijimos que los AIE “funcionaban mediante la ideologia”, ape- lamos a una realidad de Ia que hace falta decir algunas palabras: la ideologia. Se sabe que la expresién “ideologia” fue forjada por Cabsnis, Destutt de Tracy y\ sus amij Jos “residuos diurnos” que se siduos presentaban arbitrar veces “inven, desordenadamente en summa Hl sucle'ear eke j gop os ESE, 3 made aia a gs, | son lo sola realidad plena y positiva, ia del dia. | Tal es, exactamente, f status dela flonlia y dela idcologia alli Ia fi 6 {poraue allt la flosofia es la ideologia por excelencia) en La t vce Hee , entonces, para Marx, una construcciéa imagi- BRrn, mn PIED sucto, vasio"y ana, constiuida por “reds diumos” de Ja sola realidad plena y’ positiva, la de Ta historia 430 se gabe dale ni por qué potoncia sincere sion aoe division del trabajo; pero cane ‘ios pero ésta también es una determinacién ne- 2 La ideologia carece de historia no tenga historia (al_ contrario: vacio %} Res rere } MM Para proponer aqui un asidero teérico, dirfa, retomando el ejemplo del suefo, esta vez con la concepeién freadiana, que ‘nuestra proposicién “Ia ideologia no tiene historia” puede y debe (y de un modo que no tiene absolutamente nada de arbitrario y es, par el contrario, teéricamente necesario, ya. que hay un laze “organico entre ambas proposiciones) situarse com relacién directa aia proposicién de Freud sobre que el inconsciente es eterno; fs decir, no tiene historia. ‘Siectemo significa no lo trascendente a toda historia (temporal), sino lo omnipresente, lo transhist6rico y por tanto inmutable en in de la historia, tomo entonces palabra por palabra Ta expresién de Freud y escribo: la ideologia es eterna tal como ‘al imsonciente. Y agrego que este acercamiento me parece justi- ficado tedricamente por el hecho de que la eternidad del incons- ‘iente no carece de relacién con Ia ctemidad de la ideologia en ‘general. °Y por esto me considero autorizado a plantear una teoria de la ideologia en general tal como Freud ha propuesto una del incons- ‘ciente en general. Para. simplificar cor {ilicemos, teniendo en cuenta La ideologia es una “representacién” de la relacién imaginaria entre los individuos condiciones reales de existencia cepeiones del mundo”. Por cierto, todo el mundo admaite, a menos que se viva una de estas ideologias como Ja verdad (por ejemplo, si so “cree” en Dios, en la justicia, en el-deber, etc.) que la ideologia —de la cual se habla desde perspectiva critica, exami néndola como un etnélogo a los mitos de una “sociedad” primiti- va"— como “concepciéa del mundo” es en’ gran parte imaginaria; es decir, no “corresponde a la realidad”. ‘Sin embargo, aunque se admita que no corresponden a la reali- dad y que constituyen por tanto una ilusién, se acepta que aluden a Ja realidad y que basta “interpretarlas” para encontrar, bajo a representaciém imaginaria del mundo, la realidad misma del mundo (ideologia = ilusidn alusién). Hay distintos tipos de interpretacién. Los més conocidos son el tipo mecanicista, habitual en el siglo xvi (Dios es la represen- tacién imaginaria del rey real), y la interpretacién hermenéutica, inaugurada por los primeros padres de la iglesia y retomada por Feuerbach y la escuela teolégico-filoséfica quo en él se origina y a la cual pertenece, por ejemplo, el tedlogo Barth; tc. (para Feuerbach, Dios es la esencia del hombre real). Voy a lo esen- cial si afirmo que, a condicién de interpretar Ja transposicién (y Ja inversién) imaginaria de a ideologia, se lega.a la con- clusién que en ésta “los hombres se representan en forma ima- ginaria sus condiciones reales de existencia”. Esta interpretacién deja, desgraciadamente, en suspenso un pequefio problema: gpor qué “necesitan” los hombres esta trans- posicién imaginaria de sus condiciones reales de existencia para “tepresentarse” sus reales condiciones de existencia? La primera repuesta (la del siglo xvm) propone una solucién sencilla: todo es culpa de los curas y de los déspotas. Estos habrian forjado hermosas mentiras para que los hombres, creyéndolas y cxeyendo obedecer a Dios, les, obedecieran a ellos. Se los mos. traba a menudo aliados en la impostura, los curas Jos déspotas y viceversa segiin Ia posicién del caso. Habla entonces una causa ‘cinicos que afirmaban su dominacién y explotacién al sobre una falsa representacién del mundo, inventada por de someter los espiritus y dominar la imaginacién. jerbach, retomada en la letra 324 dora, wna

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